¿Planificación socialista o “socialismo de mercado”?

Parte 1

Raymond Lotta

Obrero Revolucionario #1167, 22 de septiembre, 2002, posted at http://rwor.org

El siguiente artículo del economista político maoísta Raymond Lotta se publicó en el website 2changtheworld.info, dedicado a la discusión y el debate del Borrador del Programa del Partido Comunista Revolucionario. En el website se publicó en cinco partes. En estas páginas lo presentaremos en tres partes.

He seguido con gran interés el debate del website y con especial interés los comentarios sobre planificación y mercados. Ese tema también se ha presentado en conversaciones con economistas políticos y otras personas sobre el Borrador del Programa.

El tema de "planificación vs. mercado" es de gran importancia para un economista político maoísta. Está íntimamente ligado con conocer y cambiar el mundo. Así que me gustaría hacer unos cuantos comentarios basados en conversaciones recientes y en los puntos que se han planteado en el website.

Un participante del debate, BrightRedLight (BRL), presenta una posición opuesta a la planificación socialista general (usa la frase "economías manejadas"). BRL dice que el mercado en sí no tiene nada de malo: "Una sociedad socialista de mercado en que el gobierno mande acabar con la apropiación capitalista de la plusvalía y garantice la apropiación total del producto por los obreros de una fábrica dada no tiene nada de plano contradictorio ni injusto. Creo que los socialistas tenemos que hacer una crítica seria de los modelos económicos manejados".

BRL y otros participantes del debate sostienen que una economía de mercado modificada, sin explotación, sería un contrapeso útil a planificadores centrales desconectados de la realidad o arbitrarios. Como los anarquistas, BRL piensa que la planificación estatal socialista no es democrática y que lleva a que los burócratas roben a los obreros. Como los "socialistas de mercado" (que afirman que el mercado se puede cambiar para beneficio de los trabajadores), BRL piensa que la planificación central puede ser útil para proyectos grandes, pero que en otras cosas, como los productos de consumo, no sirve.

Entiendo que esas posiciones arrancan de una seria preocupación, pero estoy en franco desacuerdo con las razones y las conclusiones. Creo que es necesario trascender la producción de mercancías y el mercado porque son un obstáculo para que el pueblo se haga cargo conscientemente de la sociedad y la transforme.

También me parece que la historia ha demostrado que un sistema revolucionario de planificación puede satisfacer las necesidades de la sociedad y, asimismo, darle poder al pueblo. Mejor dicho, lo fundamental de la planificación socialista no es lo que hagan los encargados de la planificación, por importante que eso sea. Lo fundamental es desarrollar los medios y los mecanismos para que la sociedad regule conscientemente la producción social al servicio de objetivos políticos, sociales y económicos generales, y por medio de la actividad consciente de las masas. En tal proceso es indispensable el estado proletario, pero la cosa no es tan simple.

Primero que todo, no es posible eliminar las relaciones de mercancías y de mercado de la noche a la mañana. Por ejemplo, la distribución de algunos productos de consumo requerirá formas de comercio con dinero. Pero, simultáneamente, la nueva sociedad tiene que restringir el papel y la influencia de las relaciones de mercancías y de mercado.

Segundo, efectivamente existe el potencial de que las estructuras del estado socialistas se divorcien de las masas, de que el estado socialista se vuelva capitalista, de que la planificación socialista sea un instrumento de una nueva clase capitalista. Pero eso no quiere decir que hay que abandonar la planificación socialista a favor del mercado. Más bien, nos advierte que hay tomar en serio el problema del burocratismo y el peligro de la restauración capitalista.

Este artículo tiene cinco secciones.

La primera define el mercado y explora por qué si la ley del mercado impera en la distribución de bienes, por necesidad imperará en los medios de producción y en la fuerza de trabajo, es decir, habrá explotación capitalista.

La segunda analiza los problemas de la economía de mercado y por qué el mercado es un obstáculo para la plena emancipación de la humanidad.

