Revolución #106, 28 de octubre de 2007

voz del partido comunista revolucionario, eu

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Revolución #106, 28 de octubre de 2007


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El mentiroso Bush redobla amenazas de guerra contra Irán

Larry Everest

La semana pasada, el choque del presidente ruso Vladimir Putin y el presidente Bush sobre Irán demostró lo extremas que son las tensiones y lo grave que es el peligro de un ataque estadounidense (tanto como lo aguda que es la rivalidad imperialista entre Estados Unidos y Rusia).

Putin, en la primera visita de un jefe de estado ruso a Irán desde hace 60 años, condenó las amenazas estadounidenses y declaró: "Ni debemos pensar en recurrir a la fuerza en esa región… No solo debemos rechazar la fuerza, sino también mencionarla como posibilidad". Putin, que se opone a las demandas de Washington de imponer sanciones económicas contra Irán, también dijo que no hay pruebas de que Irán tenga un programa de armas nucleares.

Dos días después, Bush contraatacó y soltó nuevas y más serias amenazas de guerra: "He dicho que si quieren evitar la tercera guerra mundial, parece que les debe interesar impedir [que Irán] obtenga la información necesaria para construir un arma nuclear". La Casa Blanca le restó importancia al comentario de Bush y lo calificó de "punto retórico". Pero no se podía tapar la amenaza de la guerra mundial (¡dirigida implícitamente a Rusia también!), ni la demanda de que Rusia secundara su posición de que Irán no debe tener ni siquiera un programa de energía nuclear (que es legal según los tratados internacionales), porque podría utilizar la tecnología para elaborar armas.

El choque Bush-Putin ocurrió en el contexto de redobladas condenas de Irán por el gobierno de Bush, con el apoyo de la mayor parte de la clase dominante. Bush, que podría estar preparándose para iniciar una guerra, dice que Irán es el principal obstáculo a su plan para el Medio Oriente. Ha orquestado una campaña propagandística enfocada en dos acusaciones: Irán está construyendo armas nucleares y dirigiendo ataques contra las tropas estadounidenses en Irak. El Senado y la Cámara de Representantes han aprobado resoluciones que tildan a los Guardias Revolucionarios de Irán de “organización terrorista”, que podría ser un pretexto para iniciar un conflicto. El gobierno de Bush está librando una “guerra financiera” contra Irán y se esfuerza por convencer a otras grandes potencias a imponer sanciones económicas más estrictas. Casi la mitad de los buques de guerra estadounidenses están cerca de Irán y el Pentágono lleva más de un año trazando planes para un ataque. A comienzos de octubre, el corresponsal Seymour Hersh de la revista New Yorker informó: “Se ha aumentado el ritmo de la planificación bélica”.

Acusaciones estadounidenses contra Irán: Mentiras, hipocresía y un pretexto para una agenda imperial

¿Y las acusaciones estadounidenses contra Irán?

Primero, hay todo un montón de hipocresía. Estados Unidos ya tiene miles de ojivas nucleares; mientras condena las supuestas ambiciones nucleares iraníes, se niega (en negociaciones con Rusia) a aceptar límites a la cantidad de armas nucleares que puede construir.

Estados Unidos—y no Irán—invadió y ocupó a Irak ilegalmente. Pero Bush y Cía. acusan a Irán de “intervenir” en Irak. Además, ¡Estados Unidos está financiando y organizando operaciones militares y políticas clandestinas en Irán!

Así que la lógica imperialista aquí es que solo Estados Unidos tiene el derecho de amenazar al mundo con armas nucleares (y tener más de ellas que ningún otro país) e intervenir y librar guerras contra otros países.

Segundo, Estados Unidos no ha dado a conocer ninguna prueba concluyente. La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, dijo hace poco que Irán “mentía” acerca de su programa nuclear, pero no ofreció ninguna prueba. Hay que recordar que estos son los mismos mentirosos comprobados del gobierno de Bush que mintieron a sabiendas sobre las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein antes de atacar a Irak.

Después de llevar a cabo muchas inspecciones, la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) no ha encontrado ninguna prueba de un programa iraní de armas nucleares. Sin embargo, si es cierto que la reaccionaria República Islámica de Irán quiera construir armas nucleares y que esté ocultando tal programa, ¿por qué tiene Estados Unidos el derecho de declararse el policía global para restringir las armas nucleares? Estados Unidos es el único país del mundo que ha usado la bomba atómica: dos veces, en Hiroshima y Nagasaki, para masacrar a civiles. ¿Y por qué es que su actual enorme arsenal de armas nucleares le da el derecho de amenazar o atacar a Irán?

¿Y la supuesta participación de Irán en los ataques contra las fuerzas estadounidenses?

En una serie de ruedas de prensa, las fuerzas armadas estadounidenses han presentado armas iraníes que supuestamente encontraron en Irak. Pero no han dado ninguna prueba de que Irán las proveyó, de que las usaron para atacar a soldados estadounidenses ni del papel del gobierno iraní. Es posible que las armas capturadas sean del arsenal iraquí o del amplio mercado negro de armas regional. El ex inspector de armas estadounidense, David Kay, le dijo a Hersh que su equipo se quedó estupefacto al ver las “enormes cantidades de armas” en Irak inmediatamente después de la invasión del 2003, entre ellas la misma clase de explosivas que Estados Unidos dice solo hubiera podido venir de Irán.

Por otro lado, si es cierto que Irán le dé armas a unas fuerzas en Irak, ¿por qué tiene Estados Unidos, el país que ha ocupado ilegalmente a todo el país, el derecho de aprovechar la intervención iraní en Irak como causa para librar la guerra contra Irán? Es como si alguien entra a una casa a la fuerza, la roba y saquea, viola y maltrata a los habitantes y sigue aterrorizándolos. Y luego, porque sospecha que un vecino esté tratando de robar algo de la misma casa, amenaza con atacar e invadir a la casa de al lado.

Tampoco le importa a Estados Unidos el sufrimiento de los pueblos de la región a manos del fundamentalismo islámico, en particular de la República Islámica de Irán. A los ojos de Estados Unidos, el fundamentalismo islámico es un gran obstáculo a sus ambiciones no porque a los imperialistas estadounidenses les molesta el programa represivo y oscurantista de los fundamentalistas. Trabaja de la mano con tales fuerzas, y por medio de ellas, donde le conviene. Pero el problema que Estados Unidos tiene con los fundamentalistas islámicos es que son una fuerza en oposición a lo que el imperialismo estadounidense está tratando de imponer en el mundo… y una amenaza intolerable a sus intereses.

Toda agresión estadounidense contra Irán es… agresión

Incluso si el gobierno iraní está tratando de construir armas nucleares o apoya unos ataques contra las fuerzas estadounidenses en Irak o aumenta la opresión del pueblo iraní… nada de esto justifica una guerra estadounidense contra Irán. Tal guerra empeoraría la situación para los pueblos de la región (y el mundo), entre otras razones porque daría más ímpetu al fundamentalismo islámico y fortalecería el actual marco espantoso en que el imperialismo y el fundamentalismo islámico se ofrecen como las únicas opciones para la humanidad. Un ataque estadounidense no tendría la meta de acabar con la opresión y liberar al pueblo, sino de perpetuar su esclavitud bajo la dominación estadounidense regional.

Esto que no significa que Estados Unidos no tenga auténticas preocupaciones—imperialistas—en cuanto a Irán.

Demasiada gente le resta importancia al peligro de una guerra estadounidense contra Irán porque piensa que Bush es tan impopular que no podría iniciar otra guerra, o tan empantanado en Irak o no lo suficientemente “loco” para arriesgar una conflagración regional. O que las presiones en la "alianza" estadounidense (como la retirada de las tropas inglesas de Basora y el conflicto entre Estados Unidos y Rusia) disuadirán a Estados Unidos de atacar a Irán. O piensa que Estados Unidos ha inventado acusaciones contra Irán simplemente debido a la arrogancia o la belicosidad irracional.

No cabe duda de que Bush es impopular y un mentiroso comprobado, y de que Estados Unidos está empantanado en Irak. Incluso unos representantes de la clase dominante se preocupan de que atacar a Irán debilite la posición de Estados Unidos en el Medio Oriente y el mundo (y esas riñas podrían ser una razón por la que no ha atacado hasta la fecha). Y hay presiones que afectan la "alianza" estadounidense tanto como más disputas con otras potencias en la región.

Pero hay auténticas necesidades y preocupaciones imperialistas que empujan a la clase dominante estadounidense. Y algunas de las razones que mucha gente no cree que inicien una guerra contra Irán en realidad son razones por las que los imperialistas estadounidenses se ven impelidos a atacar a Irán. Por ejemplo, no pueden permitir que las otras potencias perciban que su alianza se está desmoronando y que desafíen su dominación global. No pueden dejar la impresión de que los fundamentalistas islámicos les estén dando duro, de la misma manera que un padrino mafioso no puede permitir que un gángster de poca monta desafíe su autoridad.

La meta de la "guerra contra el terror" que está librando Estados Unidos no es acabar con el "terror", como dicen, ni "llevar la democracia a Irak" o ningún otro país. Esencialmente es una guerra para extender su imperio. El enfoque de esta guerra es derrotar al fundamentalismo islámico y a los que lo apoyan o ayudan. Es una guerra con muchos blancos y que se libra de muchas maneras. El gobierno de Bush piensa que una victoria le permitiría transformar el Medio Oriente y Asia central, debilitar al yijadismo anti Estados Unidos y solidificar y aumentar su dominación.

Desde hace décadas el control del Medio Oriente—con su ubicación estratégica entre África, Asia y Europa, y sus enormes reservas petroleras—ha sido un elemento clave de la posición de Estados Unidos como superpotencia imperialista. Hoy, la clase dominante ve el control de esas regiones como más esencial que nunca para perpetuar su posición como cacique global, y al futuro del imperio y del control interno. Para ellos, hay mucho en juego.

Es esa agenda, y no "parar el terrorismo", lo que motivó la decisión de invadir y ocupar a Irak, como trampolín desde el cual aumentar la dominación del Medio Oriente y aplastar, o subordinar, las fuerzas fundamentalistas islámicas que ven como obstáculo a sus objetivos. Pero la guerra no ha seguido el guión del gobierno de Bush. Hay la posibilidad de una debacle en Irak, donde han tenido que comprometer muchos miles de soldados. Las fuerzas pro Irán tienen mucha influencia en el gobierno iraquí y la influencia iraní en Irak está creciendo. (La semana pasada Irak firmó un contrato con Irán y China para construir centrales eléctricas, a pesar de la oposición de Bush). El fundamentalismo islámico ha cobrado fuerza por toda la región. Una fuerte expresión de la realidad de que el imperialismo estadounidense y el fundamentalismo islámico se oponen y se refuerzan mutuamente es que un producto de la ocupación estadounidense de Afganistán es que el Talibán ha vuelto a surgir. Las fuerzas pro iraníes podrían dominar a Líbano. En breve, parece que el “campo” geopolítico del Medio Oriente gire en contra de Estados Unidos y a favor de Irán, no importa si apoya esto o aquel suceso. Además, un Irán con armas nucleares sería un mayor obstáculo a la hegemonía y dominación militar estadounidenses.

Así que la cúpula del poder—tanto la camarilla de Bush y Cheney como los demócratas y otros—está unida en torno a la necesidad de confrontar a Irán y reducir su influencia, de una u otra manera. (En un artículo de la revista Foreign Affairs que se publicará pronto, Hillary Clinton escribe: “Si Irán no acata sus propios compromisos y la voluntad de la comunidad internacional, hay que considerar todas las opciones”).

Por el momento, Estados Unidos está presionando a Irán con una amplia gama de medidas diplomáticas, económicas, políticas y militares con el fin de obligar a la República Islámica a ceder a sus demandas o provocar levantamientos internos y la caída del gobierno. El periódico inglés Telegraph informó el 16 de septiembre: “Funcionarios del Pentágono y la CIA dicen que la Casa Blanca ha iniciado un programa cuidadosamente calibrado que llevará a una confrontación militar con Irán”. Y muchos dentro y fuera del gobierno de Bush—especialmente el vicepresidente Dick Cheney y sus aliados—son partidarios agresivos de un ataque que, informó Hersh, Bush está considerando aunque dice que está buscando una solución diplomática.

De todos modos, si esas medidas no tienen éxito—y parece que la visita de Putin a Irán es un golpe contra los planes estadounidenses—se encontrarán “entre la espada y la pared”: aceptar que Irán surja más fuerte y socave toda la “guerra contra el terror”, o “escapar hacia adelante” y tomar medidas militares.

Además, es posible que una guerra contra Irán no sea una decisión enteramente consciente, ni mucho menos unánime, de los estrategas de la clase dominante. El despliegue de tantos buques de guerra en el golfo Pérsico, tanto como la presencia de agentes estadounidenses en Irán, ha creado una situación en que se podría iniciar una guerra por casualidad.

Se informa que a comienzos de septiembre unos cazas israelíes llevaron a cabo un ataque contra Siria, que tiene un tratado de defensa mutua con Irán. Los comentaristas especularon sobre los posibles vínculos a un ataque israelí contra Irán, como por ejemplo si Israel ponía a prueba las nuevas armas antiaéreas rusas instaladas hace poco en Siria como parte de los preparativos para un ataque aéreo contra Irán. Mientras Israel tiene su propia agenda, el marco en que cabe la agresión israelí (y la misma existencia del estado de Israel) son los intereses del imperialismo estadounidense. Estados Unidos es el patrocinador financiero, político y militar de Israel, que sirve de “policía que dispara a la menor provocación” yanqui por toda la región, y es poco probable que Israel atacara a Siria fuera del marco de los preparativos estadounidenses para una guerra contra Irán. Poco después del ataque, la revista Newsweek informó que el ex asesor sobre el Medio Oriente a Cheney, David Wurmser, le dijo a un pequeño grupo hace unos meses que Cheney pensaba pedirle a Israel que atacara la instalación nuclear iraní de Natanz. Newsweek agregó que una respuesta militar de parte de Irán le daría a Estados Unidos un pretexto para iniciar sus propios ataques aéreos.

