Revolución #178, 4 de octubre de 2009


Ahora en Chicago

Una vez más, la policía mata a joven negro indefenso

“Miré al otro extremo de la cuadra y vi un camión del cual salía un brazo por la ventana con un arma grande y estaba disparando. Me eché a correr... porque eso es lo que se hace en estas situaciones. Las balas no tienen nombre”.

un testigo del asesinato
 de Corey Harris

El año 2009 comenzó con el asesinato policial de Oscar Grant el día del Año Nuevo, baleado en la espalda mientras yacía boca abajo en un andén de tren en Oakland. Este año, muchos más han sido asesinados por la policía. Recientemente, el 24 de agosto en Rockford, Illinois, dos policías blancos mataron a tiros a Mark Anthony Barmore de 23 años. Es posible que ya lo hayas adivinado antes de leer esta oración que Barmore era un hombre negro.

Ahora, otro joven negro indefenso ha sido asesinado a sangre fría, ahora en Chicago, en el caso más reciente de la epidemia nacional de asesinatos policiales.

* * * * *

El viernes 11 de septiembre fue el último día de la primera semana de clases en Chicago. Corey Harris, de 17 años de edad, salió de clase a las 2:56 p.m. Alrededor de las 3:30 estaba en la esquina de la 69 y la King Drive, donde empezó un altercado entre algunos jóvenes. Después de que un joven recibió un balazo en la pierna, la gente empezó a correr en todas direcciones.

En esa misma esquina había un hombre con un arma en un camión. Ese hombre era un policía fuera de servicio de Chicago. Según los testigos, el camión pasó chirriando por la intersección en persecución de Corey Harris, uno de los jóvenes que comenzaron a correr después de la balacera en la esquina.

Los testigos presenciales dijeron que unos minutos más tarde, en un callejón a una cuadra y media de distancia, Corey Harris cayó al suelo, intentó levantarse, y luego se desplomó y murió. El policía fuera de servicio lo había matado a tiros. Corey Harris murió de una bala en la espalda, según el informe del médico forense. Los testigos presenciales y la propia policía dicen que Harris no traía arma cuando fue asesinado. Al cierre de esta edición, no se ha divulgado el nombre del policía asesino.

La vida robada de Corey Harris

Corey Harris era un alumno tercer año en la escuela secundaria Dyett. Fue capitán del equipo de béisbol y un alero estrella del equipo de baloncesto. Los cazadores de talentos de las universidades habían estado presentes en sus partidos de baloncesto. Corey Harris era un hombre joven que tenía un montón de esperanzas y sueños. Tenía toda la vida adulta por delante y miraba hacia un futuro brillante. Tenía una hija de 8 meses de edad que ahora nunca va a conocer a su padre.

En entrevistas de televisión, el director de la secundaria Dyett elogió a Corey Harris. El entrenador de baloncesto dijo: “Tenía habilidades de liderazgo natural y teníamos fuertes elogios para el muchacho. Pensábamos que iba a ser una gran ventaja para nosotros, no sólo en el equipo sino en la escuela en su conjunto”. El equipo de baloncesto está dedicando su próxima temporada a Corey Harris.

La familia de Corey Harris quiere luchar para justicia y ha desenmascarado y denunciado la justificación del tiroteo por la policía y llamó al asesinato lo que es: asesinato a sangre fría.

Hubo una enorme agitación de cientos de personas en el velorio y el entierro de Corey Harris, entre ellos jóvenes de muchas escuelas secundarias. Eso fue una declaración de la manera en que Corey Harris era amado y respetado. Cientos de jóvenes llevaban puestas camisetas con la cara de Corey y mensajes personales escritos sobre ellas. Las personas confirmaron cuánto era apreciado Corey Harris: de parte de los profesores, los entrenadores, el director y chicos y chicas de muchos barrios diferentes.

La reacción y la respuesta

Algunos de los que fueron testigos del asesinato de Corey Harris se han indignado mucho. Un hombre dijo que nunca escuchó a nadie identificarse como policía, que vio al asesino, que resultó ser un policía fuera de servicio, acercarse y pararse sobre Corey después de dispararle. El policía llevaba puesto un chaleco antibalas negro sin ninguna inscripción de la palabra “policía”… sin placa, no había “policía” escrito en la espalda ni había alguna etiqueta con su nombre, ni nada. Otro testigo dijo que Corey Harris no tenía arma cuando le disparó y que nunca había ninguna arma apuntada al policía.

