Revolución #70, 26 de noviembre de 2006

voz del partido comunista revolucionario, eu

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Revolución #70, 26 de noviembre de 2006

“Lo que vemos en contienda, con la jihad por un lado y McMundo/McCruzada por el otro, son sectores históricamente anticuados de la humanidad colonizada y oprimida contra sectores dominantes históricamente anticuados del sistema imperialista. Estos dos polos reaccionarios se oponen, pero al mismo tiempo se refuerzan mutuamente. Apoyar a uno u otro de esos polos anticuados, acabará fortaleciendo a los dos”.
Bob Avakian,
presidente del
Partido Comunista Revolucionario, EU

Lo que está en juego en Irak—para ellos… y para nosotros

Primera parte:
La encrucijada de Irak: Por qué Estados Unidos se lanzó a la guerra
Larry Everest

Larry Everest

Tras las elecciones legislativas, el primer orden del día para la Casa Blanca, el Congreso y toda la estructura política es decidir qué hacer en Irak. En la cúpula se está cimentando el consenso de que la situación ha llegado a un “punto crítico”: de que se podría avecinar una gran derrota estratégica (o un desastre) de graves consecuencias para el poderío global estadounidense (y toda la trayectoria y funcionamiento de la sociedad); y que la postura de Bush de “aguantar hasta el final”, es decir, seguir por el mismo camino, tiene que cambiar.

No está del todo claro cómo cambiará (o no cambiará) la estrategia en Irak el gobierno de Bush ni qué mezcla de opciones escogerá. Para el gobierno, el problema es que este desastre está “entrelazado” con sus objetivos en Irak y toda la región, que sus propias acciones han creado nuevas contradicciones y que la situación amenaza con zafársele de las manos (y quizás ya lo ha hecho). El hecho de que la Casa Blanca esté considerando una “última gran ofensiva” con 20,000 soldados más (The Guardian, 16 de noviembre) subraya lo decisiva que es esta encrucijada.

Para entender este debate, las opciones que están debatiendo, por qué las consideran y cuáles podrían ser las consecuencias, es necesario empezar con el marco en que funcionan los estrategas imperialistas. ¿Por qué invadieron Irak? ¿Qué necesidad motivó la invasión y por qué decidieron que una guerra resolvería esa necesidad? ¿Cuáles han sido las consecuencias de la conquista y ocupación? ¿Qué está en juego en Irak y cuán profundas son las dificultades estratégicas? Y en vista de todo esto, ¿cuáles son sus opciones? En la primera parte se abordan las dos primeras preguntas.

La guerra de Irak: Ni casual ni caprichosa

Puede ser que la guerra de Irak resulte un error para los imperialistas, pero iniciarla no fue una decisión casual ni caprichosa. Estados Unidos es un imperio que obedece a las exigencias del capitalismo global (o imperialismo): un sistema de explotación de los mercados, recursos y mano de obra, y de dominación de grandes extensiones del globo, que lleva a fuertes rivalidades entre las grandes potencias.

La dominación del Medio Oriente ha sido un elemento crucial del funcionamiento y el poderío del imperialismo estadounidense desde la II Guerra Mundial. Es el nexo geopolítico que vincula Europa, Asia y África, y la fuente del 60% del petróleo y el gas natural del mundo. Controlar el petróleo no es solo necesario para el mercado nacional: el petróleo es la sangre vital de un imperio moderno y una fuente de enorme poder estratégico. Es un insumo clave de la economía, cuyo precio influencia el costo de la producción, las ganancias y las ventajas competitivas. Es un instrumento de las rivalidades imperiales: quien lo controla tiene palanca en la economía mundial y en los países que dependen de él. No es posible proyectar el poderío militar por todo el mundo sin una fuente abundante de petróleo.

En su autobiografía, Henry Kissinger (secretario de Estado durante la presidencia de Richard Nixon) escribió que el “petróleo barato y abundante” es la “premisa básica” de la prosperidad del Occidente en la posguerra. (Mis memorias, p. 720). Bush habló de eso hace poco en el programa del locutor radial derechista Rush Limbaugh, cuando advirtió que “me preocupa mucho que… Estados Unidos abandone el Medio Oriente” porque podría dejar “a los extremistas… la posibilidad de utilizar el petróleo como arma para chantajear al Occidente”. (10 de noviembre en el portal Raw Story)

La primacía engendra su Némesis

En la década pasada la situación global y regional cambió radicalmente. El derrumbe de la Unión Soviética en 1991 fue como un sismo geopolítico global. Durante décadas la URSS fue el principal rival imperialista de Estados Unidos y un gran obstáculo a sus ambiciones, especialmente en el Medio Oriente. Cuando se derrumbó, Estados Unidos quedó sin un reto serio a su hegemonía global (los estrategas neconservadores lo bautizaron un “momento unipolar”). Pero el fin de la guerra fría conllevó un montón de nuevos problemas: rápidos cambios en las tendencias globales políticas y económicas, más competencia económica y nuevos retos a la dominación de los países oprimidos. Por encima de todo, para la clase dominante de Estados Unidos estaba la necesidad de aprovechar el momento antes de que se desvaneciera la oportunidad, se fusionaran otros centros de poder, y se desbordaran las tensiones económicas, sociales y culturales internas.

En el Medio Oriente, la presencia de la Unión Soviética en el flanco norte ya no contenía las grandes ambiciones de Estados Unidos. Pero se le presentó otra serie de problemas, que avivaban un polo potencialmente desestabilizador de oposición a la hegemonía estadounidense: el fundamentalismo islámico.

Irónicamente, la guerra del golfo Pérsico de 1991 (una brutal afirmación del poderío estadounidense tras la invasión de Kuwait de Saddam Hussein) agravó esas tensiones. La guerra tuvo un alto precio económico: en los países del Golfo, la combinación del estancamiento de los ingresos petroleros, los 55 mil millones de dólares que contribuyeron para financiar la guerra y una explosión demográfica llevó a enormes déficits presupuestarios y una enorme baja del ingreso per cápita. Fouad Ajami, profesor derechista de la Universidad Johns Hopkins, escribió: “La primacía engendró su Némesis… la angustia… que se instaló en la región tras la rápida guerra de la Pax Americana. Toda la región quedó más pobre: el precio del petróleo cayó en picada y los estados petroleros pagaron un alto precio para financiar la guerra”. (Foreign Affairs, noviembre/diciembre de 2001)

A pesar de sus grandes riquezas petroleras, en 1999 el producto interno bruto de los 22 países de la Liga Árabe era menos que el de España. Los 280 millones habitantes del mundo árabe ganaban en promedio menos de una séptima parte de lo que ganaban los habitantes de los países industriales, y uno de cada cinco ganaba menos de 2 dólares al día. Unos 65 millones eran analfabetos, dos tercios de ellos mujeres. (Arab Human Development Report, 2002)

La guerra del Golfo engendró odio hacia Estados Unidos por toda la región, que creció a lo largo de la década cuando las sanciones impuestas a Irak por Estados Unidos e Inglaterra causaron la muerte de por lo menos 500,000 niños iraquíes. Además, la guerra envalentonó a Israel, que expandió sus asentamientos ilegales en Cisjordania y Gaza, y sometió a los palestinos a violencia y humillación constantes: se apoderó de más tierras, demolió más casas y llevó a cabo más arrestos y redadas.

En el 2002, el periodista y diplomático francés Eric Rouleau concluyó: “El deterioro de las relaciones árabes-israelíes es una amenaza a la estabilidad del estado saudita de una manera que no se esperaba en el Occidente, especialmente en Estados Unidos… los extranjeros han subestimado la indignación de la población saudita que ha prendido el sufrimiento del pueblo palestino, y el hecho de que la culpa de este sufrimiento se le echa menos a Israel que a su protector, Estados Unidos. Dadas las estrechas relaciones de Washington y Riad, esa indignación empieza a dirigirse hacia la monarquía saudita”. (Foreign Affairs, julio/agosto de 2002)

La indignación popular también creció contra otras tiranías apoyadas por Estados Unidos: Egipto, Jordania, Turquía y los estados del Golfo. El historiador William Cleveland concluyó que, tras la guerra del Golfo, “el descontento popular hacia las élites gobernantes se extendió por toda la región… Es difícil recordar una época antes de fines de la década pasada en que el descontento popular fuera tan amplio, en que tantos gobiernos autoritarios llevaran tantos años en el poder y se acercaran a su fin, y en que una sola potencia extranjera (Estados Unidos) ejerciera una dominación tan exclusiva y suscitara un resentimiento tan profundo”. (A History of the Modern Middle East, p. 525)

Simultáneamente, las fuerzas de oposición tradicionales de la región, los nacionalistas árabes y los partidos comunistas pro soviéticos (muchas veces aliados íntimos) se debilitaron, se derrumbaron o (en el caso de la OLP) capitularon al imperialismo. Ese vacío (tanto de las clases dominantes como de las masas) lo llenaron los fundamentalistas islámicos, que recibieron un fuerte ímpetu con la toma de poder de las fuerzas islámicas en la revolución iraní de 1979 y con la derrota de la URSS en Afganistán y el ascendiente del Talibán. (El Talibán y el gobierno islámico de Irán tenían conflictos entre sí, pero de conjunto fortalecieron el polo del fundamentalismo islámico). Esas tendencias son representantes reaccionarios del viejo orden, tanto feudales como burgueses. No se oponen fundamentalmente al capital imperialista, pero chocan de varias maneras con los intereses de Estados Unidos y los gobiernos de su establo.

Las profundas transformaciones que ha causado el capitalismo global han atizado el crecimiento del fundamentalismo islámico. Millones de campesinos están a la deriva, sin sus raíces tradicionales, empujados a los tugurios urbanos. No se han incorporado al proletariado o las clases medias urbanas. También hay mucha gente de capas sociales más altas que tiene educación pero no encuentra trabajo en su país. El fundamentalismo islámico se basa en las relaciones sociales tradicionales, especialmente la religión y la opresión de la mujer, así que tiene cierto atractivo tradicionalista para las masas de diversas capas que se sienten a la deriva.

El polo islámico cobró fuerza durante toda la década pasada y se le plantó al orden impuesto por Estados Unidos, directamente y a los estados de su establo, como Egipto y Arabia Saudita. En la clase dominante estadounidense surgió una corriente de opinión que exigió acción decisiva para reconfigurar las estructuras de dominación regional y, como parte de eso, aplastar a los fundamentalistas islámicos.

Una guerra por la transformación regional y el poder global

En los años 90, Estados Unidos intentó tumbar a Saddam Hussein por medio de golpes de estado y sanciones económicas, pero falló. La “credibilidad” de Estados Unidos (la percepción de su poderío) sufrió y, paralelamente, sus ataques contra el pueblo iraquí generaron mucha furia. Para complicar las cosas, el consenso de los imperialistas a favor de las sanciones empezó a titubear. Su colapso hubiera sido una grave derrota política, pues hubiera fortalecido a Hussein y le hubiera dado oportunidades a los rivales de Estados Unidos en la región (y contratos de petróleo).

Hussein no era islamita ni aliado de bin Laden u otros islamitas, pero al mantenerse en pie y no capitular contribuyó a una dinámica de indignación hacia Estados Unidos en la región, que alimentó a la oposición islamita.

