Del Departamento Internacional del Partido Comunista de Nepal (Maoista)

A nuestros amigos en Estados Unidos

Obrero Revolucionario #1151, 19 de Mayo, 2002, posted at http://rwor.org

Recibimos esta declaración del Departamento Internacional del Partido Comunista de Nepal (Maoísta).

Estimados amigos:

El 7 de mayo se verá un curioso encuentro en Washington, D.C., cuando el primer ministro del país más pobre del mundo (Sher Bahadur Deuba de Nepal) se entrevistará con el presidente del país más rico (George W. Bush de Estados Unidos). ¿Saben cuál es el punto común que tienen estos extremos? ¿Han pensado por qué los arrogantes gobernantes de Estados Unidos, que hace poco no distinguían entre Nápoles (Italia) y Nepal, ahora reciben amablemente en la Casa Blanca al lacayo de este pobre país?

La pesadilla que acosa a los líderes de las clases explotadoras de los dos países es el movimiento popular de liberación de Nepal, que los dos quieren hacer desaparecer. Como combatientes de la misma trinchera de los explotados y oprimidos del mundo, pensamos que también debemos comunicarnos entre nosotros para frustrar las malas intenciones de nuestros enemigos comunes.

Como ha dicho la prensa, Deuba viaja a Washington a fin de solicitar una gran cantidad de ayuda militar y económica para aplastar el movimiento democrático popular que dirige el PCN(M). Empezando con la visita de Colin Powell a Nepal en enero, la primera de un secretario de Estado estadounidense a Nepal, y culminando con la visita de una semana de una delegación militar de alto nivel en abril, Estados Unidos está sentando las bases para una intervención militar masiva y para establecer una base militar en Nepal (aparentemente con miras a confrontar a India y China). Por tanto, la visita de Deuba tiene el propósito de iniciar la intervención militar a largo plazo de Estados Unidos en Nepal y la región del Himalaya con el pretexto inmediato de eliminar el creciente movimiento democrático del pueblo nepalés, que tildan de "terrorista".

Pero, ¿se puede tildar de "terrorista" la heroica rebelión de las masas pobres de Nepal contra la opresión regional, nacional, de clase, casta y género que impone el antiquísimo sistema semifeudal y semicolonial? Claro que no. Puede que esté en boga para las clases dominantes del mundo tildar de "terrorismo" el disentimiento y la rebelión contra la opresión, pero la historia ha demostrado que se puede distinguir claramente entre una "guerra revolucionaria" legítima, ideológica y políticamente progresista, y las locuras de terroristas con intenciones retrógradas. Jamás se debe dudar la naturaleza política progresista y democrática de la guerra popular que dirige el PCN(M), que cuenta con el apoyo de docenas de millones en todo el país. Inclusive el periódico burgués The Times of India comentó en un editorial del 27 de enero de 2002, que "a diferencia de los talibanes y otros grupos inspirados por Osama bin Laden, los maoístas de Nepal, a pesar de su violencia, representan un movimiento de protesta progresista que no se opone a lo moderno ni excluye por razones étnicas o religiosas. Los maoístas no odian a la mujer, no se oponen a la educación ni al desarrollo y, hasta hace poco, estaban negociando con autoridades elegidas que tienen pésimos antecedentes, tanto en su manera de gobernar como con respecto a las normas democráticas".

Por lo que se refiere a la violencia manifiesta en la guerra popular contra el estado monárquico militarista de Nepal, el pueblo de Estados Unidos, que tiene una gloriosa historia de lucha contra el colonialismo inglés en el siglo XVIII (el año 1776 para ser preciso) y de guerra civil contra la esclavitud en 1861-1865, no debería albergar falsas ilusiones pacifistas. Mientras la sociedad y las naciones sigan divididas entre los que tienen y los que no tienen, y entre opresores y oprimidos, no se podrá prescindir de la guerra. La única alternativa es escoger entre guerras justas y guerras injustas. La historia confirmará que la guerra popular de los más oprimidos de Nepal es, sin duda alguna, una guerra justa que apunta a la eliminación de todas las guerras de la faz de la Tierra.

