El Departamento de Seguridad de la Patria

El gobierno te está espiando

Obrero Revolucionario #1177, 1° de diciembre, 2002, posted at http://rwor.org

Al otro lado del mundo, el Pentágono está convirtiendo toda una región en un campo de batalla de alta tecnología. Los países del golfo Pérsico son una enorme cuadrícula para los bomberos y misiles cruceros. Espían y analizan los ríos, las ciudades y las carreteras con satélites, computadoras, y luego equipos de asesinos invisibles los transforman en blancos para destruir. Graban y descuartizan las comunicaciones. Los servicios de espionaje estudian, infiltran y corrompen instituciones y organizaciones. Así es la conquista en el mundo de hoy.

Lo mismo está pasando en la "patria" de esta superpotencia imperialista. Han fusionado docenas de departamentos independientes y con una diversidad de funciones en una sola agencia del gobierno con la misión de librar la guerra en el frente interno: el Departamento de Seguridad de la Patria.

Andan cambiando leyes, haciendo añicos los precedentes jurídicos y aprobando miles de intervenciones telefónicas. Incluso han arrestado a ciudadanos estadounidenses y los han metido a cárceles militares como "combatientes enemigos", sin acusaciones oficiales, juicio ni abogado.

Están espiando a sectores enteros de la población. Ahora el gobierno podrá recolectar y analizar todos los datos electrónicos que existen sobre la población. Han puesto en vigor nuevas normas para tapar lo que están haciendo, y anulado el derecho de pedir y recibir información sobre las actividades oficiales. Han dedicado enormes cantidades de dinero a nuevos sistema de espionaje interno.

Están poniendo la piedra angular de un estado policial con tanta rapidez y tan poco debate que cuesta trabajo captar que estos son cambios históricos. Aprovecharon los sucesos del 11 de septiembre para militarizar el país, como si todas las fronteras, centrales eléctricas y redes telefónicas fueran la línea del frente de la defensa nacional. Poderosas fuerzas están transformando el funcionamiento del aparato estatal, desencadenando un ejército de agentes con poderes para espiar y reprimir, e imponiendo decisiones sobre qué actividades y asociaciones se permitirán.

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"Hay que recalcar que los imperialistas han puesto en marcha cosas que no retrocederán, y será difícil controlarlas. Sin lugar a dudas, cualquiera que sea la resolución de todo esto, cuando finalmente se dé, la situación habrá cambiado enormemente en el mundo y también en lo que ha sido Estados Unidos. Es decir, vendrán grandes cambios y Estados Unidos no será igual: puede pasar algo terrible o algo muy positivo para el avance de la revolución proletaria mundial e incluso la conquista del poder por las masas en Estados Unidos".

Bob Avakian, "Los grandes retos de la nueva situación", marzo de 2002

La Ley de Seguridad de la Patria

El 18 de noviembre, el Congreso aprobó la Ley de Seguridad de la Patria, una ley tan siniestra que su impacto no se conocerá del todo por muchos años.

Hace un año, el Congreso aprobó a la carrera la Ley Patriota, que autorizó una enorme expansión de los poderes de la policía para espiar y castigar. Ahora han aprobado una segunda gran expansión del estado policial.

La nueva ley crea una enorme burocracia para apretar el control policial de todo lo que pasa en el territorio estadounidense: las fronteras, la infraestructura, el movimiento de la población, la inmigración y el disentimiento.

El nuevo departamento unificará 22 agencias federales, entre ellas el Servicio de Guardacostas, la Aduana, el Servicio Secreto, la Migra, la Patrulla Fronteriza, la Agencia de Seguridad del Transporte y la Agencia Federal de Control de Emergencias.

Están disfrazando esa reorganización como una medida de "seguridad nacional". Los detalles del nuevo departamento se forjarán a puertas cerradas, y la nueva ley lo permite.

Pero ya se sabe mucho: dedicarán enormes fuerzas a vigilar y controlar el frente interno. Han convertido gran parte del gobierno federal en una fuerza policial para crear un clima de guerra en el país y combatir "enemigos" y "terroristas" desconocidos. Los cambios jurídicos, las restricciones de los derechos y la privacidad, y los cambios del funcionamiento gubernamental serán de largo plazo. Uno de los principales blancos de esas medidas es la población y los movimientos de resistencia al sistema y a sus crímenes.

Los detalles

"Un ratón de computadora puede ser tan peligroso como una bala o una bomba".

Congresista Lamar Smith, promotor de la nueva ley

La Ley de Seguridad de la Patria tiene montones de cláusulas y centenares de páginas. A último momento (unas pocas horas antes del voto) agregaron muchas cláusulas, así que la gran mayoría de los representantes y senadores ni siquiera sabían lo que contenía.

