Un año nuevo, Un momento histórico: Lo que hagamos importa

Obrero Revolucionario #1181, 29 de diciembre, 2002, posted at http://rwor.org


"Estamos acelerando todo, inclusive los preparativos militares".

Funcionario anónimo del gobierno New York Times, 19 de diciembre

"Al afirmar que Irak ha `violado' la resolución 1441 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Estados Unidos está apostándose para la guerra".

Emisora BBC, 19 de diciembre

En esa sala, donde todos son hombres mesorientales, uno cae en la cuenta. Da la impresión de que están haciendo redadas, y es alarmante".

Jacqueline Baronian, abogada de inmigración de Nueva York,
hablando de la inscripción federal de inmigrantes árabes y musulmanes

"Consideramos que las personas de conciencia debemos responder por las acciones de nuestro gobierno y sobre todo oponernos a las injusticias que comete en nuestro nombre".

Declaración de Conciencia de No en Nuestro Nombre

Este nuevo año nos encuentra a todos, y a todo el mundo, en medio de los rápidos de sucesos vertiginosos.

La máquina de guerra estadounidense anunció que está preparando el envío de 50,000 soldados más al golfo Pérsico, posiblemente en las primeras semanas de enero. Pronto tendrá suficientes para empezar una invasión.

Los grupos de combate de los portaaviones Abraham Lincoln y Constellation están a tiro de Irak. Barcos de guerra de Alemania, Francia, Inglaterra, Japón y España rondan por los mares vecinos bajo el mando de facto de Estados Unidos. La fuerza de invasión de Estados Unidos en el golfo Pérsico está poniendo a prueba la estructura de mando de alta tecnología y el aprestamiento de las tropas.

A mediados de diciembre, la Casa Blanca anunció otra nueva ominosa doctrina de guerra: que podrá lanzar un ataque nuclear primero si sufre reveses graves en el campo de batalla o si los sufren sus aliados. Es una amenaza nuclear al gobierno, las fuerzas armadas y el pueblo de Irak. Esta nueva doctrina de primer uso nuclear se suma a las otras nuevas doctrinas de guerra: guerra preventiva, nuevas fuerzas de "despliegue rápido", permiso a los agentes del gobierno de cometer asesinatos en cualquier parte del mundo.

Después el secretario de Guerra, Colin Powell, acusó a Irak de una nueva "violación" de las resoluciones de la ONU: que el informe del 6 de diciembre sobre investigación de armamento miente. Con eso, Estados Unidos repitió que tiene pleno derecho de atacar a Irak y solicitó la bendición de la ONU.

Los preparativos (unos patentes, otros ocultos) para una conquista injusta están acelerando.

En el frente interno

Los preparativos de guerra también se han hecho sentir dentro de Estados Unidos.

Hace un mes, casi sin ninguna publicidad, el secretario de Justicia, John Ashcroft, ordenó que todos los hombres árabes y musulmanes mayores de 16 años de 20 países se presenten a las autoridades federales. Esta es la segunda fase de ataques a árabes y musulmanes; la primera se dio poco después del 11 de septiembre con redadas de miles y detenciones secretas.

Ahora, de la noche a la mañana, a miles y miles de personas, que han vivido aquí por años trabajando, estudiando, criando familias, las tratan como enemigos y terroristas en potencia simplemente por el país en que nacieron.

El 17 de diciembre vencía el plazo para los hombres y muchachos del primer grupo de países: Irán, Irak, Siria, Libia y Sudán.

El 16 de diciembre se formaron colas en las oficinas del gobierno en Los Ángeles y otras ciudades. Fueron voluntariamente, y a muchos los acompañaron familiares y abogados, con la esperanza de que todo saliera bien.

No salió bien.

Los trámites fueron duros e insultantes. Los interrogaron, los fotografiaron y les tomaron huellas dactilares: los trataron como delincuentes y presuntos terroristas. Les preguntaron por sus afiliaciones políticas y sus "contactos" estadounidenses.

En Los Ángeles detuvieron a centenares y los trasladaron esposados a "centros de detención", para pasmo de sus familiares.

De repente miles de personas viven una pesadilla kafkiana: las demoras y la hostilidad del gobierno las han puesto en un limbo legal; las arrestan por mínimas "irregularidades de visa". Los que solicitaron permiso de residencia caen en un laberinto burocrático de años y desde el 11 de septiembre el gobierno ha parado los trámites de muchas nacionalidades.

Con suma crueldad, el gobierno no quiso dar informes a parientes, abogados ni prensa. Durante varios días no hubo comentarios oficiales: ni siquiera decían cuántos eran los detenidos.

Todo lo que los familiares sabían era que los hombres entraron y no salieron. Cuando empezaron a salir unos cuantos bajo fianza en los siguientes días, se supo que los estaban tratando con hostilidad: les hacían requisas corporales humillantes; les quitaron la ropa y los zapatos, les dieron overoles de presos y pasaban frío; les echaban agua fría como castigo. Lo peor era que no sabían lo que les esperaba; los trataron como si no tuvieran derechos, como "extranjeros" peligrosos e infractores de la ley.

