El texto de un corto del discurso:
POR QUÉ NOS HACE FALTA UNA REVOLUCIÓN REAL Y CÓMO CONCRETAMENTE PODEMOS HACER LA REVOLUCIÓN

El texto de un corto del discurso:
POR QUÉ NOS HACE FALTA UNA REVOLUCIÓN REAL
Y CÓMO CONCRETAMENTE PODEMOS HACER LA REVOLUCIÓN

Un discurso de Bob Avakian

La satanización, criminalización y deportaciones de inmigrantes y la militarización de la frontera

Las fronteras de Estados Unidos se establecieron primero mediante la guerra, y se expandieron repetidamente por medio de la conquista armada de territorio, especialmente en guerras contra los pueblos indígenas y una guerra contra México a mediados del siglo 19. Como resultado de esta guerra, Estados Unidos se apoderó de más de la mitad del territorio de México; y combatió con el propósito de expandir la esclavitud así como para agrandar enormemente su territorio. Desde el final del siglo 19, el imperio estadounidense se ha expandido, no solo apoderándose de países (como las Filipinas, Cuba, Puerto Rico y Guam) como colonias o casi colonias, sino también por invasiones y otros medios, instalando a gobernantes dependientes de Estados Unidos y obedientes. Hoy, Estados Unidos tiene fuerzas armadas y agentes de “inteligencia” apostados en más de 100 países del mundo y da apoyo militar y otra ayuda a gobiernos, incluidos regímenes brutalmente opresivos, los que mantiene como parte de su imperio. Y, con la coacción de su poderío militar y económico, el imperialismo estadounidense no sólo sigue dominando políticamente sino explotando y saqueando económicamente a países en todo el tercer mundo. Repito, un blanco especial de todo esto han sido los países latinoamericanos, y en particular México, El Salvador y otras partes de Centroamérica, y el Caribe — que los imperialistas de Estados Unidos consideran arrogantemente su “patio trasero”. Estados Unidos no sólo ha llevado a cabo repetidas invasiones militares y golpes de estado para derrocar gobiernos ahí, y ha respaldado a dictaduras asesinas con sus sanguinarios escuadrones de muerte que aterrorizan al pueblo, sino que ha impuesto “acuerdos” económicos que han desangrado más a estos países e intensificado la miseria de las masas de personas ahí. (Por ejemplo, contrariamente a las mentiras regadas por Donald Trump, el TLCAN [Tratado de Libre Comercio de América del Norte], orquestado bajo la presidencia de Bill Clinton, no ha resultado en que Estados Unidos saliera “jodido”, sino de hecho, en la ruina de muchísimos campesinos en México y el aumento del número de personas desesperadamente pobres ahí, lo que ha sido un factor importante en la expulsión de muchos mexicanos hacia Estados Unidos. Trump sólo quiere empeorar aún más todo esto.)

Por todas estas razones, en combinación con otros factores como el calentamiento global y la crisis acompañante de escasez de agua en muchos países, hoy hay decenas de millones de refugiados en el mundo, obligados a abandonar sus países de origen y a buscar asilo o simplemente una manera de sobrevivir, en Estados Unidos (y en los países capitalistas de Europa). Dado todo esto, en el colmo de la hipocresía y de la crueldad, el gobierno estadounidense, y en particular el régimen de Trump y Pence, hablan del “¡derecho de países de proteger sus fronteras!” —y braman acerca de “construir un muro” para hacerlo— ni hablar de denunciar a las masas de migrantes de un país como México como violadores, narcotraficantes y homicidas, y de promulgar medidas tan atroces como separar hijos, incluso niños muy chiquitos, de sus padres si trataban de entrar en Estados Unidos sin los documentos requeridos, y aunque solicitaran asilo debido a la persecución y la violencia.

En esto, si bien hay que librar una lucha decidida y masiva contra estas acciones inhumanas de Estados Unidos (y de otros gobiernos opresivos), también debe quedar claro que no puede haber ninguna solución, bajo el sistema del capitalismo-imperialismo, a la situación de las masas de migrantes y refugiados. La única solución está en la revolución para derrocar este sistema — una revolución que tiene como objetivo no sólo abolir la opresión, explotación y pobreza y miseria en un país, sino como una meta fundamental abolir todo esto en el mundo entero, y eliminar todas las fronteras y límites que erigen muros entre diferentes partes de la humanidad.

 

Un corto del discurso:

La satanización, criminalización y deportaciones de inmigrantes y la militarización de la frontera (en inglés)

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Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución

Un discurso de Bob Avakian
En dos partes en inglés:

 

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