La tercera responde a críticas a la "economía manejada". Por ejemplo, en el website BRL escribe: "Lotta por lo visto piensa que las únicas opciones en el mundo moderno son el capitalismo o una economía socialista manejada... Si uno toma en serio la teoría de la explotación de Marx, tiene que preguntarse si en una economía manejada un obrero no está siendo explotado tal como en una economía capitalista. Al fin y al cabo, no recibe todo el producto de su trabajo y (como en el capitalismo) el estado desvía plusvalía para mantener la burocracia, la burocracia parasítica, las fuerzas armadas, la investigación, la infraestructura, etc... Creo que la historia ha demostrado que las economías manejadas del pasado fueron un fracaso, por lo menos en lo que respecta a ofrecer la variedad de productos de consumo y pequeños lujos que la gente común y corriente quiere".

Respondiendo a esto y a posiciones similares, sostengo que en sí la idea de una "economía manejada" es una tergiversación de la experiencia de las economías socialistas y que el término está estrechamente relacionado con las suposiciones y los análisis de la economía pro capitalista. Asimismo, presento los métodos y los éxitos de los años en que los comunistas revolucionarios dirigieron la economía socialista planificada de la China maoísta.

La cuarta sección continúa el examen de la "economía socialista planificada" y aborda las propuestas económicas del Borrador del Programa del Partido Comunista Revolucionario.

La quinta trata de asuntos de productos de consumo y mercados, y de la "política de consumo". BRL plantea importantes puntos en este párrafo: "Si eliminamos los mercados, si eliminamos la oferta y la demanda, se necesita un modo alternativo de evaluar qué quiere la gente. ¿Quiere dedicar más recursos a los productos domésticos o a la investigación del SIDA? ¿Quiere más industria pesada o industria ligera?... ¿Qué MECANISMO propone Lotta para tomar esas grandes decisiones? ¿Encuestas? ¿Votos? ¿Y si los trabajadores votan por productos de lujo en vez de proyectos sociales?... ¿O tomarán las decisiones especialistas y burócratas, como en la URSS y China?". En esta sección explico que la economía socialista necesita varios mecanismos de feedback de la gente que usa los productos, pero que eso debe darse en el contexto de un movimiento revolucionario para romper con el consumismo.

Espero que estos comentarios estimulen el dialogo sobre el Borrador del Programa .

1. ¿Qué es el mercado?

Empecemos con unos puntos básicos.

Cuando la mayor parte de la producción de una sociedad se hace para la venta, cuando las relaciones entre los distintos sectores y "actores" de la economía son relaciones de comprador-vendedor, existe un mercado capitalista. El mercado es el lugar y el mecanismo de intercambio: de la compra y venta entre individuos y entre unidades individuales de capital.

Los mercados existían antes del capitalismo, pero el capitalismo representa el florecimiento pleno del mercado. Monetiza o mercantiliza todos los elementos de la producción: tierra, materias primas, instalaciones, máquinas, computadoras y seres humanos. Los compra y vende como parte de un sistema integrado de producción social.

En una sociedad productora de mercancías, los productos son propiedad de agentes económicos particulares y se intercambian por medio de regateo entre los propietarios. Comprar y vender es transferir propiedad y control. La propiedad confiere control de las cosas y, además, de las personas: trata a las personas como cosas.

Básicamente, el capitalismo tiene tres mercados relacionados: a) mercados de productos;b) mercados de capital (dinero, acciones, crédito y monedas, así como mercados de medios de producción); y c) mercados de trabajo (los avisos de trabajo, el empleo y despido de trabajadores, el ciclo de empleo y desempleo son aspectos de esto).

Ojalá que esto no sea muy abstracto, pero lo menciono porque tenemos que ver claramente de qué hablamos: si uno dice que el mercado debe continuar en una sociedad revolucionaria, debe aclarar si se refiere a los tres tipos de mercados o solo a algunos.

¿Serán propiedad privada los medios de producción (las fábricas y el equipo) y se comprarán y venderán en el mercado?

El Borrador del Programa dice claramente que los medios de producción, que ahora monopoliza la clase capitalista, serán propiedad de la sociedad y se usarán para beneficio de la sociedad.

Muchos anarquistas dicen que los medios de producción en general deben ser controlados por grupos independientes de trabajadores. Pero como señala una nota de Nando en el website: "Si la producción se controla al nivel de la fábrica, no puede haber planificación socialista para toda la sociedad; de hecho, las fábricas individuales se relacionan por medio del mercado, y así se reproduce el capitalismo".