Pero sea cual sea el “iniciador”, el papel particular de Israel o si la guerra es la consecuencia de un accidente o de una decisión consciente, una guerra estadounidense contra Irán sería el producto de las acciones agresivas yanquis y una expresión de sus intereses imperiales. En el caso de una guerra “accidental”, incluso los representantes de la clase dominante que se oponen a atacar a Irán (como Zbigniew Brzezinski, que ha dicho que sería un desastre) han dicho que se verían obligados a apoyarla.

La clase dominante estadounidense ha demostrado en Irak que está dispuesta a destruir la vida de millones de personas en aras de sus ambiciones reaccionarias. Esas ambiciones son injustas, opresivas y al servicio de un mundo de explotación y opresión. No representan los intereses de los pueblos del mundo, inclusive los que viven en este país, que tienen una responsabilidad especial de forjar un movimiento de oposición a un ataque contra Irán, sea cual sea el pretexto. Tal movimiento será una inspiración a los pueblos por todo el mundo, inclusive del Medio Oriente, a ver más allá de las “alternativas” del fundamentalismo islámico y el imperialismo estadounidense.

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Revolución #106, 28 de octubre de 2007


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HACER LA REVOLUCIÓN Y EMANCIPAR A LA HUMANIDAD

PRIMERA PARTE: MÁS ALLÁ DEL ESTRECHO HORIZONTE DEL DERECHO BURGUÉS

Cambios en la sociedad y en la gente: Una concepción materialista, y dialéctica, de la relación entre las circunstancias de la gente y su conciencia

Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, EU

De la Redacción: Lo que sigue es la segunda parte de una serie de pasajes de una charla que dio Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, anteriormente este año (2007). La charla ha sido revisada en preparación para su publicación y se ha incluido notas al pie de la página (entre otras cosas, el autor ha ampliado en gran medida la sección sobre Karl Popper). Estos pasajes se publicarán en dos partes. La primer parte (en inglés) está en línea en revcom.us. La segunda parte (en inglés) también estará en línea pronto en revcom.us. Los pasajes de la segunda parte también se publicarán como serie en Revolución una vez que se haya terminado de publicar la primera parte.

Cambios en la sociedad y en la gente: Una concepción materialista, y dialéctica, de la relación entre las circunstancias de la gente y su conciencia

Cambiar las circunstancias y cambiar la gente

Quiero ampliar el tema de la sociedad humana y su desarrollo histórico para poner más cimientos que permitan entender esto de una manera científica. Voy a hablar de temas que tienen que ver con una discusión mayor de la que esto procede y que se encuentra en “Puntos de vista” y “Base, metas y métodos”.1 No voy a repetir muchas de las cosas que dije en esas obras pero voy a tocar unos puntos esenciales.

Primero, quiero hablar de las dos rupturas radicales y su interconexión, su interacción dialéctica e influencia mutua a lo largo de todo el desarrollo y transformación revolucionaria que se da en el curso del avance al comunismo. Por supuesto, con esto me refiero a lo que se dice en el Manifiesto comunista: la revolución comunista representa la ruptura radical con todas las relaciones de propiedad tradicionales y con todas las ideas tradicionales. Lo que esto entraña –-y de hecho lo que entraña todo el desarrollo de la sociedad humana— es la interrelación (la relación dialéctica) entre las fuerzas y las relaciones de producción y entre la base económica,2 por un lado, y la superestructura de la política y la ideología, por el otro. Para decirlo en otros términos más generales, lo que esto entraña es la relación dialéctica entre las condiciones materiales y su transformación, por un lado, y el pensamiento de la gente y su transformación—o, en otras palabras, el vaivén, como lo dijo Marx una vez, entre cambiar las circunstancias y cambiar la gente, la relación dialéctica de esto y las dinámicas que esto entraña.

Ahora bien, en relación con esto, una de las cosas más fundamentales que Marx dio a conocer –y esto es algo sobre lo cual he hablado en varias otras obras3 pero que vale la pena mencionar una vez más, porque es tan importante y a la vez tan poco entendido, y de hecho es algo que se ha ignorado total y sistemáticamente, donde no lo tapan, confunden y tergiversan— es su presentación concentrada de lo que constituye la sociedad humana y de su desarrollo. En oposición al idealismo filosófico, Marx presentó la concepción materialista y dialéctica de que la actividad humana más básica y esencial es la producción y reproducción de los requisitos materiales de la vida, y que los seres humanos solo pueden llevar a cabo la lucha para producir, y reproducir, los requisitos materiales de la vida si contraen relaciones de producción muy específicas, y que sobre esa base de relaciones de producción surge una superestructura jurídica, política e ideológica específica.

Piensen en lo poco que se entiende este punto tan fundamental sobre la sociedad humana y su desarrollo histórico—y la relación básica y general entre el ser social y la conciencia social, como lo dijo Marx. Hay toda una variedad de otros puntos de vista sobre lo que constituye la sociedad humana y de por qué la gente se une en la sociedad—teorías de “contratos sociales” y varias otras teorías intelectuales que se han elaborado (y sus variaciones populares de varios tipos). Pero este punto fundamental que Marx dio a conocer es tan poco conocido, y mucho menos entendido. ¿Cuántas veces se oye hablar de “esto de la economía” o "aquello de la economía", como si “la economía” fuera una abstracción divorciada de los seres humanos y carente de sus relaciones sociales? Pero de esa manera no se puede captar las dinámicas de lo que está pasando. Es tan profundamente importante que nosotros captemos este punto, pero además que lo propaguemos de una manera popular—de una manera que esté al alcance de mucha gente que hoy desconoce todo esto. Es sumamente importante posibilitar que las masas populares, de todas las capas sociales, entre ellas las masas básicas, capten esta y otras verdades fundamentales relacionadas—los análisis y síntesis fundamentales acerca de la sociedad y la realidad. En cualquier sociedad, la gente contrae en el sentido más fundamental relaciones de producción específicas para hacer cualquier cosa—para comer y para posibilitar todo lo demás que pasa en una sociedad. Y los cimientos de esto, las relaciones y dinámicas fundamentales subyacentes, es el hecho de que la gente contrae relaciones sociales de producción específicas en el proceso de producir y reproducir los requisitos materiales de la vida y de la sociedad.

Junto con esto, el hecho es que estas relaciones sociales de producción evolucionan históricamente. Una vez más, no es cuestión de una “sociedad ideal”, de simplemente realizar el “ideal” de uno. No es cuestión de que uno se sienta y traza un plano de cómo la sociedad debe ser, y luego hace que la sociedad se ajuste a ese plano. Es la interacción entre la necesidad y los seres humanos que luchan –conscientemente o en parte conscientemente, o una combinación de los dos— por transformar la necesidad y forjar la libertad… que a su vez crea nueva necesidad.

El pueblo hace la historia, pero a base de cierta fundación material

O, para parafrasear otro punto profundo –y al mismo tiempo ignorado, por lo general, o tergiversado y distorsionado— que Marx recalcó: El pueblo hace la historia, pero no de cualquier manera que quiera. La hace a base de las fuerzas productivas y las relaciones de producción correspondientes que hereda de las generaciones previas. Por supuesto, esto no es un proceso lineal: entraña rupturas y saltos, revoluciones en la sociedad humana, en los momentos y circunstancias en que, como señaló Marx, las relaciones de producción han pasado por una transformación de ser la forma más apropiada para el desarrollo de las fuerzas productivas a ser una traba a ese desarrollo en vez de una forma apropiada. Esto suscita revoluciones sociales. Por supuesto, esto no ocurre en un sentido “automático”, y tales revoluciones no ocurren en relación directa, uno a uno, con la transformación objetiva de las relaciones de producción (de ser la forma más apropiada para el desarrollo de las fuerzas productivas a ser una traba a ese desarrollo). Pero cuando esa transformación objetiva (en la relación entre las relaciones de producción y las fuerzas de producción) ha ocurrido, tarde o temprano, no importa lo mucho (o poco) que sean conscientes de esa transformación objetiva, elaboran teorías y programas y forman organizaciones para resolver esa contradicción, que se les impone objetivamente cada vez más. Eso es lo que quería decir Mao cuando dijo que cuando las herramientas se frustran, hablan a través de las personas: cuando las fuerzas productivas se encuentran más frenadas que facilitadas, por así decirlo, por el carácter de las relaciones de producción, esto suscita ciertas cosas en la superestructura. Suscita ciertas ideas en la gente—ideas acerca de cambiar la sociedad, y acerca de cuáles son los problemas de la sociedad y cómo tratarlos. Durante gran parte de la historia humana, esas ideas eran una combinación de entender en cierto grado, y entender mal en mayor grado, de lo que se suscitaba objetivamente, de los desarrollos objetivos que se reflejaban, por “imperfectos” que fueran, en la mente de las personas. Ahora estamos en un umbral donde se puede entender cualitativamente mejor –no completamente, siempre habrá la contradicción entre el conocimiento y la ignorancia--, pero se puede entender mejor de qué se trata esto, se puede tener un enfoque más consciente de lo que nos proponemos hacer, y por qué, en cuanto a transformar las relaciones subyacentes tanto como la superestructura de la sociedad.

Es importante captar este punto: que la necesidad del cambio radical en la sociedad se suscita en la superestructura—en el pensamiento de las personas, y luego en su organización política. Las personas forman grupos, forman partidos con programas y objetivos que reflejan —no en un sentido reduccionista, lineal y de uno a uno, sino que reflejan en última instancia— lo que está pasando en las relaciones básicas de la sociedad, en cuanto, más fundamentalmente, a la contradicción entre las fuerzas y las relaciones de producción. Esto se refleja más o menos conscientemente en el pensamiento de las personas y luego en su organización política. Y cuando se proceden en consecuencia, cuando tratan de llevar a cabo cambios que corresponden a sus ideas, tropiezan con limitaciones –no solo limitaciones económicas sino también limitaciones políticas—, la fuerza del estado y las relaciones de poder en la sociedad que tienen que hacer añicos y transformar para (una vez más en términos relativos y no absolutos) desencadenar y emancipar las fuerzas productivas, entre ellas la gente. De esa manera cambian las sociedades en un sentido fundamental y cualitativo—eso es cómo y por qué las revoluciones se suscitan y ocurren, a través de luchas trascendentales.

Así que, como lo explicó Marx, la superestructura jurídica, política e ideológica surge de una base económica (o modo de producción) determinada, en un momento dado, y corresponde a ella, pero también es crucial –es un aspecto decisivo de una concepción y método dialécticos tanto como materialistas— captar que mucha iniciativa (y, si queremos decirlo así, autonomía) en la superestructura. La superestructura no es meramente una extensión lineal y mecánica de la base económica. Se elaboran diferentes ideas y se lleva a cabo una lucha en la esfera de las ideas. Surgen fuerzas políticas que luchan hasta que se resuelva. A fin de cuentas, es una batalla por el poder sobre la sociedad. Y el poder, por cierto, no es una mala palabra. De hecho, en manos del proletariado, es algo muy, muy bueno. El poder, en términos políticos, quiere decir la capacidad de poner en práctica un programa, y esencialmente la capacidad de tomar decisiones que afectan el curso de la sociedad en conjunto, la capacidad de determinar la dirección de la sociedad.

Como he recalcado repetidas veces, esto radica en cierta base material, tiene raíces en las contradicciones fundamentales de la sociedad, y en las dinámicas asociadas con estas contradicciones fundamentales. Pero, sobre la base del movimiento de estas contradicciones --y la lucha para resolverlas de cierta manera al tomar la iniciativa, más o menos conscientemente, en la superestructura, y específicamente en la lucha por el poder político-- es posible obtener cualitativamente nueva y mayor libertad (no absoluta libertad, pero cualitativamente mayor libertad) para hacer cambios radicales en la sociedad. Cuando hablamos de la dictadura del proletariado, estamos hablando del poder, que reside cada vez más en las masas populares, para hacer transformaciones radicales en beneficio suyo, y a fin de cuentas en beneficio de la humanidad en general. De eso estamos hablando cuando hablamos de la dictadura del proletariado.

El poder estatal--para efectuar cambios radicales

¿Por qué quiere el poder el proletariado, por así decirlo? ¿Por qué necesita el poder estatal? Para efectuar los cambios, las transformaciones radicales de la sociedad en todas las esferas, en beneficio suyo y a fin de cuentas en beneficio de la humanidad en general.

Estas transformaciones no se pueden efectuar bajo el dominio de la burguesía, no importa cuál es la forma con que gobierna. El dominio burgués puede tener una forma democrática "maravillosa"--pero de todos modos es el dominio de una clase cuyos intereses se oponen en un sentido fundamental y antagónico a las transformaciones que las masas populares necesitan llevar a cabo para tener un mundo en el que pueden vivir como seres humanos y florecer en un sentido más amplio (no en un sentido absoluto metafísico, sino en un sentido más amplio y cualitativamente mayor). Mientras el poder sobre la sociedad esté en manos de la burguesía, incluso con la "artimaña" que ha forjado de las elecciones, se impedirá que el proletariado y las masas populares lleven a cabo estos cambios. Por eso tenemos las condiciones verdaderamente horrorosas que existen por todo el mundo--y en este sistema todos los votos del mundo nunca cambiarán estos elementos fundamentales. Es así de sencillo y básico. Cuando un monopolio del poder político --y, de una manera concentrada, el monopolio de la fuerza armada "legítima"-- está en manos de un grupo de la sociedad, y ese grupo excluye a otros de ese monopolio de poder y fuerza, pues esto es una dictadura del grupo --o clase-- en el poder, no importa si ese grupo en el poder permite que los que excluye del poder, y que domina en los hechos, participen en elecciones para escoger entre diferentes representantes de la clase dominante, como ocurre en Estados Unidos y varios otros países. El dominio político en Estados Unidos, no importa si hay una tiranía abierta e indisimulada o no, es y siempre ha sido una dictadura burguesa, una dictadura de la clase dominante capitalista (o antes de la derrota y abolición del sistema de esclavitud en Estados Unidos, por medio de la guerra de Secesión, existía una dictadura de las clases dominantes: los esclavistas y los capitalistas, o la burguesía).

