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Revolución #64, 8 de octubre de 2006

Del libro
From Ike to Mao and Beyond: My Journey From Mainstream America to Revolutionary Communist
Autobiografía de Bob Avakian

Capítulo 27:

Perseverancia e inspiración

Bob Avakian

Decepción, peligro y adelante

En el curso de los años, y ahora décadas, he experimentado muchas decepciones. Fuera de las dificultades y pérdidas personales, la lucha por un mundo diferente y por un futuro mejor para la humanidad ha sufrido pérdidas profundas. Hemos pasado por vueltas y revueltas, y hemos sufrido gigantescos reveses, como el hecho de que China dejara de ser un país socialista y una base de apoyo para la revolución mundial. Esto es algo que yo personalmente, nuestro partido y los comunistas de todo el mundo hemos tenido que confrontar.

Fuera de las dificultades, hay grandes peligros. Los que gobiernan el mundo tan brutalmente, oprimen y explotan al pueblo del modo más despiadado y asesino. Estas no son meras palabras; son palabras que no alcanzan a captar el sufrimiento, totalmente innecesario, que impone este sistema ni la forma en que tuerce y distorsiona las relaciones entre los seres humanos, y los convierte en instrumentos para la acumulación de riqueza por un puñado o los descarta como basura. No captan la destrucción del potencial y del espíritu humano que eso conlleva. Nada de eso ha disminuido. A pesar de los reveses y de las derrotas que hemos sufrido, no se ha eliminado ni disminuido la necesidad de acabar todo eso (y, desde un punto de vista estratégico, la base para hacerlo).

Cuando reflexiono sobre esto, pienso en una conversación que tuve con un amigo cuando era adolescente. Era un poco mayor que yo y estudiaba medicina. Un día le pregunté qué iba a hacer cuando terminara la carrera, a qué especialidad se iba a dedicar. Me contestó que no iba practicar medicina, que se iba a dedicar a la investigación porque quería buscar una cura para el cáncer; creía que era muy importante, que era posible y quería contribuir lo más que pudiera a hallarla.

De eso hace décadas y, aunque ha habido avances en el tratamiento del cáncer, sigue siendo un azote para la humanidad. No se ha eliminado todavía; no se ha encontrado una cura. Pero él ha trabajado en ese campo todos estos años y yo nunca diré que sus esfuerzos han sido en vano. La necesidad de eliminar el cáncer, o de encontrar una cura, sigue siendo enorme. Desde un punto de vista científico, sabemos que es totalmente posible hallar los medios para eliminar este azote de la humanidad y que vale la pena perseverar en ese esfuerzo.

Lo mismo se aplica a la cuestión de extirpar y abolir las horrendas relaciones de explotación, opresión y saqueo en que se basa este sistema, que lo alimentan, junto con las guerras y la destrucción del medio ambiente que causan sus propios mecanismos y las acciones de los que lo gobiernan. La necesidad de eliminar este sistema y de generar algo mucho mejor es más profunda que la necesidad de hallar una cura para el cáncer. Y si uno adopta una orientación científica para investigar, conocer y cambiar la realidad, sabe que se pueden encontrar los medios para hacerlo. En la naturaleza del mundo tal como es, en la naturaleza y las contradicciones de este sistema de capitalismo e imperialismo, existe la base para derribar, extirpar y eliminar este sistema y todos los horrores que causa en el mundo. Cuando no alcanzamos ese objetivo, tenemos que sacar detalladas lecciones, basarnos más profundamente en la orientación científica del análisis y el cambio de la realidad que es el marxismo, aplicarlo de una forma más creativa, crítica y dinámica, y trabajar más con otros a fin de conocer mejor el mundo y hacer más para cambiarlo. Toda la experiencia que he vivido, todo lo que he aprendido de ella, me ha enseñado más profundamente y me ha demostrado más plenamente que es necesario y es posible hacer esto, y que lo mejor que puedo hacer con mi vida es aportar mi mayor contribución posible a esto.

Inclusive cuando se dan terribles reveses y pérdidas como lo que pasó en China, este sistema seguirá arrojando la necesidad de la revolución para abolirlo y establecer un mundo radicalmente diferente y mejor, un mundo comunista. Esta necesidad saltará a primer plano una y otra vez. Las condiciones de vida y el sufrimiento del pueblo lo piden a gritos continuamente.

