15 de noviembre de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

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Un nuevo discurso de Bob Avakian

A continuación presentamos el texto de un discurso que dio Bob Avakian (BA) ante un grupo de trabajo del Partido en el verano de 2017. El audio del discurso en inglés se halla en revcom.us.

 

El problema, la solución y los retos ante nosotros

Sobre algunas cuestiones esenciales de la verdadera historia de Estados Unidos, la naturaleza del sistema capitalista-imperialista en el que vivimos, las consecuencias de esto para la humanidad, el camino hacia un mundo libre de los innecesarios sufrimientos y horrores que todo esto supone, y los adelantos que deben hacerse ahora

 

 

Primera parte: El rompimiento con el chovinismo estadounidense y con los mortíferos confines del capitalismo

Al contrario de toda la mitología perpetrada constantemente y perpetuada por medio de las instituciones dominantes de esta sociedad y de todos sus voceros, la riqueza de Estados Unidos y la situación de la población aquí no se deben a algunas grandes libertades propias de Estados Unidos y al gran carácter de innovación que esta libertad facilita y fomenta. Para llegar a la realidad de la verdadera base de esto, podemos volver a Marx, cuando hablaba de la acumulación primitiva del capitalismo sobre la base del saqueo horroroso y la explotación indecible de las masas populares en las regiones más dispersas del mundo. Esto sentó las bases sobre las que se inició la acumulación del capitalismo, que salía de la sociedad feudal, y la base sobre la cual descansaba cualquier innovación que se realizó en última instancia. Marx también habló con mucha ironía de los “albores” del capitalismo. En el libro Preaching From a Pulpit of Bones (Predicando desde un púlpito de huesos), cité a Jack Weatherford, que escribió El legado indígena: De cómo los indios americanos transformaron el mundo. Comienza con la siguiente afirmación: “Los capitalistas [se refiere a Estados Unidos en particular, pero también a los capitalistas en Europa y en otros lugares] construyeron la nueva estructura sobre los puntales gemelos de la trata de esclavos de África a América y el tráfico en plata americana”. Y luego cita a Marx sobre los albores: “El descubrimiento de los yacimientos de oro y plata de América, la cruzada de exterminio, esclavización y sepultamiento en las minas de la población aborigen, el comienzo de la conquista y el saqueo de las Indias Orientales, la conversión del continente africano en cazadero de esclavos negros: son todos hechos que señalan los albores de la era de producción capitalista”. Lo que es una verdad básica e irrefutable.

Escuchamos en relación con todas estas nociones de la gran libertad y carácter innovador de la gente en Estados Unidos y la manera en que la libertad permite esta innovación — escuchamos mucho sobre la expresión “excepcionalismo americano”. Bien, al escuchar esta expresión por primera vez, uno podría pensar... quizá no reconozca que en realidad esto encierra cierto sentido irónico. Podría pensar: “Sí, bueno, eso tiene sentido, el ‘excepcionalismo americano’, tenemos aquí a esta buena democracia y la gente tiene mucha libertad, pero como se sabe, hay algunas cosas que realmente contradecían eso en la historia de Estados Unidos, como el genocidio contra los indígenas, toda la esclavitud y lo demás. Sí, eso tiene sentido, es una excepción, es una democracia, pero es una especie de excepción porque tiene todas estas características negativas asociadas con ella”. Y luego, vaya, vaya, uno descubre que eso no es lo que significa — que el “excepcionalismo americano” significa que Estados Unidos es excepcionalmente bueno, que incluso en comparación con las demás “democracias capitalistas” del mundo, hay algo especial, la ciudad luminosa en la colina, tal como, por ejemplo, la invocó Reagan. Ya me entienden, esta imagen de que hay algo particular y especialmente bueno en Estados Unidos y su gente. Y cabe pensar: qué ironía. Esto va totalmente en contra de la realidad. Si alguien quiere hablar de excepción, debería hablar sobre ella de la manera a la que me refería — que esto encierra algunas cosas negativas reales que están en conflicto agudo con “nuestra democracia” las que todavía no hemos superado. Pero no. Significa lo contrario — somos excepcionalmente buenos.

Y piensen en el nivel de chovinismo estadounidense que uno tiene que interiorizar para que no le provoque nauseas oírlo. Examinemos un poco más las verdaderas piedras angulares fundadoras y la larga sombra de la esclavitud en Estados Unidos, junto con el destierro genocida y el encierro mediante redadas a la población indígena, o sea, la población originaria, en los campos de concentración llamados reservas.

El tratamiento a los negros en Estados Unidos, la horrenda opresión a los negros desde la época de la esclavitud hasta hoy —si se quiere hablar de una característica especial de Estados Unidos— pues eso es una de las características más determinantes. Y esa esclavitud ha estado integrada en los propios cimientos: es una piedra angular de toda la sociedad, y su sombra continúa extendiéndose sobre toda la sociedad, todo el país y todo lo relacionado con él, hasta el día de hoy. Si nos fijamos en los documentos fundacionales de Estados Unidos —por ejemplo, si nos fijamos en la Declaración de Independencia—, ¿cuáles son las acusaciones que se plantean contra el rey de Inglaterra al declarar la independencia? Entre ellas está la siguiente: “Ha alentado Insurrecciones internas en nuestra contra, y ha tratado de inducir a los Habitantes de nuestras Fronteras, los despiadados Indios Salvajes”. Ahora, piensen en esto. He aquí a unas personas que repetidamente rompieron tratados con estos indígenas americanos, con los pueblos originarios, que de hecho nunca respetaron ni un solo tratado que se suscribieron con los indígenas, que los expulsaron repetidamente de sus tierras — que les otorgaban tierras pero, “Ah, espéreme un minuto, hay oro allí”. Así que tienen que volver a desterrarlos y ponerlos una y otra y otra vez en marchas forzadas por el Sendero de las Lágrimas en las que miles murieron. Y luego, a su vez, oímos que describen a estas personas como “los despiadados Indios Salvajes” a quienes el rey de Inglaterra inducía contra estos colonos. Este es uno de los grandes crímenes del rey de Inglaterra según la Declaración de Independencia. Una vez más, van totalmente en contra de la realidad.

Y luego, por cierto, sigue hablando de la manera en que el rey de Inglaterra ha obligado a los colonos europeos de este territorio a practicar la trata de esclavos — como si de alguna manera ninguno de ellos, incluido Thomas Jefferson, quisiera tener esclavos. No importa el hecho de que él fraguó la Compra de Luisiana a fin de expandir enormemente el territorio que iba a basarse en la esclavitud. De alguna manera el rey de Inglaterra supuestamente es responsable de obligar a personas como Jefferson y estos otros fundadores a practicar la esclavitud.

O veamos la Constitución de Estados Unidos. No solamente la tristemente célebre cláusula de los tres quintos que declaraba que los esclavos constituían tres quintas partes de un ser humano, que los contaban como tres quintos de un ser humano con fines de tributación y representación; pero, para colmo, en realidad así diseñaron algunas cosas tales como el colegio electoral, las que se establecieron, y se establecieron sus formas particulares, como concesiones a los estados esclavistas. Hace poco en un suplemento especial sobre la Constitución del New York Times del 2 de julio de 2017, Garry Wills examinó cómo la Segunda Enmienda en sí no se refería al derecho de los individuos a portar armas — no se trataba de eso ... no trataba esa cuestión. Se trataba, en particular, del derecho de los estados esclavos a tener milicias para cazar a los esclavos y reprimir las insurrecciones de esclavos. Así que ahí mismo, de nuevo, en los propios fundamentos de los documentos básicos de Estados Unidos y en la manera en que esto ha extendido su sombra hasta hoy, la horrenda opresión de los pueblos originarios, y luego de los negros —o de los negros junto con eso— está justo en el centro de lo que Estados Unidos es, desde el principio hasta hoy. El hecho es que la supremacía blanca y su continuación en formas diferentes, pero siempre terribles, se han integrado en los mismos cimientos y estructuras, relaciones sociales y cultura de este sistema en Estados Unidos y es una parte indispensable de su cohesión y funcionamiento continuos.

Ahora, a la luz de todo esto, se podría pensar que es un poco ridículo cuando la gente dice algo así: “El fascismo realmente no podía darse en Estados Unidos. Tenemos todas estas protecciones institucionales en contra del fascismo y, una vez más, somos este pueblo excepcional. Así que, ¿cómo podría darse el fascismo en Estados Unidos? No podría darse aquí”. Ah no, no podría darse aquí. No podría darse en un país fundado sobre la esclavitud y el genocidio y empapado de supremacía blanca, así como de supremacía masculina, el destino manifiesto y la carga del hombre blanco. Ah no, no podría darse en un país como Estados Unidos. Y cabe señalar todas estas cosas —la supremacía blanca, la supremacía masculina, el chovinismo estadounidense, el destino manifiesto, la carga del hombre blanco— todas estas cosas se han entretejido y reforzado mutuamente y siguen en lo mismo.

Por ejemplo, en el libro The Rebirth of a Nation (El renacimiento de una nación) de Jackson Lears —que se centra en la época en que Estados Unidos realmente se promovía en el mundo como una potencia colonial, engullendo a Las Filipinas, así como a Puerto Rico, Guam y Cuba, y subiendo al escenario mundial con un nivel de maldad nunca antes visto—, el autor dice que todo esto estaba ligado a cierto sentido de identidad masculina y asertividad masculina, así como supremacía blanca, en formas muy grotescas, sin tapujos, en la manera en que lo estamos viendo volver ahora, sin tapujos, bajo el régimen fascista de Trump y Pence. Por ejemplo, cita a la mujer, Rebecca Latimer Felton, la esposa y directora de campaña de un congresista estadounidense, y no de un perrero, quien dijo que uno de los grandes problemas en la sociedad estadounidense era que los hombres no le prestaban suficiente atención a la “vulnerabilidad de las mujeres blancas ante los violadores negros” que supuestamente vagaban por el Sur rural. “La culpa, declaró ella, estaba con los hombres blancos del sur. Ellos no habían podido poner un ‘brazo protector alrededor de la inocencia y la virtud’”. Ella concluyó que “si se requerían los linchamientos ‘para proteger la posesión más preciada de las mujeres contra las voraces bestias humanas — pues, yo digo, línchenlos, de ser necesario mil veces a la semana’”. Ello de la esposa y la directora de campaña de un congresista estadounidense.

O veamos otra declaración que muestra las dimensiones horrendas de esto y la forma en que todo esto está entrelazado. En particular, se tienen el chovinismo masculino, el patriarcado, la misoginia. Lears escribe: “Detrás de todas las consideraciones económicas y de toda la excelsa retórica sobre la civilización y el progreso estaba una emoción primitiva — un anhelo de reafirmar el control, una voluntad masculina de ejercer el poder”. En particular, esto se refería al sentido en que la élite, los hombres ricos, se habían vuelto blandos como resultado de sus riquezas. ¿Y qué se decía que era necesario para hacer frente a eso? La guerra — ésta ejercerá un efecto masculinizante sobre estos hombres decadentes ricos feminizados. Esta era la forma en que podían experimentar una regeneración.

O veamos el siguiente comentario, hablando del culto al valor y un impulso de ir a la guerra: “Aquí —escribe Lears— era el germen del culto a la fuerza, la religión secular que subyacía a la regeneración de la voluntad masculina”.

Y he aquí algo muy interesante a la luz de las tácticas y del enfoque estratégico del imperialismo estadounidense al invadir y ocupar a otros países en estos días. Si pensamos, por ejemplo, en la primera invasión de Irak en 1991, Colin Powell dijo: “No somos imperialistas, no invadimos a otros países a fin de ocuparlos, no nos dedicamos a ocupaciones permanentes. Simplemente los democratizamos y luego los dejamos para que la gente los maneje por su cuenta”. Bien, este es un enfoque gastado y trillado de los imperialistas, que se viene aplicando desde finales del siglo 19 y principios del siglo 20. Lears habla de esto. Habla de la orientación según la que el imperio estadounidense dependía sólo en parte de la adquisición formal de colonias en el exterior, las que sí ocupó, por ejemplo una vez más, Las Filipinas. “Más comúnmente implicaría una intervención militar periódica (en lugar de una ocupación permanente) y un apoyo a los gobiernos amigos de las políticas estadounidenses. Esta orientación indirecta [respecto al colonialismo, agrego] hizo que fuera más fácil que los imperialistas estadounidenses se rodearan de una retórica sobre el excepcionalismo y dijeran que tuvieran una superioridad moral respecto a sus contrapartes europeas”. Aquí de nuevo se tiene el “excepcionalismo americano”, ultrajando y saqueando mediante el colonialismo con un rasgo particular que les deja decir: “Ah no, no somos colonialistas como esos europeos”.

Y al final, Lears habla de la manera en que los estadounidenses, entre ellos los soldados del imperio estadounidense, respondieron a la resistencia del pueblo filipino a su ocupación: como una afrenta a su identidad blanca y a su ser blanco.

Así se puede ver la forma en que todo esto está entrelazado y se refuerza mutuamente. Y además hay algo que también hay que reconocer, sobre todo a la luz de la situación actual. Existe una línea directa y una profunda conexión entre todo esto, y la forma en que todo esto está entrelazado y se refuerza mutuamente — una línea directa y una conexión directa entre todo esto y el odio virulento y las acciones represivas hoy contra la lucha por el reconocimiento de la humanidad y de los derechos de las personas LGBT.

Es crucial que se gane, inclusive mediante una lucha desarrollada de manera buena, a la gente, para que vea directamente la realidad de la base sobre la que este sistema está construido y la forma en que realmente funciona, y empiece a entender por qué no es posible eliminar con reformas los horrores que causa. Aquí sólo puedo mencionar de paso la realidad concreta de lo que es este sistema, cómo funciona y por qué, y las terribles consecuencias de esto para la humanidad. Esto se trata más a fondo en la Entrevista a Ardea Skybreak, CIENCIA Y REVOLUCIÓN. En EL COMUNISMO NUEVO, se examinan con cierta profundidad las contradicciones básicas y las dinámicas del sistema. Y en el sitio web revcom.us, hay más denuncias y análisis que desarrollan todo esto. Pero para decirlo de una forma concentrada, y para conocer lo que es la verdadera historia y los cimientos y la realidad de Estados Unidos, veamos Lo BAsico 1, 2, 3 y 4, comenzando con Lo BAsico 1:

Sin la esclavitud, Estados Unidos no existiría tal como lo conocemos hoy. Eso es una verdad simple y básica.

Bueno, por supuesto, la esclavitud no fue el único factor que desempeñó un papel importante en el surgimiento de los Estados Unidos como potencia mundial, cuya fuerza económica subyace a su enorme fuerza militar. Un factor histórico importante en todo esto fue el robo de territorio, a escala masiva, de México así como de los pueblos indígenas. Pero, a su vez, gran parte de esa conquista de territorio fue, por un largo período de tiempo hasta la guerra de Secesión, en gran medida para ampliar el sistema esclavista. “Recuerda El Álamo”, nos dicen siempre. Bueno, muchos de los “héroes” de El Álamo fueron cazadores y traficantes de esclavos…. Y extender el sistema esclavista fue uno de los objetivos principales de la guerra con México, aunque la guerra también condujo a la expansión hacia el oeste del sistema capitalista en desarrollo centrado en el norte de Estados Unidos.

La esencia de lo que existe en Estados Unidos no es la democracia, sino el capitalismo-imperialismo y las estructuras políticas que lo imponen. Lo que Estados Unidos lleva al resto del mundo no es democracia, sino imperialismo y las estructuras políticas que lo imponen.

La esclavitud desempeñó un papel importante en el desarrollo histórico de Estados Unidos; hoy la riqueza y el poder de los Estados Unidos descansan sobre un sistema mundial de explotación imperialista que tiene atrapadas a cientos de millones, y, en última instancia miles de millones de personas, en condiciones marginalmente superiores a las de los esclavos. Ahora bien, si esto parece una afirmación extrema o exagerada, piense en las decenas de millones de niños en todo el tercer mundo que, desde una edad muy temprana, están trabajando casi todos los días del año —como los esclavos en las plantaciones del Sur de los Estados Unidos solían decir, “desde no poder ver en la mañana, hasta no poder ver en la noche”— hasta que estén agotados físicamente…. Simple y llanamente, estas son condiciones muy similares a las de la esclavitud…. Esto incluye el acoso sexual descarado hacia la mujer, así como también muchas otras humillaciones. Todo esto forma la base sobre la que se apoya el sistema imperialista, con el imperialismo estadounidense sentado encima de todo hoy.

Ahora, de nuevo, esto podría sonar a unas descripciones exageradas o extremas. Pero, de hecho, es una descripción acertada de la realidad de hoy y de todo el desarrollo histórico que conduce a ella, en términos de Estados Unidos y su papel en el mundo. Como dije en otros lugares, se han dado muchos ejemplos para expresar vivamente la realidad de esto, y se ha hecho mucho análisis de cómo y por qué este sistema no puede funcionar sobre ninguna otra base salvo ésta. Por ejemplo, en el libro, EL COMUNISMO NUEVO. Pero, como una forma abreviada de decirlo, puede decirse simplemente que no hay ninguna sola cosa en absoluto que logra entrar a los mercados de consumo de Estados Unidos y de países similares la que no ha pasado, en su cadena de producción, por formas horrendas —por la explotación y la opresión más crueles— en las regiones más dispersas del mundo, en particular, en el tercer mundo. Ni una sola cosa.

Podemos leer otra declaración de Marx: “El capital viene al mundo chorreando sangre y lodo por todos los poros, desde los pies a la cabeza”. Y se ha mantenido así hasta nuestros días, a una escala aún mayor, exactamente sobre la misma base. Estados Unidos y este sistema muy enfáticamente no es una fuerza para el bien en el mundo, sino por el contrario es la causa más grande de sufrimiento innecesario para las masas de la humanidad.

Ahora, veamos otra de las narrativas que se acostumbran mencionar al hablar sobre el carácter grandioso de Estados Unidos y de este sistema del capitalismo: la creación de empleos. “Los capitalistas no están explotando a la gente, están creando empleos. Si van a Indonesia o Guatemala o Haití o Pakistán o Bangla Desh o India y ahí ponen a los niños, o incluso los adultos, a trabajar por menos de un dólar al día — vaya que eso es mejor que la alternativa. Si no fuera por la actividad de estos capitalistas ahí, esta gente no tendría ninguna manera de tener un medio de subsistencia en absoluto. Por lo tanto, sí, tal vez las condiciones no sean tan buenas como usted y yo tal vez quisiéramos que fueran, pero son mucho mejores de lo que serían en otras situaciones”. Esta es una racionalización típica, es una de las racionalizaciones más repugnantes. Y es una tautología total. Esto es lo mismo que decir: bajo el sistema del imperialismo capitalista, las opciones que las personas tienen van de las malas a las peores. Y es una mentira total. Si ponemos las cosas en perspectiva, fuera de los límites de la lógica autocontenida del sistema capitalista, pensemos en lo siguiente: las materias primas están ahí, la gente está ahí — eso es lo que se necesita para desarrollar una economía. La pregunta es, ¿bajo qué términos y con cuáles medios se está desarrollando esa economía con esa gente y esas materias primas?