Si hay cooperativas de obreros o fábricas autónomas, es algo parecido a unidades separadas productoras de mercancías. No hay mecanismos para fomentar la cooperación entre empresas en toda la sociedad. Si se recurre a los principios del mercado, empieza a aparecer la competencia por recursos y ventas. Empieza a darse una situación en que las empresas más fuertes se adelantan a las demás. Así la sociedad no puede avanzar en una dirección unificada hacia metas sociales generales, y teniendo presentes las necesidades de toda la humanidad.

A. ¿Qué hace el mercado?

El mercado es el organizador central de la economía capitalista. Da las señales (precios e ingresos) que controlan la asignación de recursos y los ajustes de la producción. Como explico en un ensayo que mandé a 2changetheworld ("Socialismo visionario: Sobre la anarquía del capitalismo y la necesidad del socialismo"), el mercado resuelve una contradicción inherente y móvil del capitalismo.

Por una parte, el capitalismo es un sistema de producción social altamente desarrollado e interdependiente, con tecnología avanzada y una compleja división del trabajo. Las diferentes unidades de producción, pongamos las acerías y las f'ábricas de computadoras, dependen unas de otras: como proveedores de materia prima, máquinas, etc., y como clientes.

Por otra parte, el sistema de producción está fragmentado en unidades de propiedad y control privado. Por lo tanto las conexiones entre productores no se resuelven consciente y directamente; es imposible. Por el contrario, los vínculos entre unidades se establecen espontáneamente por medio de innumerables procesos de intercambio. Si algo se vende, bien; si no se vende, algo está mal. Si los ingresos aumentan, bien; si caen, el capitalista responde y hace ajustes. No hay planificación de antemano.

De modo que el mercado (y en realidad es la ley del valor) coordina los diferentes componentes de la economía. Esto ocurre indirectamente, con muchos rodeos, a espaldas de los productores. Cada dueño marcha a su propio compás y después ve qué pasa... en el mercado.

En el mercado capitalista manda el dinero. Es el medio para pagar precios y obtener bienes, pero además el dinero en sí es la meta de la producción. Las unidades de producción se organizan en torno a la ganancia. El negocio de un capitalista no es hacer jabón, producir lámparas o fabricar carros; el negocio de todos es hacer dinero. El objetivo del capitalista es terminar el proceso de producción e intercambio con más dinero (ganancia) que al comenzar.

Alguien, una clase de trabajadores, tiene que producir esa riqueza. La clase productora en el capitalismo es el proletariado.

¿Por qué trabajan los proletarios para los capitalistas? Eso está íntimamente relacionado con el mercado y las relaciones de producción. La clase capitalista posee (monopoliza) los principales medios de producción. Las opciones de los proletarios son vender su fuerza de trabajo (su capacidad de trabajar: su energía, destreza y creatividad) en el mercado de trabajo o morir de hambre. El salario les permite obtener los medios de subsistencia, es decir comprar en el mercado una porción de la riqueza que produjeron. Lo demás pertenece a los capitalistas.

La transacción más fundamental en el capitalismo es la compra y venta de la fuerza de trabajo, por callado que esto se mantenga. La explotación del trabajo asalariado es la fuente de la riqueza y el poder capitalista.

BrightRedLight dice correctamente: "Según la teoría de explotación de Marx... los mercados NO son la fuente de explotación; la fuente de la explotación es la extracción de plusvalía del trabajador por el capitalista".

El mecanismo del mercado no es lo mismo que la explotación del trabajo asalariado. La explotación se realiza en el punto de producción. Pero BRL no capta que el mercado es una parte integral de ese proceso.

Por una parte existe un pool de trabajadores (un mercado de trabajo) para explotar porque los trabajadores no tienen medios de producción. El mercado de trabajo es una forma de coerción exclusiva del capitalismo: al trabajador no se le obliga a trabajar a punta de fusil ni por obligación feudal; pero no vive si no encuentra trabajo (y solo lo encuentra mientras su trabajo enriquece a un capitalista).

Por otra parte, el mercado es el mecanismo por el cual el capitalista realiza y completa el ciclo de producción e intercambio: compra medios de producción y fuerza de trabajo y después saca la plusvalía (convirtiéndola en dinero) que produce el trabajo social.

