Mumia Abu-Jamal: Enemigo del estado

De Pantera Negra a voz de los que no tienen voz

Mike Ely

Obrero Revolucionario #1076, 29 de octubre, 2000, rwor.org

"No solo quieren matarme, quieren silenciarme".

Mumia Abu-Jamal1

El 8 de agosto de 1978, la policía de Filadelfia atacó la casa de la organización radical MOVE en la avenida Powelton con intensas ráfagas de armas automáticas, gas lacrimógeno y chorros de agua; arrestó a los miembros de MOVE y le dio una salvaje paliza frente a las cámaras de la tele a Delbert Africa cuando se rendía.

Por la tarde, el alcalde, Frank Rizzo, convocó una rueda de prensa en el palacio municipal, y le ordenó a la prensa cerrar filas y apoyar a la policía. Entre la multitud de reporteros, resonó la voz de un joven periodista negro que cuestionaba la versión oficial. El alcalde airado escupió: "La gente cree lo que usted escribe y lo que dice, y eso tiene que parar. Un día, y espero que sea durante mi gobierno, tendrá que pagar por lo que está haciendo".2

¿Y el periodista contra quien lanzó esa amenaza? Se llamaba Mumia Abu-Jamal, y llevaba diez años atacando al sistema judicial y la policía de Filadelfia.

El 8 de diciembre de 1981, tres años después de esa rueda de prensa, Mumia Abu-Jamal, de 27 años, cayó en manos de la policía. Por poco lo mata una bala policial, y luego lo arrestaron, lo golpearon y lo maltrataron sin piedad. En un juicio, parecido al del libro de Kafka o al de Alicia en el país de las maravillas, lo culparon del homicidio del agente Daniel Faulkner y lo condenaron a muerte.

A partir de entonces, Mumia Abu-Jamal ha estado preso. Desde el pabellón de los condenados a muerte y el cruel aislamiento de la Unidad SCI Greene, esgrime su pluma, alza su voz y abre los ojos de la nueva generación para que vean las injusticias del sistema.

Personajes prominentes de la estructura de poder de Filadelfia, como Ed Rendell (presidente del Comité Nacional del Partido Demócrata) y Ron Castille (magistrado de la Suprema Corte de Pensilvania) iniciaron su carrera en la máquina política del tristemente célebre alcalde Frank Rizzo, quien reprimió con violencia a las fuerzas radicales de la comunidad negra. Lo que le hicieron a Mumia Abu-Jamal en 1981 es su secreto vergonzoso. Quieren que siga tapado y quieren ejecutar a Mumia.3

Mumia era un joven periodista revolucionario muy valiente que puso en tela de juicio la terrible brutalidad y corrupción de la estructura de poder de Filadelfia; su condena injusta es una gran injusticia y ha sido víctima de patente persecución política. Lo que es más, estamos ante el peligro de una injusticia mayor: la ejecución de ese preso político. El proceso de apelaciones ha llegado a una coyuntura crítica y nuestras acciones serán decisivas en esta situación de vida o muerte.

Por lo general, la prensa repite la versión oficial de los fiscales y la Orden Fraternal de Policía, según la cual Mumia es un "matapolicías" a quien agarraron en el acto. Dicen que lo condenaron con estricto apego al debido proceso, le dieron múltiples oportunidades de apelar y ahora le darán su muy merecido castigo, la ejecución.4 Pero esa versión la desmienten rotundamente los hechos.

Uno de los planteamientos centrales del gobierno es que Mumia no fue víctima de represión política: dicen que no representaba mayor peligro para el sistema cuando lo arrestaron en 1981, pero su vida y el trabajo que realizó en los años antes de su arresto comprueban todo lo contrario.

Filadelfia, "la ciudad del amor fraternal"

En las grandes migraciones del siglo 20, centenares de miles de negros se desplazaron del Sur hacia la ciudad industrial de Filadelfia en busca de trabajo y una nueva vida. Lo que encontraron fue la prisión de los ghettos, los viejos barrios pobres que se desmoronaban, y de allí no salían, pues un negro que frecuentaba otras partes de la ciudad, sobre todo de noche, se exponía a una golpiza o inclusive a la muerte a manos de pandillas racistas o la policía.

