Revolución #253, 18 de diciembre de 2011


El diálogo entre Cornel West y Carl Dix en la UC de Berkeley:

Miles se presentan para un programa transformador sin precedentes

"Carl Dix y Cornel West esta noche... Incluso desde el 99ª sala para el público que no cabía, el evento es tan increíblemente poderoso".

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"Fantástico, el mejor evento jamás en la UCB. Bien calendarizado con lo que ha pasado, intelectualmente estimulante, conmovió emocionalmente al público y relevante".

Administrador de la UC

"Por e-mail, los estudiantes decían que su vida nunca sería igual".

Profesor de la UCB

Corrió la voz por el plantel de la Universidad de California-Berkeley (UCB) y en muchos más en el Área de la Bahía, vía volantes en las acciones Ocupar, e-mail en e-listas de departamentos y organizaciones estudiantiles, anuncios en clases y de boca en boca, en las semanas previas al diálogo del 2 de diciembre entre Carl Dix y Cornel West, "En la era de Obama… Terror policial, encarcelamiento, falta de empleos, educación errónea: ¿Qué futuro hay para nuestra juventud?" Por ende, los estudiantes, docentes, simpatizantes de Libros Revolución y otros organizadores del evento esperaban un salón lleno de mil personas en el Pauley Ballroom y habían reservado dos salones para dar cabida a 800 más. Pero en las horas previas al evento, quedó en claro que algo más, algo nuevo y extraordinario, estaba aconteciendo.

En octubre y noviembre, la Universidad de California presenció un despertar y levantamiento no visto en la escuela desde los años 60, un centro nacional de lucha estudiantil contra recortes presupuestales, el movimiento Ocupar, indignación por abusos policiales y racismo en los planteles, con reuniones de miles de estudiantes, docentes y gente de las comunidades y el estallido de fuerte lucha sin tregua contra rectoría y la policía, y en las semanas anteriores, una venta de postres de los republicanos universitarios racistas contra la acción afirmativa. Por lo tanto, personas de diversos orígenes, del movimiento Ocupar, grupos de estudiantes afroamericanos, estudiantes que estudian la encarcelación en masa y la violencia policial y otros habían estado trabajando de diversas formas para llevar el diálogo a la universidad. Veinte departamentos y centros académicos, y organizaciones estudiantiles y la asociación estudiantil, de la UCB, y varios grupos comunitarios patrocinaron el diálogo.

En un mail, un administrador dijo que el diálogo traería voces singulares al plantel y enriquecería la discusión sobre "el sistema de justicia penal, el racismo estructural, la justicia económica". Una estudiante negra le dijo a Revolución: "La uni ni siquiera ha tenido otro evento así con una conversación importante entre dos intelectuales negros ante un público muy grande, ni mencionar temas como la revolución".

El 2 de diciembre de 2011, durante horas antes para entrar el público hizo cola hasta donde alcanzara la vista. Algunos decían que recorrió la mitad del plantel desde Pauley por la biblioteca, otras decían que alcanzó a la calle Hearst, probablemente 1 km. Desde la uni y de toda el Área de la Bahía, acudió el público, con alguna gente en grupos organizados, como 30 alumnos de secundaria y maestros de San Francisco. Acudieron estudiantes de Mills, Laney, SF State, Cal. State East Bay y San José State, además de activistas y personalidades prominentes de la comunidad y muchos participantes en el movimiento Ocupar, y también gente desde Los Ángeles y hasta Las Vegas.

"¡Rayos y centellas! Una LARGUÍSIMA cola de gente para ver a CARL DIX, CORNEL WEST — ¿QUÉ FUTURO HAY PARA NUESTRA JUVENTUD?, un alucine", twitereó alguien. Cientos y cientos aún estaban formados después de que se metieron 1.800 en Pauley y dos salones para el exceso.

El Pauley Ballroom estaba electrizado. Tras la bienvenida de parte de un senador de la Asociación Estudiantil de la Universidad de California, dos representaciones de palabra hablada de parte de dos estudiantes de la uni y las presentaciones de parte de los dos moderadores, un docente de la uni y un estudiante de posgrado, Carl Dix se subió al escenario.

Carl Dix: "¡Bienvenidos revolucionarios, Berkeley!"

Carl Dix empezó por echar un grito revolucionario a Berkeley, "el hogar del movimiento de libertad de palabra… donde Bobby y Huey fundaron el Partido Pantera Negra… Berkeley me tiene otro elemento de importancia: el presidente del Partido Comunista Revolucionario, Bob Avakian, tiene sus raíces aquí… todo eso se conjunta en el carácter especial de Berkeley para mí".