Esta es una verdad fundamental, una declaración crucial y esencial acerca de la realidad--la realidad de sobre qué base y de acuerdo con qué intereses determinantes funciona la sociedad.

Cuando debatimos esto, tenemos que ir al grano, a la esencia de esto. Necesitamos un sistema político diferente, un sistema de gobierno político diferente, cuyo objetivo es la transformación radical de la sociedad, en todos los niveles y en todas las dimensiones. (Hablaré más sobre lo que esto implica, y debe implicar --y lo que no debe implicar-- más adelante).

Esta serie continuará en el próximo número de Revolución.


Notas

1 Ver "Puntos sobre el socialismo y el comunismo: Una clase de estado radicalmente nuevo, una visión radicalmente diferente y mucho más amplia de libertad" (publicada como serie en Revolución, en los números 37, 39, 40, 41, 42 y 43, y que está en http://revcom.us/chair_s.htm), y "La base, las metas y los métodos de la revolución comunista" (publicada como serie en Revolución, en los números 45, 46, 47, 48, 49 y 50, y que está en http://revcom.us/chair_s.htm).[regresa]

2 Nota del autor: Las fuerzas de producción (o fuerzas productivas) de una sociedad se refieren a los componentes físicos de la producción –la tierra, la materia prima, la maquinaria y la demás tecnología— tanto como la gente, con sus conocimientos y destrezas, etc. Las relaciones de producción se refieren a las relaciones de los seres humanos al llevar a cabo el proceso de producción social. La base económica (o el modo de producción) consta de las relaciones de producción, que corresponden en un sentido básico, en un momento determinado, al carácter de las fuerzas productivas.[regresa]

3 Ver, por ejemplo, Para una cosecha de dragones: Sobre la "crisis del marxismo" y la fuerza del marxismo, ahora más que nunca, Un ensayo con motivo del 100 aniversario de la muerte de Marx, Editorial Asir, 1983; y El falso comunismo ha muerto… ¡Viva el auténtico comunismo!, RCP Publications, 1992. El pasaje de Marx, que he parafraseado arriba, es:

“En la producción social de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción, que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia". (Marx, Prefacio e introducción a Una contribución a la crítica de la economía política) [regresa]

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Respuesta a Heather Mac Donald sobre el "crimen de negros contra negros"


El crimen y el castigo... y el capitalismo

Li Onesto con Carl Dix

Heather Mac Donald es una “autoridad” de grueso calibre en justicia penal y crimen. Ha sido secretaria de jueces federales, ha publicado editoriales en periódicos importantes y ha dado testimonio ante el Congreso. Tiene conexiones con Rudolph Giuliani, quien fue alcalde de Nueva York y ahora es el candidato preferido de los republicanos para la presidencia. Además, sus ideas ideológicas y políticas están de acuerdo con su agenda. Mac Donald también es comentarista “experta” para los canales Fox News y CNN.

A raíz de la histórica protesta del 20 de septiembre de libertad para los 6 de Jena, en Jena, Louisiana, Mac Donald escribió un artículo titulado “The Jena Dodge” (El truco de Jena), una versión intelectual del contraataque desencadenado tras la protesta, en el que dice que aun si los 6 de Jena fueran víctimas de la “justicia” racista y desigual, el problema en Estados Unidos no es la criminalización de los negros sino que los criminales negros están fuera de control. Este artículo, del City Journal (25 de septiembre de 2007), está en el portal Frontpage, de David Horowitz, que está encabezando el ataque contra el pensamiento crítico en las universidades.

“Justicia” desigual y criminalización

Mac Donald ataca a los que llama un “ejército de victimólogos raciales y sus patrocinadores de la prensa” y dice que los partidarios de los 6 de Jena están esquivando el verdadero problema de los negros: el crimen y en especial los elementos criminales negros. Mac Donald dice:

“Aun si tuvieran mérito las peores interpretaciones de los acontecimientos (del caso de los 6 de Jena), la enorme publicidad internacional que ha recibido este pequeñito pueblo parece fuera de proporción con respecto a la causa, a no ser que Jena represente un problema más generalizado. La idea de las protestas y su explotación por los políticos es que de la misma manera que les amontonaron cargos excesivos a esos cinco jóvenes, los cientos de miles de negros en las cárceles también son víctimas del maltrato sistemático. Si no fuera por el racismo institucionalizado, la población de presos negros sería mucho más pequeña”.

Luego Mac Donald afirma: “Esta es una queja añeja, para la cual nunca se han presentado pruebas”.

Pero la verdad es que sí se han presentado pruebas. Una y otra vez. Ella misma cita un ejemplo (después de decir que no hay pruebas del racismo institucionalizado en el sistema penal): “La prueba común que apoya la acusación de que las leyes penales discriminan contra los negros son las sentencias más severas para los que venden o poseen cocaína crack que cocaína en polvo”.

Los estudios reconocen que a los que arrestan por cocaína crack, por lo general pobres y negros, los condenan con más frecuencia y los sentencian a más años de cárcel que a los que arrestan por cocaína en polvo, por lo general blancos y adinerados. Esto es un claro ejemplo de discriminación racial, ¡pero Mac Donald dice que eso se debe a que el sistema se preocupa más por los negros! Y que estas sentencias tan disparejas representan “el sincero intento de proteger a las víctimas del crack, que son principalmente negras, y no castigarlas”. ¡¡¡No penalizarlos!!! La racista “guerra contra la droga” es una de las principales razones por las que hay tantos negros en los penales. Mandan a más negros a cumplir sentencias en las prisiones estatales por delitos de droga (38%) que por delitos violentos (27%). (Human Rights Watch)

Varios estudios han demostrado que la discriminación sistemática y el racismo resultan, incuestionablemente, en “justicia desigual”, con sentencias más severas, promedios más altos de encarcelamiento y constante hostigamiento, brutalidad y asesinatos policiales. Citemos unos ejemplos:

* Un estudio de Pensilvania concluyó que cuando son parecidos los factores como la gravedad del delito y los antecedentes penales, “es el 38% menos probable que sentenciarán a los blancos de 18 a 29 años de edad a la cárcel que a los negros de la misma edad”. (Fuente: The Sentencing Project, “Drug Policy and the Criminal Justice System,” April 2001)

* Los afroamericanos son el 13% de todos los que usan drogas pero el 35% de los arrestados por posesión de drogas, el 55% de los condenados y el 74% de los sentenciados a la prisión. (Fuente: The Sentencing Project, “Drug Policy and the Criminal Justice System”, abril del 2001)

* Los jóvenes negros tienen cuatro veces más probabilidad de ir a parar a la cárcel que los blancos por el mismo delito. Con respecto a los delitos de droga, los negros tienen 48 veces más probabilidad y los latinos nueve veces más de ir a parar a la cárcel que los blancos. (Fuente: “America’s Cradle to Prison Pipeline”, Informe de Children’s Defense Fund)

¿Y qué de la sistemática CRIMINALIZACIÓN de la juventud negra, que Mac Donald ni siquiera menciona? La policía los para y hostiga rutinariamente simplemente por estar en la calle con sus amigos. Millones de negros viven a diario con el temor de que los paren cuando están manejando, simplemente por ser negros. Las escuelas parecen cárceles donde tratan a los jóvenes como si fueran sospechosos o criminales. Las leyes de tres strikes mandan a la cárcel injustamente a los jóvenes por décadas y a veces por el resto de la vida.

* En 1954, había 98,000 negros en las cárceles; 50 años después, en el 2004, había 910,000, casi 10 veces más.

* En el 2006, la policía de Nueva York paró y registró a más de medio millón de personas, más de 1,300 al día. Las razones que más dieron los policías fueron: “Estaban en una zona de mucho crimen” o “cuadraban con la descripción del sospechoso”. El 55.2% fueron negros y el 30% latinos. Menos del 10% de las veces los arrestaron o multaron. La policía para a manera de rutina a los jóvenes negros por poca o ninguna razón; los saca del carro, los somete a cacheos crueles y humillantes, o sea, los hace arrodillarse y “besar el pavimento”. Todo esto no solo apunta a degradar y romper el espíritu; además, en un abrir y cerrar de los ojos, se puede convertir en otro caso de brutalidad y asesinato policial.

* Entre 1995 y el 2000, hubo casi 10,000 quejas de uso de fuerza excesiva por la policía en Estados Unidos, el 47.5% contra afroamericanos.

Mac Donald racionaliza y defiende la discriminación y la supremacía blanca con la mentira de que Estados Unidos “se ha deshecho de su pasado racista”. Dice: “Abundan las oportunidades económicas para que los negros, con tal que se mantengan fuera de problemas, estudien y que se apliquen, pero son pocos los que aprovechan esas oportunidades”.

¿Pero qué dice sobre las verdaderas oportunidades económicas de los jóvenes negros cuando estudio tras otro comprueba que hay discriminación en el empleo? En un estudio en Milwaukee, un grupo de negros y blancos, con educación y trabajos anteriores parecidos, se entrevistaron para el mismo trabajo. El resultado demostró que era dos veces más probable que los patrones contrataran a los blancos que no tenían antecedentes penales que a los negros que no tenían antecedentes penales. ¡Y que era MÁS probable que contrataran a los solicitantes blancos que dijeron que tenían antecedentes penales que a los negros que dijeron que no los tenían! En otro estudio, Greg Kelly y Jamal Jones, dos solicitantes con requisitos parecidos, respondieron por escrito a anuncios clasificados en Chicago y Boston. Jamal tuvo menos del 50% de probabilidad de que le dieran una primera entrevista debido a su nombre.

Y en casi todo aspecto, ya sea empleo, servicios médicos, vivienda, educación, etc., estudio tras estudio ha demostrado que la discriminación y la desigualdad persisten y se están agravando. (Para ejemplos de esto ver The Covenant with Black America, Tavis Smiley, editor)

La mala metodología de Mac Donald

¿Y el argumento de Mac Donald de que “los hombres negros están en la cárcel no por el racismo sino por su propio comportamiento”?

El argumento básico es: hay un alto promedio de crimen entre los negros así que el problema son los criminales negros que cometen los crímenes. ¡Este es un argumento circular no explica nada y no arroja nada de luz sobre el problema! No contesta la pregunta: ¿POR QUÉ hay un alto promedio de crimen entre los negros? ¿POR QUÉ cometen delitos tantos los jóvenes negros? Mac Donald quiere empezar en medio de la historia. Se niega a mirar a toda la historia y cómo las cosas han llegado a tal punto. Solo ve los efectos y las síntomas, y no las causas.

Para verdaderamente entender el “crimen de negros contra negros” —para entender este problema y la solución— necesitamos una vista panorámica y un punto de vista materialista. ¿Cuáles son los factores económicos y sociales de este fenómeno? El funcionamiento del sistema le impone a la gente toda clase de cosas y le ofrece un menú restringido del cual solo se puede escoger entre lo malo y lo peor. Luego, el sistema (y gente como Bill Cosby) le culpa a la gente misma por las condiciones en las que el sistema las tiene.

No es que hay un montón de jóvenes negros que por su “naturaleza” se ven atraídos a una vida de crimen y violencia. No estamos hablando de una comunidad con ALTOS niveles de empleo que se dedica a la actividad criminal. No, hay enormes factores económicos y sociales que han hecho que esa “alternativa” —que en realidad no es alternativa— sea una manera racional de tratar de subsistir. El escritor conservador Edward Luttwak, ha­blando del hecho de que muchos jóvenes negros jamás conseguirán trabajo en toda la vida, concluyó que para muchos de ellos el crimen es una “alternativa racional”. (Turbo Capitalism)

Tenemos que analizar las consecuencias de la extrema globalización del sistema capitalista en los últimos 50 años. Se han dado grandes cambios en la manera de acumular capital y explotar a la gente. Eso ha llevado a que el sistema capitalista no necesita a los proletarios negros como los necesitaba en los años 50, 60 y 70. Para el sistema, enormes sectores de los negros son prescindibles. En esa situación ha crecido el fenómeno del “crimen de negros contra negros”.

Desindustrialización y menos opciones

En las últimas dos décadas se han dado enormes transformaciones en la manera en que los capitalistas estadounidenses acumulan el capital. La producción y el montaje se hacen en fábricas por todo el mundo. Por los avances tecnológicos, muchos empleos requieren más capacitación, educación y habilidad. Y muchos trabajos ya no existen debido a los cambios tecnológicos.

También tenemos la mayor y extrema globalización de la producción, en la que la búsqueda de la mayor ganancia abarca un mercado mundial de mano de obra. Los trabajadores negros no especializados se encuentran ante una situación en la que los capitalistas pueden superexplotar a migrantes o trasladar sus empresas a otros países. Este sistema pone a los negros y los migrantes a “competir” sobre cuál de ellos va a explotar. Y las empresas que buscan mano de obra barata y trabajadores “obedientes” contratan a los migrantes que, debido a su precaria situación, tienen que aceptar salarios sumamente bajos y horripilantes condiciones de trabajo.

Al nivel más bajo de la población activa de Estados Unidos hay gran competencia por empleos que pagan poco y donde hay mucha renovación del personal, aunque no ofrecen ninguna posibilidad de prosperar. Para millones de trabajadores negros eso ha significado un dramático decaimiento de oportunidades. Y para un enorme sector de las masas negras, especialmente para la juventud, eso ha significado que les han cerrado las puertas de un portazo a cualquier posibilidad de tener un futuro decente.

