Notas sobre la actual crisis y la guerra

Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionaria,EU

Obrero Revolucionario #1124, 28 de octubre, 2001, en rwor.org

Recibimos las siguientes notas de Bob Avakian, presidente del PCR,EU, y las compartimos con nuestros lectores para estimular discusión, debate, agitación revolucionaria y reflexión:

"Un ataque a nuestra forma de vida", dijeron Jorgito y compañía. Bueno, ¿cómo es esa forma de vida y qué consecuencias tiene para la gente de todo el mundo y de este país?... Necesitamos desenmascarar esto de modo penetrante, preciso, urgente, y realizar una labor política (e ideológica) constante para recalcarlo, a medida que se desenvuelva la situación.

Muchos han preguntado por qué, en vez de responder con más actos de violencia, destrucción y tremendo sufrimiento para mucha gente (guerra), no se atacan los problemas de fondo: las inequidades, la división global de ricos y pobres, la prepotencia y previos actos de guerra, etc., que han causado tanto odio contra Estados Unidos en el Oriente Medio y el resto del mundo.

Esos sentimientos e inclinaciones son muy positivos, y es muy importante respaldarlos.

Pero además, es sumamente importante explicar que eso se podría hacer y que se debería hacer, que a la gran mayoría de la gente del mundo y gran cantidad de Estados Unidos le gustaría, pero que los gobernantes de Estados Unidos ni siquiera lo intentarán. Más aun, si tuvieran esa inclinación (que definitiva y enfáticamente no tienen), no podrían hacerlo.

Simplemente no es posible en este sistema; no concuerda con la dinámica de fondo, las fuerzas motrices ni las necesidades políticas y geoestratégicas del sistema. Esto hay que explicarlo con detalles concretos y convincentes; no basta con afirmarlo ni decirlo como dogma o retórica.

La "gran generación" de verdad fue la de los años 60, y la debe sobrepasar esta generación.

Confrontar los indecibles crímenes de la clase dominante del propio país y luchar por un mundo en que no existan esos horrores es muchísimo más grandioso que ser piezas e instrumentos de la maquinaria de destrucción y muerte que comete y defiende esos crímenes.

A pesar de una enorme presión, la "generación de los 60" hizo grandes sacrificios para sentar un precedente de alto nivel. Hoy tenemos que equipararlo y superarlo, a pesar de mayores presiones. A la generación actual le corresponde alzar más ese estandarte y avanzar más.

¿Qué tal la "unidad monolítica" de los representantes de la clase dominante en esta crisis/guerra?

Primero, los medios de comunicación: ah, la santidad de la "prensa libre", el "distintivo de una verdadera democracia"... que solo le echa porras al gobierno, le hace propaganda y en esencia se porta como una extensión del gobierno, como la "prensa controlada por el gobierno" que tanto critican los imperialistas.

Luego, los políticos, que apoyan los poderes casi ilimitados que se ha adjudicado la rama ejecutiva para librar una indefinida "guerra contra el terrorismo". Ahí tenemos la declaración de Trent Lott y Tom Daschle, después del discurso de Bush al Congreso, de que en esto "no hay partido de oposición". ¡Muy bien dicho! Dicen que la "guerra contra el terrorismo" podría durar años, hasta 20 años. ¿Y qué pasó con el supuesto derecho de "escoger" en el proceso electoral burgués?

A lo largo de este proceso se destaca el importante punto de que, cuando sus intereses fundamentales están en juego, resulta más patentemente claro que hay una clase dominante con intereses propios, separados de los intereses del pueblo y fundamentalmente opuestos a ellos, en Estados Unidos y en el mundo, y que esa clase dominante defenderá sus intereses con la crueldad que considere necesaria, a pesar de los sentimientos, deseos o demandas claramente manifiestas del pueblo.

En un "país libre" como Estados Unidos, uno es libre de hacer preguntas pero no de cuestionar. Eso se ve con tanta mayor claridad cuando los intereses de la clase dominante corren peligro o están en juego. La crisis actual lo demuestra dramáticamente con su mayor represión e intolerancia del disentimiento.

El presidente y otros funcionarios del gobierno dicen y redicen que no es una guerra contra el Islam, que no es un "choque de civilizaciones", etc.; pero Pat Robertson dice que sí es y el primer ministro de Italia (Silvio Berlusconi) proclama la "superioridad" de la "civilización cristiana occidental" sobre el mundo musulmán (New York Times, septiembre 27, 2001). Hay divisiones, pero también hay una "división de funciones". Habrá que ver cómo se desenvuelve todo esto y qué "línea" gana entre todos y, en particular, en la clase dominante de Estados Unidos.

Es muy importante atacar la "rehabilitación" y glorificación del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) y de la policía en general.

Es crucial seguir recalcando (de modo concreto y convincente) el verdadero papel de la policía: que no son "héroes de la clase trabajadora" sino opresores del pueblo, parte del aparato estatal de represión que siembra terror sistemáticamente a las masas. (Ese papel es distinto al de los bomberos, que aunque en cierta medida se identifiquen con la policía o incluso el ejército, desempeñan un papel objetivamente diferente).

