Revolución #198, 11 de abril de 2010


Algunas observaciones sobre las guerras culturales:
Libros de texto, películas, falsas tragedias shakesperianas y burdas mentiras

Sobre las batallas en torno a los libros de texto en Texas

Hace poco leí un artículo muy importante en el New York Times (jueves 11 de marzo de 2010), "Texas Conservatives Seek Deeper Stamp on Texts" (Conservadores tejanos pretenden imprimir un sello más profundo en libros de texto). El noticiero ABC también transmitió un reportaje sobre el tema. Tratan las maniobras de los "conservadores" tejanos para cambiar las materias de estudios sociales en las escuelas públicas para que sean (aún más) abiertamente reaccionarias. Una fuerza que motiva a estos "conservadores" es un "creacionista de tierra joven" que insiste, a pesar de toda la evidencia científica en contra, que ¡la tierra no tiene más de diez mil años de edad! Para ver hasta dónde va esto o hasta qué extremos va, realmente es necesario leer este artículo. Para dar una idea más de esto, estos "conservadores" insisten en incluir en los libros de texto las palabras de Jefferson Davis, el presidente de la Confederación de esclavistas durante la guerra de Secesión al lado de citas de Abraham Lincoln. Su objetivo no es desenmascarar y condenar a Jefferson Davis sino darle status y respetabilidad a lo que él representó. De hecho, para describir estas fuerzas "conservadoras", la palabra "fascista" no es una exageración.

Como indica la frase "más profundo" en el título del citado artículo, Texas ya es un importante estado de los que marcan la pauta para los libros de texto en las escuelas públicas en Estados Unidos. Llama la atención que, entre otras cosas, estos "conservadores" no sólo quieren revocar aún más completamente los veredictos de los años 60 sobre Estados Unidos y su papel en el mundo, incluida la manera en que se manifiesta la influencia de esos veredictos —si bien de una manera diluida— en las materias de las escuelas, sino que también pretenden revocar el veredicto sobre la guerra de Secesión — ¡al tratar el sistema de esclavitud de la Confederación como si fuera digno de legitimidad y respeto! Eso es una ilustración llamativa de lo que se recalca al citar las observaciones de Hubert Locke en "Contradicciones todavía por resolver, fuerzas que impulsan la revolución" y en general el análisis (en esa charla y en otras partes) de "la guerra civil que se perfila" — de la actual polarización al interior de la clase dominante así como en la sociedad estadounidense en general, y los retos de la repolarización… para la revolución.1

¡Vaya qué mundo! Vaya qué sistema y qué clase dominante que permiten que los "creacionistas de tierra joven" y otros cretinos reaccionarios tengan un gran impacto en influenciar lo que se enseña en las escuelas públicas — y al parecer ninguna autoridad política superior (de la clase dominante) está dispuesta ni es capaz de entrar y decir que no se permita esto ni se le permitirá, y ni tomar medidas decisivas para efectuar esto, que de plano es inaceptable que se promueva esta clase de locura peligrosa como política pública y que las personas que promueven tal locura ocupen puestos en influyentes organismos de toma de decisión.

Todo eso da otra ilustración profunda del hecho de que objetivamente esta clase dominante ha perdido el derecho de gobernar y determinar el rumbo de la sociedad — y tener una influencia significativa sobre el estado del mundo y la suerte de la humanidad en general.

Nótese: es obvio que un importante objetivo de la administración de Obama es "remozar" la educación pública (vea por ejemplo el artículo de primera plana del New York Times del domingo 14 de marzo de 2010, "Obama Proposes Sweeping Change in Education Law" [Obama propone extenso cambio de ley sobre la educación], una referencia específica a la ley "Qué ningún niño se quede atrás"). Pero no veo evidencia de que Obama, et al., se estén preparando para batallar contra estos fascistas cristianos (y de otro tipo) en torno a los temas que he señalado.

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Aunado a este ultraje de los libros de texto en Texas, tenemos un artículo de Sam Tanenhaus en la primera página de la sección "Week in Review" del New York Times (domingo 21 de marzo de 2010), "In Texas Curriculum Fight, Identity Politics Leans Right" (En la lucha sobre el plan de estudios en las escuelas públicas en Texas, la política de identidad se inclina hacia la derecha). El artículo ensalza y en efecto festeja el relativismo y la política de identidad — y lo hace específicamente en torno a este ultraje de los libros de texto de Texas. No lo hace como una expresión de los intereses del intelectual democrático pequeño burgués sino de la clase dominante burguesa de Estados Unidos, en el marco del desarrollo histórico particular del sistema capitalista imperialista de este país con su "institución peculiar" de la esclavitud y todo lo que ha surgido de eso —o que se ha desarrollado como consecuencia de eso— hasta hoy día. Repito, para conocer lo grotesco que es este artículo, es realmente necesario leerlo. A manera básica de destapar lo que esto está planteando, se puede hacer la pregunta:

¿Eso de oponerse a la esclavitud —y a otras atroces injusticias perpetradas como parte del desarrollo del sistema dominante en este país— o, de otra parte, de defenderla de hecho, en realidad se trata simplemente de diferentes "discursos"? ¿O existen de hecho la realidad objetiva y la verdad y una base para tener una certeza moral definida en relación a estas cosas?