De ahí se metió a lo que enfrentamos, la clase de sociedad y mundo liberado que podríamos gestar y cómo podríamos hacer una revolución.

Pintó un lienzo gráfico de las personas de todo el mundo en contra de los horrores de este sistema global, en África central agobiadas por conflictos impulsados por la rivalidad intensificada entre imperialistas por el control de los recursos, el tráfico de la esclavitud sexual contra 2.5 millones de mujeres del sur de Asia y Europa Oriental. También señaló las fronteras de Estados Unidos, con horrorosas cosas como leyes antiinmigrante tipo nazis, ataques a homosexuales y un análisis de la opresión brutal que los negros han vivido desde que fueron raptados y traídos hacia este país. Analizó las raíces del Nuevo Jim Crow, recalcando que no es culpa de los jóvenes que nacieron en un mundo en que en muchas ciudades "la mitad de nuestros jóvenes nunca encontrarán empleo, tal es el futuro que éstos enfrentan". Subrayó que todo eso se debe al funcionamiento del sistema capitalista pero también es el resultado de políticas y leyes deliberadas que constituyen un genocidio lento.

Entretejió todo eso acogido por grandes aplausos: "Así que eso es lo que enfrentamos y al final de las cuentas, no existe ninguna salida para lidiar con estas cosas salvo hacer una revolución y deshacernos de este sistema de una vez para siempre. Eso es la pura verdad, hermanas y hermanos. Enfrentamos eso y por eso tenemos que tomar acción en su contra".

Luego, destacó: "El más importante mensaje que quiero darles es que la situación NO tiene que ser así, que mediante una revolución comunista podríamos cambiar todo eso. Bob Avakian ha estudiado profundamente y ha desarrollado un nuevo análisis, una sociedad tanto viable como una que se transite hacia el comunismo". En repuesta a la idea común de que el comunismo ha fracasado, Dix dijo: "Considérese qué es la fuente de eso, de que es la misma gente que no les dice la verdad sobre la historia, sobre la situación actual de la sociedad de Estados Unidos y del mundo, y que no les dicen cómo la situación llegó a ser así. Ésa es la gente que les está diciendo que el comunismo ha fracasado y hermanas y hermanos, también les están mintiendo al respecto".

En un ejemplo de lo que la sociedad socialista haría posible, Dix comparó la falta de educación y la educación errónea que los y las jóvenes reciben en Estados Unidos con la manera de manejar la educación en la nueva sociedad socialista que le enseñaría al pueblo a pensar críticamente y a ser capaces de conocer la verídica historia y naturaleza de las cosas. Llamó la atención sobre la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto) e instó al público a adquirirla y leerla. Dio un ejemplo de lo que el pueblo no aprende en esta sociedad, explicando por qué Haití es tan pobre: no se debe a que el pueblo haitiano está hecho un desastre sino a que el colonialismo y el imperialismo ha estado estrangulando al país desde que el pueblo se sublevó en una revolución. En contraste, en la nueva sociedad el pueblo aprenderá la verdad de la historia y toda la realidad. Ahí enseñarían nuevos valores y animarían a pensar críticamente y a hacer uso de sus conocimientos para cambiar el mundo. Recalcó que sería posible alcanzar eso solamente mediante la realización de una revolución para cambiar el sistema.

Habló de la estrategia para la revolución, refiriéndose al documento "Sobre la estrategia para la revolución", enfatizando la necesidad de "Luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución" y "la necesidad de difundir la revolución en todas partes, y hay que extender la pionera dirección, obra y visión de Bob Avakian, el líder del Partido Comunista Revolucionario. He aquí un líder que ha desarrollado un marco y un guión que examinan esa cuestión de manera global y exhaustiva, que te da en un sentido básico un entendimiento de por qué el mundo es como esto, pero también una visión de cómo podría ser diferente y mucho mejor. Pues, piensen en el impacto de eso sobre las personas que están parándose y cuestionando las cosas, que tengan un marco con que puedan examinar, indagar y debatir, con que puedan desarrollar puntos de acuerdo y puntos de desacuerdo….

"Partiendo de la importancia que reconocemos de llevar la obra y la visión de Avakian a todas partes, el Partido Comunista Revolucionario ha lanzado una campaña para recaudar muchísimo dinero, el dinero necesario para llevar esa obra y esa visión a todos los rincones de la sociedad".