Una vez más, estamos de vuelta a la cuestión a la que le di tanta centralidad en EL COMUNISMO NUEVO: ¿con cuál modo de producción se hacen las cosas? El capitalismo no es la única manera, y ciertamente dista mucho de ser la mejor manera, para “crear empleos” y para que las personas tengan un empleo con sentido. Es posible tener un sistema económico radicalmente diferente, el sistema del socialismo, en el que no se explota el trabajo de la gente en beneficio de los capitalistas en una competencia despiadada quienes ahora son capitalistas en una competencia despiadada a escala mundial, quienes inmediatamente, en cuanto ya no saquen suficientes ganancias, dejan de crear esos empleos en este país y van a otro país donde crean empleos, hasta que encuentren a otro país más donde pueden ir y explotar más despiadadamente a la gente. La gente está allí. Eso es lo más importante. Y con la gente, es posible ahora tener un sistema económico y social radicalmente diferente que no se base en la explotación y la opresión —que en realidad tome medidas para eliminar toda forma de explotación y opresión— el sistema socialista que avance hacia el comunismo a escala mundial, en cuyo caso se habrá eliminado toda explotación y opresión.

De nuevo, se plantea la pregunta: ¿cómo es el sistema económico subyacente a todo esto? O, una vez más, ¿con cuál modo de producción se hacen las cosas? ¿Por medio de un sistema explotador y opresivo, o por medio de un sistema que tome medidas para eliminar la explotación y la opresión y para desbloquear y liberar todo el potencial humano en ese camino y con ese propósito?

Ahora, he mencionado en otras obras y he enfatizado el funcionamiento anárquico de este sistema. Una vez más, volvamos a Marx, quien dijo acerca del sistema del capitalismo: Su desorden total es su orden. Esto se refiere a la anarquía de estos diferentes capitalistas que, debido a la naturaleza interna, a las contradicciones internas y a las dinámicas internas de su propio sistema —que una vez más se analiza a fondo en EL COMUNISMO NUEVO—, pero debido a su propia naturaleza interna, su propia naturaleza intrínseca, sus propias contradicciones y dinámicas internas, es un sistema que se basa en la explotación despiadada y en la competencia despiadada entre las diferentes unidades y agregaciones de capital, que se compiten intensamente entre sí hoy en día a escala mundial y de una manera altamente globalizada.

La dura realidad... escuchamos todo esto, por ejemplo, de estos multimillonarios de alta tecnología, etc., al hablar de “épicos fracasos” y de la “destrucción creativa”, en su forma de entrar y socavar completamente la manera en que se han hecho las cosas e introducen nuevas maneras de hacer las cosas. Y esto se ostenta como un gran acontecimiento en el mundo, esta destrucción creativa. Incluso en el caso de fracasos, se aprende a prosperar creando más destrucción creativa — es decir, más explotación. Y de nuevo, la dura realidad es que este desorden, esta destrucción creativa, causa tremendo sufrimiento a escala mundial para la gente y el medio ambiente, lo que este sistema y sus dinámicas internas han llevado al extremo en que el propio futuro y existencia de la humanidad corre un fuerte peligro. Y luego, para colmo, hay una destrucción masiva provocada por las guerras, los golpes de estado y otras acciones sangrientas que se llevan a cabo en todas partes del mundo a fin de reforzar el dominio opresivo de este sistema.

Las fuerzas armadas estadounidenses no son un ente de héroes a quienes hay que agradecer por su servicio, sino una maquinaria de perpetuos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, que repetidamente lleva a cabo matanzas y destrucción a una escala masiva al servicio de un sistema construido literalmente sobre sangre y huesos. Una vez más, esto puede parecerse a una exageración o a una afirmación extravagante, pero veamos las guerras que de hecho han emprendido estas fuerzas armadas, hoy en el Medio Oriente, y los horrendos resultados de sus invasiones y ocupaciones y lo demás que esto suscite. O Vietnam. O los golpes de estado que fraguaron de Irán a Guatemala, de Indonesia a Chile, que de hecho han segado la vida de más de un millón de personas — únicamente en esos golpes de estado y sus consecuencias. Esto no es exageración. Esta es la realidad que hay que llevar a la gente a reconocer.

Y en términos de las personas a las que hay que agradecer, pues hay que apoyar a aquellos de entre estas fuerzas armadas que han roto con dichas fuerzas armadas, especialmente aquellos que se han pasado al lado de la oposición a estos crímenes y al sistema que estas fuerzas armadas apuntalan con su depravada violencia y destrucción masiva. Y depravada violencia es una descripción muy apropiada. Podemos remontarnos a Vietnam, no sólo a los masivos bombardeos con armas químicas —el Agente Naranja, el napalm que de hecho le prende fuego al tejido de la gente— sino a la masacre de My Lai, que no fue una aberración, una excepción ni una desviación única, sino un patrón repetido por las fuerzas armadas estadounidenses en Vietnam. Los soldados que se volvieron tan degradados que les cercenaran las orejas a las personas que mataban y se las llevaran como trofeos. Esta es la realidad de aquellos que los gobernantes de Estados Unidos quieren que la gente celebre como héroes. Porque esto es la naturaleza de las fuerzas armadas en que estas personas están cumpliendo su servicio, y esto es su papel en el mundo.

Ahora, aunado a todo lo que ya se ha dicho en términos de la verdadera historia de Estados Unidos, así como su papel en el mundo hasta el presente, la teoría del gobierno y los documentos fundadores de Estados Unidos —según su expresión, por ejemplo, en la Declaración de Independencia—, esta teoría del gobierno está en conflicto fundamental con la realidad. Veamos una de las afirmaciones más citadas de la Declaración de Independencia. Y a menudo se oye a las personas que celebran la democracia quienes citarán estas palabras de la introducción de la Declaración de Independencia justo después de “Cuando en el curso de los acontecimientos humanos”, etc. (supongo que las y los alumnos todavía memorizan este texto en la escuela en ciertas ocasiones); a continuación este famoso pasaje:

Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres… [Nótese bien, así dicen: todos los hombres son creados iguales, nótese bien] todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados.

Ahora, tengo que decir que hay que dar cierto premio en este caso, porque es difícil de concebir un revoltijo de más tonterías metido en un número tan pequeño de frases. En primer lugar, dejemos de lado la parte de “dotados por su Creador”. Dejemos de lado el hecho de que no existe ningún creador, no existe ningún dios, nadie es dotado de nada por un ser inexistente. Ese es el primer punto. Pero dejemos eso a un lado. Vayamos al meollo de esto — que para garantizar estos derechos (la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad)... por cierto nótese que la Constitución reemplaza a “la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad” por la vida, la libertad y la propiedad, lo que abarcaba a los esclavos que eran propiedad. Pero de todos modos, para garantizar estos derechos a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad “se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados”. Bien, esto va totalmente contra la realidad de la historia concreta de los seres humanos. Los seres humanos que evolucionaban y vivían en las sociedades comunales tempranas no se caracterizaron por todos los rasgos de las sociedades del tipo al que se refiere en la Declaración de Independencia y la Constitución de Estados Unidos. No tenían las mismas divisiones de clases opresivas en sus propias pequeñas sociedades las que dan por sentado, en el mundo de hoy, los defensores del sistema actual y aquellos que no saben de otra cosa, aunque deberían saberlo. Y la evolución de los seres humanos desde esos tiempos hasta la actualidad no se dio mediante reuniones de la población para instituir gobiernos entre sí mismos que derivaron sus poderes legítimos de aquellos que se reunieron para crear estos gobiernos.

Piensen de nuevo en la declaración de Marx, al describir los “albores” y la base de la acumulación primitiva del capitalismo. Los habitantes, los habitantes originarios de las minas de Potosí en América Latina, a los que de hecho mataron de trabajo en las minas —literalmente al transferir su tejido a las estructuras adentro— no contaban con un gobierno hecho de una asociación de personas que se habían reunido para decidir esto. Los esclavos cazados en África... Sí, había esclavitud en África —hay que hablar de lo que plantean todos estos fascistas y otros— sí, había esclavitud en África; sí, había esclavitud entre los habitantes originarios de las Américas. Pero existía a una escala muy pequeña, una parte de la trama de esas sociedades. Cuando la esclavitud y el genocidio llegaron a estar atados a la maquinaria, y se introdujeron en las fauces, en las garras, de la acumulación y la explotación capitalistas, se convirtieron en algo completamente nuevo a un nivel totalmente horrendo y nuevo, que implicaba y mataba a millones de personas y pulverizaba a millones de personas más en una muerte temprana. Esas personas no se reunieron y eligieron un gobierno que derivó sus “poderes legítimos” de las decisiones de estas personas.

En las sociedades feudales de Europa, Japón y China, los siervos no se reunieron con los nobles y no celebraron un cónclave y no decidieron sobre el gobierno de su elección cuyos “poderes legítimos” derivaban de su decisión y de su consentimiento.

A menudo, como he señalado en otros lugares, la gente hizo cosas por necesidad, lo que llevó a grandes cambios que la propia gente no preveía y que quizá ni siquiera hubiera deseado. Bien, hablé en otra obra sobre la gente en México, por ejemplo, hace miles de años, que vivía de la caza y la recolección, y luego por su propia actividad, agotaba muchos de los recursos de los que dependía, y además, debido a los cambios en el medio ambiente natural, se vio obligada a abandonar la zona en que estaba cazando y recolectando, y se marchó y se estableció a la orilla de un río y comenzó a practicar la agricultura establecida. Este es sólo uno de los muchos ejemplos de cómo esto ha sucedido repetidamente en todo el mundo. Y luego, las diferencias de clases de un carácter muy opresivo empezaron a desarrollarse en esta población debido a la nueva situación en la que se encontraba. Algunas personas contaban con una ubicación más favorable cerca de un río —en tierras con mayores posibilidades de cultivo, por una combinación de factores—, así que se desarrolló una polarización entre las personas. No es que se sentaran juntas y dijeran: “Desarrollemos una sociedad en la que haya polarización entre nosotros, en la que algunos prosperen y otros sufran y en la que los que prosperan exploten a los que sufren para que sufran más — esto es lo que elegimos hacer como una forma de ser gobernados. Y por cierto ese gobierno que establecimos para estos propósitos derivará sus ‘poderes legítimos’ de nuestro consentimiento”. Puras tonterías. Va totalmente contra la realidad. Y no tiene nada que ver con la realidad de Estados Unidos de América cuando rompió con Inglaterra y estableció un país nuevo. Los esclavos no formaban parte de ningún cónclave, y los habitantes originarios, los llamados “indios” — pues no formaban parte de ningún cónclave para establecer un gobierno que derivara sus “poderes legítimos” de su consentimiento. No decidieron el carácter de esta sociedad, las divisiones de clases y las relaciones sociales en esta sociedad algunas personas que se sentaran y sostuvieran una reunión para discutir: “Bueno, algunas personas van a ser agricultores, y algunos van a ser agricultores ricos y algunos van a ser campesinos pobres, y algunos van a ser sirvientes bajo contrato a estas otras personas, y algunos van a ser esclavos, y algunos van a ser despojados de todo lo que tienen, y durante el curso de la Guerra Civil, a 90 años de hoy, vamos a iniciar una expansión hacia el oeste, pero planeémosla ahora. En cosa de 90 años vamos a iniciar una expansión hacia el oeste para expulsar de sus tierras a los habitantes originarios que queden, y vamos a matarlos en el proceso, y suprimirlos por medio de la guerra. Y traeremos a un montón de chinos, los forzaremos a trabajar en la construcción de los ferrocarriles para que podamos lograr una expansión por todo el camino hasta...” ¡¿Qué clase de tonterías es esto?! No tiene nada que ver con la forma en que se fundó Estados Unidos, la forma en que se desarrolló y qué papel ha desempeñado en el mundo hasta nuestros días.

Estas cosas surgen del conflicto entre la necesidad que la gente enfrenta y los medios que crea para tratar de transformar esa necesidad a lo largo de una serie de sociedades diferentes, fundadas fundamentalmente en las relaciones en que las personas entran —frente a esa necesidad y frente a lo que han heredado de las generaciones anteriores— para satisfacer sus necesidades materiales para la vida, y la superestructura que surge sobre esta base —las instituciones políticas, los procesos políticos, la ideología y la cultura— que sirve a esas relaciones económicas subyacentes que no son estáticas y eternas sino que cambian continuamente al ritmo de los cambios en las condiciones, incluidas las nuevas fuerzas productivas que se desarrollan por medio de este proceso. Así se han desarrollado las sociedades desde la primera aparición de los seres humanos hasta la actualidad. Y lo importante es que ese proceso no estaba predeterminado, pero ha llegado a un momento en que ahora existen las condiciones materiales concretas para eliminar todas estas divisiones opresivas y relaciones de explotación entre los seres humanos de todo tipo.

Además de lo que he mencionado aquí, hay análisis más profundos de estos temas en Los pájaros no pueden dar a luz cocodrilos, pero la humanidad puede volar más allá del horizonte, Primera parte. Y también hay una muy buena discusión concentrada de los principios básicos que he venido mencionando aquí en Hacer la revolución y emancipar a la humanidad, Primera parte, en particular la sección “¿En realidad cómo se desarrolla la sociedad humana?”.

La verdad realmente importa, y es muy importante insistir y luchar ferozmente por la importancia crucial de realmente seguir la verdad a dondequiera que conduzca — al contrario del anhelo que es demasiado común entre los liberales y los “progresistas”: “Por favor, ¿podemos poner fin a estas mentiras de Trump que me incomodan y podemos volver a las mentiras sobre Estados Unidos que me hacen sentir cómodo?”. En el libro “Democracia” (La democracia: ¿Es lo mejor que podemos lograr?), escribí: “[E]n todos los países democrático-burgueses —y esto no es ninguna exageración—, desde la más temprana edad, mediante el sistema educativo, los medios de comunicación y otras formas, desinforman y mienten sistemáticamente a la gente acerca de todas las cuestiones de importancia de los actuales asuntos mundiales y políticos y de la historia mundial y metódicamente adoctrinan e inculcan a la gente con una concepción del mundo patas-arriba y una metodología errónea” (página 204 de la edición en español, para aquellos que quieren leerlo). Esta declaración es, obviamente, muy provocadora, y es tan cierta como lo es provocadora. De hecho, es tan provocadora precisamente porque es tan profundamente cierta. Es decir, parece escandalosa precisamente porque han desinformado y engañado tan sistemáticamente a la gente.

Ya he mencionado algunos ejemplos flagrantes de esto, en referencia a la verdadera historia de Estados Unidos y su papel en el mundo. A lo largo de este discurso, se mencionarán otros ejemplos, y se podrían citar muchísimos otros ejemplos, entre ellos las mentiras y tergiversaciones de las instituciones imperantes y representantes de este sistema sobre las guerras que Estados Unidos ha emprendido, sobre el socialismo y el derrocamiento del socialismo en la Unión Soviética y en China, sobre la gran depresión de los años 1930 y cómo se terminó, sobre la Segunda Guerra Mundial y cómo y por qué Estados Unidos salió como el país imperialista más poderoso después de esa guerra, cuál es la situación con Corea y por qué, el verdadero significado de los años 1960, el carácter y el papel de los jefes de estado imperialistas que se presentan como grandes líderes como Kennedy, Johnson, Reagan, Franklin Delano Roosevelt y Churchill, y así sucesivamente.

Si bien es correcto y necesario unirse con amplios sectores de la población en oposición a las injusticias y a los atropellos cometidos por los que gobiernan en Estados Unidos, y si bien esto ha cobrado una realzada importancia con la ascensión al poder del régimen fascista de Trump y Pence, es una verdad básica que sin romper con el chovinismo estadounidense —sin hacerle frente al verdadero horror de lo que Estados Unidos ha sido, y lo que ha hecho, en Estados Unidos y en todo el mundo, desde su fundación hasta el presente— y sin empezar a odiar profundamente todo esto, no es posible, en última instancia, retener su propia humanidad y actuar en pro de los más excelsos intereses de toda la humanidad.

Antes de pasar al segundo punto, primero quiero hacer una aclaración. En la Declaración de Independencia, además del punto de alentar a los esclavos a emprender insurrecciones internas contra los amos de esclavos e inducir a los “Indios Salvajes” a emprender guerras contra los colonos, me parece que de hecho, el anteproyecto original de Jefferson de la Declaración de Independencia incluyó el punto de que el rey de Inglaterra obligaba a las colonias a practicar la esclavitud, pero por la razón que sea, este punto no apareció en la versión final. Sin embargo, se puede ver el pensar de Jefferson ahí.

 

 

Segunda parte: La importancia decisiva del método —del método científico— para conocer y cambiar el mundo

En primer lugar, necesitamos hablar de la flagrante falta de materialismo que es tan extensa y común en relación a lo que este sistema es, cómo funciona en realidad, por qué funciona así y cuáles son las consecuencias e implicaciones de esto. Aquí, una vez más, podemos remitirnos, por ejemplo, a lo que yo señalaba anteriormente acerca de la narrativa de la “creación de empleos” — en contraposición a la realidad de la explotación despiadada. Pero esta falta de materialismo es, de hecho, muy flagrante. Esto es lo que encontramos: que en vez de que la gente se basa en el adelanto crucial que Marx hizo al establecer cuál es la base y cuáles son las dinámicas de la sociedad humana en general, cuáles son las dinámicas fundamentales — las relaciones entre lo que son las fuerzas de producción existentes y por lo tanto, en consecuencia, la forma en que las personas entran en relaciones económicas para utilizar esas fuerzas productivas y, sobre esa base, la superestructura que surge a partir de la política, la ideología y la cultura, y la interpenetración, la relación dialéctica entre las contradicciones y las relaciones en el sistema económico, entre las fuerzas y relaciones de producción y la forma en que éstas constantemente están en movimiento y están cambiando, y en términos de las contradicciones entre el sistema económico y la superestructura de política e ideología que se desarrolla sobre la base de este sistema económico y que, a su vez, afecta a dicho sistema en ciertos sentidos.

Este adelanto ha estado a nuestra disposición por más de 150 años, y hace más de 100 años se sistematizó en la importante obra El capital de Marx, casi 150 años ya. Y sin embargo, la gente, incluso aquellos que se consideran los estudiosos de la sociedad, constantemente se alejan de esto —rechazan, tergiversan, niegan o, de una forma u otra, intentan ignorar este adelanto fundamental— ignoran y a menudo se oponen a este adelanto fundamental. En cambio, ¿qué explicaciones nos dan sobre la sociedad, tanto en los círculos universitarios como en más amplios sectores de la “gente común”? Algunas ideas que se centran en la superestructura como el elemento decisivo —algunas teorías sobre la “naturaleza humana” que supuestamente explican por qué las cosas ocurren como ocurren, algún énfasis en los procesos políticos, las elecciones y diferentes análisis demográficos en cuanto a su relación a las elecciones y su influencia ahí— todas estas cosas que son secundarias y que sólo pueden entenderse correctamente a partir de un enfoque materialista y un método materialista de proceder de un conocimiento de lo que subyace a toda esta política, lo que subyace a todas estas ideas y a la cultura que pulula en la sociedad y predomina en la sociedad. ¿Por qué dijo Marx, de manera tan correcta y tan importante: Toda la historia de la humanidad es la historia de la transformación de la naturaleza humana? ¿Eso quiere decir que la forma en que la naturaleza humana se transforma es que las personas pelean entre sí sobre cuál debería ser su naturaleza? Bueno, claro, sí hicieron eso. Pero ¿qué era más fundamental, subyacente y decisivo en eso? El factor más subyacente, fundamental y decisivo, y no el único factor, era: ¿qué estaba ocurriendo debajo de todo eso en la base económica de la sociedad?