He aquí un punto muy importante y relacionado:

Para que la humanidad avance más allá de un estado en que "no hay razón como la del bastón" —y en que en última instancia la situación se reduce a las relaciones de poder bruto—, se requerirá, como elemento fundamental de este avance, un enfoque hacia el conocimiento de las cosas (una epistemología) que reconoce que la realidad y la verdad existen objetivamente y no cambian en conformidad con (ni dependen de) diferentes "discursos" y cuánta "autoridad" tenga una idea (o "discurso") ni de cuánto poder y fuerza se pueda ejercer en nombre de cualquier idea o "discurso" específico en cualquier momento dado.

Películas/"Óscares"/la esfera de la cultura

Chequee la columna de opinión de Ross Douthat, "Hollywood's Political Fictions" (Las ficciones políticas de Hollywood) (New York Times, lunes 15 de marzo de 2010). Esta columna en sí es un grotesco ejemplo de ficción política — o, en términos más directos, de la falsedad de que no se explicó ni justificó la invasión de Irak con mentiras de primera clase sino que al contrario se hizo mediante un proceso mucho más complejo y matizado, de una verdadera tragedia shakesperiana, en que "incluso muchos de aquellos que se le oponían" creían que Saddam Hussein tenía Armas de Destrucción Masiva (ADM) y que eso representaba "un verdadero peligro a la paz mundial". Esto, de nuevo, pone la realidad de cabeza y así reduce la verdad a un embrollo indescifrable, a la vez que las mentiras se vuelven… bueno, algo que cualquier persona de respeto (incluso los oponentes de la invasión de Irak) pudiera haber creído de hecho. Para recobrar cierta claridad, pongamos las cosas de pie y repasemos algunos hechos esenciales. La verdad es que, para cuando la invasión estadounidense de Irak, existían claros indicios y cada vez más pruebas de que no hubo ADM en Irak, que pese a ello, Bush, et al., estaban decididos a ir a la guerra y que fueron a la guerra en el preciso momento en que la investigación que realizaban los inspectores de la ONU iba en la dirección de revelar que no hubo ADM. Las mentiras abarcaban la insistencia de Bush, y de otros funcionarios importantes de su régimen, de que era cierto que existían tales ADM — unas mentiras que persistían en repetir, incluso con la acumulación de más pruebas de que no hubo ADM.

La clase de "acrobacias retóricas" que efectúa Douthat es una vergonzosa variante de las apologías para los imperialistas. Cuando se les pille no sólo cometiendo crímenes de guerra —y la invasión y guerra de Irak así como las muchas otras cosas hechas como parte de esta invasión y ocupación claramente constituyen crímenes de guerra de parte de los imperialistas estadounidenses y sus fuerzas armadas— sino que, para colmo, cuando se demuestre que las explicaciones y justificaciones para estos crímenes de guerra son francas mentiras, de repente, sobre todo cuando hablen a los públicos más "sofisticados", a las representaciones en esencia caricaturescas y típicas del bien y del mal con las que normalmente nos bombardean —"los buenos" y "los malos"— las reemplazan ¡con un existencialismo artificial sobre complejidades y matices!

Un blanco particular de la columna de Douthat es la película Zona verde, a la cual fustiga así: ¡¡"Rechaza reconocer de frente la verdadera tragedia y al contrario prefiere la conveniencia de un reduccionismo tipo 'Bush mintió, la gente murió'"!!

Eso pasa por alto que lo de "Bush mintió, la gente murió" viene muy al caso y que capta una buena parte de la esencia del asunto. Douthat insiste que no, más vale permitirse referencias vacuas a la "verdadera tragedia" de modo que esquive y eluda la verdad. Además —vaya sorpresa— uno de los artilugios principales de Douthat es contrastar Zona verde con… (usted ya lo entenderá si últimamente ha estado prestando atención…) la película En tierra hostil (The Hurt Locker). He aquí una vez más a Douthat:

"Tachar de chivo expiatorio de manera tan simplista [tal como se hace en Zona verde] se ve tan patético tras los premios que ganó la semana pasada En tierra hostil, el primer largometraje en retratar a la guerra de Irak en tonos de gris. Desde luego que En tierra hostil era en gran parte apolítica. Una vez puesta la política en el caldo, parece que no es posible evitar los clichés y simplificaciones que malogran [las películas como Zona verde y otras películas sobre la guerra de Irak que Douthat considera insuficientemente 'grises']".

