El texto de un corto del discurso:

¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE!
En nombre de la humanidad,
nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista
Un mundo mejor ES posible

Un discurso de Bob Avakian

 

“Lo que enfrentamos en este momento es que nos está gobernando un régimen fascista.”

“Los fascistas cristianos que ahora están en el poder”

| Periódico Revolución | revcom.us

 

Bob Avakian: Quizás parezca duro e incluso extremo referirse a estos fundamentalistas cristianos como fascistas. Pero en el libro El Club de las Buenas Noticias, El sigiloso ataque de la derecha cristiana contra los niños de Estados Unidos, la autora Katherine Stewart cita unos comentarios de Rich Lang, ex fundamentalista cristiano que rompió con eso y se convirtió en pastor cristiano liberal: 

“Cuando renací —recuerda Lang— la fe era algo interno, algo que se debía reflejar en la vida. Pero en los 80, algo sucedió. El cristianismo fundamentalista volvió a la esfera pública con el propósito de reorganizar el país como nación cristiana, según la definen….

“Eso es similar a los nazis cuando quisieron empezar con la Juventud Hitleriana. Habría que empezar por ahí si se quisiera construir un movimiento fascista….

“Esa es la palabra: ‘fascismo’. A nadie le gusta usarla en este país. Creo que en Estados Unidos, más allá de las apariencias, esa es la mayor tentación de nuestros tiempos… y hay que llamarla como es: ‘fascismo cristiano’”.

Luego, Stewart resume las opiniones de Lang así: “El fundamentalismo de hoy, como el fascismo en el pasado, dice él, supone un fuerte sentimiento de persecución, generalmente de liberales ateos o un ‘otro’ religioso; la creencia de que se pertenece a una raza pura o grupo nacional responsable de una grandeza en tiempos lejanos, que sufre una injusta opresión en el presente, y es el legítimo gobernante del mundo; el impulso a someterse sin condiciones a la autoridad absoluta; y el implacable impulso de conseguir poder y control. Es, dice Lang, un tipo de movimiento supremacista, cuya esencia es la religión en vez de la raza”. 

Después, Stewart cita la siguiente escalofriante observación de Lang: 

“La gente no tiene idea de lo que pasa…. 

“¿Qué implica el que la iglesia conservadora en auge en Estados Unidos sea una iglesia del fin de los tiempos? ¿Qué implica educar a una generación de niños para que crean que son la última generación? Qué va a pasar si seguimos diciéndoles: ‘No se preocupen por el medio ambiente, y provoquen la guerra, porque nos van a sacar de aquí, y olvídense de amar al prójimo, porque ellos simplemente van a ser borrados’”. 

Esa es la observación de alguien muy familiarizado con estos fascistas cristianos. Y, en Estados Unidos, con su historia de genocidio, esclavitud y racismo, cualquier forma de fascismo, incluido uno cuya base sea “supremacía cristiana” —todo impulso de “recuperar una grandeza del pasado”— necesariamente está entrelazado con supremacía blanca.