Watts: Un día de listones contra la brutalidad policial

Michael Slate

Obrero Revolucionario #1172, 27 de Octubre, 2002, posted at http://rwor.org

En los años 60 había un grupo que se llamaba The Watts Prophets. Tenían una canción que se llama "I Remember Watts" (Recuerdos de Watts), que decía que los vecinos de Watts van a la escuela de la vida y que los policías eran los maestros. La brutalidad policial sigue siendo "el maestro" en Watts.

Ya llevo varios años hablando con los vecinos de Watts y escribiendo sobre cómo viven, y nunca he ido a Watts sin que aparezca la policía. En todas mis conversaciones o investigaciones hablábamos de la policía, y a veces aparecen con miradas siniestras. Porque la verdad es que en Watts, y especialmente en los multifamiliares, la chota no deja que un par de personas esté hablando o riéndose en la esquina. Pasan despacito para intimidar. A la noche sorprenden con luces de alta potencia, como si estuvieran vigilando el patio de una prisión.

Pero durante estos años también he visto cómo ha aumentado la resistencia a esa falta de respeto y maltrato. Los vecinos se han organizado para desafiar a los policías. Por ejemplo, en el multifamiliar Nickerson Gardens dan la alerta con pitos cuando la policía está maltratando a alguien.

Pero el 6 de agosto sucedió algo nuevo; por todas partes se veían vecinos con listones negros y de color café en solidaridad con Donovan Jackson, un joven golpeado salvajemente cuando estaba esposado por la policía de Inglewood. Todos lo vimos en las noticias.

Ese día más de 1,500 personas se pusieron los listones, 500 en Nickerson Gardens. Había listones en las tiendas, iglesias, en una peluquería y en el único café de Watts. Todo mundo los tenía, tanto las abuelas como los pandilleros.

Este es un relato de ese día, contado por los que lo hicieron posible.

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Estamos en la sala de Donny un domingo por la tarde. Él ha vivido aquí toda la vida, tiene palanca y es respetado. Fue uno de los primeros en organizar el Día de Listones y contribuyó a su diseño. Donny es concienzudo, siempre se preocupa de analizar lo que está pasando en el mundo y de ver qué se puede hacer para cambiarlo. Hoy, la brutalidad policial y la situación mundial lo han llevado a cuestionar muchas cosas.

"Quería que Donovan supiera que aquí en Watts hay quienes lo apoyan, porque sucede que estas cosas se dan todo el tiempo y uno se siente solo. Aunque yo sé que esto les pasa a todos, sin importar la etnicidad, muchos lo toman como algo personal.

"El video de la paliza a Donovan Jackson hace reflexionar sobre la brutalidad policial. Me pregunto: ¿habrá policías buenos? Siempre he pensado que hay policías buenos y policías malos, pero ahora me pregunto si de hecho hay buenos o será que todos son malos, y si un día no te pasa nada es porque el policía estaba de buen humor... Este no es un problema que va a desaparecer, está profundamente enraizado en nuestras instituciones".

Donny quiere que la gente de Los Ángeles, y del país entero, sepa cómo se vive en Watts todos los días. "Cuando uno llega a la casa tiene la sensación de que lo han robado, que alguien ha estado adentro y se ha llevado sus cosas. Se meten en la casa sin más. ¡No respetan nada! Y eso que es una violación de la Constitución. Se meten y lo sacan a uno a rastras. Uno tiene que oponerse, poner candado y no dejarlos entrar, porque se quieren meter como si pagaran el alquiler. Eso lo he visto toda la vida.

"Cuando uno ve por la tele que han baleado o maltratado a otra persona como que nos roba un poquito de la vida. Cuando uno se da cuenta de que no les van a hacer nada a los policías, que ya se han escapado, que tienen impunidad, es como si nos hubieran robado o violado, o como si hubieran violado a un miembro de la familia. Aunque le pasara a una persona de otra raza, no importa, porque fue pura chiripa que no fue uno".

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Los listones eran negros y cafés porque se quería demostrar que la brutalidad policial golpea a todos, pero más a negros y latinos. También querían demostrar que los negros y los latinos están unidos contra esto.