Otro testigo describió cómo la policía acordonó un área grande y no permitió que la familia de Corey Harris entrara para ver el cadáver. Este testigo consideró que la policía hizo eso porque trataba de ocultar las pruebas y confeccionar un cuento. También dijo que no había ninguna arma cerca de Corey y describió que, cuando algunas personas comenzaron a abrirse paso por el callejón y a portarse “rebeldes”, un policía dijo: “Ocúltenlo, cúbranlo”, en referencia al cadáver de Corey. Este testigo se indignó de que la policía ni siquiera hablara de Corey Harris como un ser humano.

El lunes por la mañana, el primer día de regreso a la escuela después del asesinato de Corey Harris, los estudiantes expresaron su conmoción y dolor. Los revolucionarios llegaron a la escuela con el número especial del periódico Revolución para los estudiantes de las secundarias, brazaletes negros de protesta y volantes con la foto de Corey con estas palabras: “Los días en que este sistema simplemente puede seguir haciendo lo que le hace a la gente en este país y en todo el mundo... en que la gente no tiene la inspiración ni la organización para hacerle frente a estas barbaridades y acumular las fuerzas para poner fin a esta locura... esos días deben TERMINAR. Y esto SE PUEDE hacer...” (de la declaración “La revolución que necesitamos… La dirección que tenemos”, Revolución #170, 19 de julio de 2009).

Los estudiantes se llevaron los brazaletes negros como una manera de protestar por el asesinato y algunos de ellos se los llevaron a la escuela para obsequiarlos a otros estudiantes. Los estudiantes también se llevaron ejemplares del periódico, y muchos de ellos señalaban el afiche de la contraportada para el Día Nacional de Protesta para Parar la Brutalidad Policial, la Represión y la Criminalización de una Generación del 22 de octubre. Algunos estudiantes recortaron la foto y el nombre de Corey Harris del volante y la pegaron en sus mochilas. Los estudiantes de escuelas cercanas que pasaban por allí también se llevaron brazaletes y volantes. En la escuela los estudiantes llenaron una manta de 10 metros con mensajes sobre Corey Harris.

Los estudiantes que venían caminando desde las vecinas escuelas preparatorias dijeron: “Ustedes tienen que venir a nuestra escuela y hablar acerca de esto, lo único de que hablan ahí es de ir a la universidad. Nunca hablan de lo que enfrentamos en nuestra vida”. Abrimos el periódico y miramos las páginas centrales con la parte de “Imagina” de la charla Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es en que Bob Avakian habla de cómo serían las cosas en una sociedad revolucionaria, lo que incluye cómo las escuelas serán transformadas.

Llevamos el número especial del periódico Revolución (#176, 13 de septiembre de 2009) para las y los estudiantes de las secundarias y escuelas medias y el volante sobre Corey Harris a varias otras escuelas. En una escuela alternativa varios guardias de seguridad de la escuela se insertaron sin invitación en una conversación nuestra sobre la brutalidad policial y sobre la revolución con varias mujeres jóvenes. Los guardias trataron de mentirles, diciéndoles que los revolucionarios “aprovechaban su ignorancia”. Había algunas mujeres jóvenes cuyo amigo había sido asesinado por la policía y que habían marchado con nosotros en las protestas alrededor de eso. Encararon a los guardias, diciéndoles: “Al carajo la policía”. Un guardia respondió con una cita de la Biblia que dice que “hay un tiempo de nacer y un tiempo de morir” y que era el “tiempo de morir de Corey”. Eso enfureció a los estudiantes y una le gritó a los guardias mientras se alejaba: “¡Dios no mató a esas personas, la maldita policía las mató!”

En otra escuela alternativa en el lado norte de la ciudad, donde algunos estudiantes habían recibido el número especial para las escuelas medias y secundarias del periódico Revolución, lo que comenzó como una discusión de 20 minutos sobre el asesinato de Corey Harris y la brutalidad policial se convirtió en un debate intenso de dos horas. Los estudiantes hablaron de su amarga experiencia con la policía y su indignación por el asesinato de Corey Harris y la brutalidad policial generalizada. Muchos consideraban que la sociedad y las personas mayores están en su contra. Describieron la forma en que los criminalizan, y no solamente de parte de la policía. Tocaron el tema de la violencia que se perpetúa contra los jóvenes y entre ellos, cómo eso es su realidad. Y se dio un gran debate sobre cuál es la causa y cuál es la solución de todo esto. ¿Es la causa el racismo y la gente blanca? O, como los revolucionarios argumentaban, ¿se halla en los cimientos del sistema capitalista, en un sistema que no puede existir sin la opresión nacional y una fuerza policial que la impone con la brutalidad? Se debatió acerca de la revolución y el comunismo y si eso es lo que se necesita o si se pueden resolver estos problemas sólo con cosas como la educación mejorada.

