Descuartizar (y revelar la verdad en) la declaración de sangre fría de Trump en relación al asesinato del periodista Jamal Khashoggi:

“El mundo es un lugar muy peligroso”... ¡ y vamos a cometer cualquier crimen, decir cualquier mentira y apoyar a cualquier carnicero para mantener a “Estados Unidos Ante Todo”!

| Periódico Revolución | revcom.us

 

“¡Estados Unidos ante todo!”. Así comenzó y terminó Donald Trump su declaración del 20 de noviembre sobre el espantoso asesinato y desmembramiento del periodista Jamal Khashoggi en Estambul, Turquía el 2 de octubre.

El asesinato de Khashoggi provocó un furor global y creó lo que el Washington Post llamó una “crisis de política exterior” para Estados Unidos. Durante semanas, Trump había esquivado y manejado un doble discurso sobre el tema de quién era el responsable del asesinato. Pero obligaron a actuar a Trump la creciente evidencia e incluso una evaluación de la CIA de que el aliado de Trump, el príncipe heredero Mohámed bin Salmán (MBS), había ordenado el asesinato, junto con la forma en que el furor sobre Khashoggi ha vuelto la atención mundial hacia los crímenes de guerra que cometen Estados Unidos y Arabia Saudita en Yemen.

Trump no retrocedió en su apoyo a MBS y al reino saudita medieval empapado de sangre. Redobló esfuerzos para apoyarlo. Y en el curso de sus delirios fascistas llenos de mentiras, reveló algunas verdades escuetas acerca de lo que es Estados Unidos, lo que realmente lleva al mundo y las fuertes dificultades en que el imperio de Estados Unidos está atascado.

El encabezamiento de una declaración sobre este brutal asesinato con “Estar con Arabia Saudita” y la conclusión con declaraciones de “¡Estados Unidos ante todo!” enseñó muchísimo y envió un mensaje de barbarie. Esto dejó en claro que él y su régimen no iban a permitir que el asesinato de Jamal Khashoggi, la preocupación por las normas tradicionales como el cumplimiento del derecho internacional, las supuestas preocupaciones por los derechos humanos y las libertades de prensa y una pequeña cosa como la verdad se interpusieran en su persecución de la franca dominación y saqueo imperialista. En cambio, se posicionaban para cometer cualquier crimen, decir cualquier mentira y abrazar a cualquier aliado, por bárbaros que fueran, con tal de promover los intereses y superar los obstáculos que enfrentaba su sistema depredador.

“¡El mundo es un lugar muy peligroso!”, continuó Trump. Pero no hablaba de cómo Estados Unidos lo ha hecho así durante décadas emprendiendo guerras de agresión (en Corea, Vietnam, América Central, Irak, Afganistán) que han dejado a decenas de millones de muertos.

¡No! Hablaba sobre los peligros para el dominio mundial de Estados Unidos, para el Estados Unidos ante todo, que crecían a causa de las contradicciones que desgarraban el viejo “orden mundial liberal [léase imperialista]”: guerras como las invasiones estadounidenses a Afganistán e Irak tenían el objetivo de amarrar la preeminencia estadounidense. Al contrario, terminaron por contribuir a un mundo en el que desde muchos ángulos están surgiendo desafíos al dominio e imperio de Estados Unidos: China, Corea del Norte, Rusia e Irán, las fuerzas militares fundamentalistas islámicas reaccionarias, los imperialistas rivales en Europa. Y Trump representa una respuesta extrema, imperialista, a eso; todo lo que está en el poder y está decidido a establecer a martillazos un régimen fascista.

Con Irán en la mira: no por el asesinato de Khashoggi sino por desafiar al dominio de Estados Unidos

Estos desafíos están especialmente agudos en el Medio Oriente, y Trump de inmediato se valió, no de algo que tuviera que ver con Jamal Khashoggi o su asesinato, sino de uno de esos peligros para “Estados Unidos ante todo”: Irán. “El país de Irán, por ejemplo, es responsable de una sangrienta guerra de sustitutos contra Arabia Saudita en Yemen”, afirmó Trump y luego soltó una letanía de otras ofensas en Irak, el Líbano y Siria. Y es cierto — desde la revolución de 1979 que derrocó al Cha apoyado por Estados Unidos, la reaccionaria República Islámica de Irán no ha estado bajo la bota de Estados Unidos y ha extendido su alcance e influencia en toda la región— en fuerte competencia con Arabia Saudita— y sí amenaza al control de Estados Unidos sobre los 400 millones de personas, en su inmensa mayoría oprimidos y empobrecidos, en el Medio Oriente.