Aquí, de nuevo, encontramos otras tautologías. “Naturalmente, las personas son egoístas, nada más” — lo que es otra… Marx y Engels señalan en el Manifiesto Comunista que esta manera de pensar es simplemente una tautología, que mientras exista el capitalismo, las ideas del capitalismo predominarán, como la idea que todos se ocupan de sus propios intereses en contra de los demás, lo que corresponde a las relaciones de mercancías de una sociedad capitalista donde todo se transforma cada vez más en una mercancía. La continua transformación de la naturaleza humana procede por medio de los cambios que se producen en la base de la sociedad y la lucha correspondiente que esto genera en el ámbito de las ideas y la política, etc. Así que vemos, una vez más, un enfoque patas-arriba que lleva siempre a un callejón sin salida. Nunca se puede entender cosas tan básicas como: Si hay una sociedad basada en la explotación de la gente, habrá muchísima maldita gente egoísta, ¿de acuerdo? Si hay una sociedad en la cual la supremacía blanca es una parte integral de sus estructuras, habrá muchísimos supremacistas blancos.

Pero fíjense que o bien ignoran un entendimiento básico de este tipo o bien lo atacan directamente y lo reemplazan por todas estas teorías que simplemente dan vueltas en un círculo, y nunca llegan a la base subyacente de por qué las cosas son como son y por qué cambian. ¿Por qué ya no tenemos esclavitud? ¿Se debe simplemente a que la gente desarrolló algunas ideas según las cuales la esclavitud era mala y luchó contra ella? Claro, sí hicieron eso. Pero eso, a su vez, si bien no se puede reducir a los cambios que se estaban produciendo en la economía y al creciente conflicto y antagonismo entre un sistema económico de distinto tipo —el capitalismo, que se desarrollaba especialmente en el Norte— y el sistema esclavista —que se esforzaba por preservarse y hasta expandirse, centrado fundamentalmente en el Sur—, fundamentalmente estaba basado en dichos cambios, conflicto y antagonismo. Y no se pueden reducir a dicho conflicto sino que sobre la base de ese creciente conflicto entre estos diferentes sistemas económicos, entre estos diferentes modos de producción, no sólo surgieron algunas ideas diferentes sino que se lograra atraer a las masas populares hacia ellas.

La gente podría tener toda suerte de ideas en cualquier tipo de época, pero si no existe una base en los cimientos subyacentes de la sociedad y en sus dinámicas económicas, y en las relaciones sociales que están surgiendo y en los cambios que están ocurriendo en la base subyacente de sociedad, pues no será posible que esas ideas atraigan a una masa de seguidores. Hace miles de años, la gente podía tener la idea de que sería bueno que nadie maltratara a nadie más, pero mientras no tuvieran la base para un sistema económico que hiciera que eso fuera posible, no podrían tener una sociedad como esa. No podían instituir relaciones sociales de tal tipo. No se trataba de que la gente se reuniera en el vacío y estuviera desarrollando ideas sobre qué tipo de sociedad quería y luego procediera a implementarla. Esta comprensión materialista dialéctica básica — dialéctica porque no se ocupa solamente del sistema material subyacente, del modo de producción, y no se ocupa de eso como algo estático y eterno, sino que se ocupa de las contradicciones, el movimiento y el desarrollo al interior de ese sistema económico, al interior de la superestructura de política e ideología que surge sobre esa base, y entre ese sistema económico subyacente y la superestructura de política e ideología. Y según la dialéctica de esto, se producen cambios, de cualquier efecto real en la sociedad, por medio de lo que ocurre en la superestructura, por medio de la formulación de ideas políticas y teorías e ideologías y por medio de la lucha por diferentes programas y, finalmente, cuando se dé una crisis revolucionaria, en ese momento se abrirá la posibilidad de una transformación radical de la sociedad, que se desarrolle de manera concentrada en la superestructura, en la lucha por quiénes gobernarán la sociedad y qué tipo de sistema podrán implementar — no a partir de unas estimaciones abstractas en su cabeza sino en relación, una vez más, a cuáles son las relaciones sociales y económicas subyacentes y cuáles son las dinámicas y cambios en eso.

Así que la base es el sistema económico subyacente, y la superestructura es el lugar donde se da la batalla sobre esto y la lucha sobre los cambios. Y la superestructura es una esfera muy dinámica; el ámbito de la lucha política, el ámbito de la cultura, el ámbito de las ideas no es un mero reflejo pasivo de uno a uno de lo que es el sistema económico subyacente, sino que está lleno de contradicciones y lucha. Las personas que perciben, tal como lo hizo Marx, las contradicciones y analizan profunda y científicamente las contradicciones en el sistema económico subyacente, lograron reconocer la posibilidad de una transformación hacia un sistema económico radicalmente diferente y por lo tanto pudieron formular las teorías e ideas que condujeran a eso, que condujeran a ese proceso de lucha, que pudieron hacer que eso fuera posible. Por esta razón, Marx dijo que la idea de la permanencia de las condiciones existentes se viene abajo en la teoría antes de que realmente se desmorone en la práctica. O, como enfatizamos, por eso la teoría puede adelantarse y, a menudo, se adelanta a la práctica. La teoría tiene su punto fundamental de origen y punto de comprobación en la práctica, en el mundo material concreto — de ahí surgen las ideas, y ahí se comprueba en última instancia el que sean ciertas o no, y el que encuentren una base o no entre las personas. Pero en ese proceso general, las personas pueden percibir —al reflexionar sobre las contradicciones, el movimiento y el desarrollo de las relaciones subyacentes— los cambios antes de que se den en concreto esos cambios. Si no fuera así, nunca podría haber ningún cambio radical en la sociedad.

Así que es muy importante entender todo esto. ¿Cuáles son las relaciones concretas aquí? Si se quiere entender por qué las personas tratan a las personas de la manera en que lo hacen, fundamentalmente hay que examinar el sistema económico subyacente, y las relaciones sociales correspondientes, y luego las ideas que surgen sobre esa base y las contradicciones y el movimiento en todo eso. Así es la manera de entenderlo. De lo contrario, uno dará vueltas en un círculo. “Los blancos son racistas”. “Los hombres son chovinistas”. Bueno, arrolladoramente en una sociedad como esta, al ver a la población general, eso es cierto — pero ¿por qué es cierto? ¿Y por qué no hay muchos defensores de la esclavitud — aunque sí vemos que algunos defensores se presentan ahora con el fenómeno de Trump y sus partidarios? Aparte de cosas como la esclavitud sexual y el tráfico de mujeres y niñas hoy. Pero ¿por qué no hay defensores de: restauremos el sistema esclavista en su conjunto? Porque eso está completamente desfasado con el sistema económico subyacente y la forma en que el sistema opera en el mundo de hoy. Así que la gente quizá tenga esas ideas, pero es difícil que éstas cuenten con un público a una escala de masas o que ejerzan una influencia de importancia — no simplemente a partir de diferentes moralidades, pero a partir de lo que subyace a esas moralidades —los cambios en las relaciones económicas y las relaciones sociales—, y lo que los genera. Y sin comprender esto, nunca se puede ver en realidad la posibilidad de cambios en ambas circunstancias (es decir, en el sistema) y en las personas — y en la manera en que se puede luchar por esos cambios. Así que, necesitamos, en contraposición a este enfoque anti-materialista, no sólo no materialista sino anti-materialista, un materialismo dialéctico e histórico y una comprensión correcta de las relaciones contradictorias dinámicas en la base económica, en la superestructura y entre la base económica y la superestructura.

Ahora, veamos lo siguiente: yo pensaba que pudiera servir examinar lo que quizá parezca ser un ejemplo inusual pero en realidad importante de aplicar el materialismo dialéctico e histórico — el fenómeno de las pandillas en Estados Unidos, pero no sólo en Estados Unidos, sino a lo largo de una buena parte de América Latina y el Caribe. Ahora, hay un libro titulado Gangster Warlords: Drug Dollars, Killing Fields, and the New Politics of Latin America (Los señores de la guerra gángsteres: los dólares de la droga, los campos de la muerte y la nueva política de América Latina) de Ioan Grillo, sobre el Caribe y América Latina. Y es muy llamativo. Hace la siguiente declaración al principio de este libro: “Cuando se hace el recuento total de las bajas, las cifras son pasmosas. En los albores del nuevo milenio (es decir, entre 2000 y 2010), más de un millón de personas a lo largo de América Latina y el Caribe fueron asesinadas”. Ahora, aunque consideramos que esto exprese cierta exageración... él cita fuentes para poder afirmarlo... pero aunque consideramos que esto exprese cierta exageración, aunque fuera una cifra cerca de eso, piensen en las implicaciones de eso. Piensen lo que eso refleja. Y luego dice que es un holocausto impulsado por la cocaína, un holocausto impulsado por la cocaína. En otras palabras, la mayoría de estas muertes —no digo literalmente todas las muertes, pues obviamente hay “crímenes de pasión” y muertes de otro tipo—, pero a una escala de tal magnitud, el mayor factor contribuyente es el fenómeno de la droga y las relacionadas guerras entre las pandillas que son parte de todo esto. Y si nos fijamos en el mismo Estados Unidos, hace poco Tom Hayden hizo el análisis de que, en las décadas desde los años 1970, decenas de miles de personas han muerto a causa de las batallas entre las pandillas en Estados Unidos. Así que piensen en esto. Un millón de personas en América Latina y el Caribe, o algo de esa magnitud, y decenas de miles de personas en Estados Unidos.

Ahora, ¿cómo vemos esto? ¿Se debe a que la gente lo hace simplemente por naturaleza, por su naturaleza humana, depravada? ¿O de fondo opera otra cosa que es mucho más fundamental? En el citado libro, Predicando desde un púlpito de huesos, al hablar de Jim Wallis y al refutar sus argumentos acerca de cómo se podría tener una buena sociedad basada en los principios de la caridad cristiana, etc., analicé uno de los ejemplos que él da de cómo se puede solucionar los problemas en la sociedad. Dice que en Brasil, en los años 1980, varios campesinos estaban a punto de ser expulsados de sus tierras, y las mujeres de entre los campesinos se pusieron en contacto con las esposas de los senadores en Brasil y les convencieron a que pusieran fin a este despojo particular. Él argumenta que esto es un modelo de cómo se puede traer justicia a la sociedad y los cambios para el bien de la gente. E hice un poco de investigación y descubrí, no para mi sorpresa, francamente, que en el mismo período que el autor comenta, habían desterrado a 15 millones de personas en el campo de Brasil. Fue un fenómeno alucinante. Y las parcelas en Brasil estaban muy concentradas en grandes extensiones de tierras en un porcentaje muy pequeño de la población del campo. ¿Y qué pasó con esos 15 millones de personas y sus descendientes durante varias generaciones? ¿Se evaporaron? No. Se fueron a las favelas, a los cinturones de miseria de Brasil, en condiciones donde no estaban integrados en la economía de una forma articulada donde tuvieran un empleo regular si bien en condiciones altamente explotadoras. Muchos de ellos tuvieron que participar en diversas formas de autoempleo en la economía informal, incluida la delincuencia, lo que llegó a ser uno de los medios más lucrativos de acumular riqueza o al menos de ganarse el sustento.

Hemos visto el mismo fenómeno en Estados Unidos. La gente del... los negros, en particular, salieron del Sur después de la Segunda Guerra Mundial, trabajaron en las fábricas en gran medida, y en otros oficios, una buena parte de las que se cerraron o los puestos de trabajo fueron reemplazados por máquinas. Después de un par de generaciones, muchos de los jóvenes enfrentaron altísimas tasas de desempleo. ¿Y a qué recurrieron? Un gran número de ellos recurrieron a la delincuencia y a la estructura de las pandillas — si bien no todos obviamente. Y al examinar todo esto, no sólo Brasil, sino América Latina y el Caribe, se encuentra el fenómeno de las personas que hace varias generaciones eran campesinos que fueron expulsados del campo y ya no podían vivir de esa manera, debido a lo opresivo y explotador que era. Fueron a las ciudades, pero tampoco pudieron integrarse en la economía formal regular, y los jóvenes en particular recurrieron a otros medios aparte de los oficios menudos, tal como los hubiera, para abrirse camino por el mundo y tratar de obtener algún tipo de existencia que tuviera sentido. Sobre la base de esto, y también sobre la base de que la producción de drogas se convirtió en uno de los medios altamente lucrativos de la producción agrícola, por decirlo así —el cultivo de amapola y luego su procesamiento en la forma de cocaína—, estas pandillas han atraído a gente y luego se desarrollaron en grandes estructuras y empresas que en América Latina, con frecuencia, se llaman cárteles, y sí tienen algunas de las características de cárteles. ¿Por qué ocurrió esto? Si rastreamos el proceso 50 años atrás, estos jóvenes no estaban metidos en eso. No se debe a algún carácter depravado de su naturaleza humana. Se debe a las condiciones en que estaban metidos y las opciones que se les presentaron, y las que no se les presentaron.

Fíjense que en el mismo libro, Predicando desde un púlpito de huesos, hablé de William Bennett y sus predicaciones sobre las virtudes, y esta noción general de responsabilidad personal y las opciones que la gente elige. Y dije: ¿por qué es que las opciones para las personas como Bennett y la clase que él representa, con sus cenas que cuestan miles de dólares por plato, por qué es que sus opciones son si van a hacer la guerra por acá o por allá, o si van a cerrar las fábricas por acá y trasladarlas hacia allá, mientras que para la gente de la clase media en Estados Unidos la opción podría ser en cuánto endeudarse para poder enviar a sus hijos a estudiar en la universidad, mientras que para los pobres la opción podría ser conseguir un trabajo o no, y para una niña en Tailandia, de tan sólo 9 años de edad, la opción podría ser sufrir una miserable y cruel explotación en una fábrica o estar atrapada en la prostitución. ¿Por qué son esas las opciones? ¿Se debe a la naturaleza humana, o se debe al sistema y a las relaciones encarnadas en ese sistema y las dinámicas de ese sistema?

Así que ahora existe el fenómeno de las pandillas en una gran escala. Y es interesante pensar en que en cierto sentido —no en cada detalle ni en cada aspecto, pero en cierto sentido— esto va en paralelo al fenómeno del fundamentalismo islámico en las partes del mundo donde el islam ha sido la religión dominante. Una buena parte del proceso de hecho ha sido igual. Los campesinos expulsados del campo, forzados a ir a este “planeta de ciudades miseria”, como lo llama Mike Davis, donde hasta mil millones de personas viven en estos vastos barrios pobres alrededor de las ciudades centrales de estos países en todo el tercer mundo. Resultan desarraigados de las relaciones tradicionales y luego se ven atraídos, en el caso del fundamentalismo islámico, hacia las actividades para restaurar, a como dé lugar y por bárbaros medios, aquellas relaciones tradicionales — las que las dinámicas de lo que el imperialismo, de la mano con las dinámicas del país en particular, ha producido y ha engendrado y en que tiene envuelta a la gente, están socavando pero para nada las están transformando de una forma fundamental. Y es interesante, vemos que algunos de los líderes de algunas de estas fuerzas fundamentalistas islamistas, o las personas que se han convertido en sus soldados rasos, eran en realidad unas personas que estaban metidas en la delincuencia y pasaron un tiempo en la cárcel y a las cuales estos fundamentalistas adoctrinaron con su proselitismo.

Pero, una vez más, tenemos que ser materialistas, pero no algunos materialistas mecánicos, no algunos deterministas que piensan que, cualesquiera que sean las condiciones de la gente en su aspecto principal, sus condiciones no van más allá de eso, y cualesquiera que sean sus condiciones, eso producirá automáticamente cierto resultado en términos de su manera de actuar. Esa es una especie de materialismo mecánico y determinismo contra lo que también tenemos que luchar. Porque tenemos que entender el papel dinámico de las contradicciones. Hay contradicciones muy agudas y profundas en las condiciones de todas estas masas. Por un lado, están las influencias y presiones que he descrito debido a sus condiciones, pero también está la opresión que sufren, la pobreza en que las masas se ven obligadas a vivir, la miseria a la que el funcionamiento de este sistema las somete y están las ideas correspondientes de anhelar un mundo diferente y mejor las que a menudo, de nuevo, el funcionamiento del sistema suprime y sofoca en una medida importante — tanto por su funcionamiento subyacente como por la política y las acciones conscientes de aquellos que gobiernan en la sociedad, que dominan la superestructura del dominio político y la ideología y la cultura.

Así que las contradicciones de las masas que se ven envueltas en estas situaciones — ya sea que se trate de las favelas y los barrios marginales del Caribe y de América Latina, ya sea que se trate de las comunidades pobres marginadas de las ciudades, por ejemplo, en Estados Unidos, a los que la gente, muchos campesinos o personas de otras capas sociales de México y América Latina, van en Estados Unidos y básicamente se da el mismo fenómeno que se dio en el caso de los negros que emigraron desde el Sur, cuando la primera generación quizá encontrara algunas formas de explotación mezquina y súper-explotada, pero en el caso de los jóvenes, muchos de ellos no tienen ganas de pasar por eso, así que recurren a este otro modo de vida basado en la estructura de las pandillas, en la delincuencia y así sucesivamente, pues no todos ellos, obviamente, pero un número importante de ellos. Pero también se hallan las condiciones altamente opresivas en que se encuentra la gente y la situación altamente represiva en la que, debido a sus condiciones, el sistema y sus agentes del orden —la policía y el resto de ese aparato de represión, los tribunales, los jueces, etc.—, constantemente están sometiendo a la gente a horrores de todo tipo: el franco asesinato y brutalidad, la encarcelación en masa, y así sucesivamente.

Así es el carácter contradictorio de las condiciones de estas masas y de lo que genera espontáneamente, pero también es la base que sienta para desarrollar la lucha con la gente para que tome un camino diferente, un camino de emancipación. Eso no sucederá por espontaneidad, y teniendo en cuenta las influencias y las presiones que he venido describiendo —las muy poderosas influencias—, esto no va a suceder sin muchísima lucha. Pero el quid del asunto es que las contradicciones son reales, y es muy real la parte de la población que aspira a algo genuinamente emancipador o que se puede atraer hacia algo genuinamente emancipador, en contraposición a una forma u otra de algo esclavizante. Sin el materialismo dialéctico y sin el materialismo histórico, ni siquiera es posible reconocer esto, y mucho menos actuar sobre esto. Pero con él, sí se puede. Y eso es lo que es tan crucial. Así que tenemos que tener una comprensión correcta de la naturaleza contradictoria de todo esto, de la naturaleza contradictoria del pensar y de las ideas de la gente y de la naturaleza contradictoria de las relaciones económicas y sociales en las que se ven envueltas — lo que, en un sentido fundamental y definitivo, generan estas ideas, tendencias y aspiraciones contradictorias en la población. Y tenemos que trabajar para transformar esto por medio de muchísima lucha —y sin seguir a la cola de la espontaneidad— en una fuerza revolucionaria basada en entender la posibilidad, y la inspiración sobre esa base real, de la perspectiva general y la realidad de la lucha por emancipar a toda la humanidad.