Las ciudades estadounidenses han experimentado la desindustrialización, o sea, los capitalista han trasladado los trabajos a los suburbios o a otros países. Desde fines del año 2000, en Estados Unidos han eliminado tres millones de empleos de fábrica, lo cual ha impactado enormemente a las comunidades negras de las ciudades. En las décadas después de la II Guerra Mundial, millones de negros migraron del Sur a las ciudades por todo el país, donde podían conseguir trabajos industriales. Por ejemplo, en la industria automotriz, en 1947, 550,000 trabajadores fabricaron tres millones de vehículos, y en 1972, 750,000 trabajadores fabricaron ocho millones de vehículos. En 1970, en Detroit, aproximadamente la quinta parte de los trabajadores de las fábricas automotrices eran negros, y la mayoría eran hombres jóvenes. La discriminación era descarada: casi todos los superintendentes, capataces y trabajadores capacitados eran blancos. Pero la industria automotriz, así como otras industrias, les ofrecían a los trabajadores negros estabilidad de trabajo, capacitación y aun la posibilidad de conseguir una posición que pagara mejor.

Esa clase de trabajo prácticamente ha desaparecido de las ciudades. ¿Y qué ha significado eso para el pueblo negro? Piensen en las alternativas que tiene un hombre negro de 20 años en Chicago o Detroit. En las ciudades casi no hay trabajos que pagan bien para los que tienen poca capacitación. Las escuelas de los barrios pobres no dan capacitación adecuada. Si uno ha estado preso, es poco probable que le den trabajo. En los suburbios hay unos empleos de manufactura, pero la discriminación en la vivienda es un obstáculo para los negros que quieren vivir en esas comunidades. Tampoco hay buen transporte público para ir al trabajo, siempre y cuando se lo puede conseguir. Y si manejas al trabajo, corres el riesgo de que te paran simplemente porque eres negro y estás en un barrio blanco. Y muchos trabajos simplemente ya no existen; las fábricas que había en una ciudades estadounidenses ahora están en otros países, donde pueden pagar salarios mucho más bajos.

Otro factor en este panorama es que los empresarios no quieren contratar a los negros. Históricamente, los negros han tenido cierta rebeldía y desafío, y muchos patrones racistas no quieren contratar a lo que para ellos son posibles “buscapleitos negros”. No es que la gente no quiere trabajar, sino que no quiere trabajar por salarios de hambre y no acepta el racismo y la degradación de los patrones, otros trabajadores y clientes. Thomas Rush, un camarero, lo explicó así: “A todos los miro en los ojos. No miro hacia abajo ni hacia arriba. Se acabaron los días de andar arrastrando los pies”. Un estudio de empleo realizado en Chicago entre 1989 y 1990 concluyó que muchos patrones “descartaron a jóvenes negros que buscaban trabajo por ser demasiado pobres, carentes de educación y mal dispuestos para los rigores del trabajo de la oficina moderna”. (American Work—Four Centuries of Black and White Labor, Jacqueline Jones)

Las oportunidades de trabajo para los jóvenes negros hoy son peores que hace dos generaciones. Un joven de 20 años tiene más probabilidad de trabajar en un restaurante de comida rápida, un lote de estacionamiento o Wal-Mart: trabajos ine­stables, de salario mínimo, sin posibilidades de capacitación y de progresar. Para el patrón son desechables. Ese tipo de trabajo no solo es degradante sino que no paga lo suficiente para subsistir. Y de ninguna manera se puede decir que ofrece una “salida” de la pobreza. Por eso dicen que el crimen es "una alternativa razonable".

Veamos el ejemplo de la comunidad negra de Camden, New Jersey, a mediados de los años 90: cerró el astillero militar Philadelphia así como la fábrica de Campbell Soup, y varias empresas electrónicas. La tasa de desempleo subió al 20% y dos tercios de los residentes ya estaban recibiendo asistencia pública. En 1995, la ciudad tenía el más alto promedio de homicidios del estado. Lonnie Watkins, residente de Camden, señaló: “Si no hay trabajo la gente va a vender droga. Y si así se va a ganar uno la vida, entonces tendrá que proteger su negocio de la manera que sea, ¿entiendes?” (American Work)

La gente quiere trabajar, basta con ver que siempre que una gran tienda o un hotel anuncia que va a contratar, miles y miles de negros hacen cola para obtener una solicitud. Hace poco, en Newark, New Jersey, la Prudential Center Arena anunció que habría posiciones para 1,200 empleados: conserjes, cantineros, cocineros, etc., casi todos trabajos de medio tiempo que no ofrecen prestaciones. El primer día, el 6 de septiembre, más de 3,000 personas, casi todos negros, hicieron cola para solicitar trabajo.

El “encarcelamiento” de la comunidad negra es otro factor que contribuye al “crimen de negros contra negros”. Una enorme cantidad de negros van a la cárcel. En unos casos los guardias y administradores organizan peleas de “gladiadores” entre los presos e imponen una cultura de mata o te matan. Luego los deja salir a la sociedad ya inculcados de la mentalidad del sistema, lo cual lleva a tiroteos por cualquier cosa, lo cual es una expresión de lo que el sistema les ha hecho. En otros casos, la policía misma azuza el “crimen de negros contra negros” y mina los intentos de contenerlo. Después de la Rebelión de Los Ángeles en 1992, un organizador de una tregua entre las pandillas dijo en una entrevista: “Siempre andan gritando de que hay que ‘parar esa violencia’, pero apenas los chavos empiezan a acoger la tregua lo primero que hacen los policías es atacarlos. El sistema mismo ataca la tregua”.

Además hay otros factores sociales que se entrelazan en este panorama. Los recortes gubernamentales de todo tipo de servicios sociales. El deterioro de las escuelas. La falta de centros de recreación y programas después de la escuela. La persistencia de comunidades sumamente segregadas y desiguales. Todo esto —que NO es algo que la gente hace— TAMPOCO es algo que los negros “escogen”. Todo eso es parte de una estructura económica y social que limita las opciones y alternativas de los negros, y contribuye a que el crimen sea una “alternativa racional”.

Para millones de jóvenes negros esto no es algo que “escogen”. El sistema mete a millones de jóvenes negros en una situación desesperada y que está empeorando. A diario la desesperación y humillación los empujan al límite, y estallan con ira de maneras equivocadas el uno contra el otro y contra otras personas de las comunidades negras. Los medios, las escuelas, los políticos y las iglesias constantemente acosan, degradan y deshumanizan a los jóvenes negros, con el mensaje de que son inservibles y que la sociedad no los quiere.

Transformar el mundo y a la gente

Mac Donald se niega a reconocer que el “crimen de negros contra negros” es un horroroso crimen generado por el sistema mismo. Se niega a ver las causas más profundas y estructurales que causan el crimen en la comunidad negra. Se niega a comentar sobre el hecho de que a millones de jóvenes negros les han cerrado la puerta a los trabajos; que los tienen segregados, en comunidades que están en ruinas y que, si alguna vez tuvieron servicios sociales, ahora no los tienen; en las que la brutalidad y los asesinatos policiales son el pan de todos los días; en las que las escuelas, que parecen cárceles, dan el mensaje de que la juventud es inútil y no tiene futuro.

Es una infamia y enfurece que tantos jóvenes negros están en una situación en la que se ven obligados a matarse el uno al otro. Pero a Heather Mac Donald eso le importa un carajo; lo único que le importa es defender y reforzar este sistema que relega y limita a esos jóvenes a un futuro sin esperanza. Al igual que otros que le echan la culpa a las masas por los horrores que causa este sistema, o que son apologistas del sistema, tampoco tiene respuestas.

En una sociedad socialista, bajo la dictadura del proletariado, las masas populares participarán plenamente y de una manera general en la revolucionarización de todo aspecto de la sociedad. Se arrancará de raíz, y se luchará contra y se descartará, todas las relaciones sociales de explotación y degradantes del capitalismo, entre ellas todo lo que lleva al “crimen de negros contra negros”. Y será en ese proceso de emancipar a toda la humanidad que las masas populares podrán revolucionar y transformar el mundo y a sí mismas. Esa es una sociedad por la que vale la pena vivir y morir. Esa es la respuesta “positiva” a los horrores del “crimen de negros contra negros”.

Y ese es el reto que hay que poner ante los jóvenes que encaran esa horripilante situación: dejen de matarse entre ustedes y empiecen a luchar contra el sistema, a transformar a la gente en aras de la revolución. La masiva marcha de libertad para los 6 de Jena fue un reto para empezar a hacer precisamente eso. Esa es una de las razones por las que gente como Heather Mac Donald la atacó con tanta vehemencia. Y esa también es una de las razones por las que los que de veras quieren un cambio fundamental deben hacer avances en esta lucha y deben conectarla a la lucha por la revolución.

Fuentes:

American Work – Four Centuries of Black and White Labor, Jacqueline Jones, 1999

The Covenant with Black America, Tavis Smiley, editor, 2006

Black Picket Fences – Privilege and Peril Among the Black Middle Class, Mary Pattillo-McCoy, 2000

When Work Disappears – The World of the New Urban Poor, William Julius Wilson, 1997

 

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Revolución #106, 28 de octubre de 2007


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De un distribuidor del periódico Revolución en Washington, D.C.:

Airado mitin demanda justicia en el caso de DeOnte Rawlings

Más de 100 personas se reunieron frente al cuartel de la policía de Washington, D.C., el viernes 19 de octubre en respuesta a lo que muchos han llamado el asesinato “estilo ejecución” de DeOnte Rawlings, un joven negro de solo 14 años que un policía fuera de turno mató a tiros el 17 de septiembre. La Organización de Liberación Africana y Alto el Fuego-No Maten a Nuestros Hermanos y Hermanas organizaron la protesta y varios otros grupos e individuos se unieron. El padre de DeOnte, Charles, y su hermana hablaron entre lágrimas y pedían al público que los ayudaran a continuar e intensificar esta lucha por justicia. “Este puede ser su niño”, gritó Charles. “¡Esto tiene que parar ahora!”

Unas víctimas de la brutalidad policial hablaron ante el público al igual que otros activistas que recordaban los días de los Panteras Negras. El reverendo Lennox Yearwood le dijo al público: “¡No dejaremos que sigan matando a nuestros niños, NO MÁS!”.

La autopsia reveló que la bala que mató a DeOnte entró por la parte trasera de la cabeza y que su cuerpo sostuvo heridas severas a causa de una golpiza. La policía dice que el muchacho trató de llevarse una de sus motocicletas pero también que les disparó, aunque no encontró ninguna arma.

“¿Será su niño la próxima víctima de estos asesinos con placas?” preguntó uno de los organizadores. Otro dijo: “No permitiremos que cubran la verdad. No estamos pidiendo justicia, estamos demandando justicia”.

Se habló de la esclavitud en este país, de la batalla por la libertad de los 6 de Jena, de la guerra inmoral, de las prisiones que se llenan de hispanos y negros y de la criminalización de esta generación de jóvenes.

Muchas personas tenían copias de la declaración que Carl Dix mandó y me pidieron que lo leyera. Muchos gritaron que estaban de acuerdo. El mensaje terminó con estas palabras:

“Se necesitará una revolución. Millones de personas tendrán que levantarse para acabar con esta mierda de una vez por todas, para acabar con esta opresión y brutalidad, para acabar con las guerras y todo el horror que brindan a nuestra gente aquí y alrededor del mundo. Esta clase de revolución solo será posible cuando este sistema esté en una crisis grave y cuando millones de personas, consientes de la necesidad de esta clase de cambio, estén dispuestas a luchar por ella… Si no oponemos resistencia, nos golpearán hasta dejarnos destrozados. Tenemos que forjar resistencia a sus ataques. Por eso son tan importantes las manifestaciones de hoy.

“Es importante también que este lunes 22 de octubre gente de docenas de ciudades a través de este país se den a las calles como parte del Día Nacional de Protesta para Parar la Brutalidad Policial, la Represión y la Criminalización de una Generación. En este día la gente que tiene que vivir bajo la bota de la policía tendrá una plataforma de donde compartir las historias de la devastación que han sufrido. Y muchos más de todas partes de nuestra sociedad su unirán a ellos en solidaridad para demandar un fin a esta brutalidad oficial”.

Muchas personas, en particular los jóvenes, leyeron la última edición de Revolución. El anuncio en la contraportada que decía “Peligro: La policía está presente” atrajo mucha atención. Oí una conversación entre un joven y un señor:

“¿Sabes de qué se trata este periódico?”, le preguntó al joven. “El comunismo es lo opuesto del capitalismo. Se trata de acabar con todo lo malo de este sistema. Tienes que educarte, mi hermano… este periódico es profundo. Te dice la verdad”.

De pronto a la distancia se escucharon tambores y gritos de “¡Si no hay justicia, no habrá paz!”, y poco a poco alrededor de 100 personas que fueron a Washington a protestar contra la globalización y la reunión del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial se unieron al grupo. Esa mañana estaban en una protesta contra las redadas de la Migra cuando se enteraron de la manifestación de DeOnte, y fueron a solidarizarse.

Muchos de ellos me dijeron que querían ser parte de una lucha para todos, contra todas las injusticias, para crear un mundo mejor. Decían que todas nuestras batallas están entrelazadas. La marcha al Departamento de Justicia estuvo llena de energía, repleta de personas de todas las nacionalidades y edades, muchas de ellas vestidas de negro, como pidieron los organizadores. Nos sentimos inspirados al ver la fuerza de todos allí unidos, que era algo nuevo para casi todos.

Nosotros llevábamos una bandera que decía: “¡Justicia para DeOnte! Alto a la brutalidad policial; alto a la represión; alto a la criminalización de una generación… 22 de Octubre”.

