Cuaderno de nuestro corresponsal

En pie de lucha en la Línea

Larry Everest

Obrero Revolucionario #1103, 20 de mayo, 2001, en rwor.org

"La frontera chorrea sangre, la sangre de nuestra gente que quiso pasar a este lado y murió aquí o murió de deshidratación en el desierto, la sangre de las compañeras que la Patrulla Fronteriza ha violado y de los compañeros agredidos a golpes y tiros por rancheros racistas. Oigan: ¿Cuántos de ustedes quieren tumbar esta chingadera?"

Latina con la Brigada de la Juventud Comunista Revolucionaria que habló en la manifestación contra ALCA en la frontera México/EU el 21 de abril

Fue mi primer viaje a la frontera y la verdad me imaginaba un paisaje estéril y seco, quizás por la película Traffic. Pero en la carretera de San Diego hacia el sur nos saludó un panorama exuberante. Los rayos del sol calentaban los cerros verdes después del aguacero de la noche anterior y estos se vestían de muchos colores, con campos de mostaza, amapolas, margaritas, matas con florecitas de violeta brillante y arbustos de flores rojas. Pasamos por Chula Vista con sus prados, pantanos y estuarios, donde una que otra garza se paraba lista para pescar. Al acercarnos a los resplandecientes cerros de Tijuana, que se levantan desde los prados fronterizos, vimos una gigantesca bandera mexicana que anunciaba la entrada a ese país.

El pueblo podría construir algo muy bello en un lugar así, pero aquí las cosas no son bellas para el pueblo, hecho que se hizo muy patente al vislumbrarse la frontera, una franja de tierra seca y metal, como una terrible cicatriz en la tierra.

Viajamos a la frontera para ir a una jornada de protestas en solidaridad con las manifestaciones contra ALCA en Quebec, Canadá: un foro educativo, recorridos de la frontera y una "conferencia solidaria interfronteriza" en una colonia de Tijuana. Íbamos a la marcha y mitin del sábado 21 de abril en la frontera.

La hoja de información de La Resistencia, "¡Alto a los ataques contra los inmigrantes!", que recibí en el foro educativo del viernes señala que más de 625 personas han muerto entre San Diego y Yuma, Arizona, desde octubre de 1994. Ahora más inmigrantes tendrán que cruzar en esas peligrosas zonas del desierto gracias a una nueva "triple cerca" de 20 kilómetros de largo que se construye en la frontera San Diego/Tijuana. Y, al otro lado, el pueblo mexicano vive una situación de gran sufrimiento debido a la dominación y saqueo yanqui.

Los imperialistas han convertido un lugar de gran belleza natural en un infierno de miseria y dolor, y comprobado una vez más que no se les puede confiar el planeta. ALCA es un nuevo crimen de un sistema criminal y estábamos puestos para luchar contra él.

Solidaridad y antiimperialismo en el parque Larsen

Cuando llegamos al parque Larsen de San Ysidro, el mitin estaba empezando y la onda era muy festiva. Se veía la frontera a un kilómetro, una cerca de acero de 4 metros encima de un muro de tierra fortalecido con metal, una barricada encima de otra.

Muchos compañeros de la Brigada de la Juventud Comunista Revolucionaria (BJCR), la Red Estudiantil/Juvenil de la Coalición 22 de Octubre para Parar la Brutalidad Policial y la Criminalización de una Generación (YSN) y ¡Rehusar & Resistir! estaban ahí hombro a hombro con ambientalistas y con un gran grupo de anarquistas. Vi al grupo filipino Bayan, el Partido Verde, Comida No Bombas, sindicatos como SEIU y la sección 713 de los Carpinteros del condado de Alameda, Testigos por la Paz y muchos más. Unas mantas decían "Libertad para Mumia" y había títeres de Arte y Revolución. Algunos compañeros llegaron desde Colorado y Oregon.

Los oradores condenaron a ALCA. Hablaron un militante de Global Exchange, un trabajador del campo, un representante del pueblo u'wa de Colombia, un dirigente del Consejo Central de Trabajadores y Tom Morello de Rage Against the Machine. El luchador social José Palafox trazó la relación entre la militarización de la frontera, los ataques a los inmigrantes y la expansión de las maquiladoras yanquis.

