Del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar

Por qué las selvas tropicales son importantes para nuestro planeta - y por qué el sistema no puede salvarlos

7 de octubre de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us

 

30 de septiembre de 2013. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. Una selva tropical es una selva espesa y calurosa que se caracteriza por una alta precipitación, entre 250 y 450 centímetros al año. Aunque estas selvas cubren sólo el 6 por ciento de la superficie de la tierra, contienen más de la mitad de todas las diferentes especies de plantas y animales sobre la tierra. Nada menos que 30 millones de especies de plantas y animales viven en las selvas tropicales.

La mayor parte de las selvas tropicales se encuentran alrededor de la cintura de la tierra, cerca del ecuador. Ayudan a limpiar el aire que respiramos. A menudo se llaman los "pulmones del planeta'', debido a su papel en la absorción de dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero, y en la producción del oxígeno. Estabilizan el clima y producen la precipitación en todo el mundo. Mantienen el reciclaje de agua entre el suelo y la atmósfera y la protección contra las inundaciones, las sequías y la erosión del suelo.

Las selvas tropicales se encuentran en África, Asia, Australia, América Central y América del Sur. La mayor del mundo es la selva tropical del Amazonas en Brasil y ocho países vecinos, que se extiende por todo el continente desde la cordillera de los Andes hacia el océano Atlántico. Más de un millar de plantas medicinales a base de hierbas se encuentran en estas selvas. Se les llama "la farmacia más grande del mundo". También constituyen una gran fuente de alimentos y una parte increíble y hermosa de nuestro planeta. Representan los ecosistemas vivos más antiguos de la tierra.

¿Cómo se están destruyendo las selvas tropicales?

Cada año se tala y destruye una zona de más de 22.000 kilómetros cuadrados de selva tropical. Las plantas y los animales mueren o tienen que encontrar una nueva selva para vivir. Las actividades humanas que se rigen por la lógica de los movimientos de capitales y su insaciable sed de ganancias, son la principal causa de la destrucción de las selvas tropicales.

  • La extracción de minerales y energéticos
  • La construcción de carreteras y oleoductos
  • La tala de los árboles de parte de las grandes empresas madereras, sea lícita o ilícita la tala
  • La agricultura en gran escala (por lo general los cultivos de exportación)
  • La eliminación de las selvas para crear pastizales para la ganadería
  • La tala de los árboles para obtener la pasta para producir papel
  • Las tierras para los campesinos pobres expulsados de sus hogares debido al acaparamiento de tierras o la expansión de las ciudades y tugurios

Las selvas también están bajo la amenaza del cambio climático, que está contribuyendo a la sequía en algunas zonas del Amazonas y el sur de Asia. Las sequías provoca la muerte masiva de árboles y la hojarasca reseca aumenta el riesgo de incendios forestales. Los incendios forestales a menudo los prenden los desarrolladores de tierras, ganaderos y propietarios de plantaciones para desbrozar la tierra.

En 2005 y 2010, el Amazonas experimentó las peores sequías que se han registrado. Los ríos se secaron, aislando las comunidades e incendiando millones de hectáreas. El humo causó problemas de salud generalizados y bloqueó la formación de nubes de lluvia, mientras que la quema emitió una gran cantidad de dióxido de carbono a la atmósfera, lo que agravó los efectos del cambio climático.

Mientras tanto, Indonesia ha sufrido varias sequías severas en las últimas décadas. Las peores ocurrieron en 1982-1983 y 1997-1998, cuando se incendiaron millones de hectáreas de selvas. Saquean estas selvas valiosas para obtener madera mediante la tala y tumban estas selvas para establecer plantaciones de aceite de palma. Casi tres cuartas partes de las selvas originales de Indonesia ya no existen. De acuerdo con el Programa Ambiental de las Naciones Unidas, al ritmo actual de destrucción, casi todas las selvas de Indonesia habrán desaparecido para el año 2022.