Describió lo que él y Cornel West habían estado haciendo para poner fin al parar y registrar en la Ciudad de Nueva York y que estaban llevando esta iniciativa a todas partes, entre ellas Ocupar Wall Street. El público rompió en aplausos dos veces durante esa parte del discurso.

Terminó con la cita 1:13 de Lo BAsico de forma de llamada y respuesta, y la mayoría del público respondió con entusiasmo: "Probando. Probando. Probando. 'No más generaciones de nuestra juventud, aquí o a través del mundo, cuyas vidas se acaban, cuyo futuro ya está sellado, que han sido condenados a una muerte temprana o a una vida de miseria y brutalidad, que el sistema ha destinado a opresión y al olvido incluso antes de que nazcan. Yo digo no más de eso'. Y al decir no más de eso, tenemos que actuar para plasmarlo".

Cornel West: "Los jóvenes tienen hambre y sed por la verdad y la justicia"

Después, el Dr. West se subió al podio. Rápidamente retomó los temas centrales: "Si uno está comprometido con la verdad y la condición de la verdad es permitir que el sufrimiento hable. Si uno está preocupado por la justicia, y ésta es la manera en que se ve el amor en la sociedad en público, por eso, si uno ama a los pobres… no puede soportar el hecho de que éstos reciben un trato injusto. Por eso estamos aquí".

Repetidas veces, West bebió de las fuentes de la cultura afroamericana, salpicando su discurso, como escribió el Daily Californian, "con humor y referencias al jazz", tratando "temas desde la falta de responsabilidad de los ejecutivos de Wall Street... hasta las prioridades políticas 'perversas' del gobierno federal. 'Los jóvenes están hartos de mentiras… y armas de distracción masiva'".

West citó el himno de los años 60 de Sly Stone: "¡Levántate! Te has estado sentado por demasiado tiempo", comparándolo con "demasiados jóvenes nuestros que se dejan amarrar en esta cultura de espectáculo superficial en que se les dicen que ser humano quiere decir estar excitado y estimulado y de eso se vuelven adictos y automedicados para que se mantengan sonámbulos".

Habló repetidamente del movimiento Ocupar, primero, que el movimiento Ocupar ha sido un despertar crucial, y lo comparó con los 30 años de una "edad de hielo" en este país "donde está de moda ser indiferente hacia los pobres" y los condenados de la tierra. "De lo que tenemos que hablar es del poder oligárquico, del poder plutocrático. Miles de millones de dólares en la cima. Millones de millones de dólares proporcionados a los de arriba porque son demasiado grandes como para fracasar".

Hizo un mordaz análisis del tipo de sociedad de la cual surgió el gángster rap: "¿De dónde vino el gángster rap? Mirando a los viejos y diciendo que actúan como gángsteres. Miraron Wall Street y vieron actividad gangsteril. Miraron la Casa Blanca y vieron selecciones en lugar de elecciones. La decisión de la Corte Suprema contra el voto popular. Miraron a los políticos y dijeron: 'Por Dios, el Congreso se parece a un lugar de soborno legalizado y corrupción normalizada con 26 cabilderos por cada congresista'. Dijeron que todos se preocupan del XI mandamiento: que no seas pillado". Eso prendió risas en el público conocedor.

West recalcó lo vacuo de esta cultura y sus estándares de moralidad: "Durante los últimos 35 años se ha dicho a los jóvenes de todos los rincones de esta nación que aspirarán al éxito. ¿Qué quiere decir éxito? Juguetes materiales, estatus, riqueza, poder y acomodarse con la injusticia". Eso suscitó muchos aplausos.

West planteó un tema crucial de su discurso y del diálogo: "Junto con mi querido hermano Carl Dix, rechazamos aceptar la noción de que no existe ninguna alternativa al presente. No deferiremos al truncado discurso público que dice que el único límite para nuestra política es elegir entre un Partido Republicano mezquino y mendaz o un Partido Demócrata tímido e ineficaz. Rechazamos confinarnos en esa clase de límite. Queremos algo diferente. ¡Queremos otro mundo! ¡Queremos un mundo mejor! Queremos más imaginación. Queremos más empatía. Ellos dicen: 'Pues, eso es pura utopía. Pues, están soñando.' ¿Y qué hay de malo en soñar?"