Caminé entre la multitud, leyendo las mantas y platicando. Rubén, de Estudiantes pro Justicia Global de la Universidad de California, Santa Barbara, tenía una manta que decía: "500 años, ¡basta ya!; ¡Alto al expansionismo yanqui!". Él y unos 20 compañeros asistieron para brindar su "solidaridad al pueblo de ambos lados de la frontera".

Ignacio, un inmigrante de Guatemala, asistió con un grupo de la Universidad Estatal de San Diego: "Lo mismo pasa en la frontera México/Guatemala. Mucha pobreza, muchas maquiladoras, mucha injusticia y mucha corrupción". Su compañero Ryan me dijo que participaban estudiantes de MEChA de las universidades de Cal Poly San Luis Obispo, Cal Poly Pomona, la Estatal de San Diego, UCLA, Cal State LA, Cal State Irvine, Cal State Fullerton, UC Berkeley, la Estatal de San José y muchas universidades comunitarias. Una manta decía: "Cruzar la frontera no debería ser sentencia de muerte".

Oí a los chavos hablar del capitalismo y del imperialismo mucho más que en agosto pasado en las protestas contra la convención nacional del Partido Demócrata en Los Ángeles. Tim, de Cal State Los Ángeles, tenía una bella manta roja y negra que decía: "Nuestro mundo no se vende". Me dijo: "El imperialismo yanqui es nuestro gran problema. A las corporaciones estadounidenses solo les importan las ganancias. Explotan a otros países, y sus lacayos en esos países explotan al pueblo. Nosotros nos unimos al pueblo de México para protestar contra esos cabrones de las corporaciones que con su avaricia se roban toda la riqueza y nos tienen como esclavos en sus maquiladoras. Básicamente, todos tenemos un enemigo común".

Los manifestantes tenían muchas ganas de unirse con el pueblo mexicano. Allegra, una estudiante de UC Berkeley, dijo: "Queremos una globalización del pueblo, o sea, conectar a la gente y que la frontera no sea una gran división entre nosotros sino un lugar de unidad".

Una estudiante de UC Santa Barbara tenía puesta la camiseta de La Resistencia que dice "Ilegal": "Me la pongo para representar a los que están del otro lado, los que cruzarán en el futuro y no pueden unir su voz en este momento".

Marchar hasta la línea

A eso de las 2 de la tarde, los jóvenes radicales y revolucionarios se pusieron inquietos. Estaba programada una marcha al parque Border State y un mitin de solidaridad con los manifestantes de Tijuana, pero el aguacero de la noche anterior inundó la carretera y no iba a ser posible llegar al parque.

Tras una hora de discusión y debate, la BJCR, Estudiantes pro Justicia de San José, OLIN, Estudiantes pro Justicia en las Américas de UC Berkeley y varios grupos de MEChA acordaron salir a la calle y marchar a la frontera.

Un chingo de policías-montada, en patrullas y a pie-estaba a la salida del parque, pero todo mundo estaba decidido a tomarse la calle. Unos anarquistas le dijeron a la BJCR: "Cuentan con nosotros. No se meterán con ustedes". Al final la chota no hizo nada; tomamos la calle Camino de la Plaza y marchamos hacia la frontera, que estaba a unos cien metros.

La marcha se calentó: "¡De Cincinnati a Quebec se siente, la ira popular está presente!"; "¿De quién son estas calles? ¡Nuestras calles! ¿De quién es el mundo? ¡Nuestro mundo!"; "¿Quién abrió la pocilga? ¡Oink, oink, oink, oink!"; "¡ALCA al carajo!".

Vimos los insultos del imperialismo a nuestro alrededor: a un lado un centro comercial de Nike y al otro la frontera. Ernesto, de la universidad Mission College de Los Ángeles, comentó: "ALCA no es más que otro pretexto para que el capitalismo y el imperialismo exploten a los pueblos del mundo y de las Américas".

Volteé la mirada y parecía que la marcha se extendía un kilómetro. Un compañero dijo que éramos 1500, otro dijo 2000. Éramos un chingo y al parecer casi todos los que estaban en el parque se unieron.

Los chavos del barrio le entran

A la mitad del camino a la frontera vi a unos seis chavos del barrio que marchaban a la cabeza de la marcha. Cuando la multitud coreó, "¡La Migra, la policía, la misma porquería!", se miraron entre radiantes sonrisas y soltaron carcajadas. Estaban lo más contentos.