El gobierno de Bush aprovechó los ataques del 11 de septiembre para iniciar una nueva estrategia global por medio de lo que llama la “guerra contra el terror”. Esa fue la oportunidad para hacer lo que se mencionó arriba: utilizar el poderío militar para reconfigurar a la fuerza la región y derrotar a los fundamentalistas islámicos, como parte del plan de crear un imperio indiscutible e indisputable.

Por varias razones relacionadas, pensaban que la derrota de Hussein sería un primer paso crucial. Para empezar, la clase dominante de Estados Unidos consideró necesario demostrar “resolución” tras los ataques del 11 de septiembre. Como dijo en ese momento Newt Gingrich, “bombardear unas cuantas cuevas en Afganistán no lo iba a lograr, pero la conquista de Irak sí serviría”. También pensó que un ataque serviría para frenar el crecimiento del fundamentalismo islámico. Antes de la guerra, Henry Kissinger, que aparentemente ahora es asesor de Bush, dijo: “El derrocamiento del gobierno de Irak… también podría tener consecuencias políticas benéficas: el populacho árabe podría sacar la conclusión de que las consecuencias negativas de la jihad superan cualquier posible ventaja”. Después de iniciar la guerra, James Schlesinger, ex director de la CIA, dijo: “El resultado alterará el mapa estratégico y psicológico del Medio Oriente… Se les dará menos peso a los sermones de Osama bin Laden de que Estados Unidos es débil, de que no está dispuesto a aceptar penurias y de que es fácil perjudicar su economía vulnerable”. ("Political Shock and Awe," Wall Street Journal, 17 de abril de 2003)

El gobierno de Bush calculó que la invasión de Irak debilitaría e intimidaría a sus vecinos, pondría fin a la lucha palestina y fortalecería a Israel. (Se informa que en la primavera del 2003, cuando Estados Unidos lograba sus primeras victorias, los líderes de Irán solicitaron negociaciones sobre el respaldo a Hezbolá, el reconocimiento de Israel y su programa nuclear, pero aparentemente Cheney los rechazó). La ocupación de Irak le daría a Estados Unidos control directo de la segunda reserva de petróleo del mundo y privaría de ella a sus rivales. Estacionar sus fuerzas armadas en el corazón del golfo Pérsico y Asia Central lo situaría en el flanco sur de Rusia y en el flanco occidental de China.

Además, suponía que la invasión iniciaría transformaciones por toda la región: le abriría las puertas de sociedades tradicionalmente cerradas a la globalización imperialista, desarrollaría la clase media y crearía ciertas instituciones de democracia burguesa. Todo eso satisfacería las necesidades del capital estadounidense y, a la vez, estabilizaría gobiernos títeres inestables y vulnerables (como Arabia Saudita, Egipto y Jordania) y debilitaría a los movimientos fundamentalistas islámicos.

Esas grandes ambiciones reforzaron la urgencia de reprimir la oposición islámica. Tales transformaciones pueden suscitar desestabilización (como en Irán, donde esfuerzos similares del sha contribuyeron a la revolución de 1979) y no se pueden llevar a cabo en medio de inestabilidad política y amplia oposición. Además, los cambios que Estados Unidos quiere efectuar los odian los islamitas.

Nicholas Lemann, del New Yorker, describió cómo los funcionarios del gobierno de Bush se imaginaban que la guerra de Irak iba a debilitar a las fuerzas fundamentalistas islámicas:

“Después del cambio de gobierno, Estados Unidos convencería a Irán de que cancelara su programa de armas nucleares y dejara de respaldar terroristas en otras partes del Medio Oriente, especialmente a Hezbolá. A Siria, que se encontraría rodeado de estados pro Estados Unidos, como Turquía, un Irak reconfigurado, Jordania e Israel, y ya no tendría que depender de Saddam para obtener petróleo, se le convencería de que cooperara con el plan de limpiar a Hamas, Jihad Islámica y Hezbolá. Si Siria se acercaba a Estados Unidos, también lo haría Líbano, su estado clientelista. Hezbolá (con sede en Líbano) quedaría sin apoyo. A la Autoridad Palestina, habiéndose quedado sin aliados en la región, no le quedaría más que renunciar de manera categórica al terrorismo. Arabia Saudita tendría menos influencia sobre Estados Unidos, pues ya no sería la única fuente importante de petróleo y base de operaciones militares en la región, y por fin se le podría persuadir de que dejara de ayudar económicamente a Hamas y Al Qaeda por medio de organizaciones de beneficencia islámicas”. ("After Iraq," 10 de febrero de 2003)

Irak debía ser el modelo de tales transformaciones y el trampolín para otras iniciativas militares y políticas. Irónicamente, eso no se debe a que en ese entonces Irak fuera un semillero de resistencia islámica. Todo lo contrario: era uno de los países de mayor nivel de educación y más laicos de toda la región. Eso, así como su considerable clase media y enormes reservas de petróleo, le hicieron pensar a Estados Unidos que era el mejor candidato para sus planes en la región. Zalmay Khalilzad, ahora embajador de Estados Unidos en Irak, dijo que la conquista del país era “un elemento clave para la estrategia de transformar la región entera”.

A los ojos de Estados Unidos, las fuerzas fundamentalistas islámicas habían dejado de ser aliados útiles, como fueron en la lucha contra el nacionalismo árabe y la Unión Soviética en las décadas de 1970 y 1980, y ahora eran uno de los principales obstáculos a sus metas y ambiciones.

Por eso, y no por temor a ataques contra Estados Unidos, es que oficiales como el general John Abizaid (comandante en jefe de las fuerzas armadas estadounidenses en el Medio Oriente) dicen que si no se detiene el ascenso de la militancia islámica, podría llevar a una tercera guerra mundial. (Reuters, 18 de noviembre)

Las grandes ambiciones suscitan enormes obstáculos

Los objetivos que motivaron la invasión de Irak se desprenden de las exigencias del capitalismo global de Estados Unidos, y de sus necesidades y oportunidades en el Medio Oriente tras el colapso de la Unión Soviética. Fue y es una guerra iniciada a fin de enfrentar agudas contradicciones para mantener y profundizar su dominación de la región. Lo que hace tan difíciles las alternativas que ahora tienen los imperialistas en Irak es que las actuales dificultades están entrelazadas con sus objetivos y surgen de ellos. La necesidad de lograr esos objetivos subraya lo difícil, por no decir imposible, que sería simplemente retirarse de Irak y por qué una derrota tendría repercusiones tan profundas.

Continuará: Un atolladero

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Revolución #70, 26 de noviembre de 2006

La lucha en la esfera de las ideas

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Revolución va a publicar una serie de ensayos y charlas de Bob Avakian, presidente del PCR, EU, sobre temas y contradicciones de la transición socialista al comunismo. Estos materiales abordan a fondo una amplia gama de interrogantes, como la epistemología y el método; la teoría del estado; la dictadura y la democracia en la sociedad socialista; las formas del nuevo poder estatal; el papel de las clases y los sectores intermedios entre el proletariado y los imperialistas en la nueva sociedad, y la política hacia ellos; la importancia del disentimiento; el punto de vista comunista sobre el arte; la orientación general de “núcleo sólido con mucha elasticidad”; y muchos otros interrogantes del proceso de forjar una sociedad encaminada al comunismo y una sociedad vibrante donde se quiera vivir.

El ensayo de esta semana salió en el Obrero Revolucionario (ahora Revolución) Nos. 1250 y 1251 (22 y 29 de agosto de 2004) y en inglés en el libro Observations on Art and Culture, Science and Philosophy, Bob Avakian, Insight Press, Chicago, 2005.

 

Primero voy a hablar por un rato. No sé exactamente cuánto tiempo, pero… lo más seguro es que va para largo… [risas]. Después, tendremos un tiempo para preguntas y discusión. Así que le entro con muchas ganas y mucho entusiasmo.

El título de la charla, como saben, es “Dictadura y democracia, y la transición socialista al comunismo”, pero antes de entrar directamente al tema, quiero hablar de la importancia de trabajar con las ideas y la lucha en la esfera de las ideas. Supongo que la mayoría de ustedes leyeron el artículo de Ardea Skybreak que salió en el OR hace un tiempo —”Las ideas y la lucha por descubrir la verdad”2 — que recalca la importancia de adentrarse profundamente en esa esfera y explorar las ideas con la mente abierta y después llevarlas al mundo y a la práctica para ponerlas a prueba.

Este método es sumamente importante en la ciencia y en general en la esfera de las ideas. Los que nos proponemos aplicar la concepción del mundo y la metodología del comunismo debemos ser los mejores en esto, pero requiere mucho trabajo. No es algo automático. No porque uno asuma la concepción del mundo y metodología más científica, sistemática y exhaustiva, necesariamente va a ser bueno para trabajar con ideas ni va a descubrir automáticamente la verdad. Por otra parte, como también hemos recalcado, hay gente que no aplica esa concepción del mundo y metodología, que discrepa con ella o incluso la aborrece y, sin embargo, descubre verdades importantes. Comprender eso es una parte muy importante de captar y aplicar plenamente la concepción del mundo y metodología del comunismo. O sea, esto tiene una naturaleza muy contradictoria.

Debemos reconocer que trabajar con ideas es una lucha aparte y que hay que adentrarse en ella, aunque no se da divorciada del mundo, de la práctica y la lucha por cambiar el mundo, de las masas y las diversas actividades y aspectos de la vida. Hay que basarse firmemente en esa orientación básica y a la vez reconocer que para conocer cualquier esfera y transformarla, es necesario adentrarse profundamente en ella, intercambiar puntos de vista con otros que trabajan en esa esfera y tomar en cuenta sus ideas.

Una vez me preguntaron cómo leo, si hago lo que se llama proof-texting, es decir, leer un texto con el propósito de refutarlo. Me preguntaron si leo con el fin de comprobar mis planteamientos. Esto se refiere al método de fijarnos solamente en cosas que confirmen nuestras ideas. Por ejemplo, tenemos una discrepancia con cierto autor y al leer sus escritos nos centramos exclusivamente en eso y en las cosas que comprueben nuestro punto de vista en una especie de círculo tautológico que lleva a decir: “¡Claro! ¡Está equivocado!”. No abordo las cosas así. Aun cuando esté en total desacuerdo, procuro examinar lo que el autor está explorando, las ideas que quizá sin querer deja al descubierto o analiza más sistemáticamente. Podemos aprender incluso de los reaccionarios en muchas esferas, hasta en lo político y lo ideológico. Desde luego, ¡no adoptamos su punto de vista ni sus opiniones políticas! [risa] Pero hay cosas que podemos aprender, y es muy importante tener esa orientación.

Lo recalco porque aunque las masas de proletarios explotados y oprimidos son la columna vertebral de la revolución, es muy importante ganar e incorporar a otras capas, especialmente a los intelectuales, generar simpatía y obtener su apoyo a nuestro proyecto y visión de un mundo radicalmente diferente, un mundo comunista. Tenemos que ir conquistando a la mayor cantidad posible para que se vuelvan intelectuales revolucionarios comunistas, partidarios de nuestra causa, y también, para que ingresen a la vanguardia. Sin eso, jamás habrá una revolución comunista.