Y en esto —aunque no se debe caer en la noción, a la que he venido criticando, de poner las cosas patas arriba y de pensar que de alguna manera las ideas surgen de forma completamente independiente de las relaciones subyacentes en la sociedad y de pensar que la lucha es meramente una lucha en el ámbito de las ideas— a la vez tenemos que reconocer el papel muy poderoso de la ideología. Los programas muy diferentes pueden atraer a las personas que se encuentran en las mismas condiciones debido a la lucha en el ámbito de las ideas cuando, para repetir, esas ideas tengan alguna relación con la realidad subyacente, y no sólo tal como está en un sentido estático y eterno, sino en el sentido de que dicha realidad está llena de contradicciones, lucha y movimiento. Y la ideología del comunismo, y su ulterior desarrollo en el nuevo comunismo, pueden constituir una fuerza muy poderosa que atrae a la gente como el camino liberador y emancipador para salir de las condiciones, de las condiciones contradictorias en las que se ven envueltas. Esto es algo que tenemos que reconocer poderosamente. Y nuestras ideas, para poder desempeñar este papel, para poder ser una fuerza poderosa, tienen que corresponder a un verdadero entendimiento científico de la realidad y tienen que luchar constantemente para desarrollar y refinar ese entendimiento, entre otras cosas porque la vida está cambiando constantemente. Pero cuando, de hecho, se basan en ese enfoque científico de la relación correcta de las cosas en la sociedad —la relación correcta entre las condiciones subyacentes y el ámbito de la política, el pensamiento y la cultura—, si reflejan cada vez más un entendimiento correcto de eso, pueden constituir un polo muy poderoso que atrae a las personas hacia la única solución para las contradicciones en que se ven envueltas, que fundamentalmente corresponde a sus propios intereses y a los intereses de la humanidad en su conjunto.

Así que con eso quiero pasar a la tercera parte.

 

 

Tercera parte: La solución, la necesidad, la posibilidad y la deseabilidad de una revolución basada en el nuevo comunismo

Quisiera comenzar por leer los 5 Altos, que salen, por buenas razones, una y otra vez en nuestro periódico, Revolución, y en el sitio web revcom.us:

¡ALTO a la genocida persecución, encarcelación en masa, brutalidad y asesinato policial de negros, latinos y otra gente de color!

¡ALTO a la patriarcal degradación, deshumanización y subyugación de todas las mujeres por todos lados y toda la opresión por razones de género u orientación sexual!

¡ALTO a las guerras de imperio, ejércitos de ocupación y los crímenes de lesa humanidad!

¡ALTO a la satanización, criminalización y deportación de los inmigrantes y a la militarización de la frontera!

¡ALTO a la destrucción del planeta por parte del capitalismo-imperialismo!

Ahora bien, éstos son, por un lado, contradicciones. Son descripciones de importantes contradicciones sociales y condiciones de las masas populares y, en última instancia, de condiciones que afectan a toda la humanidad. Ahora, hemos hecho la declaración muy importante de que estas son contradicciones que no pueden resolverse bajo el sistema actual del capitalismo-imperialismo — que no pueden resolverse de ninguna manera que corresponda a los intereses de las masas populares y en última instancia de toda la humanidad. Y por lo tanto, esto es una razón convincente y una razón fundamental por la que necesitamos una revolución del tipo del que estamos hablando a fin de poder arrancar de raíz este sistema, romper su control sobre la sociedad y la humanidad y crear un nuevo sistema basado en la Constitución para el Nueva República Socialista en América del Norte, un nuevo sistema de socialismo que es parte de la lucha mundial, y trabaja para desarrollar, promover y apoyar esa lucha mundial, en última instancia para el comunismo en el mundo.

Ahora, aquellos que quieren oponerse a nosotros, aquellos que quieren decir que no es necesario tener una revolución de tal clase, pues tienen que argumentar que las cosas que están condensadas y concentradas en estos 5 Altos no son importantes, que en realidad no son problemas importantes. Dejemos que ellos argumenten eso. O tienen que argumentar: “Bueno, sí, obviamente estos son grandes problemas —sólo se negaría eso por tonto o algo peor—, pero todos pueden resolverse bajo el sistema actual”. Si es así: que nos presenten su argumento. Pero es muy irresponsable o ignorar lo que está concentrado en estos 5 Altos, o, si se reconoce qué tanta importancia tienen, no tratar la cuestión de si realmente es posible resolverlas bajo este sistema o si, para resolver estos problemas, se requieren una revolución y un sistema radicalmente diferente.

No hemos llegado a adoptar a la ligera esta posición por la revolución. Hemos llegado a adoptarla a partir de un análisis científico que identifica estas importantes contradicciones sociales —las que no simplemente salieron de la nada, sino que han sido partes integrales del sistema capitalista-imperialista y se han acentuado aún más en el período actual— un análisis científico de la magnitud de esas contradicciones, en realidad de esos horrores, y el análisis científico de que se requiere una revolución del tipo que estamos comentando para lidiar con esas contradicciones de una manera que corresponde a los intereses de las masas populares, no sólo en Estados Unidos sino en todo el mundo, y en última instancia a los intereses de toda la humanidad.

Así que estos 5 Altos concentran estas contradicciones importantes de este sistema, que no se pueden resolver y son horrores reales. Y ahí está la realidad, de la que he hablado aquí —y que, una vez más, por ejemplo, en revcom.us, se ha analizado desde muchos ángulos diferentes y con muchos ejemplos diferentes— un mundo de pobreza masiva, opresión, explotación, destrucción del medio ambiente y sufrimiento innecesario para la humanidad a una escala masiva. Este es el mundo en el que realmente vivimos. Este es el mundo al que realmente enfrentamos. Y hay una respuesta concreta a esto, una respuesta con bases científicas.

Así que, por todas las razones expuestas aquí y que se desarrollan con mayor profundidad en EL NUEVO COMUNISMO, la Entrevista a Ardea Skybreak, CIENCIA Y REVOLUCIÓN y otras obras, como la gran cantidad de material del que se puede disponer en revcom.us, se evidencia que no es posible reformar este sistema, no es posible hacer que funcione a favor de los intereses de la inmensa mayoría de la humanidad, debido a las propias contradicciones y dinámicas básicas de este sistema. Y una vez más, nos encontramos de vuelta al punto básico: las contradicciones y dinámicas fundamentales de este sistema, y lo que esto engendra a fin de perpetuarlo, no es algo casual o incidental, sino que es algo que está arraigado en la propia naturaleza del sistema mismo. Aquí, remito a la gente, una vez más, a EL NUEVO COMUNISMO, en particular a la Primera parte, a la discusión de “Con cuál modo de producción” y “Las contradicciones y dinámicas básicas del capitalismo”; y a la Segunda parte, a la discusión de “Las 4 Todas”.

Ahora bien, en cuanto a la posibilidad de una revolución, una gran razón por la que a la gente le cuesta trabajo ver esta posibilidad es la inhabilidad o la dificultad de ver más allá de la necesidad permanente de las condiciones existentes o de ver el potencial positivo de los trastornos y de los cambios dramáticos bruscos — teme todo eso, y no reconoce las posibilidades que todo eso abre.

Estaba pensando en una analogía a la cuestión de la evolución en el mundo natural. Dejando a un lado a los fascistas cristianos que están decididos a resistirse a la ciencia y a promover un enfoque anticientífico del mundo, a muchas personas comunes —especialmente aquellas que no han estado expuestas a la verdadera explicación científica de la evolución y no han tenido la oportunidad de aprender sobre dicha explicación— les cuesta mucho trabajo comprender o aceptar la evolución, no sólo por las influencias de fuerzas reaccionarias como los fanáticos fascistas cristianos, etc., sino también como parte de esto, porque les cuesta trabajo imaginar concretamente las cosas no sólo en términos de unos pocos años, unas pocas décadas, unos pocos siglos o al máximo unos pocos milenios, quizá dos o tres mil años, sino de imaginar las cosas en términos de millones y miles de millones de años, lo que es el tiempo que, en una u otra forma, la vida ha perdurado sobre este planeta. Si no se puede concebir teóricamente un período tan largo de tiempo, pues la cuestión de cómo todas estas diversas formas de vida pudieron evolucionar sobre la Tierra parece en el mejor de los casos desconcertante y, en el peor, como algo imposible. Cómo sería posible que todas estas cosas diferentes... si se piensa en términos de que tenían que evolucionar en 25 años en lugar de 3.5 mil millones de años... quiero decir, la gente ni siquiera es capaz de pensar acerca de mil millones de años. Así que a muchas personas comunes —yo estoy trazando un analogía— les cuesta mucho trabajo imaginar las cosas en esos términos, además del hecho de que se les ha adoctrinado, una vez más, con una concepción del mundo patas-arriba y una metodología equivocada. Por ejemplo: “Ah, usted no cree en dios. Bueno, ¿quién lo despertó esta mañana?” Bueno, pues, mi despertador. Pero de todos modos, toda la importancia de la realidad material — es decir, no se necesita a un dios para explicar estas cosas que se pueden explicar por medios científicos; o si aún no se pueden explicar por medios científicos, con medios científicos se puede llegar a reconocer cómo se podría llegar a explicarlas o cuáles son las contradicciones que impiden que se expliquen. Al contrario de que todo sea misterioso y que haya que invocar algún tipo de fuerza sobrenatural para conocer las cosas más simples, por ejemplo, cómo uno habla o cómo se levanta por la mañana.

Así que aquí hago una analogía. Además de la importancia de ese punto en sí. Hago una analogía sobre por qué a la gente le cuesta trabajo —una razón importante por la que a la gente le cuesta trabajo, digo yo— imaginar la posibilidad de una revolución, es porque no puede imaginar una situación radicalmente diferente en la que todas las cosas que normalmente controlan y mantienen abajo a la gente, estén empezando a deshilacharse, agrietarse e incluso venirse a pedazos. Inclusive el funcionamiento normal del sistema — aunque la gente empieza a tener una idea de algo de eso ahora con este presidente, este tipo Trump, quien tuitea cosas en que tacha a alguien en el Congreso de canalla o tacha de ruin a un miembro del Congreso, y cosas por el estilo. Quiero decir que estas no son las formas normales con las que la clase dominante ha manejado sus asuntos. Y Pence siempre está mirando de soslayo parado detrás de Trump, parecido, como alguien dijo, a uno de esos curas pedófilos — mirando de soslayo parado detrás de Trump. Esta es una forma diferente, así que esto comienza a hacer que la gente... eso sacude a la gente, comienza a hacer que la gente piense... pues fíjense que la reacción espontánea de mucha gente es querer volver a las normas con las que está acostumbrada. Pero, ¿y qué tal si todas esas normas se vinieran a pedazos a un grado completamente diferente, tanto a causa de la lucha que se ha suscitado en la sociedad y a causa de la forma en que en la cúpula los gobernantes de la sociedad están intentando resolver estas cosas y esto está intensificando los conflictos entre ellos, así como los conflictos que tienen con las masas populares? Así que, si se puede romper con este marco y con estas anteojeras de que las cosas únicamente... una vez más, el modo de pensar tautológico, el pensar que da vueltas en un círculo, que dice: “Bueno, no se puede hacer eso porque no se hacen las cosas así”.

Ahora, pese a todos los problemas que tenía Eldridge Cleaver, definitivamente tenía algunas cualidades positivas, y recuerdo cuando, en esos años, me parece que en la PBS, uno de esos sabios burgueses, David Susskind, le hacía una entrevista, y Eldridge comenzó a explicar la plataforma de 10 puntos y el programa del Partido Pantera Negra. Y logró avanzar solamente un poco, y David Susskind dice: “Pero no se puede hacer cosas de esa clase en esta sociedad”. Y Eldridge inmediatamente respondió: “No se puede hacer cosas de esa clase en esta sociedad — por eso necesitamos una sociedad radicalmente diferente”. Pues, hay que liberar a la gente de modo que asuma esta manera de pensar, de romper los límites de la lógica autocontenida que dice que así se hacen las cosas, y por lo tanto no se puede hacer lo que usted dice porque no se hacen las cosas así. Precisamente — no se hacen las cosas así. Y tenemos que desarrollar esa lucha en el ámbito del pensar, en el ámbito de la ideología. Al mismo tiempo, tenemos que desarrollar la lucha de la gente que contribuye a que la gente deje eso, por una parte, y que por otra parte agudice las contradicciones en la sociedad de una manera positiva, porque es necesario agudizarlas de una manera positiva. No porque eso sea lo nuestro, sino porque hace falta transformar la sociedad radicalmente, debido a estos 5 Altos, a la pobreza masiva, la explotación, la opresión y el sufrimiento en el mundo lo que es completamente innecesario, debido a lo que está pasando con el medio ambiente. Por esas razones, hace falta agudizar las contradicciones en la sociedad y hace falta que la gente rompa con la forma en que se hacen las cosas y que las haga de una manera que corresponda a sus verdaderos intereses.

Ahora, en términos de volver a examinar la perspectiva de una revolución, otra cosa que quiero mencionar es lo que podríamos llamar: el parasitismo, la parálisis del liberalismo burgués y el reformismo, la neutralidad amistosa y la posibilidad de una revolución.

Tomemos la primera parte: el parasitismo. En los años 1960, por ejemplo, hace más de 50 años, muchas personas que no tienen una ceguera total ante las realidades de las cosas decían... si volvemos a pensar en los años 1960, la gente decía: “También quiero una revolución, pero nunca va a haber una revolución en Estados Unidos porque hay demasiadas personas de la clase media que llevan una vida tan acomodada”. Bueno, ¿esto es un fenómeno real y un problema real? Sí, lo es. Es un fuerte peso sobre las masas populares y un fuerte peso contra el cambio radical y la lucha por ese cambio radical del tipo que se necesita. Y eso se debe al parasitismo de esta sociedad. Una vez más, en este país de poca capacidad de atención y ninguna memoria, donde la historia es de alguna manera anatema e inadmisible, la gente piensa que la manera en que estaban las cosas ayer —que no van más atrás que eso— que las cosas siempre han sido así. Examinemos a Estados Unidos, por ejemplo — no siempre contaba con el mismo tipo de clase media gigantesca, una clase media muy grande, relativamente acomodada, aunque se ha socavado su posición acomodada considerablemente en el último par de décadas, y eso es algo que definitivamente hay que tener en cuenta — y las implicaciones de eso, las que, de nuevo, son muy contradictorias. Pero si repasamos la historia de Estados Unidos, una vez más hay otra narrativa sobre los inmigrantes. La Estatua de la Libertad — la gente de buen corazón, ante esta histeria anti-inmigrante azuzada por Trump y esa gente, dirá: “Bueno, miren, sabemos que este es un país de inmigrantes, siempre hemos acogido a los inmigrantes”. Bueno, sí, les dieron la bienvenida cuando los pudieron explotar cruelmente durante varias generaciones al llegar a Nueva York, a vivir en el Loisaida (Lower East Side) en condiciones increíblemente infestadas de ratas, miserables, a trabajar... ¿De dónde es el Día Internacional de la Mujer? De la lucha de las trabajadoras en particular en las terribles condiciones en la Ciudad de Nueva York y representativas de lo que estaba pasando en Estados Unidos en su conjunto. ¿De dónde es el Primero de Mayo, el Día Internacional de los Trabajadores? De la lucha de las personas cruelmente explotadas, muchas de las cuales, como en el caso de las trabajadoras que mencionaba, eran inmigrantes. Y en realidad, solamente después de la Segunda Guerra Mundial y el surgimiento de Estados Unidos relativamente... fíjense que las personas no saben nada acerca de eso — discúlpeme, permítanme decirlo sin rodeos: no saben ni nada acerca de nada en Estados Unidos. Para muchas de ellas, no es su culpa. En el caso de algunas de ellas, se debe al hecho de que sí podrían saberlo y no lo saben, y a que no quieren saberlo o se resisten a saberlo o se niegan a averiguarlo. Y están tan ocupados con... ¿a qué se refería Paul Simon hace 30 años? Señales entrecortadas de información constante... pequeños fragmentos de información que constantemente nos bombardean en todo momento — pero sin profundidad, sin explorar debajo de la superficie de la información para ver de qué se trata en realidad y en cuál marco más amplio y base subyacente esa información encaja y se basa.

Así que la gente no sabe nada. Tengo que decir que me puse furioso el otro día —meramente para disfrutar una indulgencia personal— me puse furioso cuando vi a Kenneth Branagh en el programa de Stephen Colbert hablando interminablemente de la película sobre Dunkirk. En primer lugar, Dunkirk fue una maldita derrota. El ejército británico fue derrotado y tuvo que huir por cualquier medio al que pudiera echar mano para poder regresar a la isla. Y en segundo lugar, agrega: “Si esto no hubiera sucedido, si el ejército británico hubiera sido destruido en Dunkirk, toda la guerra habría resultado diferente, pero dado que escaparon, debido a la ayuda de su gran país, a la historia de las cosas...”. Hay tantas malditas cosas incorrectas en eso, entre otras cosas, oiga, ¿sabe qué? ¿Adivine quién rompió la columna vertebral de la jodida Wehrmacht nazi, la máquina de guerra nazi? No lo hizo la maldita Inglaterra, y no lo hizo el maldito Estados Unidos. Lo hizo la Unión Soviética, y cualquiera que haya hecho alguna investigación lo sabe. Pero en Estados Unidos nadie lo sabe, y nadie va a contárselo excepto unos pocos de nosotros. Pero la cuestión es que la gente no sabe nada... ¿por qué salió Estados Unidos de la Segunda Guerra Mundial en la forma en que lo hizo? Porque salió, en esencia, completamente ileso de la Segunda Guerra Mundial — unos cientos de miles de bajas, un incidente en Pearl Harbor, ningún efecto directo en el territorio continental de Estados Unidos. Europa estaba completamente devastada. La Unión Soviética perdió entre 20 y probablemente 30 millones de personas. Toda su base industrial fue destruida. ¿Por qué salieron las cosas en Europa Oriental y en Corea, y así sucesivamente, en la forma en que lo hicieron? ¿Tenía algo que ver con —ah, una palabra prohibida— la historia? ¿Tenía algo que ver con lo que surgió de estas condiciones? ¿Tuvieron algo que ver con todo eso el carácter de la sociedad de Estados Unidos, la “fisonomía” de la sociedad estadounidense — es decir, la naturaleza de las clases sociales y los grupos sociales y cómo se relacionan entre sí? ¿O de alguna manera las cosas simplemente han sido así desde hace siempre? Estoy expresando mucha frustración aquí, pero de veras tenemos que ir más allá de la frustración. Tenemos que salir al mundo y luchar duro para obtener, una vez más, una comprensión materialista dialéctica e histórica de dónde surgió este parasitismo. Y esto es contradictorio — se están socavando las condiciones de la clase media. La gente de esa clase media, inclusive aquellos que están relativamente acomodados en términos económicos —aquellos que se están beneficiando de algo del botín, del saqueo de toda la inmensa red internacional de maquiladoras de la que el imperialismo estadounidense no puede prescindir— incluso esas personas tienen mejores aspiraciones, porque viven en una sociedad llena de contradicciones y de lucha sobre cómo deben ser las relaciones sociales y las relaciones básicas.

Así que, por un lado existe el parasitismo, pero también está en contradicción con otras tendencias entre las personas que en última instancia están arraigadas en la naturaleza contradictoria de sus condiciones y más ampliamente en la naturaleza contradictoria de la sociedad y, en última instancia, del mundo — de lo que, a pesar de todo acabo de mencionar, la gente no es completamente ignorante, aunque hay una cantidad asombrosa de ignorancia, en determinadas esferas en particular, lo que tiene que ver con la naturaleza de la sociedad, la historia, y así sucesivamente.

