Un mensaje a la conferencia sobre Mumia

30-31 de marzo, Washington, D.C.

C. Clark Kissinger

Obrero Revolucionario #1097, 8 de abril, 2001, en rwor.org

Al cierre de esta edición, se está celebrando en Washington, D.C., una conferencia nacional para trazar planes para avanzar la lucha en defensa de Mumia Abu-Jamal. La convocatoria de la conferencia planteó un reto a todos los que se oponen a la ejecución de Mumia: "Nuestra lucha todavía no ha llegado a tal punto que ejecutar a Mumia desprestigie tanto al sistema de justicia penal que no estén dispuestos a pagar el precio. Esta es la principal tarea que tenemos por delante".

A continuación publicamos una declaración a la conferencia de C. Clark Kissinger, un líder de la lucha para defender a Mumia. Clark es miembro del comité ejecutivo de ¡Rehusar & Resistir! y colaborador del Obrero Revolucionario:

¡Bienvenidos todos los participantes de esta importantísima conferencia! Por fin me soltaron y otra vez estoy en las primeras líneas de la lucha por Mumia. Me gustaría estar con ustedes hoy, pero todavía estoy en libertad condicional y me han prohibido salir de Nueva York. Agradezco su apoyo, su vigilancia y su enérgica presión a las autoridades durante mis días de cárcel.

¿Por qué estamos aquí hoy? Nuestras metas estratégicas son parar la ejecución de Mumia, anular su condena y conseguir su libertad. Espero que esta conferencia forje un nivel más alto de unidad y resolución, de conciencia y los planes necesarios para alcanzar esas metas.

Debemos recordar lo que está en juego en esta batalla. Primero que todo, la vida de Mumia. Para nosotros él es muy valioso. Ha dedicado toda la vida a luchar por el pueblo. A la edad de 15 años, era organizador del Partido Pantera Negra... en las calles y como corresponsal de prensa. Como periodista radial, hizo oír la voz de los que no tienen voz.

Asimismo, ha apoyado las luchas de los pueblos de todo el mundo. Se ha mantenido en contacto con los chavos, ha defendido sus luchas y su potencial, y los ha retado a luchar por el pueblo. A pesar de 19 años en el pabellón de la muerte, nunca ha abandonado sus principios ni vuelto las espaldas al pueblo. Por eso lo queremos tanto, y por eso tanta gente acude a su defensa.

Si el gobierno logra matar a Mumia, podrá jactarse de que está bien, jurídica y moralmente, ejecutar a un preso político (un revolucionario negro) a pesar del patente racismo e injusticia de su juicio. Sería una pérdida incalculable a la humanidad robarnos este valiente hermano. Estamos aquí para decirles que no permitiremos que lo hagan.

Por eso la libertad de Mumia Abu-Jamal debe ser el criterio para medir la posición de cada uno en materia de justicia social.

Tenemos que hacer un análisis perspicaz de lo que se necesitará para alcanzar esa meta. Tras la conferencia del año pasado, hicimos importantes avances en la lucha con una serie de mítines, marchas, protestas y declaraciones escritas. Quiero saludar a los chavos que se lanzaron a las calles de Filadelfia y Los Ángeles. ¡Su lucha no pasó desapercibida! Por eso contratacaron con los artículos de la revista Time y los periódicos Philadelphia Inquirer y Chicago Tribune.

Ahora nos estamos movilizando para la audiencia de Mumia ante el tribunal federal. Será la última oportunidad para presentar las pruebas que hasta ahora han suprimido y es la última apelación que le garantiza el sistema. Estamos listos a hacer añicos las mentiras del gobierno, si nos dan la oportunidad. Pero captamos que ningún argumento jurídico por sí solo le garantizará la libertad. Solo el poder del pueblo puede salvarlo.

Esto requiere que haya un movimiento de docenas de miles de personas para quienes el destino de Mumia es una cuestión de vida o muerte, y de millones más que dudan que sea justo ejecutarlo... requiere que peligre la estabilidad social.

Para construir tal movimiento hay que ir a muchas capas sociales, distinguir nuestros amigos de nuestros enemigos y movilizarnos para la lucha. Todos los que se oponen a la ejecución de Mumia Abu-Jamal son aliados potenciales y tenemos que darles la bienvenida a nuestro movimiento.

No todos vamos a hacer lo mismo ni decir lo mismo. Pero necesitamos a todos nuestros amigos potenciales, y eso requiere tratarlos con cooperación y respeto, buscar la manera de contribuir cada uno y ayudarlos a concientizarse más.

En resumen, tenemos que combinar la resolución de un núcleo sólido que defiende a Mumia con la movilización de amplias fuerzas sociales para participar en la lucha a su manera, y así alcanzar a gente que de otra manera no podríamos alcanzar.

Después tenemos que unirlo todo. Como he dicho antes:

Tenemos que plantear el riesgo de que las preparatorias y las universidades por todo el país cierren.

Tenemos que plantear el riesgo de que gente de conciencia se encadene a las puertas de la Casa Blanca.

Tenemos que plantear el riesgo de que los trabajadores se unan a la lucha y millones de personas se lancen a la calle.

Tenemos que plantear el riesgo de que la cara de Mumia aparezca en muros por todo el país.

Tenemos que plantear el riesgo de que maestros, artistas y escritores de renombre pierdan fe en el sistema y comuniquen su desencanto.

Tenemos que plantear el riesgo de que se repita lo que pasó en Los Ángeles y Seattle.

Y tenemos que convertir a Estados Unidos en un paria de la comunidad internacional, un país cuyo nombre sea sinónimo con el racismo y asesinato oficial.

Tenemos que hacer todo eso. ESTE es el reto para los que arden con el anhelo de conseguir la libertad de Mumia.


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