Del Comité del Movimiento Revolucionario Internacionalista

¡Apoyar la heroica resistencia de los presos políticos de Turquía!

Obrero Revolucionario #1074, 15 de octubre, 2000

Recibimos esta declaración del Comité del Movimiento Revolucionario Internacionalista.

En Turquía, una bomba de tiempo amenaza con estallar en las prisiones. El gobierno intenta doblegar a los miles de presos políticos que luchan en esos baluartes de oposición a la dictadura por medio de prisiones tipo F.

En las prisiones tipo F recluyen a un máximo de seis presos políticos en diminutas celdas aisladas. No pueden hablar con los presos de otras celdas y solo tienen una visita de media hora cada semana con sus familiares; el resto del tiempo están encerrados sin ningún otro contacto humano. Los presos no ven luz natural: reciben la comida cada día por debajo de la puerta de su celda sin ventanas. La clase dominante de Turquía espera que con esa tortura psicológica aplastará a los presos políticos y abrirá el paso a una era de paz social en todo el país; por eso ya está acondicionando una docena de cárceles. Los grupos de derechos humanos informan que la tortura en el sistema penal de Turquía es muy común.

Los gobernantes de Turquía tienen grandes ambiciones. Estados Unidos ha aumentado la ayuda militar tras el descubrimiento de grandes reservas petrolíferas en el mar Caspio y se planea transportar el petróleo por Turquía. Aparte de eso, en los últimos años Turquía ha mejorado las relaciones con Israel, agente imperialista de Estados Unidos. Animados por los imperialistas occidentales y por recuerdos de la grandeza del imperio otomano, sueñan con fantasías reaccionarias de ser un mayor gendarme regional y sacrificar a los jóvenes como carne de cañón "barata" en las próximas guerras imperialistas. Envalentonados con la captura del líder del Partido Obrero Curdo, Abdullah Ocalan, han hecho hasta lo imposible por destruir la rebelión curda. Ahora ambicionan acabar la resistencia en las prisiones y apagar el fuego de la rebelión social que prende candela por todo el país y atiza la lucha de los campesinos y obreros, que empuñan las armas bajo el liderazgo del Partido Comunista de Turquía (Marxista-Leninista). ¡Puras fantasías! ¡Sueños negros del enemigo!

El gobierno ha tomado un bocado demasiado grande, pues no podrá ni masticarlo ni tragárselo. Por eso, vacila en enfrentarse directamente con los presos: no ha hecho ninguna declaración y hasta se rehusó a comentarle su plan a una delegación de derechos humanos de la Unión Europea, aunque el acondicionamiento de prisiones sigue a toda máquina. Hay una razón para eso: cuando el gobierno intentó imponer ese tipo de aislamiento en las prisiones en 1991, los prisioneros se resistieron con valentía. Según el saldo oficial, 17 presos perdieron la vida en ese enfrentamiento desigual, mas su causa inspiró apoyo popular y el gobierno tuvo que retroceder con la cola entre las patas. Luego en 1996, cuando el gobierno sacó un boletín sobre el plan, los presos se levantaron en masa y una huelga de hambre sacudió las prisiones. Doce presos perdieron la vida y el gobierno nuevamente tuvo que retroceder. El 8 de julio del presente, estallaron nuevas batallas en la prisión de Burdur, donde las fuerzas del estado atacaron a los presos para medir la situación y las posibilidades de imponer celdas tipo F; los presos políticos opusieron una feroz resistencia, 19 cayeron heridos y uno perdió el brazo.

Ante todo, los presos políticos saben que las masas de Turquía son una fuente inagotable de apoyo. Ellos son los mejores hijos e hijas de los oprimidos de todas las nacionalidades y millones saben que su causa es justa. Muchos de los presos son maoístas partidarios del Partido Comunista de Turquía (Marxista-Leninista). La mayoría están presos debido a la odiada ley antiterrorista, con la cual el gobierno mete a los revolucionarios a la cárcel por muchos años por ser militantes de las tantas organizaciones proscritas por el simple hecho de tener un volante. Además, el mundo entero conoce su causa, pues repetidamente han demostrado su implacable internacionalismo e inspirado a millones con su firme apoyo a la guerra popular del Perú y defensa de los líderes presos del Partido Comunista del Perú, el Presidente Gonzalo y el Camarada Feliciano.

Los ojos de millones estarán puestos en los presos políticos que emprenden esta difícil lucha y los corazones de los oprimidos latirán a la par. Mucho está en juego. En la Rusia prerrevolucionaria, el partido bolchevique de Lenin dirigió a los presos políticos a voltearle la tortilla al gobierno reaccionario: cuando dispersaba a los presos, estos creaban escuelas de revolución en nuevas zonas y cuando los concentraba, transformaban las prisiones en grandes trincheras de resistencia. Igual en Turquía, el gobierno comprenderá, demasiado tarde, que reprimir a los presos no creará paz social, sino una chispa que prenderá mayores luchas.

El Comité del Movimiento Revolucionario Internacionalista hace un llamado a los marxista-leninista-maoístas, como también a otras fuerzas revolucionarias y progresistas, a apoyar esta heroica lucha en las prisiones de Turquía.

Comité del Movimiento Revolucionario Internacionalista
24 de julio, 2000


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