Como dice el editorial de Revolución sobre el 22 de Octubre: “…Estos brotes de lucha tienen que ser un comienzo. El 22 de octubre la gente tiene que rechazar las medidas del sistema para dividirnos y enemistarnos, y tiene que forjar unidad”.

Frente al Departamento de Justicia, un joven afroamericano se dirigió a los allí congregados: “Cuando ustedes se unieron a nosotros casi lloré. Esto es lo que necesitamos pero nunca lo vemos. Les ruego a todos, infórmense sobre las redadas del ICE, sobre todas estas injusticias… necesitamos información colectiva sobre todas nuestras luchas”.

Otra persona se levantó y dijo: “Tenemos que destrozar este sistema podrido y crear uno nuevo, un sistema donde no exista esta brutalidad”.

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Revolución #106, 28 de octubre de 2007


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Toda generación deja su sello en el mundo... ¿Cuál será el tuyo?

Sunsara Taylor

Publicamos este artículo por primera vez en el número especial “del nuevo año académico” (#99). Volvemos a publicarlo aquí en vista de la polémica por la “Semana de conciencia sobre el islamofascismo” y con motivo de las manifestaciones contra la guerra del 27 de octubre.

Anuncio universitario: debería ser un tiempo y lugar para aprender sobre el mundo... para pasar de lo galáctico a lo microscópico, para aprender de diferentes culturas y formas de arte, para estudiar filosofía e historia y preguntas sobre el significado de las cosas y la verdad... para explorar las cosas de las que no te han contado y de zambullirte en el emocionante proceso del descubrimiento... para conocer a gente de diferentes partes del mundo y que tienen diferentes puntos de vista... para desafiar al máximo las fronteras sociales y políticas y meterte en escenas diversas.

Se supone que debería ser un tiempo para desvelarte, para platicar toda la noche y hacer música, leer poesía... para ser parte de la resistencia y la rebelión contra todo lo malo... para declarar quién quieres ser y en qué clase de mundo quieres vivir... para ver al mundo tal y como verdaderamente es y para empezar a definirte en relación con esto...

Pero lo estás haciendo en un momento en que están poniendo un alto a todo eso, cuando poderosas fuerzas quieren anular todo eso... precisamente porque descubrir cómo el pasado ha moldeado el presente, comprender cómo la vida actual afectará el futuro y ver cómo todo esto está entrelazado y cómo impactará a miles de millones de personas por todo el mundo es más importante ahora que probablemente en cualquier momento del pasado.

El mundo al que entras

No dividiste a la tierra con fronteras artificiales, sometiendo a pueblos enteros, expulsando a millones que dejaron familias y su tierra natal en una búsqueda desesperada de trabajo en esta economía globalizada cada vez más rapaz y feroz. Pero no puedes escapar el hecho de que la ropa que te pones, la comida que comes, las carreteras por las que manejas y las computadoras que usas fueron el producto de este sistema globalizado de explotación y saqueo capitalista, que incluso encadena a millones de niños a máquinas para trabajar 12, 14, 16 horas al día.

No destruiste el hermoso paisaje de la tierra ni quemaste los combustibles fósiles, causando inmensas torres de humo tóxico que cubren el cielo, para alimentar la competencia a muerte de las corporaciones capitalistas... no decidiste que valía la pena destruir bosques y desplazar a pueblos indígenas para criar ganado y distribuir por todo el mundo la comida rápida cancerosa... tampoco decidiste que el gobierno y la prensa grande deben ridiculizar la preocupación por la extinción de especies y el descongelación de los polos, pero estás heredando un mundo en peligro de desvanecer.

No fueron tus manos las que encadenaron a millones de africanos a barcos negreros para cruzar el mar, que vendieron niños arrancados de los brazos de sus madres en subastas, que jinetearon con el KKK y sacaron a los negros de sus casas o los balearon en la calle de los centros urbanos porque se atrevieron a rebelarse o simplemente porque caminaban con la frente en alto, pero vives todos los días en un país cuya riqueza corre de las venas de esos esclavos y cuyo racismo, profundo y arraigado, sigue vivo y coleando en la respuesta criminal al huracán Katrina y la limpieza étnica de Nueva Orleáns que vino después.

No eres entre los que ondeaban la bandera estadounidense cuando soltaron las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki e incineraron a cientos de miles de personas en una muerte lenta y agonizante cuando la piel les colgaba y las ciudades se quemaban y se quemaban en su alrededor, pero vives en el país que hizo todo eso, el país que ha almacenado más armas nucleares que cualquier otro, el país que está amenazando con usar esas armas de destrucción masiva en ataques preventivos.

No fuiste el primero a consagrar la idea de que el único valor de la mujer era el de criar hijos o ayudarle al hombre, o a tratarla como trofeo sexual del saqueo... no eres uno de los patriarcas que consagraron esas ideas en los textos religiosos de todas las religiones grandes, pero vives en momentos en que ninguna mujer, en ningún rincón del mundo, vive sin el temor y la realidad de la violación, el maltrato, el desprecio, la mutilación y la posesión, y en que la subyugación fundamentalista de la mujer está aumentado en todas partes.

Claro, no fuiste el que consagró la presidencia de George Bush, quien con su injusta e inmoral guerra por el imperio, su reestructuración fascista de la sociedad estadounidense y su fundamentalismo de la edad de las tinieblas ha llevado a esta sociedad imperialista en una dirección mucho más extrema, represiva y rapaz, pero en el momento mismo que lees esto hay personas inocentes colgadas de techos con cadenas, desnudas a quienes están torturando en tu nombre.

La alternativa

La verdad es que para ti, como para todos los demás, las circunstancias que enfrentas han sido moldeadas por fuerzas fuera de tu control. Sería fácil esconderte detrás de eso. Sin duda alguna te presentan opciones o razonamientos para que “lo hagas por tu propia cuenta” o tal vez que “hagas tu parte”. Pero aunque no lo escogiste, han puesto a todos esos crímenes a tus pies y lo que hagas, o no hagas, afectará las circunstancias y la vida de millones y millones de personas por todo el mundo y por generaciones.

Tienes ante ti la promesa de la posibilidad de salir adelante, de sacar adquisiciones personales, de tener un lugar en la mesa y las comodidades y seguridad y “protección” y todo lo demás. Puedes usar la educación, el talento, la creatividad y las ambiciones para pedalear esta jaula de hámster, para aprovecharte lo más que puedas de estar en la cima de la “cadena alimenticia” y hacer lo que esperan que hagas los que manejan este sistema de saqueo mundial...

O, puedes rechazar ser confinado a horizontes estrechos. Puedes oponer resistencia. Puedes retar a la autoridad injusta, puedes denunciar las mentiras del gobierno y sus crímenes, puedes entrar en la lucha política contra la guerra que muele a cientos de miles en Irak y contra las guerras que están planeando. Puedes dedicarte a acabar con el racismo y el odio a los migrantes que están atizando, con las mortíferas consecuencias que eso lleva. Puedes dedicarte a hacer añicos la opresión de la mujer y de los gays. Puedes atreverte a quitar la llave estranguladora de una especie de fundamentalismo cristiano odioso que consagra como divino a esa subyugación. Puedes retar a los estudiantes derechistas de camisas pardas que quieren eliminar de las universidades las ideas subversivas y el pensamiento crítico.

Puedes lanzar el puño bien en alto y dar un paso al frente, como la juventud ha hecho en el pasado en toda lucha heroica por la justicia y la liberación, darles esperanza a los pueblos del mundo, y retar e inspirar a gente de todas partes de la sociedad a oponer resistencia. Puedes movilizarte con urgencia y poner en marcha una resistencia política capaz de sacar del poder al gobierno de Bush y abrir las puertas a la posibilidad de un mundo completamente diferente.

Y puedes aprender. Puedes conocer a los seres humanos cuya vida ha sido moldeada y destruida por todo eso. Puedes estudiar más a fondo las estructuras que han causado todo eso y las ideas que lo refuerzan. Puedes investigar soluciones que hasta hoy han sido ocultas detrás de la cinta amarilla de los archivistas oficiales de las ideas y “soluciones”, descartadas incluso por muchos que odian la situación actual pero que se han dejado engañar o conformar, y ver lo que verdaderamente se ha logrado por medio de la lucha revolucionaria de los oprimidos y explotados de todo el mundo.

Puedes indagar y ver debajo del refrán simplista y cínico de que “el poder corrompe”, que es un pretexto para dejar las cosas como están. Puedes —y debes— investigar las maravillas que se han logrado cuando las masas han detentado el poder en lugares como la Unión Soviética y China, cuando de veras eran países revolucionarios. Puedes erguirte sobre los hombros de eso, de quienes han sacrificado y luchado, que se han atrevido a soñar, a vivir y a luchar por la emancipación de la humanidad, y puedes ser parte del proceso de avanzar mucho más.

Si has leído hasta aquí, eres alguien que quiere cambiar el mundo. No les hagas caso a los cínicos y los sabios que te dicen que no puedes, que te quieren bajar los horizontes. La historia demuestra que los soñadores y luchadores tienen la razón. Sé fiel a tus principios, esfuérzate por concretar tus más profundas y más elevadas aspiraciones, y sigue ESO hasta dónde te lleve.

Y al hacer eso, checa y conéctate con este periódico cada semana. Llévalo a otros y habla con ellos sobre él. Difunde la verdad y todo un espíritu de resistencia y revolución. Éntrale a las obras de Bob Avakian: su nueva visión del proyecto comunista; su análisis de los acontecimientos internacionales actuales y los retos ante quienes quieren un mundo diferente; y las respuestas, métodos e interrogantes que plantea sobre lo que implica hacer una revolución capaz de rehacer el mundo de una manera emancipadora, viable y duradera.

Haz todo eso a medida que trabajamos juntos para oponer resistencia y revocar los horrores crecientes, como la lucha que se está gestando para ver si las universidades serán centros de resistencia o sitios de adoctrinamiento imperialista.

Tu vida puede contar para algo… o para nada. El mundo es intolerable y pide la justicia a gritos. No apartes la vista.

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Revolución #106, 28 de octubre de 2007


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¿DÓNDE ESTÁ LA VERDADERA AMENAZA NUCLEAR? TOMA LA PRUEBITA DE EL MUNDO NO PUEDE ESPERAR

Esta pruebita está en el portal de El Mundo no Puede Esperar (worldcantwait.org). Exhortamos a tomarla… y distribuirla por todas partes.

Primera pregunta

¿Qué gobierno del Medio Oriente se niega a confirmar o negar si tiene un programa de armas nucleares y se niega a firmar el Tratado de No Proliferación Nuclear?

Segunda pregunta

¿Qué país permite entrar a los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica?

Tercera pregunta

¿La AIEA ha hecho una fuerte crítica de qué país por haber falsificado información sobre el programa nuclear de Irán?

Cuarta pregunta

¿Qué país o países han usado armas atómicas contra poblaciones civiles?

 

Respuestas:

1. Israel (Fuentes: Hoja de información de la Asociación de Control de Armas, “The Nuclear Non-Proliferation Treaty at a Glance”; “144-Nation Atomic Energy Conference Criticizes Israel”, Associated Press, 20 de septiembre de 2007)

2. Irán (Fuentes: “Iran President Vows to Ignore UN Measures”, New York Times, 26 de septiembre de 2007; “UN Finds No Nuclear Bomb Program in Iran”, Washington Post,16 de noviembre de 2004; “Report Showing Rise in Iran’s Nuclear Activity Exposes Split between the U.S. and UN”, NY Times, 31 de agosto de 2007)

3. Estados Unidos (Fuente: “IAEA Blasts U.S. Intelligence Report on Iran”, cnn.com, 24 de septiembre de 2006)

4. Estados Unidos (Fuente: “Hiroshima!” video de youtube.com)

 

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Revolución #106, 28 de octubre de 2007


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¿Una forma en que los migrantes pueden "salir de las sombras"?

El gobierno de Estados Unidos dice: Hazte carne de cañón

Jesús Suárez del Solar, un soldado de primera clase de la Infantería de la Marina en Irak, murió el 27 de marzo de 2003 cuando pisó una bomba de dispersión estadounidense. Su padre, Fernando Suárez, ahora es activista antibélico que critica fuertemente al gobierno. Le echaron de la Convención Nacional del Partido Republicano de 2004 en Nueva York porque levantó un cartel que decía: “Bush mintió y mi hijo murió”.

Fernando Suárez dice que los reclutadores militares de Estados Unidos le hablaban a su hijo cuando tenía 13 años... y vivía en Tijuana, México. Los padres de Jesús, pensando que iba a recibir una educación mejor en Estados Unidos, vendieron su lavandería y se mudaron a Escondido, una ciudad cerca de la frontera en California. Matricularon a Jesús en una escuela conocida por su alto rendimiento académico, pero los reclutadores le persuadieron transferirse a una escuela para “adolescentes difíciles”, con menos requisitos y menos tiempo para graduarse.

Jesús tenía 17 años cuando se graduó. Todavía era demasiado joven para alistarse, así que su padre firmó los documentos de reclutamiento. Tenía solo 20 años cuando murió en Irak, peleando en la guerra inmoral e ilegal del gobierno de Bush.

Hablando de la manera en que los reclutadores les engancharon a su hijo y a otros jóvenes de México y de los barrios pobres de este país, Fernando dijo: “En mi opinión, eso es muy inmoral”.

Ante la necesidad de mantener la familia aunque viven “en las sombras”, muchos migrantes han encarado este dilema de tener que mandar a los hijos a la guerra a cambio de la posibilidad de regularizar su situación, o evitar ser agarrados en la calle, la casa o el trabajo y terminar deportados.