Así que permítanme continuar con la pregunta que hice antes: si uno dice que se debe dejar que el mercado funcione en el socialismo, ¿se incluye el mercado de fuerza de trabajo?

El Borrador del Programa del PCR dice que en el socialismo la fuerza de trabajo dejará de ser una mercancía que se compre y se venda. Una clase minoritaria de propietarios no tendrá la "libertad" de contratar y despedir trabajadores.

El socialismo pondrá punto final a la competencia por trabajo e ingreso. Eso requiere que la clase obrera controle, por medio de su estado, los medios de producción. El Borrador explica que trabajaremos en un ambiente social diferente, realizaremos una variedad de trabajos y cooperaremos de muchos modos y en gran escala para promover el bien común.

Regulación de la producción

El mercado regula la producción capitalista de dos formas fundamentales.

Primero, el mercado impone normas (estándares) de eficiencia.Cada capitalista batalla con los demás. Cada uno busca una mayor participación en el mercado (a expensas de otros) y la principal arma en esa batalla es aumentar la producción, elevar la productividad y reducir los costos. Para eso hay que poner a los trabajadores a trabajar más duro, más rápido y más tiempo. Si un capitalista no opera a cierto nivel de eficiencia, sale perdiendo: no puede vender al precio imperante en el mercado; o aumenta la eficiencia o se hunde.

Segundo, el mercado guía la inversión.Cuando el mercado y las ganancias aumentan en determinado sector o línea de productos, llega capital. Por ejemplo, hace unos pocos años se podían obtener grandes rendimientos en telecomunicaciones y ese sector se inundó de capital de inversión (la moraleja es evidente). Pero cuando la economía se desquicia, el mercado impone disciplina y reorganización: quiebran o se fusionan compañías, venden o liquidan bienes, despiden empleados, bajan los salarios... y los capitales más fuertes y los especuladores caen encima como tiburones cuando huelen sangre. Este es un proceso de regulación con mucho desperdicio, anarquía y opresión.

C. Responsabilidad y control

El mercado capitalista es impersonal. No le rinde cuentas a nadie. No le consulta a uno qué necesita. No le importa que uno pierda el trabajo, la casa, la jubilación ni el seguro médico. "Si esas cosas son un impedimento a la eficacia del mercado, pues ni modo".

Se habla mucho de la "economía socialista manejada", ¿pero habrá algo más manejado que un mercado que dicte que 500,000 trabajadores (sí, ¡medio millón!) queden sin trabajo en la industria de telecomunicaciones?

Si uno quiere que el mercado (llamémoslo un "mercado humano") sea el mecanismo organizador de la economía, tiene que explicar cómo puede funcionar con las reglas del mercado pero no hacer las cosas horribles que hace el mercado.

Digamos que se permita que los mecanismos del mercado operen con libertad en el sector de productos de consumo. Distintas empresas producen ciertos productos y ganan o pierden en el mercado según lo que compren los consumidores.

¿Se permitirá que los gerentes reduzcan la fuerza laboral si bajan los ingresos?

¿Se permitirá que las empresas quiebren si no tienen suficientes ganancias?

¿Permitirá la sociedad que el mercado ponga los precios "libremente", inclusive los precios de productos esenciales?

¿Permitirá la sociedad que la producción se concentre en productos de lujo que pide la gente de mayores ingresos, a costa de la producción de cosas que necesita más gente?

Si uno no quiere que el mercado haga esas cosas y quiere que se guíe por otras reglas, por ejemplo salvaguardar los intereses básicos del pueblo, ¿entonces qué hace el mercado para seguir siendo el mercado?

Los mecanismos del mercado no fomentan trabajo valioso que beneficie el bien social y no fomentan igualdad social. Estos valores son totalmente opuestos a la competencia.

2. ¿Qué tiene de malo el mercado?

El mercado tiene cinco problemas principales.

A. Anarquía vs. planificación consciente

En la economía capitalista de mercado no se planea la producción social. La sociedad no piensa qué necesita: necesidades sociales, equipo y tecnología para producción, vivienda para la población, recursos necesarios para responder a una epidemia de SIDA.

Todo eso se deja en manos del mercado (claro que el gobierno mete la mano, pero el mercado es supremo). Los capitalistas entran en distintos campos y líneas de productos. Cada productor capitalista decide qué y cuánto producir, aumentar o reducir, contratar nuevos trabajadores, construir nuevas instalaciones, etc. Esas decisiones las determina la venta de productos con ganancia y la expectativa de encontrar mercados lucrativos en el futuro.

