La ciencia de la evolución - El ataque de los creacionistas contra la evolución es un ataque contra toda la ciencia, en nombre de dios

Charlatanes y embaucadores

Ardea Skybreak

Obrero Revolucionario #1216, 19 de octubre, 2003, posted at rwor.org

En el mundo moderno, muchos creyentes y líderes cristianos y de otras religiones están dispuestos a adaptar sus creencias para incorporar los conocimientos científicos actuales. Pero no los creacionistas tradicionales, no señor, especialmente cuando se trata de los principios científicos de la evolución: para ellos la Biblia es la Palabra de Dios y todo lo que dice es verdad, palabra por palabra, así que la evolución no puede ser verdad. Sin embargo, se dan cuenta de que mucha gente no quedará satisfecha con razones de fe ciega y necesita una explicación científica. Por eso han inventado una cosa que llaman "ciencia de la creación", que es un rollo para disfrazar sus ideas anticientíficas . Han creado "instituciones de investigación" y "museos" de la "ciencia de la creación" (el más conocido es el Institute for Creation Research y su museo, en San Diego); publican montones de libros y panfletos; tienen websites, etc. Cabe preguntar: ¿Realizan investigaciones científicas legítimas y las publican en revistas científicas serias bajo la supervisión y crítica de las comunidades científicas establecidas? NO.

Hay miles de revistas científicas serias y de asociaciones profesionales de científicos que publican los resultados de toda clase de investigaciones que se realizan en este país y en el mundo, pero los creacionistas no pueden publicar nada en ninguna de ellas. ¿Por qué? Porque no practican ciencia. ¿Entonces qué hacen? ¿De qué llenan sus libros y de qué hablan cuando van a juntas educativas o tribunales a pedir espacio para su "ciencia"? De religión: de la interpretación textual de la Biblia y de que todas y cada una de las palabras de la Biblia se deben aceptar textualmente. Pero como saben que, teóricamente, en este país existe separación de la iglesia y del estado, usan una táctica de engaño para colar sus ideas religiosas: dicen que tienen "prueba científica" de que la evolución es incorrecta. Es sumamente importante ver y entender esto: los creacionistas tradicionales no proselitizan dando evidencia científica de su teoría (lo cual es imposible, por definición, ya que no es posible dar evidencia científica de una fuerza o fenómeno --un dios--que no es parte de la realidad del mundo natural, según su propia admisión). Lo que hacen es desacreditar la teoría de la evolución... con la esperanza de que si siembran dudas sobre la evolución, la gente aceptará la existencia de un dios creador y en particular la historia bíblica de la creación. (Ver el recuadro "Tergiversar a los científicos: Táctica favorita de los creacionistas").

Los creacionistas tradicionales no son simplemente unos chiflados (¡aunque están chiflados!); también son muy deshonestos. Me hacen pensar en los viejos charlatanes y embaucadores que se aprovechaban de la ingenuidad del público y vendían ungüento amarillo como cura para todos los males. Como ellos, cambian las explicaciones, cuantas veces sea necesario, para adaptarse a las circunstancias y sembrar confusión.

También es muy importante entender esto del método creacionista: si uno presenta hechos científicos bien documentados a sus objeciones a la evolución, simplemente cambian de carril y dicen que tienen otras críticas de peso. Es como el juego de manos en que uno tiene que adivinar debajo de cuál de tres naipes está una bolita. Jamás se dejan concretar ni justifican con razones sustanciales su propia "teoría alternativa". Como no están muy apegados que digamos a la verdad del mundo real, tienen libertad de cambiar y voltear los argumentos hasta que los evolucionistas se hartan de hablar con ellos porque ven que es imposible convencerlos por más evidencia científica racional que les den.

¡Te quieren a ti!

