Irak: Guerra de inspecciones

Obrero Revolucionario #1170, 13 de Octubre, 2002, posted at http://rwor.org

Le preguntaron al vocero del presidente Bush, Ari Fleischer, si una guerra contra Irak de veras costaría 9 billones de dólares al mes. Contestó: "No se sabe". Pero, tras una pausa, añadió a propósito: "Pero sí sé que el precio de un boleto de ida sin regreso es mucho menos. El precio de una sola bala es menos aun, si el pueblo iraquí está dispuesto". Esto dejó pasmados a los corresponsales.

Recomendar el asesinato de un jefe de estado es una completa violación de las normas de comportamiento internacional y de las leyes de Estados Unidos. Un comentarista de CNN preguntó si la Casa Blanca estará viendo el programa "Sopranos" (de una familia gangsteril).

Por su parte, el Congreso preparó el terreno para darle a Bush autorización para atacar y ocupar Irak. Unos congresistas demócratas se quejaron de que no se debe iniciar una guerra sin mayor apoyo de Europa y la ONU. Sugirieron que para ganar tal apoyo, se debe recurrir primero a otras formas de presión contra Irak, como permitir que los inspectores de armas de la ONU hagan su trabajo.

En el clima actual, las diferencias entre la Casa Blanca y los demócratas pueden parecer significativas. Dadas las belicosas declaraciones de Bush sobre guerras unilaterales sin límites, la posición de esos demócratas (de atacar solo después de darle tiempo para desarmarse) parece moderada y racional.

Pero lo más importante, lo que hay que ver, es la unidad fundamental entre la Casa Blanca y los que dicen que se debe "dar a los inspectores una oportunidad".

El senador Ted Kennedy es un buen ejemplo. En el Senado, dijo: "No cabe duda de que Estados Unidos tiene intereses importantes y de largo plazo en el golfo Pérsico ni de que Irak representa una amenaza a esos intereses. Tampoco cabe duda de que el gobierno de Saddam Hussein es un gran peligro, de que él es un tirano ni de que no se puede permitir que produzca armas de destrucción masivas. Hay que desarmarlo".

Kennedy añadió: "Nuestra meta es hacerlo con el menor riesgo posible a nuestro país". De una manera sumamente perversa, Fleischer decía lo mismo cuando recomendó asesinar a Hussein. Dijo que a la Casa Blanca le gustaría evitar una guerra, si pudiera lograr sus metas de desarmar y tumbar al gobierno iraquí sin ella.

Los demócratas liberales, como los senadores Kennedy, Kerry y Levin, están de acuerdo con Bush en cuatro puntos:

Primero, creen que el gobierno estadounidense tiene todo el derecho de imponerse en el golfo Pérsico y por todo el mundo.

Segundo, apoyan la "guerra contra el terrorismo" y todo lo que conlleva: la guerra contra Afganistán y la imposición de un gobierno neocolonial, la intervención en Filipinas, los nuevos poderes policiales en Estados Unidos, etc.

Tercero, aceptan y repiten que el diminuto arsenal de armas modernas de Irak es una amenaza a Estados Unidos, y consideran que el enorme arsenal estadounidense de armas de destrucción masivas es una excelente manera de resolver el problema.

Cuarto, creen que si Irak no se desarma, Estados Unidos debe atacarlo, conquistarlo e imponer sus metas.

El Congreso está a punto de aprobar una resolución que le dará a Bush autoridad para atacar Irak cuando quiera. Todos los observadores burgueses creen que se aprobará casi unánimemente. Incluso los senadores que han criticado la posición de la Casa Blanca y recomiendan ir más despacio, tienen las mismas metas imperialistas.

Cómo se están preparando para lanzar una guerra injusta

La clase dominante tiene un problema: el plan para un ataque unilateral contra Irak cuenta con muy poco apoyo. Se oponen hasta los gobiernos más serviles de los países árabes y musulmanes; los aliados imperialistas europeos (como Alemania, donde fue tema central de las elecciones, y Francia y Rusia, que desde hace mucho tienen lucrativos negocios con el gobierno iraquí); y mucha gente aquí en Estados Unidos.