Una duda que muchos tienen es si es posible que un militante de un partido de vanguardia comunista trabaje con las ideas de una manera crítica y creativa o haga trabajo innovador en las artes y la ciencia. Muchos opinan tajantemente: ¡no! Dicen que un partido disciplinado que aplica el centralismo democrático y tiene un núcleo de dirección sólido y en algunos casos un líder individual muy fuerte necesariamente apaga la iniciativa a tal punto que no se puede crear algo verdaderamente nuevo en esos campos. O sea, que la propia fuerza y peso de la disciplina y el “aparato burocrático” del partido termina sofocando y aplastando todo impulso creativo o crítico.

Bueno [risa], es una duda válida que la verdad no tiene respuesta fácil. Claro, en lo fundamental estoy convencido de que la respuesta es y tiene que ser: ¡sí se puede! Pero no es fácil ni sencillo, y en la historia del movimiento comunista internacional no hemos logrado solucionar completamente este problema. Tenemos que aprender mucho más, hacer un balance crítico y encontrar nuevos modos de lidiar con esto. Hay que examinar crítica y profundamente en toda su complejidad las importantes experiencias tanto muy positivas como negativas (que son considerables) del movimiento comunista internacional, la sociedad socialista y la dictadura del proletariado porque, francamente, necesitamos aprender cómo hacer las cosas mucho mejor.

Por ejemplo, en varios escritos y charlas he mencionado la experiencia del agrónomo (botánico) Lysenko 3 de la Unión Soviética, quien afirmó haber producido nuevas variedades de trigo que harían posible un gran aumento de la producción agrícola. En ese entonces tenían un problema muy serio: la agricultura estaba muy atrasada y no avanzaba al ritmo de la industria. Desde luego, si esa brecha se ensancha más y más, trastorna la economía y hace imposible construir la economía socialista. Fue un problema muy grave, especialmente al principio y mediados de la década de 1930. Lysenko planteó una teoría que negaba los principios básicos de la evolución y se basaba en la noción de heredar caracteres adquiridos, la cual no tiene fundamento científico. Pero desde una perspectiva pragmática era muy conveniente y en apariencia ofrecía una solución a los problemas de la agricultura y, por eso, Stalin y otros respaldaron a Lysenko. Eso hizo mucho daño. A corto plazo y en un sentido inmediato, no dio los resultados que esperaban. Además, hizo mucho daño en general en cuanto a la forma de pensar, y de formar y capacitar a manejar la relación entre la teoría y la práctica, y entre la realidad y la lucha por comprenderla y transformarla. Todo eso tuvo consecuencias negativas a largo plazo en la Unión Soviética y en el movimiento comunista internacional porque inculcó un método erróneo.

Claro, fue una situación muy compleja porque muchos de los expertos y científicos destacados de la biología, botánica, etc., eran de la vieja sociedad, y política e ideológicamente eran reaccionarios. Así que la contradicción se expresó muy agudamente: Lysenko quiso hacer un avance para la causa socialista y se le oponían expertos que, no todos pero la mayoría, eran reaccionarios, pero en ese caso tenían más razón que él. Sin embargo, se optó por la solución que pareció más conveniente y silenciaron a los críticos.

Ven que el problema es complejo y no es fácil manejarlo. Me refiero a que son cuestiones muy concretas de vida o muerte. Alimentar a la población es una cuestión de vida o muerte, y de eso precisamente se trataba: alimentar a la población, darle ropa en el invierno… y en Rusia hace un frío bárbaro en el invierno, peor incluso que en Chicago.

La economía socialista no se apoya en los imperialistas ni explota a las masas. Lucha por crear nuevas formas, nuevas relaciones de producción, y nos toca a nosotros, el proletariado, la vanguardia y las masas, dar solución a esos problemas.

Lysenko quiso solucionar un problema con un método erróneo, pero peor aun fue el enfoque instrumentalista de los que lo respaldaron, o sea el punto de vista que dice que las ideas son un instrumento de nuestros deseos o metas y que busca “rehacer la realidad” a su imagen y semejanza. Quiere que la realidad sea un instrumento de metas predeterminadas, en lugar de partir de la realidad tal y como es y procurar transformarla en su movimiento, cambio y desarrollo (porque así es la realidad). Esta es una cuestión fundamental de concepción y metodología.

Dejando de lado la experiencia de Lysenko y hablando en general, hay una contradicción, un conflicto objetivo, entre la línea y disciplina del partido en un momento dado y el trabajo y pensamiento crítico y creativo en la esfera de las ideas ampliamente hablando, un conflicto, una tensión muy real. El partido se empeña en movilizar a sus filas y a las masas para cambiar la realidad, y tiene que hacer un análisis de los aspectos clave de la realidad y de cómo movilizar a la gente para cambiarlos. Eso de por sí implica que en un momento dado hay muchas cosas a las cuales no puede prestar atención. Por eso, hay que combatir la tendencia de pensar que lo sabemos todo. Los comunistas por definición somos gente de convicciones firmes [risa]. En todo tenemos una opinión [risas]. Pero es muy importante saber distinguir entre una opinión y un hecho científico fundamentado por todo un proceso de diversas actividades y establecido como el retrato más fiel de la realidad que se tiene en un momento dado. Bueno, uno va al cine y sale con ciertas impresiones. Es una opinión y no es otra cosa. Es muy importante saber distinguir entre impresiones u opiniones y un hecho científico fundamentado en todo aspecto y comprobado sin lugar a dudas por muchas vías independientes, y eso es especialmente importante para los comunistas, sobre todo los líderes de un movimiento o un partido comunista.

Es otra contradicción que tenemos que manejar. Queremos cambiar la realidad y procuramos captarla en su movimiento y cambio, por decirlo así, pues no se detiene para darnos chance a analizarla. Siempre está en movimiento y en proceso de cambio, y procuramos movilizar a las masas a captarla y cambiarla, lo cual requiere que muchos jalen parejo. En un auténtico partido de vanguardia no podemos tener una situación en que cada cual jale por su lado y lleve a la práctica su propia línea porque, si fuera así, no podríamos movilizar a las masas a cambiar la realidad. Pero como es necesario que todos se unan y jalen parejo a fin de movilizar a las masas, surge el peligro y la tendencia de imponer las ideas desde arriba. Sería fácil si fuera simplemente un problema burocrático, pero lo que pasa es que hay la necesidad de movilizar a la gente, basándose en la verdad como la entendemos, y eso requiere dirección y muchas veces requiere movilizarla “desde arriba”.

¿Cómo manejar esa contradicción? Hay que movilizar a la gente de acuerdo a la verdad, como mejor la entendemos, y a la vez tener una actitud crítica y estar abiertos a la posibilidad de que nuestro entender sea erróneo en un aspecto u otro o incluso en cuestiones centrales. Es muy difícil manejar correctamente esa contradicción. Tenemos que hacer un balance de la experiencia y aprender a hacerlo mejor también. No es fácil, pero tenemos que hacerlo mejor.

Lo esencial no es, como a veces dicen, aprender a pensar por sí mismo. Hace unos años, señalé en un escrito que es un dicho tonto, pues todo mundo piensa por sí mismo, ¡porque es imposible pensar con otro cerebro! [risas] De una forma u otra todo mundo piensa por sí mismo con el propio cerebro. Pero el asunto esencial es, ¿de acuerdo a qué punto de vista y metodología? Lo fundamental no es el “pensamiento libre” en un sentido abstracto como un principio por encima de todo, sino pensar de acuerdo a la concepción del mundo y metodología comunista, y aplicarlas a fin de captar la realidad de la forma más completa y sistemática. No es posible captar cabalmente toda la realidad, me refiero a las cosas esenciales que se pueden identificar en un momento dado que se deben analizar profundamente, captar y transformar. Pero también hay que tener la mente abierta en cuanto a otras cosas a las cuales no se está prestando mucha atención, e incluso las cosas en que le estamos prestando atención, y a la vez, ¡hay que entrarle a cambiarlas!

Lo esencial no es el pensamiento libre. El asunto esencial es, ¿de acuerdo a qué punto de vista y metodología? Pero también se necesita un elemento de pensamiento libre y eso es cierto (o incluso más cierto) para los comunistas. En eso radica la contradicción y la tensión porque en un partido comunista disciplinado, que se rige por el centralismo democrático, el pensamiento libre no se da automática ni espontáneamente, o si se da así, lleva a desviarse y causa daño. ¿Cómo hacerlo correctamente? ¿Cómo manejar correctamente esa contradicción? Tenemos que dedicarle más atención a eso.

Todo lo anterior está muy relacionado con un principio que Mao recalcó: el marxismo abarca pero no reemplaza las diversas esferas de la sociedad y actividad humana. Cada una tiene su particularidad de contradicción, como dijo, sus propios rasgos, cosas que hay que investigar profundamente, examinar y explorar completamente en todos sus aspectos. Así lo señala Ardea Skybreak en su artículo: ya sea la música, la física, la biología o cualquier esfera que podamos imaginar, tiene sus particularidades y los expertos de cada campo se dedican a explorarlas.

En la historia de la revolución china, y especialmente en la Revolución Cultural, se guiaron por el principio de rojo y experto, y que rojo dirige a experto. Es decir, los comunistas y la línea comunista deben guiar a los expertos de los diversos campos. Es un principio importante porque, de lo contrario, otras ideologías están al mando y crean problemas para sintetizar correctamente lo que se está explorando y aprendiendo en el proceso de descubrir la verdad más completa en cada esfera.

Combinar rojo y experto y que rojo guíe a experto es un principio importante, pero si vamos a dirigir en una esfera, lo primero es ser buenos para aprender y buenos para unirnos con los avanzados (política e ideológicamente) de ese campo. Son un eslabón muy importante. Como dijo Mao, si vas mucho a la ópera (una expresión popular en China), te vuelves experto, aun si no sabes cantar o componer música. Pero para captar algo cabalmente hay que adentrarse en eso, lo cual está relacionado, a su vez, con una de las grandes divisiones de la sociedad de hoy: lo que llamamos la “contradicción intelectual/manual”. Las masas son excluidas de diversos campos de conocimiento y en general de la esfera de examinar ideas y trabajar con ellas. Claro, hay excepciones, como todos sabemos, presos que en las circunstancias más horrorosas se desenvuelven como intelectuales, y algunos como intelectuales revolucionarios e incluso comunistas. Pero son casos muy contados, pues requiere una tremenda lucha en circunstancias muy adversas. Fíjense en las masas y la situación en que trabajan y en que crecen sus hijos. ¿Cómo van a adquirir la capacidad de trabajar con ideas? Los exprimen, los sofocan a muy temprana edad.

Es una de las grandes contradicciones que tenemos que superar a través de la transición al comunismo, porque mientras exista esa contradicción, existe la base para que se transforme en una relación de opresión y explotación. Para dirigir una sociedad, hay que trabajar con ideas y hay que pensar. No hay de otra. No sirve nada más vengarse de los que dominaban la sociedad. Quizá dará satisfacción muy momentánea a algunos, pero no es nuestro propósito ni lleva a las transformaciones que necesitamos. Es necesario pensar y trabajar con ideas, pero hay que hacerlo sin fortalecer, es más, hay que hacerlo de una manera que ayude a superar la gran división entre un puñado (relativamente) en el mundo que ha podido meterse de lleno a “trabajar con las ideas” y las masas que esencialmente han sido excluidas de ese campo.