Un chavo de la BJCR de Los Ángeles me dijo que se unieron a la marcha en el parque: "Ese chavo es de aquí. Es su parque, su barrio, y cuando se asomó para ver qué onda, la chota se puso a chingar; entonces todo mundo coreó, `¡Suéltenlo, suéltenlo!'... y lo soltó.

"Cuando iniciamos la marcha, vio que las masas le entraban y también le entró. Luego se unieron sus cuates. Y uno de ellos, que sabe algo de política porque ha participado en otras protestas o algo, se puso a condenar la brutalidad policial, la Migra y lo demás".

Una chava latina que trabaja con Libros Revolución dijo: "Lo más padre fue que los chavos del barrio le entraron. Corearon consignas y hablaron por el altoparlante; dijeron: `Miren, yo crecí aquí en este barrio y he vivido la opresión, he visto a gente morir en la frontera'. Fue tan bello oír lo que decían los chavos del barrio, pues uno cae en cuenta que ¡chin las masas le entran, sí le entran!".

Un grito en la frontera

Llegamos al final del Camino. La chota bloqueó las entradas y salidas de la carretera; seguimos hacia la frontera y el puente de peatones. Pasamos por un laberinto de cercas y barricadas, y llegamos a un callejón sin salida. México estaba al otro lado del muro de acero. En frente, vimos el puente de peatones, de 6 metros de ancho con gruesas rejas de acero.

Era como el camino a la cárcel, y eso y todo lo que la gente sentía acerca de la frontera atizó su ira. El bloque anarquista negro empujó la cerca y la sacudió frente a frente con una legión de chotas de San Diego y de la Policía de Caminos. Unos cuates se pusieron a tocar tambores y bailar. La gente que pasaba se detuvo a ver qué onda.

Xochitl, de la YSN, inició un mitin espontáneo: "No lo aceptamos, no es justo; nosotros les decimos: `Que se chingue la pinche chota, que se chinguen ALCA y Estados Unidos... Hoy es nuestro día de solidaridad con los pueblos de México, Centroamérica y Sudamérica. ¡Al carajo toda forma de esclavitud!".

Intervinieron un estudiante de la Universidad Estatal de San Diego, un sindicalista, un anarquista, un miembro de MEChA, un miembro de La Resistencia y la BJCR. A los chavos del barrio todo les cayó muy bien: "Es la pura verdad. Yo soy de aquí. Ojalá que tuviéramos protestas todos los días porque aquí está jodido, hermano, está jodido!".

Algunos pasaron a México para asistir al mitin/concierto de solidaridad en Tijuana. Les tocó pasar uno por uno por un gran torniquete de acero, y la policía mexicana los registró y confiscó pancartas, volantes, aerosol y mantas. Me enteré después de que centenares de personas asistieron al mitin/concierto en Playas de Tijuana.

Los demás regresamos al parque Larsen. Los líderes de la marcha instaron a mantener la disciplina, pues estábamos rodeados de chotas y sobrevolaban helicópteros.

La fuerte presencia de la policía dio más coraje. Un chota se paró en un banco y nos filmó a todos. Los chavos le hicieron pistola con el dedo y corearon: "¡Sha na, sha na na na, que se chinguen cabrones!". A la melodía de la canción "War" (Guerra), cantaron: "La frontera, dios mío, ¿para que sirve? Para nada, para nada en absoluto...". Un chavo de unos 13 años dio vueltas a una camioneta de la policía y los escupió.

¡No soy animal!

Al llegar de nuevo al parque, todo mundo estaba muy animado, pues fuimos a la frontera y regresamos muy unidos. Xochitl dijo desde la tarima: "Hoy comprobamos que gente muy diversa puede unirse... ¡Alcemos la voz porque hoy actuamos por los pueblos del mundo y eso los va a alentar!"

Un anarquista se acercó y me dijo: "Qué bueno que los anarquistas, comunistas y punks nos unimos. Antes había muchas divisiones y no debemos permitir eso".

El grupo musical Aztlan Underground, que toca hip hop y metálica, canalizó toda la energía y furia del día con sus intensos ritmos. Al presentar la canción "¡No soy animal!", dijeron: "La gente sufre como animales al cruzar la frontera, sufre y muere. Y este lugar se convierte en un lugar de luto, simplemente porque la gente quiere subsistir y darle de comer a los hijos... Así que por amor a la verdad, a la justicia y a los derechos de los seres humanos, a la Migra y la chota les decimos: '¡No soy animal!'".


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