Entrevista a un camarada

El Moratorio Chicano de 1970...
y la lucha hoy

Parte 1

Obrero Revolucionario #1068, 27 de agosto, 2000

El 29 de agosto de 1970, 25.000 chicanos de todo el país se dieron cita en Los Angeles para el Moratorio Chicano, una gran protesta contra la guerra de Vietnam y la opresión nacional. Marcharon por el bulevar Whittier de Boyle Heights bajo el lema "¡Raza sí, guerra no!". El LAPD reprimió la manifestación y el pueblo se defendió heroicamente; tres compañeros dieron la vida por la causa ese día. Con motivo del 30 aniversario del Moratorio, unos revolucionarios jóvenes entrevistaron a un camarada de larga trayectoria que participó en esa lucha.

Pregunta: A nuestra generación nos politizó la Proposición 187 contra los inmigrantes y la Proposición 209 contra la acción afirmativa. O sea, estamos en la lucha por problemas como esos. Y para tu generación, ¿cuáles eran las cuestiones candentes?

Respuesta: Bien compañeros, veamos qué pasaba en el mundo en ese entonces: el pueblo vietnamita demostraba a los pueblos del mundo entero que un país chico puede derrotar a un país grande; si su causa es justa, si está decidido a liberarse, un pueblo oprimido impondrá su voluntad.

Eso no pasó inadvertido por los pueblos del mundo, ni mucho menos por los chicanos. El Moratorio Chicano se dio hasta finales del movimiento contra la guerra porque la oposición a la guerra de Vietnam era muy discutida. En la escuela nos enseñaban que era bueno derramar la sangre por Estados Unidos y muchos chicanos entraron al ejército. Después de un tiempo se dieron cuenta de que no tenía caso morir por los imperialistas, y empezaron a alzar la voz y a clamar que no iban a morir en esa pinche guerra.

Pero había opiniones muy encontradas. Y el debate ocurría, como ya mencioné, en el marco de la guerra del pueblo vietnamita contra la agresión yanqui; los vietnamitas le daban duro a Estados Unidos y le causaban muchas bajas. Me acuerdo de las fotos de bolsas para restos humanos. Las subían a los aviones y, ¡había muchísimas! ¡Un chingo! No más. La rebeldía contra todo eso se plasmó en el Moratorio Chicano, y la heroica lucha del pueblo vietnamita y las demás luchas en todo el planeta la animaron.

Otro factor en ese tiempo fueron las matanzas de estudiantes de Kent State y Jackson State por la Guardia Nacional y la policía. (Siendo Jackson State una universidad negra, casi no se menciona esa matanza.) Estados Unidos derramó la sangre de estudiantes blancos y negros. Por otra parte, los chicanos ansiaban unirse en un acto político, pues fue prácticamente la primera vez que se juntaron chicanos de todo el país. En la protesta vi mantas de Kansas City, de Minnesota, de Chicago, de todas partes, y claro de todo el sudoeste. O sea, los chicanos tenían muchas ganas de unirse en una protesta contra la guerra. No querían que sus hijos fueran a morir en Vietnam y aparte había otros problemas muy gruesos. O sea, no era solo la guerra, pues acabar con ella no iba a solucionar los demás problemas: el asesinato policial, el genocidio, el racismo, la deserción escolar, la supresión del idioma y la cultura. Todo eso los politizó. Se unieron por todas esas razones, pero el problema clave era la guerra, aunque repito no fue el único motivo del Moratorio.

Fue algo nunca visto. Fue la primera vez en la historia que ocurrió una manifestación así. Y no me refiero al simple hecho de que fue multitudinaria. Claro, de 25.000 a 30.000 personas participaron y eso fue muy importante, pero hay que destacar su composición: muchos estudiantes, proletarios y otros que no se conocían. No fue una protesta que se convocaba cada año ni nada por el estilo; fue inaudito, repito, totalmente inaudito. Ustedes preguntaron sobre las cuestiones candentes; fue todo eso: la guerra y la forma en que nos tocaba vivir todos los días en este país, además del ejemplo de los pueblos que se alzaban y luchaban por sus derechos. Todo eso nos politizó.

Y nosotros, la Unión Revolucionaria (porque en ese momento el Partido aún no existía), organizamos un contingente chicano. Planteamos consignas sobre la situación de los chicanos, consignas que iluminaban el camino hacia una verdadera solución. Como señalaba el folleto de la Unión Revolucionaria: "En agosto de 1970, más de 25.000 chicanos de todo el país acudieron a una manifestación en Los Angeles para parar la guerra de Vietnam y acabar con la opresión nacional. Se unieron en torno a la consigna: `¡Raza sí, guerra no!'. Algunos manifestantes, con la posición más avanzada de que las guerras de liberación nacional son justas y las guerras de agresión imperialista son injustas, lanzamos consignas como `¡Frente Nacional de Liberación vencerá!' y `¡Raza sí, guerra aquí!'".

Claro, no todos estaban de acuerdo con nuestras consignas. A algunos organizadores les espantó la consigna sobre el FNL, pero nos pareció importante destacar que su lucha era tan justa como la nuestra y que lo que hacíamos nosotros contra el imperialismo yanqui fortalecía la lucha de los pueblos oprimidos. Así que coreamos esas consignas y muchos las adoptaron porque eran justas.