¿Se acuerdan de la película Contact, creo que se llamaba, que se basa en la novela de Carl Sagan acerca de contactar a seres de otros planetas? Jodie Foster sale como científica y un tipo (protagonizado por Matthew McConaughey) le dice: “Te crees muy inteligente, ¿no? El 95% del mundo es creyente, pero tú no. Tú muy sabe-lo-todo piensas que sabes algo que toda esa gente no sabe”. Ahí está la contradicción, porque el “5%” (en realidad es más que 5%) que no es creyente tiene razón, pero las masas no tienen las bases para sacar la conclusión que esa minoría ha sacado porque son excluidas de ciertos conocimientos y de aprender a trabajar con ideas y explorar esa esfera.

Esto es algo muy grande que tenemos que superar, pero no con métodos toscos. Debemos aplicar los principios que Mao sentó, como el principio de “abarca pero no reemplaza”.4 Tenemos que aprender a colaborar con expertos en esas esferas y aprender de su trabajo y sintetizarlo, y llevar, sobre todo a los avanzados, a adoptar esa síntesis y unirnos con ellos a fin de influir a más gente, a la vez que vamos aprendiendo de ellos.

Es algo muy espinoso. A muchos los intelectuales les caen gordos y les guardan mucho rencor. En el caso de China, los mandarines, autoridades con estudios y todo, dominaron a las masas y las trataron como menos. Se dejaban crecer las uñas para presumir que no hacían trabajo manual. Se distinguían por las uñas largas, como quien dice: “Yo no soy de la gentuza que carga bultos. Soy de otra clase. Ustedes me cargan los bultos. ¡Órale!”. En este país no es exactamente igual, pero hay grandes divisiones. Unos tratan a otros como menos y estos les guardan mucho rencor. Tendremos que superar eso, de ambas partes. Es importante que las masas capten el papel y la importancia del análisis teórico y de trabajar con ideas, y tenemos que capacitar a las masas que tienen más talento para eso, no porque sean superiores a los demás, pero por una combinación de casualidad y circunstancias tienen ese talento y pueden servir de enlace o eslabón. No lo digo en un sentido utilitario de usar a esos individuos. Me refiero a que debemos motivarlos a ser una especie de enlace con más amplias capas de las masas.

O sea, es importante que los que tienen la capacidad de trabajar con ideas y con teoría trabajen en esa esfera, pero también que sirvan de enlace con más amplias capas de las masas y las ayuden a captar esas cosas y ver que no son misteriosas, que las ayuden a entrarle a esa esfera también.

Pero no es fácil. Nuestra experiencia ha demostrado que no es fácil. Pensábamos hace muchos años, cuando empezamos a hacer todo esto, que había que capacitar a las masas que se desenvuelven en esto y naturalmente iban a poder hablar con los demás de todas estas cuestiones. Pero para hacerlo hace falta otro salto. Porque ese individuo ya no es igual que antes. No es igual que antes y no es igual a las demás masas porque ya no ve las cosas igual que ellas. Así que no es tan fácil. Se requiere dirección y trabajo para dar otro salto a captar todo esto más profundamente y poder llevarlo a las masas y abrirles la puerta a ellas para que empiecen a explorar esas ideas.

No podremos hacer esto en gran escala hasta que tengamos el poder. En esta sociedad no es posible eliminar la división intelectual/manual, pero podemos lograr ciertos avances y, en principio, jamás debemos aceptarla ni cederle nada en un sentido estratégico. De hecho, es una razón más por la que necesitamos la revolución. No podemos superar esa división en los confines de esta sociedad, porque el sistema seguirá fortaleciendo esas divisiones aunque tratemos de minarlas. Todo esto tiene que ser parte de un movimiento revolucionario para tumbar el sistema y dar a luz una nueva sociedad en que de veras podemos bregar con esas contradicciones y superarlas correctamente. No con una perspectiva simplista de denigrar o menospreciar el trabajo en la esfera de las ideas, pero con la orientación de apreciarlo plenamente e incorporar plenamente a las masas a esa esfera de una forma correcta. Será una lucha muy compleja y ardua a largo plazo, y es uno de los aspectos más importantes de avanzar, finalmente, al comunismo.

Lo anterior es una especie de introducción a los temas centrales de esta charla.

A la luz de todo esto es crucial que profundicemos nuestra comprensión de la importancia de trabajar con ideas, de la lucha en esa esfera, y de la orientación y método correcto de para qué y para quién, y qué punto de vista y metodología debe guiar el trabajo y lucha en esta esfera.

Ciertamente uno de los puntos focales más importantes (pero no el único) en este momento es la lucha por confrontar y combatir los constantes ataques contra la experiencia de los países socialistas, especialmente la dictadura del proletariado y el concepto de totalitarismo, y a la vez examinar críticamente la experiencia concreta de esos países y la dictadura del proletariado y sacar lecciones más completas, principalmente positivas, pero también confrontar y analizar a fondo los errores y deficiencias, que son muy reales.

Leí un comentario interesante de un camarada del movimiento internacional que dijo: “Defiendo firmemente la experiencia de la revolución socialista hasta la fecha, pero no quiero vivir en esos países” [risas]. O sea, tenemos mucho trabajo para hacerlo mejor la próxima vez. Es una actitud muy dialéctica y también materialista: debemos defender esas cosas; históricamente son grandes logros, pero también debemos avanzar sobre esa base, llegar más lejos y hacerlo mejor en ciertos aspectos porque si no, las masas no querrán vivir en esas sociedades y, a lo mejor, nosotros tampoco.

Tenemos que confrontar y combatir los ataques, y a la vez analizar a fondo los errores y deficiencias, que son muy reales. Urge refutar los ataques contra el socialismo y la dictadura del proletariado de una forma cabal, profunda y viva, no de una forma dogmática ni estereotipada. Es un punto crucial de la lucha de clases en la esfera ideológica ahora. Lo que logremos en esta lucha tendrá profundas implicaciones para el trabajo guiado por los objetivos estratégicos de revolución, socialismo y, en última instancia, un mundo comunista.

Esto tiene aplicación general, y también para el proletariado y los oprimidos. Es muy erróneo pensar que estas cuestiones no afectan a las masas. Oyen esto y lo otro. Claro, no han leído ponencias o análisis detallados, pero se ha filtrado a la conciencia popular y las bombardea todo el tiempo de diversas formas. Las mismas conclusiones que se elaboran en tesis intelectuales, las reducen a lemas que se repiten a todo volumen todos los días. Además, las masas tienen dudas muy concretas acerca de si otro mundo es posible. No solo porque la propaganda burguesa las siembra; también vienen de las contradicciones concretas con las cuales bregan y a las cuales buscan soluciones. Tenemos que darles soluciones, pero más que eso, tenemos que incorporarlas al proceso de encontrar las soluciones. Hay trabajo que hacer y lo tienen que hacer los que tienen una comprensión más avanzada y talento, o van desenvolviendo el talento, para trabajar con ideas y explorar esa esfera.

Es importante combatir los ataques contra el comunismo y entrarle a fondo a esas cuestiones con el proletariado y los oprimidos. Pero también es particularmente importante hacer esto con los intelectuales (y tiene sus particularidades), lo cual nos lleva de vuelta a lo que dije al comenzar esta charla.

Notas

1. Este ensayo es de la charla “Dictadura y democracia, y la transición socialista al comunismo”. La charla, con leves correcciones editoriales, está en la internet en revcom.us. Esta sección se publicó en el Obrero Revolucionario (ahora Revolución) Nos. 1250 y 1251 (22 y 29 de agosto de 2004). [regresa]

2. “Las ideas y la lucha por descubrir la verdad: Reflexiones sobre la dirección revolucionaria y el proceso intelectual”, Ardea Skybreak, OR No. 1144 (24 de marzo de 2002). En la internet en revcom.us. [regresa]

3. Vea “El proletariado y la burguesía, Elevarse a la altura de las águilas… y escarbar la tierra”, OR No. 1086 (14 de enero de 2001); “De nuevo sobre los intelectuales”, OR No. 1087 (21 de enero de 2001); y “No sabemos todo… hay que ser buenos para aprender”, OR No. 1181 (29 de diciembre de 2002). En la internet en revcom.us. [regresa]

4. 4 Vea “El marxismo ‘solo puede abarcar pero no reemplazar’”, OR No. 1180 (22 de diciembre de 2002). En la internet en revcom.us. [regresa]

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Revolución #70, 26 de noviembre de 2006

Las elecciones: La fantasía… y la realidad
Adiós, camino de ladrillos amarillos

T. Redtree

Después de las elecciones, muchos se sintieron como en la película El mago de Oz, cuando todos cantan “Ding, dong, la bruja mala se murió”. Decían que se les quitó un peso de encima. Una amiga fue a una fiesta de Move On a llevar el volante de El Mundo no Puede Esperar sobre las elecciones y habló con la dueña de casa: una joven que por primera vez se metió en política y que dijo que ganar la puso tan feliz como enamorarse… hasta que mi amiga le dijo que los candidatos demócratas no se opusieron a la Ley de Comisiones Militares y que todo lo que sucedió en Abu Ghraib ahora es legal y legítimo.

Fue una semana así. Cuando muchos esperaban ver las patas de la bruja dobladas debajo de la casa, la fantasía se interrumpió. Millones querían, y esperaban, que estas elecciones pararan la locura que nos ha encaminado a un futuro espantoso. Pero los demócratas solo hablan de buscar puntos en común y de llevarse bien. Hablan de “forjar unidad, no crear divisiones” con los que acusaron de traición a los pocos demócratas que han hecho mínimas críticas de la guerra o la tortura. Los altos demócratas dicen que la idea de un juicio de destitución es de mal gusto y que han ido a Washington a demostrar que pueden gobernar con un espíritu de bipartidismo para unir el país y a trabajar con el presidente.

Esto es todo lo contrario de lo que pasó cuando los republicanos ganaron la mayoría del Congreso en 1994 y se lanzaron a la ofensiva con la “revolución de Gingrich”. A los cuatro años le hicieron un juicio de destitución a Clinton por un escándalo sexual y dos años después se robaron las elecciones para un presidente que cree que tiene una “misión de dios”. Ese fue el preludio de lo que pocos tomaron con seriedad y de lo que la mayoría pensaba que sería imposible en Estados Unidos: los dominionistas, los teócratas y los televangelistas recibieron cientos de puestos del gobierno, poder de vetar los candidatos a la Suprema Corte y conversaciones semanales con la Casa Blanca. Si alguien pensó que las elecciones iban a refrenar al aspirante a Mesías, el 17 de noviembre George Bush puso a cargo del programa federal de planificación familiar, abstinencia y embarazo de adolescentes al director de una organización que ataca las relaciones sexuales prematrimoniales, el control de la natalidad y el aborto.

