Mitin "Adelante sobre el clima"... y el verdadero camino para adelante

31 de marzo de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El 17 de febrero de 2013, la gente acudió en masa a Washington, D.C., para el mitin Forward on Climate (Adelante sobre el clima) convocado por 350.org, el Sierra Club y el Hip Hop Caucus, y apoyado por decenas de grupos más.

Los organizadores dijeron que 50.000 personas participaron, lo que convierte el mitin en la mayor concentración sobre el cambio climático de la historia estadounidense. Había personas de 30 estados y de otros países también. Autobuses llenos de estudiantes fueron de toda la costa del este, del centro del país y de puntos más distantes.

La magnitud y la amplitud de esta respuesta es evidencia de la creciente preocupación y angustia entre cada vez más personas por el cambio climático y la destrucción ambiental. También demuestra las crecientes posibilidades de que surja una verdadera resistencia masiva a esa destrucción.

El informe sobre el plan Keystone XL: el Departamento de Estado oculta el problema

Dos semanas después de las protestas del 17 de febrero, el Departamento de Estado de Estados Unidos publicó un informe en respuesta a la nueva solicitud de TransCanada, que propone otra ruta distinta para el oleoducto Keystone XL. Obama rechazó la primera solicitud a finales de 2011, no debido a la amenaza que el cambio climático representa para el medio ambiente ni porque las arenas de alquitrán son sumamente destructivas, sino porque los republicanos exigían una decisión rápida y Obama replicó que hacía falta tiempo para una "revisión sistemática". Obama también expresó interés en evitar ciertas zonas ecológicamente vulnerables de Nebraska, donde la oposición era tal que hasta el derechista gobernador republicano estaba en contra del proyecto. Más tarde Obama aprobó la construcción por la vía rápida del trecho sureño del Keystone XL que va de Cushing, Oklahoma, al golfo de México, mismo que ya está en marcha. La nueva solicitud de TransCanada ha propuesto ajustes menores a la ruta en Nebraska.

El nuevo informe del Departamento de Estado, aunque asegura que es "inicial" y no hace recomendaciones definitivas sobre si Obama debe aprobar o rechazar el oleoducto (una decisión programada para el verano), oculta por completo la amenaza que el oleoducto Keystone XL representa y la destrucción causada por la extracción del petróleo de las arenas de alquitrán en general; ni siquiera la menciona.

El informe menciona algunos problemas ambientales que el oleoducto podría provocar y luego hace una lista de las maneras en que TransCanada piensa "mitigarlos". John Broder, un articulista del New York Times, comentó que el informe "podría proporcionarle al Sr. Obama una cobertura política en el caso de que él apruebe el oleoducto".

Respecto al peligro del cambio climático, el informe plantea la ridiculez de que un aumento de 800.000 barriles del petróleo extraído de las arenas de alquitrán tendría un impacto mínimo en el cambio climático. ¿Por qué? Porque "es poco probable que el proyecto tenga un impacto significativo en el ritmo de desarrollo de las arenas del alquitrán o en la cantidad de petróleo crudo pesado refinado en la zona de la costa del Golfo". El argumento aquí se basa en un "análisis del mercado", es decir, en las necesidades del capital imperialista de Estados Unidos y otros países: si no se construye el oleoducto Keystone XL, las refinerías de la costa del Golfo obtendrán petróleo de algún otro lugar. Si no se construye el Keystone XL, bueno, el maravilloso "mercado" encontrará una solución de una forma u otra; o se transportará el sucio petróleo de las arenas de alquitrán por ferrocarril, o por camión o por barcaza, y claro, esos medios no serían nada mejor para el medio ambiente. El Departamento de Estado, en vez de considerar Keystone XL como uno de muchísimos proyectos destructivos, todos relacionados entre sí, que es necesario parar a fin de lidiar con el crisis climático, y en vez de reconocer que la construcción de Keystone XL solo aumentará la extracción de combustible de las arenas de alquitrán cuando en realidad hay que parar esa extracción totalmente, dice que la realidad del mercado hace inevitable alguna forma de destrucción, así que por qué no optar por esta.

Nada en el informe se basa en las necesidades de la humanidad y de los ecosistemas, mismas que exigen abandonar el proyecto Keystone XL y dejar en la tierra las arenas de alquitrán y otros combustibles fósiles y, más que eso, acelerar el fomento de nuevas tecnologías seguras y renovables. En lugar de eso, el informe se basa lisa y llanamente en las necesidades del capital estadounidense y el argumento de que la realidad del mercado es, después de todo, la única realidad posible.