¿Qué clase de sistema obliga a escoger entre dos opciones tan crueles? Los imperialistas estadounidenses, y otras potencias imperialistas, recorren el mundo, saquean los recursos y superexplotan a miles de millones de personas (entre ellas niños obligados a trabajar como esclavos), e imponen su dominación con amenazas, invasiones y ocupaciones militares. Estos imperialistas tergiversan y arruinan economías y aplastan la vida de los pueblos, como en México, donde el capital estadounidense ha devastado la agricultura y expulsado a millones de personas a buscar trabajo al otro lado de la frontera para comer y mantener a la familia. Y si no mueren al cruzar la frontera, los acechan la Migra y los paramilitares, y los demonizan como “criminales” y “amenazas a la seguridad nacional”.

Y ahora, estos mismos imperialistas les ofrecen a los jóvenes una “salida”: ¡arriesgar la vida y maltratar y matar a los iraquíes y gente de otras partes que se encuentran ante la mismísima situación! Como a Jesús Suárez del Solar, a estos jóvenes les dicen: Si te alistas en las fuerzas armadas y vas a pelear por el imperio, te daremos la posibilidad de ser “buen ciudadano estadounidense”.

La “Dream Act”

Los problemas que ha tenido el gobierno al reclutar a suficientes soldados lo ha llevado a ampliar su base de reclutamiento para incluir a todos sectores de las nacionalidades oprimidas, hasta los que están aquí “ilegalmente”. Por un lado, el gobierno quiere restablecer una provisión de la reforma integral de inmigración que fracasó en el Senado en junio. La dizque “Dream Act” (Ley de Desarrollo, Ayuda y Educación para Menores de Edad Extranjeros) se conoce principalmente por el camino a la legalización, y posiblemente la ciudadanía, que ofrece a los indocumentados que reciben un título por terminar dos años de universidad o que terminan dos años de su carrera de licenciatura.

Pero la “Dream Act” tiene otra provisión menos conocida: la misma posibilidad de legalización se ofrece también a los indocumentados que se alistan por un mínimo de dos años en las fuerzas armadas y han vivido en Estados Unidos por un mínimo de seis años antes de su reclutamiento. Ahora es parte del proyecto de ley del presupuesto militar que pronto se votará en el Congreso. El senador Dick Durbin de Illinois, un copatrocinador de la provisión, dijo que adjuntarla al proyecto de ley fue un acto apropiado porque “pretende solucionar una crisis de reclutamiento muy profunda de nuestras fuerzas armadas”.

El Chicago Tribune publicó un editorial el domingo 14 de octubre titulado “Un sueño de reclutadores”, que dice: “Haz servicio militar y acelera la ciudadanía”. Continúa: “El periódico Army Times informa que los oficiales militares responsables de la política de reclutamiento y personal califican la medida de ‘muy atractiva’”.

En junio, Durbin dijo: “Resulta que muchos funcionarios del Departamento de Defensa creen, como yo, que la Dream Act es una parte importante de asegurar que tengamos a jóvenes talentosos listos para cumplir el servicio militar”. La propuesta tiene amplio apoyo bipartidista en el Congreso.

El imperialismo estadounidense siempre ha aprovechado la promesa de ciudadanía para enganchar a los migrantes a ser carne de cañón. Esta campaña más reciente empezó poco después del 11 de septiembre del 2001 cuando Bush firmó la orden ejecutiva 13296, que prometió reducir el tiempo necesario para hacerse ciudadano si los migrantes cumplieran el servicio militar.

Según el Pentágono, hay unos 35,000 soldados que no son ciudadanos en las fuerzas armadas y cada año unos 8,000 se alistan por la posibilidad de obtener la ciudadanía. El gobierno calcula que si se aprueba la Dream Act, unos 750,000 jóvenes indocumentados calificarían para ser reclutados (Boston Globe, 16 de junio).

El berrinche de gente como Lou Dobbs y el representante (y candidato presidencial) Tom Tancredo se oye a todo volumen en la radio, donde tildan a los indocumentados de “criminales” y peor, pero la idea de tener a cientos de miles de jóvenes que podrían enviar a matar y morir por este imperio les ha hecho pensar dos veces hasta a las fuerzasopuestas a todo camino a la legalización. El Boston Globe cita al ex general de la Fuerza Aérea Thomas McInerney, identificado como “analista militar y comentarista conservador”, quien dice que la Dream Act “…no es perfecta, pero es mucho mejor que otras ideas que he oído respecto a una nueva condición migratoria para los ilegales”.

Reclutan a jóvenes oprimidos

Pase lo que pase con la “Dream Act”, los reclutadores militares ya tienen a los jóvenes migrantes y de las comunidades oprimidas en las miras. El 15 de octubre, el distrito escolar de Chicago estableció la primera escuela pública dirigida por la Infantería de la Marina. Unos días más tarde, se anunció que en 2009 se abrirá una preparatoria de la academia de la Fuerza Aérea. Chicago ya tiene el mayor programa de cadetes juveniles del país. Las cinco academias militares del distrito tienen más de 11,000 estudiantes, la mayoría de comunidades de nacionalidades oprimidas de bajos ingresos y con grandes concentraciones de migrantes.

Los Ángeles es otra ciudad que es enfoque de reclutamiento debido a su gran población latina. Arlene Inouye, profesora de la prepa Garfield del Este de Los Ángeles, dijo: “Todo mundo sabe que los reclutadores ofrecen tarjetas verdes [residencia permanente]” a los jóvenes que se alistan en las fuerzas armadas.

Reclutan a mercenarios por todo el mundo

Los fríos cálculos sobre el reclutamiento de los que no son ciudadanos no se limitan a los que viven en Estados Unidos. Estos imperialistas quieren ser la nueva Roma. Prevén un tipo de “legión extranjera” que complementaría los ejércitos de mercenarios, como Blackwater, que ya emplean en muchas partes del mundo. Están siguiendo los pasos del imperio romano, que llevaba a gente de los pueblos conquistados a pelear en tierras lejanas; o Francia, con su notorio Legión Extranjera; o Inglaterra, que reclutaba a soldados nepaleses, los gurkhas, para su ejército... hoy el gobierno estadounidense quiere forjar un ejército de los pueblos colonizados para pelear en muchos frentes.

El 19 de octubre de 2006, el Washington Post publicó un artículo de Max Boot, del Consejo sobre Relaciones Extranjeras, y Michael O’Hanlon, del Instituto Brookings, que propuso exactamente eso: “A pesar del creciente antiamericanismo, la ciudadanía estadounidense es todavía una de las mercancías más codiciadas del mundo, así que no habrá escasez de voluntarios. Como el dominio del inglés presuntamente será importante para los que se alistan, podríamos centrarnos en el sur de Asia, los países de habla inglesa de África, y partes de Latinoamérica, Europa y el este de Asia (sería lógico hacer reclutamiento en Filipinas), donde es común hablar inglés como segundo idioma. Hay más de dos mil millones de personas en esas regiones, y decenas de millones que llegan a la edad militar cada año”.

Tal es el pensar de gente que quiere un imperio indiscutible e indisputable, y que ha declarado que está librando una guerra sin fin para ganarlo.

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La UNIDAD QUE NO NECESITAMOS y la UNIDAD QUE NECESITAMOS

Recibimos la siguiente carta de un lector y la publicamos como “editorial invitado” sobre un tema muy urgente.

Hubo (y hay) tanto que ocurrió con relación al huracán Katrina que se puede clasificar como infamia de talla mundial: todo el sufrimiento y las muertes que se hubieran podido, y se hubieran debido, evitar. El sufrimiento y las muertes que ocurrieron no por falta de riqueza y recursos materiales o hasta de recursos humanos en un momento de crisis, en vista del hecho de que las tropas impidieron que llegaran los voluntarios que fueron de todo el país. Pero hay un incidente que a mi ver concentró la atrocidad humana que siguió el desastre natural: un grupo relativamente grande de negros de Nueva Orleáns, que lograron salvarse de las inundaciones, caminaron varios kilómetros para llegar a una zona más segura en el condado Jefferson Parish, pero los esperaban policías y paramilitares blancos armados que les bloquearon el paso a “su” condado y los obligaron a regresar a la zona inundada y peligrosa de donde acababan de escapar. Uno pensaría que cualquier ser humano compasivo hubiera dado la bienvenida a los damnificados de una enorme inundación. Pero ocurrió todo lo contrario. En cuanto a lo que he oído, no han acusado y siquiera criticado a esos “funcionarios públicos y ciudadanos” que con la fuerza de las armas impidieron que esa gente se salvara caminando en las calles públicas y en vez los ahuyentaron y obligaron a regresar a la zona peligrosa. ¡Qué ejemplo tan concentrado de las relaciones de desigualdad y opresión que persisten hoy!

Los dos años transcurridos desde ese incidente y muchos otros también no los han borrado de mi memoria. Por eso para mí, y muchos otros también, nos alentó leer los informes sobre la manifestación del 20 de septiembre en Jena en el número del 1º de octubre de Revolución. Docenas de miles de fueron a Jena, Louisiana, y hubo paros, marchas y otras formas de solidaridad por todo el país. La esencia del caso de los 6 de Jena es que los estudiantes negros de la prepa Jena High se opusieron a los baluartes del privilegio blanco en su escuela y pueblo, y las autoridades cayeron encima a seis de ellos que se negaron a rajarse a pesar de los insultos racistas, amenazas e intimidación con una venganza sagrada que hacía pensar no solo en la “justicia sureña” tradicional sino también en las realidades profundas actuales de nuestro sistema de injusticia estadounidense, donde en este país los negros, que son el 12.3% de la población, son el 43.9% de la población carcelaria y ¡donde la probabilidad de que acusan a un joven negro de un crimen como adulto es dos veces mayor que a un joven blanco! (Ver Covenant with Black America, Tavis Smiley, p. 53)

Al correr la voz de los sucesos de Louisiana, metió el dedo en la llaga. Hubo mítines, marchas, paros estudiantiles y mucha gente se vistió de negro en Jena y por todo el país el 20 de septiembre, no para rogarles que “castigaran de una manera más apropiada” a Mychal Bell y los demás (¡que ya han pasado muchos meses en la cárcel!), sino para demandar LIBERTD PARA LOS 6 DE JENA. ¡Basta ya! Y en respuesta el sistema puso en libertad a Mychal Bell bajo fianza. Fue una victoria inicial justa pero no podemos permitir que nos agarren desprevenidos. La batalla no ha acabado y de hecho hay que extenderla y redoblarla. (Poco después de que escribí esto, me enteré de que volvieron a meter a la cárcel a Mychal Bell, ¡lo que demuestra una vez más que la batalla no ha acabado!).

Pero de las fotos y los informes televisados del 20 de septiembre, destacó un aspecto inquietante de lo que fue un suceso muy bien recibido: ¿dónde estaba la gente de otras nacionalidades para solidarizarse con los negros de todas las edades y capas (¡entre ellos proletarios de Nueva York y California!) que hicieron historia ese día? No cabe duda de que hubo más de un puñado de individuos blancos en la protesta de Jena, pero pareció que no muchos blancos progresistas, jóvenes tanto como activistas de los años 60, se tomaron la molestia de participar en esa batalla.

Participar en esta lucha de libertad para los 6 de Jena no es una diversión de los auténticos problemas del mundo. Toda la historia de opresión del pueblo negro es un aspecto central de este sistema. Los negros se han puesto de pie en respuesta a una injusticia que concentra la historia y realidad actual de opresión e injusticia sistemáticas que hay que parar. En cierto nivel, es así de simple y, sea cual sea tu nacionalidad, si estás familiarizado con este caso, ¿cuál es tu respuesta?

He estado pensando en esto y estudiándolo, he hablado con varias personas y he buscado en la internet para ver lo que se dice al respecto, y quiero hablar de unos aspectos. En las noticias y la internet, no cabe duda de que el caso de los 6 de Jena ha envalentonado a unos reaccionarios acérrimos. Pero también hay mucha confusión y unos comentarios estúpidos, especialmente en el caso de unos blancos. En parte esto se debe a los informes tergiversados o incompletos, pero fundamentalmente parece que lo impulsa una propensión, consciente o no, de ver la situación desde la perspectiva de la sociedad supremacista blanca en la que vivimos. La lógica típica que encontré fue más o menos así: “Sí, no era justo que tuvieran un árbol ‘solo para blancos’ en la prepa Jena High, y no era justo colgar dogales del árbol en respuesta a lo que hicieron los estudiantes negros para oponerse al racismo… PERO no se puede olvidar que le dieron una paliza a Justin Barker, que Mychal Bell no es un ‘niño que canta en el coro de la iglesia’ y que todo este escándalo por los 6 de Jena pasa por alto esos ‘hechos básicos’”. Esto también es la esencia de lo que dijo Reed Walters (el fiscal del caso de los 6 de Jena) en un comentario del New York Times.

Estos “hechos básicos” pasan por alto otros hechos muy pertinentes: después de que los racistas colgaron los dogales en el árbol, los estudiantes negros no se rajaron sino que se reunieron en protesta debajo del árbol. En respuesta a esa protesta, Reed Walters habló ante una asamblea de los estudiantes y los advirtió que se calmaran; se dirigió a los estudiantes negros y amenazó que les podía “arruinar la vida con un plumazo”. El consejo escolar anuló la expulsión de los estudiantes que colgaron los dogales del árbol “solo para blancos”. Las autoridades estatales defendieron el statu quo racista. Unos estudiantes blancos y otros habitantes de Jena atacaron a los estudiantes negros, y por eso los castigaron al máximo con un tirón de orejas. Después de todo esto ocurrió la pelea con Justin Barker y, cómo amenazó, el fiscal acusó a los 6 de Jena de una serie de cargos ultrajantes, entre ellos intento de homicidio, que luego redujo a otras acusaciones todavía graves.