Si bien toda la clase dominante de Estados Unidos comparte esta franca obsesión geoestratégica imperialista por “resolver el problema de Irán”, existen fuertes contradicciones sobre cómo hacerlo. Estas contradicciones se manifestaron en el rompimiento de Trump con el acuerdo nuclear negociado por Obama, pero incluso se extiende al propio “equipo” de Trump. Uno de los puntos de este discurso, como veremos, fue establecer los términos de eso para toda la clase dominante.

Arabia Saudita, en contraste, es un bastión para el imperio estadounidense y una importante punta de lanza de la creciente y peligrosa ofensiva estadounidense contra Irán, un papel que el asesinato de Khashoggi ha complicado fuertemente. Esto, y no los intereses comerciales, está al centro del “vínculo” de Trump con MBS, y Trump dejó en claro que haría todo a su alcance para intentar y asegurar que no se dejara que el asesinato de Khashoggi debilitara ese vínculo o su ofensiva conjunta contra Irán.

Una luz verde para el asesinato en masa en Yemen

Las mentiras de Trump con respecto a Yemen fueron especialmente escandalosas, y revelaron la enormidad de los crímenes que este régimen fascista está dispuesto a llevar a cabo al servicio de “Estados Unidos ante todo”. Después de culpar a Irán por iniciar la guerra en Yemen (una mentira descarada, pues Arabia Saudita lanzó la guerra en marzo de 2015), afirmó que “Arabia Saudita con mucho gusto se retiraría de Yemen si los iraníes aceptaran irse. Inmediatamente proporcionarían la ayuda humanitaria que se necesita desesperadamente”.

¿Que qué? Quizá Irán haya proporcionado a los hutíes de Yemen, que están combatiendo contra los saudíes, cierta mínima ayuda militar y apoyo político. ¡Pero no pueden “aceptar irse” de Yemen, porque nunca se ha demostrado que sus fuerzas hayan estado en Yemen! Pero Arabia Saudita y sus aliados están en Yemen: 150.000 soldados y 100 aviones de guerra que han llevado a cabo cerca de 20.000 bombardeos.

Estas fuerzas sauditas están destruyendo deliberadamente los alimentos, el agua y los sistemas de salud de Yemen y bloqueando la ayuda humanitaria — en resumen, ¡están utilizando el hambre y las enfermedades como armas en una guerra que ha dejado a 50.000 muertos, a 85.000 niños muertos de inanición y 14 millones de personas al borde de una hambruna! ¡Y Estados Unidos y sus aviones, bombas y fuerzas especiales también están en Yemen, haciendo posible la masacre y ayudando a convertir a Yemen en la peor crisis humanitaria en el mundo hoy!

Frente a estos horrores monstruosos, las mentiras de Trump pusieron de cabeza la realidad y dieron más luz verde a las agresiones sauditas ahí, las que ahora amenazan con cortar el único salvavidas de Yemen para la ayuda humanitaria, el puerto de Hodeidah.

El tráfico con un trato chovinista y vergonzoso: empleos estadounidenses a cambio de sangre mesooriental

Luego Trump cantó alabanzas a Arabia Saudita. Este aliado de Estados Unidos de vieja data bajo tanto los demócratas como los republicanos es uno de los estados más opresivos del mundo. Las mujeres prácticamente no tienen derechos, y de manera muy regular azotan y decapitan en público a las personas que violan incluso a los dogmas menores de la ley islámica o que disienten contra la gobernante Casa de Saud. Pero a Trump no le importa nada de eso: cacareó que “el Reino acordó gastar e invertir $450 mil millones en Estados Unidos. Esta es una cantidad récord de dinero. Creará cientos de miles de empleos, un tremendo desarrollo económico y mucha riqueza adicional para Estados Unidos”.

Estas son mentiras que se han denunciado ampliamente (según los informes, los saudíes solo se han comprometido a comprar $14.5 mil millones en armas estadounidenses), pero Trump blandía este señuelo para azuzar y movilizar gente en torno al chovinismo belicoso y un trato venenoso: “No piensen en el periodista asesinado, en los niños hambrientos, en el ambiente asolado por la guerra... solo piense en su propio país y en su propia posición económica, y apoye a los crímenes que estimemos necesarios y obtendrá una tajada del botín del saqueo global”.

Trump por fin menciona a Khashoggi...

Solo después de todo esto —después de establecer una orientación ideológica de “Estados Unidos ante todo” y una orientación estratégica de la necesidad de trabajar con Arabia Saudita para aplastar a Irán— únicamente en tal momento Trump siquiera mencionó a Khashoggi. Primero, hay un engañoso lenguaje de doble sentido acerca de que este “fue un crimen terrible” que “nuestro país no aprueba”. De acuerdo, ya se dijo, Estados Unidos no apoya oficialmente el cercenamiento de los disidentes en pequeñas rebanadas.

