Audiencias sobre la Rampart:
Condenas a la policía

Obrero Revolucionario #1054, 14 de mayo, 2000

"Cuando los policías cometen atropellos, deben responder. Hay que enjuiciarlos y mandarlos a la cárcel. Quiero que se investigue lo que me hicieron a mí. Esos agentes siguen trabajando. żLes van a dar un castigo? Por esos policías, puede haber gente presa injustamente o condenada a muerte. Les pregunto: żA dónde puede acudir uno cuando las autoridades lo acusan injustamente?".

Melvin Farmer, ante una reunión de la Comisión de Policía de Los Angeles.
Lo condenaron injustamente, con la ley de "tres strikes",
a 35 años de cárcel. Cuatro años después, comprobó su inocencia.

Siguen las denuncias contra el Departamento de Policía de Los Angeles y, sobre todo, la delegación Rampart, por crímenes contra el pueblo. Han salido al descubierto casos de brutalidad y asesinato sistemáticos de la policía; de robo de dinero, drogas y joyas; de fabricar pruebas y meter al bote a gente inocente. Los agentes bajo sospecha mandaron a prisión a casi diez mil personas. El 20 de abril, un juez anuló las condenas de siete personas. Es decir, a raíz del escándalo que empezó en septiembre, han revocado un total de 67 condenas y unos 24 policías han renunciado o los han despedido o suspendido.

Ante esta situación, la Comisión de Policía convocó una serie de audiencias con el supuesto propósito de que hablara el "público" (pero con un límite de tres minutos). Hubo reuniones en todas las zonas de la ciudad-con excepción de Pico-Union, donde ocurrió la mayoría de las fechorías de la Rampart-y en cada reunión hubo muchísima policía.

En la primera audiencia el 14 de marzo en el centro de Los Angeles, el famoso quemabanderas Joey Johnson, de la Coalición 22 de Octubre, le dijo a la Comisión: "Los Angeles ha tenido mala fama por décadas por la brutalidad con que trata a los pobres, los oprimidos, los de abajo. Ahora con el escándalo de la Rampart, cada día se ponen al descubierto otros horribles crímenes contra nuestros compañeros y compañeras inmigrantes, contra los pobres que no tienen los recursos para luchar".

La policía lo arrastró del micrófono, supuestamente por exceder el límite de tres minutos. El público abucheó y gritó: "Tiene el derecho a expresarse". Cuando otra persona habló del Proyecto Vidas Robadas (que documenta los asesinatos policiales a través del país), el jefe de la Comisión de Policía la interrumpió varias veces.

A pesar de que casi no permitían hablar, de 100 a 150 personas asistieron a cada reunión, un indicio de la gran oposición a la epidemia nacional de brutalidad y asesinato policial. Una y otra vez, el público contó historias de arrestos solamente por el color de la piel, casos horripilantes de brutalidad policial, la criminalización de la juventud, la ley de "tres strikes", la guerra contra los inmigrantes... al igual que la colaboración entre tribunales, jueces y fiscales para librar y tapar esa guerra contra el pueblo.

Hubo una gran concurrencia en la reunión de Watts el 28 de marzo. Joe Veale, vocero del Partido Comunista Revolucionario de Los Angeles, sacó a relucir que la llamada "violencia panderillera" se debe, en parte, a los agentes de la unidad antipandillas CRASH (ahora desmantelada). Dijo: "Todo mundo sabe que CRASH se las arregla para que un asesinato parezca obra de pandillas, cuando en realidad es obra de policías".

Los parientes de Chubb Dotson, asesinado el 7 de diciembre de 1999 en el multifamiliar Nickerson Gardens, dijeron que la policía lo mató y luego pasó varias horas tomando café con el cadáver tirado en la calle. Uno de los 7 de Nickerson (arrestados en una protesta contra la brutalidad policial el 20 de abril, 1996) describió el ataque de la policía contra esa protesta. Agregó que muchos de los policías involucrados tenían antecedentes de asesinato y brutalidad contra el pueblo (unos participaron en la golpiza a Rodney King). Una compañera de la Coalición 22 de Octubre describió el hostigamiento policial a los que se oponen a esa brutalidad. El público, principalmente gente negra, gritaba "ĦAsesinos!" y "Nos están matando".

Joey Johnson le dijo al OR: "ĦQué padre que tanta gente vino a hacer denuncias! A cada reunión, vino gente que ha perdido a seres queridos o que le han allanado la casa". El 4 de abril, una señora negra del Sur Centro viajó dos horas en bus para llegar a la reunión de Brentwood, un barrio acomodado del oeste de Los Angeles, para hablar de la condena injusta de su hijo.

En las reuniones participaron representantes de los grupos ACORN, la Coalition for Police Accountability, Mothers Reclaiming Our Children, el Comité de Watts contra la Brutalidad Policial, el Partido Comunista Revolucionario y la Coalición "Crack the CIA". Un vocero del Comité pro Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Angeles (CHIRLA) señaló que la investigación policial del escándalo ni siquiera menciona que los inmigrantes son un blanco especial de la policía. Abogados de derechos civiles denunciaron que los "investigadores" oficiales tapan el asesinato policial.

En la primera reunión, en el centro, una señora negra dijo: "Sé que aquí no se trata solamente de la Rampart. A los 19 años, yo era una chiquilla que ondeó la bandera blanca en la esquina de la 41 y la Central [frente a la sede del Partido Pantera Negra]. El Departamento de Policía de Los Angeles andaba de la mano con el gobierno federal, queriendo destruir a la juventud negra aquí, y atacó la sede del Partido Pantera Negra".

Aunque en las audiencias había defensores de la policía, era evidente que los de abajo-a quienes la policía roba, golpea, acusa injustamente y mata-tienen aliados en otras comunidades y otros sectores sociales. Una señora de la zona Rampart que lleva años colaborando con la policía en grupos de Neighborhood Watch, etc., dijo que ahora se da cuenta de que si la policía no encuentra motivo para arrestar a los inmigrantes, los entrega a la Migra. Dijo: "Me sentí traicionada" y agregó que el problema de la corrupción policial "es nacional".

D.J. McCulley, presidente de la Asociación de Negocios Afroamericanos de Sur Centro, le dijo a la Comisión: "Espero que escuchen atentamente a los chavos y chavas esta noche, pues ellos saben que ustedes son el enemigo".

Joey Johnson le contó al OR lo que pasó en la reunión de Brentwood: "Asistieron personas acomodadas y elogiaron a la policía de Brentwood. Una dijo: `Nuestra delegación de policía es la mejor de Los Angeles, pero sé que la policía no le da el mismo tratamiento a los pobres que a nosotros. No les da el mismo respeto y eso me molesta'. Por lo general, la clase media no conoce esa realidad, así que [el escándalo] les está abriendo los ojos".

La chota arrastró a Joey del micrófono en la primera reunión, y en otras reuniones lo siguió por toda la sala. Cuando volteó la cabeza para mirar al público, el jefe de la comisión quiso silenciarlo. Joey habló de por qué los atacan a él y a la Coalición 22 de Octubre: "La Coalición 22 de Octubre es muy audaz, saca al descubierto lo que están haciendo y lo condena. Ellos quieren controlar el escándalo. Los intereses de las masas son totalmente opuestos, pues queremos sacar toda su mugre a la luz".


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