Los creacionistas saben que no van a convencer a los científicos profesionales, que no van a llevarlos a descartar hechos probados ni los métodos de la ciencia. Es al público no especializado a quien quieren convencer. A los defensores de la evolución les encantaría que más gente tenga una educación científica básica y aprenda a aplicar métodos científicos para distinguir la verdad de la falsedad. Por el contrario, los creacionistas aprovechan que mucha gente de este país (la mayoría) no ha recibido una buena educación y, por lo tanto, no tiene muchos conocimientos de ciencias ni de los métodos científicos. Quieren sembrar la suficiente confusión ("¿será cierto que la evolución es mentira?") para que la gente piense que "de pronto" lo que los creacionistas dicen es verdad y que no perjudica dejar que presenten sus ideas en las clases de ciencias como "alternativa" a la evolución. Apelando a la generosidad y justicia ("todo mundo debe tener derecho de defender sus creencias, ¿no?"), buscan que el público acepte que el gobierno ordene a los maestros enseñar un dogma religioso,¡y enseñarlo como si fuera ciencia!Pero sus ideas son religiosas y no se basan para nada en la ciencia, así que no deben enseñarse en clases ni libros de ciencias, ni tienen cabida en las leyes que dictan qué se debe enseñar como ciencias. La ciencia demuestra que la evolución es un hecho y no deja absolutamente ninguna duda de que la historia bíblica de la creación no puede ser cierta: esto lo prueba todo lo que los científicos saben hoy sobre la historia de la vida en este planeta. Por eso sería inescrupuloso enseñar el creacionismo como un "hecho real", en clases de ciencias o en cualquier parte.

Naturalmente no se puede obligar a nadie a abandonar sus creencias religiosas, aunque no sean racionales y aunque las contradiga la evidencia concreta del mundo. Cada quien debe tener a su disposición textos religiosos, lugares de culto y ceremonias religiosas, si los considera necesarios. Pero no se debe permitir que los creacionistas fundamentalistas cristianos impongan a la fuerza su propio dogma religioso en las escuelas públicas ni en ninguna otra arena pública. Si no entendemos esto y no tomamos medidas para impedirlo, existe un serio peligro de que un buen día nos despertemos con un gobierno teocrático (de fanáticos religiosos que imponen sus creencias fundamentalistas como ley con el poder del gobierno).

Si les parece que exagero, échenle un ojo a las iniciativas políticas que ha tomado el movimiento creacionista en los últimos años. Las más conocidas son las tentativas de dominar las juntas educativas y de cambiar las leyes estatales para estatuir la enseñanza de la "ciencia de la creación" al mismo nivel que la evolución en las clases de ciencias de las escuelas públicas. Pero también se han puesto a cabildear en los más altos niveles del gobierno para que el Congreso ordene la enseñanza del creacionismo religioso en todos los estados. ¡Y estuvieron a un pelo de lograrlo! (Ver el recuadro sobre la enmienda Santorum "¡Buena pareja!").

El presidente actual, George W. Bush, y miembros de peso del gobierno como John Ashcroft (secretario de Justicia) y Tom Delay (líder de los congresistas republicanos) se jactan abiertamente de ser creacionistas. En el famoso caso de 1987 de la Suprema Corte Edward vs. Aguillard (muy interesante de leer, por cierto), la mayoría de los magistrados votaron contra la "Ley de Tratamiento Balanceado" de Luisiana, que ordenaba a los maestros de ciencias enseñar la "ciencia de la creación" junto con la evolución. La Corte declaró que la ley era anticonstitucional porque su propósito era "promover una creencia religiosa particular" ya que para enseñar la "ciencia de la creación" los maestros tendrían que enseñar la idea religiosa de que un ser sobrenatural creó la humanidad. El magistrado Lewis Powell escribió en la opinión de la mayoría de la Corte: "La Primera Enmienda no permite que el Estado requiera que la enseñanza y el aprendizaje se ajusten a los principios y prohibiciones de ninguna secta o dogma". Esto fue una importante derrota para los creacionistas. Pero también es interesante leer la opinión discrepante,escrita por el magistrado Antonin Scalia, que votó a favor de conservar la ley; dice que a su manera de ver imponer la enseñanza de la "ciencia de la creación" no es imponer la enseñanza de creencias religiosas; se remite a las declaraciones juradas que recibió la Corte de "expertos" creacionistas que "juran" que la "ciencia de la creación" es un "conjunto de conocimientos científicos" y que tienen "información científica para apoyar la teoría de que el universo físico y la vida aparecieron de repente y no han cambiado sustancialmente desde su aparición".

