Revolución #174, 30 de agosto de 2009


Llevar la revolución a las universidades: Una misión estratégica para toda revolución que valga la pena

“Y a pesar de las buenas intenciones que tienen muchos maestros, el sistema educativo es un insulto crudo para muchos jóvenes y un mecanismo de disciplina y adoctrinamiento en general. Si bien existe cierto estímulo, en particular en algunas escuelas ‘elitistas’, para que los estudiantes piensen de formas ‘no conformistas’ —siempre y cuando en última instancia eso siga beneficiando las necesidades e intereses fundamentales del sistema—, en general, en lugar de darles una capacidad real para que aprendan acerca del mundo y busquen la verdad donde quiera que ésta lleve, con un espíritu de pensamiento crítico y curiosidad científica, se moldea y se distorsiona la educación de modo que sirva a los mandamientos del capital, justifique y perpetúe las relaciones de opresión en la sociedad y en el mundo en conjunto, y refuerce la posición dominante de los ya poderosos. Y a pesar de los impulsos y esfuerzos creativos de muchas personas, también se corrompe y se moldea la cultura dominante para reducir y no elevar las aspiraciones de la gente, ensalce y promueva los modos de pensar y de actuar que mantienen este sistema en pie y hacen que la gente crea que no es posible tener nada mejor”.

De La revolución que necesitamos... La dirección que tenemos.
Un mensaje, y un llamamiento, del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos

Quien haya pensado en serio en la revolución sabe que es de importancia estratégica el rol del estudiantado y de la juventud, así como la vida ideológica, intelectual y política de los recintos universitarios en general. Los jóvenes siempre han sido catalizador en el cambio revolucionario — les pesan menos la tradición y los límites asfixiantes de lo que se considera “razonable”. Están alzando la frente ante el mundo a su alrededor y están averiguando cuál papel desempeñarán en ello. Cuando los estudiantes bregan con ideas nuevas y revolucionarias, eso contribuye a que se realinean sectores más amplios de intelectuales y crea más espacio para gente de los sectores más explotados y oprimidos de la sociedad —en una relación dinámica con ella y de manera multiplicadora y transformadora— para que también les entre a las ideas y las acciones revolucionarias. Asimismo, los estudiantes desempeñan un papel en despertar la efervescencia y el cuestionamiento sociales en general, insistiendo en que las verdades antiguas se validen ante renovados desafíos y trayendo a la luz nuevas verdades en todo tipo de esferas.

Sin embargo, hoy día los jóvenes por lo general NO están desempeñando ese papel. No se puede separar eso del hecho de que todo joven contemporáneo ha sido criado con la GRAN MENTIRA —repetida hasta la saciedad no solo por los reaccionarios declarados sino, para colmo, por los progresistas y los “de tendencia radical” también— “que no existe ninguna otra opción salvo este sistema — o que los esfuerzos de forjar en serio un camino diferente, por medio de la revolución y el avance hacia el comunismo, han traído algo mucho peor” (La revolución que necesitamos... La dirección que tenemos).

En consecuencia, incluso los mejores impulsos de esta nueva generación —de entender la causa de tantos horrores de este mundo, de mejorarlo, hasta imaginar el futuro— permanecen en la camisa de fuerza de la lógica y los confines del actual orden capitalista imperialista dominado por Estados Unidos.

Cambiar radicalmente esa situación —desde ahorita— es una cuestión estratégica para la revolución y una parte clave de la campaña en marcha del Partido Comunista Revolucionario acerca de La revolución que necesitamos... La dirección que tenemos. Lo siguiente son unas ideas acerca de cómo efectuar ese cambio. Nótense: Gente de TODAS EDADES pueden participar en todo eso, si bien los jóvenes deben desempeñar un papel especialmente activo.

