La base material y el método de hacer la revolución
Bob Avakian
Presidente del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos
18 de septiembre de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us
A continuación presentamos la traducción del texto de un discurso que dio Bob Avakian, el presidente del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, a principios de este año (2014). Con el fin de poner este discurso a la disposición de un público más amplio, lo que incluye la traducción a varios idiomas, revcom.us recibió autorización de publicar la trascripción de este discurso con las revisiones que se consideran pertinentes en la preparación de su publicación. La traducción es responsabilidad de revcom.us/Revolución.
¿Cómo es la base material de esta revolución, la revolución comunista? Para empezar, empecemos con una paráfrasis de lo que dijo Marx que se ha citado muchas veces, y por muy buenas razones. Para parafrasear: lo importante no es lo que las personas están pensando, ni lo que están haciendo, en un momento dado, sino lo que el funcionamiento de este sistema las obligará a confrontar.
Eso es una introducción, y entendido correctamente nos lleva, a bregar con la pregunta — a bregar con el hecho de que son las contradicciones de este sistema y lo que engendran lo que constituye la base material fundamental para esta revolución comunista. Eso no es la manera de pensar de la gente en un momento dado ni cuántas personas están "con ella" en un momento dado. Fíjese que uno sale en la sociedad y la gente dice: "Yo no estoy con ella". O la gente se entusiasma por ella y sale a hablar con la gente y vuelve y dice: "Nadie anda con ella". Bueno, eso es obviamente un problema. No se trata de que esta situación esté bien, y no es como si fuera algo que podemos dejar como está. Obviamente, es necesario cambiar la situación, es necesario transformarla radicalmente, porque es preciso que millones de personas hagan esta revolución, quienes tendrán una conciencia contradictoria, hasta en el momento en que hagan esta revolución. Pero, sin embargo, tiene que haber un núcleo sólido, y no puede haber sólo unas pocas personas. Tiene que ser un creciente núcleo sólido de personas — y en el momento de una revolución, un núcleo sólido de miles y miles y miles de personas que están tratando de manera consciente, y científica, el reto de hacer la revolución, quienes lideren a masas más amplias influenciadas y dirigidas sobre la base de ese enfoque científico de hacer la revolución.
Así que este es un punto fundamental. Es importante en efecto a qué están dispuestas las masas en un momento dado, pero eso no establece el marco para lo que hacemos en un sentido fundamental; y no es el determinante fundamental, digamos, que nos dice si esta revolución es posible o no. La conciencia de si la revolución es posible o no, y que de hecho es posible, estriba en un análisis científico de las contradicciones de este sistema y la dinámica que éstas siguen generando y la forma en que en eso en sí, de manera consciente —quiero decir, de manera continua— se está operando transformaciones continuamente y en lo que tenemos que incidir conscientemente en todo momento, y a la vez siempre estar abiertos a nuevos sucesos, y, vaya, sorpresas o casualidades. Ese es el propósito de los primeros seis párrafos de la Segunda parte de Hacer la revolución y emancipar a la humanidad: Todo lo que hacemos tiene que ver con la revolución lo que voy a analizar más a fondo en otra presentación. Pero por ahora, volvamos a este punto: lo importante no es lo que las personas están pensando o hasta lo que están haciendo en un momento dado, pero lo que el funcionamiento de este sistema las impulsará a confrontar — que son las contradicciones de este sistema las que sientan la base para la revolución por la que estamos trabajando, y mediante el trabajo para influir en esas contradicciones trabajamos por esa revolución.
La contradicción fundamental de este sistema
Así que adentrémonos en esto un poco más. En primer lugar, está la contradicción fundamental del capitalismo (es decir, la contradicción entre la producción social y la apropiación privada/capitalista de lo que se produce) y, como la hemos identificado, la principal forma de movimiento de esa contradicción fundamental, que caracterizamos como la fuerza impulsora de la anarquía. En otras palabras, estamos tratando con un sistema el que, de manera abrumadora en este momento, domina en el mundo, por desgracia — no nos gusta así, lo odiamos. Domina aún más que hace tres o cuatro décadas, cuando existía la China socialista — o, más atrás por un breve lapso, a principios de los años 1950 cuando existía la China socialista y la Unión Soviética todavía era socialista aunque plagada de muchas de sus propias contradicciones. Aun en ese entonces, el sistema imperialista todavía dominaba en el mundo, pero en este momento domina mucho más. Así que se podría decir: "Ah, bueno, las cosas sólo se van hacia atrás — están alejándose de la revolución por la que estamos trabajando, hay menos y menos bases para ella". Bueno, esas son dos afirmaciones diferentes, y es preciso que las desmenucemos.
Primero, en las últimas décadas las cosas sí se han alejado de la revolución por la que estamos trabajando — eso es cierto, el movimiento en el mundo se ha alejado de eso, por diversas razones que se han analizado en otro lugar, y yo no voy a ponerme a analizar a fondo todo eso aquí, o tendríamos que tratar un montón de cosas, y no podríamos centrarnos en las principales cosas que tenemos que tratar. Pero eso es cierto, las cosas han ido en una dirección negativa, por varias décadas — cambios materiales, cambios políticos, hay expresiones ideológicas y en términos de la manera en que las personas están viendo el mundo y lo que les está motivando, o lo que es su moral, lo que les atrae, por ejemplo, el fundamentalismo religioso en oposición al comunismo revolucionario. Todas las cosas de ese tipo han sido negativas, pero eso es distinto a decir que existen menos y menos bases para esta revolución.
Si se concluyera de la primera de esas dos afirmaciones que la segunda es lo que es cierto —si fuera necesario concluir que, en vista de que las cosas han ido en una dirección negativa durante varias décadas, existen cada vez menos bases para la revolución—, verías los fenómenos más superficiales, no insignificantes, pero más superficiales. No, de nuevo no son insignificantes — éstos son fenómenos importantes con los que tenemos que tratar, confrontar científicamente y trabajar para transformar. Pero son la expresión en el actual período de la forma en que las contradicciones están en movimiento y están cambiando. No son lo que sea lo más fundamental y lo que en última instancia establezca el marco, es decir, las propias contradicciones y el movimiento que éstas generen.
Por lo tanto, la contradicción fundamental del capitalismo cada vez más salta a la vista, se expresa más y más agudamente en el mundo, y no menos. Y se manifiesta de algunas maneras muy extrañas, tal vez se podría decir, o hasta se podría decir de una manera perversa. Una expresión de esas es el gran atractivo hoy en el fundamentalismo religioso — el cristiano en algunos lugares, inclusive lugares de África, no sólo en Estados Unidos, por ejemplo, pero también el fundamentalismo islámico en muchas partes del mundo, algunas partes de Asia, África y obviamente, el Medio Oriente, y no sólo el norte de África, también otras partes de África. Esos son fenómenos concretos. Pero, de hecho, son una expresión de la forma en que la contradicción fundamental del capitalismo se desenvuelve concretamente en este momento — y no de una manera favorable, pero no obstante representa una especie de expresión perversa del funcionamiento, del desarrollo, de esa contradicción fundamental.
Todas las cosas como las condiciones materiales que han engendrado esta contradicción fundamental y en particular la fuerza impulsora de la anarquía del capitalismo, en relación dialéctica, en interacción con otras cosas que ocurren, que se desarrollan en el marco de esta contradicción fundamental general —luchas políticas, sucesos culturales, fenómenos ideológicos, como la religión y la promoción de la religión por diversas fuerzas, entre ellas las clases dominantes de los estados imperialistas y de Estados Unidos en sí— están interactuando con el movimiento de esa contradicción fundamental. Pero esa contradicción fundamental, y en particular la fuerza impulsora de la anarquía del capitalismo, de manera continua engendra estas dinámicas y las ha conducido a un momento en el que ahora mismo son muy desfavorables en concreto, pero toda esta situación todavía crea las bases para su transformación radical — no sólo de una manera cualquiera; sí, se podría transformar radicalmente de diferentes maneras, pero existen las bases, y no son unas bases secundarias, e insustanciales (o no sustanciales), sino unas bases muy reales y muy fuertes para transformar las cosas en concreto en la dirección radical de la revolución comunista.
Así que es necesario que volvamos continuamente a eso. De lo contrario, para usar la frase de Lenin, los acontecimientos del día, los virajes de las minucias políticas continuamente zarandean a las personas. Y eso es lo que vemos que ocurre con demasiada frecuencia, no sólo en el caso de los individuos entre las masas en general, sino también entre los comunistas. Los acontecimientos del día, los virajes de las minucias políticas continuamente zarandean a las personas. "Ah, salimos hoy” —y es como Facebook, las personas tienen la ideología Facebook, me entiendes— “y las personas nos dieron su aprobación con el pulgar. ¡Hurra! Tal vez podríamos tener una revolución en algún milenio en un futuro lejano”. O: "Salimos hoy y a nadie le gustaba lo que estábamos haciendo y una bola de burros, nacionalistas o socialdemócratas pequeño burgueses oportunistas, o anarquistas contrarrevolucionarios atacaron a nuestra mesa de literatura, así que supongo que no existen bases para la revolución". Digo, pues, hablo con cierta exageración, pero no tanta. Esta es la forma exageradamente común de ver las cosas, en lugar de ver el mundo material — ver el mundo material y sus contradicciones concretas. ¿Cómo es el sistema que está operando en el mundo material? ¿Cómo es el sistema, por decirlo así, con el cual se organiza la humanidad y la impulsa a relacionarse con el resto de la naturaleza? ¿Y qué son todas las diversas cosas que eso engendra?
Lo que Marx sacó a la luz
Esto se remonta a otro punto fundamental de Marx. O sea, cuando se cita, parece tan obvio, no obstante Marx tuvo que pasar años y años adentrándose a muchísima economía política y aprendiendo de lo que Darwin estaba desarrollando en el campo de la biología, la teoría de la evolución —y estudiando los sucesos políticos y la historia y la filosofía— a fin de pasar por el tamiz todas las apariencias externas para llegar a ese núcleo interno de la contradicción, tal como la han identificado él y el marxismo en general, entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Que esa es la contradicción impulsora fundamental, que a su vez engendra y está dialécticamente interrelacionada con otra contradicción entre el modo de producción —la base económica— y la superestructura, que se erige a partir de esa base económica y trabaja para reforzarla.
Ahora, ¿qué significan estas frases? Para que algo ocurra en la sociedad —al reducirlas a su esencia—, es necesario producir y reproducir las necesidades materiales para la vida y lo mismo se aplica en el caso de nuevas generaciones de personas. Vivimos en un país altamente parásito —como ya he señalado, por ejemplo, en Los pájaros no pueden dar a luz cocodrilos, pero la humanidad puede volar más allá del horizonte (en adelante, “Pájaros/Cocodrilos”, para no tener que repetir el título [Primera parte: Revolución y el estado. Segunda parte: Construyendo el movimiento para la revolución])—, pero, ya he señalado que en un país altamente parásito como éste, hay un gran sector de la población que no participa directamente en la producción y reproducción de las necesidades materiales para la vida — y, de hecho, este parasitismo del imperialismo estadounidense, con esta mayor globalización, se ha puesto a transferir una creciente cantidad de la efectiva producción (como se dice, "subcontratarla") a otros países, en particular a los países del tercer mundo, pero en general a otros países en todo el mundo. Y se ha ido disminuyendo el número de personas reales participantes en la producción de las necesidades materiales para la vida en relación a la población total. Así, en una sociedad como ésta, si uno no es parte de esa pequeña parte de la población —un pequeño segmento de la población que se dedica concreta y directamente a producir las necesidades materiales para la vida—, es muy fácil nada más creer que esas cosas de alguna manera aparecen o existen. Como han dicho varias personas aparte de mí, si usted está en un extremo de la cadena alimentaria, el extremo superior de la cadena alimentaria, y los demás están haciendo todas las cosas que contribuyen a eso, es muy fácil no ver todo eso. O me gusta utilizar esta metáfora: Usted está en un edificio que se está pudriendo para adentro, sus cimientos se están pudriendo y al venir bajándose desde las plantas superiores del edificio, a partir de la planta alta del edificio, el edificio se viene pudriéndose piso por piso, pero usted está en el penthouse (ático) en la planta alta, y cree en efecto que el mundo es así, tal como son las cosas en el penthouse. Y, de repente (como a veces se hace en esos viejos dibujos comunistas o lo que sea) se da una erupción desde abajo y así se nos hace recordar que, "Ah, hay algo más aquí, aparte de este penthouse en el que estoy viviendo".
Bien, no digo que en Estados Unidos todos viven en un penthouse — se trata de una metáfora; y las metáforas, al igual que las analogías, tienen sus limitaciones. Pero cuando uno vive en una sociedad altamente parásita como ésta, es fácil no ver —es fácil no notar y desde luego no entender en ningún sentido cualquiera o en un sentido científico— cómo es la base de esta sociedad la que está funcionando, dentro de la que usted está buscando sus sueños, y no ver de dónde proviene hasta la riqueza que está en circulación que permite que distintas personas busquen diversas cosas. Se esconde todo esto, y se esconde en mucho mayor grado cuando uno vive en una sociedad altamente parásita como ésta. Pero en la base de todo esto se encuentra la producción y reproducción de las necesidades materiales para la vida y sobe dicha base las nuevas generaciones, porque las nuevas generaciones no pueden reproducirse sobre ninguna otra base — bien, es posible traerlas al mundo, pero si las personas están muy enfermizas, ni siquiera pueden traer hijos al mundo. O, si lo hacen, será muy alta la tasa de mortalidad infantil, como nosotros presenciamos en gran parte del tercer mundo. Pero es necesario tener las necesidades materiales básicas para la vida a fin de reproducir las nuevas generaciones.
Y eso es lo que Marx señala, se centra en este punto. Bien, piense en todas las formas en que uno se encuentra con otras personas todos los días y cómo piensan —en la medida en que siquiera piensan— acerca de lo que hace girar al mundo, qué es lo que en efecto hace funcionar la sociedad y todas las ideas completamente erróneas que tiene la gente al respecto o lisa y llanamente hasta la ausencia de pensar al respecto, o alguna combinación de pensar un poco y muchísima ignorancia y confusión sobre qué es lo que le permite levantarse por la mañana y dedicarse a sus cosas. ¿Se trata de su determinación individual — o ocurre algo que contribuye a que eso suceda, algo mucho más grande que uno mismo, y se trata de un fenómeno social general, abarca una sociedad entera y, en última instancia, un mundo entero de miles de millones de personas, qué no? (En estos momentos se prepara para transmitir la nueva versión de Cosmos, por lo que tenemos que decir miles de millones de personas en honor a Carl Sagan y el Cosmos original. Pero, de todos modos, miles de millones de personas, para continuar con el tema.) Y todos están participando en estas actividades que están ocultas — y he aquí la segunda observación de Marx, la que es aún más importante, y sin embargo, al mismo tiempo, la más oculta: para que estas cosas ocurran, las personas tienen que entrar en ciertas relaciones de producción las que más o menos, sin pizca de mecanicismo al respecto, corresponden a las fuerzas productivas que existan; y además, de la mano con eso, el hecho de que se están desarrollando constantemente las fuerzas productivas. Las personas son seres pensantes, y en cualquier sociedad piensan acerca de nuevas maneras de hacer las cosas, nuevas formas de organizar las cosas y debido a la fuerza impulsora de la anarquía —como Raymond Lotta señala en el reciente artículo—, en efecto el capitalismo es un sistema muy dinámico, que se ve impelido a transformar continuamente las fuerzas productivas y hasta algunas relaciones de producción en el marco general de las relaciones de producción capitalistas.
