Los secretos y qunes estaban enterados

Tapan la verdad sobre el 11 de septiembre

Obrero Revolucionario #1153, 2 de Junio, 2002, posted at http://rwor.org

El 6 de agosto la CIA envió un informe al presidente Bush acerca de la organización Al Qaeda. Cuando ese hecho se filtró a los medios, estalló una tormenta política en Washington que todavía no han podido apaciguar.

En Nueva York, el titular de primera plana del reaccionario periódico New York Post chillaba: "BUSH SABÍA".

A todos nos dijeron que los ataques del 11 de septiembre ocurrieron sin advertencia, que fueron inesperados e imposibles de predecir o prevenir. Ahora, millones de personas se han enterado de que la cosa no para ahí y están preguntando: "¿Qué información tenía Bush exactamente? ¿Qué más están tapando? ¿Y qué dice todo esto sobre los orígenes del ataque del 11 de septiembre y la guerra global que ha declarado Washington?".

Siguen tapando los hechos.

Inicialmente, la principal asesora de Bush, Condoleezza Rice, le dijo a la prensa que el informe del 6 de agosto indicaba que iba a haber un ataque fuera del territorio estadounidense , y no en el país.

Pero poco después eso se desmintió. El Washington Post informó el 18 de mayo que llevaba el título "Bin Laden, decidido a atacar a Estados Unidos". En respuesta, los demócratas del Congreso pidieron una investigación por una comisión independiente.

La Casa Blanca quedó enmarañada en sus propias declaraciones contradictorias: por un lado, dijo que el informe de la CIA tiene "vieja información" y no menciona nada sobre nuevos ataques; por otro lado, el mismo Bush declaró que no se debe divulgar públicamente porque tiene cosas muy importantes.

Así que la Casa Blanca lanzó un contraataque: el vicepresidente Dick Cheney dijo que teme que una investigación del 11 de septiembre divulgue secretos de los servicios de inteligencia y socave los esfuerzos por prevenir futuros ataques. En una entrevista que le hizo el programa "Larry King Live", Cheney tildó de "despreciables" a los que dicen que Bush sabía de antemano de los ataques del 11 de septiembre y exhortó a limitar las investigaciones a los comités de inteligencia del Congreso, o sea, a los leales y comprobados servidores del sistema.

Luego, el noticiero NBC divulgó que Bush tenía en su escritorio el plan para atacar Afganistán el 9 de septiembre, o sea, dos días antes de los ataques contra Nueva York y Washington.

Una fuente de la Casa Blanca le dijo a la revista Newsweek:"Hubiéramos debido rodearnos con sacos de arena y declarar: `No se metan. Todo esto es clasificado'".

Y en efecto esa ha sido la estrategia oficial: Cheney afirmó que hacer preguntas sobre lo que sabía Bush es "incendiario" y que los que lo hacen "no merecen ser líderes de la nación en tiempos de guerra".

Además, altos funcionarios de la administración proclamaron una racha de advertencias sobre nuevos "ataques terroristas". Un representante tras otro (Rumsfeld, Ridge, Cheney, Powell y Bush) anunció que son "inevitables" nuevos ataques contra ferrocarriles, metros, centrales eléctricas nucleares, condominios y apartamentos en Nueva York, la Estatua de la Libertad y buceadores. En Nueva York, se pusieron a bloquear y cerrar puentes y túneles, y a registrar carros justo antes de un fin de semana feriado, o sea, el momento de máximo impacto.

La Associated Press escribió con escepticismo: "La advertencia a los buceadores, que según el FBI se basa en información no corroborada, dice que si bien `no hay pruebas de que existe un plan para utilizar a los buceadores para llevar a cabo ataques en el territorio estadounidense, parece que existe el deseo de desarrollar esa capacidad'".

Los más altos niveles del gobierno están sembrando miedo con el afán de distraer la atención e imponer nuevas medidas represivas para restringir más los derechos de la población.

Una pregunta: Se ha desencadenado una campaña para tapar lo que pasó antes del 11 de septiembre y guardar los secretos del imperio. ¿Qué están tapando?

Consideren esto: Ahora no cabe duda de que en el verano de 2001 Estados Unidos inició preparativos para una guerra contra el gobierno de los talibanes en Afganistán.