Desde la semana que entran los estudiantes de primer ano, debemos aventarnos en una misión de traer la revolución a las escuelas: revocar el veredicto negativo sobre el comunismo, presentar ante la nueva generación la dirección de Bob Avakian, estimular el debate y la efervescencia generalizados sobre qué tipo de futuro es posible y cuál es el papel y la responsabilidad del estudiantado respecto a la humanidad en conjunto, y organizar a una nueva generación a participar en el movimiento por la revolución.

Saturar escuelas clave

Empezando en unas escuelas clave, hay que llenar sistemáticamente las residencias de estudiantes con la declaración; hay que distribuirla a los profesores y en los seminarios de los universitarios de primer año. Las versiones corta y larga del mensaje deben de estar en todos lados — y ayudar a efectuar eso es una de las primeras maneras en que pueden participar los estudiantes.

Al mismo tiempo, hay que distribuirla y hacer agitación al aire libre en acciones consecuentes de manera que atraen la atención pública en lugares dentro o cerca de las escuelas donde los estudiantes cotorrean o andan pasando. Grandes ampliaciones de las fotos que salieron en el número de Revolución que contiene la declaración completa (#170) ayudarán a llamar la atención y sentar las bases de la discusión en los horrores concretos que vive la humanidad actualmente así como la revolución que necesitamos y la dirección que tenemos con Bob Avakian.

La agitación debe ser contundente y a la vez de tono elevado, congruente con el contenido y el estilo de la declaración (y debe incluir la lectura de partes de ella), encarnando y aplicando lo atrayente y lo positivo de lo que la revolución comunista representa. Hay que movilizar a los estudiantes en el acto a participar en la distribución de la declaración, a llevarse paquetes a sus residencias y clases, a captar por qué importa para hacer irrumpir las posibilidades y la efervescencia sobre la verdadera revolución en estos tiempos intolerables. A los estudiantes se les debe atraer a la discusión y el debate, con la idea de crear un lugar de gran efervescencia revolucionaria, donde se forman remolinos de discusión en que entran tanto las personas que son atraídas a la revolución o por lo menos a conocerla mejor, como las que son repelidas pero simplemente no pueden hacerle caso omiso.

Hay que poner énfasis en desmentir la MENTIRA MÁS GRANDE DE TODAS, explicando que “Los condenados de la tierra han hecho la revolución y se han embarcado en el camino hacia el comunismo —primero en Rusia y luego en China— y en hacerla han alcanzado grandes hazañas antes de que las fuerzas del viejo orden las hicieran retroceder. La verdad es que no solo se ha hecho esto antes, sino que podemos volver a hacerlo — y hacerlo aún mejor. Se oculta esta verdad y se miente al respecto, pero nosotros tenemos los hechos y el análisis para respaldar esto — se ha sintetizado de manera científica una formidable experiencia histórica y está a la mano para aprender de ella y como base para avanzar”.

Bob Avakian: “Un gran paladín y un gran recurso”

Otra parte del mensaje en que hay que hacer mucho hincapié: “Bob Avakian ha desarrollado la teoría científica y la orientación estratégica de cómo hacer concretamente la clase de revolución que necesitamos y está dirigiendo nuestro Partido como una fuerza avanzada de esta revolución. Él es un gran paladín y un gran recurso para la gente en este país y, de hecho, la gente en todo el mundo. Debido a Bob Avakian y a la dirección que está dando, es mucho mayor la posibilidad de la revolución aquí en este mismo país y del avance de la revolución en todo el mundo”.

Promover a Bob Avakian de manera audaz concentra todos los interrogantes sobre la revolución que necesitamos, si es necesaria o no, y qué es — y también las respuestas más concentradas están encarnadas en él y el conjunto de su obra. Esto debe ser un gran punto fuerte dirigente y fuerza atrayente de lo que estamos haciendo y no una “controversia que hay que evitar” o “algo que sacamos más adelante”. La gente debe sentir ansiosa a entrarle a su obra y conocer su vida — a leer su autobiografía From Ike to Mao and Beyond [en inglés] (¡que tengamos ejemplares a la mano!) y a ver su charla filmada, Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es, que estará en línea. Todos los que se toman a sí mismos en serio respecto a cambiar el mundo —o a quienes les toman en serio— deben sentir que no se lo pueden perder. Las tarjetas de mano y otros materiales de promoción deben estar a la mano por todos lados; una importante manera en que pueden contribuir los estudiantes es ayudar a distribuirla y a que se difunda de manera exponencial en el Internet.