¿Qué busca esta batalla épica que se libra en Nepal? Para los observadores de la situación debe estar claro que es simple y llanamente una lucha entre la monarquía tradicional y la democracia moderna. Las demandas inmediatas del movimiento son: que se forme un gobierno interino; que se celebren elecciones a una asamblea constitucional, y que se establezca una república. Como cualquier estudiante de historia política admitiría, estas son las demandas tradicionales de toda revolución democrático-burguesa que se ha visto en Europa, las Américas y otras partes. Pero, ¿acaso no hay un parlamento elegido en Nepal? Ahí radica el mayor engaño y desinformación a nuestros amigos en el extranjero, especialmente en Estados Unidos y Europa. Aunque hay un parlamento de nombre y de vez en cuando se celebra el ritual de las elecciones, al igual que en otros países del tercer mundo, el verdadero poder está en manos de la monarquía feudal tradicional. Eso lo garantiza una constitución diseñada por el rey, que perpetúa la "autoridad tradicional" de la monarquía para promulgar la constitución nacional, conserva los privilegios feudales y, sobre todo, asegura la lealtad del Ejército Real Nepalés (ERN) a la monarquía. Como resultado, y especialmente tras el abyecto golpe de palacio de junio de 2001 y la imposición de un estado de emergencia desde noviembre de 2001, el país ahora está bajo una dictadura militar real fascista, con un parlamento de nombre y partidos parlamentarios legales que solo sirven para ratificar, alabar y adornar la autocracia feudal.

La reciente diatriba del comandante del ERN, Prajjwal Rana, contra los partidos parlamentarios y sus líderes, como el Partido del Congreso Nepalés que está en el poder, así como la brusca refutación el otro día a la iniciativa de paz propuesta por siete partidos parlamentarios, confirma esto. Por tanto, aunque a veces parezca que la batalla es entre la democracia parlamentaria y la democracia popular (o entre la democracia "vieja" y la "nueva"), en realidad la batalla es entre la monarquía autocrática y las fuerzas de la democracia, dentro y fuera del parlamento. El pueblo de Estados Unidos, que entiende las largas luchas, tanto armadas como no armadas, entre la monarquía y el parlamento, desde en el siglo XVII hasta principios del siglo XX en Europa, en países como Inglaterra, Francia, Alemania y otros, debe entender mejor que nadie que la historia se repite hoy en Nepal, aunque con ciertas particularidades.

¿Y las supuestas intenciones del PCN(M) de reemplazar la autocracia monárquica con una "dictadura comunista" unipartidaria? Esta es otra de las calumnias deliberadas de las fuerzas reaccionarias que el público crédulo inocentemente se traga. En primer lugar, el partido está comprometido las tres demandas mencionadas. En segundo lugar, el partido ha rechazado públicamente, una y otra vez, el modelo de la dictadura de un solo partido en el futuro estado democrático popular. Esto lo articuló claramente el 27 de marzo el presidente Prachanda en una declaración pública: "Una vez más queremos aclarar que estamos comprometidos a garantizar la libertad de partidos en el nuevo estado que se construirá tras la destrucción del estado autocrático feudal. El estado que nos imaginamos no será una dictadura unipartidaria. Se garantizará la libertad de partidos políticos con diferentes convicciones políticas y la participación en el proceso electoral. Solo se limitarán las actividades de elementos que defienden el feudalismo e invitan el dominio de fuerzas extranjeras. Estamos comprometidos a desarrollar un sistema democrático popular para el siglo XXI. Tal sistema democrático no copiará mecánicamente los sistemas tradicionales; se basará en las necesidades del pueblo del siglo XXI". Además, los 75 puntos y el Programa del recién formado Consejo Popular Revolucionario Unido (CPRU), un embrionario Comité Organizador Central del Gobierno Popular en la forma de un frente único revolucionario bajo dirección del PCN(M), esbozan a grandes rasgos las medidas del futuro estado a que aspiramos.

¿Por qué entonces, Deuba, miembro "elegido" del parlamento, recorre el mundo solicitando apoyo para la dictadura militar real? Esto tiene que ver con la paradoja que todo movimiento democrático en la historia ha tenido que enfrentar. Tal como ciertos sectores de la burguesía renegaron a favor de la monarquía en las revoluciones democráticas de Inglaterra, Francia, Alemania, Rusia y otros países, ahora Deuba traiciona la confianza del pueblo y de su propio Partido del Congreso para venderse al palacio feudal. El hecho de que su ministro de Información, J.P. Gupta, fue expulsado del partido por aliarse con el comandante del ERN en contra de su propio partido, aunque sigue siendo miembro del gabinete títere, muestra acertadamente la división que existe dentro de su propio partido y gobierno sobre apoyar o no a la dictadura militar real. Por tanto, Deuba no es sino una máscara "parlamentaria" con la que la camarilla de Gyanendra-Paras- Prajjwal pretende engañar a la opinión pública democrática mundial, que hay que desenmascarar en cuanto sea posible.