En los días antes del mitin principal, 48 ambientalistas importantes y otros, incluidos Daryl Hannah, Bill McKibben, Robert F. Kennedy, Jr., el climatólogo James Hansen y el director del Sierra Club Michael Brune, fueron arrestadas en actos de desobediencia civil en frente de la Casa Blanca.

Una demanda central de Forward on Climate fue exhortar a Obama a rechazar la construcción del oleoducto Keystone XL, que propone transportar petróleo desde la región de extracción de las arenas de alquitrán en Alberta, Canadá, hasta el sur del estado de Nebraska. De ahí, el petróleo se transportaría por oleoducto a la costa del golfo de México para su refinación. Según los informes, el oleoducto Keystone XL también llevaría petróleo extraído mediante la fracturación hidráulica ("fracking") en la formación de esquisto Bakken de Montana y Dakota del Norte.

Keystone XL aumentaría por 800.000 barriles el flujo diario a Estados Unidos de petróleo de las arenas de alquitrán, el más sucio y el que más contamina con dióxido de carbono en todo el planeta. Estos depósitos de arenas de alquitrán son la tercera reserva de petróleo del mundo. Ya se extraen 1.7 millones de barriles de petróleo de las arenas de alquitrán al día, lo que representa la mayor fuente de petróleo que hoy alimenta la economía capitalista de Estados Unidos. Además de tratarse de una enorme fuente de carbono cuya extracción y quema completas contribuirían a un aumento de gases de efecto invernadero que sobrepasaría los críticos puntos de inflexión climáticos, el proyecto ha tenido ya un impacto sumamente destructivo para las personas y el medio ambiente. En Alberta, el mayor proyecto de energéticos y de inversión de capital del mundo ya está diezmando una región natural del tamaño del estado de Florida que antes era prístina. Se están arrasando vastas regiones de hermosos bosques boreales para que las palas de vapor puedan arrancar de la tierra pegotes del espeso alquitrán bituminoso y hacerlos subir por pozos con bombas a vapor. La extracción de las arenas de alquitrán ha creado lagunas de fango tóxico que ahora cubren 130 kilómetros cuadrados y contaminan las tierras, los lagos, los ríos y las aguas subterráneas con toxinas y agentes carcinógenos. Los pueblos indígenas informan que más personas de sus comunidades están contrayendo cáncer, y un estudio demostró que los casos de cáncer aumentaron por 30 por ciento en una comunidad indígena cerca de la zona de extracción de las arenas de alquitrán.

Muchas personas que fueron a Washington, D.C., sienten una gran indignación ante la destrucción del medio ambiente y han entrado en lucha: contra el uso de "fracking" para extraer el gas natural y petróleo que contaminan las tierras, las aguas subterráneas y la atmósfera con gas metano y otras toxinas, contra la extracción de carbón a cielo abierto de las cimas de las montañas, un proceso en que hacen volar laderas enteras, contaminando los ríos y arroyos y llenándolos con escombros.

Los indígenas de Estados Unidos y Canadá fueron a Washington para alzar la voz y oponerse a la destrucción de su vida, su cultura y sus tierras. La jefa Jacqueline Thomas de la Yinka Dene Alliance of First Nations del norte de la provincia de Columbia Británica habló de los esfuerzos de detener la propuesta construcción de ya otro oleoducto por Enbridge Inc., que transportaría el petróleo de las arenas de alquitrán a través de las regiones silvestres de Alberta y Columbia Británica para su exportación a Asia. Ella dijo: "El petróleo se derramará. Solo es cuestión de cuándo. Ya hubo un derrame [a causa de Enbridge] en el Kalamazoo y, según lo que he oído, no lo pueden sanear. Han roto sus promesas... Ha habido derrames en Red Deer, Alberta. Han habido derrames en mi hermana, los territorios de los Cree de Lubicon. [Enbridge] ha derramado petróleo en los Territorios del Noroeste, los hermanos y las hermanas Dene que conozco en los Territorios del Noroeste. Y, por supuesto, ¿quién puede olvidar el Exxon Valdez? Claro, también, en la memoria reciente tenemos el derrame de British Petroleum [BP], que estaba en la noticias día tras día, mes tras mes. [BP] perjudicó a los hermanos y hermanas de la nación Houma que mi hermana visitó. Nunca en mi vida he visto que blancos e indígenas trabajan juntos, hasta ahora".