Al cierre de esta edición no se sabe a cuántos han detenido por todo el país. No se sabe cuántos han salido bajo fianza ni cuántos siguen detenidos. Se informa que a los arrestados (la gran mayoría de quienes son hombres con familia, trabajo y una vida establecida aquí) les harán audiencias de deportación.

Hablemos claramente: Esto es atacar a un grupo por su nacionalidad o religión. Esto es pisotear los derechos civiles básicos. Esta situación clama oposición y resistencia.

Es como cuando metieron a los japoneses-americanos en campos de concentración hace sesenta años. Es como cuando mandaron a los judíos a inscribirse y ponerse estrellas amarillas.

El plazo de inscripción para otros inmigrantes se acerca: el 10 de enero deben presentarse los hombres de Afganistán, Argelia, Bahrein, Eritrea, Líbano, Marruecos, Corea del Norte, Omán, Qatar, Somalia, Túnez, Emiratos Árabes Unidos y Yemen. El 21 de febrero es el plazo para los de Pakistán y Arabia Saudita.

Un escalofrío recorre las comunidades de inmigrantes y millones de vidas.

El 18 de diciembre más de 3,000 personas (muchas de la comunidad iraní) protestaron en Los Ángeles. Las pancartas hacían la obvia pregunta: "¿Y después qué? ¿Campos de concentración?".

Toda persona de conciencia tiene que preguntarse: ¿Qué posición debo tomar? ¿Qué debo hacer?

*****

El aire está preñado de una profunda sensación de injusticia, una sensación de que se están planeando y gestando cosas horribles.

"¡A la carga!", dicen en Washington.

Los planes de este gobierno son como una inmensa carroza de guerra que ha acelerado este último año: avanza temerariamente, gritando que todos se suban o los aplastará.

Están rompiendo las viejas reglas, leyes y alianzas. Nada de eso le parece debidamente extremo a la camarilla que detenta el poder. Están ebrios de impaciencia: enormes movimientos de armamentos respaldan constantes amenazas. Abren nuevas bases para la máquina de guerra: se meten en Asia central, se toman a Djibouti, rehacen a Qatar, regresan a Filipinas... y más.

Irak y su pueblo están en las mirillas del fusil y todo indica que los imperialistas van a golpearlo hasta que se someta.

El gobierno estadounidense (y sus aliados de Europa y el Medio Oriente) no le hace caso al pueblo. Toda la prensa oficial, los politiqueros, los dos partidos políticos contribuyen a los preparativos de guerra y apoyan al presidente.

Sin embargo, ningún opresor es invencible. Los huesos de cien imperios están enterrados bajo el polvo. Roma gobernó y cayó. Hoy, cuando la máquina de guerra se prepara para golpear a Irak, muchas fuerzas diversas, crecientes, están resueltas a pararla y parar sus planes.

Ya sea que Estados Unidos conquiste o fracase, lo que le está haciendo a Irak y los ataques que planea son infames. Esta agresión va contra los intereses del pueblo. Va contra los intereses del pueblo de Irak, que nunca recibirá la "liberación" de los fusiles de estos conquistadores. Va contra los intereses del pueblo del mundo, que hoy oye más botas de marines y arrogantes órdenes de los enviados de Washington.

Además, esta guerra que planean va contra la voluntad del pueblo de Estados Unidos. Esta guerra se prepara y se libra en su nombre pero va contra sus intereses. El ataque a Irak no le dará seguridad a Estados Unidos. Será, tal como lo promete el vicepresidente, la siguiente fase de una guerra sin fin.

Este año hemos visto el nacimiento de un movimiento de resistencia. Cientos de miles (quizá millones) saben que no están solos cuando sienten malestar y piensan ideas prohibidas. De repente fuerzas muy diferentes aprenden a caminar juntas.

Todo esto es nuevo y frágil. Será puesto a prueba muy pronto, y de nuevo otra vez. Los que planean una guerra tratarán de dividir, aislar, castigar. Pero hoy, en nuestra era, más que nunca antes,existe el potencial de grandes alianzas y concientización. No confrontamos el mal solos en el Mordor de Tolkien. En este hermoso planeta hay billones de hermanos y hermanas.

Los opresores que quieren dominar el mundo temen al pueblo de ese mundo. Pintan un futuro de lujos tecnológicos y trabajo infantil, defendido por bombas inteligentes y satélites de mando. La vasta mayoría de la humanidad no lo quiere.

Es sumamente importante que por todo el mundo vean que aquí en Estados Unidos hay muchos que odian este monstruo de guerra, que se le oponen, que toman partido con los pueblos del mundo y luchan para pararlo, que gritan que las injusticias de este gobierno no son "en nuestro nombre".

El mundo se reestructurará en medio de gran conflicto. Pero no está escrito quién triunfará ni qué visión predominará.

Este es el mundo en que vivimos al acercarse el nuevo año. No lo escogimos, pero podemos, cada uno y todos nosotros, escoger qué hacer, con quién tomar partido y por qué futuro luchar.


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