Se dio lucha en otras escuelas acerca de si los estudiantes van a ponerse de pie y actuar contra el asesinato policial de Corey Harris y otros como él. Algunos estudiantes dijeron: “Sí, ya sé que lo que le hicieron a Corey Harris estuvo mal. Ya sé acerca de la brutalidad policial. Pero yo no sé si voy a hacer algo al respecto”.

Los revolucionarios les lanzaron un reto diciendo: “¿De qué será tu vida?” y leyeron la cita de la autobiografía de Bob Avakian que dice: “Si usted ha tenido la oportunidad de ver el mundo como es en realidad, puede encaminar su vida por rumbos profundamente distintos. Puede entrarle a la vida de comer o ser comido, y muy probablemente ser devorado en el proceso de salir adelante. Puede meter el hocico en el comedero y atascarse lo más que pueda, y empujar a los demás para agarrar más. O puede dedicarse a hacer algo que cambie completamente la dirección de la sociedad y el mundo”.

Antes del entierro de Corey Harris, los revolucionarios platicaron con un representante de la familia acerca de cómo lo que ocurre durante el entierro podría ser una poderosa declaración de su llamamiento para la justicia. Los representantes de las familias dieron la bienvenida a la idea de formar una “guardia de honor” que cubriera la acera fuera de la funeraria.

Mientras que las personas llegaban para el velorio y el entierro, pasaban por esta “guardia de honor” silenciosa formada por afiches de los rostros de las personas cuyas vidas habían sido robadas por la policía en ciudades de todo el país, entremezclados con afiches de Corey Harris. Este acto de acusación visual del asesinato policial de Corey Harris y de toda la epidemia de asesinatos policiales fue muy apreciado. Muchas personas se dieron la mano a las personas de la guardia de honor y dijeron: “Gracias por hacer esto, se tenía que hacer esto”. Los miembros de la familia se llevaron algunos de los afiches de Corey Harris adentro de la funeraria, y otras personas los ponían en la parte trasera de los coches estacionados, donde se les podía ver desde la calle. Hubo una respuesta claramente positiva al Día Nacional de Protesta para Parar la Brutalidad Policial, la Represión y la Criminalización de una Generación del 22 de octubre.

La policía que sirve a este sistema del capitalismo-imperialismo utiliza su poder armado para mantener e imponer este tinglado opresivo que no ofrece a las masas de jóvenes ningún tipo de futuro. En una sociedad socialista y revolucionaria con la meta del comunismo y la emancipación de toda la humanidad, se valoraría a los jóvenes por sus vidas y contribuciones y las fuerzas de seguridad harían todo lo posible para resolver una situación, incluso arriesgar la vida propia de tomar la vida de la gente.

No podemos tolerar lo inaceptable. No podemos aceptar la epidemia de asesinatos policiales contra los jóvenes negros en las ciudades por todo el país. No podemos aceptar una situación donde no hay ningún futuro para la juventud. Tenemos que “Luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución”. Como se escribió en un artículo sobre las protestas del pueblo contra el asesinato de Oscar Grant en Oakland, la “poderosa resistencia puede cambiar el ambiente en la sociedad en que demasiadas personas aceptan lo inaceptable. Puede darles ánimo a aquellos que este veredicto tiene bajo una pena capital constante. Puede alentar a mucho más gente a unirse para resistir. Puede ser una poderosa fuerza para construir un movimiento revolucionario apuntado a acabar con este sistema asesino” ("¡El pueblo exige justicia para Oscar Grant!" Revolución #153, 18 de enero de 2009).

Decimos ¡NO MÁS! ¡No más vidas robadas!

¡Justicia para Corey Harris!

¡Levántate y resiste!

¡Acusen, condenen y encarcelen al policía asesino!

¡Todo el sistema es culpable!

Envíenos sus comentarios.

Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.

Basics
Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es
From Ike to Mao and Beyond