Por lo tanto, estas cosas no son estáticas e inmutables, sino que cambian constantemente, y son muy dinámicas, pero siempre cambian a costa de grandes sufrimientos para las masas populares en el mundo, para la gran masa de la humanidad y en última instancia en detrimento de la humanidad en su conjunto. Y lo podemos ver en el medio ambiente, lo podemos ver en la situación de las masas populares, lo podemos ver en la situación de las mujeres, lo podemos ver en la opresión de naciones enteras, lo podemos ver en las guerras — y así sucesivamente, en todas las cosas con las que está tan familiarizado cualquiera que haya estado prestando atención.
Marx y Darwin
Este análisis — ésta es la dinámica que Marx sacó a la luz. Y siempre me llama la atención — escucho a muchas personas esas de diferentes campos, que en términos básicos están llevando a cabo el punto de vista burgués, aun cuando sean de la pequeña burguesía, y hasta algunas de estas personas son progresistas. Escucho sus discusiones o leo artículos o libros, en los que están bregando con todas estas cuestiones, como cuestiones sobre la sociedad: ¿Qué tiene de mal la sociedad? ¿Hay maneras en que se podría cambiar la sociedad? ¿Tiene que haber mucho sufrimiento en el mundo? Etcétera. Hasta en el caso de las personas que están bregando con estas cuestiones desde una posición algo mejor, llama mucho la atención la forma en que de plano yerran completamente del blanco. Y Marx explica este tema, y esas personas hablan de todo y abordan todo salvo el entendimiento marxista básico.
No se trata sólo de que el marxismo sea una "mejor narrativa". Eso sería como el caso de un grupo de biólogos que se reunieran y se pusieran a debatir lo que pasa en el mundo natural, pero ignoraran o descartaran a Darwin. La biología después de Darwin es completa y radicalmente distinta a la biología antes de Darwin, aunque las personas han seguido desarrollando lo que desarrolló Darwin, se está desarrollando constantemente, al igual que en todos los campos del conocimiento donde las personas aplican un enfoque científico. Pero, por analogía, el entendimiento de la sociedad —y, sí, de la filosofía y de la política, pero el entendimiento de la cuestión fundamental de por qué la sociedad funciona de la manera en que lo hace, cómo se puede cambiar, en efecto cómo cambia, cómo se puede operar una transformación radical, qué es la base fundamental de todo eso— Marx sintetizó ese entendimiento. Y, sí, de ahí hemos avanzado y las personas —por ejemplo, Lenin, Mao, Stalin en ciertos sentidos, Engels sin duda— han hecho aportes y yo he seguido trabajando en esto y he seguido desarrollando un mayor entendimiento al respecto. Pero Marx hizo el adelanto inicial y fundamental, y la ciencia de la sociedad y la interacción de los seres humanos en toda la sociedad con el resto de la naturaleza y todo lo que eso genera, lo que incluye todas las ideas que genera en los seres humanos, pues, esa ciencia es tan distinta antes de Marx que la biología antes de Darwin en comparación con después de Darwin. Y cuando escuchamos a las personas, hablan de todo menos eso. O bien ignoran o desestiman, o tergiversan y descartan, este entendimiento fundamental.
Y para ponerse a transformar el mundo en un sentido radical, para conducir a la humanidad a un lugar totalmente diferente, en el que en efecto se transformen y superen todas las cosas que son los horrores cotidianos y las que se dice que constituyen el orden natural de las cosas, pues será necesario partir de un enfoque científico al respecto, tener bases en un conocimiento de las contradicciones y dinámicas concretas que configuran a continuo el escenario y vuelven a configurarlo, y los cambios que se producen constantemente, y los cambios que hacen posible tal transformación — no inevitable pero posible. Y es un hecho que las diferentes fuerzas de clase con un entendimiento más o menos consciente van a estar obrando constantemente en ese mismo escenario y trabajando para afectar esas mismas contradicciones desde su propia perspectiva. No se trata de algo como un laboratorio —bueno, hasta los laboratorios tratan con animales vivos, por ejemplo— vienen ocurriendo muchísimas otras cosas, no se trata de manejar unos entes pasivos, sin más ni más que muchísimas cosas que no cambian las que se puede mover de un lado a otro a fin de hacer una revolución. Se trata de unas dinámicas que cambian constantemente y sobre las que las demás fuerzas en la sociedad —o al menos sus representantes conscientes— están trabajando para afectar y cambiar en una dirección favorable al mundo tal como consideran que debe ser.
Bien, para que quede claro, eso no quiere decir que solamente se trate de una narrativa versus otra narrativa o un interés frente a otro interés en algún sentido no materialista. Sólo hay una resolución de todas estas contradicciones que corresponda a los intereses fundamentales de las masas de la humanidad oprimida y en última instancia de la humanidad en su conjunto. Pero eso no quiere decir que no piensan otras fuerzas de clase... todos los representantes de todas las clases piensan — eso es lo Marx también señala en El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, de que todos los representantes de todas las clases piensan que lo que están luchando por plasmar en nombre de la clase que representan corresponde a los intereses generales de la sociedad y de la humanidad. Todos ellos piensan así. Es decir, en cierto que hay algunos oportunistas cínicos y de mentalidad mezquina y funcionarios corruptos, y demás. Pero los representantes más ilustrados o de mente amplia de diferentes clases, y si se quiere utilizar ese término, los que trabajan más sinceramente por esos intereses — en realidad piensan que representan los intereses generales de la sociedad y de la humanidad. Ellos piensan que ésta es la mejor manera en que se podría organizar la sociedad.
Pero hay solamente un programa concreto y punto de vista en que eso es cierto en efecto en esta época de la historia humana, y en términos de la forma en que las contradicciones se manifiestan y el rumbo que tienen que seguir a fin de emancipar a los oprimidos —los condenados de la tierra, los oprimidos del mundo— y en última instancia la humanidad como un todo, e ir más allá del momento en que se superen las contradicciones propias del capitalismo y su manera de organizar a los seres humanos para relacionarse con el resto de la naturaleza, y las dinámicas respectivas, y nos pasemos a una época completamente diferente, en términos de las relaciones materiales y en cuanto a la forma de pensar de la gente. Esto es lo que Marx y Engels recalcaban cuando decían que la revolución comunista implica la ruptura más radical con las relaciones de propiedad tradicionales, por lo que no es de extrañar que se trate de la ruptura más radical con las ideas tradicionales. Eso tiene una base material. No sólo se trata de que éstas sean mejores ideas, o una manera más justa en que la sociedad podría organizarse en abstracto, o como un conjunto de ideas. Sí, es más justa. Pero eso tiene una base material.
Y si no nos basamos constantemente — constantemente pesa la espontaneidad en la que se ejerce la influencia de los puntos de vista de otras clases y sus representantes, lo que hace que empecemos a ver el mundo por ese prisma, por esos lentes. Así que se trata de una lucha constante que hay que retomar, y de bregar colectivamente, no sólo como individuos —sí, como individuos, pero sobre todo colectivamente en las filas del partido, y lo que tiene que ser las crecientes filas del partido, las crecientes filas del movimiento para la revolución, las masas más amplias de personas— una constante lucha para retomar y profundizar nuestro entendimiento y nuestra aplicación viva del conocimiento científico, sobre lo que, para repetir, Marx primero abrió paso y lo que desarrolló de una manera cualitativa (con Engels también, pero Marx más que nadie).
Una vez más, al utilizar esa analogía y recalcarla, se hace que el entendimiento de la ciencia de la sociedad y su interacción con el resto de la naturaleza sean tan fundamentalmente distinto a la forma en que se trataba antes de Marx, como lo son las cosas en la esfera de la biología — como lo son las cosas fundamentalmente distintas después de Darwin que antes de Darwin, aunque las personas han seguido trabajando en torno a lo que Darwin desarrolló, y había muchas cosas que Darwin no entendía, entendía parcialmente o hasta entendía incorrectamente, si bien su entendimiento fundamental era cualitativamente correcto y un tremendo adelanto. Lo mismo ocurre en el ámbito de lo que nosotros estamos haciendo. Había cosas que Marx no entendía. Engels, Lenin, Stalin sin duda, incluso Mao —digo incluso Mao, porque él es más reciente—, pero hay cosas que hemos aprendido que ellos no entendían o no entendían correctamente. Así es la naturaleza de ser científico. Y no obstante Marx hizo ese adelanto cualitativo fundamental inicial. Y ese entendimiento básico —sí, tal como ha pasado por un proceso de bregar continuo y constante desarrollo mediante aportes, y a nosotros nos corresponde la responsabilidad de seguir bregando y contribuyendo a su desarrollo— pero ese entendimiento en ese sentido es lo que tenemos que retomar continuamente, en el que tenemos que volver a afianzarnos, desarrollar bases más profundas y aplicar y plasmar la relación dialéctica correcta entre desarrollar las respectivas bases y aplicarlo, sacar lecciones de la experiencia de su aplicación así como de la mucho más amplia experiencia en el mundo, en diferentes ámbitos. Es necesario profundizar nuestro entendimiento de esta ciencia, volver con ese entendimiento más profundo, y así sucesivamente, en una dialéctica en movimiento hacia adelante, tratando con toda la complejidad sin perder la esencia, sin perder los fundamentos, sin perder nuestro conocimiento de los fundamentos, a la vez que seguimos interrogando los fundamentos. Debido a que ésta es una ciencia. Se trata de ser consecuente, sistemática, completa y cabalmente científico.
Y en efecto eso es lo que es el marxismo, lo que es el comunismo. Esto no implica que no cometa errores — no implica que las personas que están trabajando en esto no se dejen influenciar por las limitaciones de su propio entendimiento, por los puntos de vista de otras clases, por sus propios prejuicios y sesgos como personas, o lo que sea. Eso es cierto en cualquier campo de la ciencia. Pero el método científico es lo que nos capacita para que también aprendamos de todo eso, y lo que nos capacita para hacer un balance y profundizar nuestro entendimiento y hacerlo más correcto, en un proceso continuo. Así que eso es muy importante. Tenemos que ser científicos, y específicamente tenemos que aplicar lo que es, de hecho, el método y enfoque científico más completo, sistemático y consecuente, el enfoque del materialismo dialéctico y comunismo — para que quede claro, el comunismo que se base en el materialismo dialéctico.
La contradicción fundamental y otras importantes contradicciones
Ahora, hay algo más que quisiera tratar —para repetir, no intento tratar todos estos puntos a gran profundidad, pero sólo tratarlos como algo para reflexionar— y para recalcar: algo para reflexionar en el sentido activo. Hace poco me enteré de que alguien hizo una muy buena observación sobre el punto en el discurso (ahora una película) ¡REVOLUCIÓN — NADA MENOS!, en la que hacia el final leí en voz alta Lo BAsico 4:10 (cita que voy a retomar en adelante) y dije, la propongo como algo para reflexionar, que las personas forcejeen con esta cita. Y luego, alguien, al mencionar el hecho de que las personas no han retomado y bregado con esa cita, aunque el discurso pidió que lo hicieran, incluyendo a muchos miembros de nuestro partido y personas a su alrededor, dijo: "Se decía que era algo para reflexionar, pero eso no quería decir que lo dejara en la nevera durante un año”. [se ríe] Bueno, se trata de algo para reflexionar, y eso es lo que me propongo hacer aquí, pero también implica que es necesario adentrarse activamente en las cosas — así como sobre la marcha, cavilar sobre las cosas, pero activamente adentrarse en las cosas y bregar con éstas, a título individual y colectivo, de las maneras apropiadas. En ese sentido, creo que algo que también hay que identificar y con lo que las personas tienen que bregar —algo que no siempre se presenta de esta forma directa, de hecho muy a menudo no se presenta de esta forma directa, pero con mucha frecuencia se plantea indirectamente o en formas parciales— es la pregunta: ¿Qué es la relación entre estas otras contradicciones —por ejemplo, la opresión de la mujer, la opresión de las naciones o pueblos oprimidas o la contradicción entre el trabajo manual y el trabajo intelectual o la relación con el medio ambiente— qué es la relación entre esas contradicciones y la contradicción fundamental del capitalismo y su fuerza impulsora de anarquía?
Bien, hay dos formas en que sería posible equivocarse al respecto. La primera sería tener un enfoque muy mecánico, del materialismo mecánico, en lugar de un enfoque materialista dialéctico. En otras palabras, ver las cosas en términos planos y lineales, y no en términos de contradicciones y el movimiento de diferentes contradicciones y la interacción de diferentes contradicciones. Por lo que así podría haber un enfoque mecánico, de no ver esas contradicciones y su movimiento y su interacción y de ponerse a reducir todo, en un sentido vulgar —en el sentido de que todo es equivalente, en un sentido reduccionista, a la contradicción fundamental del capitalismo— lo que conducirá a toda suerte de reformismo y el economismo. La opresión de la mujer —en un sentido lineal, en un sentido reduccionista, simplemente se reduce a la explotación del proletariado y la anarquía y la competencia que engendra la anarquía entre diferentes capitalistas— que hay que reducir la cuestión de la mujer a qué tanto encaje en todo eso de manera limitada. No. Se trata de una contradicción — la contradicción que se desarrolla en torno a la opresión de la mujer y constituye la raíz de la opresión de la mujer, existía antes del capitalismo, existía antes del surgimiento de las grandes sociedades feudales de Europa, por ejemplo, existía al comienzo de la división de la sociedad en amos y esclavos y en explotadores y explotados. Y se ha transformado, ha tomado diferentes formas y, obviamente, ha estado bajo la influencia del modo de producción tal como se ha venido cambiando a lo largo de la historia. Pero también conserva ciertas características y ciertos elementos básicos que no se pueden reducir a ningún modo particular de producción. Y es muy importante entender eso.