La destrucción y la fragmentación de los bosques, así como las selvas tropicales y otros hábitats naturales continentales y en los mares, podrían conducir a la extinción de muchas especies de plantas y animales. La contaminación en gran escala y la degradación del agua, el aire y el suelo, junto con el avance concreto del cambio climático, ya están creando un desastre ambiental grave. La humanidad ya ha progresado tanto de modo que hará que este planeta sea literalmente inhabitable, es decir, el medio ambiente y el destino de la humanidad están al borde del desastre. Como el climatólogo James Hansen ha advertido: "Nuestro planeta tierra está ahora peligrosamente cerca de un punto de inflexión".

La destrucción de la selva amazónica

En los nueve años transcurridos desde 1991 hasta 2000, la superficie total de la selva amazónica talada y quemada aumentó de 415 mil a 587 mil kilómetros cuadrados. La mayor parte de esta tierra se utiliza para la cría de ganado en gran escala. La deforestación se aceleró después de la construcción de carreteras que penetraron profundamente en la selva, tal como la Rodovía Transamazónica construida por el gobierno brasileño en 1972.

La ganadería, la tala de madera valiosa y el cultivo de la soja, a menudo para la producción de biocombustibles, la expansión de las ciudades y la minería son las principales razones para talar la selva amazónica. Brasil es el segundo mayor productor de soja después de Estados Unidos. En la Amazonía, la tierra desbrozada se valora entre 5 a 10 veces más que las tierras forestales, que por supuesto constituye una motivación irresistible para talar los árboles en una escala masiva. Según la ley brasileña, el desmonte para cultivos o pastizales se considera como un uso efectivo'', que tiene que ver con la propiedad de la tierra. Este cambio de uso del suelo puede alterar el clima de la región, de acuerdo a los científicos según los datos satelitales de la NASA. Entre 1992 y 1996, la deforestación amazónica aumentó en un 34 por ciento. Para 2005, ya se registraba un 17.1 por ciento de la pérdida total de la selva. Casi la misma tendencia aún continúa.

Se ha calculado que en 2006, únicamente McDonald's y sus proveedores eran responsables de la deforestación de 70.000 kilómetros cuadrados de la selva amazónica durante los tres años anteriores. La necesidad de soja para alimentar a sus pollos, por ejemplo, fue un factor importante. Además de la deforestación masiva, estos proveedores también han estado vinculados a la apropiación ilegal de tierras y el uso de mano de obra esclava en estas plantaciones. Por la promesa de trabajos, decenas de miles de brasileños de todo el país han ido a la selva pero luego los mantienen ahí a punta de pistola y los obligan a trabajar como esclavos. Aun cuando los esclavos logren escapar o terminen abandonados, los propietarios de las plantaciones casi nunca resultan castigados. Los terratenientes y sus bandas de sicarios gozan de impunidad ante la ley.

Si continuara la deforestación al ritmo de 2007, en dos décadas la selva amazónica se reducirá en un 40 por ciento. Últimamente ha habido una ligera disminución pero continúa el encogimiento de la selva.

¿Es posible que el capitalismo salve el medio ambiente?

En la era del imperialismo y la rivalidad por el dominio del mundo, donde los países imperialistas gobernadas por monopolios capitalistas llevan a cabo sangrientas invasiones y guerras, y cometen y patrocinan genocidios, no se puede esperar que esas potencias mundiales respeten, cuiden y mantengan  nuestro planeta. Para éstos, la naturaleza es algo que hay que aprovechar y saquear, y explotar y dedicar a la producción de mercancías regida por las ganancias. Los capitalistas o bloques de capitales se enfrentan unos a otros como competidores; su relativa paz es un período de preparación para las guerras. Tienen que estar preparados y listos para aprovechar cualquier ventaja para socavar a su competencia; de lo contrario se vendrán abajo. Por eso las grandes potencias hasta ahora no han logrado ponerse de acuerdo sobre una acción seria en varias conferencias internacionales sobre el cambio climático. Por eso el capitalismo como sistema no puede lidiar con el medio ambiente de una manera adecuada, aunque un capitalista individual o grupo de capitalistas quisiera hacerlo con sinceridad.