West mencionó la importancia de distinguir entre la justicia y la venganza (tema que retomaron en el diálogo). "Cuando hago una crítica de la oligarquía, no estoy hablando de odiar a los oligarcas, estoy hablando del uso del poder oligárquico, que es una elección. Es una decisión. No estamos satanizando a nadie; estamos satanizando a sistemas.… Existe una diferencia cualitativa entre justicia y venganza y no es necesario leer El Mercader de Venecia de Shakespeare para saber la diferencia".

Dijo que dado el movimiento Ocupar y la represión en su contra: "Estamos frente a una disyuntiva. Uno puede meterse en la ira, la venganza y la intolerancia o puede elegir el amor, la justicia y la igualdad".

Dialogando sobre el amor, los sueños, el comunismo, el valor y más

Cuando Cornel West finalizó, se sentó al costado de Carl Dix, al centro del escenario, con motivo de un extenso, profundo y estimulante diálogo que abordó una amplia gama de temas. Dix lo inició refiriéndose al punto de West que habla del amor como motivador para el pueblo y la importancia de soñar con un mundo radicalmente diferente y que todo esto es muy diferente a que uno se motive por venganza. West respondió que la cuestión del amor y el odio "tiene que estar vinculada a un análisis sistemático del poder" y enfatizó la importancia del valor político y actuar según principios, mencionando lo importante es el hecho de que Avakian distingue entre "la justa indignación y la venganza".

Sobre puntos clave tuvieron una profunda unidad compartida, además de fuertes desacuerdos, entre otras cosas, sobre la religión y cómo evaluar a Stalin, Mao y la primera ola de revolución comunista. Desde el principio se palpaba "un diálogo, no solo un enfrentamiento", como dijo un estudiante, entre dos personas que se quieren y se respetan entre sí y las ideas del otro mientras abogaban apasionadamente por sus creencias.

En conversaciones posteriores con muchas personas, resultó claro que la velada había sido muy inspiradora y estimulante. "La mayoría de las personas estaban muy entusiasmadas, calificándola de sorprendente, inspiradora, impresionante, potenciadora, poderosa, verídica, maravillosa, vigorizante, fabulosa y absolutamente sensacional", resumió un reportero de Revolución. "Estaban estupefactos". Los estudiantes y docentes, de la Universidad de California así como de otros colegios, describieron la velada como algo que "les cambió la vida". Un académico dijo que fue "fantástico" y el "mejor evento jamás en la universidad"; agregó: "Bien calendarizado con lo que ha pasado, intelectualmente estimulante, conmovió emocionalmente al público y relevante".

Algunos literalmente lloraban al describir cómo se sentían después. Otros comentaron qué tan atento estaba el público al escuchar los largos y serios discursos y el diálogo. En las conversaciones con decenas de personas figuraron, entre otros temas, la esperanza de que la situación pudiera ser diferente, la alegría de que tantas personas diferentes acudieran a un evento con estos conferencistas y estos temas, la renovada energía y compromiso en la lucha contra la injusticia y la opresión, un sentido de que se ha forjado nuevo terreno para el debate de grandes ideas y, en una parte importante de la audiencia, un deseo de conocer más sobre la revolución, el comunismo y Bob Avakian.

La esperanza, como resultado del repunte Ocupar, fue un gran tema. Una mujer negra, estudiante de toxicología de la Universidad Estatal de San José, le dijo a Revolución: "En realidad me siento con mucho poder". Otra persona dijo: "Nuestra juventud podría tener un futuro sin límites si dejáramos de ser sonámbulos y pusiéramos atención y nos diéramos cuenta de que tenemos poder y podemos cambiar y desmantelar el sistema". Una maestra dijo: "¡El diálogo profundizó aún más mi urgencia de enseñar con una mayor energía para despertar a mis alumnos!"

"En serio me gustó todo", dijo una estudiante de la universidad. "Era como si fueran revolucionarios sociales de su tiempo, bueno, y a la vez… pasando la antorcha. Ya es nuestra hora. El movimiento Ocupar y la reanimación de nuestra democracia y ese estímulo y potenciación. De creer en nosotros. Es increíble escuchar todo eso de esos grandes líderes". Su amigo, al preguntársele sobre el tema del futuro para la juventud, respondió: "No tiene que ser así, es posible cambiar el status quo. En serio eso es inspirador".

"El diálogo es inspirador y optimista sobre lo bueno de una comunidad de protesta", comentó un joven negro.

"Se celebró este evento en el momento justo", un estudiante de segundo año le dijo al Daily Cal. "Al surgir el movimiento Ocupar y al poder verlo en nuestra universidad, al parecer Cornel West y Carl Dix avivaban la chispa de la pasión por el movimiento".