Pero al avanzar hacia una situación revolucionaria, hay que entender algo: no es necesario que toda la clase media entre a saltos con entusiasmo a las filas de la revolución. No se hará una revolución sin que al menos un buen número de los jóvenes de la clase media lleguen a formar parte de la revolución, pero en el caso de muchas personas, se tratará de que ellas reconozcan que las cosas con las cuales habían estado acostumbradas, y las que quizá hasta pudieran anhelar recuperar con urgencia, ya no van a existir. Las normas que quieren que se restablezcan no se restablecerán, y se van a instituir normas que están en conflicto con lo que quieren y lo que creen que constituye una sociedad digna en la que vivir, y el liberalismo burgués y el reformismo que se manifiestan en varias formas —de los grupos “de izquierda”, de los políticos burgueses establecidos— que se ha comprobado que no sirven de nada y no pueden lidiar con las nuevas condiciones que están surgiendo. En tal situación surgen, en sectores sociales mucho más amplios que aquellos que estarán participando activamente, posiciones desde el apoyo hasta la neutralidad amistosa, lo cual es muy importante. La gente decide que, al mínimo, no va a ayudar a los de arriba, y la clase dominante opresiva suprime la revolución a medida que ésta surja.

Así que sí, este es un extenso fenómeno. Cualquiera que piense en serio sobre hacer una revolución en Estados Unidos, sabe que sí es real este fenómeno, entre otros — pues, están el poder de la clase dominante y sus fuerzas armadas, su aparato represivo en general, su maquinaria masiva de destrucción y muerte. Pero este peso de la clase media también es muy real, no obstante el socavamiento de las condiciones de importantes sectores de la clase media. Todo esto es muy contradictorio, y tenemos que tratarlo de una manera estratégica, y no de una manera determinista según la que, una vez más, “lo único que es posible es lo que existe”. Pero, ¿vemos debajo de la superficie? ¿Vemos las contradicciones? ¿Vemos el movimiento y el desarrollo? ¿Vemos dónde... quizá estén las posibilidades en el futuro, las direcciones contradictorias en que las cosas podrían encaminarse y cómo podríamos actuar —y necesitamos actuar, y de hecho, debemos actuar— sobre esa situación a fin de transformarla en la dirección en que tiene que ir?

Así que, en términos de la posibilidad de una revolución, nunca la vamos a ver sin romper con la lógica autocontenida y la lógica determinista de simplemente ver las cosas como son y luego dejarnos llevar por la idea de que las cosas solamente podrían continuar tal como están. ¿Por qué? Porque así son las cosas. Ahora, cuando se expresa así, parece una obvia tautología, pero ese es el modo de pensar en que la mayoría de la gente se ve envuelta. “Bien, no se puede hacer las cosas de esa manera”. ¿Por qué no? “Porque no se hacen las cosas así”. ¿Por qué no se hacen así? “Bien, porque se hacen de otra manera”. Quiero decir, cuando lo desmenuzamos, así en realidad es el contenido de muchos de los argumentos de la gente. ¿Y si no aceptamos que las cosas tienen que ser así? ¿Y qué tal si hubiera condiciones materiales en el mundo que indicaran que existiera la posibilidad de que fueran radicalmente diferentes? ¿Y luego, que?

Bien, ahora quiero tratar y tocar brevemente “¿Cómo podemos ganar?”, como una guía dinámica concreta y documento de trabajo. Y para subrayarlo... yo lo formularía — para enfatizar la forma en que hay que tratarlo como una guía dinámica y un documento de trabajo, lo diría así: hay que asumir y aplicar “Cómo podemos ganar” y retomarlo constantemente y explorarlo más profundamente —pero asumirlo y aplicarlo en todo lo que sucede— con la orientación de trabajar hacia atrás desde la tercera parte, de aplicar sistemáticamente la segunda parte, sobre la base de la primera parte.

Bien, ¿a qué me refiero? La tercera parte habla de cómo en realidad podríamos derrotar a ellos a la hora de la verdad, en condiciones radicalmente diferentes con el surgimiento de una situación revolucionaria y un pueblo revolucionario que cuente con millones de personas — simplemente para enfatizar eso. Pero al hacer una proyección hacia la posibilidad de esas condiciones, habla de cómo podríamos derrotar a ellos y establece ciertos principios concentrados. El objetivo, después de todo, es hacer una revolución, y para hacer una revolución, sí es necesario derrotar a ellos. Así que tenemos que trabajar desde eso hacia atrás. Aspiramos a hacer eso, y si no hacemos eso, lo demás que hacemos en última instancia —no en cada punto del camino, pero en lo fundamental, en última instancia— no resultará en nada. Eso implicará hacerle unos retoques al sistema y dejarlo tal como es. Así que en realidad tenemos que alcanzar el punto en el que haya una buena oportunidad de ganar, con millones de personas que luchen por la revolución en una situación revolucionaria.

Así que al trabajar desde eso hacia atrás, tenemos que aplicar sistemáticamente la segunda parte de “Cómo podemos ganar”, lo que es lo que debemos hacer ahora. ¿Cómo vamos a ponernos a ejecutar una estrategia y sus diversas dimensiones y manejar esto de manera estratégica, como comandantes estratégicos, a fin de aplicar esto como una estrategia para que todas las partes componentes se refuercen mutuamente a un nivel estratégico? ¿Y en qué se basa eso? No se basa en alguna idea fantasiosa de que sería bonito tener una sociedad diferente y que, dado que eso sería bueno, deberíamos someter a todos a todas las cosas que tienen que contribuir a lograr eso, con todos los trastornos y todo el trastrocamiento radical inclusive, y sí, toda la destrucción que descargarán de forma abrumadora las fuerzas del viejo orden que aún se resistan de manera despiadada. No. No se trata de eso. No se trata de que tengamos una bonita idea y vamos a someter a todos a todas esas cosas debido a esa bonita idea que no tiene ninguna base en la realidad. No. Se debe a que necesitamos una revolución, y a por qué necesitamos una revolución — lo que retoma lo que yo decía antes en términos del mundo tal como es, lo que está concentrado en los 5 Altos, los horrores de todo eso, el peligro muy real para la humanidad que eso está planteando y la posibilidad de una transformación radical hacia algo que es muchísimo mejor. No es sólo es mucho mejor, sino que es mejor en términos cualitativos, es un mundo de un tipo completamente diferente — cuya base existe en las contradicciones del mismo mundo en que vivimos hoy, lo que incluye a las personas que se ven envueltas en esas contradicciones.

Así que se trata de utilizarlo sistemáticamente como una guía dinámica y un documento de trabajo, de trabajar desde la tercera parte hacia atrás, aplicando sistemáticamente la segunda parte, sobre la base de la primera parte — sobre la base de por qué existen una necesidad y una posibilidad para una revolución en primer lugar, y la deseabilidad de una revolución. Y en este contexto quiero decir unas pocas palabras sobre Chicago.

Nos hemos concentrado un trabajo en Chicago porque esta ciudad objetivamente ha llegado a ser un punto de concentración de muy importantes enfrentamientos sociales y contradicciones sociales. La clase dominante, como tal, está aprovechando la situación en esta ciudad como un ariete para aumentar muchísimo la represión asesina que aplica a las masas populares que están concentradas en las zonas pobres marginadas de las ciudades en particular, pero también como una arma ideológica que ha venido desarrollando durante décadas —que no es muy distinta a la cita sobre la esposa y directora de campaña del congresista por allá a fines del siglo 19, y en esencia es lo mismo— que dice que estas masas son una manada de animales salvajes. E incluso algunas masas nos dicen: “Ya son un caso perdido, intentan alistar a niños de cinco años de edad. Estos chicos, al cumplir la edad de la adolescencia, ya son un caso perdido”. No. No lo son, pero para ganárselos a la revolución, se requerirá una lucha muy intensa y feroz. Pero todavía se piensa... fíjense que durante décadas se ha venido hablando así de estas masas por medio de toda la cultura, todas las series policíacas en la televisión, todo lo que los políticos han hecho. Presentan a estas masas como bestias salvajes, como dijo esa mujer.

Y seguía pensando para mis adentros: ¿Cómo diablos siguen saliendo estos jurados que dejan salir a estos cerdos policías en la impunidad, o se niegan a condenarlos, uno tras otro, a pesar de las pruebas contundentes del asesinato a sangre fría directamente ante sus ojos? En parte, se debe a las personas la que seleccionan para los jurados, y en parte se debe a que la fiscalía no procesa y además acepta los criterios, limitadísimos —de si el policía tuviera un temor legítimo por su vida o lo que sea— en los que el racismo es una parte codificada e institucionalizada. “Si soy policía y odio a los negros, bueno, pues cada vez que veo a uno de estos jóvenes negros, le tengo miedo porque lo odio, y por eso puedo hacerle todo lo que me dé la gana”. Y luego los fiscales aceptan eso e intentan trabajar con esa lógica básica, tratan de trabajar según esa lógica. Y es sabido lo que dicen los jueces... el sesgo que les dan a las cosas. Pero de todos modos en el caso de estos jurados... ¿cómo es posible que no voten por una condena, pese a todo eso? Porque las personas que llegan a estar en estos jurados, en particular, han estado condicionadas durante años y décadas en la manera de ver esto: “Si no dejamos que estos policías hagan lo que tienen que hacer, estas bestias salvajes van a desmandarse, van a entrar en nuestro vecindario y violar a las mujeres y quemar todo y robar todo y matar a todos”. Así es su forma de hacerlo. Están usando a Chicago como un gran ariete y un gran mazo ideológico para ir a mayores extremos con eso, como parte, en la práctica, de aumentar muchísimo la represión, la represión asesina. Se trata de nada menos que una represión asesina con dimensiones genocidas, sí, verdaderas dimensiones genocidas.

Y así lo hemos reconocido. Este es un reto que la clase dominante ha lanzado, y obviamente es un reto que tenemos que asumir y transformar. Y nadie más va a hacerlo — y eso no se debe a una naturaleza humana que tenemos que es distinta a la de otras personas, sino a que la gente no tiene la ciencia. No tiene la ciencia para reconocer cuál es la situación actual, cuál es la situación contradictoria. Sí, cuáles son los factores muy negativos, como las cosas en que las personas están metidas — no sólo lo que hacen, sino su manera de pensar, y las cosas con las que hay que luchar de una manera muy convincente y con mucha ferocidad de modo que rompan con eso y para lograr que realmente se pongan a la altura de su potencial de ser emancipadores de la humanidad, de ser la columna vertebral de una revolución cuyo objetivo sea la emancipación de toda la humanidad. Y además, una vez que entremos en esto, jamás vamos a dejar de llevar esta lucha por todo el camino. Tenemos que perseverar en esta lucha hasta el final por lo que representa, objetivamente, lo que acabo de mencionar. Y, además de eso, tenemos que perseverar en esta lucha hasta el final porque hemos ido a las masas y les hemos dicho que lo vamos a hacer. ¡Y maldita sea, nunca vamos a dejar de hacer eso!

Bien, eso no soluciona los problemas. Eso es solamente un punto básico de orientación fundamental, y luego tenemos que ponernos a trabajar sobre los problemas — lo que sí lo estamos haciendo. Pero diré, por el lado positivo, aun cuando hagamos los adelantos cualitativos iniciales para atraer e incorporar a una masa crítica, particularmente entre las y los jóvenes, que se ganen a esta revolución y no simplemente se pongan la camiseta un buen día — es decir, la camiseta “Habla BA: ¡REVOLUCIÓN, Y NADA MENOS!”, y se la quiten al día siguiente —lo que sí representa algo— pero que en realidad le entren a fondo a esto y en realidad no sólo estén dispuestos, sino que estén prestos para salir a luchar con los demás acerca de “tenemos que estar con esto”, y tengan la visión —una visión con bases científicas, y no una visión que se inventa en la cabeza de alguien que no tiene nada que ver con la realidad y está en conflicto con la realidad, sino una visión con bases científicas— de cómo podríamos llegar a tener un mundo radicalmente diferente en el que la gente no tenga que soportar todo este sufrimiento y horror innecesario que a diario obligan a la gente no sólo en Estados Unidos sino en todo el mundo a soportar. A medida que abramos verdaderas brechas al respecto, pues, como se sabe, la lucha se va a intensificar mil veces. Y tenemos que estar preparados para eso. Tenemos que estar prestos, como dijimos una vez, para estar en la lucha para toda la cosa. Tenemos que estar listos a luchar en todo el camino hasta el final. Para nada es que esto se trate del conjunto de la revolución, pero sí es un punto de concentración crucial de la lucha por la revolución en esta sociedad y en este mundo. E incluso en todo el mundo la gente sabe acerca de Chicago.

Así que piense en el lado positivo. ¿Qué va a representar cuando el estandarte de la revolución —en un sentido real, y cuando unas personas reales de hecho enarbolen y luchen por ese estandarte entre otras personas similares y salgan a sectores más amplios en la sociedad y luchen por dicho estandarte— qué va a representar en un sentido positivo cuando eso surja y se plasme y se emprenda la lucha para que no resulte suprimida? Nada más quiero enfatizar que esto es lo que está en juego en esta batalla. No representa todo lo que estamos haciendo, ni siquiera todo lo que estamos haciendo entre las masas básicas, pero sí es un punto de concentración y conlleva enormes peligros y oportunidades e implicaciones.

A continuación, quiero decir algunas cosas sobre la guerra civil potencial entre dos sectores de la población. Veo que los reaccionarios, los fascistas, constantemente hablan de esto y se preparan para esto de una manera concreta. Y si las cosas se desarrollan más plenamente, esto va a llegar cada vez más a ser un rasgo, no sólo del futuro, sino de la lucha actual. Y ya lo es. Vi, en mi lectura de los informes sobre las manifestaciones de Rechazar el Fascismo del 15 de julio, que era necesario desarrollar lucha sobre esta cuestión: ¿temen salir las personas porque al ir a la estrella de Trump (o lo que sea) en Los Ángeles, los fascistas van a estar ahí para defenderla? En Houston (los fascistas) dicen que van a acudir con armas para enfrentar las manifestaciones. Esto va a aumentar cada vez más. ¿Y las personas van a forcejear sobre esto hasta el final y reconocer que si capitulan ante esto, las cosas sólo van a ir de mal en peor? Es necesario convencer a las personas a que se ponga de pie en contra de esto. Así que esto se expresa en formas embrionarias ahora, en términos de la guerra civil potencial entre los diferentes sectores de la población — el lado reaccionario, y el lado positivo y en última instancia revolucionario de la población. Pero la forma en que se desarrolla esta lucha ahora — para que quede claro, no me refiero a luchar en términos militares. Pero la forma en que se desarrolla la lucha política ahora y el que las personas se pongan de pie contra esto, y el que, sí, se defiendan cuando caigan bajo ataque, que no inicien un ataque, sino que se defiendan cuando caigan bajo ataque, el que se nieguen a retroceder — pues, todo esto conlleva peligros y oportunidades reales y consecuencias reales en términos del rumbo que vaya a tomar la sociedad y el que, en primer lugar, se pueda expulsar a este régimen fascista, y luego, más allá de eso, el que se pueda crear una sociedad radicalmente diferente por medio de una revolución.

Y sobre este tema, sí quiero decir algunas palabras sobre el papel de las y los jóvenes, especialmente provenientes de las masas básicas. Ahora bien, sé que Farrakhan tiene este dicho, siempre posa como el general cuyo ejército no está listo: “Quiero darles dirección”... (También dice: “Justicia o verás” — pero en realidad dice, o no verás nada... Pero, de todos modos, dice), “Quiero darles dirección, pero no están listos para que les den dirección. Tienen que dejar de hacer todas estas cosas malas que están haciendo porque no puedo darles dirección. No están listos para que les den dirección. Tienen que dejar de hacer todas estas cosas malas y tienen que meterse en toda esta mierda reaccionaria que estoy promoviendo. Y así, yo les dará dirección.” ¿Adónde es a que él los va a dirigir? — pues eso es otro asunto. Pero sí existe un fenómeno real. Se podría hacer un llamado a estos jóvenes que se están matando unos a otros: “Dejen de hacer eso, salgamos a hacer frente a estos verdaderos malditos a los que hay que hacer frente”. Pero eso no conduciría a un buen resultado, en este momento, porque es necesario que la gente se transforme, que la gente luche contra el poder y se transforme a sí misma y se transformen grandes grupos de personas en olas crecientes para la revolución. Y de eso no se trata Farrakhan: “Primero ustedes tienen que ser perfectos, de acuerdo con mi visión pervertida de lo que es perfecto, y luego tal vez yo les dirija hacia algún lugar al que no necesitan ir y no deben ir. Pero ustedes todavía no están listos”. No se trata de una transformación así, pero sí tiene que haber una transformación de la gente.

Tienen que asumir los Puntos de Atención para la Revolución, incluso los puntos que concentran fuertemente las cosas entre las masas — como el segundo punto sobre las mujeres, si no recuerdo mal. Y el sexto punto. ¿Cómo rompemos con esta venganza? Leía un artículo interesante sobre Mosul en The New York Times Magazine en que se plantea esta cuestión de la venganza con uno de los oficiales militares iraquíes… fíjense que esto es perverso… los que han librado esta batalla de devastación y destrucción en Mosul. Pero se planteó la cuestión de la venganza, porque ha habido muertes en todos los bandos de este conflicto sectario religioso. Y uno de estos tipos dijo: “Tenemos que dejar de lado la venganza, de lo contrario todos saldrán muertos”. Y eso encierra cierta verdad, no en la manera en que él lo dice, sino en términos de las masas, en particular la juventud. Tenemos que romper con eso — no sólo para que no resulten muertos todos, sino para que podamos llegar a un lugar completamente diferente en Estados Unidos y en el mundo. Y sobre la base de eso, estos jóvenes pueden pasar a las primeras filas. Sobre la base de luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución, pueden pasar al frente y ser una fuerza que puede estar en las primeras líneas de hacer retroceder a estos fascistas. No me refiero a atacarlos. Una vez más, el punto seis dice que no iniciamos la violencia. En la etapa actual de las cosas, no iniciamos la violencia y nos oponemos a toda violencia entre las personas y contra las personas. Pero eso no quiere decir que las personas no tengan el derecho de defenderse en los casos en que no inician la violencia; si la violencia ilegítima está dirigida en su contra, tienen el derecho de defenderse. E incluso tienen el derecho de ser... además de la cuestión de la defensa física propia cuando uno esté bajo ataque, se trata de ser una fuerza revolucionaria audaz que le da firmeza a la gente, lo que en lo fundamental es de aún más importancia. Así que eso es algo más acerca de lo que pensar en términos de cómo luchamos con la gente y a cuáles posibilidades excelsas elevamos su vista.

Y quiero decir unas palabras, antes de pasar al punto final de esta parte, sobre la Constitución para la Nueva República Socialista. A menudo decimos que se trata de la aplicación sistemática del nuevo comunismo, de una visión panorámica y una guía concreta para una sociedad y un mundo radicalmente diferentes y verdaderamente liberadores. Y esto es cierto. Pero es necesario entender esto bien en términos de cómo y por qué eso es así, y es necesario asumirla como tal.