Obituarios políticos prematuros

Los que proclaman que la era de la derecha cristiana ha pasado, se están engañando peligrosamente a sí y a otros. Como dijo en un artículo de opinión del New York Times David Kuo, quien fue subdirector de las iniciativas de fe de Bush y ahora lo critica: “Desde 1992 cada derrota electoral republicana ha suscitado un obituario para la derecha religiosa. Cada uno de esos obituarios ha sido prematuro y después de esas derrotas la derecha religiosa se ha fortalecido más… Jesús resucitó una sola vez. La derecha religiosa ha resucitado dos veces en los últimos 15 años”. El hecho es que el movimiento fascista cristiano surgió a raíz de profundas dinámicas económicas y sociales. Se basa en corrientes espontáneas de la vida cultural del país, pero lo han moldeado agentes de la clase dominante como una forma estratégica de lidiar con sus necesidades políticas del momento. Como afirma Kuo, no va a salir volando con un vientecillo después de las elecciones.

Pregunta: ¿quién sigue definiendo la iniciativa moral cuando la estrategia de los líderes demócratas fue postular candidatos con la visión republicana intolerante e ignorante de moral? ¿O cuando aplauden a Chuck Schumer y Rahm Emanuel como “los arquitectos de la victoria demócrata” por seleccionar candidatos opuestos al aborto y por evitar el tema del matrimonio gay? Podrán aclamar cuanto quieran a Nancy Pelosi como presidenta de la Cámara de Representantes por ser mujer, pero dejarlo a ese nivel es muy superficial.

Un inquietante artículo de la revista Nation (27 de noviembre), “Arrows for War”, escrito por Kathryn Joyce, habla del “movimiento de la aljaba”, que deriva su nombre del Salmo 127: “…como flechas en manos del guerrero son los hijos tenidos cuando joven. Dichoso es el hombre que ha llenado de ellas su aljaba; no quedarán confusos cuando tengan pleito con sus enemigos en la puerta”. Las madres de este movimiento ven a sus hijos como soldados de un ejército de dios para el Apocalipsis que purificará el mundo para los cristianos. Procuran tener más de seis hijos, los educan en casa, van a iglesias fundamentalistas y siguen los preceptos bíblicos de que el hombre manda y la mujer obedece. No evitan el embarazo y alaban abiertamente el patriarcado. Joyce comenta que en el movimiento “las motivaciones no son siempre racistas, pero el subtexto de ‘suicidio racial’ suele estar presente”.

Algo muy interesante es que un tal Philip Longman asesora a los demócratas para llevar el partido a un “centro radical”. “¿Quiénes son esos evangélicos?”, pregunta Longman. “¿Son inherentemente pro guerra y pro recortes de impuestos para los ricos?” Su respuesta es no. “Lo irreducible de estos votantes religiosos es que están a favor de la familia”. Ante la pregunta de si la oposición absolutista al control de la natalidad por parte del movimiento de la aljaba interfiere con su estrategia, Longman admite que el derecho al aborto tendrá que pasar a un segundo plano, pero que en política “nadie consigue todo lo que necesita”.

Esa lógica, como dice El Mundo no Puede Esperar, llevará (u obligará) a aceptar los preceptos bíblicos sobre la familia, que dictan restaurar la posición de autoridad del hombre, conferida por dios, en la familia y en la sociedad.

 “La guerra contra el terror”… sigue

A lo largo de la campaña y desde las elecciones, los demócratas han aceptado y alentado la lógica republicana de la “guerra contra el terror” y la premisa subyacente de que Estados Unidos debe dominar estratégicamente el Medio Oriente por medios militares y por medio de su estado clientelista Israel. Por eso, los llamados de algunos demócratas la semana pasada a “retiradas en fases” son apenas maniobras en el proceso de forjar un nuevo consenso de qué hacer en Irak. Ese consenso por ahora se basa en la posición de que para conservar y aumentar la dominación estratégica, Estados Unidos no puede tolerar una debacle estratégica ni la percepción de una derrota en Irak. (Ver el artículo de Larry Everest). Del mismo modo que los obituarios de los fascistas cristianos son prematuros, lo mismo se puede decir de los neoconservadores: siguen en la rama ejecutiva y siguen luchando por su posición.

Cuando Nancy Pelosi dice que ahora que los eligieron tienen que “gobernar desde el centro”, quiere decir que los demócratas no van a oponerse seriamente a la dirección teocrática de las fuerzas del gobierno de Bush. Quiere decir que hay que apoyar la propuesta de muchos teóricos demócratas de ser “liberales en lo económico y conservadores en lo social”. Esta propuesta es una manera disimulada de adoptar o tolerar la esencia de los valores fascistas cristianos porque son una forma necesaria de cohesión y control social para millones de personas que sufren incertidumbre y dolor por los dictados estructurales de una economía globalizada y una economía capitalista más competitiva y más voraz.

“Gobernar desde el centro” también quiere decir que los demócratas no cuestionarán seriamente las premisas subyacentes de la guerra de Irak: la necesidad (desde el punto de vista imperialista) de transformar agresivamente los modos de dominación estadounidense en el Medio Oriente. En vez de eso, competirán por librar “mejor” la guerra. Quiere decir que ni tratarán de revocar la Ley de Comisiones Militares, que defiende la tortura y pisotea el hábeas corpus… que no se opondrán a los ataques a los inmigrantes y que seguramente “trabajarán con Bush” para aprobar su versión de reforma migratoria (ver el artículo de Travis Morales), y así sucesivamente.

Incluso cuando han tenido serias diferencias y enconados conflictos con los neoconservadores y la derecha religiosa, los demócratas continuamente le han cedido el terreno a la derecha y han aceptado los términos que esta impone como “puntos en común” para diferir y competir. Así fue su campaña… y así van a tratar de gobernar.

Movilizarse… y con urgencia

Si votaste por los demócratas, todo lo que esperabas que harían es tan urgente hoy como hace tres semanas. A diario siguen muriendo montones de personas en Irak y Afganistán. La tortura sigue en Guantánamo y quién sabe dónde más. Los inquisidores medievales siguen haciendo cola para ser jueces federales. Los negros y otros que sufrieron a raíz del huracán Katrina siguen en casas rodantes… si tienen suerte. Continúa la demonización de los inmigrantes y de los gays. Los derechos reproductivos de la mujer se siguen encogiendo.

La verdad es que Bush nunca va a encontrar un cerebro, ni Cheney va a encontrar un corazón y que los demócratas seguirán comportándose como leones cobardes… por más dinero y energía que les den. No hay un mago inepto pero a fin de cuentas benigno ni una bruja buena que nos dará unas zapatillas rojas para regresar a un hogar que a fin de cuentas no era ideal. Solo hay seres humanos. Los de arriba (la clase dominante imperialista), unidos por intereses fundamentales y divididos solo por la mejor manera de proteger esos intereses… y los cientos de millones en este país y los miles de millones en el mundo entero a quienes oprimen (los de abajo, a quienes explotan brutalmente, y los “del medio”, a quienes limitan y dominan), cuyos intereses fundamentales se oponen a los de arriba. Ni Nancy Pelosi ni Barack Obama ni Hillary Clinton van a encaminar la sociedad en una dirección diferente. Es hora, más que hora, de cambiar dramática y radicalmente toda la dirección de la historia: no en la “nueva dirección” que prometen los políticos de la clase dominante atados al mástil de guerra sin fin por el imperio y de represión, sino zafándose de ese mástil.

Eso NO quiere decir que no debamos demandar con más fuerza que los demócratas tomen medidas para parar la guerra, acabar la tortura, proteger la ciencia y las instituciones académicas y todo el resto de las infamias intolerables que llevaron a los votantes a las urnas. Asimismo, debemos apoyar a los que quieren presionar a los demócratas para que le hagan a Bush a un juicio de destitución.

Pero esta sociedad sigue en una trayectoria hacia el fascismo, ahora forjando nuevos consensos bipartidistas sobre aspectos importantes. Si se dan divisiones en ese consenso de la clase dominante, no llegarán a ninguna parte sin una resistencia masiva. Como dice El Mundo no Puede Esperar, todavía hay tiempo, pero no mucho. Hay que abandonar las falsas ilusiones y aceptar el hecho de que el gobierno no va a hacer esto en nuestro lugar. No hay un mecanismo corrector del sistema que va a borrar a estos fascistas.

Los que leen estas palabras tienen que llevarse a sí mismos y a otros a superar el autoengaño y las excusas para no ponerse a parar los crímenes que su gobierno está cometiendo contra el mundo. Quedarse dentro del marco político en el que piensan y operan los representantes políticos del sistema es dejarse llevar a ser cómplices de todas las cosas que no se discutieron en estas elecciones. Querer que esto cambie sin trastornos es imposible e incorrecto. ¿Cuándo se ha derrotado un gran mal sin trastorno, sin cambiar la vida, sin lucha?

Las elecciones pasaron. No satisficieron las esperanzas depositadas en ellas, pero demostraron claramente que hay docenas de millones asqueados por este gobierno y todo su programa. Ahora es necesario hablar con ellos y decirles: “Bueno, ahora nos toca a nosotros. ¡Y yo estoy dispuesto o dispuesta a cambiar mi vida para hacerlo!”.

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Revolución #70, 26 de noviembre de 2006

Las elecciones: Lo que significan… y NO significan para los inmigrantes

Travis Morales

A raíz de las elecciones del 7 de noviembre, de que los demócratas son la mayoría en el Congreso y del aparente repudio a Bush, muchas personas del movimiento de derechos de los migrantes, muchos migrantes y la población en general piensan que se darán cambios positivos y que el rumbo es positivo. Con la derrota de unas de las voces más ponzoñosas contra los migrantes en la Cámara de Representantes y el Senado, y con la movilización de votantes latinos, se oye decir que ahora los demócratas “nos deben” y tendrán que hacernos caso y aprobar una “reforma migratoria general”. Sin embargo, el debate y las diferencias en el Congreso siempre han sido sobre qué combinación aprobar de militarización de la frontera, nuevas medidas represivas, programa de “trabajadores huéspedes” y falsas ilusiones de legalización.

Ahora que los demócratas son la mayoría del Congreso, es posible que se apruebe una “reforma migratoria general”. ¿Pero qué significaría? Empecemos por ver los proyectos de ley que los demócratas han apoyado. Esos proyectos contemplan la expansión de las detenciones y deportaciones obligatorias; la autorización de detenciones indefinidas; la construcción de más centros de detención; más razones para negar la legalización; las deportaciones sin el derecho a una audiencia judicial; la negación de la legalización a cualquiera que haya usado documentos falsos para conseguir trabajo (¡!) y muchas medidas represivas más.

Hay que comparar los proyectos de ley demócratas sobre “trabajadores huéspedes” y “trabajadores temporales” con la propuesta de “trabajadores huéspedes” de Bush. Enrique Moreno, de Border Angels (Ángeles de la Frontera, personas que dejan agua en diferentes partes de la frontera para que los que cruzan no se mueran de deshidratación), dio en el clavo cuando dijo en el programa “O’Reilly Factor” de la cadena Fox News que la propuesta de Bush equivale a un programa de “alquila un esclavo”. Todas estas propuestas quieren legalizar un sistema de castas para migrantes. Se podría solicitar un permiso de trabajo dentro o fuera del país, pero no habrá garantías de que lo renovarán ni de obtener la residencia permanente o la ciudadanía. Esos trabajadores vivirían en una situación vulnerable y tendrían que regresar a su país de origen si pasan más de 60 días sin trabajo. Al igual que los negros en el sistema de apartheid en Sudáfrica, los migrantes podrían entrar a Estados Unidos a trabajar, pero solo por un tiempo. El resultado sería un sistema oficial de castas, con millones de migrantes superexplotados carentes de derechos.

