Celebración del la Rebelión de Los Ángeles

Obrero Revolucionario #1150, 12 de Mayo, 2002, posted at http://rwor.org

Watts, Los Ángeles, 27 de abril de 2002. Con música, poesía y más, unas 60 personas recordaron y celebraron el décimo aniversario de la Rebelión de Los Ángeles en el multifamiliar Nickerson Gardens.

Eso no les gustó a las autoridades de vivienda pública ni a la policía, quienes trataron de impedir la celebración, que se llevó a cabo debido al infatigable trabajo de organizadores y partidarios.

Dos días antes, la alcaldía anuló el permiso para celebrar el aniversario con el cuento de que la publicidad decía que es justo "luchar contra la brutalidad policial", que saludaba la "unidad" entre las pandillas y que la celebración de una "rebelión" podría crear un ambiente explosivo para la policía.

Enseguida, el Comité de Watts contra la Brutalidad Policial, el Centro de Unidad KRST de Espiritualidad Africana, el Comité de Ministros de la Iglesia Metodista Faith United y la Comisión de Asuntos Sociales de la Primera Iglesia Episcopal Metodista Africana se pusieron en contacto con individuos, organizaciones y la prensa para luchar por el derecho de celebrar el aniversario de la rebelión.

Los reverendos Andrew Robinson-Gaither, de la Iglesia Metodista Faith United, y Meri Ka Ra, del Centro de Unidad KRST de Espiritualidad Africana, se encargaron hasta el último momento de que se llevara a cabo la celebración.

Dos paredes cerca de la plataforma fueron decoradas con fotos que captan el espíritu de la rebelión del 92. Las imágenes recordaron uno de los mayores levantamientos de la historia de Estados Unidos.

El reverendo Andrew dijo: "Estoy aquí porque como todos los que tienen fe, debemos ponernos de pie y hacernos escuchar. No puedo quedarme de brazos cruzados. Por todo el mundo se oye un clamor por de justicia. Si nosotros no hablamos por los que no pueden, ¨¿quién lo va hacer? Seguiré apoyando, promoviendo y velando porque se realicen cosas como estas".

Cuando la alcaldía no pudo impedir la celebración, mandó la policía a intimidar: siguieron a los que llegaban, pusieron multas de tránsito y se estacionaron delante de la plataforma en la cancha de fútbol. Pero nadie se rajó. Un vecino puso los parlantes en la ventana y tocó canciones contra la brutalidad policial.

Meri Ka Ra saludó a la multitud y dijo que había mucho de que celebrar y que el pueblo tiene derecho a conmemorar la Rebelión de Los Ángeles.

Joe Veal, vocero de la rama de Los Ángeles del PCR, dijo que fue hermoso ver el levantamiento de los de abajo, del proletariado, contra la opresión. La rebelión confirmó que nuestro enemigo común es la clase dominante y su policía, que se encarga de mantenernos oprimidos. También demostró lo fuertes que somos cuando nos unimos y luchamos contra ese enemigo. ¡Nos encantó ponernos de pie y estar unidos! Nos sentíamos contentos y orgullosos de la unidad que forjamos por medio de la lucha con gente como nosotros, los de abajo, y gente que nos apoya en todas partes del mundo".

Una mujer que recién empezó a trabajar con el Comité de Watts contra la Brutalidad Policial compartió sus impresiones sobre la brutalidad policial y la rebelión. Mencionó diferentes maneras de unidad que se forjaron. Con su mirada y sus palabras retó a los policías frente a la plataforma. Después nos dijo: "Al principio estaba un poco nerviosa, pues vivo aquí. Yo los veo tomando fotos, pero si no hago nada, en 10 años mi hija va a enfrentar lo mismo. Pero si contribuyo a hacer algo, ella podrá continuar la lucha, y así mi vida no habrá sido en vano".

Un inquilino del multifamiliar envió una declaración que dice: "La rebelión nos inspiró. Estuvimos unidos unos dos o tres días. Todo mundo dejó a un lado las discusiones cotidianas. Todos nos lanzamos a la calle, nos sentimos libres, y eso es lo que nos inspiró. Fue corto, pero nos dio un bocado de libertad. Se necesitan ese tipo de manifestaciones".

La Coalición 22 de Octubre para Parar la Brutalidad Policial invitó a Norma Martínez a hablar sobre la epidemia nacional de brutalidad policial. Su hijo, Gonzalo Martínez, fue asesinado con 34 balazos el 15 de febrero de este año por la policía de Downey. Norma dijo que quiere fortalecer la unidad y la solidaridad con Watts. Dijo: "Quieren mantenernos aparte a los latinos y a los afroamericanos. Tenemos que unirnos. Eso es necesario porque este fue el cuarto asesinato policial en Downey en los últimos ocho meses".

En el multifamiliar se sabía de la celebración; unos salieron a la puerta o se asomaron por la ventana. Muchos pararon a escuchar los discursos y la poesía de Jerry Quickley y el raping the Infinite Spheres.