Forward on Climate convocó a esta protesta con el explícito propósito de interesar y presionar a Obama, en lugar de protestar y confrontarlo, en particular en vista de sus discursos de toma de posesión y sobre el Estado de la Unión en que declaró que al fin "haría algo" de sustancia para combatir el cambio climático. El llamamiento de Forward on Climate dice: "El primer paso en poner a nuestro país en el camino para lidiar con la crisis climática es que el presidente Obama rechace el oleoducto de las arenas de alquitrán Keystone XL. Su legado como presidente descansará directamente sobre su respuesta, su determinación y su liderazgo en la solución de la crisis climática". El propósito declarado del mitin fue: "Decirle a Barack Obama que ya es hora de dirigir la lucha contra el cambio climático, empezando con el oleoducto de las arenas de alquitrán Keystone XL". Su logotipo principal repite el logotipo de la campaña presidencial de Obama, colocándolo dentro de la "O" en la consigna "NO al oleoducto Keystone" en sus pancartas producidas en masa.

Desde un principio, la estrategia de 350.org y del Sierra Club en torno al Keystone XL se ha basado en la ilusión de que el problema del cambio climático se origina en los "grupos de presión en pro de los combustibles fósiles" y/o las "corporaciones" que tienen demasiado poder en Washington, en vez de reconocer que la extracción y producción de combustibles fósiles es una piedra fundamental del funcionamiento, posición y competitividad del capitalismo-imperialismo estadounidense en el mundo. Con esa ilusión, se ve a Estados Unidos como una democracia, tal vez imperfecta, pero con el potencial de hallarse, enderezarse y meter en vereda a las "corporaciones" — con tal que la población ejerza suficiente presión. Esa noción oculta la realidad de que Estados Unidos es una despiadada dictadura capitalista cuyos gobernantes controlan un sistema mundial de pobreza, miseria, brutalidad, explotación y destrucción del medio ambiente.

Dicho punto de vista ilusorio no capta las esenciales reglas del juego del capitalismo: en este sistema todo es una mercancía, todo se hace para sacar ganancias, por naturaleza la producción capitalista es privada e impulsada por el mandamiento de "expandirse o morir", y el capitalismo es un sistema mundial que progresa mediante la dominación de naciones oprimidas. Debido a todo eso, este sistema tiene una compulsión despiadada e incesante de aventajarse a la competencia y aplastarla — por el control de naciones enteras, por regiones del mundo y por los recursos naturales que alimentan las operaciones del sistema. En breve, no es posible hacer que este sistema obedezca reglas distintas de las que lo hacen lo que es y que caracterizan el modo en que todo funciona en este sistema, ni siquiera si esas reglas conduzcan a una catástrofe ambiental.

Sierra Club y 350.org persiguen y promueven la ilusión de que Obama es un hombre de conciencia presionado por poderosos intereses afianzados y adinerados, pero es posible presionarlo y, sí, animarlo a ver que el futuro de la humanidad y, sí, de sus propias hijas, está en salvar el clima. En realidad las acciones de Obama —del sabotaje de los tratados internacionales sobre el clima, a la enorme expansión de la perforación petrolera en mar abierto, hasta a regiones del mar Ártico que Bush nunca pudo explotar, el encubrimiento de la magnitud y el peligro del derrame de petróleo en el golfo de México, a la horrible extensión sin precedente de la práctica de "fracking" en los depósitos de petróleo y gas de regiones de Estados Unidos que antes eran totalmente naturales, etc.— exacerban la destrucción ambiental. Sin embargo, esas acciones no se reconocen por lo que son en realidad: las acciones destructivas y criminales del representante en jefe del sistema más destructor de ecosistemas en la historia.

Dentro de estos grupos hay contradicciones y movimiento, y hay algunos aspectos positivos en el papel desempeñado por 350.org y el Sierra Club al hacer que las personas entren en acción en torno a la destrucción ambiental, pero su estrategia es fundamentalmente un callejón sin salida. Si las personas no hacen una ruptura con ella, esa estrategia no solo las llevará a la desmoralización, sino, como ocurrió con la mayoría del movimiento antibélico, las llevará a cobijarse bajo el ala de los demócratas y a aprender a abrazar los crímenes más horrendos, como aviones no tripulados, listas para el asesinato selectivo y equipos de asesinos.