Es importante "recordarle" ese papel a la gente: lo que le hicieron a Amadou Diallo (y Abner Louima... y Nicholas Heyward, Jr... y Anthony Báez... y muchos, muchos más), así como a Timothy Thomas en Cincinnati (y a los miles que presenta el libro Vidas Robadas y a los muchos más que ha matado la policía después de su publicación).

ESTE es el verdadero papel del NYPD y de la policía en general: capataces de este sistema explotador y defensores de sus relaciones sociales. "Recordar" esto también es muy importante tras el infame veredicto del juicio al policía que mató a Timothy Thomas y de los insultantes comentarios del juez: que matarlo era su deber. Por esas mismas razones, la importancia del Día Nacional de Protesta sobresale este año.

Es muy importante (en conexión con el punto anterior) denunciar a Adolfo Giuliani para contrarrestar la ofensiva de propaganda y mistificación que busca "elevarlo" al nivel de un gran líder altamente popular.

Por muchos medios (de comentaristas políticos a críticos de cine) nos dicen que desde el 11 de septiembre y de los presuntos despliegues de heroísmo de la policía de Nueva York no es correcto criticar al sistema ni a la estructura de poder. Que hay que silenciar toda crítica y oposición al status quo y sus capataces, que todo es distinto ahora. ¿Cómo? Díganselo al juez que absolvió al asesino de Timothy Thomas.

¿Qué significa "todo ha cambiado"? ¿Que ahora la policía va a parar el hostigamiento y el salvajismo contra los chavos de los ghettos y barrios pobres?

¿Que ahora se abolirá la discriminación en toda la sociedad y que se implementará una auténtica igualdad para los negros, latinos y otras nacionalidades oprimidas? ¿Que ahora a la mujer no la agrederán ni la tratarán como objeto sexual? ¿Que ahora los fascistas cristianos y demás reaccionarios dejarán de acosar y matar a mujeres que buscan libertad reproductiva, y a los médicos y trabajadores de clínicas que proveen servicios de aborto y de control de natalidad, y que Bush condenará a esos reaccionarios por los ataques contra la mujer?

¿Que ahora se acabará el hostigamiento de los inmigrantes y la explotación con salarios de miseria? ¿Que ahora pondrán en libertad a los presos políticos y los condenados injustamente, como Mumia Abu-Jamal, y se acabará la persecución política? ¿Que ahora las grandes corporaciones imperialistas suspenderán la esclavitud en talleres de miseria de centenares de millones de niños y adultos en México, Haití, Bangladesh, China y demás países, para producir chips para computadoras, ropa de moda, pelotas de fútbol, etc.? ¿Que ahora Estados Unidos y las demás "grandes potencias" (y los aspirantes a "grandes potencias") pararán las agresiones y guerras de dominación y dedicarán sus inmensos recursos a poner fin al hambre, la enfermedad (por ejemplo el SIDA) y la enorme brecha entre ricos y pobres en el mundo?

Si no, pues... NO NOS DIGAN QUE "TODO HA CAMBIADO" Y QUE NUESTRA LUCHA CONTRA ESAS INFAMIAS, Y NUESTRA RESOLUCIÓN DE ACABAR CON ELLAS, NO SON NI NECESARIAS NI VÁLIDAS. DE HECHO, SON MÁS NECESARIAS, MÁS VÁLIDAS Y MÁS IMPORTANTES QUE NUNCA.

Con respecto al racial profiling y la persecución de árabes y musulmanes, muchos han señalado que después de la bomba de Oklahoma City no se pusieron a sospechar de todo "joven blanco con el pelo al estilo militar".

Efectivamente, después de ese atentado no hubo arrestos en masa (ni "detenciones") de las milicias y grupos de ultraderecha, no escarbaron las finanzas ni las conexiones de esas organizaciones ni nada por el estilo, ¡porque eso hubiera llevado en poco tiempo a los más altos niveles y estructuras de la clase dominante, incluso al ejército!

La discrepancia entre lo que (no) se hizo entonces y lo que se está haciendo ahora (incluso si las instituciones de la clase dominante, o fuerzas de ellas, no estuvieran al tanto o involucradas de algún modo en los ataques del 11 de septiembre) proviene de que esta situación se está aprovechando para crear una racha de programas y medidas reaccionarias, que va de amenazas y guerras internacionales (de las cuales presenciamos apenas las primeras etapas) a mayor "represión interna", con nuevos precedentes.

Desde hace tiempo, poderosos sectores de la clase dominante han venido impulsando ese programa represivo y ahora han logrado que el conjunto de la clase dominante lo acepte; por otra parte, están creando y manipulando una atmósfera (de miedo, etc.) que facilite imponérselo a la población.

Con respecto a la dimensión de "represión interna" de esta "campaña" imperialista, y especialmente con respecto a las "etapas de implementación", primero contra los árabes y musulmanes, sería bueno "resucitar" y "volver a popularizar" las palabras del pastor protestante Martin Niemoeller ante las tácticas de los nazis:

"Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista. Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío. Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista. Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante. Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie a quien decir nada".


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