Las medidas de “legalización” para “el camino a la ciudadanía” solo se aplican a las personas que han estado aquí más de cinco años; todos los demás tendrán que salir del país. Los que puedan solicitar la ciudadanía tendrían que superar toda clase de obstáculos… y le dirán al gobierno quiénes son y dónde están. Los que han usado documentos falsos para trabajar, y la gran mayoría lo han tenido que hacer, quedarán descalificados y los podrán deportar. Si el solicitante da información falsa, omite algo o comete un error, lo podrán deportar.

Pensemos en lo que hay que hacer para demostrar que una persona ha trabajado aquí cinco años: tendría que divulgar el nombre de las personas que lo han empleado (personas que han incumplido la ley al contratarlos); tendría que dar el nombre de los familiares, aunque no puedan solicitar legalización. El resultado sería engatusar a muchos con la ilusión del “camino a la ciudadanía” para que se reporten al gobierno y puedan controlarlos más. Tanto los demócratas como los republicanos que apoyan una combinación de programa de “trabajadores huéspedes” y “camino a la ciudadanía” (entre ellos Bush) dicen que lo que quieren es que millones de migrantes se reporten, o sea, quieren que millones que han aprendido a vivir fuera de la ley se sometan al escrutinio del gobierno.

Como dije en otro artículo:

“El gobierno de Bush no va a darle plena igualdad y una mejor vida a los migrantes, al tiempo que arrasa el mundo y este país, que tortura, tiene cárceles secretas, mete a la cárcel sin cargos y sin límite de tiempo, impone un gobierno fundamentalista fanático aquí, elimina el derecho de la mujer a controlar su reproducción y mucho más. Mientras este gobierno siga en el poder, no hay ninguna perspectiva de una mejor vida para los inmigrantes ni para el resto del planeta”. (“El movimiento de derechos de los inmigrantes y la batalla para echar al gobierno de Bush”, Revolución #63, 1º de octubre de 2006, revcom.us/a/63/morales/es.html)

¿Se opondrán a esto los demócratas? La gran mayoría de los demócratas votaron por la fascista Ley Patriota, que además de otras cosas contiene muchas medidas represivas contra los migrantes. ¿Por qué no hubo indignación de parte de los demócratas cuando se aprobó la Ley de Comisiones Militares, que permite al presidente declarar que un migrante es “combatiente enemigo” y detenerlo indefinidamente sin cargos ni revisión judicial, además de que legaliza la tortura? ¿Criticaron los demócratas al gobierno de Bush por detener a miles de musulmanes, árabes y sudasiáticos después del 11 de septiembre de 2001 en secreto, sin acusaciones y sin poder tener contacto con un abogado o la familia? Los demócratas han apoyado o aceptado todas estas medidas, así como la horrible militarización de la frontera.

Al igual que los republicanos, los demócratas son un partido de la clase dominante y responden a los intereses de esa clase, desde su propia óptica. En estos tiempos extremos de guerra y represión los migrantes son, para la clase dominante en general, una fuente importante de mano de obra superexplotable y, asimismo, una fuerza volátil que tienen que reprimir y controlar.

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Revolución #70, 26 de noviembre de 2006

Aprender de Rachel
Una entrevista a Cindy y Craig Corrie

CJ

Rachel Corrie

Rachel Corrie

Craig and Cindy Corrie

Craig y Cindy Corrie, en Belén, Palestina.
Foto cortesía de Craig Corrie

“…Cuando el artefacto explotó ayer, rompió todas los cristales de las ventanas. La familia me estaba sirviendo un té mientras yo jugaba con los dos bebés.

“Es un momento difícil para mí. Me duele que me mimen con tanta dulzura cuando la muerte los acecha. Sé que en Estados Unidos todo esto parece una exageración. Muchas veces la bondad de la gente aquí, en medio de la destrucción deliberada de su vida, me hace sentir que todo es irreal. No puedo creer que esto pueda pasar en el mundo sin provocar más protesta…”.

Rachel Corrie, una estadounidense de 23 años, escribe a sus padres desde Rafah, donde es voluntaria del Movimiento de Solidaridad Internacional, una organización de resistencia directa no violenta a la ocupación israelí de tierras palestinas.

El 16 de marzo del 2003, las Fuerzas de Defensa de Israel mataron a Rachel con un buldózer “made in USA” porque estaba obstaculizando la demolición de una casa palestina. En los días y las semanas siguientes, los extraordinarios emails que escribió a sus padres circularon por todo el mundo.

Los padres de Rachel, Cindy y Craig Corrie, han compartido su pena con el mundo, narrando una y otra vez con valentía la historia de Rachel para contar la historia de lo que ocurre por toda Palestina. Así respondieron a la recomendación de Rachel: “Esto tiene que parar. Creo que es buena idea dejar todo lo que estamos haciendo y dedicarnos a pararlo”.

En abril del 2005, estrenó en el teatro Royal Court de Londres con una acogida entusiasta una obra basada en sus cartas, MY NAME IS RACHEL CORRIE (Mi nombre es Rachel Corrie), editadas por Alan Rickman y Catherine Viner. Un año después, justo antes del estreno en Nueva York, el New York Theater Workshop sucumbió a las presiones de fuerzas pro Israel y canceló la obra. Rickman y Viner encontraron otro teatro. Ahora se presenta en el teatro Minetta Lane y se acaba de extender al 30 de diciembre.

Conocí a los Corrie en agosto del 2004, cuando viajaron a Nueva York la víspera de la Convención Nacional Republicana para recibir el premio de “Resistencia valiente” (en nombre de Rachel) de ¡Rehusar y Resistir! Nos hemos mantenido en contacto y cuando vinieron a Nueva York de nuevo, nos reunimos en un restaurante de Brooklyn para conversar sobre Rachel, la obra de teatro, Olympia (Washington) y el mundo en que vivimos.

* * * * *

CJ: Vi la pieza con dos amigas jóvenes que lloraron en silencio todo el tiempo. Una tiene la misma edad de Rachel y, al bajar el telón, dijo: “Si yo hubiera vivido en Olympia, sé que habríamos sido amigas”. Lo que le impresionó a ella, y a mí también, fue que Rachel miró de frente la realidad del mundo y asumió la responsabilidad de hacer algo. Además, no simplemente se preguntó “¿estoy haciendo lo suficiente?”, sino “¿estoy haciendo lo correcto?”. Habiendo ido a un lugar como Palestina y habiendo visto lo que hacía su gobierno, no quería simplemente protestar sino PARARLO. ¿Pueden hablar sobre esa cualidad que tenía?

Cindy Corrie: Bueno, eso se vio a los diez años. Se relaciona a la educación que recibió en la primaria, en el programa alternativo Options de educación pública que fundamos. Para nosotros, era importante que el programa fuera parte del sistema de educación pública. Queríamos un programa que les diera fuerza a nuestros hijos. El trasfondo era conectar a los niños con la comunidad para que participaran en ella, y luego extender el concepto de comunidad a su participación en el mundo entero. Tenía unos maestros fantásticos. Es un programa maravilloso que ya tiene unos veinte años. Creo que tuvo un impacto enorme en la formación de Rachel. En otras ocasiones ella vio un problema y sintió la necesidad de hacer algo. Creo que fue una huella muy fuerte que le dejó la educación primaria.

CJ: Lo que me impresionó al ver la obra es que Rachel vio la situación del pueblo palestino y dijo que es una nación ocupada, es básicamente una prisión al aire libre. La “narrativa palestina” y la “narrativa israelí” no son igualmente válidas. Un grupo está subyugando al otro, y eso no es justo ni correcto.

Cindy Corrie: Ella era una observadora perspicaz, siempre. Eso se ve en sus cartas, en esas frases increíblemente sencillas. Tenía una forma única de expresarse. Pensaba de un modo un poco distinto a los demás. Muchas veces, al escuchar las frases de la obra, me sorprende cómo se expresaba. Tiene una universalidad en mucho de lo que dice, pero también es su propia perspectiva. Me parecía que su forma de mirar el mundo era algo único y muchas veces instructivo para nosotros. Nos sentíamos muy afortunados de estar con Rachel y disfrutar y beneficiarnos de sus ideas.

Craig Corrie: Hablar del activismo de Cindy es algo que te viene fácilmente [a Cindy], pero… para mí no es fácil, realmente. Pero es importante. Carajo, están matando a los hijos de unos seres humanos. Eso tiene que parar. Así que nosotros tenemos que pararlo. Cheryl (la hermana de Cindy) y yo estábamos hablando con unos ayudantes del Congreso y ella los confrontó sobre algún punto y el tipo dijo: “Bueno, esa es su pasión”. Cheryl respondió: “No, no es mi pasión. Mi jardín es mi pasión, y si ustedes hicieran su trabajo, ¡yo podría regresar a trabajar en mi jardín!” [risas].

CJ: Es algo profundo, porque la gente ESTÁ dejando sus jardines. No hay ningún árbitro que vaya a parar esto. Depende de nosotros.

Craig/Cindy: Sí.

CJ: Los vi a los dos en la protesta del 5 de octubre frente a la Casa Blanca. ¿Qué dijeron?

Craig Corrie: Hablé de los edificios que nos rodeaban, que habíamos caminado por todos esos edificios tratando de hacer que nuestro gobierno trabajara para nosotros. Hablé de los inquilinos actuales que están atacando nuestras libertades. La idea de abolir el hábeas corpus es abominable. Como veterano e hijo de un veterano, me repugna que este presidente abuse de la Constitución que ha jurado proteger.

CJ: Me imagino que mucha gente que ve la obra emprende el viaje mediante el papel de ustedes. Obviamente, Rachel aprendió mucho de ustedes, salió al mundo y regresó con ideas nuevas, y debatió con ustedes. ¿Cómo era debatir con ella?

Craig Corrie: Es cierto, nos trajo el mundo. Hablé de que Rachel tenía una manera distinta de ver las cosas; teníamos nuestras diferencias sobre algunas cosas. Rechazó mucho el mundo corporativo, como tantas personas que conozco ahora. Bueno, yo he pasado toda la vida en el mundo corporativo y aprecio mucho a la gente con quien he trabajado. Es gente muy amable. Tal vez no ve ciertas cosas, pero trataba de ayudar a todos los empleados y a los clientes. Era buena gente. Teníamos diferencias en algunas cosas, pero Rachel no iba a mentir. Cuando escribía, no iba a escribir algo que no fuera la verdad. Tal vez algo artístico, pero escribía lo que veía y sé que era la verdad.

Cindy Corrie: Cuando era joven, a veces la confronté sobre alguna cuestión y ella abiertamente nos confrontaba a nosotros. Realmente debatía con nosotros. Por ejemplo, una de las últimas conversaciones que tuvimos en un restaurante de Olympia.

Craig Corrie: Estaba tan enojada conmigo que lloraba.