La verdad es que al confrontar el verdadero problema —un sistema que por su propia naturaleza se empeña en destruir el planeta en que vivimos mediante una imparable competencia para acaparar más recursos y más ganancias, sin importarle la costa para el medio ambiente—, la realidad ineludible es que hay que oponer resistencia a todo esto y lo que se necesita urgentemente es la revolución: ¡Revolución y nada menos! Solo esta tiene la posibilidad de llevarnos a una nueva sociedad revolucionaria que puede lidiar con la crisis ambiental y comenzar el proceso de dejar que la naturaleza se sane.

Repase usted el número especial de Revolución sobre el medio ambiente (revcom.us/medio_ambiente) y la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto) en revcom.us.

Compare el informe del Departamento de Estado sobre el "interés nacional" versus Algunos principios claves del desarrollo socialista sustentable

El propósito oficial del informe del Departamento de Estado es evaluar si el proyecto Keystone XL le beneficiaría al "interés nacional" — fíjese, no considera si beneficiaría a los intereses de la humanidad ni del medio ambiente.

Compare este informe del Departamento de Estado:

"En el caso de los propuestos oleoductos que cruzan fronteras internacionales de Estados Unidos, el presidente, en la orden ejecutiva 13337, le ordena al secretario de Estado decidir si tal proyecto beneficiará al 'interés nacional' antes de otorgar un Permiso Presidencial.... Si se determina que el proyecto propuesto beneficiaría al interés nacional, se otorgará un Permiso Presidencial para autorizar la construcción, operación y mantenimiento de las instalaciones en la frontera entre Estados Unidos y Canadá. La jurisdicción del Departamento no abarca a la selección de rutas de tuberías dentro de Estados Unidos. El borrador Suplementario EIS [Informe sobre el impacto ambiental] se produjo de acuerdo a la NEPA y ayudará a informar esa determinación.

"La Determinación del Interés Nacional (o NID, siglas en inglés) requiere considerar muchos factores, incluidas la seguridad energética; los impactos ambientales, culturales y económicos; la política exterior; y el cumplimiento de regulaciones federales pertinentes. Antes de tomar una decisión tal, el Departamento solicita la opinión de las ocho dependencias federales identificadas en la orden ejecutiva 13337: los departamentos de Energía, Defensa, Transportación, Seguridad de la Patria, Justicia, Interior, Comercio y la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos. Además, el Departamento está solicitando la opinión del público sobre el borrador Suplementario EIS".

Compare lo anterior con lo siguiente, de "Algunos principios claves del desarrollo socialista sustentable" del número especial de Revolución sobre el medio ambiente (18 de abril de 2010):

"El estado socialista tendrá que valerse de sus puntos fuertes y sus recursos para promover la revolución. Debe ser una 'base de apoyo' para la revolución mundial. La emancipación de la humanidad lo exige. La conservación del planeta lo exige; para que la humanidad aborde la crisis ambiental en la escala necesaria y con la urgencia necesaria, se requiere un sistema económico y social totalmente diferente, basado en valores totalmente distintos. Para eso, se requiere la revolución socialista y la extensión de esa revolución.

"La nueva sociedad socialista priorizará la conservación de los ecosistemas del planeta entero por encima de su propio desarrollo nacional. Fomentará iniciativas internacionales audaces, proporcionándoles apoyo científico, técnico y organizacional, para impedir el colapso general de los ecosistemas de arrecifes de coral, selvas tropicales, regiones críticas de sabanas, etcétera.

"La nueva sociedad compartirá el conocimiento científico y la tecnología con el resto del mundo. Contribuirá a las actividades de investigación para ayudar a otras regiones del mundo a abordar varios aspectos de la emergencia ambiental — por ejemplo, ayudar a las poblaciones de los países pobres al nivel del mar a sobrevivir el creciente nivel del mar y las inundaciones que resultan del cambio climático.

"Tales iniciativas requerirán de la cooperación sin precedentes de científicos y otros al nivel planetario, la interacción de diversas poblaciones y sistemas de gobierno y la participación de las comunidades locales. El estado socialista pretenderá aprender de las experiencias, descubrimientos, observaciones y luchas de la gente por todo el mundo".

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