¿Y la muy repetida afirmación de Deuba de que los maoístas abandonaron las negociaciones de paz en noviembre y por tanto no se puede confiar en ellos para seguir negociando? Una vez más, Deuba solo está repitiendo como loro las palabras de la autocracia feudal. La verdad es que, aunque lo quisiera, no está en posición para negociar sobre la república o la asamblea constitucional, que son las más importantes demandas inmediatas del movimiento popular. Por eso es que en el otoño pasado no fue capaz de aceptar las demandas presentadas ni pudo proponer una alternativa a los problemas, mientras Gyanendra movilizaba al ERN. Por eso es que ahora, cuando todos los partidos parlamentarios y la sociedad civil se han declarado a favor de un acuerdo político negociado y el PCN(M) ha dado una respuesta favorable, la camarilla de Gyanendra, el ERN y Deuba andan pidiendo la intervención militar extranjera para salvar el pellejo. ¿No basta esto para desenmascarar a Deuba?

Ahora, ¿cuál es la verdadera situación de la guerra en el país? La rebelión armada de los oprimidos se ha extendido tanto por todo el país que casi todo el campo, especialmente las montañas, se ha liberado del viejo orden opresivo. Los ecos de la rebelión épica de las masas repercutieron en ciudades y pueblos con la reciente huelga general nacional de cinco días. Las exageradas promesas del viejo orden, de que con el estado de emergencia nacional y con la varita mágica del mercenario ERN aniquilarían inmediatamente al Ejército de Liberación Popular (ELP), se han hecho añicos. Debido a que el reaccionario ERN ha sido derrotado en todo enfrentamiento con el EPL, ha recurrido a masacrar civiles y activistas políticos desarmados, y después a decir que los mató en enfrentamientos. Ha matado a cientos de presos políticos, como Hitler, por ejemplo: Gyan Prasad, en Bardia; Kamal Bhujel y Sumitra Ghimire, en Kaski; Ajab Lal Yadav, en Sarlahi. Los peores crímenes de horrorosas proporciones del ERN han sido las masacres de cientos de personas desarmadas y activistas políticos como represalia por las derrotas sufridas en enfrentamientos, por ejemplo en Kalikot y Achham, en febrero; Rolpa (Gumchal), en marzo; Dang, en abril y Rolpa-Piuthan, en la primera semana de mayo. Las masacres de Rolpa-Piuthan y Doti tienen el propósito de enseñarles a sus amos extranjeros "resultados" y "éxitos" como preparación para la visita de Deuba a Estados Unidos y el Reino Unido, así como presionar a los partidos parlamentarios a extender el estado de emergencia seis meses más. Pero esas tácticas engañosas no pueden ocultar el inminente colapso del podrido ERN, a no ser que lo apuntalen potencias extrajeras.

El terror estatal de la dictadura real para silenciar y someter a la prensa independiente ha sido horrendo. Han detenido a cientos de periodistas sin juicio y convertido el país en la mayor cárcel de periodistas del mundo; han allanado y cerrado las oficinas de los periódicos que han disentido. A periodistas reconocidos, como Yubraj Ghimire, de Kantipur , los han amenazado de muerte y los han obligado a escribir propaganda a favor del ERN y mentiras contra las fuerzas revolucionarias. No permiten la verificación de batallas y enfrentamientos, y los periódicos y la prensa electrónica solo pueden publicar los partes de guerra del ERN y lanzar campañas de desinformación contra el movimiento democrático popular.

En este contexto apelamos a nuestros amigos, especialmente en Estados Unidos y Europa, a que no se dejen engatusar por la propaganda unilateral de las fuerzas autocráticas feudales y sus amos imperialistas del extranjero, y a que procuren distinguir entre los hechos y la ficción. No hay ningún "choque de civilizaciones" del Oriente contra el Occidente, como dicen los ideólogos de la clase dominante, sino un "choque de clases" que abarca todas las demarcaciones de nacionalidad, raza y religión. No habrá un "fin de la historia" de la humanidad sino un fin de la historia de las clases antagónicas. Es por eso que los oprimidos del mundo esperan que sus hermanos y hermanas de clase de Estados Unidos, la potencia imperialista más poderosa y peligrosa del mundo actual, hagan la revolución en las entrañas de la bestia para que deje de intervenir en los procesos revolucionarios de otros países.

Para concluir, queremos dirigirnos a los casi 50,000 nepaleses que viven en Estados Unidos. Mientras predomine el sistema global de desarrollo desequilibrado y desigual, la gente sentirá la necesidad de emigrar a donde se vive mejor. Pero jamás olviden que mientras exista esa anomalía estructural, nadie está seguro en ninguna parte del universo. Sus hermanos y hermanas oprimidos en la tierra natal cuentan con su avanzada opinión y acción.

6 de mayo de 2002

Departamento Internacional del Partido Comunista de Nepal (Maoísta)


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