Un día de resistencia

Docenas de miles de personas dicen: "No en nuestro nombre"

Obrero Revolucionario #1171, 20 de Octubre, 2002, posted at http://rwor.org

"¡No en nuestro nombre!"

Docenas de miles lo proclamaron juntos el 6 de octubre, en docenas de manifestaciones y reuniones por todo el país, con estandartes y en camisetas, con carteles y canciones, con discursos y con una solemne promesa de resistencia. En todas partes se veía la hermosa foto de nuestro planeta en el espacio... un símbolo de unidad a través de fronteras y del sueño de un mundo mejor.

Se calcula que por lo menos 25,000 personas participaron en el mitin del parque Central de Nueva York; 10,000 en San Francisco; 10,000 en Los Ángeles; 10,000 en Seattle; 7,000 en Portland; más de 2,500 en Chicago y muchos miles más en otras 40 ciudades, de Anchorage (Alaska) a Austin (Texas).

Su voz se oyó. Los medios de comunicación no pudieron hacer oídos sordos al hecho de que se está forjando un movimiento de resistencia en Estados Unidos, en solidaridad con los pueblos de todo el mundo. La participación fue enorme, pero más que nada se podía sentir algo nuevo, desafiante y que está creciendo.

Nueva York

"Estamos aquí donde ocurrieron los ataques del 11 de septiembre contra el World Trade Center, en una ciudad cuyo dolor ha sido tergiversado y contorsionado en un grito de guerra por los que gobiernan este país. Y miles de personas estamos aquí hoy para decirles no, eso no nos representa a nosotros. Sus planes bélicos, sus tanques y bombas, sus comandos y asesinos, sus agentes clandestinos y policías de inmigración... no lo hacen en nuestro nombre. Repudiamos la idea de que libran esta monstruosa guerra perpetua por nuestro beneficio o en nuestro nombre".

Miles Solay, ¡Rehusar & Resistir!, co-anfitrión del mitin del parque Central

"Estoy muy agradecido a todos ustedes los que están aquí hoy en esta ciudadela de la resistencia. Son muy valientes y los felicito. En mi vida no recuerdo un momento en que hayan coartado tanto el debate público sobre un tema tan importante".

Martin Sheen, parque Central

"Tengo que decir una sola cosa: la manifestación del 6 de octubre en el parque Central de Nueva York fue algo glorioso, magnífico. De la parada del tren de la Lexington y la 96 venía una ola humana: jóvenes vibrantes; gente mayor con sandalias; estudiantes con letreros como `¿La guerra te hace sentir seguro?'; jovencitas con la cabeza cubierta; bailarines, tamboristas, cantantes. Encontré mesas con obras revolucionarias y un prado lleno de gente que respondía con gran entusiasmo a los discursos, las canciones y los poemas. Me sentí como si, tras atravesar un inmenso desierto, sin agua ni esperanza en el horizonte, encontrara un río fresco y caudaloso. La situación, lo que está haciendo y quiere hacer este gobierno en nuestro nombre es muy serio y el peligro es palpable, pero también lo es el estado de ánimo de la multitud hoy".

Un participante del 6 de octubre

Los ojos han vuelto a posarse en Nueva York, "punto cero" del 11 de septiembre de 2001. Es difícil decir con precisión cuándo, pero en algún momento resultó patente que algo de enorme potencial, fuerza e impacto se estaba materializando el 6 de octubre.

Un chavo llegó a Manhattan en un metro repleto de gente, y de repente se dio cuenta de que todo mundo se bajaba en la parada de la manifestación. Una organizadora describió a un joven que fue a la oficina de No en Nuestro Nombre del distrito financiero, dijo que perdió un ser querido en el World Trade Center y donó cientos de dólares al movimiento. Una señora de otra ciudad que trabajaba en una mesa en el parque de repente levantó los ojos y se dio cuenta del tamaño y la energía de la multitud.

Uno de los anfitriones del mitin dijo más tarde que vio a miles de personas cerca de la plataforma escuchar atentamente durante horas. Muchos fueron a tratar de entender lo que está pasando, a buscar un análisis para combatir la inundación de mentiras de Bush y Cía. Oyeron una diversidad de puntos de vista con un hilo común: oponer resistencia a las acciones del gobierno, movilizar a la gente, tomar riesgos para parar la máquina de guerra e injusticia.