Lanzar tal guerra solo, especialmente dado que Irak ha hecho muy poco para provocarla, podría ser peligroso y caro para Washington, sobre todo si la guerra no sale bien, si ocurren problemas inesperados, o si la ocupación de Irak resulta larga y difícil.

Bush dice que puede resolver ese problema explicando sin pelos en la lengua sus metas. Si Washington pone en claro que va a lanzar la guerra haga lo que haga Irak, y que el actual gobierno iraquí no podrá sobrevivir, pues habrá más posibilidades de que se dé un golpe de estado (lo que pidió Fleischer).

Otra descarada amenaza la hizo James Woolsey, ex director de la CIA y miembro del círculo íntimo de asesores de Bush. En una entrevista le advirtió al gobierno francés que si no participa en la coalición contra Irak, se podría quedar sin petróleo iraquí después de la guerra. Otro ejemplo más de que la "guerra contra el terrorismo" es en realidad una guerra para reconfigurar las relaciones mundiales.

Es decir, la Casa Blanca cree que si declara claramente que va a lanzarse a una guerra contra Irak, no importa lo que hagan o digan las demás potencias, estas tendrán que participar para compartir el botín del golfo Pérsico después.

Otra táctica para ganar apoyo internacional y en el país es la apariencia de métodos diplomáticos.

Siguiendo las sugerencias de Tony Blair, primer ministro inglés, y de los "sabios" de seguridad nacional del Partido Republicano (Lawrence Eagleburger, el almirante Brent Scowcroft y James Baker), Bush fue a la ONU a pedir apoyo a la guerra (aunque dijo que no la necesita). Y aceptó un nuevo round de inspecciones de armas por la ONU (aunque el vicepresidente dijo que no van a resolver nada).

Las inspecciones son un método para preparar la guerra

"Irak nunca aceptará esa propuesta. Si va a haber una invasión, por lo menos se debe obligar a los invasores a entrar peleando. Es una propuesta hecha para que la rechacen".

John Pike de Global Security,
un centro de investigaciones sobre
temas militares, Washington

En un importante discurso, el vicepresidente explicó que las nuevas inspecciones de armas nunca podrían llenar los requisitos de Estados Unidos. Dijo que quiere "un cambio de gobierno", ni más ni menos. Unos pocos días después Bush fue a la ONU y dijo que aceptaba las inspecciones.

¿Un cambio de posición? No. Son las dos caras de la misma moneda: el plan de agresión contra Irak. Washington quiere aprovechar las inspecciones para crear un casus belli (o sea, un pretexto formal para la guerra).

El gobierno iraquí aceptó las inspecciones el 2 de octubre, pero Washington insiste en que los inspectores no pueden ir hasta que la ONU cambie las reglas de inspección. El periódico inglés The Guardian lo describe como "un plan para inspecciones tan coactivas" que "Irak no las podrá aceptar". Ahora Irak debe decir exactamente dónde están todas sus armas antes de que lleguen los inspectores y permitir inspecciones sorpresa de los palacios presidenciales.

Washington quiere que los inspectores de la ONU husmeen incluso las residencias de Hussein.

La Casa Blanca recomendó asesinar a Hussein. El vocero del Pentágono explicó que lo van a matar con "bombas inteligentes" diseñadas para penetrar los búnkers presidenciales y que con ese fin le están siguiendo la pista. Y ahora insisten en que Irak permita que los inspectores entren en esos mismos búnkers presidenciales e informen cómo están construidos y dónde estará Hussein.

¡Qué agresor tan arrogante! Se está movilizando para invadir un país pequeño y, en medio de esos preparativos, ¡exige permiso para inspeccionar los búnkers presidenciales y una lista de las armas!

¿Qué gobierno podría aceptar esas demandas cuando sus enemigos lo bombardean a diario?