El capitalista produce y después ve qué pasa. Como dije en el artículo citado, es un proceso a ciegas, de ensayo y error. Durante los bajonazos económicos, escasea la inversión. Gran cantidad de personas no pueden trabajar, los recursos no se usan y las necesidades sociales urgentes no se satisfacen. Todo esto es un gran desperdicio y es muy destructivo.

BRL pone el ejemplo del SIDA: "El mercado socialista seguramente responderá mejor a las necesidades de la población que la planificación central. Posiblemente siempre se necesitará un poquito de centralismo, especialmente en la investigación del SIDA, etc. Pero esos GRANDES proyectos solo son una fracción de lo que los trabajadores quieren. Lotta dice, correctamente, que la planificación central funciona con los proyectos GRANDES, pero eso no quiere decir que funcione con los productos de consumo...".

Mejor dicho, BRL dice que "un poquito de centralismo" podría funcionar como "intervención estatal" en una sociedad en que el mercado tiene libertad de control en grandes partes de la economía.

¿Pero es posible resolver el problema del SIDA con un "poquito" de intervención estatal? ¿No se necesita dirección unificada y orientación de la producción de medicinas y equipo médico? ¿No se necesita cambiar la educación médica y los sistemas de atención a la salud? Y, más que todo, ¿no se necesita movilizar a la gente para atacar el problema de un modo multidimensional en los centros de trabajo, la comunidad, las escuelas, etc.?

¿Cómo se puede hacer todo eso sin planificación y coordinación de toda la sociedad? (No que todo se haga de arriba hacia abajo; volveré a esto más adelante).

B. Ganancia vs. bien social

El mercado recompensa la reducción máxima de costos para obtener las máximas ganancias. Eso es el corazón del mercado.

Los capitalistas equiparan eficiencia con ganancias, pero en el capitalismo la eficiencia responde a intereses de clase. Es la explotación eficiente del trabajo asalariado. Es el cálculo de las ganancias y la eficacia en función de los costos a corto plazo y de una forma limitada.

Una fábrica echa contaminantes al aire, pero el costo a la sociedad no le preocupa al dueño porque el aire no es su propiedad, no es parte de la estructura de costos que el mercado recompensa o castiga.

O veamos la agricultura: hace poco fui a Kansas a visitar un instituto dedicado a la agricultura sostenible, donde investigan alternativas prácticas al sistema de agricultura altamente nocivo para el ambiente que tenemos ahora. Están demostrando que es posible sembrar cereales sin perjudicar el ambiente.

Pero señalaron que si solo se tiene en cuenta el mercado, la agroindustria no aceptará esas alternativas. En realidad para la agroindustria es más eficiente sembrar cultivos anuales que necesitan enormes cantidades de herbicidas e insecticidas. Dan un enorme rendimiento estandarizado y resultan mejor a la hora de contar ganancias... mejor para la agroindustria, no para el agricultor. Pero cuando se consideran la contaminación del agua, la erosión y el perjuicio de la salud pública, los costos sociales son enormes.

El problema --y esto está integrado en el mecanismo del mercado-- es que el mercado no registra los efectos a largo plazo ni los efectos sociales de la actividad económica. La salud y la contaminación no se toman en cuenta en la estructura de oferta y demanda y de maximización de ganancias del mercado.

Eso es lo que pasa cuando la ganancia es el principio y el fin.

Volvamos al ejemplo de las medicinas: para la industria farmacéutica no es lucrativo producir medicinas baratas para enfermedades que afectan a la vasta mayoría de la humanidad. No "paga" en el mercado. Por eso tanta gente muere de enfermedades curables. Pero sí es lucrativo producir drogas para contrarrestar los efectos de la "vida americana" (estrés, hipertensión, obesidad) y hacer pequeños cambios a drogas existentes y sacar nuevas patentes.

La vivienda es un ejemplo: en Estados Unidos hay una patente y dolorosa necesidad de vivienda económica y de interés social. Pero el mercado no responde a la necesidad social ni a la demanda social. Como solo reconoce la demanda monetaria, existe una enorme crisis de vivienda y miles y miles viven en la calle. Hay una crisis de vivienda pública. Hace poco me topé con una estadística increíble: el trabajador promedio del comercio puede pagar el alquiler de un apartamento de una alcoba en solo tres de los principales 20 mercados de vivienda del país.

