Protestas urgentes contra la ejecución de Shaka Sankofa

¡Alto a la ejecución programada para el 22 de junio!

Obrero Revolucionario #1057, 4 de junio, 2000

"Al acercarse mi cumpleaños 36... me encuentro en Texas, en una celda de un pabellón de la muerte pensando en los últimos 18 años que he estado preso. Ha sido una pesadilla que he soportado en condiciones horripilantes. Pienso en mi hijo y en mi hija, que han tenido que soportar mi penuria sin mí; en que mis adorables niños ahora son adultos. Mi hija acaba de traer a este mundo a mi primer bello nieto. Pienso en el fallecimiento de mi querida madre en 1989 y en la trágica muerte de mi papá en 1996. Pienso también en que no me permitieron ir a los entierros y en el hecho de que no hay palabras para describir mi dolor. Pienso en las muchas víctimas de la violencia sin sentido en nuestra sociedad, y pienso en el dolor y los lamentos de las viudas, los huérfanos, las familias, los amigos y padres y madres. Pienso en los mártires de la libertad y la liberación, y en los que luchan y se sacrifican por la justicia. Pienso que mi propio sufrimiento ha dado a conocer el genocidio y la opresión de millones de hermanos y hermanas, y que mi caso es un símbolo del racismo y del salvajismo que afligen a los pobres y a las minorías en Estados Unidos.

"La injusticia racista y la represión política jamás podrán aplastar mi espíritu de resistencia. Jamás dejaré de luchar por la libertad y por la liberación nacional de mi pueblo oprimido...".

Shaka Sankofa (Gary Graham), 1999

Shaka Sankofa ha pasado más de la mitad de sus 36 años en el pabellón de la muerte. A la edad de 17 años, en 1981, lo condenaron injustamente de matar a un blanco en Houston. El 1º de mayo del 2000, la Suprema Corte federal rechazó su petición de un nuevo juicio y un juez de Houston fijó el 22 de junio como fecha de ejecución. ¡Hay que redoblar la lucha para salvar su vida!

El 26 de mayo, Rubin "Hurricane" Carter y el congresista por Illinois Jessie Jackson, Jr., pidieron un nuevo juicio para Shaka desde las gradas del Capitolio de Washington, D.C. Carter pasó 19 años en la cárcel como consecuencia de un complot. (Su vida se dramatiza en la película Hurricane, protagonizada por Denzel Washington.) Carter dijo que Shaka Sankofa "tiene pruebas de que es inocente... no podemos permitir que lo maten".

Carter hizo estos comentarios en la iglesia bautista Union Temple, donde se llevó a cabo un programa contra la pena de muerte organizado por la Coalición Nacional para Abolir la Pena de Muerte, Amnistía Internacional, Familiares y Amigos de Mumia Abu-Jamal, Coalición Justicia para Gary Graham/Shaka Sankofa y el capítulo de Washington, D.C., del Congreso Nacional de Abogados Negros.

El 5 de mayo, Amnistía Internacional (Estados Unidos) sacó un "boletín urgente" sobre el caso de Shaka Sankofa contra su ejecución porque "la ley internacional prohíbe la aplicación de la pena capital por delitos perpetrados por menores de 18 años". El boletín también menciona pruebas de que Shaka es inocente.

Los abogados de Shaka van a pedir clemencia, y la Coalición Justicia para Gary Graham/Shaka Sankofa exhorta a mandar a la oficina del gobernador y la Junta de Libertad Condicional de Texas correo electrónico, faxes y llamadas telefónicas a favor de darle clemencia. (Pueden encontrar más información sobre protestas y su caso en: http://members.xoom.com/ccadp/garygraham.htm)

Un ministro de la Nación de Islam de Houston convocó a una huelga de hambre en solidaridad con Shaka y el Centro de Acción Internacional ha pedido que se lleven a cabo "Días de resistencia de emergencia" del 16 al 19 de junio. Ya se han fijado protestas para la convención estatal del Partido Republicano en Houston, que se celebrará del 15 al 17 de junio.

Víctima de un sistema racista

Shaka Sankofa ha pasado más de la mitad de la vida en el infierno que es el pabellón de la muerte de Texas. Richard Burr, uno de sus abogados, escribió: "El trayecto que llevó a Gary Graham al pabellón de la muerte es el mismo que han vivido muchos jóvenes negros criados en el quinto distrito de Houston, Texas, y otros ghettos negros".

Su historia relata tomos sobre la opresión de los negros y de la injusticia de la pena de muerte en Estados Unidos, y su lucha ha ganado apoyo en todo el mundo.