Muchos dijeron que se sintieron obligados a ir dada la intensidad de la situación. Están furiosos porque el gobierno está pasando totalmente por alto sus preocupaciones y porque el Congreso claramente iba a dar su sello de aprobación a la guerra de agresión. Muchos sabían que se oponen directamente a la mantra que emana de la Casa Blanca: "Están con nosotros o están contra nosotros". Para muchos fue la primera protesta y la primera vez que declaran abiertamente su oposición al gobierno.

Unidad

"Los organizadores de la Universidad Kent State sabemos lo que es que callen nuestro disentimiento. Nosotros, los jóvenes del mundo, sabemos lo que es callen nuestro disentimiento. Sabemos lo que es que nos digan que el único valor que tiene nuestra vida es el comercialismo: cuántas cosas podemos comprar. Por un lado nos dicen que somos el futuro del mundo, que nuestros sueños harán el futuro, pero por el otro han creado una pesadilla mundial. Es hora de decir que no aceptamos esa pesadilla, que optamos por nuestros sueños. ¡Es nuestro mundo y lo vamos a reclamar!"

Estudiante de Kent State, parque Central

" Nuestra posición tiene que ser que si quieren atacar a los pueblos del mundo, primero tendrán que pasar por encima de nosotros. ¡Y eso no lo permitiremos!"

Jana, de la Brigada de la Juventud Comunista Revolucionaria, parque Central

"Encontré el lugar para protestar".

Universitario en una reunión después del 6 de octubre

Susan Sarandon habló en nombre de mucha gente cuando dijo: "Me he sentido tan aislada, tan solitaria, tan convencida por la prensa de que estoy loca porque me preocupa este camino que seguimos hacia la guerra". Preguntó: "¿Realmente queremos que este país sea la nueva Roma e imponga una dominación por medio de la fuerza abrumadora cuando vea amenazados sus intereses? ¿Incluso en el caso de amenazas en potencia? No queremos la guerra sin fin".

Entraron al parque como un río, y se sintieron parte de algo nuevo y con inmenso potencial. Una y otra vez señalaron la gran diversidad, las muchas nacionalidades y comunidades de Nueva York, inclusive musulmanes y árabes que han sufrido tanta represión.

La generación de los años 60 estaba presente; muchos dijeron que la situación actual exige un renacimiento político. También llegó mucha gente que se opuso a la guerra del golfo Pérsico de 1991, con botones de "Sangre por petróleo: ¡NO!" que daban en el blanco. Por todas partes estaba presente la nueva generación, ansiosa de correr a la cabeza del movimiento y de forjar un futuro que valga la pena. Se veían estandartes y contingentes de universidades y secundarias: Kent State, Antioch, Hampshire, Swarthmore, Temple, Bryn Mawr, Oberlin, etc.

La multitud vitoreó a los artistas que se solidarizaron con la causa, como Susan Sarandon, Tim Robbins, Martin Sheen, Gabriel Byrne, Reno, Oscar Brown Jr. y David Byrne. Un nuevo poema de Saul Williams encantó.

Habló Meg Bartlett, una trabajadora de rescate de las Torres Gemelas. Hablaron Leslie Cagan y Ron Daniels, del Centro pro Derechos Constitucionales, y corearon con todos el lema: "¡No en nuestro nombre!" El rabino Michael Feingold exhortó a los clérigos a apoyar a los soldados que desobedezcan órdenes de atacar a Irak, y a abrirles las puertas de templos, mezquitas y sinagogas. Un grupo de signatarios de la Declaración de Conciencia, una declaración de oposición a toda la campaña de guerra y represión, la leyeron en coro.

Mucha gente respondía con alegría cada vez que se condenaba el papel de Estados Unidos en el mundo... cuando se decía que unos fundamentalistas, dueños de compañías de petróleo y una Suprema Corte derechista se robaron las últimas elecciones... que el gobierno busca dominar el mundo y controlar el petróleo.

La injusticia de la "guerra contra el terrorismo" descolló cuando Masuda Sultan tomó el micrófono y describió la muerte de 19 familiares en Afganistán en los bombardeos estadounidenses, y lo que esta guerra significa para ella y para su país.

Shokriea Yaghi habló de su esposo, un jordano dueño de una pizzería que llegó a Nueva York hace 15 años. Lo arrestaron en las redadas post 11 de septiembre y lo tuvieron preso nueve meses sin acusarlo de nada. En julio lo deportaron, a pesar de que su familia, su vida y su negocio están aquí. "No he visto a mi esposo desde hace 15 meses", dijo Yaghi. "Ahora nos dicen que no puede regresar durante 10 años. Estoy aquí para luchar por los derechos de mi esposo y de mis hijos".