Mumia Abu-Jamal nació en 1954 y creció en los multifamiliares del Norte de Filadelfia en una era de confrontación histórica de los negros contra la segregación y el racismo. Soplaban vientos de rebelión en la Filadelfia del joven Wesley Cook (como Mumia se llamaba en ese entonces), donde la cuarta parte de la población de dos millones eran negros.

En agosto de 1964, cuando la policía paró a una conductora negra, una multitud la defendió y se prendió una rebelión que sacudió la comunidad negra por tres días. La primera noche, el comisionado de la policía ordenó que las fuerzas policiales se replegaran. El subcomisionado Frank Rizzo, un policía ambicioso, lo criticó por "cobardía" y dijo que les hubiera debido dar carta blanca para matar.5

La alcaldía tomó nota y le encomendó a Rizzo preparar el departamento para futuros disturbios: amplió la unidad de espionaje político, así como la de combatir crímenes; aumentó la cantidad de agentes de esta a 115 y les dio entrenamiento militar de francotiradores.6 Una y otra vez, despachó la policía contra organizaciones políticas y centros de resistencia.

En 1966, Rizzo ordenó grandes redadas contra cuatro locales del grupo estudiantil negro SNCC en el Norte de Filadelfia. En 1967, lo ascendieron a comisionado de la policía; poco después ordenó el ataque a cachiporrazos a una manifestación pacífica de 3500 estudiantes negros, a quienes golpearon salvajemente.7

Su firme compromiso

En esa ciudad tan polarizada, el joven Wesley Cook entró al movimiento radical con entusiasmo e intrepidez. Fue a protestar con unos amigos contra el candidato presidencial segregacionista George Wallace, que hacía campaña en un barrio blanco de Filadelfia. Se pararon en los asientos y alzaron el puño. Los racistas les escupieron y la policía los echó.

Mumia escribió: "Fuimos a la central de autobuses para agarrar el `C' al Norte de Filadelfia, pero en eso nos atacó un grupo de hombres blancos. Uno tenía nudilleras. Nos defendimos como pudimos en esa lucha desigual, pero cuatro adolescentes no podíamos contra ocho o diez hombres. Dos de ellos me agarraron: uno me pateaba la cabeza y el otro me daba en los huevos. Alcé la cabeza tantito y vi el pantalón de un policía. Sin pensar y condicionado por el lavado del coco de muchos años, grité: `¡Auxilio, policía!'. Cuando el agente me vio en el suelo todo golpeado y hecho papilla, acudió y en seguida me dio una patada en la cara. Siempre he agradecido a ese chota sin cara, pues me pateó directamente hacia las filas del Partido Pantera Negra".8

En 1969, Mumia se unió a la campaña para cambiar el nombre de su colegio a prepa Malcolm X (revolucionario negro asesinado ese año) y la policía política le abrió un expediente. Mandaron informantes a espiarlo e intervinieron los teléfonos. En unos años, el expediente tenía más de 800 hojas.9

Ministro de Información

"Para mí fue muy llamativo en un sentido psicológico que un grupo de jóvenes negros se defendieran a sí mismos y a su comunidad de la agresión policial. Como conocía muy bien la brutalidad policial, estaba muy abierto, muy receptivo a su llamado. Los cuates nos organizamos: escribimos a California a pedir ejemplares del periódico de los Panteras y alquilamos un local en el corazón del Norte de Filadelfia...".

Mumia Abu-Jamal10

Wesley Cook (quien tenía apenas 15 años) y sus compañeros establecieron una rama del Partido Pantera Negra; Wesley se cambió el nombre a Mumia y así firmaba los artículos que escribía en el periódico del partido.