La declaración del Comité de Watts contra la Brutalidad Policial, expresó lo que muchos sentían. "No aceptaremos la brutalidad policial; no aceptaremos ser víctimas. No permitiremos que nuestros hijos pasen hambre o que no puedan ir a la escuela. La rebelión nos mostró el poder que tiene el pueblo. Saboreamos un poco de justicia y aprendimos que no hay que esperar que estalle otra rebelión para luchar. Tenemos que organizarnos; la organización y la unidad son armas del pueblo. La organización y la unidad nos hacen fuertes".

Una organizadora del capítulo de Watts de la Brigada de la Juventud Comunista Revolucionaria (BJCR) dijo que la rebelión le cambió la vida en 1992, cuando tenía 15 años. Dijo: "Ese día, cuando prendí la tele y vi que las masas prácticamente se habían apoderado de la ciudad, vi que la revolución sí era posible". Se alegró tanto que acompañó a un grupo de chavos a Los Ángeles para trabajar bajo la dirección del partido. Relató que al llegar un chavo negro de Sur Centro le contó cómo fue, cómo el pueblo se apoderó de las calles, aunque solo por unos días. "Él me contó que en unas cuadras corrieron a la policía e hicieron barbacoas en plena calle. Me decía eso con mucho orgullo. Esa fue la primera vez que sentí que pertenecía a una clase mundial". Luego dijo: "Cuando se acercaba el día de regresar a mi ciudad se me partía el corazón pues me había enamorado de las masas y de su partido de vanguardia". Desde ese entonces ha vivido en Los Ángeles.

Un grupo de chavos del multifamiliar dijo que había que celebrar el 29 de abril porque ese día la gente le hizo ver al sistema que el pueblo tiene el poder. Uno leyó un poema titulado "Seguimos viendo" sobre la Rebelión de Los Ángeles:

Por el pasado conocemos nuestro futuro
heridos muy profundo sin necesidad de suturas.
Sí, seguimos viendo que el gobierno impone leyes para cercarnos.
Sí, seguimos viendo politiqueros que abogan por cosas que les mejoran la vida, sabiendo que tuercen el cuchillo.

Seguimos viendo la violencia
que sube y baja, barrios inundados por la droga
las sirenas chillan
el maltrato mental y físico
los sin techo
la chota corrupta!
Seguimos viendo unidos
esperando un resbalón de ustedes para volver a repetir el 92.

¡Seguimos viendo!

*****

Al terminar el programa nos sentíamos muy contentos. Un grupo de ocho hombres y mujeres, de diferentes nacionalidades, patrullaron el multifamiliar, o sea, estuvieron "acosando al acosador". Uno dijo:

"Cada vez que pasaba un radiopatrulla, coreábamos: `chota a la vista'. Un vecino nos avisó que venían tras nosotros. El radiopatrulla dio una vuelta en U. Nosotros nos mantuvimos firmes, empezamos a hacer gruñidos de puerco y a corear `bang, bang, todos los días la misma porquería' y `¨¿quién abrió la pocilga?'".

Mientras la Patrulla del Pueblo desafiaba y desenmascaraba a la policía, los vecinos empezaron a salir y a aplaudirlos.

"Les preguntamos a los policías: `¨¿Ustedes son los que mataron a Tyisha Miller? ¨¿Los que mataron a Chubby Hood?' Había dos radiopatrullas y los chotas se estaban riendo. Luego uno se bajó como si eso nos fuera a espantar. Pero los que se espantaron fueron ellos cuando dimos un paso hacia ellos. Entonces uno dijo que no dijéramos malas palabras porque había niños presentes y querían que los respetáramos.

"¨¿Respeto? Ellos no respetan a los niños. Les pregunté si ellos se respetaron a los niños cuando mataron a Chubby y lo dejaron tirado para que todos los niños lo vieran. A los vecinos les encantó.

"Los chotas se dieron cuenta de que no iban a intimidar a nadie y decidieron irse".

En el 10§ aniversario de la Rebelión de Los Ángeles, los vecinos de Nickerson Gardens la recordaron y celebraron con el espíritu que generó.

El noticiero NBC informó sobre la celebración en Nickerson Gardens. El Los Angeles Times escribió:"En un lote seco de un gimnasio, en un proyecto habitacional de Watts, conmemoraron otra clase de motín. Se reunieron activistas, poetas, raperos e inquilinos para honrar a los que se tomaron las calles. Para ellos, lo que pasó el 29 de abril no fue un motín sino una acción política fruto de la indignación... Escogieron a Nickerson Gardens porque el boom económico de la década pasada pasó por alto el barrio de Watts, dijo el Rdo. Byrd. Lo agobia la misma pobreza que existió en 1965 y en 1992. `¨¿Dónde está la infraestructura? ¨¿Dónde está la belleza? ¨¿Dónde están los árboles?', pregunta Byrd... `Esta rebelión fue la más hermosa, la más heroica' acción civil en la historia de Estados Unidos, dijo Joe Veale, vocero del Partido Comunista Revolucionario. Los raperos y poetas compararon a los negros y latinos con los palestinos, y dijeron que son pueblos oprimidos que viven bajo la bota de la represión. Muchos dijeron que sí se cometieron errores en 1992, como los daños... a las tiendas coreanas... Los coreanos no son el enemigo, dijeron, y tampoco son los blancos: `El enemigo es el sistema'".


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