Si uno ha tenido la oportunidad de ver el mundo como es en realidad, puede encaminar su vida por rumbos profundamente distintos. Puede entrarle a la vida de comer o ser comido, y muy probablemente ser devorado en el proceso de salir adelante. Puede meter el hocico en el comedero y atascarse lo más que pueda, y empujar a los demás para agarrar más. O puede dedicarse a hacer algo que cambie toda la dirección de la sociedad y el mundo. Si uno pone lado a lado las dos cosas, ¿cuál tiene significado? ¿Cuál contribuye a algo que valga la pena? La vida de uno va a tener valor o va a ser inútil. Y no se puede dedicar la vida a algo más grande que contribuir lo máximo que podamos a la transformación revolucionaria de la sociedad y del mundo, a ponerle fin a todos los sistemas y las relaciones de opresión y explotación, y a todo el sufrimiento y destrucción innecesarios que traen. Eso lo he aprendido más y más profundamente a lo largo de las vueltas y revueltas e inclusive de los grandes reveses, así como los grandes logros, de la revolución comunista hasta ahora, en sus primeras etapas históricas.

Fuentes de estímulo

Efectivamente ha habido grandes logros en la muy corta experiencia inicial del socialismo y del avance al comunismo. Siempre que las masas de cualquier parte del mundo se levantan, así sea espontáneamente, y sobre todo si lo hacen con una dirección comunista, es una fuente de enorme estímulo y una muestra del potencial de toda esta lucha y transformación revolucionaria de la sociedad y del mundo. Esto es muy vigorizante, cuando se combina con el dominio y la aplicación cada vez más profundos de la cosmovisión y el método científico del comunismo.

Como indiqué antes, desde que me tuve que exiliar hace más de dos décadas, he seguido dando liderazgo y dirección ideológica y política al PCR. He estudiado y escrito mucho sobre profundos problemas y desafíos que confrontamos los comunistas de todo el mundo para reorganizarnos y seguir la lucha revolucionaria después de las pérdidas demoledoras que hemos experimentado, sobre todo el golpe de estado revisionista y la restauración capitalista en China. He investigado la experiencia de la revolución proletaria y de las sociedades socialistas que se establecieron en el siglo 20, en la Unión Soviética y China, tratando de sacar lecciones cruciales de los aspectos positivos y también de sus aspectos negativos, centrándome en especial en estas preguntas: ¿cómo pueden las masas populares ser los amos de la sociedad y del estado, realmente, y avanzar hacia la abolición en última instancia del estado, junto con la abolición de todas las divisiones que entrañan explotación y opresión y todas las desigualdades sociales? ¿Cuál es la relación entre las masas populares y la dirección revolucionaria en ese proceso?

También le he dedicado atención a las transformaciones monumentales y sin precedentes que se están operando en el mundo hoy y a sus implicaciones para la lucha revolucionaria: en particular, al masivo desplazamiento y migración de millones de campesinos a las zonas urbanas cada año por todo el tercer mundo, de modo que hoy la mitad de la población mundial vive en zonas urbanas y una gran cantidad vive en cinturones de miseria. He lidiado con los fenómenos sociales, políticos e ideológicos asociados con estas transformaciones, especialmente con el creciente fenómeno del fundamentalismo religioso (no solo el fundamentalismo islámico en el Medio Oriente y otras partes, sino también el fundamentalismo cristiano en Estados Unidos) y los peligros y desafíos que le presenta a la lucha revolucionaria para transformar la sociedad, para alcanzar una auténtica liberación y luz, y romper todas las cadenas de la tradición: económicas, sociales, políticas, ideológicas y culturales.

He lidiado mucho, sigo lidiando, con interrogantes relacionados con el papel de los intelectuales y los artistas y del proceso creativo en relación con los intereses generales de la sociedad; y con la relación entre los principios colectivos y cooperativos y los intereses de la sociedad de conjunto, y por otro lado, el papel y los derechos de los individuos y de la iniciativa individual.

En el proceso de escribir una nueva versión del Programa de nuestro partido, de conformidad con los cambios que se han operado en el mundo y de importantes lecciones que hemos aprendido en los más de 20 años desde que escribimos el Programa anterior, he dirigido el partido a romper con serios errores y el legado seriamente viciado del movimiento comunista internacional con respecto a la homosexualidad. Aunque siempre nos hemos opuesto a la discriminación contra los homosexuales, considerábamos esencialmente que la homosexualidad era un fenómeno negativo y presentaba obstáculos a la eliminación de toda la opresión, y en particular pensábamos que la homosexualidad masculina contribuía a la opresión de la mujer. Esta es una posición incorrecta y dañina, y la cambiamos y nos hemos puesto a criticarla a fondo, dentro del partido y en documentos publicados.1

En general, he seguido contribuyendo todo lo que pueda y dirigido el PCR a contribuir lo máximo que pueda a la conceptualización y la creación de un mundo nuevo, un mundo comunista: un mundo de seres humanos libremente asociados que cooperan entre sí, un mundo en el que quiera vivir la gran mayoría de la gente y, en última instancia, toda la humanidad, y en que florezca como nunca antes se ha imaginado.