Cindy Corrie: A veces teníamos debates muy duros, pero jamás nos enojamos y nos dejamos de hablar por una hora o un día. Ella luchaba con el hecho de que a nosotros, su familia, en gran parte no nos preocupaba lo que pasaba en el mundo. El trabajo político que hacía en Olympia le estaba dando importancia a su vida y tenía mucha perspicacia sobre lo que pasa en el mundo; francamente, nos llevaba la delantera en eso. No prestábamos tanta atención… Ella quería que entendiéramos. Fue pasmoso recibir los emails [de Palestina]. Ella procuraba darme información, páginas de web y libros para leer. Y lo hice. Ella nos educaba, nos empujaba…

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Revolución #70, 26 de noviembre de 2006

Hay que ver

A los lectores:

Quiero que conozcan a una joven curiosa, valiente y divertida, que ama y participa de lleno en la vida. A veces se angustia, a veces desborda de vida y camina por la vida con los brazos y los ojos abiertos.

Quiero que viajen con ella y vean el mundo a través de sus ojos: la niñez en Estados Unidos, la vida en una pequeña ciudad universitaria y su viaje a Gaza, la Palestina ocupada. Quiero que escuchen las palabras de su diario, las cartas a sus padres, y quiero que la oigan cantar.

Solo hay que dedicar 90 minutos a conocerla. Van a reír, enojarse y quizás llorar un poco. Puede que no estén de acuerdo con todo lo que dice (como yo), pero no la van a olvidar pronto.

Se llama Rachel Corrie. Una aplanadora del ejército israelí que iba a demoler la casa de una familia palestina la mató cuando ella se le plantó enfrente. La aplanadora la enterró debajo de un montón de tierra y le pasó por encima otra vez. Pero de alguna manera vuelve a la vida cada noche en el teatro Minetta Lane de Nueva York en la pieza "My Name is Rachel Corrie” (Me llamo Rachel Corrie), gracias a Alan Rickman y Katharine Viner (quienes hicieron una dramatización de su diario) y Megan Dodds (la excelente actriz que la representó la noche que vi la pieza). Además, quiero agradecerle al teatro Minetta Lane por aceptar la pieza después de que otro teatro “progresista” la canceló ante la presión de los defensores de Israel, que no toleran ninguna crítica y quieren volver a enterrar a Rachel. Esta vez no lo lograron.

Así que si están en Nueva York, vayan a conocer a Rachel Corrie… y háganlo pronto porque se va rápido.

Toby O’Ryan

 

 

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Revolución #70, 26 de noviembre de 2006

Las elecciones de Nicaragua y la verdadera naturaleza de la democracia de Estados Unidos

“La esencia de lo que existe en Estados Unidos no es democracia, sino capitalismo-imperialismo y las estructuras políticas que lo imponen.
Lo que Estados Unidos lleva al resto del mundo no es democracia, sino imperialismo y las estructuras políticas que lo imponen”.
Bob Avakian,
presidente del
Partido Comunista Revolucionario, EU

Las elecciones de Nicaragua se celebraron la primera semana de noviembre. Hubo varios candidatos para la presidencia de este país pobre de menos de seis millones de personas. Unos 17,000 observadores nicaragüenses y extranjeros monitorearon la votación, con la presencia de 8,000 soldados. El Washington Post dijo que “salieron muchos” a votar. Gustavo Fernández, director de un grupo de 200 representantes de la Organización de Estados Americanos, declaró que las elecciones estuvieron “calmadas y no hay motivo para pensar que eso vaya a cambiar”.

En su viaje del 2005 a varios países latinoamericanos, George Bush declaró: “Pienso que es importante reafirmar la importancia de la democracia en nuestro hemisferio”. Al ver lo que pasó antes y después de las elecciones de Nicaragua, se entiende claramente lo que quieren decir Bush y los suyos cuando hablan de llevar la democracia y la libertad al mundo.

Antes de las elecciones, comentó el Houston Chronicle, “un coro de funcionarios estadounidenses” hizo amenazas tanto sutiles como directas de lo que pasaría si no resultaban como querían. Se enfocaron en uno de los candidatos presidenciales, Daniel Ortega. El director del periódico en Sudamérica, John Otis, escribió que “lanzaron una lluvia de granadas verbales” para desanimar a los electores de votar por el líder sandinista Ortega”. (“Estados Unidos juega a favoritos en las elecciones de Nicaragua”, 20 de agosto de 2006) Mark Weisbrot, del Center for Economic and Policy Research anotó que los funcionarios del gobierno de Bush y otros tantos reaccionarios “hicieron todo menos amenazar con invadir”. (“Estados Unidos falla en su intento de descarrilar a Ortega para presidente”, Christian Science Monitor, 7 de noviembre de 2006)

Daniel Ortega dirigió el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), un movimiento guerrillero que derrocó a Anastasio Somoza, el brutal dictador apoyado por Estados Unidos, en 1979. Después de la caída de Somoza, Ortega y los sandinistas se hicieron cargo de Nicaragua hasta 1990. Durante ese período, el gobierno de Ronald Reagan mandó dinero y entrenó a escuadrones de la muerte, conocidos como la “contra” porque eran contrarrevolucionarios abiertos que dejaron en su camino una serie de asesinatos, violaciones y saqueos por todo el país. La contra mató alrededor de 30,000 personas, tanto sandinistas como campesinos, indígenas, trabajadores, estudiantes y otros.

Inmediatamente después de las elecciones de 1984, cuando Ortega tomó las riendas, Estados Unidos sembró minas en los puertos nicaragüenses. Un memorándum de la Casa Blanca de Reagan señala que el objetivo del bloqueo militar era “contribuir al objetivo general de aplicar una presión económica rigurosa… y debilitar más la capacidad ya crítica de combustible en Nicaragua”. Estados Unidos estableció unas bases abiertas y otras secretas en los países vecinos de Honduras y Costa Rica, y las usó como plataformas y campos de entrenamiento para la contra.

En 1986, se supo que les estaba proporcionando fondos y armas secretas (e ilegales) a la contra porque salió que el gobierno de Reagan vendió misiles a Irán a cambio de la libertad de un rehén en Líbano, un alto funcionario de la CIA. Oliver North, edecán de Reagan, usó las ganancias de esa transacción para comprar armas para la contra. En el escándalo que se armó, se descubrió que existía una gran operación global en que Estados Unidos había conseguido que sus aliados y títeres apoyaran económicamente a la contra. También se halló que North y otros funcionarios de Reagan dijeron mentiras cuando el Congreso los llamó a dar testimonio. Pero hay algo que nunca salió durante ese proceso: el dinero para la contra dependía del tráfico de drogas. La CIA les propuso a los traficantes “un trato que no podían despreciar”: las agencias de aduana no los molestarían si los traficantes, en cambio, les compraban y les mandaban armas a la contra. Robert Gates, que va a reemplazar a Rumsfeld como secretario de Defensa, fue el subdirector de la CIA en los años 80 cuando las operaciones secretas de apoyo a la contra estaban en su apogeo.

La resistencia del pueblo nicaragüense a los imperialistas estadounidenses y sus crueles títeres fue justa. Sin embargo, Ortega y los sandinistas nunca dirigieron una lucha encaminada hacia la liberación del imperialismo. Más bien, eran revisionistas, comunistas falsos al servicio de los intereses globales de la Unión Soviética cuando era el rival imperialista de Estados Unidos. Los sandinistas perdieron el poder en las elecciones de 1990 y en los últimos años Ortega ha hecho todo lo posible para convencer a Washington de que está dispuesto a cooperar con la explotación del pueblo nicaragüense. Cambió los colores sandinistas del rojo y negro al rosita y turquesa. Escogió a un ex contra como candidato para la vicepresidencia. Aparte de ser hoy un hombre muy rico, Ortega ha renunciado al seudomarxismo de antes y confesado abiertamente ser defensor del capitalismo.

La cobardía de Ortega ha llegado muy lejos, pues días antes de las elecciones usó toda la influencia de los sandinistas para apoyar una ley reaccionaria que prohíbe el aborto. Dicta sentencias de 4 a 8 años para los médicos y trabajadores de salud que hacen abortos, aunque sea para salvar la vida de la mujer, al igual que para las mujeres. Como dijo un miembro del grupo Movimiento Autónomo de Mujeres en Managua: “Regresamos a la Edad Media con respecto a los derechos de la mujer”. (“Se prohíben abortos terapéuticos en el frenesí de las elecciones”, Inter Press Service, 28 de noviembre de 2006)

Pero aun con todo eso, Estados Unidos no está dispuesto a perdonar ni olvidar cuando se trata de Ortega y los sandinistas. Aunque no estaban luchando por una auténtica revolución, siguen siendo el blanco del veneno estadounidense, especialmente en un lugar que los imperialistas consideran su “patio”. Por eso la campaña contra Ortega del gobierno estadounidense.

El embajador de Estados Unidos, Paul Trivelli, dijo que Ortega era un “tigre que no había cambiado sus rayas” y amenazó con parar la ayuda a Nicaragua (el segundo país más pobre del hemisferio occidental). Dana Rohrbacher, congresista republicano, amenazó con prohibir que los nicaragüenses que residen en Estados Unidos manden dinero al país; eso cerraría la mayor fuente de divisas del extranjero. Rohrbacher le pidió al secretario de Seguridad de la Patria, Michael Chertoff, que “preparara, de acuerdo con las leyes de Estados Unidos, medidas de prevención, para bloquear la transmisión de remesas a Nicaragua, en caso de que el FSLN entre al gobierno”. Rohrbacher exacerbó la posibilidad de cumplir las amenazas económicas, políticas y hasta militares al declarar que el gobierno de Ortega sería “pro terrorista”.

Otros que viajaron a Managua para denunciar a Ortega fueron el congresista derechista Dan Burton, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, y Oliver North, que declaró: “Está bien estar aquí de nuevo”. Las amenazas han continuado desde que declararon a Ortega el ganador. Carlos Gutiérrez, secretario de Comercio, escribió que el comercio entre Nicaragua y Estados Unidos y la ayuda para Nicaragua “están en peligro”.

¿Qué tal si se volteara la situación? ¿Qué tal si fueran los sandinistas los que mandaran miles de observadores a “monitorear” las elecciones en Estados Unidos, que apoyaran económicamente a ciertos candidatos, amenazaran con terribles consecuencias si las elecciones no resultaran como ellos quisieran… y que tuvieran el poder de cumplir esas amenazas? El hecho es que Estados Unidos lo hizo, y que la estructura de poder y los medios masivos lo consideran algo perfectamente razonable y aceptable muestra las relaciones de poder que existen.

Las elecciones se hicieron con una pistola, una pistola de alto calibre apuntada hacia el pueblo nicaragüense, con el fin de mantener la dominación imperialista. Eso es lo que significa la democracia cuando hablan de ella los gángsteres imperialistas.

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Revolución #70, 26 de noviembre de 2006

Atacan a la familia Tillman por insistir en saber la verdad… y por no ser cristianos

Pat Tillman era un jugador de fútbol americano de la NFL que entró en los Rangers del ejército en el 2002. Cuando murió en Afganistán en el 2004, el Pentágono y el gobierno de Bush aprovecharon su muerte para fomentar apoyo patriótico para la guerra y las fuerzas armadas. A su entierro fueron políticos. Pero la historia oficial que divulgaron a la prensa y contaron a la familia, de que murió por “fuego enemigo”, era mentira. En realidad murió por “fuego amigo” de Rangers de su propia unidad. (Ver Revolución #68, 5 de noviembre de 2006, “Kevin Tillman y las mentiras mortíferas del ejército estadounidense”).

