Bloqueos y macanazos en Cancún

Obrero Revolucionario #1097, 8 de abril, 2001, en rwor.org

Recibimos la siguiente carta sobre la protesta contra el Foro Económico Mundial (FEM), Cancún, México, el 26 y 27 de febrero:

Desde el otoño de 2000, los activistas se prepararon para protestar contra la reunión del FEM en Cancún, como en Seattle, Praga y Washington contra el capitalismo global. La fecha para el foro era el 4 de diciembre en la ciudad de México, tres días después de la toma de posesión de Vicente Fox. Pero ante la posibilidad de que docenas de miles de manifestantes salieran a protestar contra el programa económico del nuevo presidente, las autoridades cambiaron la fecha y el lugar: 26-27 de febrero y Cancún, Yucatán. La reunión se celebró en un búnker: un hotel a 24 km del centro, a 2 km de la carretera con entrada fuertemente vigilada y de difícil acceso desde el mar. Solo una carretera pasa por la ciudad de Cancún: una entrada, una salida.

Los manifestantes se movilizaron de todo el país, Estados Unidos, Italia, España y otros países. Salieron autobuses de la ciudad de México el viernes 23, y de Tijuana, Villahermosa, Chiapas, Puebla y otras ciudades. Hasta el último momento se recaudó dinero para pagar los autobuses boteando en la calle, mercados, etc.

Aunque la "zapatur" del EZLN le quitó participantes y tiempo en los medios de comunicación, participaron gente de organizaciones sociales, del PRD, simpatizantes zapatistas (quienes fueron a la despedida de la zapatur el 24 y de inmediato tomaron autobuses a Cancún) y otras fuerzas. Por el camino, la policía paró los autobuses y confiscó alimentos, dinero, agua, afiches, volantes, literatura y utilería.

El gobierno movilizó una bola de policías: 1600 de la Policía Federal Preventiva (PFP), los mismísimos que ocuparon la UNAM en 2000 y aplastaron la huelga, 600 de Cancún, Chetumal, etc., y diversos agentes encubiertos, todos con mucho gas lacrimógeno, máscaras antigás, escudos, macanas y bastones, a bordo de Hummers y helicópteros.

Los manifestantes se congregaron en un parque del centro; las "fuerzas del orden" se apostaron en la carretera entre el parque y el hotel. Aunque la población local y los turistas no entendían los propósitos de la protesta y se mostraron intolerantes ante los chavos de shorts holgados y múltiples perforaciones corporales, por medio de debates se logró apoyo y simpatía. Además, se organizaron excursiones por los barrios pobres y ricos de Cancún, con extremos muy marcados.

Como había pocas posibilidades de llegar al hotel, los manifestantes bloquearon la carretera el martes 27. Se atascó con cientos de vehículos, pues en esa temporada pasean aquí 45.000 turistas y spring breakers (estudiantes pachangueros).

A las tres de la tarde con el sol a plomo, mientras los manifestantes comían y descansaban, la policía lanzó lo que la prensa describió como un clásico "movimiento de pinzas": agentes de Cancún y Chetumal formaron dos flancos de más de 300 agentes cada uno y 200 de la PFP en la brecha (más 30 tiras revueltos entre los manifestantes). Sin advertencia, se desbocaron con perros de ataque (con entrenamiento especial para "controlar" protestas) y bastones.

Repartieron macanazos a diestra y siniestra con un salvajismo inmisericorde. Usaron bastones en forma de "L" como martillos para causar mayor daño. Tumbaban al suelo a los manifestantes y varios agentes les caían encima a puras patadas.

El periódico Excélsior informó de "fracturas de cráneo, huesos, costillas; ochenta y dos detenidos y catorce reporteros, fotógrafos y camarógrafos que sufrieron, además de la golpiza, la destrucción de sus cámaras y equipos por la horda de represores".

Desde el ataque, negativas y acusaciones mutuas han inundado la prensa: desde la policía y alcaldesa de Cancún hasta el presidente Fox. Pero el ataque se preparó y ejecutó desde alto nivel: los corresponsales escucharon una conversación entre los mandos en el lugar de los hechos. Una semana antes, un boletín oficial anunció que la PFP estaría al mando de todas las fuerzas policiales durante el FEM y que, con la llegada de Fox el 27, el Estado Mayor Presidencial asumiría el mando.

Un reportero escuchó una conversación entre Pablo Lucio Quiroga, asesor de Seguridad Pública del gobernador de Quintana Roo, y Rubén Villegas Sánchez, jefe de policía de Cancún: dieron la orden de atacar a "todos los presentes. No había compasión, lo único que les interesaba en esos momentos era acabar con los 'enemigos'".

Mientras los manifestantes inermes vomitaban sangre y se convulsionaban en el suelo, la policía siguió aporreándolos y pateándolos. Amarraron a los heridos y los echaron como sacos en camiones.

Pero 30 manifestantes burlaron la vigilancia del hotel y protestaron adentro. Organizaron la salida encuerándose y mezclándose con los turistas (igual de encuerados). Pero los vigilantes se percataron y los detuvieron.

En el bloqueo, diez integrantes de F-26 (un grupo de fuerzas tipo PRD) se encueraron y retaron a la policía. Luego, cuando la policía atacó a los manifestantes, los desnudó y los acusó de "faltas a la moral".

Golpearon a las manifestantes y singularizaron a los líderes, diciendo cosas como "sobre ese, el de la camiseta negra".

Los numerosos heridos recibieron tratamiento de la Cruz Roja o en hospitales. En poco tiempo, se movilizaron abogados y apoyo. La actriz Ana Colchero trajo a abogados de la lucha de la UNAM. La madrugada del 28, ya todos habían salido de la cárcel. Según informes, hubo varios heridos de gravedad. Aunque al final las autoridades no levantaron cargos, pusieron una condición para soltarlos: salir de inmediato de Cancún. Pero la policía detuvo un autobús, por falta de placa, e intentó poner una fuerte multa.

A las 5 de la tarde del 27, la noticia recorría la ciudad de México vía llamadas telefónicas y correo electrónico. El CGH, que organizó la huelga en la UNAM, cerró Avenida Insurgentes, una importante vía norte-sur, para denunciar las golpizas en Cancún y la expulsión de seis de sus integrantes por un acto con motivo del primer aniversario de la ocupación de la universidad. A partir del 25, en el Colegio de Ciencias y Humanidades-Azcapotzalco (CCH-Azca), se organizó una huelga de apoyo a la protesta de Cancún y otras demandas. También hubo una marcha el 27 por Paseo de la Reforma contra la bolsa de valores. El CGH, activistas, organizaciones sociales, ONG, artistas, estudiantes y profesores han denunciado las agresiones en artículos y cartas a la redacción.

Un organizador de las protestas dijo: "Nos golpearon con saña tremenda. El operativo estaba coordinado y el gobierno de Vicente Fox demostró que sí sabe proteger la propiedad privada, a los inversionistas, al turismo, a los spring breakers, pero que reprime ejemplarmente a los jóvenes".


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