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Nota de la redacción: A continuación presentamos un pasaje de la nueva obra de Bob Avakian, El Nuevo Comunismo. Aparte de los pasajes que ya se han posteado en revcom.us, de cuando en cuando publicaremos otros pasajes en revcom.us y en el periódico Revolución. Que estos pasajes sirvan para alentar e inspirar el mayor estudio de la obra en su conjunto, la que está disponible en su totalidad en español aquí, y está a la venta en forma de libro en inglés de Insight Press.
Este pasaje es de la sección titulada “Tercera parte. El enfoque estratégico de una revolución real”.
Adentrémonos más en el enfoque estratégico de la revolución. ¿Cuáles son las principales fuerzas para la revolución, y cuáles son los otros grupos en la sociedad de los que es necesario ganar grandes cantidades de gente, o bien a participar activamente, o a apoyarla, o al menos a asumir una posición de “neutralidad amistosa” hacia la revolución (o sea, al menos no oponérsele)? Obviamente, esto tiene relación con el punto que yo recalcaba antes, de no terminar en un cerco, rodeado y aplastado. ¿Cuáles son las contradicciones cruciales las que hay que enfrentar —donde hace falta transformar la necesidad en libertad e iniciativa para las fuerzas revolucionarias, de maneras significativas— para crear la base para ponerlo todo en juego con una verdadera oportunidad de ganar?
Primero, es importante reconocer que la revolución no se puede hacer y no se hará simplemente difundiendo la idea de la revolución por ahí, y quizás recibiendo algunas respuestas positivas. (Oye, ¡dale un Me gusta en Facebook!... ¡Tuitea un mensaje a favor de la revolución!) Sí, es muy importante propagar que se necesita la revolución, de forma viva y convincente; pero hay que enfatizar lo siguiente: que acumular fuerzas organizadas para la revolución es, y tiene que ser, un objetivo central en los preparativos para una revolución real; y el que se hagan avances reales o no en la acumulación de tales fuerzas organizadas es un indicador fundamental del progreso —o de la falta de progreso— en la construcción del movimiento para una revolución real. Aquí podemos tomar algo de Marx y adaptarlo para esta cuestión: ¡Acumulad, acumulad, acumulad! — ¡Acumulad más y más capital! —dijo Marx— es el Moisés y los profetas para la burguesía. Bueno, podemos decir que para la revolución proletaria, un mandamiento y guía crucial tiene que ser: ¡Acumulad, acumulad, acumulad! — ¡Acumulad fuerzas organizadas para esta revolución!
Y, no se trata de solo acumular por acá, lejos en algún rincón. Podríamos decirlo así: Acumular, impactar; acumular más, impactar más; acumular aún más... y así sucesivamente — a la vez que tomamos en cuenta el panorama más amplio de lo que sucede en el mundo en su conjunto, como se indica al comienzo de la Segunda parte de Hacer la revolución y emancipar a la humanidad. ¿Qué quiero decir por acumular, impactar? Que cuando tenemos fuerzas organizadas, podemos tener un impacto mayor en las situaciones políticas y en el terreno político en general. Para mencionar un ejemplo importante pero de una escala relativamente pequeña, en comparación con la sociedad en general: imaginen que en los levantamientos en Ferguson o en Baltimore, hubiese habido una fuerza organizada de comunistas revolucionarios de solamente cien personas con la capacidad de entrar en escena, propagar ese programa y organizar gente en torno a ese programa en medio del levantamiento — piensen en cómo se podría cambiar todas las dinámicas en esa situación. En cambio, si solo tenemos a unas pocas personas allí, aunque hagan un muy buen trabajo, la capacidad para impactar esa situación va a ser mucho más limitada. Bien, aun así hay que intentar impactar la situación al máximo grado — y para hacerlo, una de las cosas que tenemos que hacer es llegar a ser muy buenos al hacer la agitación, que es algo que realmente tenemos que fortalecer y desarrollar. Pero imaginen si se pudiera tener un mayor impacto en situaciones como esta.
