Lo que muestran los hechos

Los invasores yanquis no son libertadores

Obrero Revolucionario #1186, 9 de febrero, 2003, posted at http://rwor.org

Pronto hablará el presidente.
Hablará de las bombas,
la libertad y nuestro modo de vivir.
Yo apagaré el televisor. Como siempre.
Porque es insoportable mirar
los monumentos en sus ojos.

Sam Hamill, poeta

El presidente Bush habló ante el Congreso y el mundo el 29 de enero. Dijo que la meta de la invasión que tiene planeada de Irak es "liberar" al pueblo iraquí: "No ejercemos el poder para conquistar. Nos sacrificamos por la libertad de desconocidos".

¡Qué palabras tan increíbles de boca de un matón sinvergüenza! Este representante del robo de las corporaciones tiene las agallas de hablar de la libertad y la liberación, mientras se prepara para sacrificar la vida de miles de soldados de ambos lados e incontables civiles iraquíes.

Ya han trazado planes para atacar a Irak con un enorme arsenal de misiles. Nada más el primer día del conflicto, el Pentágono lanzará de 300 a 400 misiles cruceros. Al día siguiente, lanzará centenares más. Han bautizado el ataque "Shock y pavor", y lo comparan con el impacto de la bomba atómica que devastó Hiroshima (Japón), pero esta vez en centenares de lugares.

Un estratega le dijo al noticiero CBS News que "nadie estará a salvo en Bagdad" y que el ataque "parará la ciudad, o sea, cortará el agua y la electricidad".

Millones de iraquíes quedarán atrapados, con la destrucción de los puentes y carreteras, aterrorizados por la muerte que caerá del cielo. Todo el país será blanco de misiles. La organización médica inglesa Medact ha calculado que morirán por lo menos 10,000 iraquíes en los primeros ataques, y 260,000 más de enfermedades y hambre en el mes siguiente . La ONU calculó que habrá 900,000 desplazados.

El alto mando estadounidense está resuelto a decapitar el mando iraquí con un enorme bombardeo de blancos gubernamentales. Ha dicho que si las nuevas armas para destruir búnkers subterráneos no funcionan, podría atacar la capital iraquí con armas nucleares. Una orden sin precedentes (y en violación del derecho internacional) de Bush autoriza usar armas nucleares en caso de un ataque químico o biológico. El Pentágono también está estudiando usar armas nucleares para prevenir tal ataque (un ataque "de prevención"). Es decir, están sentando las bases para decir que las fuerzas iraquíes "iban" a lanzar un ataque químico y eso los obligó a iniciar un ataque nuclear.

En las vastas zonas militares del norte de Kuwait, esperan comandos yanquis para apoderarse rápidamente de los campos petroleros. Luego, desde bases en Jordania, Turquía y Kuwait, las fuerzas terrestres invadirán el país, ocuparán las ciudades devastadas por los bombardeos y establecerán un nuevo gobierno que le convenga más a Washington.

El secretario de Estado Colin Powell presentará el pretexto para esta terrible guerra ante la ONU el 5 de febrero.

La mentira de los libertadores imperialistas

Millones de víctimas, recordadas con pena e indignación por todo el mundo, parecen protestar cuando un presidente yanqui se declara "libertador".

Estados Unidos lleva dos siglos escalando a la dominación global: empezó con las vidas robadas de África, la masacre de los pueblos indígenas y el robo de territorios mexicanos. En el camino ha dejado asesinatos en masa, las ruinas de Hiroshima y Nagasaki, y millones de vietnamitas muertos.

Nelson Mandela dijo hace poco: "Mataron inocentes en Japón, así que ¿cómo pueden decir ahora que son el policía del mundo? Si hay un país que ha cometido barbaridades incalificables, es Estados Unidos".

La historia de casi todos los "vecinos" latinoamericanos está repleta de invasiones, intervenciones y golpes de estado: Cuba, Puerto Rico, Haití, Nicaragua, República Dominicana. La ocupación de Panamá duró décadas.

El mundo entero ha visto abundantes pruebas de lo que quiere decir un "cambio de gobierno" Made in USA: imponer asesinos como el sha de Irán; el general Suharto de Indonesia; el general Augusto Pinochet de Chile; el coronel Joseph Mobutu de Congo. Las armas yanquis apuntalaron asesinas juntas militares en Turquía, Grecia, El Salvador y Brasil.