Jeanie tiene 15 años y es alumna de la prepa Jordan High. Ella consiguió que sus amigos también se pusieran listones. Es un sábado y estamos platicando en el parque Ted Watkins viendo las bandas comunitarias tocar y marchar. Jeanie me dijo por qué el Día de los Listones fue importante para ella: "Me puse los listones porque eran negros y cafés, y eso simboliza que los negros y los latinos están unidos. También significan que no estamos solos, y queremos que la chota sepa que estamos unidos y nos apoyamos... Quería que la gente viera que estamos unidos. Hoy no estamos muy unidos y por eso el sistema nos pisa, nos tiene presos en los multifamiliares; vivimos juntos pero a veces peleamos cuando debemos apoyarnos".

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Trike tiene 20 años, y hasta hace poco su domicilio era el penal estatal. Salió en libertad condicional y está viviendo en un multifamiliar. Todos los días tiene roces con la chota, y por eso tuvo que pensar muy en serio si se iba a poner un listón. "Vi por la tele lo que le pasó a Donovan Jackson, luego pasaron por aquí revolucionarios que me explicaron, y por eso me lo puse, para solidarizarme con ese chavo... Al principio estaba un poco nervioso. O sea, me ven con el listón, ven a los revolucionarios y van a pensar que soy un buscapleitos... Pero pensé en lo que le pasó a ese chavo y eso no fue justo. Por eso me puse el listón, lo hice por él y para que se haga justicia. Vi que otros también lo tenían puesto; unos lo tomaron en serio y otros no, y yo lo tomé en serio".

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Harikala es un rayo de electricidad, inquieta como una ardilla y habla a toda velocidad. Está completamente comprometida con el pueblo y milita en la Brigada de la Juventud Comunista Revolucionaria. También fue organizadora del Día de los Listones.

"La idea de los listones fue del Comité de Watts contra la Brutalidad Policial; el comité es el que se aventó. Es una idea simple, pero muy significativa, y muchos se los pusieron. Todo mundo se los puso en los multifamiliares, creo que todos lo tenían. También fuimos a repartirlos en la oficina del municipio, en un hospital y en las escuelas. Todos pensaron que era buena idea, incluso los que casi nunca dicen nada dijeron algo sobre esto. Muchos adoptaron la campaña; unos hasta hicieron listones para ir a repartirlos. Unos listones eran hermosos, y muchos se los llevaron para sus familiares, para poner en tiendas y cosas así.

"Cuando pasó lo de Donovan Jackson muchos estaban pendientes de lo que harían los revolucionarios, de su respuesta. Muchos esperaban noticia de si iba a haber algún programa o algo. Muchos querían desahogar la ira que sentían, querían apoyar a Donovan y a todas las víctimas de la brutalidad y el hostigamiento policiales. Esos sentimientos eran muy profundos, se quería hacer algo, había necesidad de hacerlo".

Joe Veale, vocero de la rama de Los Ángeles del PCR y ex militante del Partido Pantera Negra, que ha vivido en Watts desde hace 10 años, agregó este comentario sobre el papel especial de los residentes de Watts en la lucha contra la brutalidad policial: "Unos vecinos de Watts, así como personas que han luchado por la tregua entre las pandillas, miembros del Comité de Watts contra la Brutalidad Policial, revolucionarios y demás se reunieron para hablar sobre lo que le pasó a Donovan Jackson y sobre nuestra respuesta. Todos estaban de acuerdo que cuando estas cosas suceden, los que vivimos en Watts debemos dar el ejemplo de cómo responder. No importa que suceda en Watts, en algún otro barrio u otra ciudad del país; lo que importa es que nosotros tenemos que tomar una posición en contra de esas cosas, y especialmente contra cosas tan mayúsculas como esa paliza policial en Inglewood".

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La señora Lewis ha vivido al lado del proyecto Nickerson desde hace 50 años. La pobreza, la cárcel y las balas policiales le han robado hijos y nietos, como De Andre Harrison, a quien la policía mató en Nickerson Gardens el 29 de abril de 1992, durante la Rebelión de Los Ángeles. La señora Lewis ha visto muchas cosas, pero nada la agobia y siempre está lista para luchar.

"Cuando vi lo que le pasó a Donovan Jackson pensé que era lo peor que haya visto. No lo podía creer. Tengo hijos y lo mismo le pudo haber pasado a uno de ellos, y entonces sí me hubiera lanzado a los puñetazos. Probablemente me tuvieran que haber metido a la cárcel. Hablo demasiado.

