No escojas entre opresores;
entierra al sistema

Parte 2: Los demócratas

Obrero Revolucionario #1066, 13 de agosto, 2000

La temporada de convenciones ha prendido una temporada de confrontaciones.

Durante la grotesca y bien ensayada comedia de la confirmación de George Bush y Al Gore como candidatos presidenciales, miles se echaron a la calle en Filadelfia y Los Angeles para confrontar las realidades de la democracia y del proceso electoral.

George Bush inauguró la temporada de convenciones con la cruel ejecución del preso revolucionario Shanka Sankofa. Por su parte, Al Gore escogió ese momento para reiterar apoyo a la pena capital. Las dos convenciones le dieron un lugar prominente a políticos empeñados en ejecutar al preso revolucionario Mumia Abu-Jamal: Tom Ridge (gobernador republicano de Pensilvania) y Ed Rendell (ex alcalde de Filadelfia y ahora co-presidente del Comité Nacional Demócrata).

En Filadelfia, en vísperas de la Convención Republicana, la policía pateó contra el pavimento a Thomas Jones y mató a un hombre sin techo en una estación del tren. Durante las protestas contra la convención, la policía arrestó y golpeó a lo loco. En Los Angeles, el alcalde anunció que la policía tratará con mano dura a los que protesten durante la Convención Demócrata.

Al cierre de esta edición, miles se preparan para protestar en Los Angeles. Por su parte, el periodismo oficial repite que estas convenciones políticas son ejemplos de la democracia en acción, y así es.

Esta es la democracia burguesa en acción: la clase de los capitalistas más ricos y poderosos, por medio de sus representantes, define el programa, toma las decisiones y manda la parada en un proceso que excluye sistemáticamente a las masas populares... a las buenas o a las malas.

Hay que ver las convenciones con los ojos de los niños de las decrépitas escuelas de los ghettos; de los presos enterrados en cárceles atestadas; de los que cruzan la frontera arriesgando la vida para buscar trabajo de este lado; de los que recogen cosechas envenenadas o se encorvan en talleres.

Hay que ver a estos candidatos y programas con los ojos de nuestras hermanas y hermanos de todo el planeta que luchan por subsistir y por la libertad.

Desde ese punto de vista, las convenciones, los debates, las fotos, los anuncios y todo el pinche proceso electoral no nos ofrecen absolutamente NADA. A los oprimidos el circo electoral no les ofrece la menor esperanza y a la nueva generación no le ofrece nada para el futuro. A los millones que están hartos de una sociedad que baila al son del dinero, dispuesta a sofocar todo sentimiento de compasión, comunidad o solidaridad, no les ofrece el menor cambio.

Nuestros opresores promueven a sus futuros líderes, disfrazando la desalmada maquinaria de explotación con mentiras de compasión y oportunidad para todos. Pero los dos candidatos ofrecen un camino que seguirá estrangulando a millones por todo el mundo.

Es excelente que algo radicalmente distinto los desenmascare y los confronte.

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Los demócratas escogieron como sede de la convención a Los Angeles, una ciudad que encarna la "nueva economía global" de la que tanto se jactan.

Los Angeles es una ciudad de enorme riqueza... y es la zona metropolitana del país con la mayor cantidad de pobres. Al lado del derroche y la fastuosidad de Beverly Hills y Malibu Beach está la miseria y opresión de Sur Centro y Pico Union. Hay parques de alta tecnología, pero hay más talleres de superexplotación. El crecimiento industrial se alimenta de la mano de obra mal pagada de latinoamericanos y asiáticos, y los pobres necesitan dos o tres trabajos para subsistir. Muchos negros no tienen esperanza de conseguir trabajo y sus principales "opciones" son vivir en la calle, pedir welfare o la cárcel. Para mantener esa situación, el renombrado departamento de policía de Los Angeles despliega salvajismo al por mayor.

Al Gore dice: "La cuestión es si uno está a favor del pueblo o del poder, y sabemos que nuestros adversarios en estas elecciones están con los poderosos, no con el pueblo".

¿Contra el poder y a favor del pueblo? ¡Los demócratas llevan ocho años en el poder y hemos visto lo que le han hecho al pueblo!

Clinton-Gore abrieron todas las puertas posibles para aumentar las ganancias del capitalismo global y atacaron sin piedad a los del fondo de la sociedad. Recortaron el welfare, lo que empeoró la pobreza de millones. Impulsaron la "guerra contra el crimen" con brutalidad policial, la criminalización de la nueva generación y el encarcelamiento de un millón de personas, principalmente negros y latinos. Redoblaron la guerra contra los inmigrantes y la militarización de la frontera; por eso, centenares han muerto por el crimen de buscar trabajo, y millones tienen que vivir escondidos y asustados.

Los demócratas hablarán mucho de diversidad en la convención, pero desmantelaron los programas de acción afirmativa en educación y empleo. La posición de los demócratas sobre el aborto, que sea "legal pero poco común", ha terminado los servicios de aborto para millones de mujeres, especialmente las jóvenes, pobres y del campo. Con la mentira de proteger al país del "terrorismo", han hecho añicos muchas libertades civiles.