Esos gobiernos impuestos tienen tres cosas en común: subieron al poder con un baño de sangre, reinan con tortura y soborno, y son leales sirvientes del imperialismo yanqui. Hablando del dictador nicaragüense Anastasio Somoza, el presidente Franklin Roosevelt dijo: "Es un hijo de puta, pero es nuestro hijueputa".

No tienen derecho de decir nada

Con una trayectoria así, ¿qué derecho tiene Estados Unidos de declararse juez del gobierno de otro país? ¿Cómo puede atribuirse el derecho de tumbar un gobierno y reemplazarlo con otro que le caiga mejor? ¿Y quiénes van a creer que tales "cambios de gobierno" beneficiarán al pueblo?

La historia demuestra que la auténtica liberación (del pueblo iraquí o de cualquier país) se consigue expulsando a las potencias imperialistas como Estados Unidos y arrebatándoles el control de la vida, los recursos y el futuro del pueblo.

La larga lista de acusaciones contra el gobierno de Saddam Hussein que presentará Powell no es nada más que un pretexto para una guerra de conquista. Pintar a un país pobre y asediado, con armas primitivas y fuerzas armadas aplastadas, como una amenaza al mundo no es más que un pretexto para una guerra imperial. Continúa la larga tradición de pretextos inventados, como el incidente del golfo de Tomkin con que iniciaron la guerra de Vietnam.

Washington amenaza atacar a Irak con armas nucleares, con el pretexto de que Irak posiblemente está tratando de construir un artefacto nuclear primitivo; acusa a Hussein de matar a la oposición, de matar a su propia población, de usar armas de destrucción masiva, de invadir países vecinos... cuando ha cometido exactamente esas barbaridades en una escala con que Hussein ni siquiera podría soñar. ¡Y esperan que nos lo traguemos!

Como dice un pasaje bíblico conocido: "¿Por qué ves la pelusa en el ojo de tu hermano y no ves la viga en el tuyo?" (Mateo 7:3).

Además, es total hipocresía que la Casa Blanca "de repente" haya descubierto la "tiranía" de Hussein... cuando ayudó a su partido Baath a conquistar el poder, le mandó $30 mil millones de ayuda militar y económica para una sangrienta guerra de ocho años contra Irán en la década de 1980, e hizo la vista gorda (por ejemplo durante los gobiernos de Richard Nixon y Ronald Reagan) cuando el gobierno iraquí reprimió a los curdos. Acusan a Hussein de rociar gas venenoso "a su propio pueblo", pero un ex analista de la CIA escribió en el New York Time el 31 de enero que Washington concluyó que el tristemente célebre ataque contra el pueblo de Halabja probablemente lo cometieron las fuerzas iraníes.

El gobierno iraquí era un importante aliado en una región de gran importancia estratégica, y cuando le convenía a Washington, ponía por los cielos a Hussein; ahora, cuando no le conviene, lo pinta como la fuente del "mal" mundial.

¿Cómo puede decir el gobierno de Estados Unidos que le importa el bienestar del pueblo iraquí? En 1992, atacó el país 42 días con 88,000 toneladas de bombas, y destruyó el sistema de distribución de electricidad y agua potable igual que blancos militares. Mató de 100,000 a 200,000 iraquíes durante la primera guerra del Golfo. Para el pueblo la guerra nunca terminó: los bombarderos estadounidenses han realizado más de 280,000 misiones y soltado bombas a gusto; repetidas veces Turquía, aliado yanqui, ha invadido el norte de Irak; la ONU calcula que debido a las sanciones económicas 4,500 niños iraquíes mueren al mes de enfermedades y hambre (un total de más de medio millón desde la guerra). Ahora está a punto de iniciar otro bombardeo masivo e invasión.

Washington afirma que el pueblo iraquí no tiene derechos nacionales, que no tiene derecho de controlar el espacio aéreo, de defenderse de ataques, de escoger (o tumbar) su propio gobierno o de controlar el petróleo. ¿Quién puede creer que los ejércitos invasores traerán la "liberación"?

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Bush empezó su discurso del 29 de enero diciendo: "Responderemos a todo peligro y a todo enemigo que amenace al pueblo americano". O sea, dijo que todas las barbaridades que están a punto de cometer las harán "en nombre del pueblo estadounidense".

Aquí, en la "patria" del imperio, tenemos una gran responsabilidad porque el pretexto para estas acciones es la seguridad y los intereses de los que vivimos en este país. Tenemos que sacar a relucir la verdad y oponernos, con toda nuestra fuerza y creatividad, a esta guerra de conquista. Se lo debemos al mundo.


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