"La primera cosa que me sorprendió es que cuando llegué, la fila se extendía un cuarto de milla ¿o algo así? Fue sorprendente", nos dijo un hombre treintón que conocía algo de Carl Dix y el PCR. "Pero no obstante yo no estaba preparado. Fue como si naciera de nuevo o algo así. Eso es una rara metáfora religiosa pero fue tan re-vigorizante e infundía esperanza. Meramente ver a todos estos jóvenes compartiendo todo ese compromiso. Eso fue tan asombroso. Sentía que estaba a punto de llorar en varios momentos".

La manera en que los dos conferencistas dialogaron y se relacionaron entre sí dejó una impresión profunda y al parecer creó un espacio nuevo para la gente en que pensar, imaginar y chequear puntos de vista distintos e ideas muy grandes. "Por la manera en que dos hombres quienes sostienen desacuerdos fuertes sobre la religión y una historia cierta, al vencer aquella diferencia a fin de abogar por la verdad, eso los unió por una hermandad bella", dijo alguien. "Siento que he encontrado a mis hermanos y hermanas espirituales".

Un joven latino dijo: "Hablaban de la verdad, y cada vez que uno habla de la verdad, no puedo sino temblar".

Un negro cuarentón que trajo a un joven a quien le hace mentor, dijo: "Ya vi al Dr. West a Cal State East Bay hace unas semanas. Fue muy bueno oír algo del mismo mensaje, lo ajustó un poco para el público. Pero al oírlo en combinación con lo que dijo Dix, eso me gustó porque están en términos opuestos pero todavía tenían un hilo común en el medio. ¿Que no? Hablo a la gente todo el tiempo y siempre digo que podemos sostener un discurso pero no estar de acuerdo. Para mí este diálogo es un ejemplo de ello. Para mí, eso es invalorable".

Una importante porción del público se sentía intrigado por la discusión de Dix del comunismo revolucionario y Bob Avakian y quería conocer más. "Me gustó especialmente la parte sobre el comunismo", dijo un joven negro de secundaria. "He investigado el comunismo pero la vieja versión. Así que fue muy interesante conocer la manera en que lo han revisado, para hacerlo en una situación distinta, la manera en que se aplica ahora".

A una estudiante de toxicología con quien habló Revolución le encantó Cornel West; agregó: "Efectivamente me gustó [Carl Dix] porque él es un comunista pero en realidad no sé mucho sobre el comunismo, así que [al señalarle a Lo BAsico y a la Constitución que ya había comprado] voy a ir a casa para leer sobre eso y descubrirlo. Ya sé que los estadounidenses tienen esa idea que el comunismo no es tan bueno, pero no importa, voy a descubrirlo para mí misma y voy a apoyarme en eso".

Los comentarios de Dix sobre el comunismo y su promoción de Bob Avakian también suscitaron muchas preguntas fuertes y controversias. Una estudiante nos dijo: "Cornel West fue asombroso, fue inspirador. Me encantó Cornel. Él está por el amor y la justicia. Carl Dix fue demasiado absoluto, al decir que el socialismo y el comunismo son la única manera de resolver los problemas del capitalismo. No soy capitalista, pero por qué dice que la única manera es una revolución, eso es demasiado blanco y negro. ¿Dónde ha creado el socialismo una sociedad mejor?"

El evento se levantó a la 11 de la noche, pero grupos pequeños de gentes se quedaban en la sala, como si no pudieran recibir lo suficiente y quisieran continuar disfrutando la atmósfera. Una estudiante coreano-estadounidense a quien Revolución le hablaba expresó abiertamente su euforia. Quiso llevarse como recuerdo un afiche del evento que estaba pegado sobre el podio, como si fuera una especie de Woodstock. ¿Qué le llamaba la atención? Lo que dijo Carl Dix sobre luchar por la verdad y vivir según ella. "Eso resonó mucho conmigo".

Resulta claro que mucho más de esta noche sin precedentes continuará resonando de diversas formas en muchísimas personas.

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C-SPAN filmó el diálogo y lo transmitirá, probablemente en diciembre de 2011. Manténgase sintonizado a los detalles en revcom.us. Para conseguir más información y maneras de llevar el diálogo a su escuela, comuníquese a:

A Dialogue Between Cornel West & Carl Dix
Box 941 Knickerbocker Station
Nueva York, Nueva York 10002-0900
Teléfono: 866-841-9139 extensión 2670
E-mail: cornelcarldialogue@gmail.com

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