Aquí tenemos a un magistrado de la Suprema Corte de Justicia, un abogado muy educado, repitiendo algo tan patentemente falso que si lo dijera un estudiante de secundaria en un examen de biología, ¡le pondrían un cero! Scalia luego añade que nadie puede decir que la evidencia de la evolución es completamente "concluyente" y que por lo tanto los ciudadanos de Luisiana "tienen el derecho de que les enseñen en la escuela la evidencia científica que exista contra la evolución". ¡No importa que no hay ninguna evidencia científica contra la evolución! Como recalcan innumerables científicos una y otra vez, nunca se ha encontrado una sola pizca de evidencia científica "contra" la evolución: ¡ni una! Por lo visto Scalia no sabía lo suficiente para sentir vergüenza por su crasa y reaccionaria ignorancia (o no le importaba). ¡Y recordemos que Bush ha dicho que para él Scalia es el magistrado modelo de la Suprema Corte!

Después de Edward vs. Aguillard ha habido otros pleitos importantes en los tribunales y muchos científicos de renombre han ido a declarar a una sola voz que la supuesta "ciencia de la creación" no tiene nada que ver con la ciencia. Asimismo, todas las principales organizaciones científicas del país (como la National Academy of Sciences y la North American Association for the Advancement of Science) han reiterado enfáticamente que la teoría de la evolución cuenta con un sólido respaldo científico y que no existe evidencia científica contra ella. Pero nada de eso le importa un comino a los fanáticos fundamentalistas del movimiento creacionista ni a sus papis de la clase dominante. Que yo sepa, Scalia nunca ha reconocido que sus comentarios fueron sumamente ignorantes y que tenían móviles políticos, y los creacionistas siguen empeñados en llegar a los más altos niveles del gobierno para imponer por ley las doctrinas fundamentalistas cristianas.

Su labor en el Congreso es constante y casi logran hacer aprobar la enmienda Santorum (escrita por un grupo de creacionistas) como parte de la ley de educación de Bush "No Child Left Behind/Cumpliendo la promesa a los ninos". Cuando esa enmienda contra la evolución pasó por el Senado, ¡ni un solo senador la criticó! Un ejemplo claro de la diaria erosión de la separación de la iglesia y el estado (que nunca fue muy fuerte) y de que elementos teocráticos fundamentalistas cristianos se han instalado en muchas posiciones de poder, es el hecho de que la mayoría de los senadores y los representantes al principio ni se dieron cuenta (o en algunos casos quizá aparentaron no darse cuenta) de que el objetivo de la enmienda Santorum era debilitar la ciencia y promover la religión, así como el hecho de que la mayoría de ellos no tienen los mínimos conocimientos científicos (o no les pareció importante ponerlos en práctica) para rechazar inmediatamente la enmienda porque el consenso científico es que la evolución ocurrió y que la evidencia científica lo demuestra. (Ver el recuadro "Proyecto Steve: Pruebas con humor").

"¿PERO CÓMO PODEMOS ESTAR SEGUROS DE QUE ALGO ES VERDAD"? ESE RELATIVISMO FILOSÓFICO ES TERRENO FÉRTIL PARA LOS CREACIONISTAS

Es importante reflexionar sobre cómo sabemos si algo es verdadero o falso. ¿Cuáles son los métodos yenfoques que permiten acercarse a la verdad y distinguirla de la falsedad? Sin entender esos métodos y enfoques es fácil caer en el error de aceptar cualquier mentira o falsedad, especialmente si la presentan con convicción personas que tienen posiciones de poder e influencia (gobiernos, autoridades religiosas, personalidades de TV, etc.).