Hay dos aspectos sumamente importantes:

Descuartiza la Ley de Libertad de Información (FOIA): El Departamento de Seguridad de la Patria estará exento de las leyes de libertad de información, que hasta hoy han permitido que la población pidiera y recibiera cierta información oficial. Ahora las actividades de espionaje y represión del nuevo aparato se llevarán a cabo bajo un manto de clandestinidad. Además, el nuevo departamento no tendrá que celebrar reuniones o audiencias públicas. Desde el 11 de septiembre, el gobierno de Bush ha suspendido las leyes de libertad de información e impuesto nuevos niveles de secreto.

Además, la información que una compañía le dé al Departamento de Seguridad de la Patria quedará en secreto. Quien deje filtrar tal información puede pasar un año en la cárcel. De esa manera podrán mantener en secreto la corrupción, la contaminación y otros delitos corporativos.

Espionaje por computadora y el fin de la privacidad: Hace un año, el Senado rechazó un proyecto de ley para permitir más espionaje por computadora. Ahora ese proyecto de ley es parte de la Ley de Seguridad de la Patria y se aprobó sin debate. Le da al FBI enormes poderes para obtener información de los proveedores de Internet (Internet Service Providers). La Fundación Frontera Electrónica dice que permite "que cualquier entidad del gobierno (federal, estatal o local) pida correo electrónico y voicemail a los proveedores o a las compañías telefónicas sin orden judicial ni causa probable".

La ley permite recolectar información de computadoras sin orden judicial simplemente si la rama ejecutiva cree que hay una "amenaza inmediata a la seguridad nacional". Le da esos poderes a todas las entidades del gobierno -del director de una preparatoria al recaudador de impuestos- y no solo a la policía.

¡Y aumenta el castigo por meterse (hacking) en ciertos sistemas de computadoras a cadena perpetua!

Una oposición sin dientes

"Este es un gran logro, un día histórico en la edad de inseguridad a la que hemos entrado".

Senador Joseph Lieberman, líder demócrata y
coautor de la Ley de Seguridad de la Patria

La falta de oposición a todo esto, la falta de debate, ha sacudido a muchos partidarios del Partido Demócrata. ¿Dónde están los defensores de los derechos civiles y la privacidad? ¿Dónde está el cuestionamiento de las medidas bélicas? No cabe duda de que el Partido Demócrata está alejado de gran parte de su base social.

A mucha gente le parece que están en el poder unos locos y que los demócratas están a sus órdenes.

De hecho es cuestión de clase. Los jefes del Partido Demócrata son miembros de la clase dominante y están igualmente comprometidos a la defensa y el avance del imperio global estadounidense. Así que, a pesar de lo que espera mucha gente, los demócratas han endosado casi unánimemente esta ofensiva: los nuevos gastos militares, el plan de "cambio de gobierno" en Irak y la siniestra Ley de Seguridad de la Patria.

La competencia para ver cuál partido apoya más la nueva ley es una barbaridad. Los demócratas propusieron el nuevo departamento hace un año y criticaron a los republicanos por no aceptarlo. Cuando Bush lo aceptó, los demócratas lo criticaron por responder lentamente a "nuestra idea".

El plan Bush eliminaba la antigedad y otros derechos de los trabajadores del nuevo departamento a fin de debilitar los sindicatos de trabajadores gubernamentales (porque estos votan por el Partido Demócrata).

Por eso, surgió una polémica sobre el proyecto de ley y no se aprobó sino hasta después de las elecciones de noviembre. Los jefes demócratas, que no se oponen a las nuevas medidas fascistas, condenaron el ataque a los sindicatos. Estos mismos politiqueros no dijeron ni mu cuando Bush atacó a los estibadores de la costa del oeste, pero armaron lío cuando Bush atacó su "territorio". Pero a fin de cuentas capitularon.

La Cámara de Representantes aprobó la nueva ley por un voto de 299 a 121, y casi la mitad de los demócratas votaron a favor. El Senado la aprobó 90 a 9 y el líder demócrata la apoyó.

El senador Robert Byrd de Virginia Occidental ha sido casi la única voz de oposición en el Congreso. El enorme interés que han recibido sus discursos televisados da una idea de la sed que hay en el país de que alguien se oponga a la campaña de guerra y represión.

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"Lo único que les importa es mantener la estabilidad de su dominio en Estados Unidos como base para su sistema internacional. No les importa un comino la seguridad del pueblo...".

De "Entrevista a Bob Avakian, por Carl Dix", parte 1


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