En este contexto, quiero leer lo siguiente de EL NUEVO COMUNISMO, sobre esta Constitución: “Algo que es preciso entender firmemente acerca de esta Constitución para la Nueva República Socialista, en términos sumamente fundamentales, es que en esta Constitución se trata una contradicción muy profunda y muy difícil: la contradicción de que, por un lado, la humanidad sí de veras necesita la revolución y el comunismo; pero, por otro lado, no toda la humanidad quiere eso todo el tiempo, inclusive en la sociedad socialista”. Además, he aquí una frase muy importante: “Por lo que esta Constitución está estructurada de una manera que proporciona los métodos y medios básicos para manejar esa contradicción…. Hay que llegar al comunismo, pero no se hará intimidando con fusiles a las personas en una marcha forzada hacia el comunismo. Es necesario que las ganemos de manera continua para hacerlo, luchando por abrir brecha en medio de todas las contradicciones que surjan, incluidas las que los enemigos coloquen en nuestro camino o aticen con el fin de hacer que las personas se pongan en nuestra contra”.

Quiero subrayar esta frase: “Por lo que esta Constitución está estructurada de una manera que proporciona los métodos y medios básicos para manejar esa contradicción”. Y es muy crucial captar a fondo lo que esto expresa de una manera muy concentrada, para poder entender las dimensiones generales de lo que esta Constitución en realidad está haciendo y lo que es — tanto lo que está en su centro como sus muchas dimensiones particulares diferentes, y la forma en que todas están articuladas y todas le sirven a ese propósito, de manejar esa contradicción muy básica y toda su complejidad.

Y he aquí unas palabras sobre cómo en realidad se desarrolló esta Constitución. En cierto momento, volví a leer muchas cosas, de la Carta Magna a la República de Platón y la Constitución de los Estados Unidos, a la Declaración de los Derechos del Hombre de Francia y otros documentos similares y luego algunas constituciones de la Unión Soviética cuando era socialista y de China cuando era socialista. Y eso era importante — eso es lo que hice justo antes de sentarme a dar la lucha concreta por desmenuzar y resolver las contradicciones en la teoría y encarnarlas en esta Constitución. Pero de una manera aún más fundamental que eso, lo que hice fue volver a examinar, en repetidas ocasiones, de hecho en el transcurso de varios años, lo que logré identificar como algunas de las importantes contradicciones que tal constitución necesitaba tratar, como aquella que acabo de identificar, en la cita de EL NUEVO COMUNISMO. Y, en particular, ¿cómo se debería aplicar el núcleo sólido y la elasticidad basada en el núcleo sólido — en una constitución de este tipo? ¿Cómo se aplica al estado? ¿Cómo se aplica a la sociedad civil y a las relaciones entre las personas, así como a sus relaciones con el estado? ¿Cómo realmente se institucionaliza la dirección que se requiere y el entendimiento concentrado en tal dirección que se requiere para que la sociedad avance hacia donde tiene que ir, y al mismo tiempo cómo se institucionaliza la disposición de los medios para que muchas personas diferentes de diversos puntos de vista e inclinaciones puedan ser parte de este proceso, mientras que el proceso siga avanzando hacia donde tiene que ir? Éstas eran las contradicciones con las que yo bregaba en repetidas ocasiones.

Hasta armé pequeños diagramas, los que luego se tradujeron en disposiciones concretas en la Constitución — como, bueno, he aquí al Partido, un diagrama para que el Partido... ¿cuáles son las instituciones las que el Partido en realidad necesita para dirigir? El aparato jurídico, los tribunales, el poder ejecutivo, las instituciones de defensa y seguridad. Pero ¿cómo hacer eso de una manera que no sea simplemente lo mismo de lo que se nos acusa de hacer? Por ejemplo, Ajith, en su polémica, dice: “Bueno, estas cosas de que el Partido es... que tiene que ser fiel a la Constitución o tiene que acatar la Constitución — eso no significa nada, porque el Partido puede suspender la Constitución”. Bueno, no. En realidad no dice eso. En esta Constitución, el propio Partido no puede tomar esa medida. Tal como dispone bajo los derechos del pueblo, en el Punto H, donde dice que en situaciones de emergencia, donde de hecho corre peligro la existencia de la República, podrían suspenderse ciertos derechos, hay muchas disposiciones sobre la forma de hacerlo de cierta manera y la forma en que tiene que haber supervisión, para que no sea simplemente arbitrario. Pero no es el Partido que hace eso. Hay mecanismos institucionalizados para la forma de hacerlo en que no se trata de que el Partido simplemente actúe de manera unilateral y actúe deliberada y arbitrariamente sobre la base de que no está de su agrado algo que ha sucedido. Así que se dio mucha lucha sobre la forma de manejar en realidad el núcleo sólido y la elasticidad basada en el núcleo sólido — sobre la forma de institucionalizarlo en realidad para que haya una base muy fuerte para dirigir las cosas por el camino en que tienen que ir y, por otro lado, para que haya este gran proceso de mucha efervescencia, mucha diversidad en el pensamiento, mucha diversidad en la cultura, incluso en términos del nivel a que habrá apoyo para estas cosas las que se oponen al camino por el que las cosas tienen que ir.

Y al repasar esta Constitución, se puede ver la tensión sobre la que se está trabajando — la tensión objetiva sobre la forma de manejar esa contradicción. Eso es lo que tiene tanta importancia en esta Constitución — que trata esa contradicción que mencioné, en la cita de EL NUEVO COMUNISMO, pero la está tratando en todos los múltiples sentidos y en las muchas maneras distintas en que esto va a surgir, al anticipar lo más que sea posible —porque, por cierto, no se puede anticipar todo— pero al anticipar lo más que sea posible y en una medida muy grande, todas estas diferentes contradicciones, las contradicciones específicas que realmente vuelven a la cuestión del núcleo sólido y la elasticidad basada en el núcleo sólido. ¿Cómo va la sociedad hacia donde tiene que ir, pero por otro lado este no es un proceso de hacer que avance a marchas forzadas, y hay mucha diversidad y mucho forcejeo e incluso mucha oposición en todo el camino, pero todo puede ir hacia donde tiene que ir si se hacen las cosas correctamente. No se trata de una institucionalización en el sentido de que el proceso se vuelve automático, sino de que se dispone de medios institucionales para la forma de desarrollar la lucha sobre esas contradicciones y resolverlas. Y de veras es necesario entender esto. Déjeme hablar un poco sobre la forma en que abordé esto porque creo que aclara más lo que concretamente está encarnado en esta Constitución y de qué tan importante lo es, con qué en realidad está lidiando, y toda la forma radicalmente diferente a la manera en que esto se ha tratado antes. No digo que rechace toda la experiencia anterior (de la sociedad socialista) ni digo que fuera una experiencia principalmente negativa, sino que constituye un salto radical, y en ciertos sentidos está rompiendo con algunas cosas, como hemos dicho. Así que simplemente quiero enfatizar ese punto, y es muy importante manejar esta Constitución con un entendimiento de ese tipo y desarrollar la lucha para superar todas las mezquinas objeciones y lo que sea a fin de realmente lograr que las personas discutan: éste es el tipo de sociedad el que tenemos en mente, esto es lo que tenemos la intención de hacer. Y no estamos imponiendo nuestra voluntad unilateral a todos, pero esto sí tiene un rumbo, porque ése es un rumbo por el que las cosas tiene que ir, y al mismo tiempo está previendo, encarnando e institucionalizando un proceso dinámico lleno de contradicciones y lleno de diversidad y oposición y lucha como parte necesaria de ese proceso.

Ahora, antes de pasar a la última parte del discurso, quiero hablar de lo que representa el régimen fascista de Trump y Pence — cómo oponérsele y cómo esto se relaciona con el objetivo estratégico fundamental de la revolución.

En primer lugar, es importante identificar al régimen de Trump y Pence. Volveré a esto un poco más y cómo esto se presenta en el trabajo y lucha específicos en Rechazar el Fascismo y lo que se propone hacer. Algo, es decir una parte importante de todo este panorama, que creo que debemos entender, y podemos entenderlo en parte en términos de analogía histórica, es lo que podríamos llamar —ya que Trump es el “maestro del trato”, según él— el trato de Trump con los fascistas cristianos. Fíjense que creo que es muy importante que entendamos lo que pasó aquí con Trump y particularmente esta dimensión. Si examinamos el historial de Trump, él solía estar a favor del derecho a decidir sobre el aborto, muchos de sus puntos de vista no concordaban con los del Partido Republicano y en particular con los fascistas cristianos. El racismo, la descarada misoginia — sí concordaban. Pero muchos puntos de vista suyos no concordaban con la posición de ellos. Y, en un cierto momento, ambos lados, desde sus propios puntos de vista, reconocieron algunas cosas importantes. Trump, creo que es justo decir, no pudiera haber ganado las elecciones si los fascistas cristianos no sólo hubieran — no sólo si se le hubieran opuesto, sino si no hubieran tenido entusiasmo por él. Y se podría preguntar: bueno, ¿por qué él? Ted Cruz está mucho más en correspondencia con estos fascistas cristianos, y él es mucho más un lunático fascista cristiano. Él está al centro de esas cosas. Según su punto de vista, ¿por qué no Ted Cruz? Porque en cierto momento —y esto se analiza en los artículos de La guerra civil que se perfila— no se puede seguir tendiendo un señuelo ante estas fuerzas fascistas, y en particular ante los fascistas cristianos, acerca de que se va a hacer esto y lo otro, como eliminar el aborto y suprimir a la gente gay y todas las cosas de este tipo. No se puede seguir tendiendo ese señuelo y nunca cumplir y dar resultados, y en cierto momento si no se cumple, ellos van a romper con eso. Y en cierto sentido eso es lo que ha sucedido. Trump se postuló en las elecciones primarias republicanas, pero en realidad él no era del Partido Republicano. Y estas fuerzas (como se sabe, Jerry Falwell, Jr. y todos estos otros tipos) no se pusieron en contra de él —incluso cuando salió la grabación de Hollywood Access en que Trump habla de agarrar coños— debido a lo que Trump representaba para estas fuerzas, y porque estas fuerzas reconocían: “Aquí está alguien que opera fuera de las reglas generales y de la manera que esto se hace en el ‘pantano de Washington’, quien sí cumplirá y dará resultados. Así que a pesar de que Ted Cruz se parece más a lo que nosotros representamos, a una medida muy grande Cruz ha formado parte de esa dinámica de Washington. Trump opera fuera de esa dinámica. Trump en realidad cumplirá y dará resultados”. Y Trump, por su parte, reconoció que si no lograra conseguir el apoyo de estas fuerzas, no iba a ser capaz de ganar.

Esto trae a la mente la analogía histórica al trato que Hitler hizo con el ejército en 1934. Hitler llegó al poder, pero durante mucho tiempo el ejército en realidad no estaba bajo su mando. Todavía estaba bajo el mando más tradicional. Y en un cierto momento, Trump (más bien me refiero a Hitler) amarró un trato en 1934 con el ejército. El ejército pasaría a estar bajo su mando y, a cambio, él desmantelaría a los Soldados de Choque, los SA, las camisas pardas — algo que sí hizo. Y aquí hay una cierta analogía a Trump y a los fascistas cristianos: Trump adoptó su programa. Veamos a quién nombró a la Corte Suprema, a un lunático fascista cristiano, a Gorsuch. Y veamos a quiénes está nominando.... está haciendo lo que dijo que iba a hacer, en cuanto a los principales puntos programáticos. Él está cumpliendo con lo que estas otras personas no cumplían y no daban resultados para ellos porque todavía estaban “jugando según las reglas” de la política burguesa tal como de costumbre se ha hecho. Así que es importante entender esto.

Claro que Pence es un eje crítico de esta alianza, en esta unión entre lo que representa Trump —sus propias ambiciones personales y todo lo relacionado con eso— y los fascistas cristianos, y programáticamente lo que él (Trump) ha adoptado con el fin de lograr lo que se está proponiendo y con el fin de seguir adelante con ello. Y es por eso que las instituciones burguesas establecidas, especialmente las que están más al centro de las cosas, como la CNN, el Partido Demócrata y así sucesivamente, siguen planteando analogías históricas que no resultan o que sólo resultan en parte. Ya se conoce lo que siguen diciendo: “Él no puede hacer eso, no se hacen las cosas así”. Pero luego él lo hace porque no está jugando según esas reglas. No está trabajando en el marco de las normas tales como han existido. Va directamente contra ellas, precisamente como parte importante de lo que está haciendo. O sea, ¿alguna vez se ha sabido de alguien que tuitea todas estas cosas — no sólo las cosas estúpidas, sino las cosas muy fascistas, como los ataques a otras personas en las estructuras gobernantes? Por ejemplo: Comey es un chiflado, Adam Schiff es un político demócrata ruin. Es decir, quién ha oído hablar de alguien que hace eso — eso no concuerda con las normas. Esto es una parte importante de lo que Trump está haciendo. Y Pence es un verdadero eje de esto, aglutinando a los fascistas cristianos — o es la bisagra que los une, si se quiere continuar con la analogía: Trump y lo que él representa y particularmente los fascistas cristianos. Y cabe señalar lo que se citó de Andrew Sullivan por el tiempo en que se publicó el suplemento sobre Clinton, La verdad sobre la conspiración derechista… y por qué Clinton y los demócratas no son la respuesta, donde se dice: hoy día algunas personas dicen que el elemento fundamentalista religioso de esta cosa derechista no es lo que está de moda, se trata de los conservadores fiscales que quieren recortar los programas sociales, reducir las prestaciones para la gente, reducir los impuestos para los ricos, etc. — son ellos los que tienen la iniciativa. Y se señaló: Bueno, quizá eso sea algo muy temporal, pero en un sentido general, estos fascistas cristianos son los que más están estableciendo los términos en toda esta cosa fascista. Y Sullivan señaló: Incluso las personas que son conservadores fiscales — él escribió esto hace casi 20 años, pero es aún más cierto ahora— incluso aquellos que son conservadores fiscales tienen que presentar su programa envuelto en este lenguaje de este fundamentalismo cristiano. Así que esto es un punto importante que hay que entender. Y volveré a la cuestión general de: Bien, si nos deshacemos de Trump, pues nos tocará Pence, lo que podría ser aún peor.

Creo que es importante identificar lo que podemos llamar la tríada del fascismo, es decir, la afirmación agresiva irredenta de la supremacía blanca, la supremacía masculina y la supremacía pro Estados Unidos (o el racismo, la misoginia y el patrioterismo xenófobo belicoso, si se quiere usar otra terminología), reforzada con una oposición desafiantemente —y no irredenta pero desafiantemente— ignorante y beligerante hacia la ciencia y al pensamiento racional, en combinación con la aserción igualmente ignorante y beligerante de la “superioridad de la civilización occidental”, como se evidenciaba en el reciente discurso de Trump en Polonia. Y una vez más, en referencia a lo que leí del libro de Jackson Lears, The Rebirth of a Nation, sobre las cosas a principios del siglo anterior, hace más de 100 años, se puede ver claramente el entrelazamiento y el reforzamiento mutuo de todo esto.

Aunado a esto, se tiene la intimidación fascista — tanto la intimidación física como la intimidación intelectual: las tropas de choque de cabeza hueca, junto con reclamos perversos de victimización y racionalizaciones irracionales para las atrocidades. Piénselo: Estas tropas de choque —es decir, los Guardianes del Juramento, el Ku Klux Klan y demás personas así, los Muchachos Orgullosos, o como quiera que se les llame— están allá en la sociedad, en las calles con fusiles, y así sucesivamente. Y hay videos de la NRA (Asociación Nacional del Rifle) que básicamente llaman a la gente a participar en una guerra civil contra todo lo positivo en la sociedad. Pero también están las Ann Coulter y otros de su calaña en la sociedad con su intimidación intelectual, que presentan a los fascistas cristianos y a otros fascistas a la vez como las víctimas. De alguna manera estas personas —cuyos representantes están en el poder, con un régimen fascista que ejecuta su programa— pues, son las víctimas, son los cristianos en el Coliseo donde están soltando a los leones en su contra. ¿Por qué? Bueno, hay un libro escrito por este tipo —se llama, no se llama Jimmy Kimmel, es otro Kimmel (Michael Kimmel)— que se titula Angry White Men (Hombres blancos furiosos). Y él hizo una declaración que creo que habla de una buena parte de este tipo de resentimiento movilizado, este derecho a privilegios frustrados. Dice: Si uno se ha encontrado en una situación —se refiere a los hombres que se sienten agraviados en estos días porque “las perras [mujeres] están logrando hacer todo a su favor”— si usted está acostumbrado a tener todo 100% a su favor, y luego se le reduce al 75%, supongo que le parece que uno es objeto de persecución. Y eso es esencialmente lo que está sucediendo aquí. Ha habido ciertas concesiones a la lucha contra cosas como la supremacía blanca, y diferentes formas del patriarcado, y así sucesivamente. Así que estas personas tienen la sensación que estas concesiones menores están socavando, reduciendo y destrozando su derecho desde el nacimiento a la superioridad — aunque no todas estas personas sean ricas y poderosas, algunas de ellas sí lo son. Creo que es muy importante entender esto. Luego están las racionalizaciones irracionales de las atrocidades. O sea, veamos a Ann Coulter —pura irracionalidad, pero al servicio de horrorosas cosas de todo tipo— la promoción y defensa de actos horrendos: entrar (en los países musulmanes) y matar a todos sus líderes, convertirlos a todos al cristianismo —una y otra y otra vez—, podemos citar estas cosas sin cesar.

Así que creo que es muy importante entender este fenómeno. Pero también quiero subrayar, una vez más, la importancia de no dejarse intimidar por este fenómeno, sino de oponerse audazmente a estos golpeadores fascistas en todos los ámbitos —inclusive en la esfera intelectual e inclusive los soldados de choque reales — pero, al mismo tiempo, de hacerlo como parte de un movimiento más amplio para expulsar a este régimen fascista, y desde nuestro punto de vista, en términos de lo que en lo fundamental se necesita, de hacerlo como parte de impulsar los 3 A Preparar: A preparar el terreno, a preparar al pueblo y a preparar a la vanguardia — a prepararse para el momento en que sea posible liderar a millones de personas para acometer la revolución, a toda máquina, con una buena posibilidad de ganar.

Es muy importante, en relación con todo esto y en general, manejar correctamente la contradicción entre la esencia del estado capitalista burgués, su esencia dictatorial y la apariencia de la democracia — la que, por otro lado, los fascistas están maniobrando para resolver a su manera deshaciéndose de la apariencia y pasando a una dictadura abierta grotesca. Y en todo esto, una vez más, podemos ver que la larga sombra de la esclavitud y la continua opresión del pueblo negro juegan un papel fundamental, inclusive en el régimen fascista de hoy. Entre otras cosas, se expresa mediante el aparato electoral normal. Esto incluye todo el fenómeno de la supresión de los votantes, lo que ha dado otro salto con esta comisión que supuestamente investiga el fraude electoral, que en realidad es una comisión para la mayor supresión de los votantes. Y se puede ver en la manipulación del proceso electoral a favor de las zonas y fuerzas conservadoras — es decir, las zonas y fuerzas con inclinaciones reaccionarias y fascistas. Yo vi en uno de estos programas —creo que fue en la MSNBC— que alguien decía que hay un análisis que dice que para el año 2030 (o algo así, pero de todos modos en un par de décadas), el 70% del Senado representará al 30% de la población, y el 30% representará al 70% de la población. Este es un fenómeno importante, porque, ¿es necesario que ellos eliminen todos los procesos electorales? Tal vez no sea necesario, porque las cosas ya están manipuladas a favor de estas zonas rurales y de los pequeños estados que también tienden a ser muy rurales (en muchos casos, aunque no en todos los casos). En tal caso, pues, no necesariamente se tendrá que eliminar todo el proceso electoral. Y por esa razón adicional —no digo que la razón más esencial, sino por esa razón adicional—, esta estrategia general del Partido Demócrata de “Vamos a voltear todas estas elecciones en 2018 y volver a ganar la Casa Blanca en 2020”, no corresponde a lo que en realidad está sucediendo. No digo que no haya posibilidades de que ellos ganen unas elecciones, si se celebran elecciones en esos años, pero aquí hay gato encerrado. Lo que, una vez más, si se piensa en lo que condujo a establecer el colegio electoral en primer lugar, y la forma en que está estructurada la representación en el Senado, y para colmo, la forma en que han manipulado los distritos del Congreso de modo que en ciertos casos haya un distrito... que mucha gente negra en una zona se encuentre en su inmensa mayoría en un distrito, y por otro lado, los demás distritos en la zona sean blancos... todas las cosas de este tipo son parte de lo que ellos han venido preparando durante décadas, lo que ya está dando otro salto.