Pero, ¿qué opción tiene Estados Unidos? Todos los demás pretextos han fracasado: no puede trazar vínculos entre Irak y los sucesos del 11 de septiembre; los expertos no creen que Irak tenga armas nucleares; y no se puede decir que, después de la guerra del Golfo y 10 años de sanciones económicas, Irak amenace a nadie.

Así que ha recurrido a las inspecciones para espiar, crear provocaciones y luego decir que Irak "no está cooperando". Eso le dará un pretexto para exigir el apoyo de la ONU para un ataque militar.

Además, como dijo Fleischer, esperan que la amenaza de una invasión convenza a poderosas fuerzas del gobierno iraquí de tumbar a Hussein y aceptar las demandas para el futuro del país.

¿Cuál es "el problema" del mundo hoy?

Los liberales del Partido Demócrata dicen: "Sí, Irak es un gran problema y hay que hacer algo. Pero no debemos lanzarnos precipidasamente a la guerra". Sería un error muy grave que el pueblo (y el movimiento contra la guerra) diga lo mismo.

Los que ahora dicen que "hay que darles a los inspectores la oportunidad de hacer su trabajo" se encontrarán ayudando al gobierno a preparar el terreno para la próxima fase: "Les dimos la oportunidad, pero Irak no cumplió, así que ahora la guerra es necesaria y justificada". Y los políticos demócratas que ahora piden inspecciones ya han prometido apoyar una guerra si los inspectores "tropiezan con obstáculos".

Irak tiene un gobierno brutal y reaccionario, que oprime al pueblo, coopera con las potencias imperialistas y ataca países vecinos. Pero piensen en la larga lista de países que Estados Unidos ha atacado y ocupado (Vietnam, Puerto Rico, Filipinas, Granada, República Dominicana, Somalia, Kosovo, Haití, Afganistán, etc.) y en la lista de gobiernos que ha impuesto para oprimir a su propio pueblo.

El subsecretario de Defensa escribe cuentos de hadas de que un gobierno "post Saddam" será un modelo para todos los países árabes (progresista, democrático, tolerante... etc.). Pero hace falta una fuerte dosis de realidad: los "cambios de gobierno" impuestos por Washington nos han dado matones como el general Pinochet de Chile, el sha de Irán, Mobutu del Congo, Somoza de Nicaragua, el general Ríos Montt de Guatemala y el títere Karzai de Afganistán.

La neta: el verdadero problema que enfrentan los pueblos del golfo Pérsico, de Estados Unidos y de todo el mundo en este momento es que la clase dominante de Estados Unidos está tratando de reconfigurar las relaciones de poder del planeta, establecerse como el soberano del mundo y tumbar a todos los que se opongan. El hecho de que lo hace en nombre de las víctimas del 11 de septiembre, para "combatir el terrorismo" y en nombre del pueblo de Estados Unidos... no hace menos siniestra ni reaccionara la cruzada.

Estados Unidos ya atacó brutalmente al pueblo iraquí en una guerra, y lleva 10 años torturándolo con sanciones económicas y bombardeos. En la guerra de 1991, bombardeó 42 días y noches y mató a miles de civiles, destruyó el sistema de purificación de agua, centrales eléctricas, hospitales, puentes, casas, carreteras y escuelas. En 1997 la ONU informó que más de 1.2 millones de iraquíes habían muerto como resultado de las sanciones y la guerra, entre ellos 750,000 niños menores de cinco años. Ahora Washington quiere volver a atacar, matar a más iraquíes y controlar completamente el país y su petróleo.

Esta es una guerra injusta y sus metas (incluso si se logran sin una guerra) son injustas.


Este artículo se puede encontrar en español e inglés en La Neta del Obrero Revolucionario en:
rwor.org
Cartas: Box 3486, Merchandise Mart, Chicago, IL 60654
Teléfono: 773-227-4066 Fax: 773-227-4497
(Por ahora el OR/RW Online no se comunica por correo electrónico.)