Pero el “hecho” más fundamental que omiten es el contexto en que todo esto está pasando y que refleja, y por qué metió el dedo en la llaga para tantos negros: la realidad de las relaciones sociales e instituciones sumamente desiguales y opresivas que todavía se imponen hoy con suma violencia. Esto no solo continúa sino que los avances de los años 60 hacia cambiar esto están bajo un fuerte ataque en un clima que fomenta una cultura de intolerancia extrema. ¿Qué significa que los principales candidatos presidenciales republicanos hayan boicoteado los debates patrocinados por las organizaciones o medios negros? ¿O las órdenes para “disparar para matar” a los que buscaban artículos de primera necesidad para rescatar a sus vecinos en Nueva Orleáns? ¿O que la Suprema Corte anulara en lo esencial sus veredictos a favor de la integración, o que la cantidad de negros encarcelados aumentara nueve veces de 1954 a hoy, o que el fiscal dijera de la protesta del 20 de septiembre: “Creo firmemente que si no fuera por la intervención de Nuestro Señor Jesús Cristo, hubiéramos tenido un desastre” y que le dijera a CNN que temía las “multitudes negras” y tenía fe en su dios supremacista blanco.

No quiero cambiar a una discusión filosófica o política de las limitaciones de la política de identidad en general (se puede encontrar una discusión de esto en “Entrevista a Bob Avakian, por Carl Dix: Sobre la guerra y la revolución, Sobre ser revolucionario y cambiar el mundo”, en particular en la parte 7: “¿Quiénes pueden entender la opresión y qué se necesita para eliminarla?” y la parte 8: “Más sobre ‘la política de identidad’ y por qué necesitamos plantear la política revolucionaria”, en línea en http://revcom.us/chair_s.htm), pero me gustaría enfocarme en el hecho específico de que no hay ninguna “identidad” como blanco que no sea objetiva y esencialmente reaccionaria. Voy a citar un artículo de Bob Avakian que es parte de una serie de artículos publicada para el Mes de la historia de los negros este año, que describe y analiza esto de una manera muy concisa, clara y profunda:

“En este país uno de los rasgos fundamentales, y más abominables, del sistema capitalista-imperialista es la gran división entre el pueblo de la nación europeo-americana (los blancos) y los pueblos de color. No se trata simplemente de ideas y actitudes racistas por parte de los blancos en particular; eso es una manifestación de esa división, pero la cosa va mucho más allá y se remonta a la historia, así como a la actual estructura económica y social, de la sociedad estadounidense. Es decir, los cimientos de la sociedad —la esclavitud y el genocidio— y toda la historia de la supremacía blanca, además de la realidad actual, dictan que la nación europeo-americana es la nación opresora. La gente de ascendencia europea —incluso los que son pobres y explotados o que han experimentado discriminación y prejuicio como parte de un ‘grupo étnico’ migrante— tiene el estatus que le confiere el hecho de ser ‘blanca’ en Estados Unidos y goza de ciertos privilegios con relación a la gente de las nacionalidades oprimidas. Es decir, si uno es blanco en Estados Unidos, puede que lo traten mal e incluso puede sufrir mucho a manos del sistema, especialmente si no tiene dinero ni poder; sin embargo, no lo someterán a ciertas formas de discriminación y opresión que las personas de color no pueden evitar, ni siquiera las que son más o menos acomodadas”.

Hay una razón material que explica por qué los blancos “comunes y corrientes”, incluso unos liberales y personas que en otros sentidos son muy progresistas, se dejan atraer (o azuzar) por la mentalidad de que una minoría “se ha salido con la suya” o que tiene alguna ventaja injusta “porque no es blanco”, a pesar de que la verdadera historia y la realidad actual son todo lo contrario. Conscientes o no (y hay que reconocer que esto se hace mucho más conscientemente de lo que mucha gente está dispuesta a admitir), esto representa la aspiración de preservar una posición de privilegio y de satisfacción con la situación de opresor/oprimido. Las exhortaciones a la reconciliación que se oyen hoy en Jena son en realidad exhortaciones a regresar al statu quo de supremacía blanca.

¿Con quiénes tomas partido tú, con los que luchan contra la opresión o con el opresor? La gran mayoría de los blancos, incluso de los que están envueltos en ideas reaccionarias, no son iguales al puñado que es dueño de esta sociedad, la controla y dirige, y se beneficia en lo fundamental de la explotación y la opresión; pero, en un sentido básico, uno puede ser parte de la solución o parte del problema.

Oí una historia de Jena. Después de ver el video de John Mellencamp sobre Jena, una señora blanca pobre atraída por la posición del fiscal dijo: “Pero no entiende, la policía me oprime y me maltrata a mí también”. Sin duda el sistema le oprime a ella, pero esa es otra razón más por la que debe tomar partido con los 6 de Jena. En la época de la esclavitud, a los blancos pobres, oprimidos y explotados les daban el trabajo horroroso de cazar a los esclavos fugitivos, porque, después de todo, eran “hombres libres”. El equivalente actual es que, a cambio de unas ventajas minúsculas pero tangibles, hasta muchos proletarios blancos muy pobres se identifican con y apoyan y a veces defienden militantemente el sistema supremacista blanco y la clase dominante en vez de tomar partido con quienes tienen mucho más en común, en lo fundamental.

Hoy hay que oponernos a todo esto. Se necesitará una revolución para arrancar de raíz la opresión de los negros, pero con estos criterios hay que evaluar tu participación (o falta de participación) en las luchas como la batalla de libertad para los 6 de Jena. Si reconociste lo que estaba en juego pero no participaste, ¿por qué? Sería bueno que otros lectores escribieran sobre cuáles son los factores que contribuyeron a esa pasividad. ¿La atracción de la política de identidad, en el sentido de reconocer que las protestas son buenas y correctas pero creer que esto es algo “para los negros” y no para ti? ¿O miedo de involucrarte, de las posibles consecuencias y de la represión del estado? ¿Preocupación por las presiones diarias? ¿Indiferencia y satisfacción de ti mismo porque “no eres racista”? ¿O qué? Sea cual sea la respuesta, ser neutral o pasivo equivale a apoyar al statu quo racista.

Bueno, hacer como si este caso no tuviera nada que ver con contigo y no tomar partido es muy negativo. Pero tomemos un vistazo por un momento al lado positivo, a las consecuencias si gente de todas las nacionalidades, entre ellas de muchísimos blancos, participa en esta lucha.

La unidad que no necesitamos y la unidad que sí necesitamos

Hablé antes de las exhortaciones a “reconciliar” y “unirnos todos” que se oyen en Jena. Sin duda esa no es la unidad que necesitamos, porque es una exhortación a unirnos a base de las relaciones actuales de desigualdad y opresión en Jena y otras partes. Al contrario, si la gente de todas las nacionalidades defiende y toma partido con la lucha de libertad para los 6 de Jena, que es un ejemplo concentrado de la opresión de los negros y una línea divisoria en relación con ella, sería un paso importante hacia forjar la capacidad de ganar esta batalla y llevar la batalla contra la opresión nacional más allá. Las autoridades están muy resueltas a enjuiciar a estos jóvenes y ha habido amenazas contra los acusados y sus familiares. Los que capten lo que está en juego tienen que estar igualmente resueltos y atraer a más amplias fuerzas y redoblar esta batalla.

Los miles de personas que protestaron el 20 de septiembre dieron un paso importante que ya ha tenido un gran impacto. Un próximo paso importante sería atraer a mucha más gente de todas las nacionalidades, para forjar la clase de unidad que se necesita no solo para ganar esta batalla sino también para forjar un mundo sin opresión y explotación. En particular, si los blancos “rompen filas” y se niegan totalmente a tomar partido con las autoridades y la supuesta “posición blanca” en Jena, y en vez están hombro a hombro con los negros que han subido al escenario político, podría tener un impacto importante y plantear un reto al sector relativamente grande de blancos en este país atraído o influenciado por las justificaciones esencialmente racistas, o que está confundido o pasivo ante la situación.

A pesar de los beneficios o migajas del privilegio (según la condición en que uno se encuentra), concuerda con los intereses de la abrumadora mayoría de la gente, y de la mayoría de los blancos, vivir en una sociedad libre de la supremacía blanca, la desigualdad y todas las demás formas de opresión. Pero espontáneamente, hay una tendencia a dejarse arrastrar por la corriente: con la manera en que la sociedad está organizada y ha estado organizado, y especialmente con la mentalidad dominante de “yo primero” que corresponde a la estructura de esta sociedad y de la que esa estructura se ceba. Las “migajas” del privilegio blanco son materiales, pero el impacto material de la posición ideológica y, sí, moral de la gente de varias nacionalidades que lucha hombro a hombro para demandar “basta ya” a la opresión nacional podría ser muy poderoso. En breve, ayuda a la gente a captar lo que es bueno y donde se hallan sus intereses fundamentales, y la ayuda a romper con el pensamiento y el control de las clases dominantes.

Además, si mucha más gente de otras nacionalidades, de latinos y otros grupos oprimidos tanto como muchos blancos, toman partido con entusiasmo con el lado justo de esta batalla, alentará a todos los que ya entienden mejor lo que está en juego y se sienten indignados, y que ya han actuado consecuentemente. Hasta fortalecerá la resolución de los que ya ansían la revolución. La unidad de las diferentes nacionalidades, del proletariado pero también de sus aliados más amplios, sobre la base de luchar contra la supremacía blanca y la desigualdad, es crucial y querida. Ayuda a superar el sentido de aislamiento de los avanzados que se han metido a la lucha y contribuye a combatir las consecuencias de esos sentimientos, que tienen una influencia conservadora y desmoralizadora. Es otra confirmación más de que los que se han metido a la lucha tienen una causa justa y fortalece su resolución, inclusive ante los contraataques inevitables. Ayuda a demostrar, en forma embrionaria, las verdaderas posibilidades revolucionarias y podría ser una inspiración de cómo forjar un mundo diferente. Esta lucha y la unidad que se forja sobre esta base es un elemento importante de preparar el terreno para la revolución.

La discriminación, la falta de oportunidad, el maltrato, la brutalidad y las vidas robadas por la policía son una realidad diaria para los negros en este país. Incluso los pocos que “tienen éxito” a menudo se encuentran bajo ataque público por una debilidad o error, hasta tal punto que a veces para ser un pasatiempo nacional criticar a los atletas negros en los medios. Cuelgan dogales en cada vez más patios escolares por todo el país. Sofocan y aplastan el potencial humano de millones de personas. Esto y mucho más es la realidad opresiva de lo que es ser negro en Estados Unidos. El 20 de septiembre de 2007 podría haber sido un momento decisivo importante en que, tras más de una década de calma relativa ante todo esto, un gigante durmiente empezó a ponerse de pie y declarar: “¡Basta ya!”.

Si no participaste en los sucesos del 20 de septiembre, por cualquier razón, es hora de meterte a la lucha de libertad para los 6 de Jena y en el Día Nacional de Protesta para Parar la Brutalidad Policial, la Represión y la Criminalización de una Generación el 22 de octubre. Participa en las manifestaciones o organiza una; vístete de negro ese día. Ponte de pie y opónte a al sistema y a la epidemia de brutalidad oficial en todos los ghettos y barrios pobres de este país. Gánate a la gente, incluso a los que piensan que esto no los afecta o que se identifican con el statu quo supremacista. Lo que haces –o no haces— con relación a todo esto podría tener que ver con cómo veremos el 20 de septiembre y el potencial que hay para el futuro.

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Revolución #106, 28 de octubre de 2007


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Libertad para los 6 de Jena está en casa en Watsonville


“¿Sabes qué significa linchamiento?”

Los 6 de Jena aún enfrentan décadas de cárcel. El sistema está decidido a castigar a los estudiantes negros de la prepa de Jena por, primero, sentarse debajo del árbol “solo para blancos” y luego atreverse a pararse allí en señal de protesta cuando tres dogales de linchamiento fueron colgados del árbol.

Anularon la condena original de Mychal Bell cuando creció en grande el movimiento de Libertad para los 6 de Jena. Después de la histórica movilización en Jena mismo y de paros estudiantiles relámpagos en varias partes del país, lo soltaron de la cárcel brevemente. Pero el 11 de octubre, lo encarcelaron de nuevo, decididos a escarmentarles que no se permite desafiar la supremacía blanca.

En una de las protestas el 16 de octubre contra el nuevo encarcelamiento de Mychal Bell, unos estudiantes de la prepa Watsonville High de California, donde la mayoría de la población estudiantil es latina, se vistieron de negro en solidaridad con los 6 de Jena. La corresponsal de Revolución Alice Woodward entrevistó a una organizadora de la protesta en Watsonville:

Cuéntame de cómo corrió la voz sobre los 6 de Jena y cómo se movilizó para la protesta del 16 de octubre.

Pensé que iba a ser un poco difícil porque era la semana de homecoming cuando todos se visten diferente, pero no quería darme por vencido. Una vez que les conté de los 6 de Jena, muchos se escandalizaron y lo consideraron completamente injusto. A los que ya estaban enterados, no tuve que explicarles nada, con decirles que Mychal Bell estaba de nuevo en el bote, bastaba para que se encabronaran. Yo solo les decía, ¿ya supieron? Y ellos quedaban como que, ¿en serio?, no puede ser, ¿por qué? Se lo explicaba y luego les pedía que se vistieran de negro para apoyarlo, y me dijeron que sí.

¿La gente no sabía de los linchamientos?