"Yo participé en el Día de los Listones. Pensé que era mi deber hacerlo y quería contribuir a la causa. Me alegró mucho. Llevé los listones a la casa y los cosí con mi máquina de coser. Los llevé a la iglesia, y todos nos pusimos listones. Los vendimos por todos lados, platicando de que era apoyo a ese muchacho que la policía atacó. Fue magnífico, todo mundo estaba de mi lado. Aquí pasaron un par de semanas los listones y la foto del muchacho, ahí sobre mi escritorio...

"Lo único que la policía nos va a dar a nosotros es cachiporrazos. Tenemos que juntarnos, unirnos y defendernos mutuamente".

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En todo barrio hay alguien como la señora Eva; ella sabe todo lo que pasa en la comunidad y ve a todos los que entran en el multifamiliar. Ella siempre está pendiente de la policía y le encantó el Día de los Listones.

"Hice los listones porque de veras me llamó la atención, me encantó hacerlos porque lo que le hicieron a ese muchachito fue completamente injusto. Además, tiene un impedimento. Consideré que estaba haciendo algo para ayudar, que estaba poniendo mi parte...

"Qué rabia me dio cuando vi cómo le pegaron a Donovan Jackson", dijo la señora Eva, y agregó que le hizo recordar lo que le hicieron unos seis o siete policías a un sobrino que padece de parálisis cerebral. "Yo gritaba, ¡qué pasa, qué pasa! En eso un policía disparó, pero la pistola no descargó. Otro me dijo que una señora les dijo que él la había robado". La señora Eva les dijo que su sobrino tiene un impedimento, que ni puede correr ni hablar bien y que una de las manos está paralizada y la lleva a la altura del pecho, la misma con la que dicen que robó. La señora Eva les dijo: "¿Y si la pistola hubiera disparado? Lo hubieran matado solo por lo que dijo esa señora". Al rato, el incidente le provocó un ataque a su sobrino.

"Yo he visto muchas cosas en este multifamiliar. Un día mi nieto venía caminando cuando de repente unos policías lo agarraron y lo tiraron contra un jardín. A mí me aventaron de un empujón. No sabíamos quiénes eran. Mi nieto gritó: `¡qué diablos!' Y se vinieron contra él, se pusieron unos anillos y le iban a pegar. Yo agarré un palo y les iba a dar, pero todos me gritaron: `¡tíralo, tíralo!'. Me preguntaron qué iba a hacer y yo les contesté que si le pegaban a mi nieto con esos anillos yo les iba a dar con el palo, por la simple razón que si nos van a pegar que nos peguen a los dos, y que no tenían razón para hacer lo que estaban haciendo.

"El policía me dijo: `Si alguna vez necesita auxilio, no nos llame porque no vamos a ir a su casa'. Yo le dije que no se preocupe, que si necesitara ayuda no los llamaría a ellos. Uno me preguntó: `¿Por qué no?'. Yo les contesté que porque si esto es lo que hacen si alguna vez los llamara para que me ayudaran podrían maltratarme y decir que me lo merecía. Yo les dije que se supone que ellos están para proteger y servir, pero que no hacen ni lo uno ni lo otro, que solo quieren meternos presos injustamente".

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Después del 11 de septiembre se dice que los policías son héroes y que hay que justificar hasta sus peores crímenes. Pero la brutalidad policial no se acabó después del 11 de septiembre del 2001. Todo lo contrario, parece que les han dado luz verde para que maten y maltraten, especialmente a los negros y a los latinos. Desde el 11 de septiembre del 2001 la policía ha matado a más de 140 personas, y podrían ser más.

Por eso el Día de los Listones alegró a muchos, pues los de abajo, los que viven encañonados, maltratados, encarcelados, se atrevieron a decir: ¡Basta, no seguiremos viviendo así! Los salvajes policías no son héroes. Eso lo dicen por todos nosotros y están poniendo el ejemplo para todos nosotros.

El Partido Pantera Negra explicaba el optimismo revolucionario ante las armas y todos los instrumentos de opresión con la consigna: la tecnología del enemigo no le gana al espíritu del pueblo. El espíritu del pueblo que he visto en Watts me llena de esperanza, no solo para la lucha contra la brutalidad policial sino por el futuro de todos nosotros.


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