Perseverancia e inspiración

En los últimos años, justo cuando los gobernantes de Estados Unidos y otros capitalistas e imperialistas han aprovechado el revés de la revolución en China y el derrumbe de la Unión Soviética para proclamar el triunfo final del sistema capitalista, han estallado tremendas rebeliones y protestas en todo el mundo y en este país. Los asesinatos y atropellos que comete la policía han prendido grandes protestas en Los Ángeles, en Cincinnati y en otras ciudades. Con la labor de nuestro partido y de otros se ha formado una coalición nacional contra la brutalidad policial y cada año desde 1996 realiza un Día Nacional de Protesta contra la brutalidad policial, la represión y la criminalización de la juventud, con la participación de miles en docenas de ciudades. La batalla del aborto, que concentra la lucha contra la opresión de la mujer, sigue en marcha y una vez más se está agudizando. La lucha por eliminar la discriminación contra los gays y las lesbianas en todas las esferas de la sociedad ha dado nuevos pasos. En los últimos años se han dado protestas y batallas masivas contra la globalización capitalista y sus terribles efectos para los pueblos, especialmente del tercer mundo, y para el medio ambiente. Nuestro partido y los maoístas de muchas partes del mundo se han aunado a estos movimientos y luchas.

Aprovechando los sucesos del 11 de septiembre del 2001, la clase dominante de este país y su núcleo dirigente han desatado un juggernaut de guerra y presión, han declarado una guerra en todo el mundo para expansionar su dominación y explotación global con el pretexto de “luchar contra el terrorismo”, y han instituido nuevos niveles de represión interna, ya peligrosos en sí pero que además representan un precedente y el potencial de una represión mucho mayor y nunca vista. Todo esto ha suscitado una creciente resistencia, en este país y en el mundo, y docenas de millones salieron a protestar contra la guerra que Estados Unidos estaba resuelto a iniciar contra Irak. Yo he caracterizado este juggernaut como un “hervidero de contradicciones” y he señalado que contiene el potencial de grandes horrores y reveses demoledores para la resistencia y la lucha revolucionaria de las masas populares de todo el mundo, pero, igualmente, contiene el potencial de grandes avances de dicha lucha; contiene el potencial de estos dos extremos y toda la gama entre ellos.

Esto plantea enormes retos a nuestro partido y a los maoístas por todo el mundo. Uno de los sucesos más importantes de los últimos 20 años ha sido que, después de la pérdida de China, los maoístas de distintas partes del mundo se han reorganizado y unido como un movimiento internacional, el Movimiento Revolucionario Internacionalista (MRI), en el cual participa nuestro partido. En importantes partes del mundo, los partidos maoístas del MRI están haciendo avances cruciales.

Cuando veo todo esto, vuelvo a pensar en el amigo que decidió dedicar la vida a curar el cáncer, y pienso en la necesidad mayor aún de ponerle fin al sistema de capitalismo-imperialismo y a todo el sufrimiento y la opresión que encarna e impone a lo largo y ancho del mundo. Veo que mi vida no podría dedicarse a nada más importante y que las contribuciones que haga en el curso de la vida son lo más importante y lo más elevado de todo lo que podría hacer. Esto entraña momentos de gran decepción, sí, pero también momentos de gran gozo. El gozo de ver cómo los seres humanos se libran de trabas, se alzan, empiezan a ver el mundo tal como es en realidad y abrazan más conscientemente la lucha para cambiarlo. El gozo de saber que somos parte de este proceso y de contribuir lo máximo que podamos a él. El gozo de la camaradería de estar con otros en esta lucha y de saber que es algo que vale la pena, que no estamos metidos en algo insignificante y nimio, sino en algo elevado. El gozo de mirar al futuro, de divisar la meta por que luchamos y de ver a quienes empiezan a captar lo que podría significar, no solo para sí mismos, sino para la sociedad, para la humanidad entera.

Entonces, seguiré dedicando mi vida a esto, esa será la continuación de la historia de mi vida.

1 El Borrador del programa del PCR y un informe titulado “La posición sobre la homosexualidad del Borrador del Programa” (que se pueden pedir a RCP Publications) hablan más detalladamente de este tema.

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