Veía la CNN cuando Don Lemon entrevistaba a una persona en la calle después de la masacre de unas personas negras en esa iglesia de Carolina del Sur. Bueno, alguien representó así a Don Lemon, y creo que realmente captura algo sobre el papel que él desempeña: “Soy Don Lemon — en realidad no soy un hombre negro, pero a veces interpreto uno en televisión”. Eso capta un aspecto importante del papel que él juega como títere de los de arriba. Pero, en todo caso, Don Lemon entrevistaba a una persona, jugando su típico papel de Tío Tom [vendido], y una mujer negra se acercó detrás de él y empezó a gritar; estaban en vivo así que les costaba cortarlo, les tomó un tiempo cortarlo. Ella gritaba: “Hable de la ira, Don. No hable del perdón, hable de la ira, hable de la ira, Don. Obama también es un Tío Tom, Don. Dígales que Obama también es un Tío Tom. Hable de la ira. ¿Está hablando de la ira, Don? Pues, Don, usted es un Tío Tom”. Bueno, es una sola mujer parada detrás de él. Imaginen si hubiera cien personas, que no dicen exactamente lo que esa mujer decía pero impactan aún más la situación con una agitación convincente basada en una comprensión comunista revolucionaria. Pues, eso lo cambia todo. Cambia todo el terreno — incluso con ese número de fuerzas organizadas, cambia todo el terreno. Y de ahí cada fuerza en la sociedad tiene que reaccionar de manera diferente.
Piensen también en lo siguiente: cada vez que las masas se levantan hoy día, se da una situación en la que —allí vienen otra vez— están esos “líderes comunitarios”, que son una versión actualizada de lo que la clase dominante y sus voceros solían llamar “Líderes negros responsables”. La clase dominante los moviliza: figuras religiosas de varios tipos (no todas, pero un número demasiado grande de ellas), supuestos líderes comunitarios y otros, entre ellos algunos que dicen estar del lado del pueblo — que salen en las situaciones cuando la gente está furiosa, está en la calle y le hacen frente a la policía, y luego estas fuerzas se forman, se toman de los brazos y se paran de cara a la gente. Imaginen que hubiera una fuerza de solamente unas 30 personas en esa situación que saliera a decir: “¡Malditos cabrones, están parados de cara al lado equivocado! Si ustedes supuestamente están con el pueblo, deberían formarse contra los cerdos policías. Ellos son los que maltratan al pueblo. ¡Dense vuelta y enfrenten a los cerdos policías!” Se cambiarían los términos — y los Don Lemon de verdad tendrían que “¡irse a comerciales!”. Se incide en el terreno con la presencia de fuerzas organizadas unidas bajo una línea revolucionaria. Hasta en una situación como esa, esto saldría al mundo, especialmente en la actual era del Internet. Se difunde por todos lados. Y luego la gente querrá saber: ¿Quiénes son esas fuerzas que hicieron eso? ¿Quiénes son esas fuerzas que estuvieron del lado del pueblo y se pararon entre la policía y la gente, de cara a la policía, y no permitieron que la policía atacara a la gente? ¿Quiénes son esas personas, que mientras hacían eso, decían: “Hacemos esto por la revolución, para eliminar la brutalidad y asesinato policial y demás mierda que la gente vive en Estados Unidos y en todo el mundo”? Fíjese, cuando hay fuerzas organizadas actuando así, eso impacta en serio la situación, y luego atraen a más fuerzas. No se trata de que todos se unan a la revolución de inmediato ni de que hay que incorporarlos de lleno en las filas de la revolución de inmediato, antes de que siquiera tengan la oportunidad de adquirir una comprensión básica de lo que se trata esta revolución. Tiene que haber trabajo y lucha. Pero así es posible poner en marcha una dinámica en la que las fuerzas de la revolución están creciendo, están desplegando las fuerzas organizadas para la revolución de una manera que impacte significativamente la sociedad y atraiga a la gente a la revolución, y que por medio de lucha están acumulando más fuerzas organizadas… y de ahí es posible hacer más para incidir en la situación, otra vez por medio de mucha lucha. Esta es la dinámica que tenemos que hacer avanzar pero, para repetir, sin bajar nuestra vista solo a esa dinámica, sino ver el mundo entero y cómo influenciamos el mundo entero hacia la meta de la revolución. Pero por eso tenemos que trabajar en serio para acumular fuerzas organizadas para la revolución y desplegar esas fuerzas para impactar el terreno, y acumular e impactar más, sin abordar eso de una manera limitada y lineal (como si todo nada más marchara hacia adelante, de un avance a otro, en una simple línea recta, saliendo directamente de lo que hacemos).