Los Panteras no querían reformas cosméticas sino un cambio revolucionario de la situación de los negros. Llamaban a la policía "ejército de ocupación" de las comunidades negras y atizaron la resistencia a ataques policiales, pregonando el derecho a la autodefensa armada cuando fuera necesario.

En 1969, la policía de Filadelfia mató a un joven negro retrasado mental. Rosemari Mealy, una camarada de Mumia, recuerda que Mumia condenó el asesinato: "Habló con los familiares y escribió un chingo sobre eso y los demás atropellos de la policía (pues él experimentó eso en carne propia). De la noche a la mañana, brotaron volantes y afiches en las comunidades negras de toda la ciudad y hubo una respuesta muy favorable a la propaganda y actividades del Partido en ese sentido.... Los artículos de Mumia hablaban de la realidad cotidiana de una comunidad sitiada por una fuerza policial racista, y de un jefe de policía que le daba su sello de aprobación y abogaba abiertamente por el `poder blanco'".11

Años después, Mumia escribió desde el pabellón de la muerte: "Aprendí el periodismo muy bien, salvo un aspecto: jamás aprendí a hincar la rodilla ante el poder del estado. Informaba desde la perspectiva de la resistencia y con la conciencia de los oprimidos, y no desde la perspectiva de los privilegiados y el orden establecido".12 El FBI se fijó y lo puso en el índice ADEX, la lista de personas que arrestan en caso de emergencia nacional.

Mumia escribe: "La información que sacamos sobre el Departamento de Policía de Filadelfia no era muy positiva que digamos. Destacamos la represión histórica de los negros y pobres de Filadelfia durante largos años. Hace tiempo, cuando era Pantera, me amenazaron y me arrestaron en varias ocasiones. Allanaron nuestros locales. Así que no es que no me conocían; al contrario, me tenían fichado desde joven, desde adolescente".13

Con el pretexto del homicidio de dos policías, allanaron tres locales de los Panteras una semana antes de una reunión nacional del partido. A fin de humillar a los Panteras, los obligaron, a punta de fusil, a desnudarse y ponerse en fila contra una pared ante los fotógrafos de los noticieros, y al día siguiente la foto salió en primera plana.

Poco después, Mumia, quien tenía 16 años, le dijo al Philadelphia Inquirer: "Actualmente estamos en contacto con compañeras y compañeros, y organizaciones negras que antes no se comprometían. Los negros se encuentran ante la misma realidad que el Partido Pantera Negra ha encarado, que el poder nace del fusil".14

En su audiencia de sentencia 12 años después, el fiscal Joseph McGill afirmó que el hecho de que Mumia dijera que "el poder nace del fusil" comprobaba que tenía motivo y la intención premeditada de matar a Daniel Faulkner en diciembre de 1981, y que merecía el máximo castigo: la pena de muerte.15

Periodista radial durante los años de Rizzo

"A mi juicio, otras ciudades se beneficiarán con las ideas de Rizzo".

presidente Richard Nixon16

"A la nueva chamba aporté la perspectiva que aprendí como periodista, y aprendí nuevas cosas: componer las frases, brevedad, claridad, cuestiones de forma. A través del medio escrito aprendí a captar la voz de los pisoteados, y en la nueva chamba conocí la fuerza y el potencial de la radio".

Mumia Abu-Jamal17

"Mumia era y es un periodista sensible, comprometido y muy penetrante. Se enfocaba en los problemas de los barrios pobres, y en los conflictos y tensiones entre los de abajo y los que gobiernan, los asuntos diarios de la ciudad".

Linn Washington, destacado
periodista y profesor de periodismo18

A principios de los años 70, el auge de la lucha de liberación negra se replegó sin haberse resuelto los grandes problemas sociales del país. En Filadelfia el clima político se volvió muy reaccionario.