Pero, ¿eso implica que la opresión de la mujer no tiene nada que ver con la contradicción fundamental? Fíjese que ése sería el otro error, por otro lado, de no ser dialéctico. Por eso digo que sería una forma de ver todo en pequeños contenedores —en cajas o contenedores— separados entre sí, y tratar cada una de estas contradicciones como algo independiente en sí, y no como cosas que tienen su propia identidad, en términos relativos, que tienen su relativa diferenciación e identidad, y movimiento y desarrollo, como tal, pero como cosas que están completamente separadas con un muro a las demás contradicciones. Bien, veamos una vez más la opresión de la mujer. La opresión de la mujer, como yo recalcaba, es anterior al capitalismo. No la generó el modo de producción capitalista. En muchos sentidos, se transformó, pero ciertamente no se eliminó, cuando empezó a predominar el modo de producción capitalista en muchas sociedades y luego en el mundo en general. Pero ¿eso carece de relación con la contradicción fundamental del capitalismo? No. Porque los cambios que se han operado en los diferentes modos de producción, como el capitalismo, y los cambios que se han operado en las sociedades capitalistas, principalmente por el movimiento de su contradicción fundamental y la fuerza impulsora de la anarquía, en unos sentidos importantes afectan y cambian esta contradicción, en torno a la opresión de la mujer. Y además, se están desenvolviendo las formas en que esta contradicción se manifiesta ahora (la contradicción en torno a la opresión de la mujer, todas las relaciones sociales que esa opresión supone y todas las ideas que toda esa opresión supone) — aunque tienen su propia diferenciación, su relativa identidad y dinámica, son contradicciones en sí, aunque abarca todo eso — se están dando ahora en un más amplio marco y contexto que en lo fundamental se determina por el movimiento de la contradicción fundamental del capitalismo y su fuerza impulsora de la anarquía.
Así es la manera de entenderlo. Estas cosas tienen su especificidad, pero también existen dentro de ese marco más amplio. Y cabe entender las dos partes de eso y ver correctamente la relación entre esas dos partes. Para repetir, no se trata de una relación estática —se trata de una relación cambiante en movimiento—, pero es importante ver las relaciones correctamente.
Y lo mismo puede decirse acerca de la opresión nacional. Lo mismo es cierto en el caso de algo como el medio ambiente. El capitalismo tiene sus propias maneras específicas de tratar el medio ambiente. No se puede reducirlo, todos los cambios en el medio ambiente —en un sentido directo, lineal y reduccionista— a la mera dinámica del modo de producción capitalista. Pero para repetir, se encuentran dentro de ese marco. Por eso, así es la manera en que tenemos que entender la dinámica. Esa dinámica fundamental de la contradicción fundamental del capitalismo y su fuerza impulsora de la anarquía influencian de forma importante esos cambios — y aparte de afectarlos en algún sentido abstracto, los transforman de diversas maneras.
Así es la manera de entender estas cosas y analizarlas. Y así es posible ver por qué tenemos que ponernos a trabajar para incidir en las contradicciones específicas, a la vez que tenemos que entender cómo encajan en el marco general de todo lo que hay que transformar y cómo es la dinámica fundamental que hay que reconocer y transformar a fin de dar pasos concretos para superar esta época en general y de hecho alcanzar el momento en el que la humanidad esté volando más allá de lo que efecto es un horizonte muy estrecho, tanto en el mundo material como en la forma de pensar de las personas acerca del mundo tal como es y cómo podría ser.
Así, para repetir, eso es algo para reflexionar en un sentido activo, que no se guarde en la nevera ni se deje echar a perder. Como dice Mao, para cambiar el mundo, es necesario conocerlo, para conocer el sabor de una pera, es necesario transformarla comiéndola. Por lo tanto, es necesario adentrarse en estas cosas. Y algo como Lo BAsico 4:10 es muy importante —es una cita que concentra muchas cosas—, pero, al igual que todos los elementos de la teoría científica, también es necesario bregar con ella, aplicarla y, sí, enriquecerla. De eso se trata todo esto, en oposición a toda suerte de religiosidad, a toda suerte de dogmatismo, a toda suerte de reformismo mezquino — todas las bases de todas esas cosas, a saber, la forma no materialista y no dialéctica de partir de un conjunto de ideas o narrativas y ver todas las cosas como cosas estáticas, sin cambios y separadas por muros impenetrables entre sí.
El proceso dinámico que necesitamos a fin de cambiar el mundo radicalmente
Todo esto pone de relieve la necesidad de basarnos en lo que es preciso que sea el proceso vivo del partido y de las personas a nuestro alrededor. Es preciso que sea — fíjese, es preciso que emane mucha alegría y diversión, lo que, a propósito, incluye lo muy divertido que es lo de bregar con la teoría y la línea y además, ser científico, lo que es muy divertido. Además, es muy frustrante. No obstante, es muy divertido, aunque tenga toda la frustración. Pero es preciso que también cuente con otros elementos de diversión, que no sean directamente políticos, directamente programáticos o lo que sea. Pero es preciso que este proceso sea continuo y constante, un proceso vivo y dinámico, tanto formal como informalmente, con el espíritu indicado, vía los medios apropiados. Como alguien ha señalado, es muy importante —de hecho, no sólo es muy importante, sino que es un elemento esencial de toda la cosa— que todos nosotros seamos pensadores críticos, sobre todo. Pero hay una diferencia entre eso y simplemente ser mezquino. Fíjese que las personas que constantemente se ponen a desmenuzar todo — que está mal no sólo porque es mezquino sino porque no es científico, algo que retomaré.
¿Qué significa y por qué es importante tener una disciplina epistemológica? ¿Qué significa eso y cómo está relacionado con lo de explorar con un criterio amplio y bregar de manera activa, con ese algo para reflexionar, y la gestación de ideas al interior del partido y a su alrededor, en todos los niveles, de arriba hacia abajo y por todos lados, que tenemos que impulsar constantemente? Y, de nuevo, digo, para basarse en serio en el enfoque científico de esto y en la clase de método, y el espíritu, si se me permite usar ese término, que es el acompañamiento de tal método y enfoque científico y surge de los mismos, pues se trata de un proceso vivo, y en ese sentido es divertido, aunque a menudo es frustrante. Pero en última instancia lo importante no es divertirse —o frustrarse— más bien, lo importante es cambiar el mundo. Pero, por otro lado, el proceso en sí corresponde al rumbo que trabajamos para tomar y tiene que corresponder a ese rumbo, en su espíritu, digamos, y más en lo fundamental en el respectivo método y enfoque. Y eso es algo que tiene que haber en realidad — tiene que haber mucho más transformación. No digo mirar hacia adentro y solamente bregar mucho en las filas pequeñas —muy pequeñísimas en este momento— de la revolución y del partido, pero es algo que tiene que haber al salir al mundo y en ese contexto bregar con dinamismo con amplios sectores de la gente en la sociedad, y también en nuestras propias filas en el proceso de hacerlo.
La tendencia principal del movimiento de masas NO siempre tiene la razón — el combate a la influencia de la espontaneidad y los esfuerzos de cobijarse bajo el ala de la burguesía
Todo esto se plantea de manera objetiva —no en términos, para repetir, de un conjunto de ideas versus otra o una narrativa versus otra, pero de manera objetiva y en términos del método, enfoque y orientación fundamentales— todo esto se plantea en contra de la reificación y la espontaneidad, por un lado y por otro, el determinismo. Bien, por reificación y espontaneidad, lo que explico retoma el tema con el que empecé. Por ejemplo, salió una declaración durante la Revolución Cultural de China, que tuvo una influencia en algunos de nosotros, cuando empezábamos a entrar en la revolución, y la que está mal. Se trata de un lema que se popularizó un tiempo en esa Revolución Cultural y que estuvo mal e hizo cierto daño, y tenemos que volver a verlo, pensar en él y hacer un respectivo balance científico en la medida en que todavía no lo hemos hecho. Se trata de una declaración, que se lanzó en medio de lo que era un acontecimiento muy positivo, la Revolución Cultural de China, con la participación de decenas y en última instancia, cientos de millones de personas que bregaban con las cuestiones de la misma clase con las que estamos bregando aquí, así como la forma en que se aplican a todos los diferentes ámbitos de la sociedad y política y programa, y así sucesivamente. Pero el lema que menciono fue: La corriente principal del movimiento de masas es siempre correcta. [Le hace pedorretas, se ríe] ¡No! En ese momento, la corriente principal de ese movimiento de masas era correcta. Pero por casualidad se daba una convergencia entre dar una muy buena dirección a las masas que iban por el camino de dicha dirección, y de modo positivo debatir y resolver cuestiones de la mano con esa dirección. Pero, como principio general, es lema es totalmente incorrecto.
Piense en su aplicación. Ha habido muchos movimientos de masas —los movimientos fascistas de masas, los movimientos reformistas, social demócratas, que están totalmente dentro de los límites del capitalismo, los movimientos nacionalistas reaccionarias, a diferencia de un nacionalismo más revolucionario— muchos movimientos que no son correctos. No digo que todas las luchas por la reforma necesariamente sean incorrectas, que sean negativas — pero el reforma-ismo como una concepción del mundo y un enfoque, un programa, es muy negativo. Cuando se eleva al nivel de un principio —que el trabajo por reformas dentro de este sistema es lo único que posiblemente podemos hacer y que es preciso que trabajemos para hacerlo—, pues eso es muy negativo, cuando se eleva a ese nivel de una línea o de un principio, por decirlo así. Pero se han dado movimientos de masas de diversa índole — y esto sigue ocurriendo, las ideas que pululan alrededor, que ejercen una influencia sobre las personas hoy con mejores inclinaciones, las personas que se consideran a sí mismas como progresistas, liberales o hasta algunas que se consideran radicales o lo que sea. Al igual que otro lema que salió (sobre todo creo que este lema era — al menos lo promovían en concreto, si no lo iniciaron, muchas fuerzas revisionistas): "El pueblo unido jamás será vencido". Bueno, ese lema no es científico. En primer lugar, el pueblo ha estado unido y derrotado muchas veces, sobre todo cuando no ha tenido una dirección correcta, pero hasta en ciertas ocasiones en las que la han tenido pero la correlación de fuerzas iba en su contra a corto plazo. Eso no quiere decir que la dirección —eso no quiere decir que uno es incorrecto— a veces es posible ser correcto y perder, y a veces se pierde por ser incorrecto. Pero, en primer lugar, en muchas ocasiones el pueblo ha sido "unido", y derrotado, a veces porque se ha unido en torno a algo incorrecto, y a veces porque las otras fuerzas en su contra son más poderosas en un momento dado.
Pero, en segundo lugar, ¿quién es ese "pueblo”? Se sabe que en el pueblo hay diferentes clases. Sin ser reduccionista y estrecho-mecánico —y por tanto, en realidad economista, obrerista— en términos generales, hay diferentes clases en el pueblo y hay representantes que, por conscientemente que lo perciban, en efecto y de manera objetiva actúan (según Marx) como los representantes políticos y literarios de diferentes clases. Y todos están en contienda. Repitiendo, retomando lo que dije anteriormente, démosles a las personas el beneficio de la duda o la mejor interpretación, de que todas proceden de acuerdo al punto de vista de clase que han adoptado, se basan en lo que consideran que son los intereses generales del pueblo, la sociedad o la humanidad. Pero no todos se basan en la ciencia. Y no todos tratan científicamente lo que son los intereses concretos de las masas populares y lo que son las contradicciones que es necesario luchar por resolver a fin de realizar concretamente los intereses de las amplias masas populares y en última instancia, de la humanidad.
Por eso, el "pueblo" contiene una gran cantidad de diferentes fuerzas en contienda y en muchos casos, en efecto no está mal que se una ampliamente ese “pueblo” a favor de ciertas cosas. A menudo eso es muy correcto y muy importante. Pero, no obstante, en esa amplia unidad, hay diferentes fuerzas en contienda en representación de distintos programas en contienda, o para decirlo simplemente, dichas fuerzas trabajan para conducir a la gente y la sociedad por diferentes caminos en el contexto de lo que ya existe o trabajan de alcanzar algo diferente. Pero de ahí la pregunta: ¿qué es ese algo diferente que trabajan para alcanzar, es radicalmente diferente? Además hay representantes políticos y literarios quienes —a grandes rasgos y sin ser mecánico al respecto, y sin ser ridículo— en efecto luchan por los intereses de estas diferentes fuerzas sociales o de clase en la sociedad. El "pueblo" se compone de todo eso.
Lo he dicho antes y lo diré otra vez, si existiera una clase y una fuerza —de nuevo sin tener una perspectiva limitada, mecánica y economista, pero en términos generales— si existiera una clase cuyos representantes políticos y literarios abandonaran la lucha y no lucharan por los intereses de esa clase, en términos generales, en la situación actual de una clase, sería el proletariado y sus representantes políticos y literarios. Porque ésa es la única clase, y sus representantes, que no sólo no tiene la espontaneidad a su favor, sino que tiene que luchar contra una enorme cantidad de espontaneidad del sistema existente y todas las relaciones, ideas, cultura y valores e instituciones, y así sucesivamente, que reflejan y refuerzan ese sistema. Por lo tanto, los comunistas tienen que llevar una lucha constante contra la espontaneidad — lo que también supone luchar contra lo de seguir a la cola de las masas. Pues, para repetir, con un entendimiento científico y no mecánico de esta cuestión, no es cierto que cada grupo social o de clase actúe espontáneamente de acuerdo con sus propios intereses. Y, para repetir, en particular, el proletariado es la única clase en esta situación, bajo el dominio del capital, que no actúa la mayor parte del tiempo según sus propios intereses.
La pequeña burguesía —permítanme decirlo de otra manera, la pequeña burguesía y sus diversos segmentos y capas (porque la pequeña burguesía no es algo uniforme, pero todas estas diferentes capas pequeño burguesas que componen, a grandes rasgos, la clase media, la pequeña burguesía, digamos)— estas personas sí actúan más o menos espontáneamente según sus intereses, debido a que no tienen que hacer rupturas radicales en su forma de pensar o con la sociedad existente, a fin de actuar según sus propios intereses. Es decir, es cierto que las dinámicas del capitalismo y la clase dominante del capitalismo y sus instituciones constantemente socavan y atacan a los intereses de la pequeña burguesía. Pero —aunque, por un lado, el funcionamiento del sistema apuntala en cierta medida los intereses de la pequeña burguesía, pero por otro lado los socava y suprime— como tal, esos intereses no requieren ninguna ruptura radical y no es posible que conduzcan a tal ruptura. Si alguien actúa de la manera más consciente, por lo que se refiere a representar los intereses de la pequeña burguesía, no puede dirigir a ninguna ruptura radical. Por eso, la pequeña burguesía tiene mucha espontaneidad a su favor, la espontaneidad del sistema existente.
Obviamente no tenemos que hablar del caso de la burguesía. Es obvio que ésta tiene el sistema a su favor, a pesar de que el sistema les causa problemas de toda suerte. ¿Por qué? Debido a que el sistema se caracteriza por esta contradicción fundamental y sus dinámicas, y en particular, la fuerza impulsora de la anarquía, y que está plagado de todas estas otras contradicciones las que surgen y están englobadas en la dinámica de la contradicción fundamental del capitalismo y la fuerza de la anarquía y todo lo que eso engendra, tal como se menciona en la parte anterior sobre el análisis de la relación entre otras contradicciones y la contradicción fundamental.