Esta es la base correcta de lo que señala “Sobre la estrategia para la revolución”, y para entender correctamente lo que señala “Sobre la estrategia para la revolución”, acerca de los “miles” y su relación con los “millones” de personas. No se trata simplemente de una noción vaga de “miles de personas” que le den alguna señal de aprobación a la idea de la revolución (o que inclusive tengan mucho entusiasmo al respecto). Si hablamos de dirigir a millones de personas, hace falta una fuerza organizada de miles de personas, un creciente número de miles de personas, que cuenten con la orientación, organización, entrenamiento y dirección para ser una verdadera fuerza y polo de atracción revolucionario — y no una amorfa nube de electrones que flotan por ahí sin ningún núcleo sólido real.
Introducción y orientación
Víctimas necias del engaño ajeno y propio
Primera parte. Método y enfoque, el comunismo como una ciencia
El materialismo versus el idealismo
Materialismo dialéctico
Con cuál modo de producción
Las contradicciones y dinámicas básicas del capitalismo
La nueva síntesis del comunismo
La base para una revolución
La epistemología y la moral, la verdad objetiva y necedades relativistas
El yo y un enfoque “consumista” de las ideas
¿De qué se tratará tu vida? — Elevar la vista de la gente
Segunda parte. El socialismo y el avance al comunismo:
Un mundo radicalmente diferente que podría haber, un camino hacia la verdadera emancipación
Las “4 Todas”
Más allá del estrecho horizonte del derecho burgués
El socialismo como un sistema económico y un sistema político — y una transición al comunismo
El internacionalismo
Abundancia, revolución y el avance al comunismo — Un análisis materialista dialéctico
La importancia del “concepto del paracaídas” — En este mero momento, y aún más a raíz de una revolución real
La Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte —
Núcleo sólido con mucha elasticidad basada en el núcleo sólido
Emancipadores de la humanidad
Tercera parte. El enfoque estratégico de una revolución real
Un solo enfoque estratégico general
Acelerar mientras se aguarda
Fuerzas para la revolución
La separación entre el movimiento comunista y el movimiento laboral, fuerzas impulsoras para una revolución
Liberación nacional y revolución proletaria
La importancia estratégica de la lucha por la emancipación de las mujeres
El Frente Unido bajo la Dirección del Proletariado
La juventud, los estudiantes y la intelectualidad
La lucha contra los modos de pensar pequeño burgueses, al mantener la orientación estratégica correcta
Los "dos máximos"
Los "5 Altos"
Las dos piedras angulares
De nuevo “Sobre la posibilidad de la revolución”
El internacionalismo — El derrotismo revolucionario
El internacionalismo y una dimensión internacional
El internacionalismo — Forjar otro camino
La popularización de la estrategia
Orientación fundamental
Cuarta parte. La dirección que necesitamos
El papel decisivo de la dirección
Un núcleo dirigente de intelectuales — y las contradicciones que esto supone
Una "pirámide" de otro tipo
La Revolución Cultural al interior del PCR
Es necesario que los comunistas sean comunistas
Una relación fundamentalmente antagónica — y las implicaciones cruciales de eso
El fortalecimiento del Partido — de manera cualitativa así como cuantitativa
Formas de organización revolucionaria, y el "Ohio"
Estadistas, y comandantes estratégicos
Métodos de dirección, la ciencia y el "arte" de dirigir
Trabajar desde "Sobre la posibilidad" hacia atrás —
Otra aplicación del "núcleo sólido con mucha elasticidad basada en el núcleo sólido"