Palestina: Una cuestión de justicia

Obrero Revolucionario #1116, 26 de agosto, 2001, en rwor.org

Hay días del juicio de Rodney King que son imposibles de olvidar para millones. Como cuando los abogados de los chotas que golpearon a Rodney King mostraron una y otra vez el vídeo de la salvaje paliza para "explicar", en cámara lenta, como locutores deportivos, la razón y necesidad de cada golpe: "Miren, ahí Rodney King levanta el hombro izquierdo; aquí hace como que se va a levantar. O sea, los policías tenían que defenderse".

Explicaron ante el mundo cada movimiento que hizo y por qué cada porrazo era necesario. El sistema judicial aceptó esos razonamientos y absolvió a dos chotas salvajes... hasta que el pueblo de Los Ángeles dio su veredicto en las calles.

Uno recuerda eso cada vez que pasan las noticias sobre Palestina: esa misma sensación que parte el alma, porque se está cometiendo una gran injusticia. Y el mismo cuento de que esa brutalidad se justifica, que es necesaria, inevitable, ¡ y hasta refrenada!

El 10 de agosto, las fuerzas armadas de Israel allanaron nueve oficinas palestinas en Jerusalén oriental, entre ellas el cuartel de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Fue la mayor maniobra militar israelí en 10 meses; prácticamente retomó la zona árabe de Jerusalén y desmanteló la Administración Palestina. Al mismo tiempo, atacaron delegaciones policiales palestinas con aviones de combate en Ramallah, Cisjordania, e invadieron con tanques zonas de la Gaza. Ese mismo día, 50 aviones estadounidenses e ingleses atacaron tres instalaciones en el sur de Irak.

Dijeron que ambos ataques, contra Palestina e Irak, fueron por razones de "autodefensa".

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La tarea de la prensa en Estados Unidos es invertir la realidad. Por ejemplo, dice que la firme resistencia palestina es "terrorismo" o expresiones de odios sin razón.

Dice que la lucha palestina es un "ciclo de violencia", que se debe tranquilizar, garantizar la seguridad de los israelíes y que los palestinos simplemente se deben someter a las condiciones que ofrece Estados Unidos. Como si el gobierno de Estados Unidos fuese un observador neutral desinteresado que ama la paz, y que aconseja refrenarse.

La prensa teje una telaraña de distorsiones cuyo propósito es nublar la vista y anestesiar el corazón.

La neta: Palestina fue robada a punta de fusil. Eso es fundamental. Es puro colonialismo: algo que los oprimidos de cualquier parte del mundo entienden. Y no es un robo que ocurrió hace siglos. Israel es producto de la limpieza étnica y sigue expandiéndose a diario.

Palestina es la tierra de los palestinos. Ahí están sus pueblos, universidades, huertas, mercados, puertos y recuerdos. Sus hijos juegan en las calles palestinas. Incluye la capital, Jerusalén, donde convivían, comerciaban y oraban diferentes pueblos, hasta que llegaron los sionistas e impusieron su estado racista con el apoyo de los imperialistas, y llevaron a cabo campañas de anexión y limpieza étnica.

Las autoridades israelíes dicen: "Los palestinos no quieren paz, lo que quieren es Palestina". Por supuesto. La justicia está de su lado y tienen "derecho a retornar".

Por lo mismo, Palestina no pertenece a cualquier colono que llegue de Brooklyn u Odessa a poner una cerca y construir un condominio. ¿Cómo pueden tener el "derecho de retornar" personas que no tienen conexión alguna con Palestina, y cuyas demandas solo existen porque las respaldan los tanques y aviones del imperialismo yanqui?

El estado colonial de Israel no hubiera existido ni un minuto si no fuera por el apoyo imperialista, especialmente de Estados Unidos, quien lo ha armado, mantenido económicamente y le ha enviado constantemente olas de colonos.

Estados Unidos no está metido en el asunto para conseguir la paz, sino porque es una potencia imperialista que protege sus intereses globales. Ocupó el golfo Pérsico para controlar el petróleo y a los que dependen de él; apoya a Israel para dominar a los árabes y a los pueblos del mundo.

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La prensa de Estados Unidos saca grandes titulares cada vez que un colono derechista cae acribillado en las "carreteras de seguridad israelíes", que atraviesan Cisjordania. El propósito de semejantes titulares es justificar cualquier medida que estén a punto de tomar las fuerzas armadas israelíes.