Pero los representantes políticos y literarios del proletariado de manera abrumadora tienen que luchar contra de la espontaneidad de la misma clase y las masas populares, los condenados de la tierra, los oprimidos de la tierra, cuyos intereses representan en lo fundamental, porque esas masas están atrapadas en la red y las dinámicas, digamos, en la viviente red en movimiento y las dinámicas del sistema capitalista y toda la influencia de esas relaciones sociales y la superestructura— la cultura, la ideología, las instituciones políticas de ese sistema. Por eso Marx planteó las "4 todas" — no sólo como una idea, una vez más, pero como una concentración científica de lo que hay que superar con el fin de llevar a cabo concretamente esas dos rupturas radicales y alcanzar un mundo completamente diferente, sin explotación, opresión y divisiones antagónicas y sin relaciones antagónicas entre las personas y sin la destrucción violenta general que resulta y es parte de eso. Marx decía que era necesario superar todas las relaciones económicas, las relaciones de producción, del capitalismo; todas las relaciones sociales engendradas o comprendidas en esa dinámica; las ideas que surgen de esas relaciones sociales; es necesario superar esas relaciones de clase que tienen su origen en esas relaciones económicas, así como las relaciones sociales que son parte de eso, y las ideas que acompañan y refuerzan todo eso. Eso es todo el proceso. Y no hay ninguna clase en esta sociedad y ningún sector de la población que desarrollará eso de forma espontánea, y de manera consciente se inclinaría por eso y trabajaría por eso. De hecho, hasta aquellas personas a las cuales más fundamentalmente les interesa este proceso van a estar constantemente bajo la influencia de la espontaneidad —y por eso también digo el funcionamiento del sistema y la forma en que ese funcionamiento afecta su forma de pensar y acciones espontáneas— esta situación constantemente las va a alejar de este proceso, aunque corresponda a sus propios intereses y aunque espontáneamente también gravitarán hacia este proceso. Así es la naturaleza contradictoria del proceso.
Por lo tanto, la reificación de cualquier tipo, la idea de cualquier tipo de que la tendencia principal del movimiento de masas es siempre correcta —Ah, según se dice, en vista de que alguien sea de un grupo oprimido, ha de saber lo que es correcto, al menos acerca de su propia opresión o de la opresión de su grupo— No, para nada; aquí se trata de una cuestión de la ciencia. Y se trata de lo que Lenin identificó: los constantes esfuerzos de cobijarse bajo el ala de la burguesía. ¿Por qué? ¿Por qué existen estos constantes esfuerzos? Lo he señalado anteriormente y vale la pena reflexionar al respecto un segundo, adentrarnos en el tema de nuevo un tiempo, aunque sea poquito tiempo. Veamos lo que dice Lenin: ¿por qué no simplemente dice la constante presión de cobijarse bajo el ala de la burguesía? ¿Qué palabra utiliza? Los constantes esfuerzos de cobijarse bajo el ala de la burguesía. Y así se ve una y otra vez.
Mandela — ¿quién es Mandela? Hay que reconocerlo. Era muy valiente. Estaba dispuesto a hacer enormes sacrificios. En su propia mente, tomaba en cuenta los intereses del resto de los sudafricanos en general. Pero, se cobijaba bajo el ala de la burguesía. Y no lo hacía por cobardía. Pero, de acuerdo a su propia historia — la que tengo entendido que era su propia versión, es que él y otros con los que él estaba alineado hicieron cálculos de modo que, si no aceptaran este acuerdo que los imperialistas habían fraguado y les estaban presentando, pues se daría una gran ruptura en la sociedad y una gigantesca cantidad de violencia, y la gente sufriría.
Bien, es que constantemente se presentan cosas así, el que uno sea representante consciente de alguna fuerza o de otra —en última instancia, el que represente alguna agrupación social o clase social u otra— o simplemente sea de las masas populares que andan con la corriente de este movimiento. Constantemente se descubre el precio que hay que pagar, por no cobijarse bajo el ala de la burguesía — así como el hecho de que, como Marx y Engels señalaron, las ideas dominantes de cada época, o de cualquier sociedad, son siempre sólo las ideas de la clase dominante. Por eso, esas ideas, esa manera de pensar y las consecuencias políticas, los respectivos resultados programáticos influencian constantemente a las personas en la sociedad. Y una y otra y otra vez, tanto por motivos oportunistas pero hasta en efecto, por motivos sinceros, vemos que las personas ejercen influencia y cobran influencia, y luego la utilizan para acomodarse con el sistema existente — a veces por las más mezquinas, más corruptas y venales ambiciones propias, pero a veces, con aún más desgracia, por una genuina motivación de querer cambiar el mundo de una manera que consideren que disminuirá el sufrimiento de la gente. Pero no reconocen — por no aplicar plenamente la ciencia, y no tienen esa orientación de tratar todo con un método científico, y en efecto no llegan a conocer la verdad fundamental de que, a menos que se haya roto radicalmente con el sistema existente, a menos que haya sido derrocado y a menos que haya sido transformado radicalmente —a menos que hay sido derrocado el sistema existente, a menos que se haya transformado radicalmente la sociedad y en última instancia el mundo de una manera determinada, hacia la eliminación de las "4 todas" que Marx identificó— a menos que se hayan transformado radicalmente las relaciones de producción, las relaciones de clase, las relaciones sociales y las ideas — no se mejorarán las condiciones de las masas de la humanidad y de hecho éstas van a empeorarse, a la vez que el capitalismo seguirá perpetuándose de acuerdo con sus propias dinámicas y su posición dominante en el mundo.
Por lo tanto, vemos lo siguiente: en la historia hay mucho ejemplos de las personas que dirigieron grandes luchas —con ejemplos de heroico sacrificio propio, no sólo por parte de las bases, digamos, sino también por parte de los líderes— y no obstante, no siempre por cobardía, no siempre por una mezquina corrupción venal, pero por una motivación equivocada, que se deriva de una comprensión equivocada basada en un enfoque no científico, en efecto hacen lo que de hecho es volver a cobijarse bajo el ala de la burguesía, dando pasos atrás en el sistema existente. Y veamos la situación de las masas populares en Sudáfrica hoy, las masas populares africanas. Sí, el apartheid se ha ido — y era buena, era justa y se justificaba la lucha para deshacerse del apartheid. Pero si eso se convierte en el punto final de la lucha, pues es sabido lo que ocurre. Las masas populares sufren de manera terrible. Y para colmo, están desmoralizadas porque sufrieron terriblemente bajo el apartheid, pero había una sensación de que tenían que levantarse — una sensación, un sentimiento de que tenían que levantarse en su contra y efectivamente se levantarán en su contra e hicieron sacrificios para deshacerse de él. Pero ahora cunde la desmoralización y confusión porque se han librado de él, pero todavía están sufriendo terriblemente bajo la dominación del imperialismo, y de las clases explotadoras en su propio país en última instancia subordinado al imperialismo.
Y eso se puede ver a lo largo de la historia. Por esto al final de la Revolución Cultural de China, organizaron la campaña en torno a la novela clásica china, A la orilla del agua. Muy pocas personas entendieron de qué carajos trataba esa novela, pero en efecto tuvo mucha importancia. Desafortunadamente, muy pocas personas le prestaban suficiente atención o la entendían. Se lanzó esta campaña cuando Mao hizo unos comentarios acerca de los incentivos, y probablemente un paquete de reformas, que el sistema existente —el emperador— le ofrecía al héroe de A la orilla del agua (creo que éste se llamaba Sung Chiang), quien era alguien que lideró muchos levantamientos campesinos de masas, y en cierto momento le ofrecieron incentivos y emu… emolumentos (o como quiera que se pronuncie esa palabra, ¿cómo se pronuncia la palabra, emolumentos? [se ríe]). Y Sung Chiang los aceptó y volvió a integrarse en las filas del sistema existente, al servicio del emperador. Y he aquí el lema que se planteó: Los individuos como éstos solamente se oponen a los funcionarios corruptos, pero no al emperador. De esa forma metafórica, se decía que hay muchas personas que hacen un esfuerzo, dirigen a personas y hacen sacrificios, se arriesgan —Mandela va a la cárcel durante décadas— pero en última instancia, solamente se oponen a la opresión particularmente atroz del sistema (ultrajes particulares o formas particulares en que el sistema hace que las personas sufran) pero en última instancia, no se inclinan por la abolición del sistema en su conjunto. Y así continúa el horror. Ésa era la esencia de A la orilla del agua — que estuvo mal solamente oponerse a los funcionarios corruptos y no al emperador (eso no quería decir, en el sentido literal, el emperador; significaba el sistema entero, así era la metáfora).
Se ve todo el tiempo — en "Ocupar", en lo que sea. “Las corporaciones tiene una influencia exagerada”. Bueno, por supuesto que sí, porque las corporaciones son una concentración del capital y se trata de un sistema capitalista. Por supuesto que sería así, pero eso no es la esencia del problema. El problema es la naturaleza misma del sistema y su dinámica económica subyacente y su superestructura para reforzar todo eso, incluido el estado con su aparato represivo militar, la policía, los tribunales, las prisiones, las burocracias, el poder administrativo, etc. Hay que reconocer todo eso. Y sin deshacerse de todo eso y sin reemplazarlo con un sistema que funciona de acuerdo con diferentes dinámicas —y, sí, el que se caracteriza por diferentes contradicciones, porque no existe sistema alguno sin contradicciones, inclusive el comunismo, pero es un conjunto cualitativamente diferente de contradicciones económicas, políticas, sociales, culturales, ideológicas— sin hacer eso, lisa y llanamente habrá, quizá de una forma un poco transformada (más bien, con frecuencia una forma transformada), la misma horrorosa opresión y sufrimiento de las masas de la humanidad y tal vez hasta la extinción de la humanidad por la forma destructiva en que interactúa con el medio ambiente, y/o las guerras.
Por lo tanto, ésa es una lección muy fundamental. Y nunca se conseguirá lo correcto yendo con la reificación y siguiendo a la cola de la espontaneidad. De simplemente creer que solamente "las masas en la calle" determinan lo que es correcto e incorrecto — pues, ¿cuántas veces hemos visto eso? Las personas no hacen ningún análisis científico, no hacen ningún esfuerzo de hacer un análisis científico del contenido de lo que está pasando. Trátese de Ucrania ahora, o Venezuela. Jared Leto sale en los premios Oscar de la Academia y alaba a la gente en las calles. Lo siento, Jared, pero es obvio que no sabes un carajo de lo que está pasando. Creo que eres de buen corazón, pero eso no basta. Déjame decirlo así: es necesario que te preocupes de las cosas. Si no te preocupas de las cosas, si no tienes pasión por la condición de la humanidad y el hecho de que las cosas no tienen que ser así, sal de aquí, pues nunca vas a hacer nada bueno. O, más al grano, que formes esa pasión conociendo lo que en efecto pasa en el mundo y prestando atención y preocupándote al respecto. Pero eso no te va a conducir a donde es necesario ir. Se trata de una base —es una parte de la base que necesitas, es esencial— pero no basta. Tienes que ir más allá y ser científico.
Cuando las personas se encuentran en la calle, vaya, vaya, ¿qué hacen? ¿Bajo qué estandarte se les moviliza? ¿Qué es el contenido objetivo y el efecto objetivo de lo que hacen y qué es la conciencia subjetiva con la que lo hacen? ¿Y qué es el entendimiento correcto de la síntesis de esas cosas? A veces en el caso de las personas, lo que hacen objetivamente puede ser muy bueno, y su conciencia subjetiva no es muy buena, y es necesario determinar lo que es lo principal en esa contradicción. Eso es una contradicción, así que ¿qué es lo principal? ¿Qué es lo que define principalmente lo que se encuentra en la calle? En la Rebelión de Los Ángeles de 1992 — ¿se podría encontrar muchas ideas erróneas, subjetivas? Sí. Pero objetivamente, ¿fue principal y abrumadoramente positiva? Sí. Hay momentos en que lo contrario es cierto. La gente está en la calle con buenas intenciones, pero lo que hace es objetivamente malo, va en una dirección equivocada, perjudicial. Es necesario ser un científico vivo y dinámico. Y hablando de dirigir una revolución, olvídelo si uno no se es constantemente científico — no hablo de que no cometa errores o que no tenga limitaciones. Todos tenemos limitaciones. Así es la naturaleza de los seres humanos, quienes interactúan con el resto del mundo. No digo — no se trata de un argumento humanista, de que todos somos simplemente seres humanos con imperfecciones. Digo que los seres humanos tienen limitaciones en lo que pueden entender y cómo pueden actuar en un momento dado, aun cuando se pongan en serio a ser científicos. Pero constantemente tenemos que ponernos —de forma individual, pero sobre todo colectivamente— a bregar con la forma de ser científico, acerca de lo que eso significa en general y también en su aplicación concreta a muchas contradicciones en un momento dado e ir profundizando nuestras bases en eso y en nuestra capacidad de hacerlo cada vez mejor, aun cuando siempre tengamos deficiencias.
Por tanto, si uno se basa en la reificación y la espontaneidad, eso no es bueno. He aquí el punto donde la cosa se cuaje: si en efecto uno piensa en las masas populares y se es científico, no me importa un maldito carajo lo que algún maldito oportunista sale y dice. Quiero decir, me importa si tiene un efecto. Pero yo no voy a dejar que eso afecte cómo voy a abordar esta cuestión. No se trata de alguna proclamación individual de mi parte. Digo, como punto de orientación: que no nos importe un maldito carajo por lo que se refiere a dejarnos intimidar o influenciar por lo que dicen una manada de oportunistas — no me importa para nada cómo se presentan y no me importan con cuántas "credenciales" tratan de arroparse. Es preciso preguntarse, en lo que esas personas se proponen, ¿constituye una mejor representación de los intereses de lo que la humanidad tiene que alcanzar, en comparación a lo que nosotros hacemos? Si es así, pues que le entremos y aprendamos de ella. Si no, pues que no vayamos a la cola de ello y que no nos dejemos intimidar por ello, y vamos a luchar con ello. Y vamos a ponernos a luchar con ganas con ello. Porque es importante, porque hay que tener en cuenta las cuestiones fundamentales de dos cosas: para quién y para qué (bueno, mencioné una cosa, o dos cosas, pero en fin, ¿para quién y para qué?) y ser científico al determinar qué en realidad corresponde a los intereses de quién.