El abogado Randall Hamud, quien representa a varios de los detenidos tras el 11 de septiembre, mostró a la multitud una copia de la nueva Ley Patriota, que da amplios poderes a la policía. Declaró: "¡Esto es lo que pienso de la Ley Patriota!" y tiró las hojas al aire.

Un niño musulmán de 10 años salió de la multitud y le dieron el micrófono. Dijo: "Soy musulmán, pero no soy terrorista. Ningún miembro de mi familia o comunidad es terrorista. Pero en mi escuela me llaman `hijo de Bin Laden'. Es puro racismo y no es justo... Quiero decirles que la mayoría de las víctimas de las bombas inteligentes estadounidenses serán gente como yo, de mi edad o de la edad de mi hermano de 3 años. ¡No somos terroristas! No es justo matar a gente inocente. Todo niño lo sabe. ¿Por qué no lo saben todos los adultos?".

Una promesa al mundo para el futuro

" Creemos que como habitantes de los Estados Unidos

tenemos el deber de

resistir frente a toda injusticia

hecha por nuestro gobierno en nuestro nombre..."

Comienzo de la Promesa de Resistencia de No en Nuestro Nombre

"Asumo la promesa porque temo que nosotros, la nueva generación, nos levantemos mañana y encontremos que han destruido todo lo que valoramos porque no dijimos nada hoy".

Naomi, de la prepa Stuyvesant de Nueva York

El momento culminante del 6 de octubre, en Nueva York y por todo el país, fue la lectura de la Promesa de Resistencia. En Nueva York, 25 jóvenes subieron al escenario y empezaron la lectura. Miles de personas se pusieron de pie y sacaron su copia. Con los puños en alto, la dijeron solemnemente, serios, en unidad.

El gobierno está ebrio de poder y piensa que nadie puede oponerle resistencia. La Casa Blanca y el Pentágono están preparando grandes crímenes. Y los miles de personas que se reunieron el 6 de octubre captan eso. La promesa fue una declaración de protesta, pero también fue una promesa hecha a todos los presentes y a los pueblos del mundo de que van a seguir oponiendo resistencia. En ese sentido, el día fue el comienzo de lo que vendrá.

"Fue un día espectacular; vimos el nacimiento de un nuevo movimiento contra toda la campaña de guerra y represión", nos dijo Mary Lou Greenberg, vocera de la rama de Nueva York del PCR. "Creo que nos cargó las pilas a todos para la monumental tarea que enfrentamos. Me siento muy orgullosa de haber sido organizadora del proyecto No en Nuestro Nombre y de haber trabajado con las personas que lo hicieron posible. Tenemos que construir un movimiento que se ponga a las alturas de la situación. El 6 de octubre vimos que eso es posible, y que la promesa, con su tema de que tenemos que asumir la responsabilidad de oponernos a nuestro gobierno, puede ser una poderosa fuerza para la resistencia. En vista de que se acerca la guerra contra Irak, la resistencia que se vio el 6 de octubre tiene que redoblar y alcanzar a muchos más. Tenemos que dirigirnos a esos amplios sectores de la sociedad que ya plantean preguntas para movilizarlos. Claro que es un gran reto, pero le toca al pueblo cambiar el rumbo del porvenir".

Un señor habló del espíritu de No en nuestro nombre: "Si podemos repetir y redoblar lo que pasó hoy, en cantidad y en contenido, el 26 de octubre en Washington, D.C., será el comienzo de una oleada de humanidad, de los que aman la paz, no solo aquí sino en todo el mundo".

Miles Solay dijo: "Una y otra vez dije que el 6 de octubre tiene que ser un punto de viraje. Y ahora, después del mitin, podemos decir honestamente que así fue. Es el mero comienzo, pero respondió a los sentimientos de millones de personas. Fue una fuerte manifestación de resistencia a todo lo que está haciendo el gobierno. El día nos transformó y nos comprometimos a la acción. Todos me dijeron: `¿Y ahora qué hacemos?' Es una situación que nos presenta un gran reto".

El mitin del 6 de octubre en el parque Central y la Velada de Conciencia de Cooper Union se pueden ver y oír en www.freespeach.org


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