En mayo de 2001, todavía apoyaba a los talibanes: les envió $43 millones de ayuda (Los Angeles Times, 22 de mayo de 2001).

Varios periódicos europeos (Le Figaro de Francia, The Times de Irlanda y The Guardian de Inglaterra) informaron que durante la primavera y el verano de 2001 Estados Unidos negoció con los talibanes, sus aliados de los servicios de inteligencia de Pakistán y quizás con Osama Bin Laden.

La revista Salon (23 de mayo de 2002) informó que, según los servicios de inteligencia de Francia, la administración Bush buscaba llegar a un acuerdo para construir un oleoducto a través de Afganistán y, a la vez, mantener buenas relaciones con Arabia Saudita.

Pero a los cuatro meses (el 4 de septiembre), los principales asesores de seguridad nacional --Colin Powell, secretario de Estado; Donald Rumsfeld, secretario de Defensa; Condoleezza Rice, asesora de Seguridad Nacional, y otros-- se reunieron y (según el Times,18 de mayo) endosaron un plan para lanzar una guerra clandestina y tumbar a los talibanes. El Times dijo que la decisión del 4 de septiembre "se debía a una intensa frustración en Washington" con "la incapacidad de convencer a la élite de los talibanes de entregar a Bin Laden y a sus principales tenientes".

Los principales elementos de la guerra se anunciaron públicamente después del 11 de septiembre: los preparativos bélicos, los $200 millones de ayuda militar a la Alianza del Norte, la campaña para destruir la red financiera internacional de Al Qaeda y operaciones en docenas de países contra los fundamentalistas islámicos. Un vocero del gobierno le dijo a NBC News que tenían "un plan para expulsar a Al Qaeda de la faz de la Tierra".

Pero todo eso lo planearon antes de los ataques: el 9 de septiembre Bush recibió un borrador de una Directiva Presidencial de Seguridad Nacional que ya tenía un plan detallado para la guerra.

A los dos días los aviones estrellaron contra el World Trade Center y el Pentágono. Washington anunció que no provocó los ataques y no los esperaba, le echó la culpa a Al Qaeda y puso en marcha el plan de guerra contra el gobierno de Afganistán.

Hace poco el director de operaciones clandestinas de la CIA, Jim Pavitt, resumió: "Sabíamos con qué fuerzas aliarnos, qué operaciones apoyar y cómo recolectar la información que necesitábamos. Es decir, estábamos en el terreno antes del 11 de septiembre" (Times,18 de mayo).

Pregunta: ¿Qué aspectos de la relación entre Estados Unidos y Afganistán antes del 11 de septiembre siguen escondidos? ¿Qué relación hay entre las amenazas a Afganistán y los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos?

*****

Los sucesos del 11 de septiembre están vinculados a un mundo oscuro de redes de inteligencia, ejércitos clandestinos, negociaciones secretas, engaño sistemático, duplicidad y mentiras.

Por eso, es posible que nunca sepamos quién organizó los ataques del 11 de septiembre. Pero los hechos que se han filtrado sobre el informe del 6 de agosto y el plan de la Casa Blanca para atacar a Afganistán han abierto grandes brechas en la mitología oficial de la guerra contra el terrorismo.

Una pregunta de un periodista leal al sistema: En una columna que salió en el New York Times el 19 de mayo, R.W. Apple advirtió que "un libre debate sobre estos asuntos tiene un precio: socava la unidad nacional, la confianza en el proceso electoral y el respeto por los líderes nacionales en general... Parece que pronto vamos a descubrir los fallos de la Casa Blanca y la manera en que buscó taparlos, como de costumbre en Washington. La pregunta es: ¿Vale la pena pagar el precio, la pérdida de la unidad y, quizás, de dignidad, para enterarnos de eso en tiempos de guerra?"

Unas preguntas desde otra perspectiva: ¿Cómo es posible que no exijamos enterarnos? ¿Por qué diablos apoyar la "unidad nacional" para una guerra injusta? ¿Por qué "respetar a los líderes" que lanzan ataques por todo el mundo, declaran guerras sin fin y conspiran para tapar sus motivos y acciones?


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