Y si no lo decimos de esa manera, lisa y llanamente vamos a dejarnos zarandear por toda suerte de oportunistas y, para repetir, por los acontecimientos del día, los virajes de las minucias políticas o hasta los grandes cambios en la sociedad. Como señaló Lenin en "La bancarrota de la II Internacional": cualquier gran punto de viraje en el mundo, tal como el estallido de una guerra mundial en dicho caso, instruye y templa a unos y aturde y quebranta a otros. Por eso, es necesario estar preparado — no se puede dejar zarandear por los acontecimientos del día y los virajes de las minucias políticas. Tampoco se puede dejar perder la orientación a causa de los GRANDES cambios monumentales que se dan, tal vez sin mucho aviso o al menos de una manera que no se anticipó. Y la única manera de hacerlo es basarse constantemente en este método y enfoque científico y en el enfoque científico más consecuente, sistemático y exhaustivo y minucioso, el comunismo, basado en el materialismo dialéctico.
Además, de esa manera, por un lado, es posible empezar a entender la necesidad y la base de combatir a la espontaneidad y no caer en la reificación de diferentes sectores de la población o diferentes personas que activen su participación de manera sincera o de otro modo como representantes de diferentes sectores de la población. Capacita para analizar en concreto lo que representan estas personas, movimientos o tendencias y su relación, positiva o negativa, con el rumbo que las cosas tienen que tomar en términos de una transformación radical de todo el mundo mediante la revolución con el objetivo final del comunismo; pero también capacita, por otro lado, digamos, para no caer en el determinismo. Porque al ser científico, se puede entender que el mundo entero se compone de contradicciones y que la sociedad, la sociedad humana en su interacción con el resto de la naturaleza, se caracteriza por ciertas contradicciones fundamentales y decisivas, a saber, las existentes entre las fuerzas y relaciones de producción y entre las relaciones de producción (o la base económica, o el modo de producción) por un lado, y por otro la superestructura de política, ideología y cultura. Y eso se manifiesta de diferentes formas en diferentes sistemas. El capitalismo, para repetir, tiene sus propias formas particulares en las que se manifiestan esas contradicciones básicas, en la contradicción fundamental del capitalismo y su fuerza impulsora de la anarquía y en las demás contradicciones que surgen de ésa o que están comprendidas en ésa, tal como la opresión de la mujer como un ejemplo muy importante (de las otras contradicciones que están comprendidas en la primera).
Por tanto, de actuar sobre esa base, pues uno no sólo ve lo que está en frente, no sólo la necesidad, el que lo identifique como necesidad o no. No sólo ve la dificultad. No sólo ve el atraso de las masas. No sólo ve el poder que la clase dominante y su sistema en efecto aún tienen. Más bien, ve más profundamente y de una forma más viva todas las dinámicas respectivas, todas las dinámicas contradictorias respectivas, inclusive la contradicción fundamental y, para repetir, todo lo que surge de ésta o se comprende en ésta y los caminos que es posible machetear, digamos, que se pueden forjar por medio de lucha sobre la base de esas contradicciones. No hablo de los caminos que se nos presentan, pero de aquellos que existen ahí en potencia por los que es necesario luchar para abrir y por los que es necesario liderar a las personas y por los que de ahí es necesario seguir liderando a las personas. Porque, para repetir, la presión espontánea, los esfuerzos espontáneos de cobijarse bajo el ala de la burguesía — si uno no tiene conciencia de ello al avanzar, pues va a forjar un camino y va a ir marchando hacia adelante, y mirará a su alrededor y todos se habrán ido, [se ríe] y uno se encontrará solito, porque no ha prestado atención al hecho de que la burguesía y la pequeña burguesía y sus representantes políticos y literarios también están trabajando para incidir en estas contradicciones y trabajan para influenciar a las fuerzas las que uno trabaja para liderar sobre la base de estas contradicciones y que uno tiene que liderar sobre la base de estas contradicciones.
No rendir pleitesía... Reconocer la necesidad como contradicción
Por tanto, hay necesidad, pero la necesidad es contradicción. La necesidad no es sólo, "¡ai, carajo!" La necesidad no es sólo problemas. No es sólo dificultades. No es sólo obstáculos. La necesidad es contradicción. Y al entenderla de esa manera, no se cae en el determinismo; y de tener la síntesis correcta, es posible ver cómo, por un lado, la reificación, la espontaneidad, lo de rendir pleitesía a las masas —de sólo ver el movimiento sin el contenido, cuando las personas estén en movimiento— en efecto se refuerza mutuamente con el determinismo. Esas cosas en sí forman una especie de síntesis perversa. Si los comunistas u otras personas que pueden cambiar el mundo no tienen un enfoque científico, aparte de caer en lo de rendir pleitesía a la espontaneidad, y a la reificación, se encontrarán rindiendo pleitesía a la necesidad de un modo determinista. Además, se trata de la orientación de para quién y para qué — pues, he aquí lo que yo les digo a estos malditos oportunistas de diverso pelaje, y a los representantes de la burguesía: Lo siento, pero es que hay un problema. Si yo les rindo pleitesía a ustedes, las masas populares van a volver a salir jodidas, y jodidas una y otra y otra vez. Por eso yo no les puedo rendir pleitesía. No se debe a que yo soy más fortachón que ustedes. No se debe a yo estoy más listo que ustedes. No se debe a que, en alguna esencia mía, yo soy una persona mejor que ustedes, o lo que sea. Pero por este mismo hecho, se debe a que la ciencia me enseña y sigue profundizando mi comprensión de que si rindo pleitesía a eso, pues las masas populares van a permanecer encadenadas en estas condiciones horribles y esclavizadas, oprimidas y explotadas de maneras horrorosas. Tal vez haya algunas nuevas formas, pero siempre formas horrorosas. Y por eso no podemos hacerlo. Y por eso para obtener algo radicalmente diferente, tenemos que luchar contra todo eso. Y por eso tenemos que ser científicos a fin de luchar en serio de la manera en que tenemos que luchar por eso.
Así que ése es el primer punto primordial que quiero comentar en el marco de este tema en general, digamos, de la base material y el método de hacer la revolución. Para decirlo de otro modo, en cierto sentido todo eso se refiere a lo que es la base material de la revolución. Y he empezado a hablar de método, y ahora quiero tratar de forma más directa la cuestión de un método y enfoque científico.
Un método y enfoque científico — El materialismo y la dialéctica
Así que pasemos a hablar más directamente acerca de un método y enfoque científico. Yo ya he mencionado algo de esto, pero quiero repasar algo de esto y al menos identificar algunas cuestiones esenciales al respecto. He dicho que el comunismo es el método y enfoque científico más consecuente, sistemático, completo y cabal. ¿Por qué? ¿Se trata de solamente una afirmación que hacemos? Es decir que los demás son burgueses o pequeño burgueses, así que no son científicos. No. Se trata de los cimientos básicos y el método básico del materialismo y la dialéctica, y su síntesis mutua. El comunismo, el marxismo tal como se desarrolla constantemente como una verdadera ciencia, es más consecuentemente materialista, en el sentido de que tiene el conocimiento más consecuente del hecho de que toda la realidad es la realidad material, que la realidad material es objetiva y no se determina por las ideas de los individuos. O la puede afectar la interacción de las personas sobre la realidad material más amplia, pero la existencia de esa realidad material más amplia no depende de las personas, de sus ideas o de su interacción con dicha realidad; existe en ese sentido, independientemente de las personas y de sus ideas y su respectiva interacción. Y toda la realidad consta de eso —de materia— de cosas que en efecto se mueven y cambian, que interactúan con otras formas de materia y la que los seres conscientes pueden afectar — de la forma más concentrada y más alta (al menos que nosotros sepamos), los seres humanos. (Al menos eso es lo que pasa en este planeta y dejando de lado esa salvedad de menor importancia para nuestros propósitos —sin tratar la cuestión del potencial de vida en otros planetas—, los seres humanos pueden afectar la materia del modo más concentrado y más alto).
Pero, al mismo tiempo, para ser consecuentemente materialista, en efecto también es necesario ser dialéctico: Es necesario entender que la realidad material no sólo existe sino que existe en términos de contradicciones — que las contradicciones constituyen el modo de existencia de las cosas materiales y de la realidad material en general, que la materia existe y se mueve en las contradicciones y por medio de éstas. Las contradicciones dentro de cada cosa, las contradicciones dentro de todo, las contradicciones entre diferentes formas particulares relativamente discretas de materia en movimiento.
Por lo tanto, únicamente con una síntesis de esas dos cosas —únicamente al entender ambos aspectos, el materialismo y la dialéctica (la dialéctica se refiere al análisis de que todo existe en las contradicciones y se desenvuelve por medio de éstas)— únicamente con un entendimiento de estos dos aspectos y con la síntesis correcta de éstos, en efecto es posible ser rigurosamente científico. Eso es así no sólo en lo que subjetivamente uno intenta hacer sino de hecho, en lo de ser más consecuente, sistemática y exhaustivamente científico — lo que no implica, por cierto, que uno siempre se es completamente consecuente, sistemático y completo en términos de ser científico. Eso retoma el punto anterior sobre los seres humanos y sus limitaciones. Pero de esa manera los seres humanos pueden ser más consecuente, sistemática y exhaustivamente científicos, lo que incluye lo de aprender de sus errores.
Por eso lo decimos así. Esto no es sólo una consigna. No es un "na-na, na bu-bu" — "na-na, na bu-bu, nosotros somos más científicos que ustedes". Se basa en la realidad material y en el entendimiento correcto de la realidad material y de su movimiento y desarrollo, y de las fuerzas motrices, digamos, de ese movimiento y desarrollo y del entrelazamiento de los dos aspectos de que todo lo que existe es materia y que toda la materia existe como contradicciones, en movimiento sobre la base de las contradicciones y que interactúa con otra materia que se compone de contradicciones. Así es la materia. No se trata de que lo nosotros digamos que lo es, o que Dios la creó de esa manera. Así es la materia, así es el entendimiento que hemos formado. Y el marxismo lo ha forjado a un nivel superior y más sintetizado.
La nueva síntesis
Bien, sobre esa base quisiera hablar un poco de la aplicación de la nueva síntesis a esta cuestión. No voy a tratar de repasar todo lo que representa la nueva síntesis — lo que es tema para otra discusión. Pero la nueva síntesis sí representa una base más profunda, una síntesis más completa — una base más profunda y una síntesis más completa del método científico del materialismo dialéctico y por lo tanto, o como una expresión de éste, un método y enfoque más cabalmente científico. Representa el reconocimiento y la ruptura con ciertos aspectos de un materialismo mecánico y de la reificación y hasta de la metafísica que han tenido una influencia secundaria pero no insignificante en el movimiento comunista a lo largo de su historia — por ejemplo, de tratar las cosas según la noción de "la verdad de clase”, o sea, la idea de que existe una verdad de la clase o clases oprimidas y en ésta nosotros nos basamos, a diferencia de entender que existe la realidad material y hay un enfoque científico de la realidad material y que nosotros podemos aprender de todas las fuentes de las cuales podamos aprender, a la vez que vayamos sintetizando lo que venimos aprendiendo con la aplicación consecuente del materialismo dialéctico — a la sociedad, a la naturaleza y a la interrelación, la interacción, entre la naturaleza y la sociedad y entre los seres humanos que componen la sociedad.
En otras palabras, he recalcado mucho hasta ahora, con razón muy necesariamente, la ruptura radical representada por el comunismo. Está la analogía de Darwin: que el conocimiento de la sociedad y de los seres humanos que componen la sociedad, y de sus relaciones sociales —y de todas sus relaciones económicas, sociales, políticas, culturales y de otra índole— y la interacción de todo eso con la naturaleza, es tan radicalmente diferente después de Marx como lo es la biología después de Darwin. Eso es muy cierto y muy importante, y es esencial que nosotros lo tomemos como base. Al mismo tiempo, eso no quiere decir que no se puede aprender nada de las personas que vivieron en épocas anteriores y que expresan un punto de vista de las clases en última instancia distintas al proletariado, o que no se puede aprender nada de las personas que viven en el mundo de hoy. Eso no es lo mismo. Decir que la biología es radicalmente distinta después de Darwin no quiere decir que no se puede aprender nada, ni de alguien que se oponía a Darwin. Pero supone un marco totalmente diferente, y un método y enfoque completamente diferente —para decirlo un tanto burdamente, una caja de herramientas distinta— o un método y enfoque más desarrollado, cualitativamente más desarrollado para ponerse a aprender de todo, inclusive de las ideas de las personas que están en lo incorrecto en lo principal.
Por lo tanto, con este entendimiento correcto (y esto es algo que recalca la nueva síntesis del comunismo que he desarrollado, más que anteriormente — no es que no existía, estaba ahí en Mao, estaba ahí en Lenin, estaba ahí en Marx) se puede aprender de las personas con puntos de vista opuestos y de las personas que en esencia y en general están en lo incorrecto o están equivocadas en su aspecto principal. Esto es algo a lo que la nueva síntesis ha dado más énfasis: digamos, la síntesis correcta del reconocimiento de la ruptura radical representada por el comunismo y, al mismo tiempo, el método y enfoque, basado en esa ruptura radical, de ponerse a aprender de todo. No ir a la cola y adaptar (digo, adoptar) las ideas, las ideas erróneas, de otras personas, pero tener un enfoque de aprender de la realidad de una manera científica.
¿Qué es la ciencia, qué es el método científico?
¿Qué significa eso? ¿Qué es la ciencia? La ciencia quiere decir, en primer lugar, basarse en la realidad, en la realidad material —en entender que la realidad consta de materia en movimiento. Pero también quiere decir interactuar con la realidad material más amplia, acumular pruebas sobre la base de esa interacción— no de una manera aleatoria pero con ciertas hipótesis en mente, que se entiende que son provisionales, son hipótesis, no son teorías completamente desarrolladas, son hipótesis, pero interactúan con el resto de la realidad material a fin de acumular pruebas en relación con algo que se investiga. Y de ahí, aprender de muchas fuentes diferentes, sintetizar e identificar los patrones en esa parte de la realidad que se investiga y explora, y acumular pruebas al respecto — sintetizarlo todo a un nivel superior y de ahí sacar las conclusiones apropiadas. De ahí volver a la realidad para ponerlo a prueba, para ver si lo que se ha sintetizado corresponde concreta y correctamente a la realidad, si predice correctamente lo que ocurrirá y no ocurrirá en la realidad — no en un sentido limitado pero que en el sentido esencial, y en el sentido general, predice correctamente lo que ocurrirá y no ocurrirá en la realidad, lo que puede ocurrir y no puede ocurrir en la realidad. Y de ahí se trata de un proceso continuo. No es un proceso para una sola ocasión… es un proceso en curso el que, no obstante, pasa por etapas cualitativas. Para sintetizar, es un salto cualitativo. Constituye otro salto cualitativo llevarlo de vuelta a la realidad y verificarlo en comparación con la realidad y sacarle conclusiones. En esencia, eso es lo que Mao describe en "Sobre la práctica": el salto del conocimiento sensorial al conocimiento racional, el conocimiento sintetizado, y luego de vuelta a la práctica y más acumulación, y así sucesivamente.