De hecho, es posible que sí le preocupe a Douthat —y a la clase dominante de la cual personas como Douthat son testaferros— que lo opuesto sea cierto: debido a la fuerza atractiva de Matt Damon y sus películas sobre Jason Bourne, Zona verde podría minar el efecto deseado de En tierra hostil (y de los "Óscares" para la película y la directora) en el caso de un público importante con cierta diversidad. Que Zona verde podría volver a llamar demasiada atención al asunto de las ADM y específicamente las mentiras sobre las ADM propagadas para justificar la invasión de Irak. Y que eso minaría los intentos de decir: "Sean cuales fueran los motivos para entrar en esta guerra, ya estamos en ella y simplemente tenemos que sacar el mejor partido de la situación" (un argumento promovido no sólo por los neoconservadores sino también por gente de la calaña de Obama) y de los intentos afines de centrar la atención en las dificultades y en el presunto heroísmo de las fuerzas estadounidenses de la invasión y ocupación, como parte de los esfuerzos de engendrar simpatía y apoyo a su favor — y por extensión apoyo a la invasión y ocupación de Irak así como las otras guerras que los imperialistas estadounidenses están librando o en que están participando cada vez más en Afganistán, Pakistán y otros lugares.

Cada parte de este pasaje de la columna de Douthat —y de hecho la columna entera— es en sí una distorsión muy burda (de ningún modo "gris") si no una franca mentira. Y he aquí, una vez más, la típica "lógica" de los partidarios de la clase dominante imperialista. En la esfera de la cultura, cuando la situación se contrapone a los intereses de la clase dominante imperialista, a menudo se afirma que se trata de "meter la política" y hacerlo de manera inapropiada y burda (esto no sólo se aplica a las obras de arte sino también a otras dimensiones de la cultura como el deporte — considere a Tommie Smith y John Carlos en los Juegos Olímpicos del verano de 19682). Por otro lado, no se denuncia por "político" todo lo que defiende o sirve los intereses imperialistas de esta clase dominante, sino que se trata como si simplemente expresara "el sentido común", "lo que todos saben" o lo que cualquier persona honrada y digna creería y por la que sería motivada, etc., etc., y así sucesivamente.

Aunque no he visto En tierra hostil ni Zona verde (no obstante, por el contenido de los ataques en su contra de parte de Douthat y otros, tengo muchas ganas de ver ésta, en cuanto pueda hacerlo), he leído varios artículos en varias publicaciones sobre ambas películas y de eso así como de los Óscares queda claro lo que las diferencia en lo fundamental: Zona verde (a pesar de las limitaciones que tal vez reconozcamos en ella) se contrapone al "discurso oficial" sobre la justificación para llevar a cabo la invasión de Irak — un discurso que, al menos en algunas circunstancias, se ha transformado de "es una certeza que Saddam Hussein tiene ADM y todavía está tratando de esconderlas y eso plantea un peligro grave que no se puede tolerar" a lamentaciones al estilo de Douthat sobre la tragedia shakesperiana de la situación — mientras que En tierra hostil refuerza este "discurso oficial", aunque lo haga con cierta sutileza y por lo tanto de manera aún más insidiosa mediante la representación del supuesto "valor" y rectitud de las fuerzas invasoras y ocupantes estadounidenses y, cuando menos por extensión, la "justeza" de la invasión y ocupación misma. Esto queda aún más claro en los comentarios de la directora de En tierra hostil, Kathryn Bigelow, al recibir los Óscares por mejor película y mejor director — especialmente la declaración de Bigelow que se refiere explícitamente a los soldados estadounidenses en Irak así como en Afganistán: están allí para nosotros y estamos aquí para ellos.

Para repetir, cuando se pille a los imperialistas cometiendo crímenes de guerra —y propagando las mentiras para justificar esos crímenes—, quizás no sea sorprendente que el "color" de las apologías, en particular las que están dirigidas a los públicos más "sofisticados", cambie de arengas "púrpuras" sobre "los buenos" y "los malos" a tesis "grises" sobre la complejidad embrollada de la situación — pero un embrollo en medio del cual, de alguna manera, sale a relucir el valor y rectitud fundamental de "nuestro lado".

Como escribí anteriormente a algunas personas: parece que algunas fuerzas influyentes (en la Academia y muy probablemente fuera de la misma) sí obraban para que En tierra hostil le ganara a Avatar —para que el mensaje asociado con En tierra hostil (especialmente en su presentación por la directora) ahogara el mensaje de Avatar— para que eso de "apoyar a las tropas" recibiera el premio en oposición a lo que representó Avatar en que un ejército que claramente representa la fuerza bruta y saqueadora de un imperialismo invasor y ocupante es objeto de una derrota rotunda y justa por medio de una guerra popular y no por medio de otras fuerzas reaccionarias y opresivas.

1 El discurso del Dr. Hubert Locke, "Reflexiones sobre cómo debe responder a la derecha cristiana la Pacific School of Religion", salió en Revolución #32 (29 de enero de 2006). "Contradicciones todavía por resolver, fuerzas que impulsan la revolución" se halla en su totalidad en revcom.us/avakian/driving/driving_toc-es.html y se publicó por entregas en Revolución #184-197, del 29 de noviembre de 2009 al 4 de abril de 2010. La referencia al discurso del Dr. Locke se halla en la cuarta entrega de "Contradicciones todavía por resolver, fuerzas que impulsan la revolución", Revolución #187 (27 de diciembre de 2009). [regresa]

2 "Los juegos olímpicos de 1968: Dar un golpe para la libertad. La historia valiente de Tommie Smith y John Carlos", Revolución #137, 27 de julio de 2008. [regresa]

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