Revolución #205, 27 de junio de 2010


Difundiendo el Mensaje y Llamamiento: “La revolución que necesitamos… La dirección que tenemos”

Nuevos brotes, nuevas cuestiones

En algunas comunidades claves alrededor del país la campaña, “La revolución que necesitamos… La dirección que tenemos” está empezando a hacerse visible. Más de 187.000 copias en formato grande del Mensaje y Llamamiento del PCR fueron distribuidas en 10 días y algunas vivas escenas revolucionarias fueron creadas en las calles que hicieron que las personas prestaran atención, lo leyeran, tomaran copias para distribuir a sus amigos, donaran fondos para la revolución y preguntaran, “Quién es ese hombre en la camiseta” Este es un buen comienzo para el gran esfuerzo del verano de distribuir un millón de copias.

Aunque no hemos alcanzado completamente una situación en estas comunidades donde la revolución se está pujando lo suficiente en el mundo de la gente de modo que está chequeándolo y debatiéndolo a una escala muy amplia, en estos 10 días mucha gente nueva se ha puesto en contacto con la revolución, se ha generado alguna controversia y hay algunos focos de personas que empiezan a forcejear entre sí y gente nueva está ofreciéndose y ayudando a difundir el mensaje y la campaña.

Estos son algunos nuevos brotes importantes y una tarea crucial en forjar el movimiento revolucionario es darles seguimiento y desarrollar esos brotes.

Las personas que han visto la imagen de Bob Avakian y leído en el mensaje sobre el liderato revolucionario que él está dando y quieren saber más acerca de todo esto; y las personas que se han animado a distribuir el mensaje de varias maneras necesitan tener la oportunidad de ver la Charla Revolución y averiguar por sí mismas lo que Bob Avakian está diciendo y quién es. Necesitamos asegurarnos que todos ellos tengan una copia de la versión completa del Mensaje y el Llamamiento y necesitamos que conozcan el periódico Revolución y hablarles sobre el rol vital que éste juega en decir la verdad sobre este sistema y como un andamiaje para este movimiento revolucionario, y platicarles sobre la necesidad de contribuir regularmente al periódico Revolución. Las contribuciones regulares al periódico representan una manera en que muchas personas inmediatamente pueden dar apoyo concreto al movimiento revolucionario aun cuando estén aprendiendo más acerca de esto. Esas cosas son formas importantes en que el movimiento revolucionario pueda echar más profundas raíces y construir un cimiento más firme desde el cual expandirse.

Abajo hay algunas escenas del esfuerzo a nivel nacional.

 
  Como parte de dar a conocer a Bob Avakian en toda la sociedad, su imagen está apareciendo por todas partes. Arriba, una proyección en un muro, Los Ángeles.

Un hombre negro del rumbo pasó para decirles a los revolucionarios que a su hijo de 14 años le habían dado una detención juvenil de dos años. Él ardía de rabia. “Quiero pregonarle al mundo sobre este maldito sistema”. Iba de camino a su trabajo y dijo que no podía unirse a nosotros en ese mismo momento. Tomó algunos mensajes y se fue, pero volvió. “¡Dame algunas más! Los repartiré en mi trabajo y por el camino”. Otra persona que conocemos dijo como muchos otros: “Ya lo tengo, ya lo tengo”. Dijo que alguien puso el mensaje debajo de su puerta, y su esposa y su hijo lo trajeron a casa. “Está por todas partes”, dijo.

En la noche del sábado tuvimos dos voluntarios nuevos con nosotros: uno que hasta ahora está conociendo sobre la revolución por medio de un amigo y una joven de secundaria que venía apurada a la esquina, sin aire, preguntando si aceptamos voluntarios. Se animó a volantear y al final de la noche los muchachos jóvenes se juntaron para conocerse y enterarse más de lo que se trata este movimiento para revolución y de Bob Avakian.

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Siendo tan importantes las representaciones visuales, la imagen tuvo un papel importante para llamar la atención de las personas y hacerles volar la imaginación. En algunas ocasiones se voltearon después de haber recibido un mensaje, y regresaron solamente para preguntar: “¿Quién es ése?”. Les impactó la imagen a un nivel que parecía estar “en todas partes” más de lo que habíamos logrado hacer nosotros solos. Varias personas se nos acercaron a decir: “¿Quién es? He visto esta foto EN TODAS PARTES”.

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Los que recaudaron fondos con cubetas grandes en un festival de arte en el centro dijeron que tenía un importante efecto cuando planteaban que era parte de una campaña nacional para distribuir 200.000 en 10 días y un millón durante el verano — que comunicaba una visión de lo que queremos lograr. Las personas metían billetes de a $5 y de a $10 a las cubetas. Era muy importante que la imagen de Bob Avakian tuviera una presencia impactante y que se distribuyeran como 1200 tarjetitas de la imagen esa tarde. Cuando algunos de nuestro equipo estaban saliendo, un tipo se les puso en frente y dijo: “Bueno, tengo que saber — ¿!QUIÉN ES aquél en sus playeras?!” Esa tarde distribuimos casi 3.000 volantes y recaudamos $91.

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Tocamos cortos de la charla Revolución en algunas de las tiendas, siempre distribuyendo tarjetas para la charla de una manera que nunca habíamos hecho antes, en respuesta a su curiosidad, un sentimiento que encontramos mucho más que en el pasado cuando solamente distribuimos volantes. Uno de los músicos que se unió a nuestro equipo instaló un sistema de sonido que impactó poderosamente, haciendo oír la voz del presidente hasta en la estación del tren.

Hay una buena base para movilizar gente para este picnic contra el 4 de julio en este barrio, pues hemos establecido una presencia diferente entre muchas personas que nos han visto a través de los años, nos han oído hablar de la revolución pero que ahora sienten que algo nuevo está pasando, un movimiento con un líder que quieren conocer más.

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Otro fenómeno bastante predominante era que las personas se llevaban paquetes del mensaje para distribuir a otras personas y en más de una decena de casos regresaban por más. En un proyecto de vivienda que ha sido el blanco de abuso policiaco, alguien se llevó un paquete de volantes y los distribuyó a los inquilinos, luego vino por más. Se veían paleteros que distribuían el llamamiento en sus carritos. Pasamos por una lavandería y un joven latino se nos acercó para pedirnos otro paquete. Cuando dimos vuelta al otro lado de la lavandería, una latina nos pidió un paquete de tarjetitas de mano con la imagen. Resultó que era la esposa del hombre que se nos había acercado y que ella quería la imagen porque podía ser la foto del hombre del cual habla el volante.

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