Así que eso es lo que quiere decir ser científico en cualquier ámbito, en cualquier actividad humana o en cualquier ámbito de actividad y conocimiento, y eso es lo que quiere decir en general ser científico. Y eso es lo que tenemos que ir haciendo — la importancia de esto es algo que la nueva síntesis está expresando de manera sintetizada y concentrada. De que en eso nosotros nos basamos. No en las modas. No en las tendencias espontáneas. No en el capital que alguien puede acumular a fin de decir que representa la verdad. Pero en el enfoque científico.
Se ha señalado —y creo que se trata de algo muy importante— que sin un método y enfoque científico, uno es vulnerable a que los fenómenos de cualquier tipo, y las fuerzas de cualquier tipo, las tendencias de cualquier tipo, los oportunistas de cualquier tipo, los charlatanes de cualquier tipo lo despisten, engañen y zarandeen — debido a que uno no tiene bases para poner a prueba si lo que se dice es cierto o no. Uno nada más sigue lo que parece tener aceptación o lo que la mayoría de las personas piensan o creen en un momento dado o qué tanta autoridad tiene o parece tener alguien, a favor de un conjunto particular de ideas. No habrá manera de distinguir lo que es cierto y no lo es y uno estará sujeto a los vaivenes de la situación y a que constantemente lo conduzcan a uno por la nariz como un borrego y, obviamente, por malos caminos. O aunque tengan buenas intenciones las personas quienes influencian a uno, pero no son científicas, no van a conducirlo a uno a donde tiene que ir, en términos de lo que la humanidad necesita y lo que es posible para la humanidad en este momento de su desarrollo histórico — no digo un proceso de historia metafísico ordenado por Dios o dirigido por el universo, pero a donde la historia ha llegado concretamente mediante la interacción entre la necesidad y la casualidad, y las fuerzas y dinámicas subyacentes y las acciones conscientes que las personas ejercen sobre esas cosas —éste es el punto que hemos alcanzado y éste es el punto que es posible alcanzar. Y no es posible alcanzar ese punto sin ser científico y si uno está subordinado a la dirección e influencia de personas que no aplican ciencia.
O uno tampoco va a alcanzar ese punto si deja que gente que no aplica ciencia dirija e influencie a las personas y no refuta y con el tiempo no vencer concretamente estos enfoques no científicos — de una manera buena, y no de una manera dogmática o chillona, pero de una manera muy sustantiva, basada en los principios pero fuerte, cuando sea necesario, y muchas veces es necesario. Vencerlos en el sentido de poner al descubierto lo que tienen de incorrecto y convencer a las personas de modo que los abandonen — no porque es un concurso de egos o son diferentes personas con diferentes narrativas, o diferentes agrupaciones sociales divorciadas de las masas populares, pero por lo que la ciencia enseña acerca de lo que son los intereses y las necesidades de las amplias masas populares en el mundo, y en última instancia, de la humanidad, y lo que es posible en estos momentos.
Constantemente buscar la verdad y llevar adelante la revolución comunista
Bien, sólo quiero referirme a algunas otras cosas que tienen que ver con la nueva síntesis y de ahí pasar a un par de puntos más particulares. Una de las cosas esenciales de la nueva síntesis es, por un lado, la importancia y la insistencia en constantemente buscar la verdad — en otras palabras, otra forma de decirlo es ser consecuentemente científico. No buscarla según narrativas, no buscarla sobre la base de la "verdad de clase" —o diferentes verdades o narrativas de diferentes grupos de identidad— pero ser científico a fin de conocer la realidad material de la manera en que he venido comentando. Pero hay más. Cuando Mike Ely publicó sus "Nueve cartas", dijo (y estoy parafraseando): Bueno, si entramos en un ambiente universitario y decimos, bueno, tenemos una nueva idea radical, buscamos la verdad, ¿considerará alguien que eso es impresionante? Y que era necesario que nosotros dijéramos, en primer lugar, que sí — dado que eso es radicalmente distinto a lo que opera y a lo que impera en las universidades, inclusive entre las llamadas personas progresistas. Cunden todo ese relativismo y todas esas necedades posmodernistas que rechazan la realidad objetiva y la verdad objetiva, e identifican la verdad como sólo una cuestión de relaciones de poder, narrativas, paradigmas o lo que sea. Así que, sí, en primer lugar.
Pero en lo más fundamental, lo que encierra la nueva síntesis es, en efecto y de manera muy importante, buscar la verdad constantemente —en otras palabras, ser consecuentemente científico—, y también la síntesis de eso o la aplicación de eso, digamos, para desarrollar concretamente la lucha revolucionaria hacia el objetivo final del comunismo. Sí, tenemos que ser científicos, pero de lo que se trata es de la aplicación de eso a fin de alcanzar el objetivo del comunismo. Pero además, hay algo muy importante que creo que no se entiende bien, lo que quedaría corto: lo que la nueva síntesis se propone, que es un avance más allá del previo análisis del comunismo (y cuando se dice que es un avance, eso no quiere decir que nunca hubo nada de eso, que nunca hubo ningún elemento de eso; significa que constituye una mayor síntesis) y lo que constituye, es un entendimiento de la relación concreta, la relación dialéctica —que significa que es una relación contradictoria, pero también la síntesis que se puede forjar— entre el proceso de buscar la verdad y hacer avanzar la lucha por el comunismo.
Por eso, como digo en la conversación con unos camaradas sobre la epistemología, es necesario en cierto sentido, digamos, que abracemos las verdades bochornosas, las que nos hacen encoger. Porque, si no lo hacemos, implica que no vamos a ser consecuentemente científicos y no vamos a adentrarnos con suficiente profundidad en la realidad como para poder transformarla hacia el objetivo del comunismo. No se trata de que nos gusten las verdades que nos hacen encoger, sino de que, si esas verdades están ahí y si son ciertas, si son un reflejo acertado de la realidad, tenemos que "abrazarlas", por decirlo así. Tenemos que reconocerlas y hacer que el proceso de conocerlas sea una parte del método y enfoque científico, y del cuerpo cumulativo de conocimiento obtenido mediante la ciencia, que nos capacita para desarrollar la lucha por transformar el mundo hacia el objetivo del comunismo.
Así que ése es un punto muy importante de la epistemología. No simplemente se trata de que, bien, busquemos la verdad, sino de que sí, tenemos que buscar la verdad constantemente —en otras palabras, tenemos que ser consecuentemente científicos— y además entender que únicamente al hacerlo así y al obtener el conocimiento más profundo y, digamos, el más rico conocimiento de la realidad y toda su naturaleza fundamental, y también su carácter contradictorio general y el movimiento y el desarrollo y el cambio y la transformación, será posible que alcancemos en concreto el comunismo, y lideremos a las masas populares y la lucha para tomar y mantenernos en el camino de ir al comunismo y no cobijarnos bajo el ala de la burguesía y no aceptar los emolumentos (o como quiera que se llamen) e incentivos y volver al rebaño del emperador, para usar esa metáfora.
Núcleo sólido y elasticidad
Además, otro punto muy importante que es un elemento esencial de la nueva síntesis en cuestiones de epistemología, es el núcleo sólido y la elasticidad tales como se aplican a la epistemología, tales como se aplican al método y enfoque, tales como se aplican a ser científico. Lo señalé en el discurso Dictadura y democracia, y la transición socialista al comunismo, de que ese núcleo sólido y elasticidad se aplica al método y enfoque. En pocas palabras, ¿cómo? En otras palabras, dije anteriormente, al tratar el método científico: cuando uno sale a investigar el mundo, acumular evidencia y experiencia sobre el mundo y de ahí sintetizar todo eso, es necesario avanzar de acuerdo a algo. No se puede avanzar sin ningún entendimiento en absoluto. Es necesario avanzar según ciertas hipótesis. Bien, dichas hipótesis, a su vez, tienen que ser no sólo narrativas que uno ha inventado o ideas brillantes, sino que en sí tienen que tomarse, extraerse de todo este proceso científico en curso y del mejor entendimiento que el método y enfoque científico ha contribuido en cualquier campo, o en general, a la acumulación del conocimiento de la humanidad. Por lo tanto, todo eso constituye el núcleo sólido — avanzar sobre la base de lo que se ha determinado científicamente hasta ese momento.
Pero de ahí, al mismo tiempo, uno reconoce, cuando sale a hacer eso, que —retomando el punto de Lenin— la teoría es gris, pero el árbol de la vida es eternamente verde. No se refería a que la teoría no era importante. Lo que quería decir era que la teoría siempre es la mejor aproximación que se podría hacer de la realidad —si es una teoría correcta— y, como dijo Lenin, sin la teoría revolucionaria tampoco puede haber movimiento revolucionario. Así que Lenin no decía, ah, vaya teoría, es gris, nos hará falta un poco de verdor de la vida. Decía que la teoría es muy importante, pero la vida siempre es más rica y la vida siempre cambia, ¿la vida está llena de qué? De contradicciones. Existe la realidad material, y existe como contradicción — contradicciones que están en movimiento, cambian, interactúan. Por eso siempre hay más que aprender. Pero no se aprende al decir que nada es verdad, o no podemos conocer nada. Pues, eso no es cierto, eso no es científico. Podemos acumular y en efecto acumulamos conocimiento correcto. Lo que no se refiere a un conocimiento absolutamente correcto, absoluto, pero a un conocimiento esencialmente correcto —es decir, un conocimiento correcto en su principal aspecto— un conocimiento esencialmente correcto de la realidad material. Y aplicamos eso y avanzamos sobre esa base para aprender más y en el curso de eso quizás empecemos a cuestionar parte de esa base sobre la cual avanzamos.
Eso es lo que implica salir al gran océano y no permanecer en un pequeño remolino, un poco de agua estancada. Es necesario estar dispuesto a salir al gran mundo y entender la relación dialéctica entre el núcleo sólido y la elasticidad tal como se aplica a conocer y cambiar el mundo —tal como se aplica a la epistemología y la aplicación de esa epistemología a cambiar el mundo— y tal como se aplica a la relación entre lo que se entiende correctamente, al menos en los principales aspectos, que es cierto acerca de la realidad y hasta lo que se aprende al respecto a la vez que se sale a seguir aplicándolo y seguir cambiando la realidad. Así que eso también es muy importante.
Es fácil perder su orientación cuando se descubra que algo que pensaba que era cierto no es cierto, al menos en parte. De ahí es fácil caer en el relativismo o en el agnosticismo —¿cómo podemos saber?— pero eso no es científico. La ciencia nos enseña —el método y enfoque de la ciencia y del materialismo dialéctico sobre todo, de la forma más concentrada, nos enseñan— que aprenderemos algunas cosas acerca de lo que creemos que es la verdad las que pondrán en tela de juicio algo de eso, quizá la totalidad o una parte específica de eso. Eso es parte del proceso científico, que no debe causar desorientación. No debe causar desmoralización. Es parte del proceso científico por medio del cual obtenemos un conocimiento más profundo a fin de hacer transformaciones más fundamentales hacia el objetivo del comunismo.
El núcleo sólido y la elasticidad — La disciplina epistemológica y el pensamiento crítico
Ahora quiero tratar un aspecto más particular de esta cuestión, una aplicación más particular de esta cuestión. ¿Y qué de la aplicación epistemológica del núcleo sólido y elasticidad en el propio partido y en la aplicación de su dinámica o dialéctica de teoría-práctica-teoría? Ya mencioné el discurso, de hace casi diez años más o menos, Dictadura y democracia, y la transición socialista al comunismo. Y ahí señalo que en toda la vida, y en todo lo que se hace, siempre hay núcleo sólido y elasticidad. Por ejemplo, cuando se celebra una reunión —se cita este ejemplo en ese discurso, Dictadura y democracia, y la transición socialista al comunismo—, cuando se celebra una reunión, es necesario tener cierta base sólida para la reunión. En otras palabras, es necesario tener una orden del día o agenda. Es necesario tener cierta estructura y enfoque, que no se base en alguna determinación arbitraria, pero ¿en qué se basa? Se basa en examinar la realidad material y sus contradicciones y en identificar cuáles son las más importantes contradicciones en las que centrarse en esta reunión en particular en este momento particular, en el contexto de todo lo que hay que hacer, trátese del partido y de aquellos que éste dirige, en el contexto de la construcción general del movimiento para la revolución y la construcción del partido como su núcleo dirigente. Por tanto, hay personas responsables de establecer una agenda, eso es parte del núcleo sólido. Y la agenda es parte del núcleo sólido.
Bien, como también se analiza en ese discurso, si no hay orden del día o no hay estructura para la reunión y todos hablan de todo, pues ocurren dos cosas. No se logra lo que es necesario lograr. No se obtiene un rico conocimiento de la realidad con el fin de poder actuar para transformarla y dirigir a las personas para transformarla, por el rumbo en el que tiene que darse a fin de emancipar a los oprimidos y en última instancia a toda la humanidad. Y por otro lado, de todos modos alguien termina por imponer sus ideas. Toda la anarquía de ningún núcleo sólido, ninguna centralidad, digamos, ningún centralismo, ninguna dirección — bueno, de todos modos alguien termina por dirigir y es casi siempre la persona equivocada. De hecho, tal método tarde o temprano será garantía de que se obtengan resultados erróneos.
Por eso, hay un núcleo dirigente, y una agenda y una estructura. Para dirigir bien ahí, es necesario — digamos que alguien empiece a hablar de algo fuera de la agenda, hay que decir: "Espéreme, no hablamos de aquello, hablamos de esto y por una buena razón; la suya es una cuestión importante, o tal vez no lo sea, pero si lo es, la trataremos en otro momento o bien más adelante en esta reunión o en otra reunión o en otra forma, pero tenemos cosas que hacer aquí". Después de todo, el objetivo es conocer el mundo, ¿con el fin de hacer qué? Con el fin de transformarlo de una manera revolucionaria hacia la meta del comunismo. Eso es lo que hacemos, todo lo que hacemos tiene que ver con eso. Me refiero a todo cuando actuemos como un partido o dirijamos un movimiento — no digo que todas las ocasiones en que comemos tienen que estar directamente relacionadas con la construcción del movimiento para la revolución, y que es necesario que lo que se come —sea una zanahoria, una manzana, un bistec u otra cosa— se determine en un sentido reduccionista de uno-a-uno según su contribución o manera de contribuir a la construcción del movimiento para la revolución y a la construcción del partido como su núcleo dirigente [se ríe]. Más bien, hablo en un sentido general de que eso es lo que hacemos. Y las cosas contribuyen directamente a eso, como las reuniones u otras actividades —incluidas las manifestaciones, luchas ideológicas y programas que se organicen— todas esas cosas contribuyen a eso o deberían contribuir a eso. Todas esas cosas necesitan el núcleo sólido.
