Juez rechaza memoriales a favor de Mumia

El pueblo tiene que hacerse oír

C. Clark Kissinger

Obrero Revolucionario #1075, 22 de octubre, 2000, rwor.org

La justicia no se puede dejar en manos de los jueces, como se vio hace poco cuando el juez federal William H. Yohn rechazó todos los memoriales voluntarios recibidos a favor de Mumia Abu-Jamal.

Los memoriales voluntarios (amicus) son documentos que presentan a un tribunal individuos u organizaciones que no tienen que ver directamente con un juicio, pero que consideran importante expresar su opinión.

A la fecha, se han recibido cuatro memoriales de apoyo a Mumia, presentados por: la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) de Pensilvania y la Asociación para el Avance de la Gente de Color (NAACP) de Filadelfia; el Gremio Nacional de Abogados y otras cinco organizaciones de abogados; 22 parlamentarios de Inglaterra; y la Fundación de Estudios Chicanos.

Los cuatro memoriales se suman a: miles de miles de cartas de todo el mundo; desplegados en el periódico New York Times firmados por personas distinguidas en muchos campos; conciertos y discos de docenas de artistas; grandes manifestaciones; centenares de arrestos; un informe fulminante de Amnistía Internacional; adhesión de sindicatos; y visitas a Mumia por personalidades mundiales. Todas estas manifestaciones de apoyo expresan la gran preocupación e interés mundial por parar la ejecución de Mumia, así como el hecho de que las mismas injusticias que ha sufrido Mumia afectan profundamente a millones.

Es una infamia intolerable que el juez no haya querido recibir los memoriales. En los casos de pena capital se recomienda oír todos los argumentos que puedan ayudar al acusado. ¿Qué dice del sistema judicial el hecho de que ni siquiera considere estos memoriales?

El juez admite que no hay leyes, fallos ni precedentes de tribunales superiores que indiquen cuándo rechazar memoriales voluntarios. Incluso la Suprema Corte de Pensilvania, que está repleta de jueces amigos de la Orden Fraternal de Policía, aceptó un memorial a favor de Mumia.

El juez dijo que según las reglas del tribunal federal de apelaciones (reglas que no se aplican a su tribunal de distrito federal), los memoriales son "innecesarios" y que "no ayudan" porque son una carga más para el tribunal. ¿Que qué? ¿La vida de un hombre está en juego y el juez dice que es una carga leer unos memoriales? ¿Que no ayudan a quién? Esa es la pregunta central. Obviamente ayudan a Mumia, como lo sabe el juez, y hay que exigir que los acepte.

El Obrero Revolucionario ha escrito detalladamente sobre la petición de habeas corpus de Mumia y los memorandos de apoyo. Esos documentos esbozan claramente los puntos jurídicos centrales del reclamo de justicia de Mumia: la incompetencia del abogado que le endilgó el tribunal; el hecho de que no le permitieron defenderse; el hecho de que la fiscalía ocultó pruebas y presionó a los testigos a cambiar de testimonio, y la manipulación racista del proceso de selección del jurado. Estos puntos son fundamentales en el caso de Mumia y en el debate nacional sobre la pena de muerte.

Los memoriales defienden derechos básicos

Los memoriales amplían varios de los 29 puntos que plantea la petición de habeas corpus. Abordan derechos básicos que son importantes no solo para Mumia sino para todos. Mumia ha recalcado la importancia de dos memoriales en particular: el de los parlamentarios ingleses y el de la Fundación de Estudios Chicanos. "Son lecciones de historia sobre derechos humanos fundamentales que el estado violó con impunidad", escribió.

Estos dos memoriales muestran exactamente quién manipuló el juicio y cómo, en respuesta a la crítica común de la prensa a Mumia de que EL trastornó y manipuló su juicio de 1982.

El memorial de los parlamentarios ingleses se basa en un fallo de la Suprema Corte (1995) que reafirmó inconfundiblemente el derecho casi absoluto de un acusado de realizar su propia defensa. La Suprema Corte declaró que un tribunal no puede imponerle un abogado defensor a un acusado.

Justamente eso fue lo que sucedió en el juicio de Mumia. Uno de los argumentos de más peso para que lo juzguen de nuevo es que no lo dejaron ser su propio abogado y que le pusieron un abogado que no quería.

El memorial de los parlamentarios ingleses señala que a John Africa (asesor espiritual y político de Mumia) lo corrieron de la mesa de la defensa. Mumia solicitó que fuera su asesor durante el juicio. Sin la ayuda de alguien de plena confianza, que no esté a sueldo del gobierno, el acusado confronta solo todo el poder del estado. Tener un asesor en la mesa de la defensa es común en Pensilvania y otros estados, pero el juez Sabo decidió que el único asesor que se podía sentar al lado de Mumia era el abogado Anthony Jackson (nombrado por Sabo) y después sacó a Mumia del juzgado para que no se defendiera.

El memorial de la Fundación de Estudios Chicanos documenta que el tribunal conspiró para impedir que Mumia se defendiera. Dado que el derecho de defenderse uno mismo es casi absoluto en el sistema judicial de Estados Unidos, básicamente había que sacar a Mumia del juzgado para que no se defendiera.

El fiscal, Joseph McGill, propuso sacar a Mumia del juzgado el 2 de junio de 1982. El 9 de junio no lo dejaron interrogar a los jurados. El 17 de junio, el primer día del juicio, Mumia volvió a solicitar que John Africa se sentara en la mesa de la defensa para ayudarlo. Después de una larga discusión, Sabo anunció que Mumia no podía defenderse y que Anthony Jackson, el abogado nombrado por la corte para respaldarlo, se haría cargo de la defensa.

Reunión a puerta cerrada

La contribución más importante del último memorial es documentar la reunión que se celebró a puerta cerrada en la oficina del juez la mañana del 18 de junio. El juez Sabo, el fiscal McGill y el abogado Jackson se preguntaron qué podían hacer para que Mumia no ganara una apelación en caso de que rehusara defenderse o cooperar con Jackson. Mumia no supo de esa reunión y no vio las actas de ella sino hasta después del juicio.

En las actas, Sabo dice: "Supongamos que él hace algo que me obliga a echarlo del juzgado, porque no lo voy a amarrar.... Entonces usted queda solo y tiene que tomar una decisión [refiriéndose a Jackson]". Jackson contesta: "Sí, su señoría".

La conversación continúa y Sabo menciona el ejemplo del juicio de los 9 de MOVE en 1979, en que los sacaron del juzgado y les ordenaron a los abogados hacerse cargo de la defensa, contra la voluntad de los acusados.

Esa tarde, cuando siguió el juicio, Mumia solicitó de nuevo que lo ayudara John Africa. Sabo manda al jurado salir del juzgado y dice: "Mr. Jamal, esta es la última vez que interrumpe. El tribunal le ordena al sheriff que lo saque del juzgado. Seguiremos sin su presencia".

Así queda claro que el tribunal violó premeditadamente el derecho de Mumia a defenderse.

El memorial también explica que en esa reunión decidieron eliminar del jurado a la única persona que Mumia escogió y que la reemplazaron con un señor blanco (quien dijo que no podría ser justo en este caso). Ese señor fue el presidente del jurado que condenó a Mumia y lo sentenció a muerte.

Es una canallada que el juez Yohn no quiera leer estos memoriales.

www.refuseandresist.org/mumia/court.html contiene información sobre la apelación y todos los documentos citados. Si quieres información sobre la movilización para el día que Mumia se presente al tribunal, pregúntale a la coalición en tu ciudad o ve a www.j4mumia.org.


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