Conflictos y choques en las esferas social y cultural...
La batalla contra el fundamentalismo religioso en la sociedad estadounidense

Bob Avakian, presidente del PCR,EU

Obrero Revolucionario #1127, 18 de noviembre, 2001, en rwor.org

Con este artículo damos comienzo a una nueva serie de pasajes de "Grandes objetivos y gran estrategia", una obra inédita de Bob Avakian, presidente del PCR. Aunque se escribió hace más de un año, la obra (y estos pasajes en especial) abordan temas de importancia para la crisis y guerra actual.

En general, es importante ponerle atención a los fenómenos sociales y culturales (en un sentido amplio), y especialmente a ciertos cambios que se han dado en esas esferas en Estados Unidos en conexión con cambios de la economía nacional y global.

Una característica muy llamativa de la sociedad estadounidense de hoy es el extremo individualismo, codicia y mercantilización (fetichismo de la mercancía), así como la implacable promoción del ethos y el modelo del "empresaurio". Esto naturalmente está al servicio de las necesidades del sistema en este momento, y desempeña un importante papel ideológico y práctico. Pero por otra parte, ese ethos y modelo puede chocar con los "intereses generales" del imperialismo estadounidense y con la "cohesión" de la sociedad. Esto lo ejemplifica la contradicción entre la "cultura militar" de las fuerzas armadas (con un fuerte énfasis en la subordinación pseudofascista del individuo al grupo) y la cultura general (con la enorme promoción de individualismo, gratificación instantánea, consumismo, etc.).

Otro aspecto de esto es el papel de la religión en estos momentos en la sociedad estadounidense.

Un rasgo muy llamativo de la sociedad contemporánea es la implacable promoción de la religión por la clase dominante, incluso si no toda está de acuerdo en qué clase de religión promover, ni cuánta "diversidad" religiosa permitir alrededor del núcleo de la "tradición judeocristiana" como patrón moral/religioso preferido, ni cuánto imponerla (especialmente el cristianismo fundamentalista) como base (o base proclamada o aparente) del derecho y la vida pública.

Durante el juicio de destitución de Clinton publicamos un suplemento titulado "La verdad sobre la conspiración derechista... y por qué Clinton y los demócratas no son la respuesta", que recalca la necesidad de luchar contra los fascistas cristianos y en general contra el programa opresivo y represivo de la clase dominante. Dice que es crucial

"enfrentar, directa e intransigentemente, a los teócratas fascistas cristianos y sus aliados... y ser un poderoso polo de atracción alternativo a su programa político y a su razonamiento ideológico-religioso. Estos personajes asumen una superioridad política y moral presentándose como defensores de la moral tradicional, opuestos al relativismo moral y a la degeneración individualista. Dicen que son partidarios de una interpretación textual y absolutista de la `verdad bíblica', de sus mandamientos y leyes. Pero la verdad es que los principios morales e ideológicos que defienden chocan incluso con lo que es aceptable en la sociedad democrático-burguesa; y son completamente antagónicos a los principios de la sociedad comunista, en donde se habrán eliminado y arrancado de raíz todas las relaciones de explotación y opresión".

Un ejemplo de lo serios y peligrosos que son los objetivos de los reaccionarios fundamentalistas es el reciente ataque a la enseñanza de la evolución en Kansas. Hace unos años eso hubiera sido difícil de creer, pero tales ataques están en boga. Por eso el proletariado tiene que ponerse a la vanguardia en esa esfera y contrarrestar los ataques en el campo ideológico/intelectual, así como en el campo político/práctico.

Hay que reconocer que, por sus propias luces, inclusive buenos intelectuales y científicos no confrontarán esos ataques como se debe. Buscarán arreglos y acomodos, y dejarán el campo abierto. Una ilustración perfecta de esto la da Stephen Jay Gould, quien continúa proponiendo un acomodo con la religión: que la religión le dé a la ciencia lo que es de la ciencia y que la ciencia le dé a la religión lo que es de la religión. (Este es el tema principal de su nuevo libro Rocks of Ages, Science and Religión in the Fullness of Life).

La idea es que los religiosos fundamentalistas acuerden no "meterse" en la esfera de la ciencia y otros campos seculares. ¡Pero jamás lo harán! Cada vez se meten más en la ciencia, así como en la esfera social, cultural y política. Cada vez atacan más la concepción y el método de la ciencia, y las tendencias progresistas en general. Por eso personas como Gould, aunque hacen importantes contribuciones, jamás confrontarán plenamente a los reaccionarios oscurantistas por su propia iniciativa sin un firme empujón del proletariado revolucionario.

Los fascistas cristianos no se van a quedar tranquilos en un rincón o en una esfera. El fundamentalismo religioso tiene un propósito y harán todo lo posible por cumplirlo, pasando por encima de lo que sea. Esto no demuestra que no sea posible unirse con gente como Gould y fuerzas más amplias para confrontar y contraatacar la reacción fundamentalista política e ideológicamente, sino que es necesario llevar a esa arena la línea y la dirección del proletariado y su vanguardia.


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