Que haya mucha controversia y debate

Debemos dar la bienvenida a la controversia y el debate —sobre el contenido concreto del mensaje— y alentarlos. Lo que traemos será atrayente y tocará contundentemente en lo más profundo a muchos estudiantes, especialmente los de primer ano, que se están preguntando cuál significado tendrán sus vidas, en un momento de transición en sus vidas y en el mundo, y a quienes podemos ofrecer una vida con sentido — una manera concreta de entender los múltiples ultrajes, hipocresías y crueldades arbitrarias que muchos de esos estudiantes sienten pero aún no entienden cabalmente, y una manera de actuar. A la vez, esta orientación va directamente contra la opinión común sobre casi todos los temas en que estos estudiantes han sido adoctrinados. Esa contradicción debe constituir una fuente de efervescencia e interacción.

Los estudiantes deben quedar sintiendo que no pueden seguir con sus vidas como antes sin investigar más lo que se les ha revelado, leer la declaración, ver la charla Revolución y/o leer la autobiografía, buscar ellos mismos por el Internet o preguntar entre sus amigos para averiguar si todo eso es cierto, y de ahí regresar a plantear más preguntas a los revolucionarios, a quienes los deben poder encontrar siempre (o sea, los revolucionarios deben tener una presencia regular). Imaginamos un movimiento al cual los estudiantes pueden encontrar una entrada por medio de muchas diferentes puertas y de diferentes niveles de compromiso: chequear la revolución, compararla con otros modos de conocer y cambiar el mundo, probarse el agua metiendo el pie o aventarse en lo hondo si se convencen.

Es más, los revolucionarios deben sentarse con grupos de estudiantes, anochecerse en las cafeterías y cuartos de residencia de estudiantes, explorando y aprendiendo más sobre la manera en que los estudiantes ven el mundo y su papel en ello, adentrándose más en la revolución, el comunismo, y la obra y el rol de Bob Avakian. Es imprescindible dar inicio a ese proceso durante los primeros días de estar en las escuelas al mismo tiempo que seguimos proyectando una presencia muy audaz generalmente en las escuelas en general.

A quienes no les gusta lo que dice la declaración —estudiantes y profesores, tantos los reaccionarios abiertos como los tipos “progresistas” con su anticomunismo presumido— NO podrán hacer caso omiso a eso o rechazarlo fácilmente. Deben sentir obligados a buscar el debate. Y los revolucionarios deben estar listos y tener ánimo de entrarle y desafiar lo que plantean, de tono tajante pero también elevado. Debemos crear un ambiente de que “estamos listos a debatir con quién se presente” y proyectar audazmente la confianza de que todo lo que no alcance ser revolucionario es, en última instancia, pura paja. No debemos fingir que sabemos lo que no sabemos (y las demás personas tendrán más conocimientos de muchas cosas que nosotros y debemos aprender de ellas) pues sin embargo nunca debemos titubear respecto lo que SÍ sabemos y lo que debemos revelar a los demás y en torno del cual dirigirlas a actuar: que la humanidad necesita la revolución y que en Bob Avakian tenemos la dirección para hacer la revolución más liberadora en la historia de la humanidad.

Por medio de todo eso, los estudiantes —¡y nosotros mismos!— debemos aprender muchísimo, incluido lo que significa ser emancipador de la humanidad, distinguir diferentes líneas así como diferentes métodos, objetivos y morales. Si lo hacemos como se debe, la experiencia debería ser bien divertida y extremadamente estimulante. Eso también debe ser parte de lo que atrae a la gente a regresar y a discutir cada vez más a fondo.