Y tenemos que entender y luchar para que la gente entienda, la mentalidad nazi abierta de este fascismo y no sólo sus implicaciones sino sus intenciones conscientemente genocidas. Vuelvo a ese comentario, una vez más, de ese “congresista ruin”, Adam Schiff. Recuerdo haberlo visto hablando del Obamacare original (la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio, o lo que sea que ellos la llamen) cuando fue aprobado. Uno de sus electores se le acercó y le preguntó en qué sentido votó, y dijo que votó a favor de Obamacare. Y como eso obviamente era del desagrado del elector, éste le pregunta: “¿Por qué votó por él?” El congresista ofreció una serie de razones, y luego dijo: “Bueno, y además, una de las principales razones es que la gente ahora puede obtener el cuidado de salud el que de otro modo no podía darse el lujo de adquirir”. Luego, este tipo dijo: “¿Y usted cree que eso es algo bueno?” Adam Schiff dijo: “Sí. ¿Y usted, no?” Y el tipo dijo: “¡Para nada! Si esa gente no puede pagarlo, no debe tenerlo”. Ahora, piense en las implicaciones de semejante tipo sobre la mentalidad que se ha fomentado y azuzado entre sectores de la población en la forma de una fuerza fascista. Esta concepción del mundo depravada de que ciertas personas —entre ellas, obviamente, los negros, otros pueblos oprimidos, pero también la gente mayor, los enfermos, las mujeres, etc., especialmente aquellas que quieren tener anticonceptivos y abortos— que según estas fuerzas fascistas, esa gente es un lastre y una mancha en la sociedad y la civilización, y que, por lo tanto, se merece morir (o, lo que es lo mismo, no se merece vivir o tener asistencia para vivir).

Esta declaración, que aparece regularmente en revcom.us, concentra muchísimo y tiene gran importancia:

Los demócratas, junto con el New York Times y el Washington Post, etc., están buscando resolver la crisis con la presidencia de Trump de acuerdo a los términos del sistema actual y al servicio de los intereses de la clase dominante del sistema actual, que representan. Nosotros, las masas de personas, debemos avanzar a todo vapor y millones de nosotros debemos movilizarnos para resolver esto al servicio de nuestros intereses, al servicio de los intereses de la humanidad, los que son fundamentalmente diferentes y contrarios a los intereses de la clase dominante.

Esto es sumamente importante, y fue muy alentador leer sobre lo que sucedió en Los Ángeles cuando la gente fascista trumpista salió y chilló: “U.S.A., U.S.A.”, y la gente que estaba presente bajo la dirección de Rechazar el Fascismo coreaba: “¡La humanidad ante todo! ¡La humanidad ante todo!” — lo que ahogó, y de hecho por un tiempo corto silenció, a estos fascistas.

Ahora, también es importante continuar con la segunda parte de esta declaración:

Esto, por supuesto, no significa que la lucha entre los de arriba es irrelevante o no tiene importancia; más bien, la manera de entender y abordar esto (lo que hay que explicar repetidamente a la gente, incluido por medio de la lucha que se necesita y se lleva bien), está en términos de cómo se relaciona con “la lucha desde abajo” y cuáles oportunidades puede ofrecer, para la movilización de masas de personas en torno a la exigencia de que el régimen en su conjunto tiene que largarse, por su naturaleza y acciones fascistas y por lo que está en juego para la humanidad.

Los demócratas, y el sector de la clase dominante que por lo general está alineado con ellos, no ofrecen y no pueden ofrecer ninguna respuesta a este fascismo la cual corresponda a los intereses de la gente, de la humanidad, porque son parte del mismo sistema que ha creado las condiciones que engendraron y fomentaron este fascismo, y comparten intereses y supuestos fundamentales con el sector fascista de la clase dominante, sobre todo el grotesco chovinismo estadounidense. Esto sale repetidamente de todas estas instituciones de los medios de comunicación y del Partido Demócrata. Y lo único que hay que hacer es pensar en la Convención del Partido Demócrata de 2016 que nominó a esa halcón Hillary Clinton y pensar en la forma en que esto llegó a concentrarse, cuando no sólo el militarismo y los coros de “U.S.A., U.S.A.” salían desde el escenario, sino luego esto llegó a concentrarse cuando en cierto momento algunos de los delegados de Oregón, de ese estado me parece, en oposición a todo este patrioterismo y chovinismo a favor de Estados Unidos, comenzaron a corear “No a la guerra, No a la guerra, No a la guerra”, y la masa de los delegados los ahogaron gritando, “U.S.A., U.S.A., U.S.A.”. Así que simplemente pensemos en eso.

O pensemos en la cuestión de la mentira fundamental de la sociedad estadounidense — la mentira fundamental de que “uno puede salir adelante si hace el esfuerzo”. Ahora, pensemos en lo siguiente: En medio de las elecciones, una funcionaria de la campaña de Trump en Ohio fue obligada a dimitir —incluso una funcionaria de la campaña de Trump fue obligada a renunciar— porque dijo: Si usted es negro y se encuentra en Estados Unidos hoy y no está logrando salir adelante, pues es culpa suya, por no hacer un esfuerzo lo suficientemente duro, por no trabajar lo suficientemente duro. Estoy parafraseando, pero así es la esencia de lo que ella dijo. Por eso, tuvo que dimitir de la campaña de Trump. Porque lo expresó en términos muy negativos, porque le echó la culpa abiertamente a la gente. Pero quisiera que alguien me explicara: ¿Cuál es la diferencia en la lógica entre eso y la declaración de Barack Obama en su discurso de victoria electoral de 2012: la grandeza de Estados Unidos es que si uno trabaja duro, puede salir adelante? ¿Cuál es la diferencia en el contenido, en la esencia de lo que se dice, entre eso y lo que dijo esta mujer de Ohio de la campaña de Trump por lo que tuvo que renunciar? Es exactamente la misma afirmación, excepto que una se expresa en términos muy negativos, y el hombre de la “audacia de la esperanza” expresa la otra en términos muy “positivos, esperanzadores”. Pero es exactamente el mismo mensaje, porque ¿cuál es la lógica de: si uno trabaja duro en Estados Unidos y hace las cosas de la forma correcta, puede salir adelante? La lógica es: Si uno no logra salir adelante, no está haciendo las cosas de la manera correcta y no está trabajando duro — lo cual es exactamente lo que dijo la mujer de la campaña de Trump por lo que tuvo que renunciar. Así que podemos ver muchos otros ejemplos —podríamos repasar otros ejemplos, pero me estoy quedando sin tiempo, así que no lo haré— que comparten supuestos fundamentales debido a la naturaleza misma del sistema que representan.

Así que, en resumen, aunque ellos sí tienen diferencias y conflictos reales y en algunos sentidos muy agudos con el sector fascista de la clase dominante, por ejemplo sobre las normas de gobernanza política, sí constituyen una expresión y un instrumento del mismo sistema capitalista-imperialista que a diario produce en una escala masiva horrores para la humanidad y que ha regado este fascismo como respuesta a una situación que ha surgido, sobre todo y en lo más fundamental, de las contradicciones y dinámicas básicas de este mismo sistema que todos estos políticos y todas estas fuerzas políticas representan y al que sirven.

Ahora, mucha gente ha planteado: Si expulsamos a Trump —aquí quiero hablar de este tema—, pues simplemente nos tocará Pence, y si acaso, él es aún peor. Aquí cabe remitirnos a lo que se dijo anteriormente acerca del trato entre Trump y los fascistas cristianos, los que Pence simboliza y cuya perspectiva y programa (de los fascistas cristianos) él propaga y promueve agresivamente. Pero es importante entender que no se trata únicamente de expulsar a Trump y quedarse con Pence. Esa manera de ver las cosas, una vez más, todavía refleja que la forma normal de ver y hacer las cosas está limitando y agobiando demasiado a la gente, lo que es precisamente la trampa con la que muchos millones de personas tienen que romper. No se trata de deshacerse de Trump y quedarse con Pence, sino que se trata de expulsar al régimen de Trump y Pence en su conjunto. Se trata de una masiva y sostenida movilización y resistencia política desde abajo. Se trata de cambiar todo el panorama político, toda la situación política, cultura y ambiente en la sociedad. En el caso de que esto empiece a ocurrir a la escala y con la determinación que se necesitan y cuando se inicie, esto, a su vez, tendrá repercusiones significativas entre las fuerzas políticas gobernantes, lo que creará o ensanchará las grietas y divisiones entre ellas y obligará al menos algunos sectores de las fuerzas “liberales” de la clase dominante a dar la apariencia de reconocer la legitimidad de lo que exige esta movilización de masas, al mismo tiempo que se esfuerza por cooptarla y hacer que vuelva a los cauces y posiciones normales y “aceptables”. En respuesta a esto, a su vez, hay que utilizar las nuevas oportunidades creadas por todo esto, para atraer a un número aún mayor de personas hacia la movilización masiva y sostenida. Y hay que continuar, magnificar y acelerar esta dinámica general hacia el objetivo de realmente expulsar a este régimen antes de que pueda consolidar plenamente su dominio e implementar su programa. Para expulsar a este régimen, será necesario y crucial lograr todo esto, y la expulsión de este régimen en su conjunto de esta manera sentaría bases más favorables para generar un cambio aún más positivo a favor de los intereses no sólo de la gente en Estados Unidos que está tan harta de este régimen y se niega a aceptar a un Estados Unidos fascista, sino de toda la humanidad.

Lo último sobre este punto: la cuestión de cuál es la relación entre el objetivo principal ahora de expulsar a este régimen fascista y el objetivo fundamental de la revolución que necesitamos. Aquí tenemos que hablar muy brevemente sobre Naomi Klein y su libro Decir no no basta. Ahora, es muy significativo que ella tuvo que sacar un libro con ese título, a pesar de que no puso signos de exclamación alrededor del NO. Es muy significativo que ella tuvo que hablar de este NO. ¿Y qué es la respuesta a eso? La respuesta es, en primer lugar: el NO es necesario, vitalmente necesario. En otras palabras, en este momento es crucial expulsar a este régimen. Al mismo tiempo, el no no basta. Y la realidad es que —lo que tenemos que llevar a la gente de manera muy audaz y vigorosa, volviendo a la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte— es que existe una alternativa radical real y viable, más allá de expulsar a este régimen: el nuevo comunismo, la revolución cuya base es el nuevo comunismo y la Constitución para la Nueva República Socialista que éste ha generado.

En conclusión sobre este punto, podemos volver a la conclusión del artículo sobre la República de Weimar y lo que dice allí: que el ataque de las fuerzas fascistas a la República de Weimar, especialmente cuando estas fuerzas fascistas estén en el poder, es algo a lo que hay que oponerse; pero lo que hay que crear, en lo fundamental y en última instancia, no es la República de Weimar, ni una forma aún más grotesca y asesina de lo que representa la República de Weimar —es decir, la forma democrática-burguesa de la dictadura burguesa y el sistema capitalista imperialista que ésta refuerza—, sino la alternativa radical representada por la revolución, representada y encarnada en la nueva sociedad, la nueva sociedad representada y encarnada en la Constitución para la Nueva República Socialista y el objetivo final de un mundo comunista. Eso es lo que en lo fundamental y en última instancia tiene que reemplazar a la República de Weimar — y, en este momento, para lograr eso, el camino va por medio de la expulsión de este régimen y luego el desarrollo de la lucha hacia ese objetivo de una revolución y una sociedad radicalmente nueva.

 

 

Cuarta parte: Una vez más sobre el papel crucial de la dirección

Aquí, remito a la gente a la Cuarta parte de EL NUEVO COMUNISMO, en adición a lo que voy a decir ahora.

Como cuestión de orientación y enfoque fundamental, lo que se necesita son emancipadores de la humanidad, “prendidos por la revolución” y que quieren la revolución con tantas ganas como para tener un enfoque científico de ella; propagarla y luchar, de manera sistemática y audaz, para ganar a la gente hacia esta revolución; y no seguir a la cola de la gente, pero más bien dirigir a la gente, inclusive por medio de una lucha convincente pero camaraderil, para impulsar la consigna “Luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución”, e impulsar los “3 a Preparar”.

En este contexto, quiero hablar de algo que se menciona en una de las secciones de la Cuarta parte de EL NUEVO COMUNISMO — lo que se llama una pirámide de otro tipo. Quiero hablar de esto porque es importante y porque tengo la sensación de que, al menos en ciertos sentidos, ha habido una tergiversación (o un malentendido y una tergiversación) de lo que se dice ahí. No se trata simplemente de que al llevar a cabo trabajo político y discusión y lucha con diversas fuerzas de clase, es necesario nunca olvidar lo que es nuestra orientación-base y qué representamos en el sentido más completo —y no en un sentido seguidista— de que representamos los intereses fundamentales de los explotados y oprimidos del mundo y la necesidad de tener el comunismo para poner fin a esa opresión y explotación. Eso es muy importante, que al trabajar entre todos los diferentes sectores de la población, como debemos hacer, nunca debemos olvidar lo más fundamental y debemos tenerlo constantemente en mente. Pero si a eso se reduce el punto sobre la pirámide de otro tipo, saldrá distorsionado y viciado. Se perderá su verdadero significado — la esencia de lo que se dice aquí y las contradicciones que trata. Lo importante no es sólo que uno no debe olvidar lo que fundamentalmente representa y mantener esto constantemente en mente al ir entre todos los sectores de la población, sino que es necesario ir entre todos los sectores de la población, es necesario emprender discusión y lucha con las personas de todas las capas sociales diferentes, y es necesario participar en el ámbito de la ideología y la filosofía, por así decirlo, la teoría — es necesario hacer todo eso, y además debido a que es necesario hacer eso, por lo tanto es necesario nunca jamás olvidar lo que representamos, y es necesario luchar sistemáticamente para hacer eso con la perspectiva y el método científicos del comunismo tal como se han desarrollado más por medio de la nueva síntesis del comunismo. Eso es el punto sobre “la pirámide de otro tipo”, y si se pierde de vista esa primera parte, se reducirá y de hecho se convertirá en el economismo, y fomentará el economismo y seguirá a la cola de los oprimidos entre las masas. Se convertirá en una forma de reificación, de que uno se convertirá en un representante de esas masas en un sentido limitado, e incluso en un sentido seguidista. Así que quiero enfatizar ese punto. Es realmente importante que este punto, que es un punto muy importante, se entienda correctamente, en sus dimensiones completas y en toda la extensión de las contradicciones con que se trata, en particular esa contradicción entre la necesidad de ir entre todos los sectores de la población y participar en la lucha en el ámbito de la ideología y la teoría y trabajar en el ámbito de la teoría y la discusión y luchar con las personas que representan diferentes concepciones del mundo y, en última instancia, diferentes fuerzas sociales y diferentes intereses de clase — y en ese contexto y debido a la necesidad de hacer eso, nunca perder de vista lo que fundamentalmente estamos representando y al hacerlo, qué perspectiva y metodología es necesario aplicar de manera consecuente.

Lo que necesitamos —una vez más, algo que se subraya en la Entrevista a Ardea Skybreak, CIENCIA Y REVOLUCIÓN, así como en EL NUEVO COMUNISMO— son comandantes estratégicos de la revolución, que consecuentemente aborden todo desde la perspectiva estratégica de cómo trabajar sobre las contradicciones y luchar para resolverlas a fin de realmente hacer una revolución, de bregar continuamente con los problemas de la revolución, con el objetivo de avanzar hacia la emancipación de toda la humanidad con la realización del comunismo a escala mundial como orientación guía coherente. Y esto implica —entre otras cosas, otras cosas importantes— estar alerta y constantemente trabajar para sacar lecciones de los importantes acontecimientos en la sociedad y en el mundo, así como bregar con la teoría y profundizar nuestra comprensión y aplicación de la teoría y, en particular, el método — todo ello en relación al objetivo estratégico de la revolución y al objetivo final del comunismo a escala mundial.

Ahora, hablemos un poco acerca de esta cuestión de medir los importantes acontecimientos sociales y mundiales — de no tratarlos en algún sentido abstracto, sino de medirlos específicamente en relación al objetivo de la revolución, y aún más específicamente, a lo que se concentra en “Cómo podemos ganar”. Por ejemplo, un comandante estratégico de la revolución, al ver las denuncias y la realidad gráfica del horror en Mosul, pensaría no sólo en los crímenes del imperialismo, así como en los crímenes de estos yihadistas fundamentalistas reaccionarios, no sólo en la devastación causada por estas fuerzas, sino también pensaría en lo que podemos aprender de esto en términos de lo que se debe hacer o no hacer para realmente hacer una revolución que tenga que enfrentar a estas fuerzas, en particular a la masiva maquinaria de estos imperialistas. Por ejemplo, ¿qué claridad da sobre por qué, en la tercera parte de “Cómo podemos ganar”, habla de no controlar y gobernar de manera abierta el territorio hasta una etapa muy avanzada en la lucha general? ¿Qué tiene que ver la experiencia de Mosul con eso? ¿Qué se puede aprender de eso? ¿Por qué se encuentra este principio ahí? Fíjense que eso es algo en lo que pensaría un comandante estratégico de la revolución — para citar un solo ejemplo. No lo haría debido a que ésa sea la forma de lucha en la que estamos participando ahora. No estamos haciendo eso. Hemos señalado eso en muchas ocasiones. Hablamos —y esto se señala de manera muy explícita en la tercera parte de “¿Cómo podemos ganar?”— de una situación radicalmente diferente, cualitativamente diferente, con una situación en que se viene madurando una situación revolucionaria y en que un pueblo revolucionario está surgiendo que cuente con muchos millones de personas. Pero en términos estratégicos, tenemos que pensar en eso. ¿Qué tiene que ver esta lucha que se desarrolla en los niveles de la clase dominante de la sociedad — qué tiene que ver esa lucha con nuestros objetivos más inmediatos, pero de manera aún más fundamental, con nuestros objetivos estratégicos?