Es necesario señalar que en Palestina no hay "equivalencia"; no se trata de una "tragedia mutua". Palestina es la que sufre a diario los horrores de la ocupación. Resumamos lo que ha sucedido en lo que va del año:

• A los chavos palestinos que tratan de expulsar a los soldados les disparan. Israel ha matado cientos y herido miles de jóvenes. El gobierno ha dado más poderes al ejército para disparar. En esta guerra injusta de balas contra piedras han matado a muchos inocentes y hasta han disparado contra ambulancias.

• Israel ha aplicado sistemáticamente la política de "castigo colectivo". Bombardean al pueblo entero de chavos que luchen; destruyen la casa de toda la familia si un familiar lucha; si un combatiente se refugia en un huerto, destruyen el huerto entero. Desde septiembre Israel ha destruido 500 casas palestinas con tanques y tractores, con el fin de quebrar el espíritu de lucha.

• Con todo el poderío del ejército israelí procuran pulverizar la vida de los palestinos: cercan los pueblos con retenes para dificultar el comercio y el transporte; para restringirlos a diminutos territorios que siempre están bajo ataque; para cerrar universidades; para que pierdan el trabajo; para someterlos a humillantes registros. Vivir en Cisjordania o la Gaza es como vivir en una cárcel de máxima seguridad. Los carceleros controlan todo, y dicen que le pueden quitar a cualquiera incluso el derecho a respirar.

• Los israelíes han tergiversado la economía a punta de fusil. Se han apoderado de todo lo que tiene valor: la tierra, el agua, las carreteras y el comercio. Los palestinos sufren el clásico yugo del capitalismo: los matan de explotación cuando trabajan o de hambre cuando no los necesitan.

• A diario crecen los asentamientos judíos en Cisjordania, casi siempre repletos de fanáticos religiosos derechistas que quieren aniquilar palestinos y expulsarlos de una vez por todas de Palestina.

• A diario las fuerzas israelíes asesinan dirigentes palestinos y a quienquiera que se encuentre cerca. Ni siquiera tratan de ocultar esas ejecuciones. Con aviones, helicópteros y tanques bombardean pueblos; los escuadrones de la muerte ejecutan líderes y amenazan a los demás. Destruyen las delegaciones de policía de la Autoridad Palestina y amenazan: "Si no controlan a quienes nos amenazan, seguiremos matando sus líderes y desmantelando su "miniestado". Las fuerzas de Yasir Arafat, que decían que es posible construir un estado palestino sin derrotar a Israel, ahora tienen que defender al estado israelí o correr el riesgo de ser aniquiladas.

• Ahora Israel amenaza invadir los territorios de la Gaza y Cisjordania y controlar directamente calles, aldeas y sembrados hasta el río Jordán. Es una amenaza que augura más violencia, más castigo y probablemente mayor limpieza étnica.

Ante esta situación, ¿los palestinos han recurrido a la violencia? Sí, ¿y por qué no?

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En este planeta hay billones de seres humanos que entendemos lo que está pasando; somos pobres y vivimos bajo la bota del opresor. Aquí en Estados Unidos y por todo el mundo, nuestros barrios están ocupados. Nos registran y nos fichan, nos ladran órdenes y nos señalan "nuestro lugar", ¡y ay! si desobedecemos. Cuando nos resistimos, el enemigo nos ataca, nos persigue, nos mete presos y hasta nos mata.

A un nivel muy profundo entendemos la increíble valentía y resolución que necesitan los palestinos para enfrentarse a "todo eso", o sea a las armas de fuego, los tanques, los policías y los padrinos de las potencias imperialistas, así como la fe que tienen en el futuro y en la victoria final de su justa lucha.

Ver a esos adolescentes palestinos, la "shebab", lanzarse a las calles a reclamar su liberación es emocionante porque su lucha es justa y loable.

"¿Por qué no puede haber un alto el fuego y paz?", pregunta Washington, sabiendo muy bien que semejante paz significaría ni más ni menos que el rendimiento del pueblo palestino. Hace recordar la paliza a Rodney King y lo que decían los abogados de los policías: "¿Por qué no se sometió? Él tiene la culpa. Los policías tenían que defenderse, y merecen apoyo".

No. Tenemos que desmentir todo eso y luchar para enderezar la realidad.


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