El comunismo: El comienzo de una nueva etapa. Un manifiesto del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, pone el marco de lo que estamos haciendo y hay que promoverlo entre los estudiantes. Debe haber un ambiente permanente de retar al que quiera rechazar de antemano el proyecto comunista o que repita mecánicamente alguna “opinión común” o anticomunismo más “sofisticado”, a que debata con nosotros y que responda a lo que dice el Manifiesto. Respecto a eso, hay que promover también la reciente polémica contra Alain Badiou.

Un evento central en esta campaña de traer la revolución a las universidades será un discurso importante de Raymond Lotta que denunciara contundentemente todo el sistema de capitalismo-imperialismo y revelará por qué no es posible reformarlo ni redimirlo, lo tremendamente emancipadora que ha sido la verdadera historia del socialismo y lo viable y lo deseable del futuro de la revolución comunista debido a la dirección de Bob Avakian y su rol actual. El discurso de Lotta tendrá peso y un carácter transformador para todos que lo oigan, y hay que hacer de ello TODO UN EVENTAZO. Se debe correr la voz de que este revolucionario anda duro para revocar el veredicto negativo sobre el comunismo y para respaldarlo cuenta con los hechos, el análisis y el compromiso apasionado con la liberación de la humanidad. Los que están atraídos a la idea del comunismo pero que han oído que “nunca funcionará” deben saber que allí es donde deben traer sus preguntas más difíciles. Hay que voltearle al tortilla a la oposición de los reaccionarios, haciéndola parte de la creciente controversia y la sensación de que hay que oír y discutir el discurso de Lotta. Aquellos que se consideran críticos progresistas al orden actual pero que aprovechan sus credenciales de “radical” o incluso “marxista” para dictar que ni vale la pena discutir una verdadera revolución deben sentirse compelidos —por el ambiente y las expectativas generalizados por toda la escuela— a traer sus mejores argumentos y plantearlos ante lo que Lotta dirá.

Un nuevo enfoque para lograr abrir el ambiente actual

Por medio de todo eso, el objetivo de los revolucionarios no debe ser “encontrar a algunos estudiantes de pensamiento radical”, “cumplir con una cuota de distribución de declaraciones” ni siquiera “organizar un evento exitoso sobre el tema de la revolución y el comunismo”. Nuestro objetivo tiene que ser transformar radicalmente la vida de las escuelas en general. Las universidades deben ser lugares donde se busca la verdad, donde se rebela contra las trabas de la opinión común y de la estrechez de las relaciones basadas en las mercancías. Tenemos que revocar los veredictos negativos sobre la revolución comunista ante esta generación como parte de volver a subirlo al escenario en la sociedad y el mundo en general. Debemos hacer que irrumpa una amplia efervescencia radical y organizar dentro de ella —y como ancla para ella— un núcleo creciente del movimiento por la revolución en varios niveles y en una miríada de formas.

A todo eso lo debe impulsar la difusión cada vez más amplia de La revolución que necesitamos... La dirección que tenemos en la sociedad en general, y contribuir a magnificar este trabajo.

Al mismo tiempo lo que estamos emprendiendo en las escuelas y con esta campaña en general es algo nuevo. No quiere decir que recalentemos lo que hayamos hecho en el pasado ni que “hagamos mejor” lo que hicimos antes. Como dice la declaración, refiriéndose al hecho de que el partido mismo no ha sido suficientemente congruente ni audaz en hacer correr la voz y en actuar en consecuencia: “estamos cambiando todo eso — a partir de este momento”. Tenemos que trabajar con osadía, seriedad, creatividad y arrojo — y debemos aprender en ese proceso y compartir lo que aprendemos. Es muy importante que se comuniquen con nosotros en el acto las personas que están trabajando en eso sobre cada experimento que hacen, cada cosa nueva que intentan y desarrollan, cada avance sobre el que hay que construir y cada revés del cual hay que aprender. Manden informes a Difundir la revolución y el comunismo.

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Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es
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