Teníamos esa consigna sobre "guerra aquí" precisamente porque la guerra de Vietnam, que ocurría en un país lejano, no era el único problema de los chicanos, pues la opresión nacional y la lucha contra ella se daba en las comunidades chicanas de todo el país. Destacamos ese punto y la respuesta de las masas fue muy favorable, pues eso las hizo reflexionar.

¿Por qué no planteábamos la paz? Me acuerdo que muchos preguntaban: "¿Por qué no plantean simplemente un fin a la guerra?". Y respondíamos: Porque no se ha dado solución a las causas de la guerra. Queremos la derrota de Estados Unidos por el pueblo vietnamita. Algunos pensaban que eso era traición: "¿Quieren la derrota de Estados Unidos?". "¡Simón!", les decíamos, "¡Cómo no!".

Pregunta: Así que, ¿era muy polémico decir eso?

Respuesta: Era un concepto nuevo, pues los demás grupos no hablaban de trabajar por la derrota del imperialismo yanqui. Algunas personas pensaban: bueno si la guerra no cobrara vidas chicanas, entonces no habría problema. Pero decíamos que no, que lo que queríamos era que el pueblo vietnamita le diera en la torre a Estados Unidos, que los imperialistas se debilitaran a través de esa lucha. No queríamos que se fortalecieran. Y al reflexionarlo, mucha gente decía que teníamos razón. La mayoría respondió así.

Pero quiero recalcar que ese planteamiento era muy polémico. Todo mundo decía ¡chin!, y se ponía a pensar y luego decía, pues sí. Claro, algunos no estaban de acuerdo, otros sí y a muchos les hizo reflexionar. Pero, repito, todo eso pasaba en el marco de una guerra en que un país chico le daba en la torre a Estados Unidos. Algo insólito. Claro, Estados Unidos se batió en retirada en Corea, pero en ese caso dijo que fue simplemente un "operativo policial". Ahora el pueblo vietnamita les daba en la torre a los imperialistas yanquis, lo cual les daba mucha rabia, pero a nosotros nos encantaba.

Pregunta: Quisiera saber, ¿quiénes iniciaron esa manifestación multitudinaria? ¿Varias organizaciones o una sola? O sea, ¿quiénes la propusieron?

Respuesta: Bueno, les cuento lo que sé de eso. Participé en uno de los comités organizadores del Moratorio. Había distintos planteamientos. Todo mundo estaba de acuerdo con unirse a la lucha contra la guerra de Vietnam y que debíamos organizar una serie de protestas que culminaran en una gran manifestación en Los Angeles. Hubo moratorios chicos en Oakland y en muchas ciudades, ciudades del interior del país, la verdad no me acuerdo exactamente cuáles. Pero por eso llegó toda esa gente a Los Angeles.

Aprendimos mucho del movimiento masivo contra la guerra. Justo antes del Moratorio Chicano, convocaron manifestaciones de 500.000 personas en la costa este y 250.000 en San Francisco, manifestaciones multitudinarias. Retomamos la experiencia de ese movimiento; empezaron con protestas chicas, o sea, no empezaron con una protesta de 250.000 personas en San Francisco. Las primeras protestas eran relativamente chicas. Así que sacamos esas lecciones.

En ese tiempo, cuando íbamos a otra ciudad, nos hospedaban; nos apoyábamos en las masas. O sea, cuando mandábamos un organizador, se quedaba en casa de un simpatizante, donde le daban de comer y lo ayudaban. No teníamos mucha lana. Nos apoyábamos en las masas, pues nuestra causa era justa y los chicanos cuestionaban la guerra. Cobraba vidas, vidas chicanas. Y eso causaba grandes inquietudes.

Además, era un momento histórico de grandes trastornos y la gente ya no pensaba igual que antes. Así que el Moratorio no fue el planteamiento de una u otra organización; más bien plasmó el sentir colectivo de muchas organizaciones y de gente de muy distintos puntos de vista.

En la marcha de ese día participaron familias enteras: madres, abuelas, niños. Fue muy impactante, algo parecido, según entiendo, a las protestas contra la Proposición 187, o sea, acudió toda la familia.

Pregunta: Es impresionante que tanta gente se diera cita en Los Angeles. ¿Qué onda con eso? O sea, vinieron desde Missouri y Kansas, como dijiste. ¿Cómo les llegó la invitación? ¿Cómo se enteraron de que todo mundo venía a Los Angeles para esa gran manifestación?

Respuesta: Había varios factores: la experiencia del movimiento contra la guerra, las organizaciones chicanas en muchas escuelas. Pero más que nada, era una causa justa, ¿no? O sea, mucha gente respondió porque sentía en el corazón que era justo y que ya bastaba. Ansiaba unirse. Por otra parte, era la primera manifestación de ese tipo y, como mencioné, se mandaron compañeros a muchas ciudades a movilizar. Había muchas organizaciones chicas en todo el país que se oponían a la guerra, y mucha gente quería luchar contra la opresión de los chicanos.

Era una época de despertar político. La opresión de los chicanos se ponía de relieve, por ejemplo, el hecho de que en 1967 ningún chicano se había graduado de la carrera de medicina en la universidad de UCLA. Había muchas injusticias y atropellos: asesinatos policiales, explotación, discriminación en el trabajo, todo eso. Los chicanos sufríamos una opresión común, y ansiábamos unirnos y luchar contra esa opresión. Fue toda una aventura; muchos venían sin conocer a nadie aquí en Los Angeles. Y ese fue un factor importante cuando la policía atacó la marcha.

Continuará


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