Tras la insistencia de la familia en saber la verdad, el ejército por fin divulgó miles de hojas sobre la investigación, que a pesar de estar muy rayadas por la censura, han permitido a la familia y a los periodistas reconstruir en parte lo que ocurrió.

En julio de este año, ESPN.com publicó una serie de tres partes sobre la muerte de Pat Tillman que describió que los oficiales militares han atacado a la familia Tillman por insistir en pedir la verdad y porque no son cristianos.

El teniente coronel Ralph Kauzlarich, que comandó el regimiento de Rangers de Pat Tillman en Afganistán, realizó la segunda investigación oficial de su muerte. Le dijo a ESPN, con referencia a la familia Tillman: “No sé, a esa gente se le dificulta olvidar (la muerte de su hijo). Puede ser por sus creencias religiosas”.

Durante su investigación de la muerte, supo que Kevin Tillman, hermano de Pat y también miembro de los Rangers, que participó en la batalla en la cual murió su hermano, se opuso a la presencia de un capellán y a que rezaran durante una ceremonia de repatriación en Alemania antes de mandar el ataúd de su hermano a Estados Unidos. Al respecto, Kauzlarich comentó: “Cuando uno se muere, pues, se supone que le espera una vida mejor, ¿no? Bueno, si uno es ateo y no cree en nada, cuando se muere, ¿qué le espera? Nada. No más se lo comen los gusanos. Pensar que su hijo murió por nada, y que ya no existe, sería difícil de aceptar. Yo no sé qué pasa por la mente de un ateo. Solo me imagino que eso sería algo duro”.

Cuando le preguntaron qué podría apaciguar a la familia, Kauzlarich contestó: “¿Saben qué? Para mí honestamente nunca se van a contentar ni con nada. No sé. Pueda que quieren que se les entregue la cabeza de alguien. ¿Pero si se les concede, realmente se contentarían? No, porque nada les va a devolver su hijo”.

ESPN cita la repuesta de Mary Tillman, la madre de Pat, a los comentarios de Kauzlarich: “Bueno, el tipo ese hace comentarios despectivos sobre el hecho de que no somos cristianos, y que por esa razón no podemos olvidar la muerte de Pat… Ah, sí, no tiene nada que ver con que todo el cuento es de dudarse. No, será porque no somos cristianos… Ponle que Pat no era lo llamarían cristiano. Era la mejor persona que he conocido. Simplemente era muy buena gente. No echaba mentiras. Era muy honesto. Era muy generoso. Era muy humilde. Pues, sí, tenía su ego, pero era amor propio sano. No era nada de lo que es esa gente”.

Como el oficial ejecutivo del regimiento de Rangers en Afganistán, Kauzlarich era, en última instancia, responsable de decisiones de comando a la hora de la muerte de Pat. También es el oficial que realizó la segunda investigación oficial de la muerte. Según los documentos del ejército que ESPN consiguió, el oficial que llevó a cabo la primera investigación opinó que a algunos de los que balacearon a Tillman “se les podría acusar de intenciones criminales” y que varios tenían “culpa grave”. Pero en la investigación de Kauzlarich, se les permitió cambiar el testimonio y solo se dieron castigos menores.

Kauzlarich, que supuestamente debía investigar y conocer la verdad sobre lo que pasó y las circunstancias de la muerte, señaló a ESPN.com que cree que el ejército había averiguado quién lo mató, ¡pero que él nunca lo averiguó! Y dijo: “¿Saben qué? Para mí que realmente no importa… A mí no me preocupa no responsabilizar a una persona específica”.

ESPN dice que Kauzlarich les indicó que estaba confiado de que la investigación no iba a llevar a acusaciones de ningún delito, y que si no se tratara de una celebridad de la NFL, los investigadores no hubieran seguido examinando el incidente. Es un comentario de lo más hipócrita, visto que el gobierno de Bush y el ejército aprovecharon su fama para pintarlo de héroe de guerra y fomentar apoyo para la ocupación de Afganistán e Irak.

Richard Tillman, hermano menor de Pat, dijo a ESPN lo que sintió al escuchar a los políticos y militares describir la muerte de Pat ante las cámaras de televisión durante el entierro: “Me acuerdo que no les creí ese cuento de que subió corriendo un cerro, echando gritazos… Pero nada tiene sentido cuando a uno le acaban de decir que se le murió un hermano. En ese momento, no va a poder analizar los datos. De hecho, creo que las fuerzas armadas cuentan con eso porque saben cómo reacciona la gente al perder un ser querido, y que le pueden contar cualquier cosa sin que se les interrogue”.

Después de escuchar a los oficiales predicar que dios lo había recogido, Richard habló en el entierro: “Dios no recogió a Pat. Se lo llevó la pinche muerte. No era creyente. Gracias por sus sentimientos, pero se lo llevó la pinche muerte”.

No es de sorprenderse que se haya atacado a la familia Tillman, dada la presencia de fuerzas fascistas en las fuerzas armadas y en la oficialidad.

En 2003, el general Jerry Boykin recorrió el país con una presentación de diapositivas de Osama bin Laden, Saddam Hussein y Kim Il Jung de Corea del Norte. Preguntó: “¿Por qué nos odian? Porque somos una nación cristiana, una nación de creyentes”. Añadió que “el enemigo” no es ninguno de esos hombres: “El enemigo es Satanás. Satanás quiere destruir esta nación. Quiere destruir nuestra nación y nuestro ejército cristiano. Estoy aquí para reclutar. Les pido que formen parte de este ejército”. También dijo que Bush “está en la Casa Blanca porque Dios lo puso ahí para los tiempos en que nos encontramos”. Luego de eso Donald Rumsfeld lo ascendió a subsecretario adjunto de defensa.

En un artículo en truthdig.com titulado “Jugar la carta del ateísmo contra la familia de Pat Tillman”, Stan Goff escribió que Mary Tillman, la madre de Pat, le enseñó una página del diario de Pat cuando tenía 16 años. Goff escribe: “Eran sus pensamientos sobre por qué había decidido, de una vez por todas, que no le hacía falta la religión organizada. Lo anotó al sentir el dolor de la muerte de un gato que tenía muchos años con la familia. No le pareció que un animal al que querían tanto lo excluyeran de la vida eterna. Él y sus hermanos pasaron la niñez entre un río y las montañas, donde deambulaban incontables millas y gozaban de la interacción incesante de geografía, clima, flora y fauna. En su diario, caviló sobre esa universalidad singular y decidió que no le hacía falta ninguna monarquía antimaterialista con su trafico de ángeles para conformarse con la mortalidad”.

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Revolución #70, 26 de noviembre de 2006

UCLA: El cruel ataque con choques eléctricos a Mostafa Tabatabainejad

Los estudiantes de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y muchos más están indignados por un feroz incidente de brutalidad policial contra una persona por su país de origen. La noche del 14 de noviembre, la policía de la UCLA le dio a Mostafa Tabatabainejad, iraní-americano de 23 años, múltiples choques de corriente eléctrica en la biblioteca Powell.

Un video de seis minutos, tomado por un celular y que se puede ver en el portal de YouTube, capta los cinco choques y los gritos de Tabatabainejad. Según el periódico estudiantil Daily Bruin, cada choque dura de tres a cinco segundos. Unos testigos dijeron que recibió unos choques cuando ya estaba esposado. Las pistolas de choque eléctrico (taser) descargan energía de bajo amperaje que interrumpen el pulsar de energía del cuerpo y congelan los músculos. La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) dice que desde 1999 las autoridades de Estados Unidos y Canadá han matado a 148 personas con pistolas de choque eléctrico.

¿Cómo justifica la policía el ataque brutal? Dice que Tabatabainejad rehusó mostrarles su identificación durante un “proceso nocturno rutinario” y no salió de la biblioteca cuando se lo mandaron. En una cita que publicó el Los Angeles Times, el jefe de policía de la universidad dice: “Los agentes recurrieron a las pistolas de choque cuando Tabatabainejad aflojó los músculos mientras lo sacaban e incitó a otros a que se unieran a la resistencia”.

A los estudiantes que pidieron que pararan el ataque y los nombres de los agentes, o no les hicieron caso o los amenazaron con la misma suerte.

El abogado de Tabatabainejad, Stephen Yagman, dijo que no les mostró la identificación estudiantil porque le pareció que solo se la estaban pidiendo a él por su apariencia mesoriental. En el video se oye a Mostafa gritar cuando le disparan: “¡Esta es su pinche Ley Patriota, este es su pinche abuso de poder!”.

Yagman entablará una demanda civil en un tribunal federal que acusa a la policía de “fuerza excesiva y brutalidad” y de arresto falso.

Muchos estudiantes y otros señalaron que esto sucede en el clima de temor e intimidación tras el 11 de septiembre, y que hace pensar en las detenciones de musulmanes y sudasiáticos (y en particular de iraníes) hace unos años, en el programa de “inscripciones especiales”.

La UCLA es una de las universidades donde se ha dado una intensa lucha por la “libertad académica” y el derecho al disentimiento (el año pasado, un grupo estudiantil fascista quería grabar las conferencias de maestros “radicales”), y las nacionalidades minoritarias se sienten marginadas y bajo ataque. El 15 de noviembre, hubo una protesta de más de 200 estudiantes y activistas contra la Proposición 209, una medida contra la acción afirmativa que contribuyó a que ahora haya pocos universitarios negros, amerindios y chicanos.

Este ataque salvaje ha indignado a estudiantes de muchas capas sociales y diferentes puntos de vista políticos y los ha empujado a tomar cartas en el asunto. El 17 de noviembre más de 200 participaron en un mitin y rueda de prensa, y más de 50 organizaciones estudiantiles dieron a conocer una declaración conjunta.

El feroz ataque contra Mostafa Tabatabainejad recalca, una vez más, la necesidad de luchar contra el clima de tortura, salvajismo y represión que se impuso tras el 11 de septiembre. Como dice la convocatoria de El Mundo no Puede Esperar: “Si no nos oponemos y movilizamos para parar esto, nos obligarán a aceptarlo. No hay de otra: hay que PARAR el desastroso rumbo del gobierno de Bush, y tenemos que asumir la responsabilidad de hacerlo”.

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Revolución #70, 26 de noviembre de 2006

Foros de Alerta en más de 40 ciudades

Tras las protestas del 5 de octubre, El Mundo no Puede Esperar convocó una serie de Foros de Alerta en ciudades y universidades por todo el país sobre el tema: ¿Adónde está llevando al mundo el gobierno de Bush? ¿Por qué hay que pararlo? La semana del 27 de octubre se realizaron foros en más de 40 ciudades.

Unas 325 personas asistieron al principal foro, en Nueva York, el 30 de octubre. Se transmitió en vivo por internet y El Mundo no Puede Esperar informa que miles de personas ya lo han visto. Ahora está a la venta en DVD.

El Mundo no Puede Esperar informó que los foros “muestran la amplitud del interés y el potencial de forjar unidad con un amplio sector de la población que está preocupado e indignado con la horrenda embestida del gobierno de Bush, que está reconfigurando radicalmente toda esfera de la vida nacional”. (Hay más información sobre los foros en el portal worldcantwait.org).

El Mundo no Puede Esperar está planeando otra serie de foros y recomienda organizar reuniones para ver el DVD del foro de Nueva York.

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El vicepresidente de la tortura

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