El actor Danny Glover, uno de sus partidarios, le dijo al periódico USA Today: "Todo mundo debe inquietarse de que a los jóvenes afroamericanos los criminalizan desde que nacen; a todos nos debe preocupar que economicen en programas de educación y de capacitación laboral para la juventud negra, pero no en cárceles y condenas a muerte. ¿Por qué el 73% de los condenados a muerte, por delitos que cometieron cuando eran adolescentes, son negros o latinos del condado Harris, Texas? ¿Por qué el jurado de Gary Graham fue casi todo blanco? ¿Por qué es Estados Unidos el único país industrializado que en la última década ha ejecutado a menores de edad? ¿Qué dice esta fiebre de ejecuciones sobre los principios fundamentales que gobiernan esta tierra y nuestra sociedad?... No disculpo los robos a mano armada ni otros actos de violencia que Graham cometió en 1981... pero tampoco perdono a una sociedad que es culpable de racismo. Que no quede duda, Gary Graham es víctima del racismo".

De adolescente Gary Graham cometió muchos robos. Se crió en circunstancias familiares muy difíciles, y no sabía leer ni escribir cuando desertó la escuela en el séptimo grado. La única razón por la cual los fiscales decidieron acusarlo de matar a Bobby Lambert en 1981 fue porque les parecía fácil hacerlo.

Lambert, un conocido narcotraficante, murió en circunstancias sospechosas, pero la policía no se encargó de investigarlas. Gary no respondía a la descripción que dio la policía del pistolero y el único testigo ocular que se presentó en el juicio dijo antes que Gary no era el pistolero, que no se parecía al tipo que él vio. El abogado de Shaka, nombrado por el juez, no investigó ni lo defendió, porque supuso que era culpable.

En el pabellón de la muerte Gary Graham aprendió a leer y a escribir, se graduó de preparatoria, despertó políticamente y se dio cuenta de muchas injusticias sociales. Tomó el nombre de Shaka Sankofa para recobrar su herencia africana y fundó el proyecto Endeavor, un periódico y grupo de presos.

En 1993, un nuevo equipo de abogados descubrió gran cantidad de pruebas que comprobaban su inocencia. Los informes policiales mencionan a seis testigos oculares que ahora dicen que Shaka no fue el pistolero. Además, por lo menos cuatro individuos han dicho que Shaka estaba con ellos la noche que mataron a Lambert. Loretta Lambert, la viuda de Bobby Lambert, le dijo a la gobernadora de Texas, Ann Richards, en una carta: "He recibido información que indica que hay la posibilidad de duda razonable de que Gary Graham no cometió este crimen.... Me remordería la conciencia saber que se ejecutó a un hombre que podría ser inocente". Richards admitió que existen nuevas pruebas que ponen en duda su culpabilidad, pero no tomó medidas antes de dejar la gobernación.

A Shaka jamás le han dado la oportunidad de presentar sus contundentes pruebas en la corte. En 1994 sus abogados apelaron ante un tribunal federal y dos años después la corte falló que de hecho existían pruebas importantes que debían de verse, pero devolvió el caso a Texas, donde la corte se negó a verlo. Los abogados de Shaka volvieron a apelar a la corte federal, pero la Ley de la Pena de Muerte Efectiva, firmada por el presidente Clinton en 1996, prohíbe que se vean las nuevas pruebas.

¡Alto a la ejecución!

La Suprema Corte federal se ha negado a ver el caso de Shaka, por lo cual ha recibido la sexta fecha de ejecución. Shaka no está cooperando de ninguna manera con las autoridades carcelarias, que lo castigan por pura venganza: le han rociado gas pimienta, lo han trasladado de celda y le quitaron la máquina de escribir, ropa y correspondencia.

Hace poco Mumia Abu-Jamal escribió: "¿Por qué los verdugos de Texas quieren ejecutarlo? Porque en un país racista es un crimen que un joven negro tenga conciencia y piense en política y en la colectividad". El sistema criminal lo sentenció a muerte y ahora se presta a llevar a cabo esta injusta ejecución.

El año pasado, Shaka Sankofa escribió: "Lo único que puede detener mi ejecución es un fuerte movimiento popular apoyado y encabezado por nuestra juventud y estudiantes. Yo no pongo mi fe en manos de los racistas blancos de la Suprema Corte, sino en las manos unidas y fuertes de nuestra juventud y estudiantes, nuestras hermanas y hermanos y el pueblo. ¡Alto a la violencia, alto a la ejecución!".


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