Recuerdo, hace mucho tiempo, a uno de estos jóvenes que era muy dogmático y, no es de sorprender, con el paso del tiempo, se alejó, pero que impresionaba a todos al memorizar muchas de mis obras — recuerdo que yo hablaba en una reunión con algunos de estos jóvenes, entre ellos esa persona, sobre algo que había leído en el New York Times. Y él dijo: “¿Por qué se molestaría siquiera en leer el New York Times?” Ese no es un comandante estratégico de la revolución. En términos metafóricos, no se trata simplemente de “hacer trabajo de reconocimiento sobre el enemigo” — en términos políticos ahora. Se trata de examinar todos los acontecimientos importantes de la sociedad y del mundo y cómo las diferentes fuerzas de clase les están respondiendo y tratando de trabajar sobre ellos, y lo que eso tiene que ver con nuestro objetivo estratégico y la aplicación de nuestra estrategia para avanzar hacia ese objetivo estratégico. Esto es lo que significa, y todos, de la persona más nueva en las filas de la revolución al líder más experimentado de la revolución, deberían hacer esto al nivel en el que son capaces en cualquier momento dado y deberían esforzarse constantemente por elevar su nivel, no solo en lo individual, sino como parte del proceso colectivo, para poder contribuir más plenamente. Este es un punto muy importante que quiero enfatizar acerca de los comandantes estratégicos — lo que eso significa y cómo se debe aplicar, qué enfoque hay que tener al respecto. Tenemos que pensar en términos de cómo en realidad vamos a hacer esta revolución, cómo en realidad vamos a trabajar por resolver las contradicciones y resolver los problemas de la revolución de ahora y por todo el camino hacia adelante. ¿Y qué tienen que ver con todo eso todos estos diferentes acontecimientos sociales y acontecimientos mundiales y las acciones de las diferentes fuerzas de clase en relación con todo eso, en cada momento dado, así como en un sentido estratégico general?

Y quiero decir unas palabras en este contexto sobre la nueva síntesis del comunismo, el nuevo comunismo y la dirección de BA. “La base para una nueva ola de la revolución comunista que se necesita con urgencia en el mundo y lo que está al frente del trabajo preparatorio para esa revolución en Estados Unidos, como parte crucial de esa lucha revolucionaria mundial” — acabo de leer esas palabras como un mantra, a propósito, y no se debe ver y abordar esto de esa manera. No se trata de palabras vacías a las cuales ignorar o recitar de vez en cuando como conjuros religiosos, sino como algo que comprender profundamente y por lo que luchar resueltamente — a diario, en todas partes, entre todos los sectores de la población. Y básicamente uno tiene que preguntarse: Miren, objetivamente, ¿qué importancia tiene esta nueva síntesis del comunismo? Objetivamente, ¿qué importancia tiene esta dirección? Y esto vuelve a la frase “Siempre y cuando”. (La frase “Siempre y cuando” se refiere a entender que, siempre y cuando nos basemos en el objetivo de la revolución comunista y lo propaguemos activamente y trabajemos activamente por él, debería ser fácil promover y popularizar el papel crucial de la dirección de BA y la nueva síntesis del comunismo que él ha desarrollado.) ¿Uno entiende en realidad lo que se dice en esa frase? ¿Uno entiende en realidad lo que está encarnado en esta nueva síntesis? ¿Uno entiende en realidad lo que representa esta dirección? ¿Y por lo tanto, uno sale entre las masas de personas para luchar con ellas sobre esto, de una manera que se deriva de ese análisis científico y no de la religiosidad? Es muy importante que las masas de personas conozcan esto y lo asuman, que se conviertan en luchadores activos por la revolución y lo apliquen enérgicamente como parte del proceso colectivo general de la revolución.

Quiero leer algo importante que todos podemos citar, pero sobre lo que, una vez más, tenemos que luchar firmemente con la gente para que comprenda y reconozca su importancia. Lo siguiente es de la Primera de las Seis Resoluciones del Comité Central del Partido Comunista Revolucionario del 1º de enero de 2016. (El título de estas Resoluciones en inglés incluye “U.S.A.”, pero voy a decir Partido Comunista Revolucionario a secas —No al U.S.A., No al Estados Unidos de América— de todos modos, continuemos con seriedad, aunque yo hablaba en serio acerca de eso, pero de todos modos, para continuar...). Dice:

Como Bob Avakian ha señalado, la nueva síntesis:

representa y encarna una resolución cualitativa de una contradicción crítica que ha existido en el comunismo y en su desarrollo hasta este momento, entre su método y enfoque fundamentalmente científicos, y los aspectos del comunismo que han ido en contra de eso.

Y:

Lo más fundamental y lo más esencial de la nueva síntesis es el mayor desarrollo y síntesis del comunismo como un método y enfoque científico, y la aplicación más consecuente de este método y enfoque científico a la realidad en general y en particular a la lucha revolucionaria para derrocar y arrancar de raíz todos los sistemas y relaciones de explotación y opresión y avanzar a un mundo comunista. Este método y enfoque sustenta e informa todos los elementos centrales y componentes esenciales de esta nueva síntesis.

Ahora, ¿eso tiene importancia o no lo tiene? Depende de qué es el objetivo, qué se entiende, una vez más, acerca de cuál es el problema y cuál es la solución. A veces la gente dice... Vi a alguien, a un pastor, citado en algún lugar quien hizo un comentario positivo, pero quien tuvo que, por supuesto, comenzar con un comentario ligeramente negativo, bajo: Aunque no entiendo todas estas cosas devocionales acerca de BA, tengo que decir que estos comunistas revolucionarios están en todas partes, siempre están en todas partes — ojalá pudiéramos ser así. Estoy parafraseando, pero él decía: Quisiera que fuéramos tan coherentes y siempre estuviéramos ahí en la lucha.

Bueno, por cierto, el pastor es quien obra en la dimensión devocional de las cosas. Es parte de inventar un dios, de elevar algo por encima de los seres humanos para que pueda dedicarse a la devoción por ese algo. Eso no es lo que hacemos. Pero en todo caso, no quiero responder con palabras bajas. Lo importante es, ¿cómo entender por qué es que los comunistas, cuando realmente están actuando con el método y el enfoque y la línea tal como deberían hacerlo, constantemente están luchando en todos estos frentes diferentes — en torno a los 5 Altos, para abreviar— en oposición a este sistema en su conjunto? ¿Por qué hacen eso? Porque tienen una comprensión científica del problema y de la solución, para abreviar.

¿Y qué tiene que ver este “elemento devocional” —que no debe ser una devoción religiosa, sino la ciencia— con eso? Una vez más, estamos de vuelta a la frase “Siempre y cuando”. ¿Es importante que — es cierto, en primer lugar, que se ha desarrollado esta ciencia de manera cualitativa, que se ha dado una resolución cualitativa de una contradicción crítica que ha recorrido el comunismo desde su comienzo hasta ahora? ¿Eso es cierto? ¿Y eso es importante? La respuesta es sí y sí. Pero sobre esa base, realmente hay que llevar esto a la gente y luchar con la gente al respecto. Esto tiene una importancia monumental para la gente — de que existe un enfoque más consecuentemente científico para entender por qué la gente se encuentra en la situación en la que se encuentra y qué debe hacerse para llegar a una situación radicalmente diferente que es liberadora, que es emancipadora. Si uno aborda esto con la religiosidad y los conjuros religiosos, no va a: A) convencer a nadie; y en lo más fundamental, en realidad socavará la esencia misma de lo que es todo esto. Porque se trata de la ciencia, y no se trata de la religión.

Y quiero pasar a la Sexta Resolución, donde habla del hecho de que BA está subordinado al Partido en una dimensión pero que en otra dimensión es mayor que el Partido, y que este último aspecto es lo principal. Una vez más, nos encontramos de vuelta a: ¿qué importancia tiene lo que se ha expresado aquí? Existe una unidad entre la Primera Resolución y la Sexta Resolución. Quiero decir, existe una unidad entre todas las Seis Resoluciones, pero existe una unidad particular entre la Primera Resolución y la Sexta Resolución. ¿Por qué tiene importancia esta nueva síntesis? ¿Cómo debemos presentar esto a la gente? Para usar una analogía quizás trillada pero todavía válida, imagínese cuando Pasteur salió a decir: “He desarrollado algo que impedirá que la gente experimente los terrores y los horrores de la rabia”. Y la gente dijo: “Bueno, usted no puede hacer eso. Todos saben que siempre va a haber rabia, que la gente siempre va a contraer rabia. Si un perro o un animal salvaje muerde a una persona, ésta va a contraer rabia. ¿De qué habla usted?” Imagínese si la gente tuviera esa actitud hacia alguien que desarrolló una forma concreta de lidiar con la rabia de modo que la gente no tuviera que experimentar todo eso... Quiero decir que la rabia, pues es algo terrible. Imagínese si ésa fuera la actitud: “No tengo que pensar en eso”. O imagínese, en relación con la vacuna contra la viruela (y millones de personas en la historia de la humanidad sufrieron y murieron a causa de la viruela) o el hecho de que ahora se puede tratar la plaga con antibióticos pero en el pasado fue un terrible flagelo para la humanidad — imagínese que, cuando esas cosas fueron desarrolladas, la gente dijera: “No me preocupo por eso. Además, usted no puede hacer eso. Todos saben que la gente siempre va a contraer la viruela. Así es la vida. Así es la naturaleza humana, la gente contrae la viruela, y no hay nada que se puede hacer al respecto. Así que no tengo que conocer nada acerca de su supuesta vacuna que trata la rabia, o su vacuna que trata la viruela”. O imaginar la vacuna de Salk, que trata la polio — que era otro flagelo que sufría la gente. Imagínese si la gente dijera: “En realidad no me preocupo por eso. ¿Por qué se habla tanto de este tipo Salk y el hecho de que hizo algo sobre la polio? Todos saben que siempre va a haber polio. Así es la vida. Los niños van a nadar en el agua y van a contraer la polio — así es la vida. No se puede hacer nada al respecto”. Imagínese que la gente... Yo entiendo que hoy hay personas que dicen muchas idioteces sobre vacunas, entre ellas gente que debería tener mejor juicio, pero imagínese que eso fuera la reacción a los avances de este tipo en la medicina.

Bueno, estamos lidiando con un flagelo muchísimo más grande para la humanidad que incluso estas terribles enfermedades. Y lo hemos identificado — es el capitalismo-imperialismo. Y existe una respuesta a él. No es una poción mágica, pero existe una respuesta a él. Hay una salida de él. ¿Eso tiene importancia para las masas populares? O también se puede descartar de una manera despreocupada, de esta manera irresponsable: “La gente siempre va a... la sociedad siempre va a ser así... la gente siempre va a ser así. Así es la naturaleza humana. Este es el mejor de todos los mundos posibles”. O: “No es bueno, pero no se puede hacer nada al respecto”. ¿Por qué no deberíamos— al hablar de algo que representa un camino para salir de un flagelo mucho más grande para la humanidad que esas enfermedades terribles inclusive— de luchar de manera impaciente y vigorosa con la gente acerca de eso, cuando eso es lo que encontramos? O además, las personas que no tienen una posición tan mala — las masas populares en el mundo que ni siquiera saben cuál es el problema, pues se ven envueltas en él y sufren terriblemente como resultado de él, pero no saben cuál es el problema. Fíjense que eso no es diferente a la situación en que la gente, hace siglos, creía —y algunas de estas ideas todavía existen en el mundo de hoy— que estas terribles enfermedades eran el resultado de estar poseído por demonios, o lo que sea, porque la Biblia así lo decía. O las autoridades religiosas así lo decían. Todas estas terribles maneras en que la ignorancia se impuso a la gente de un modo que reforzara las más horribles condiciones de vida a las que la gente fue sometida como resultado de las fuerzas materiales reales del sistema en el que la gente fue obligada a vivir. Las masas de personas en el mundo están experimentando todo este horrible sufrimiento — y para colmo, ni siquiera entienden qué es y por qué lo están experimentando. Y con una frecuencia muy exagerada se les dirige y mal dirige de modo que, encima de los demás horrores, se culpen a sí mismas.

¿Tiene importancia lo que tenemos para llevarles? ¿Tiene importancia que no haya una solución mágica o una varita mágica que se puede agitar, pero sí hay un camino de lucha para lidiar con este flagelo de la humanidad? ¿Tiene importancia que estas cosas como la Constitución para la Nueva República Socialista, como el enfoque estratégico de la revolución, como un entendimiento de la relación entre la lucha en un país y la lucha mundial, como un entendimiento de la manera en que todos estos 5 Altos se relacionan entre sí y se relacionan con las dinámicas fundamentales de este sistema, y la manera que hay que enfrentar a todos los 5 Altos en una lucha unificada, que no se puede eliminar todas las formas de opresión salvo una — pues, ¿todo eso tiene importancia para la gente? ¿Eso tiene importancia para la gente, no sólo en Estados Unidos sino para la gente del mundo? Esta es la pregunta a la que hay que contestar, y hay una respuesta a ella. Es sumamente importante, y hay que salir en la sociedad y luchar por esto sobre la base de ninguna otra cosa salvo ese entendimiento científico, y no con una religiosidad que lleva a que las personas la abandonen tan pronto como alguien les desafíe, o que dejen que estas otras personas establezcan los términos. Va a haber mucha oposición, incluida de parte de la gente que desesperadamente necesita esto, es decir — el nacionalismo: “No quiero seguir a un hombre blanco, quiero seguir a alguien que es negro”, o lo que sea. Y hay que decirle a la gente: “Mire, usted no entiende — nunca hemos tenido a una dirección así. Es algo que nunca hemos tenido antes pero que ahora lo tenemos”. Si uno tiene una enfermedad terrible, pues quiere ir al médico que realmente podría tener una cura para esta enfermedad. Y si resulta que el médico es de esta o aquella nacionalidad o este o aquel género, bueno, que así sea.

La pregunta es: ¿vamos a encontrar una solución a los terrores y horrores que la gente está sufriendo sin siquiera entender por qué? Así tenemos que ir a la gente. Lo que tenemos es algo que va más allá de todo lo que hemos tenido antes — va mucho más allá de lo que hemos tenido antes. Tenemos que basarnos en esta nueva síntesis del comunismo, en este enfoque científico, en lo que está concentrado en esa Primera Resolución y en la Sexta Resolución — en la importancia de luchar para que esto esté al frente en la construcción de la revolución en Estados Unidos, y también porque lo que se necesita es que la gente en todo el mundo lo asuma para poder emprender la lucha por su emancipación. Y si eso se hace, pues entrará a la ecuación la frase “Siempre y cuando”: no es difícil salir y luchar por esto, si uno realmente se basa en cuál es el problema, en cuál es la solución, en lo que todo esto representa y en lo que nosotros representamos.

Esto es crítico en términos del gran reto que enfrentamos inmediatamente ante nosotros —de una manera continua, pero agudamente ahora mismo— forjar una verdadera vanguardia revolucionaria sobre la base del nuevo comunismo. Esto es una contradicción y un reto que se presentan profundamente, que se presentan agudamente ahora. Necesitamos un OHIO dinámico, en movimiento, tal como lo hemos descrito, un proceso en el que la gente esté avanzando desde su primera conexión con la revolución, por medio de lucha y contradicción, y en ciertos momentos por medio del movimiento hacia atrás y luego hacia delante, hacia ser una parte concreta de la vanguardia de esta revolución. De manera continua, tenemos que atraer y reclutar para el Partido a nuevas fuerzas de entre las masas básicas, especialmente de entre los jóvenes, pero también de entre los estudiantes y los intelectuales y otros sectores de la población, sobre la base del nuevo comunismo y todo lo que éste abre y todo para lo que pone el camino, y nada más y nada menos.

Así que el último punto que quiero mencionar es la interrelación y la sinergia positiva, se podría decir, entre atraer e incorporar a nuevas fuerzas, por un lado, y, por otro lado, la continuación de la Revolución Cultural al interior del Partido en cualquier momento dado a fin de llevar a cabo su transformación radical para, de manera concreta y completa, poder convertirse en la vanguardia que tiene que ser y para poder ponerse a la altura de los retos profundos a los que hay que enfrentar, de una manera aguda en este momento y en repetidas ocasiones a lo largo del proceso de hacer realidad la revolución — con el objetivo, una vez más, de nada menos que la emancipación de la humanidad con la realización del comunismo en todo el mundo.

Tenemos que manejar correctamente esta relación contradictoria. Hemos identificado correctamente que la principal manera en que vamos a revolucionar a este Partido es mediante atraer e incorporar a nuevas fuerzas sobre la base del nuevo comunismo y nada más y nada menos. Y tenemos que ir entendiendo eso como un objetivo estratégico, pero también un objetivo respecto a que en este momento tenemos que abrir brechas inmediatas, de una manera continua, al mismo tiempo que tenemos que seguir desarrollando la lucha al interior del Partido tal como es en cualquier momento dado —y especialmente tal como está, dadas las inyecciones positivas (por decirlo así) de estas nuevas fuerzas sobre la base del nuevo comunismo— es decir, al continuar la Revolución Cultural para realmente llevar a cabo la transformación radical de este Partido a fin de convertirlo más plena y concretamente en la vanguardia que tiene que ser. En estos momentos, nos encontramos ante una aguda prueba, debido a todo lo que enfrentamos en la situación objetiva, incluido este régimen fascista y las fuerzas fascistas que éste está movilizando y azuzando, así como el ejercicio del poder estatal el que en estos momentos este régimen tiene en gran medida en sus manos — no digo que no haya contradicciones, sino que en gran medida está en sus manos. Y los horrores, los horrores aún mayores, que esto va a engendrar. Todo ello por un lado. Por otro lado, y en relación dialéctica con eso, el entendimiento fundamental del problema y de la solución y de la necesidad de tener una revolución como la estrella que nos guía continuamente, en cada lucha y fase inmediata particular de las cosas, cualesquiera que sean, incluida en la lucha y fase actual. Así que tenemos que manejar bien esta contradicción. Pero tenemos que reconocer que éste es un reto real que tenemos que asumir. No se puede relegar a algo secundario, enterrado debajo de cualesquiera que sean las tareas inmediatas. Como dijo Mao, tantas tareas por delante, todas tan urgentes. Hay tantas tareas y responsabilidades urgentes que sí tenemos que asumir y emprender, porque tenemos la base para hacerlo y, en el sentido más completo, nadie más la tiene — no porque, de nuevo, tenemos una naturaleza humana mejor, sino porque tenemos un método y enfoque científico y su mayor desarrollo por medio de la nueva síntesis. Así que tenemos que enfrentar todos estos retos inmediatos; pero, al mismo tiempo, y en relación dialéctica con eso, con un reforzamiento mutuo en un sentido positivo o negativo, se encuentra el reto de atraer e incorporar a nuevas fuerzas al Partido y hacer que eso sea un proceso activo, una tarea activa en ese sentido —algo sobre lo que nosotros estamos trabajando de manera continua y consecuente— a la vez que también estamos llevando a cabo el proceso de dirigir con ésta y solamente con esta línea, y estamos insistiendo en ésta y solamente en esta línea, y estamos poniendo el modelo de ésta y solamente de esta línea. Ésta es la contradicción que tenemos que manejar bien porque, miren, podemos hablar de todas las cosas de las que tenemos que hablar, podemos determinar cómo actuar en torno a todos los retos particulares que enfrentamos, pero además, para hacer frente a esos retos, así como, en lo más fundamental, para realmente llegar al momento en que sea posible desarrollar una solución a este sistema el que continuamente riega un horror peor tras otro, pues, para hacer todo eso, se requiere un instrumento que tenga la base y metodología científica para poder dar dirección a lo largo de todas las complejidades y dificultades, y todos los retos enormes e imponentes de todo tipo, incluidos los retos represivos que sin duda están por venir.

Así que quiero concluir subrayando que: Éste de veras tiene que ser, en un grado cada vez mayor y en un grado cada vez más completo, un partido que se basa en esto, en este nuevo comunismo, y nada más, y nada menos, con todas las contradicciones y lucha que esto inevitablemente conllevará.

 

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