Durante el gobierno demócrata, el brazo del capital global se alargó por medio del TLC/NAFTA, la OMC y el FMI. A los países que no doblaron la cabeza (como Irak, Afganistán y Sudán) los bombardearon y les pusieron sanciones. A los países con movimientos insurgentes (como Perú, México y Colombia) les mandaron ayuda militar y escuadrones de la muerte.

Los ricos nunca han sido tan ricos y el abismo que los separa de los pobres nunca ha sido tan vasto. El New York Times informa que en la actualidad las maquiladoras y la prostitución esclavizan a 200 millones de personas: eso ha sucedido durante el gobierno de Clinton-Gore.

Mejor dicho, prácticamente todos los horrores del sistema han empeorado en los años de Clinton-Gore.

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"¿Quién diablos quiere el derecho, el dizque derecho, de determinar cuál grupo de opresores y explotadores nos va a oprimir y explotar? No queremos ese derecho-¡no vale ni mierda! Queremos el derecho de acabar con ser oprimidosy explotados-de acabar con la farsa de la democracia y la realidad de la dictadura".

Bob Avakian, Presidente del PCR

Se comenta que estos partidos políticos y que el proceso electoral no pueden resolver los problemas de la sociedad. Ciertas voces dicen que el proceso político se ha descompuesto, que las corporaciones lo dañaron, y que hay que reformarlo y hacer que las corporaciones tengan "responsabilidad social". Ralph Nader y los Verdes dicen que este sistema se puede limpiar y que la democracia volverá si se cambian los métodos de financiar las elecciones.

La prensa dice tranquilamente que el candidato que reciba más contribuciones de las corporaciones ganará. Pero el problema es más profundo que esas contribuciones, e incluso más profundo que las corporaciones.

El sistema político estadounidense existe para proteger el dominio de los capitalistas. Se basa en una Declaración de Independencia escrita por dueños de esclavos, y en una Constitución escrita para proteger la propiedad burguesa y los derechos de los explotadores. Los líderes de este sistema no representan a las masas populares y no pueden hacerlo pues los eligen para representar a la clase capitalista. Así lo establecieron los "padres de la patria". Ese sistema ha evolucionado y formado un sistema imperialista que protege la explotación moderna a escala global. Es el sistema preferido de la clase dominante y le ha sido muy útil.

Las medidas de Clinton-Gore responden a las necesidades del sistema. Lo que hicieron contra el pueblo no se debe a "presiones" electorales ni simplemente a que los controlan poderosos intereses económicos. Se portaron como lo hicieron porque el sistema imperialista lo demanda.

Para ganarle a la competencia global, y superar la crisis y el estancamiento financieros de los últimos veinte años, los señores del capital necesitaban cumplir su primer mandamiento (adorarás las ganancias por encima de todas las cosas) con más saña y libertad por todo el planeta. Dentro del país, era necesario reducir los programas sociales, darle más poder represivo al gobierno y crear una atmósfera social represiva.

El don especial de Bill Clinton ha sido combinar la cháchara de "inclusión" con la realidad de una política cruel. Por un lado, toca el saxofón y por el otro lado desmantela el welfare. Por eso lo escogieron para llevar la batuta ocho años, y Gore quiere hacer lo mismo.

Por un lado, Gore promete que continuará las duras medidas de los últimos ocho años y les dice a los capitalistas: "Estamos bien; hemos creado prosperidad. ¿Para qué buscar problemas con un líder sin experiencia?"

Por el otro lado, les dice a las masas: "Somos el partido del pueblo. Tengan confianza en nosotros y confrontaremos a los monopolios". Promete proteger a los trabajadores de los ataques del capitalismo global, frenar el racismo, aumentar los servicios de salud y mejorar la educación.

Pero es imposible representar los intereses de los imperialistas y del pueblo al mismo tiempo. No se puede representar al dueño de la corporación y al asalariado, al opresor y al oprimido. El que lo prometa, miente. ¿Y a favor de quién cree que actuará?

Nos dicen que la única forma de cambiar la situación es con las elecciones, que así se reformará el sistema. Pero eso es pura fantasía; es como tomarse "la píldora azul" y nunca tratar de escapar (o de entender) la Matrix.

Las elecciones nunca serán un medio para cambiar la devastadora conducta de las corporaciones estadounidenses por todo el mundo. Los imperialistas modernos (que saquean a millones, matan al que se les atraviese en el camino y someten a países enteros) no van a dar la vuelta cada cuatro años e invitar a las masas populares a tomar decisiones fundamentales para el sistema.

La única forma de cambiar el sistema, de ser libres, es con una fuerte resistencia de masas a todo el sistema.

Así que durante esta campaña electoral, invitamos a trabajar con el Partido Comunista Revolucionario y el grupo juvenil, la BJCR, para desenmascarar la farsa política de la clase dominante, salvar la vida de Mumia Abu-Jamal, y atacar la brutalidad policial y todas las otras injusticias del sistema.

Para resolver el intolerable sufrimiento de millones se necesita una revolución: un levantamiento consciente, radical, incontenible, masivo, del fondo de la sociedad humana que dé a luz una nueva vida liberada. Nada más resolverá los problemas del pueblo... y no hay otra cosa por la que más valga la pena vivir, trazar planes, luchar o morir.


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