La globalización busca fundamentalmente aumentar las ganancias. El inversionista global recorre el mercado global en busca de bajos costos, alta productividad y grandes rendimientos. Los talleres de explotación, la destrucción del ambiente, la escasez de prestaciones laborales... todo eso es bueno desde el punto de vista del mercado. Para la muestra, ahí tenemos el "éxito" de Nike.

C. Competencia vs. cooperación

Cada capitalista busca aventajar a los otros. Se esconden unos de otros los conocimientos técnicos y científicos con patentes y derechos de propiedad intelectual. Tratan las ideas como propiedad privada, y compran y venden "los derechos a esas ideas".

Ganar en el mercado es ganar esa competencia. Esto infiltra totalmente nuestra vida y nuestra psique. No podemos comer, trabajar, ni tener un lugar para dormir sin entrar al mercado. Pero cuando entramos al mercado a buscar casa o trabajo, nos relacionamos con otras personas de una forma definida: competimos por el trabajo, por vivienda, etc.

El mercado genera una mentalidad de "primero yo". El mercado es frío y cruel, es un mundo de "el que gana y el que pierde". Y en tal mundo, nuestro mundo, no "paga" preocuparse por los demás.

Desde luego nos preocupamos por los demás (incluso hoy, en este mundo dominado por el mercado capitalista) y nos organizamos en el trabajo y la comunidad. Pero persiste el hecho de que el capitalismo y el mercado nos contraponen a unos contra otros; el sistema de propiedad privada y el mercado fragmenta y divide a la gente.

D. Tergiversación y falseamiento de la realidad

¿Qué sabe la mayoría de la gente de las ciudades de Estados Unidos sobre la producción y el procesamiento de los alimentos? Sabemos dónde están en el supermercado pero no sabemos mucho sobre el proceso social de producción: eso no está en la lista de ingredientes. Sabemos el precio. Esa es la información esencial en el mercado.

Si compro una chocolatina, ¿sé que la Costa de Marfil es el principal exportador mundial de cacao? ¿Sé que Nestlé y Hershey's trabajan con una red de exportadores de trabajo, agentes de compra y vendedores de mano de obra que explotan niños en las plantaciones de cacao? No, el mercado no da esa información crucial.

La producción de mercancías y las relaciones de mercado esconden la explotación y la opresión de las relaciones de clase en que se basa el sistema de producción. Además, tergiversan y ocultan las relaciones sociales que ligan a los individuos. No somos consumidores libres, en el vacío; en realidad somos parte de una matriz económica y social.

Alienación e impotencia

La situación de explotación y las relaciones de mercado alienan a los trabajadores de los medios de producción, de las metas de la producción y del trabajo en sí. El trabajo se vuelve una actividad de alienación y opresión. Trabajamos para un mercado impersonal y trabajamos para obtener las gratificaciones de la vida en el mercado. El trabajo no tiene nada valioso de por sí ni tiene ningún propósito social meritorio.

Nos "ponemos en el mercado" para conseguir trabajo, educación... incluso relaciones.

En la sociedad de mercado, la felicidad es tener riqueza y cosas. OK, hay un cuerno de la abundancia de productos. Sin embargo, eso no es una respuesta del mercado a los deseos de los consumidores. La ropa con logotipos de diseñadores no satisface necesidades materiales ni una necesidad social y la propaganda comercial no es un servicio público. Todo eso busca manipular deseos, estimular y encauzar la demanda, y obtener una mayor tajada del pastel de ganancias.

Efectivamente "podemos escoger productos", pero hay que decir tres cosas al respecto. Primero, eso depende de la posición social y del dinero de cada cual. Segundo, como he recalcado, el mercado no responde a las necesidades sociales. Tercero, como el ritual de las elecciones, la "ilusión de poder escoger" tapa y refuerza la impotencia básica de la gran mayoría de la sociedad. La ideología del consumismo es parte de la psicología de control que se ejerce en la economía capitalista de mercado.

La semana entrante se publicará en español la segunda parte de este artículo.


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