Y de ahí el núcleo sólido necesita elasticidad de modo que, dado el tema que se ocupa, digamos que en una reunión, se deje que las personas hablen con amplitud sobre los temas. Si hay demasiada restricción, pues no habrá el proceso indicado —digamos, el proceso rico— que se necesita para llegar concretamente a conocer la verdad más profunda. Y, como en toda realidad material, los límites son relativos. Por ello, alguien puede hablar principalmente sobre el tema, pero puede cruzar el límite y hablar un poco de otra cosa. En la dirección de estas personas, en la dirección de este proceso, es necesario saber cómo tratar esas contradicciones, y quienes no dirigen también tienen que hacer su mejor esfuerzo para relacionarse correctamente a esas contradicciones. Así que se contribuye principalmente al tema que se ocupa y principalmente no lo lleva y lo enrumba hacia otro tema; pero, por otro lado, no se le restringe tan fuertemente que ni siquiera se reconozca que, en vista de que los límites en la naturaleza y la sociedad y en toda actividad humana son relativos y condicionales y no absolutos, es imposible hablar estrictamente sobre algo sin también, en ciertos aspectos secundarios, hablar de otras cosas. Y también hay que tener flexibilidad. Uno abre una reunión con una agenda, pero se presenta algo que no está en el orden del día — en el papel de dirección uno tiene que decidir, y en forma colectiva el grupo tiene que decidir, bueno, ¿este algo que se ha presentado tiene más importancia que lo que estaba a la orden del día, o no?
Por lo tanto, se necesita una disciplina epistemológica. ¿Por qué? ¿Solamente se trata de organización, de disciplina? No. También se trata de la epistemología. El núcleo sólido y la elasticidad tratan sobre todo de una cuestión epistemológica. Se remonta a lo que yo decía acerca de la ciencia. No proceder sobre la base de ningún núcleo sólido. No proceder sobre la base de ningún entendimiento. Hay que proceder sobre la base de cierto núcleo sólido, cierto entendimiento, y luego salir al verde árbol de la vida, la riqueza de la vida, el carácter contradictorio y el movimiento de la vida. Y eso es cierto en todo lo que se haga, hasta en una reunión. Pero si todos simplemente hablaran de lo que quisieran hablar en una reunión y no se centraran en el tema que se ocupan, sin intentar mantenerse disciplinado y centrado, no se aprendería nada bueno, y de hecho se interferiría con el proceso colectivo de aprendizaje de las personas. Y si un partido se compone de personas las que siguen sus propias ideas cada quien por su cuenta, en lugar de lo que el partido ha resumido como su mejor entendimiento cumulativo con una base científica, pues disminuirá y no aumentará su conocimiento de las cosas. Se socavará el proceso de aprendizaje y acciones para transformar el mundo y de aprender más para mejor transformar el mundo. Esa es la parte del núcleo sólido.
Bien, ¿qué pasa con la otra parte, la elasticidad? ¿Eso quiere decir que —por ejemplo, en el caso de que aparezca un fenómeno, algo salga en el periódico de nuestro partido— lo que se supone que hay que hacer es averiguar: "Bueno, yo personalmente no creo en serio que eso es correcto, pero voy a mostrar disciplina, por lo que simplemente voy a encontrar una manera de convencerme de que es correcto, porque se supone que lo es". No. Eso no es científico. Bien, hay estructuras, hay cauces, hay procedimientos cuando uno no cree que algo sea correcto. Uno no sale con opiniones de forma individualista, y dice nada más: "Bueno, yo no me gusta eso, por lo que voy a empezar a decirles a todos los con quienes hablo que eso está mal". Pero se supone que uno deba pensar de manera crítica. Ésa es una parte crucial de la ciencia. Sí, había un lema que se planteó al inicio de la Revolución Cultural al interior de nuestro partido: Ten la humildad de dejar que te dirijan — que es un problema el que la gente no lo haga. Pero, ¿qué se le agregó a ese lema? Sin un atisbo de servilismo. Ten la humildad de dejar que te dirijan, sin un atisbo de servilismo. Ambas partes. Eso también está relacionado con el núcleo sólido y la elasticidad. Es otra expresión del mismo fenómeno general, el mismo fenómeno básico, que necesitamos que la gente piense de manera creativa. Necesitamos gestar ideas. Necesitamos que la gente piense de manera crítica, hasta sobre lo que el partido dice que es cierto en un momento dado — pero de la forma correcta, con el espíritu correcto, con la epistemología correcta, con un enfoque científico y por medio de los cauces y procedimientos correctos. Y necesitamos que la gente tome la iniciativa para pensar y explorar y desarrollar ideas sobre cosas que el partido no ha explorado científicamente y para hacer que eso sea una parte — para aportar eso, de la forma correcta, al proceso colectivo del partido de conocer y entender la realidad, conocer la realidad y transformar la realidad en una dirección revolucionaria en un proceso continuo.
Por lo tanto, se necesita el núcleo sólido, se necesita esa disciplina epistemológica. Si no hay eso, no se aprenderá más pero menos y se irá socavando la capacidad de conocer y transformar el mundo, de dirigir a las masas populares, a un número creciente de personas, para que se conviertan en parte del movimiento revolucionario de conocer y transformar el mundo en una dirección revolucionaria por medio de un proceso continuo. Por otro lado, si uno se muestra servil, si no toma ninguna iniciativa — si no reconoce que el núcleo sólido concentrado en la línea del partido en un momento dado es un núcleo sólido, pero no constituye todo de lo que implica el proceso de conocer y cambiar el mundo, y si no toma la iniciativa de pensar acerca de las cosas que el partido ha dicho y las cosas que ni siquiera ha tratado, y no toma iniciativa de investigarlas, explorarlas y, sí, cuestionarlas de la manera correcta — pues, el proceso también va a resultar socavado y cortocircuitado, y va a salir en marcha atrás y refrenada nuestra capacidad de conocer y transformar el mundo, en concordancia con el objetivo de emancipar a los oprimidos del mundo y en última instancia a toda la humanidad. Por lo tanto, hay que tener ambos aspectos. Eso es algo con lo que es preciso que breguemos.
Contra la "epistemología populista"
Ahora, algo muy importante que se ha planteado, en términos de cómo se aplica al interior del partido, y además en un sentido mucho más amplio, es la necesidad de llevar mucha lucha en el ámbito ideológico y en las polémicas que se han escrito como una forma concentrada de lucha, contra lo que se ha identificado como la "epistemología populista". Ésta se refiere a la idea de que lo que es cierto — que es casi como esas cínicas cosas burguesas de las encuestas. O sea, si uno quiere determinar lo que hay que hacer, levanta una encuesta. En realidad no es lo que hace la burguesía. George Bush lo dejó claro durante los preparativos previos a la guerra de Irak: no le hago caso a los grupos de enfoque, no le hago caso a las encuestas, no me importa el que la mayoría de las personas se opongan a lo que hago, actúo al servicio de los intereses del sistema imperiali... Es decir, actúo al servicio de los intereses, de los intereses nacionales de los Estados Unidos de América y su gran democracia.
Pero eso en realidad no es la manera en que obra la burguesía. Pero ellos sí levantan encuestas, algo que les enseña un poco acerca de lo que la gente piensa, porque tienen que encontrar la manera de hacer que las personas acaten las reglas, y de manipularlas, y maniobrarlas para que sigan las reglas o acepten pasivamente lo que hacen. Pero también lo hacen para influenciar la forma de pensar de la gente — que es uno de los principales objetivos de las encuestas, si no el objetivo principal. Pero en realidad nadie procede según las encuestas. Pero, para repetir, si alguien cayera en eso, serían los comunistas. Por todas las razones que he mencionado, no se trata sólo de que ésta sea una idea mala en abstracto —se supone que seamos una vanguardia, y que no sigamos a la cola—, pero por todas las razones que he mencionado hasta este punto, en términos de la epistemología y el método científico, y lo que es el objetivo, lo que es el objetivo fundamental, y lo que va a conducir a que las masas populares efectivamente.... Fíjese, no me importa su maldita camarilla de poca monta, me entiendes, ni el que su pequeña camarilla consiga unas cuantas posiciones más y forje una pequeña parte del vecindario, como su pequeño capital. Eso no me importa un carajo, debido a que las masas populares, inclusive aquellos que se encuentran en ese barrio, ni hablar de aquellos que se encuentran en el mundo en su conjunto, van a salir jodidas al establecer el marco de las cosas de esa forma.... Digo que sí me importa, un tema que trataré — pero no se pueden establecer los términos y no podemos basarnos en lo que impera entre las masas populares, o lo que tal vez tenga influencia o lo que quizá influencie a las personas en una dirección dada en un momento dado. Tenemos que basarnos en lo que podemos determinar con la ciencia que es fundamentalmente necesario y está en concordancia con los intereses fundamentales de las masas de la humanidad y en última instancia, de la humanidad en su conjunto, a fin de hacer avanzar una revolución en todo el mundo y alcanzar el comunismo; y sin eso, las grandes masas de la humanidad sufrirán terriblemente e incluso podrían dejar de existir. Eso se determina científicamente, y tenemos que seguir retomando la determinación científica y el método y enfoque que conducen a ésta. Y de ahí procedemos científicamente a analizar y evaluar todo sobre la base de su contribución a eso o si no lo hace. No quién domina, cuáles ideas de quién son populares, qué piensa la mayoría de las personas, en qué está metida la mayoría de las personas, qué piensa mucha gente que está de moda, qué piensa la mayoría de las personas que va a corresponder a sus intereses individuales, bla, bla, bla. No nos basamos en eso.
Para repetir, retomemos Lo BAsico 4:11. ¿Qué dice ahí? "Lo que piensa la gente es una parte de la realidad objetiva, pero lo que piensa la gente no determina la realidad objetiva”. Esta cita es sumamente importante. Una vez más, trata la naturaleza contradictoria de esta cuestión. ¿Podemos ignorar, es que carece de importancia, lo que la gente piensa en un momento dado? Claro que no. Pero sobre todo tenemos que entender esta cuestión porque es necesario transformarla por todas las razones que he señalado y debido a lo que esta espontaneidad va a conducir a las personas a pensar y por dónde las va a conducir al dejarlas sin la dirección que solamente una fuerza comunista con bases científicas puede dar. Nadie más puede hacerlo. No digo que ninguna otra persona puede hacer algo positivo, que ninguna otra persona puede contribuir algo a este proceso o que no podemos aprender nada de otras personas que no tienen ese punto de vista y enfoque y método. Eso es incorrecto. Tenemos que aprender de otras personas — éstas pueden aportar cosas positivas, a veces hasta pueden hacer las cosas mejor que nosotros en un momento dado. Pero eso no implica que pueden conducir a las personas y la lucha a donde tiene que ir.
Por tanto, tenemos que entender lo que las personas piensan, que incluye la manera en que están bajo ciertas influencias —la manera en que los oportunistas las manipulan en determinado momento— pero tenemos que entender eso sobre todo porque sabemos que vamos a tener que transformar esa situación. Pues, si el pensar de las personas ya estuviera en consonancia con la necesidad de la revolución comunista y por lo tanto la entendieran a fondo y estuvieran dispuestas a hacer sacrificios por ella, pues, nos encontraríamos en una posición distinta. Pero además, es imposible que se dé de forma espontánea, por todas las razones de la realidad material, lo que incluye muy esencialmente la sociedad en la que todavía vivimos, en la que las personas están encadenadas y restringidas, y la manera de pensar que impera en la sociedad así como los efectos de las relaciones fundamentales de la sociedad y de todas las relaciones sociales y la cultura y las instituciones y estructuras políticas.
Por eso, lo que piensan la mayoría de las personas — o sea, la tendencia principal del movimiento de masas no siempre es correcta, el pueblo unido puede ser derrotado y lo que la mayoría de las personas piensa no es la verdad. Ahora, algunas personas dicen: "Bueno, puede que no sea la verdad, pero es el equivalente funcional de la verdad" — aunque no utilicen esta expresión, en esencia eso es lo que quieren decir. En otras palabras, "Está bien, quizá objetivamente la mayoría de las personas piense que hay un dios, y nosotros sabemos que no lo hay, pero no se puede ir a decirle eso a las personas, porque si uno trata de hacerlo, las personas lisa y llanamente van a volverse en su contra". Bien, tenemos que saber cómo aplicar correctamente la unidad-lucha-unidad. Tenemos que saber unirnos correctamente con las personas en las situaciones en las que podamos hacerlo de una manera que sí contribuya al movimiento general para la revolución y sí cuente con la participación de las personas en lucha contra la injusticia, con muchas perspectivas diferentes, con muchos entendimientos diferentes. Por lo tanto, todo eso es muy importante. Pero eso no quiere decir que sigamos a la cola de sus ideas o que nos acomodemos a sus ideas simplemente porque más gente esté de acuerdo con esas personas acerca de diversas cosas —por ejemplo la religión— que está de acuerdo con nosotros en este momento. En el momento — fíjese que en el momento que hagamos la revolución, más personas, entre ellas, probablemente, más gente en las filas activas de la revolución, tendrán desacuerdos con nosotros acerca de la religión que aquellos que estarán de acuerdo con nosotros. Ésa es la naturaleza contradictoria de lo que hacemos. Pero eso no implica que nos acomodemos a eso en el sentido de estar en acuerdo, obviamente, o hasta simplemente no luchar en su contra. Se necesita un núcleo sólido de personas que ha roto con eso y en efecto ha adoptado un entendimiento liberador de ser científico en la manera de abordar todo esto.
Por eso, no pasamos por alto lo que las personas piensan. Lo que las personas piensan es una parte de la realidad objetiva que tenemos que trabajar para afectar y transformar. Así es la primera parte de lo que dice Lo BAsico 4:11. Pero lo que las personas piensan no determina la realidad objetiva. Lo que las personas piensan no determina sus intereses en un momento dado, o en general. Así que eso es muy importante. Por lo tanto, es preciso que retomemos una y otra vez la cita Lo BAsico 4:11, y breguemos con la misma, tanto en términos de entenderla —la contradicción con la que la cita forcejea y la que sintetiza— como en términos de su aplicación a muchas cosas diferentes.
La "línea de masas"
En este contexto, quiero tratar unos cuantos puntos más. En este discurso, en cierta medida me he puesto a criticar a ciertas formulaciones de Mao [se ríe]. Bien, permítame poner algo muy en claro, por muchas razones diferentes. Ha salido una andanada de ataques que dicen que la nueva síntesis descarta todo el pensamiento comunista anterior, que reemplaza todo lo anterior, diciendo que ha reemplazado todo lo anterior y que todo lo anterior ya no es relevante ni aplicable. Eso es completamente erróneo. Eso sería como decir que las personas que han estudiado la genética en el campo de la biología y la han aplicado a la evolución, estuvieran diciendo que Darwin ya no es aplicable. Darwin no sabía nada acerca de la genética, no existía el campo de la genética cuando Darwin hacía su trabajo y vivía. Pero la gente en la genética dice, éste es un avance más allá de lo que Darwin entendía, y tal vez algunas ideas particulares de Darwin no sean del todo correctas a la luz de la genética y otras cosas que hemos aprendido — pero el núcleo de lo que Darwin desarrolló es nuestra base, dado que tiene una base científica y es correcta en su núcleo y en su esencia. Lo mismo puede decirse de todo el comunismo hasta este momento, antes de la nueva síntesis. Tiene la misma relación. Pero como mayor síntesis — una nueva síntesis implica mayor síntesis, principalmente una continuación, pero también algunas rupturas, algunas rupturas importantes.