Es bueno ser críticos y cuestionarlo todo. Pero también es importante reconocer cuando una verdad se ha establecido claramente. Si los seres humanos pensáramos siempre que "no hay nada seguro", ¿cómo podríamos vivir o hacer algo? ¿Nos paramos frente a un carro porque "nunca se sabe con seguridad" si nos va a atropellar? ¿No ponemos el despertador porque "nunca se sabe con seguridad" si sonará, o si en realidad existe, o si nosotros existimos y vale la pena que nos levantemos? Estos ejemplos parecen tontos, pero demuestran que hasta para funcionar de día en día necesitamos un método y un enfoque que nos ayude a establecer si una cosa es verdadera o falsa.

Desde luego nunca sabremos la verdad absoluta (en el sentido de que nunca sabremos todo lo que se puede saber de todo), pero tenemos métodos para llegar al punto en que podemos decir con un alto grado de seguridad que algo es verdadero, es decir, que concuerda con un aspecto de la realidad material.

Repito que es bueno e importante cuestionarlo todo, pero también es bueno e importante reconocer que no todo está siempre en el aire: a veces sabemos lo suficiente sobre un aspecto para aceptarlo como verdad, dejar de darles vueltas y seguir adelante. Esa es la situación con la teoría de la evolución.

Sin embargo, en este país mucha gente todavía no sabe que tenemos ese grado de seguridad y certeza sobre la evolución. Los creacionistas, con sus ataques a la evolución y a la ciencia, han sembrado mucha confusión sobre esto desde fines del siglo 19; y, por lo general, dichos ataques son más fuertes y agresivos en épocas de torbellino social, cuando se cuestiona y debate la dirección general de la sociedad. En tales momentos, especialmente, los reaccionarios se resisten a toda forma de progreso social y exhortan a "volver a los valores y tradiciones". Este momento no es una excepción.

Los creacionistas han librado campañas tan agresivas contra la evolución y la ciencia en los últimos años que a las universidades les preocupa el creciente analfabetismo científico en todo el país: cada año llegan más y más estudiantes creyendo que "la comunidad científica está dividida sobre la evolución" y que la "evolución es una teoría sin verificar". Repito una vez más: esas dos nociones son completamente falsas.La comunidad científica (en Estados Unidos y en el mundo, y en todos los campos de la ciencia) no está "dividida" sobre los principios básicos de la evolución. Hay un consenso abrumador de que a) la vida definitivamente ha evolucionado y b) los mecanismos de la evolución (pasada y presente), como la selección natural, se conocen bastante a fondo hoy.

La "teoría de la evolución": Lo que es una teoría científica

Lo de que la "evolución es una teoría sin verificar" también es falso. Como he señalado a lo largo de esta serie, hay una cantidad increíble de evidencia acumulada, que se refuerza mutuamente, a favor de la evolución; el consenso científico general es que la teoría de la evolución es una de las teorías mejor probadas y documentadas de la ciencia. Pero uno de los métodos favoritos de los creacionistas es sembrar confusión con juegos de palabras. En el idioma diario, "teoría" quiere decir "una idea que no se ha comprobado". Atizando la ignorancia, los creacionistas esperan que cuando oigamos decir "teoría de la evolución" pensemos que es algo sin comprobar. Pero en los círculos científicos "teoría" tiene un significado muy distinto: una "teoría científica" es un conjunto complejo de leyes o principios que relacionan diferentes ideas y propuestas que explican (desde distintos angulos) los principios y mecanismos básicos de un proceso natural, como el origen, cambio y desarrollo de una parte de la realidad material. Por ejemplo, los científicos hablan de la "teoría de la gravedad" o de la "teoría de Copérnico" (del movimiento de la Tierra y los otros planetas alrededor del Sol), pero eso no quiere decir que se "imaginan" que los objetos caen hacia el suelo debido a la fuerza de gravedad ni que "suponen" que la Tierra gira alrededor del Sol y no al revés. La teoría de la gravedad y la teoría de Copérnico actualmente están bien documentadas y cuentan con sólida evidencia científica, y lo mismo se puede decir de la teoría de la evolución.