Frank Rizzo ganó la alcaldía en 1972, tras una campaña de reuniones "extraoficiales" en que instó a "imponer el orden" a "las fieras que andan sueltas en nuestras calles". Según el ex alcalde Richardson Dilworth: "Las consignas, las charlas extraoficiales tenían un solo fin: demostrar que él sabía `poner a los negros en su lugar'".19 La estructura de poder de Filadelfia abrazó ese programa y no es exageración decir que en esos años la ciudad parecía un sórdido estado policial.

El Partido Pantera Negra se desintegró, pero Mumia estaba decidido a seguir luchando. En 1974, a la edad de 20 años empezó a trabajar de periodista radial en el programa de asuntos comunitarios de la estación de la universidad de Temple, WRTI-FM. El periodismo radial le dio una nueva oportunidad de "difundir información e ideas radicales".20

Con el tiempo, emisoras más importantes, como las estaciones negras WDAS y WHAT-AM, lo contrataron por su talento, su voz resonante y sus profundos lazos con la comunidad.

Para ganarse la vida, Mumia tomó la decisión de trabajar en la radio comercial. Comentó que su chamba en el noticiero WPEN pagaba más por un fin de semana (turno de la medianoche a las seis de la mañana) que las estaciones negras pagaban por una semana entera. Su nuevo jefe le dijo que el nombre Mumia Abu-Jamal era "un tanto étnico para los radioyentes" y le hizo adoptar el seudónimo "William Wellington Cole". Dice Mumia: "Tenía una voz blanca, pero no abandoné mi alma negra".21

Mumia informaba sobre la opresión y resistencia en Filadelfia, y el mundo entero. Escribe: "Como tenía muchos contactos en los movimientos progresistas y radicales, iba a ruedas de prensa y manifestaciones de una amplia gama de luchas sociales. Esas voces avivaban los reportajes sobre `lo que pasó en el palacio de gobierno hoy' y mostraban la perspectiva de la base, en contraste a la perspectiva oficial".22

Mumia se opuso a los esfuerzos de echar a los negros de Whitman Park, una de un puñado de comunidades integradas del Sur de Filadelfia. Informaba sobre los movimientos de base contra Rizzo y la máquina política del Partido Demócrata. Cuando Rizzo quiso cambiar la constitución para postularse a la alcaldía por tercera vez, Mumia informó sobre la oposición.23 Sus reportajes abarcaban las luchas de liberación en Palestina y el sur de Africa.24 Entrevistó a Alex Haley y a los independentistas puertorriqueños.

Tenía la preparación y la dedicación necesaria y para la peligrosa labor de condenar la epidemia de brutalidad policial en Filadelfia. Durante su época de periodista radial, los asesinatos policiales aumentaron en un 20% cada año. Comparado con la policía de Nueva York, era 37 veces más probable que un policía de Filadelfia le disparara a un sospechoso desarmado que huía.25 Todos los días ocurrían condenas injustas a raíz de confesiones coaccionadas a golpes, pruebas fraguadas, testimonio coaccionado y complicidad de los jueces. Mumia entretejía todo eso en sus reportajes, fundamentándose en los relatos de la gente común, además de las investigaciones federales que pusieron al descubierto esos crímenes oficiales.

En la comunidad lo llamaban "la voz de los que no tienen voz".

Hace poco, un artículo de la revista Vanity Fair cuestionó el trabajo periodístico de Mumia: insinuó que no jugó un papel visible de oposición a la brutalidad policial y que por eso no puede haber sido víctima de persecución política.26 Ese artículo titulado "The Famous and the Dead" (Los famosos y los muertos) cita a William Marimow, un reportero que sacó una serie de artículos sobre la mala conducta policial en el Philadelphia Inquirer en 1978: "Yo estaba muy al tanto de los que escribían sobre la violencia policial", dijo Marimow, quien actualmente es editor del Sun de Baltimore, "Pero a ese tipo [Mumia] ni lo conocía".

