Vida y libertad para Shaka Sankofa (Gary Graham)

Mumia Abu-Jamal

Obrero Revolucionario #1058, 11 de junio, 2000

Shaka Sankofa ha pasado más de la mitad de sus 36 años de vida en el pabellón de la muerte. A la edad de 17 años, en 1981, lo condenaron injustamente de matar a un blanco en Houston. El 1º de mayo de este año, la Suprema Corte federal rechazó su petición de un nuevo juicio y un juez fijó el 22 de junio como fecha de ejecución.

Sus partidarios están luchando para salvar su vida. El 26 de mayo, Rubin "Hurricane" Carter (quien pasó 19 años en la cárcel como consecuencia de un complot) y el congresista por Illinois Jesse Jackson, Jr., pidieron un nuevo juicio desde las gradas del Capitolio de Washington, D.C. Amnistía Internacional sacó un "boletín urgente" sobre el caso: menciona pruebas de que Shaka es inocente y dice que "la ley internacional prohíbe la aplicación de la pena capital por delitos perpetrados por menores de 18 años". El Centro de Acción Internacional ha pedido que se lleven a cabo "Días de resistencia de emergencia" del 16 al 19 de junio y se han programado protestas para la convención nacional del Partido Republicano en Houston, que se celebrará del 15 al 17 de junio.

Los abogados de Shaka van a pedir clemencia, y la Coalición Justicia para Gary Graham/Shaka Sankofa exhorta a mandar a la oficina del gobernador y la Junta de Libertad Condicional de Texas correo electrónico, faxes y llamadas telefónicas a favor de darle clemencia. (Pueden encontrar más información sobre protestas y su caso en: http://members.xoom.com/ccadp/garygraham.htm)

A continuación publicamos una declaración del preso político Mumia Abu-Jamal sobre Shaka Sankofa:

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A la edad de 17 años, a un joven conocido como Gary Graham le cayó encima una realidad espantosa. El estado de Texas y el fiscal del condado Harris lo escogieron como otra vida negra para sacrificar; otro joven negro para entregar a la máquina de muerte. En un caso de homicidio sin huellas digitales, pruebas balísticas ni otras pruebas de culpabilidad, el estado se propone matar a Shaka Sankofa.

Ha pasado más de la mitad de la vida en las celdas infernales y crueles de Texas. Ahora se conoce como Shaka Sankofa, un hombre joven profundamente consciente de su ser individual y colectivo, y de su lugar en la historia.

¿Por qué los verdugos de Texas quieren ejecutarlo? Porque en un país racista es un crimen que un joven negro tenga conciencia y piense en política y en la colectividad. Para Shaka Sankofa, no basta con ser inocente. Los tribunales estatales y federales le han otorgado un lujo de trámites pero ni una pizca de justicia. Su vida, así como la vida de miles de hombres y mujeres jóvenes como él, son sacrificables desde el nacimiento, no solo en el juicio. ¿Por qué esperar algo distinto de los magistrados blancos y adinerados de los tribunales de apelación?

El caso de Sankofa es un reto para todos nosotros: no solo para los que luchan contra la pena de muerte sino también para los que decimos que estamos a favor de la justicia fundamental y de los derechos humanos básicos. Los acuerdos internacionales de derechos humanos (que Estados Unidos ha firmado) dicen que la ejecución de una persona que era menor de edad cuando ocurrió el delito que le imputan es una violación del derecho internacional. Pero el Imperio Estadounidense se mofa del derecho internacional.

Es necesario movilizar potentes protestas y firme resistencia a la máquina de muerte para alcanzar nuestra clara meta: la vida y la libertad de Shaka Sankofa.

5/5/00
Derechos reservados Mumia Abu-Jamal


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