Por otra parte, las teorías científicas pasan por un proceso de desarrollo y profundización a medida que el conocimiento humano crece y explica cosas que antes no se entendían. Con el avance del conocimiento es inevitable que se compruebe que algunas ideas son incorrectas y se descarten. La ciencia avanza cuestionando y examinando críticamente nociones científicas establecidas. Siempre habrá más que aprender y descubrir sobre todo. Pero eso no significa que no podamos decir en un momento dado que algo es verdadero. Los que dicen que "nunca se sabe" caen en un método incorrecto llamado relativismo filosófico.(Por otro lado, como el conocimiento humano nunca es completo y perfecto, y siempre se está desarrollando, los que creen que poseen la "verdad absoluta" sobre todo, o todo lo importante, caen en el método incorrecto llamado dogmatismo, que es el "reverso" del relativismo). Cuando decimos que algo es "verdad", significa que hay suficiente evidencia concreta convincente (preferiblemente de varias fuentes y direcciones, que se refuerzan mutuamente ) de que nuestro conocimiento de un fenómeno concuerda rigurosamente con ese aspecto de la realidad objetiva, es decir, del mundo material (que abarca todo el mundo natural y la organización social humana).

Probar que una teoría científica (ya sea del mundo natural o de la sociedad humana) es "verdad" no ocurre de la noche a la mañana. Para decir con confianza que una gran idea o un conjunto de ideas es "verdad", tiene que pasar por el crisol científico: hay que hurgarlas, criticarlas, cuestionarlas y ponerlas a prueba una y otra vez desde muchísimas direcciones. Una buena teoría científica hace una serie de predicciones que se deben cumplir en el mundo real si la teoría es verdad; también hace predicciones que no se deben cumplir si la teoría es verdad. Esto se llama el principio de "falsabilidad científica": por definición, para decir que una teoría científica es verdadera, tiene que haber hechos que la puedan refutar (que si se descubren demostrarían que la teoría es falsa). La teoría de la evolución se puede refutar si, por ejemplo, se encontraran huellas fosilizadas de dinosaurios y de seres humanos en las mismas capas de rocas, porque eso significaría que los dinosaurios y los seres humanos vivieron al mismo tiempo, y contradiría completamente todo lo que sabemos sobre la secuencia de evolución de distintas especies. Los biólogos pueden dar muchos ejemplos de cosas que (si se descubrieran) echarían por tierra la teoría de la evolución. Mejor dicho, como toda buena teoría científica, la teoría de la evolución cumple el principio de falsabilidad; pero, en la práctica, la ciencia nunca ha encontrado nada (ni una sola cosa) que la refute. Por el contrario, sí ha encontrado muchas, muchas cosas que la respaldan.

La teoría de la creación divina es una creencia religiosa, no una teoría científica. Una prueba es que, por naturaleza y definición, es imposible de refutar. Los creacionistas jamás dan ejemplos de descubrimientos científicos que aceptarían como prueba de que la teoría de la creación divina es incorrecta. Para ellos es cuestión de fe religiosa absoluta. Pero si uno dice que es imposible que se descubra información que pruebe que su teoría es incorrecta, por definición no está siguiendo los principios de la ciencia y su teoría no tiene nada que ver con la ciencia.

Por el contrario, repito, la teoría de la evolución ha respetado el principio de falsabilidad desde sus orígenes. Pero toda la evidencia científica que se ha acumulado en el siglo y medio desde que Darwin la propuso la ha apoyado, y nada la ha refutado. Por esto, más que nada, es que existe un consenso científico tan amplio y sólido sobre la teoría de la evolución.