Esa afirmación más bien comprueba la falta de comunicación e información que existe en una ciudad altamente segregada. Linn Washington, un periodista de larga trayectoria quien conoce a Mumia desde 1974, señaló: "Su comentario [de Marimow] es parecido a ese juego filosófico: `Si un árbol cae en el bosque y nadie lo oye, ¿hace ruido?'. Claro que sí. Mumia investigaba e informaba sobre la brutalidad policial, solo que Marimow no lo sabía. En 1976 y 1977, unos grupos comunitarios galardonaron a Mumia por esos reportajes, y yo lo sé porque me galardonaron a mí también y en un programa recibí un premio junto con él".

Linn agregó: "Las comunidades negra e hispana--las dos comunidades que experimentaban esa situación cotidianamente--conocían muy bien los reportajes de Mumia sobre la brutalidad policial, sobre la vivienda, sobre la política de la vivienda y el uso discriminatorio de los recursos federales de vivienda por la administración de Rizzo".27

Continuará.

1 "Revolucionario en el pabellón de la muerte: La historia de Mumia Abu-Jamal", Obrero Revolucionario No. 1003, 25 de abril de 1999. Todos los artículos del OR mencionados en este artículo se pueden encontrar en rwor.org

2 Kissinger, C. Clark, "Un mito repetido: El verdadero mito en el caso de Mumia Abu-Jamal," Obrero Revolucionario, No. 1015, 25 de julio de 1999; también en "Death Row Notebook", un video de Lamar Williams y Chris Bratton

3 Kissinger, C. Clark, "La élite asesina de Filadelfia", www.refuseandresist.org

4 Véase por ejemplo "Hollywood's Unlikely Hero," ABC, 20/20, 9 de diciembre de 1998

5 Hamilton, Fred, Rizzo--From Cop to Mayor of Philadelphia, Viking Press, Nueva York, 1973, p. 67

6 Hamilton, pp. 73-75

7 Hamilton, p. 79

8 Abu-Jamal, Mumia, All Things Censored, Seven Stories Press, 2000, p. 104

9 "Revolucionario en el pabellón de la muerte: La historia de Mumia Abu-Jamal"

10 Abu-Jamal, Mumia, entrevista que le hizo C. Clark Kissinger, Obrero Revolucionario No. 784 y 785, diciembre de 1994; véase también www.refuseandresist.org/mumia/interview.html

11 Mealy Rosemari, testimonio al Tribunal Internacional Popular pro Justicia para Mumia Abu-Jamal, 6 de diciembre de 1997, Filadelfia; en "La policía de Filadelfia: Una historia de brutalidad, Parte 1, Obrero Revolucionario No. 1013, 4 de julio de 1999

12 All Things Censored, p. 106

13 Abu-Jamal, Mumia, entrevista que le hizo C. Clark Kissinger

14 Abu-Jamal, Mumia, entrevista que le hizo Acel Moore, Philadelphia Inquirer, 1970

15 Weinglass, Leonard, Race for Justice--Mumia Abu-Jamal's Fight Against the Death Penalty, Common Courage Press, Monroe, Maine 1995, pp. 115-117; también las actas de la audiencia de sentencia de 1983; www.refuseandresist.org/mumia/court.html

16 Daughen, Joseph R. y Binzen, Peter, The Cop Who Would Be King--The Honorable Frank Rizzo, Little, Brown and Company, 1977, p. 140

17 All Things Censored, p. 106

18 Washington, Linn, entrevista inédita que le hizo Mike Ely, septiembre de 2000

19 Harry, Margot, "Attention, MOVE! This is America!", Banner Press, 1987, p. 96

20 All Things Censored, p.

21 All Things Censored, p. 106

22 All Things Censored, p. 107

23 Washington

24 All Things Censored, p. 107

25 Above the Law, Jerome H. Skolnick y James J. Fyfe, citado en "La policía de Filadelfia: Una historia de brutalidad, Parte 2", Obrero Revolucionario, No. 1016, 1º de agosto 1999

26 "The Famous and the Dead", Buzz Bissinger, Vanity Fair, agosto de 1999, p. 73. También, de los que piden la ejecución de Mumia: www.danielfaulkner.com/Pages/CaseFacts.html

27 Washington


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