Sunset Park, Brooklyn: Atropellados por un policía borracho

Obrero Revolucionario #1116, 26 de agosto, 2001, en rwor.org

Solo querían cruzar la Tercera avenida en el barrio Sunset Park de Brooklyn. Eso es todo lo que querían María Herrera, su hijo de cuatro años, Andy, y su hermana de 16 años, Dilcia Peña.

En esta parte de Brooklyn, como en todos los barrios oprimidos, cosas tan sencillas como cruzar la calle son difíciles y peligrosas. Empecemos por la autopista Gowanus, suspendida unos metros encima de la Tercera avenida. ¡Idea de los planificadores de la ciudad a quienes les importan un comino los vecinos, con tal de acelerar el tráfico! Los pilares de la autopista arrojan sombras y se levantan como obstáculos a lo largo de la avenida. Además, salen camiones y carros a toda velocidad de la autopista y cruzan la avenida; hay que cruzarla con mucho cuidado.

Los vecinos están al tanto del peligro. Pero hay otros peligros imprevisibles, como la policía, que patrulla Sunset Park con uniformados y tiras. Ese peligro puede golpear en cualquier momento y matar. Todos saben del caso de Amadou Diallo, a quien acribillaron en la entrada a su apartamento cuando estaba sacando su cartera.

El sábado 4 de agosto, María Herrera, de 24 años y ocho meses de embarazo, regresaba de comprar ropita de bebé acompañada por su hijo y su hermana. Cuando el semáforo cambió a verde, empezaron a cruzar. De repente, apareció un minivan a alta velocidad, se pasó la luz roja y los mató instantáneamente. El chofer era un policía borracho.

El policía Joseph Gray llevaba 12 horas tomando, primero en el estacionamiento de la delegación, luego en una cantina llamada Wild Wild West. Mató a tres personas, devastó a muchos familiares y amigos, y tuvo las agallas de decir "corrieron a la calle sin mirar si venía tráfico".

Gray fue acusado de homicidio impremeditado y de manejar ebrio. El juez lo dejó salir de la cárcel bajo palabra. Se prendió indignación pues era una forma de decir que la gente de Sunset Park no vale nada, que son desechables. El tratamiento preferencial al policía era inconfundible, cuando todos han visto que a la gente común y corriente la meten presa por nada.

Sunset Park es un barrio de dominicanos, puertorriqueños, mexicanos y otros latinoamericanos. El 6 de agosto, durante una protesta frente a la delegación, 1500 personas escucharon a Víctor Manuel Herrera, esposo de María, decir: "Lo único que pido es justicia, que ese policía no ande libre".

El alcalde, Rudolph Giuliani, y otros funcionarios públicos de Nueva York, que por lo general defienden contra viento y marea a los policías que matan y maltratan a la gente, esta vez, debido a la indignación popular, cambiaron de táctica. Giuliani lamentó que no le pusieran fianza al policía y compadeció a las familias de las víctimas. El 10 de agosto, la policía anunció que tomaría medidas disciplinarias contra varios policías de la delegación 72 y otro juez le puso a Gray una fianza de $250.000. Gray declaró que no era culpable.

Pase lo que pase con el policía, lo que Giuliani y otros están haciendo es maniobrar para salvaguardar el sistema. Pintan a Gray como un policía pillo, dentro de un departamento sano. Pero Gray no es una excepción: es un bruto, cuya arrogancia y comportamiento cuadran con el comportamiento del departamento de policía, que es una fuerza de ocupación para reprimir al pueblo; una fuerza armada que nos trata como basura por el bien de los que manejan el sistema.

El 10 de agosto, cuando estaban fijando la fianza para el policía, muchos corearon afuera: "policía asesino". Víctor Herrera dijo con ira: "Quiero que sienta lo que yo siento. Mi corazón está solo, me ha quitado la familia. Lo que él hizo no tiene precio".


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