La fuerza motriz de cualquier producción capitalista es la ganancia. Su lógica es la siguiente: todo lo que se produce es una mercancía que hay que vender para obtener ganancias. Sin perjuicio de la voluntad de los propios capitalistas, éstos tienen que expandirse o morir, y sólo toman en cuenta sus propias ganancias y pérdidas y no los daños y perjuicios y los costos para el medio ambiente, la población en general y así sucesivamente. En este proceso de expansión, el capitalismo avanza mediante la dominación imperialista de las naciones oprimidas y la rivalidad estratégica entre potencias imperialistas y sus aliados. Todo eso se lleva a cabo mediante guerras mundiales, guerras regionales, guerras para mantener su dominio en contra de las revoluciones, la violencia brutal contra los indígenas y así sucesivamente, tal como podemos ver en los casos de Afganistán, Irak, Libia, Siria... De hecho, el ejército estadounidense no sólo es el principal ejecutor armado del sistema que está saqueando el medio ambiente de la tierra y su gente, pero es una de las principales fuentes de emisiones de dióxido de carbono. Las emisiones de carbono generadas por la guerra comandada por Estados Unidos en Irak cada año eran el equivalente a las emisiones creadas por la adición de 25 millones de coches en las carreteras de Estados Unidos al año. Si se clasificar dicha guerra como un país en términos de emisiones, se emitiría más dióxido de carbono al año que lo hacen 139 de las naciones del mundo al año de acuerdo con un informe de Oil Change International.

A menudo, la gente en el "tercer mundo " sufre cualitativamente más por las consecuencias del calentamiento global que la gente que vive en los países imperialistas gobernados por los monopolios capitalistas. Pero los capitalistas nunca van a anteponer los intereses de la conservación de los ecosistemas de todo el planeta por encima de sus planes de desarrollo, a fin de velar por la salud del planeta y de las personas para las futuras generaciones.

¿Qué se puede esperar de un sistema que ha utilizado armas atómicas contra las personas en Japón (de parte de Estados Unidos) y que introdujo el uso de armas químicas (ambos bandos las usaron en la Primera Guerra Mundial, y los británicos las utilizaron para sofocar una revuelta contra su dominio de Irak en 1920? Italia utilizó gas venenoso en su intento de apoderarse de Etiopía en la década del 1930). Ello, sin mencionar la destrucción en masa de las personas y el medio ambiente en las guerras desde ese entonces para controlar los países del "tercer mundo", o los enormes arsenales nucleares que las grandes potencias e Israel han acumulado para conservar y promover sus intereses. Aquellos que no tienen respeto para la vida humana sin duda no tienen respeto para nuestro planeta. De hecho, es este sistema el que nos ha metido en esta situación, en primer lugar, y la situación sin duda se empeorará.

Nuestra supervivencia depende de la naturaleza, de las plantas verdes que producen el oxígeno a otras especies de vida que proporcionan alimentos y medicinas; no podemos vivir sin agua dulce, los suelos ricos en nutrientes y el aire limpio. Al mismo tiempo, estamos vinculados con el mundo natural mediante las cadenas evolutivas complejas y mediante las redes de ecosistemas que proporcionan el flujo de energía para que la vida se conserve.

Si no actuamos para frenar el cambio climático, para proteger y conservar los ecosistemas naturales que están desapareciendo rápidamente en todo el mundo, este planeta muy bien podría volverse inhabitable para miles de millones de personas y, posiblemente, toda la humanidad. El funcionamiento interno del capitalismo-imperialismo y la historia y la práctica de los imperialistas a nivel mundial demuestran sin duda alguna que este sistema y los que lo manejan no son y no pueden ser los guardianes dignos de nuestro planeta.

 

El Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar es un servicio de Un Mundo Que Ganar, una publicación política y teórica inspirada por la formación del Movimiento Revolucionario Internacionalista, el centro embrionario de los partidos y organizaciones marxista-leninista-maoístas.

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