Pero en seguida, al estilo trumpista clásico, dice que algunos “dicen que Jamal Khashoggi era un ‘enemigo del estado’ y un miembro de la Hermandad Musulmana”. Lea entre líneas y verá que Trump dice que Khashoggi se lo había buscado (y, por cierto, Trump da a entender que los “enemigos del pueblo” …los periodistas… se merecen el mismo trato en Estados Unidos).

Luego, la verdad escueta: Trump dice: “...es muy posible que el Príncipe Heredero tuviera conocimiento de este trágico suceso — ¡tal vez sí y tal vez no!”. En otras palabras, aunque MBS lo hiciera, no importa porque nuestros intereses imperialistas son primarios, y “el Reino… ha sido un gran aliado en nuestra muy importante lucha contra Irán. Estados Unidos tiene la intención de seguir siendo un socio firme de Arabia Saudita para garantizar los intereses de nuestro país, Israel y todos los demás socios de la región”.

Aquí, una vez más, Trump echa fanfarronadas, pero también revela algunas de las profundas debilidades estratégicas y los desafíos que Estados Unidos enfrenta en el Medio Oriente: amplios sectores de la gente odian a la mayoría de sus aliados, incluida Arabia Saudita, los que son tiranías con una fragilidad interna que presiden poblaciones despiadadamente oprimidas y reprimidas. En términos de esta “fragilidad interna”, la excepción es el estado de asentamientos de colonos de Israel, el principal bastión militar de Estados Unidos en la región, cuya inmisericorde limpieza étnica no ha logrado quebrar la resistencia del pueblo palestino, y en todo el mundo se condena cada vez más a sus ataques a los palestinos, incluidas denuncias de parte de un creciente número de judíos.

Trump amenaza a sus críticos en la clase dominante: ¡vengan, será un placer!

Trump concluye amenazando a sus críticos en la clase dominante — ninguno de los cuales dice que Estados Unidos no debería tener una alianza muy fuerte con Arabia Saudita o no debería estar presionando fuertemente a Irán, o descarta una guerra con Irán. Simplemente favorecen las normas y alianzas globales tradicionales como la mejor manera de mantener el control imperialista de Estados Unidos. En particular, estos críticos —quienes van del Partido Demócrata al senador republicano y partidario de Trump, Lindsey Graham, quizá junto con fuerzas en su propia administración— están preocupados de que tal vez MBS esté impulsando temerariamente a Estados Unidos hacia otra guerra, lo que podría terminar por debilitar el control de Estados Unidos sobre el Medio Oriente... y quizás cause cosas peores. Y les preocupa más que todo el incidente debilite la legitimidad de MBS y los sauditas en cualquier futuro conflicto con Irán y que ya esté teniendo consecuencias negativas e impredecibles, según los intereses del imperialismo estadounidense, en otras relaciones y componendas de poder en esa parte del mundo. Además, se preocupan de que ignorar descaradamente toda pretensión de los derechos humanos, la justicia, la verdad y el descarado ejercicio de la política de la ley del más fuerte ponga a descubierto la naturaleza central del capitalismo-imperialismo estadounidense y cuestionará su legitimidad — en Estados Unidos y en el mundo.

Trump parece “reconocer” estas preocupaciones (“Entiendo que hay miembros del Congreso los cuales, por razones políticas o de otra índole, quisieran ir en una dirección diferente — y tienen la libertad de hacerlo. Yo consideraré las ideas que se me presenten…”, pero luego las descarta fuertemente: “…pero únicamente si son compatibles con la seguridad absoluta de Estados Unidos. … Como Presidente de Estados Unidos, tengo la intención de asegurar que, en un mundo muy peligroso, Estados Unidos persiga sus intereses nacionales y se oponga enérgicamente a los países que desean hacernos daño. Muy simplemente se llama ¡Estados Unidos ante todo!”. En otras palabras: esto es lo que estamos haciendo. Si ustedes están de acuerdo, escucharé sus ideas, si no están de acuerdo, que se cierren la boca. Y la advertencia de Trump de que “El mundo es un lugar muy peligroso” tiene como objetivo recordarle a la gente, incluida la gente en la clase dominante y además incluida la gente al interior del régimen, la hora que es.

Él se lo ha dicho al mundo. Otra vez. ¿Y qué haremos?

Por qué hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución

Un discurso de Bob Avakian
En dos partes (en inglés):

 

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Explore los cortos y el audio de la película y las preguntas y respuestas (en inglés)

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Corto en inglés: “Libérese de la Gran Falsedad Tautológica”

(Para leer el texto en español, haga clic aquí.)

De: ¡El régimen de Trump y Pence tiene que marcharse! En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista. Un mundo mejor es posible, un discurso de Bob Avakian

Hay un punto donde la epistemología y la moral se encuentran. Hay un punto donde uno tiene que decir: No es aceptable no querer mirar algo, o no creerlo, porque incomoda. Y: no es aceptable creer algo porque tranquiliza.

Bob Avakian, Lo BAsico 5:11

 

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