No, no sabían qué era un dogal hasta que se lo dije. Mencionaba linchamiento, y me decían, “¿Qué es eso?”, no sabían nada. Creo que es porque nadie habla de eso, porque aquí no hay muchos estudiantes afroamericanos. Pero es parte de nuestra historia, sin embargo los libros de historia no lo mencionan. Yo les estaba platicando y mencionaba dogales, luego les preguntaba, "¿saben qué es un dogal?" Me decían que no y luego les decía que un dogal es un lazo al que le hicieron un nudo para linchar a una persona. No más se me quedaban viendo y les preguntaba, "¿saben qué quiere decir linchamiento?" Otra vez que no. Les decía, "Un linchamiento es cuando ahorcan a una persona". Y se me quedaban boquiabiertas. Les decía, "Saben qué, no solo lincharon a negros, también hubo linchamientos aquí en Watsonville, lincharon a mexicanos", para que lo vieran como algo propio al mismo tiempo que concentraba en la situación en Louisiana con los 6 de Jena.

¿Cómo supiste de la historia de linchamientos y la opresión del pueblo negro?

Como que investigué solita. En las clases de historia nos enseñan de Martin Luther King, Rosa Parks, vimos una película sobre una de las marchas grandes que hizo MLK en el Sur pero hasta allí llegaron. Yo quería saber, ¿cuáles fueron las consecuencias de hacer eso? También el maestro de historia de gobierno nos puso un video sobre el derecho a votar y cómo la policía los golpeaba de feo por luchar por sus derechos, y yo me preguntaba, si golpeaba a ellos, ¿qué les pasó a todas las otras personas de color? Tuve que hacer mi propia investigación para enterarme.

Ya que entraste en eso, ¿qué piensas de cómo se podría cambiar el mundo? ¿Qué piensas de la revolución?

¿La revolución? Me canta imaginármela. Me encantaría que se hiciera una revolución en grande. Me la imagino constantemente. Me encantaría estar en ella. Creo que la necesitamos, pero por alguna razón no hay bastante gente que esté activa y consciente para hacer un cambio social dramático como yo hubiera de esperar. Tenemos un movimiento, un movimiento bueno y grande, pero creo que necesita crecer, más gente tiene que actuar y expresar su rabia para que se dé un cambio.

No sé qué tipo de mundo sea posible. Me gustaría creer que podemos vivir en un mundo donde no desprecian a uno por ninguna razón. Por ejemplo, en Watsonville, donde la comunidad es mexicana y católica en la mayoría, te desprecian si traes el pelo pintado (no de tonos de café sino colores fuertes), o que andas tatuado o muy agujerado. Si eres muy prieto o chaparro te consideran menos que a uno más güerito. Cuando voy a San Francisco no se me murmuran así. Yo sé que podemos hacer eso por todo el mundo. Va a tardar, pero espero que pase. Me gustaría tener un mundo donde el dinero no tenga la autoridad. Donde no rindan culto a las celebridades, sino que admiran a los verdaderos líderes.

 

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Declaración en respuesta a las mentiras y calumnias “del despacho de David Horowitz”

15 de octubre de 2007

David Horowitz ha convocado una “Semana de conciencia sobre el islamofascismo” en las principales universidades del país del 22 al 26 de octubre. Los materiales de promoción de dicha semana en el portal Frontpagemag.com declaran:

“La meta de esta protesta es tan sencilla como es crucial: hacerle frente a las dos grandes mentiras de la izquierda política: que George Bush haya creado la guerra contra el terror y que el calentamiento global sea un peligro mayor para los estadounidenses que la amenaza terrorista. Señalar eso podría caer de lo más políticamente incorrecto pero oírlo es lo más importante para los estudiantes estadounidenses. Ante el mayor peligro que han corrido los estadounidenses, la izquierda académica se ha movilizado para crear solidaridad con el enemigo y pelear contra todo quien anime a los estadounidenses a defenderse. Según la izquierda académica, el que vincule el radicalismo islámico a la guerra contra el terror es un ‘islamófobo’. Según la izquierda académica, los islamofascistas nos odian no porque somos tolerantes y libres, sino porque somos ‘opresores’.

“La Semana de conciencia sobre el islamofascismo es un esfuerzo nacional para poner oposición a estas mentiras y movilizar al estudiantado estadounidense a defender su país”.

Dicha semana es parte de una campaña más amplia que Horowitz ha estado prosiguiendo agresivamente, otra parte de la cual es una embestida –bajo la manta hipócrita de la “libertad académica”-- contra los profesores que él llama “izquierdistas” y las organizaciones progresistas para tildarlos de enemigos del país y correrlos de las universidades. (Un ejemplo de este ataque es su libro The 101 Most Dangerous Professors (Los 101 profesores más peligrosos), los datos del cual han discutido muchos de los profesores nombrados). Como ha documentado el periódico Revolución y otras fuentes, en realidad Horowitz no defiende la libertad académica ni la búsqueda de la verdad. Bajo la batuta de individuos de peso en la clase dominante, Horowitz adopta la pose para él y sus simpatizantes de víctimas de supresión que a duras penas se hacen oír, al mismo tiempo que calumnia descaradamente a los que se oponen a su programa reaccionario y clama por cazas de brujas y purgas (despidos y peor) contra ellos en las universidades.

David Horowitz, sus aliados y su “deslumbrante reparto de oradores como Sean Hannity, Ann Coulter, el ex senador Rick Santorum, Michael Medved, Robert Spencer, Daniel Pipes, Dennis Prager” de la “Semana de conciencia sobre el islamofascismo” son mentirosos comprobados y defensores de las causas más reaccionarias. Son organizadores de todo un movimiento social fascista, que ahorita buscan movilizar a la población para dar el próximo paso en la “guerra contra el terror” ilegal e indignante que dicen que durará por generaciones. Permitir que esas fuerzas vienen a las universidades y no desafiarlas políticamente y no denunciarlas por lo que son sería muy peligroso e inaceptable.

Distintos grupos e individuos se están organizando de distintas maneras para denunciar y oponerse a esta “Semana de conciencia sobre el islamofascismo”. Entre más se concienticen sobre lo que realmente está en juego, más firmemente están sacando a la luz la verdad sobre las temas que Horowitz dice que se debe discutir y debatir. Pero cuando eso pasa, los promotores de la “Semana de conciencia sobre el islamofascismo” chillan “¡Inadmisible!”.

Ahora, tenemos otro ejemplo más del tipo de mentiras y distorsiones que son la especialidad de David Horowitz. Ha publicado una campaña para recaudar fondos que plantea una serie de acusaciones falsas y calumniosas sobre el Partido Comunista Revolucionario y sus intenciones respecto a la “Semana de conciencia sobre el islamofascismo”. No tiene nada de novedoso que David Horowitz haya publicado mentiras descaradas sobre sus adversarios (las mentiras flagrantes que dice en un solo párrafo son más numerosas de lo que se puede refutar aquí), pero en este caso ha llegado al extremo de inventar amenazas físicas contra él y otros oradores programados para esa semana. Sería suficientemente feo si solo se tratara de una treta para recaudar fondos para su cruzada haciéndose pasar por el blanco de amenazas contra su “seguridad personal”, pero es mucho más peligroso: prepara un pretexto para reprimir –o peor-- a los que eligen desafiar políticamente los motivos de la “Semana de conciencia sobre el islamofascismo”.

Hay que poner las cosas en claro. El periódico Revolución ha publicado muchos artículos sobre esta tema (que se encuentran en revcom.us); ha descubierto la verdad sobre Horowitz y despejado la confusión que trata de crear. Lo que estos artículos piden sistemáticamente es oponerse políticamente a toda la embestida de Horowitz, sacar a la luz la realidad de su programa y oponérselo con datos exactos y la verdad. En “Encuentros con Horowitz”, el autor Alan Goodman concluye de su experiencia personal que:

“...tenemos que confrontarlo y desenmascararlo con argumentos tajantes y enjundiosos, perseguirlo con hechos y datos, usar sus propias palabras en su contra y destapar su siniestro programa ante sus seguidores. Menos que eso no lo vencerá e incluso podría permitirle sacar ventaja”.*

Es precisamente esta clase de debate político que Horowitz y sus amigos temen y que esperan impedir.

Con cada día salen nuevas mentiras y fabricaciones en los websites que promueven los puntos de vista de Horowitz y Cía. Nadie debe creer ni dar crédito a nada de lo que esa gente acuse que el Partido Comunista Revolucionario haya dicho o escrito. No hay mentira que les sea demasiado exagerada como para inventar.

En su llamado para fondos, Horowitz dice que exhortar confrontar políticamente a todo ese movimiento fascista realmente significa otra cosa. No, no significa otra cosa: todo lo que se ha publicado en Revolución ha dicho muy claro que lo que se requiere es oponerse políticamente a sus metas y derrotarlas políticamente, y eso es exactamente lo que significa. El Partido Comunista Revolucionario no ha amenazado, por implicación ni intención, ninguna violencia ni confrontación física contra los oradores o los participantes. Cuando Horowitz dice eso, miente sin vergüenza. Dice que en el pasado unas personas asociadas con el Partido Comunista Revolucionario lo agredieron físicamente. También es mentira: nunca ha ocurrido semejante ataque.

Lo que no debe pasar es batir una retirada del debate y la polémica que tanto urgen; que el chorro de acusaciones logre intimidar a los que se oponen a todo ese programa y callar a los que tienen que alzar la voz. Es imprescindible el contrario.

“De hecho, todos a quienes les importen el pensamiento crítico y la libertad académica, tanto como los temas de guerra, represión, racismo y opresión de la mujer, tienen que unirse para buscar y oponerse a esa campaña y ponerla a la defensiva políticamente. Hay que oponerse al proyecto de Horowitz y usarlo como una oportunidad para crear conciencia sobre el creciente peligro del fascismo estadounidense y la realidad de la dirección y medidas fascistas que están tomando los que están en la cúpula del poder”. (de “Oponer resistencia a la ‘Semana de conciencia sobe el islamofascismo’, confrontar a los fascistas estilo Horowitz con datos exactos y la verdad” (en inglés), Revolution #102, 23 de septiembre de 2007)


* Los que quieren entender qué tipo de confrontación política con Horowitz se necesita deben leer “Encuentros con Horowitz”, primera y segunda partes, de Alan Goodman, en Revolución #47 y 48.

Envíenos sus comentarios.

Revolución #106, 28 de octubre de 2007


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Y la Biblia!

El folleto de Phyllis Chesler (titulado The Violent Oppression of Women in Islam (La violenta opresión de la mujer en el islam)—ver el artículo de la semana pasada “La hipocresía de los ‘feministas recién llegados’ y la agenda peligrosa de David Horowitz”, en revcom.us) cita fielmente las enseñanzas opresivas del Corán. ¿Pero qué de las enseñanzas de la Biblia? ¿Qué hay de bueno en la religión judeocristiana?

¿Qué de las docenas de miles de mujeres condenadas como herejes y brujas y quemadas en todas partes de Europa por la iglesia católica?

¿Qué del hecho de que la iglesia católica hoy en día prohibe el control de la natalidad y el divorcio?

La sumisión de la mujer es la enseñanza oficial del cristianismo--no solo del Antiguo Testamento sino también Nuevo Testamento:

1 Corintios 11:3 "Pero quiero recordarles que la cabeza de todo varón es Cristo, y la cabeza de la mujer es el varón, y la cabeza de Cristo es Dios".

1 Corintios 14:33-35 "[33] En todo caso, la obra de Dios no es confusión, sino paz. [34] Hagan como se hace en todas las Iglesias de los santos: que las mujeres estén calladas en las asambleas. No les corresponde tomar la palabra. Que estén sometidas como lo dice la Ley, [35] y si desean saber más, que se lo pregunten en casa a su marido. Es feo que la mujer hable en la asamblea".

1 Corintios 11:7-10 "[7] El varón… es imagen y reflejo de Dios, mientras que la mujer es reflejo del hombre. [8] El varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón; [9] tampoco fue creado el varón con miras a la mujer, sino la mujer con miras al varón. [10] La mujer, pues, debe llevar sobre la cabeza el signo de su dependencia; de lo contrario, ¿qué pensarían los ángeles?".

1 Timoteo 2:11-12 "[11] Que la mujer sea sumisa y sepa aprender en vez de molestar. [12] No permito que la mujer enseñe ni que quiera corregir a su marido; que se quede tranquila…".

1 Timoteo 2:13-15 "[13]…pues Adán fue formado primero y después Eva. [14] Y no fue Adán el que se dejó engañar, sino la mujer, y por ella vino la desobediencia. [15] Se salvará, por supuesto, gracias a la maternidad, con tal de que lleve una vida ordenada, perseverando en la fe, el amor y la obra de santificación".

Los que creen en obedecer textualmente la Biblia ahora controlan la Convención Bautista Sureña, que adoptó un pacto sobre la familia en el 2000 que dice que el esposo "tiene la responsabilidad otorgada por Dios de mantener, proteger y dirigir su familia. Una esposa tiene que someterse gentilmente a la dirección del esposo de la misma manera que la iglesia se somete con voluntad a la dirección de Cristo".

¿Y qué de lo que dice el Antiguo Testamento sobre matar a pedradas?

"Aquí viene el caso de un hombre que se ha casado con una mujer y después deja de quererla. Este hombre empieza a reprocharla por su conducta y a difamarla, y se le ocurre decir: «Me casé con esta mujer, y al acostarme con ella, no le encontré las señas de su virginidad»… si es verdad lo que el hombre dice, y no aparecen las pruebas de su virginidad, entonces la sacarás a la puerta de la casa de su padre y morirá apedreada por el pueblo…".

Deuteronomio 22:13-21

La opresión de la mujer es la base y es casi sinónima de todas las religiones. David Horowitz puede decir que es partidario de la Reforma y la Ilustración, y decir que eso es lo esencial; pero en realidad se ha alineado precisamente con las fuerzas que creen que la Ilustración es algo malo. Por ejemplo: han luchado contra la teoría científica de la evolución y demandan que las escuelas enseñen el "diseño inteligente", que es al fondo un pretexto disfrazado para la interpretación textual de la Biblia y que busca eliminar la separación de iglesia y estado.

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Revolución #106, 28 de octubre de 2007


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Cuando un racista ruega a dios...


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