Bien, algo con lo que eso tiene que ver es esta cuestión general de la epistemología populista — y cómo Mao caracterizaba la "línea de masas". Él la caracterizó de diferentes maneras, pero el núcleo o modo esencial en el que la caracterizaba y analizaba fue lo siguiente: tomar las ideas dispersas y no sistemáticas de las masas y concentrarlas y sintetizarlas y desarrollar la línea y política sobre esa base y de ahí regresarlas a las masas en la forma de línea y política y de ahí dirigir a las masas a llevarlas a cabo. Bueno, ¿eso constituye una epistemología fundamentalmente correcta y un enfoque fundamentalmente correcto basado en la epistemología? No. Y de hecho, ni siquiera es lo que Mao hizo, en algunos de los importantes puntos de viaje en la revolución china.
Por ejemplo, Mao no determinó que tenían que ir al campo y lanzar una guerra popular en el campo, en lugar de construir el movimiento en las ciudades y luego lanzar insurrecciones urbanas — no determinó eso principal, o esencialmente, mediante la sistematización de las ideas dispersas de las masas. Lo hizo al hacer una evaluación científica de las contradicciones en la sociedad y de la fuerza relativa de las distintas fuerzas y dónde se concentraba la fuerza de las diversas fuerzas — y ésa es la manera en que desarrolló ese enfoque estratégico general de cercar las ciudades desde el campo y hacer una revolución de nueva democracia por medio de la guerra popular prolongada en esas circunstancias.
Asimismo, Mao no desarrolló la política de un frente unido contra Japón por medio de ese proceso de la línea de masas que describí — y creo que lo describí de manera correcta. Sí, las masas tenían sentimientos de que debían luchar contra Japón, porque Japón había invadido a China y ocupaba a China y emprendía una brutal opresión horrenda a partir de esa ocupación. Así que existían sentimientos, pero Mao fundamental y esencialmente determinó ese cambio de política, que era un cambio importante, volviendo a analizar las contradicciones, en China y en el mundo, y de ahí procediendo sobre esa base.
Mao no desarrolló la política que condujo a la Revolución Cultural de China a partir de esa aplicación de la "línea de masas". Sí, los sentimientos de las masas eran parte de lo que él analizaba, de la misma manera en que las ideas de las personas son parte de la realidad objetiva. Pero él analizó las contradicciones en la sociedad socialista de China y en términos más amplios, la forma en que se perfilaban en China en ese momento y sobre esa base desarrolló el entendimiento — captó la necesidad de una forma diferente de lucha contra la restauración capitalista a lo que habían realizado con anterioridad y encontró la forma, como él decía, en la Revolución Cultural. En parte tomaba de lo que las masas hacían, pero mucho más esencial y fundamentalmente analizó las contradicciones de manera científica.
Digo eso porque este concepto de la "línea de masas" es algo que nos ha influenciado a todos — esta “línea de masas” en general influenciaba a todos los que somos veteranos que empezamos a militar durante esos tiempos. Y en parte lo que suscitó este cuestionamiento es que nos encontramos, cuando intentamos incorporar esta "línea de masas" en nuestros documentos —en la Constitución del partido u otras cosas—, nos dimos cuenta de que teníamos que forzarla, teníamos que estirarla y torcerla tanto que ya no era en efecto la "línea de masas" que Mao había desarrollado. Diríamos, "Tenemos que aplicar la ciencia del comunismo a las ideas de las masas..." — pero no obstante no pudimos hacer que funcionara, porque en realidad no constituye la forma de determinar las cuestiones esenciales de línea y política. Es parte de lo que hay que tomar en cuenta, pero no es el enfoque y método fundamental por medio del cual hay que hacerlo.
La venenosa influencia del relativismo, y la epistemología que necesitamos
Bien, al aproximarme a una conclusión, para esta exposición particular, quiero retomar de nuevo la cuestión del relativismo. Este posmodernismo en las universidades y la influencia general del relativismo han tenido un efecto muy venenoso sobre varias generaciones ya, en especial sobre los intelectuales y sobre el mundo académico en Estados Unidos, pero también en términos más generales. Es decir, una buena parte de este relativismo no sólo vino de Estados Unidos — una buena parte del mismo vino de otros lugares como Francia, y otros lugares donde la gente estaba formulándolo. Pero en el ámbito de academia se ha adoptado de manera muy amplia —y ahí ha imperado de manera importante y ha tenido una gran influencia—, en particular sobre lo que se supone que sean las personas y fuerzas más progresistas en la intelectualidad y en la academia, y sectores de las mismas.
A mi parecer —y es preciso explorar más este tema— este relativismo tiene una cierta resonancia, o tiene un cierto paralelo, digamos, pero también tiene una cierta influencia proveniente del campo de la física. Trato este tema un poco en el artículo "Las 'crisis en física', las crisis en filosofía y en política", que está en el primer número de Demarcations. Pero me parece — de nuevo se trata de algo que hay que explorar más a fondo, pero voy a decirlo al menos de manera provisional— que lo que ha ocurrido en el campo de la física, con los esfuerzos de reconciliar lo que revela la mecánica cuántica en términos de la realidad muy micro, los pequeñísimos elementos y partículas de la realidad, por un lado, y por otro las grandes tendencias que Einstein señalaba en términos de la relatividad, y demás — que ha sido muy difícil conciliar o sintetizar esas cosas y, en mi opinión, por eso una buena parte de la física ha caído en la metafísica. Por lo que algunas personas se han quedado en decir —algunos de los puntos de probabilidad en la física de cómo el observador entra en escena, y la ubicación de una partícula, dependen en parte del observador— que eso ha llevado a la tendencia filosófica a decir y ha fortalecido esta tendencia a decir que en realidad nada existe independientemente del observador o que en realidad no puede haber ningún conocimiento que no dependa del observador; en otras palabras, que no existe ninguna realidad que se puede llegar a conocer que sea independiente del observador. Y ese planteamiento empieza a extenderse, me parece, al ámbito filosófico y de hecho ha generado, o reforzado, un cierto relativismo.
Y de ahí —sin apartarnos demasiado del tema— está el tema general de los diferentes universos, que en algunos sentidos casi se ha convertido en ciencia ficción. Bien, yo no soy un experto en la física, por lo que no trato de "juzgar" o hacer juicios desinformados acerca de lo que para mí siguen siendo ámbitos oscuros de la física y son cosas que requieren un alto nivel de abstracción con el fin de ser científicas. Por lo tanto, yo no trato de emitir un juicio sobre ese tema. Pero, he visto algunas formas en que se habla de este tema en términos más populares que casi se parecen a la ciencia ficción —todos estos diferentes universos— lo que sí refuerza, una vez más, la idea de que la realidad material no es objetiva, pero que depende del observador.
No creo que eso sea la principal fuente o causa del relativismo desenfrenado que pulula entre los intelectuales y en el mundo académico y su influencia sobre la gente que tiene una educación universitaria, especialmente en las artes liberales y demás. Pero yo creo que sí ha contribuido a este fenómeno. Y podríamos examinar más profundamente, en otra ocasión, las diversas fuentes que creo que han sido mayores — más importantes en términos de influenciar y reforzar el relativismo, como las derrotas políticas, la revocación de muchas cosas que se desarrollaron a lo largo de los años 1960 y el hecho de que, ante todo, el movimiento de los años 1960 en Estados Unidos no condujo a una verdadera revolución, pero también los mayores retrocesos, por lo que se refiere a la revocación del socialismo y la restauración del capitalismo en China. Creo que todo eso ha reforzado mucho agnosticismo y relativismo y ha dado mucho más agua al molino de las personas que promueven el relativismo y el agnosticismo, etcétera, entre los intelectuales.
Por razones materiales concretas, las personas de las capas sociales medias, incluidos los intelectuales en particular, se encuentran un espacio cómodo en el relativismo. Es esa espesura, la espesura de la complejidad — en efecto la vida es compleja, pero observé en cierto momento que "La vida es gris, no es negro o blanco" es una de las expresiones favoritas de la intelectualidad pequeño burguesa. Y, al ampliar esa observación, esa grisura es la nébeda (hierba gatera) en la que a esos intelectuales pequeño burgueses les encanta revolcarse. O sea, su concepción de la grisura — por supuesto, hay áreas de gris. Lenin dijo que la teoría es gris, pero el árbol de la vida es eternamente verde — y él quería decir lo que sí quiso decir y no quería decir lo que no quiso decir, lo que mencioné anteriormente. Pero, sí, hay complejidad, y lo he señalado muchas veces, porque es muy importante: Nosotros tenemos que estudiar y forcejear, digamos, con la complejidad de las cosas con el fin de llegar a tener la síntesis más rica, más profunda y más científicamente correcta. Pero hacer eso distinto a querer ir al escondite — tal como ha dicho otro camarada dirigente, ir a esconderse en la espesura de la complejidad como una forma de languidecer y revolcarse en la parálisis.
El intelectual pequeño burgués, por una razón, se inclina fuertemente a favor del relativismo y le tiene un cierto amor. Pues, si no se puede determinar concretamente lo que es verdad, pues en realidad no es necesario hacer nada, o en realidad tampoco se puede actuar con certeza porque en realidad no se puede saber. Por lo tanto, tal como otro camarada dirigente ha descrito dicha orientación, "Lo mejor que se puede hacer —y estoy muy contento de que sea así— lo mejor que se puede hacer acerca de cambiar el mundo es no hacer nada en absoluto". Por lo tanto, por ciertas razones, razones materiales las que podemos comprender científicamente, eso tiene un atractivo en la pequeña burguesía, y en particular el intelectual más democrático en oposición a la variante del tendero de la pequeña burguesía.
Pero eso sólo recalca aún más la importancia de la lucha contra el relativismo de este tipo —de las polémicas y la lucha sin tregua en su contra— porque es venenoso y conduce a la parálisis y conduce a la gente a aceptar toda suerte de horrores en el mundo. Y su acompañante, la política de identidad, hace lo mismo. "Bueno, sí, creo que lo de Trayvon Martin es terrible, pero es algo del cual se preocupan los negros, y no soy negro, por lo que no hay nada que yo pueda hacer al respecto". Esa clase de cosas es otra forma de promover parálisis —así como promover las relaciones de mercancías y "poseer" la opresión— la noción de que distintos grupos de identidad que son el objetivo directo o la víctima directa de la forma particular de opresión son los dueños de la opresión. ¿A dónde conduce todo eso? A que el mundo siga tal como está, como dijimos en la polémica contra Alain Badiou, para parafrasear: y el mundo sigue sin cambiar, y la maquinaria del imperialismo sigue operando en el fondo, aplastando vidas y destruyendo espíritus,
A manera de concluir y para completar esta exposición particular del tema del relativismo, quisiera volver a esa cita, Lo BAsico 4:10, mencionada al final de la película ¡REVOLUCIÓN — NADA MENOS! y decir que es preciso que la saquemos de la nevera y la comamos en serio. Como dijo Mao, para conocer una pera, es necesario transformarla comiéndola. Y ésta es una declaración muy concentrada que, para repetir, voy a exponer principalmente aquí y en general como algo para reflexionar — pero en un sentido activo, que se saque de la nevera y que se coma: "Para que la humanidad avance más allá de un estado en que ‘no hay razón como la del bastón’ —y en que en última instancia la situación se reduce a las relaciones de poder bruto—, se requerirá, como elemento fundamental de este avance, un enfoque hacia el conocimiento de las cosas (una epistemología) que reconoce que la realidad y la verdad existen objetivamente y no cambian en conformidad con (ni dependen de) diferentes ‘narrativas’ y cuánta ‘autoridad’ tenga una idea (o ‘narrativa’) ni de cuánto poder y fuerza se pueda ejercer en nombre de cualquier idea o ‘narrativa’ particular en cualquier momento dado”.
Bien, esa cita concentra muchísimo y es importante desmenuzarla y dividirla en sus distintos elementos y de ahí sintetizarla — ése es el proceso que tiene que acompañarla. Y, por un tiempito, en un sentido para estimular más la mente y de ahí terminar. En primer lugar, ¿esta cita dice que, para llegar al comunismo e ir más allá, esta epistemología es lo único que hace falta? No. Hay que aplicar esta epistemología. Para cambiar el mundo material, hay que aplicarla concretamente. Es necesario alcanzar las "4 todas" y hay que derrotar y desmantelar todo el poder estatal y lo demás que se entrepongan en el camino de las “4 todas” y que refuerza las actuales condiciones horrorosas que encarna el sistema actual, el sistema dominante de opresión, explotación y saqueo que existe en el mundo ahora. Pero no se puede hacer eso sin basarse en una epistemología que es una epistemología materialista y reconoce que la realidad material y la verdad sobre la realidad material son objetivas y no cambian según sean las ideas de individuos o grupos o de sus narrativas, o lo que sea, ni dependen de esas ideas de individuos o grupos o de sus narrativas. Por lo tanto, eso es lo primero que hay que desmenuzar en serio. ¿Es eso cierto, y por qué es cierto? ¿Es cierto que no se puede ir más allá de todo eso sin tener esa clase de epistemología materialista — que sin aplicar el materialismo dialéctico de una manera consecuentemente científica para conocer y cambiar el mundo, no es posible ir más allá de todo eso, lo que encarna y plantea la frase “no hay razón como la del bastón” y todo lo que ese bastón refuerce? De ser así, ¿por qué es que eso es cierto? Si no es cierto, ¿por qué no?
Y de ahí la segunda parte de la cita. Sin esa clase de epistemología, sin una epistemología materialista dialéctica científica, para dirigir la lucha para avanzar más allá de toda esta situación y vencer todas las fuerzas y los obstáculos que se entrepongan en el camino para impedir eso, pues, ¿por qué es cierto que una epistemología basada en el relativismo —en la política de identidad, en una verdad que depende del observador, etc.— conducirá en última instancia, y a veces no tan en última instancia, a las relaciones de poder brutas, a la contienda y a la contestación en las que el bastón será el máximo árbitro y sólo habrá razón como la del bastón?
Por lo que voy a concluir con esas palabras a manera de exponer de nuevo algo para reflexionar — y recalcar la exposición activa y la necesidad de adentrarse activamente en lo que se ha expuesto como algo para reflexionar.