El coronavirus y un sistema en crisis:
Se asoman maremotos de desalojos, pobreza en masa

| revcom.us

 

Millones de personas en Estados Unidos viven al borde del desastre. El 24 de julio, para muchas personas se vencerá una moratoria (aplazamiento) de cuatro meses a los desalojos que era parte de la Ley de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica por el Coronavirus (CARES). El 31 de julio, vence el aumento de 600 dólares semanales en los cheques de desempleo para los cesantes.

“En este momento, de ahora a septiembre, entre 20 y 28 millones de personas van a enfrentar el desalojo.... Eso significa que hay muchos desalojos a punto de ser ejecutados por los sheriffs.... Y ahora mismo, 29 estados carecen de una moratoria a nivel estatal contra los desalojos”, dijo Emily Benfer, presidenta del Comité sobre los Desalojos del Grupo de Trabajo del Colegio de Abogados de Estados Unidos, en una entrevista del 10 de julio1.

Los sin techo y los desalojos: agudas expresiones de una condición sistémica

La gente sin techo y los desalojos son una de las características más prominentes de la dominación del capitalismo-imperialismo sobre todo el planeta. En todo el mundo, al menos 150 millones de personas carecen completamente de hogar, y los expertos estiman que 1.6 miles de millones de personas —más del 20 por ciento de la población mundial— faltan “vivienda suficiente”2. En Estados Unidos, casi 600.000 personas estaban sin techo antes de que azotara el brote del virus3. Los campamentos de los sin hogar son una cotidianidad en casi todas las ciudades de Estados Unidos4 .

La profunda opresión del pueblo negro que está integrada en todos los aspectos de la sociedad estadounidense se manifiesta en el saldo desproporcionado de desalojos y de personas sin hogar. Las familias negras y latinas tienen el doble de probabilidades que las familias blancas de alquilar su vivienda5. Las personas negras representan aproximadamente el 13 por ciento de la población de Estados Unidos, pero “representan el 40 por ciento de las personas sin hogar y más del 50 por ciento de las familias sin hogar con niños”. Otros grupos raciales y étnicos también están sobrerrepresentados, pero los afroamericanos constituyen el grupo más numeroso”6.

En un estudio sobre la falta de vivienda en Milwaukee, el sociólogo de Princeton Matthew Desmond encontró: “La población de la encuesta del tribunal de desahucios era predominantemente negra (74%) y pobre. En su mayoría pagaban al menos el 50% de sus ingresos para el alquiler, y un tercio utilizaba más del 80% de sus ingresos para el alquiler. Sólo el 6% recibía asistencia para la vivienda”7. Desmond escribió que “en las comunidades negras más pobres de Milwaukee, el desalojo ha llegado a ser una cotidianidad, especialmente para las mujeres.... Si la encarcelación había llegado a definir la vida de los hombres de las comunidades negras empobrecidas, el desalojo estaba determinando la vida de las mujeres. Los hombres negros pobres estaban encerrados mientras que las mujeres negras pobres estaban dejadas en la calle”8 .

Una vivienda digna y habitable es una necesidad humana básica. Pero como Bob Avakian desglosa en su artículo “‘Convertirse previamente en capital’... y poner fin al capitalismo”, bajo el sistema del capitalismo-imperialismo, la necesidad humana está subordinada a la necesidad de los capitalistas de hacer inversiones que creen que tengan la mayor probabilidad no sólo de conseguir el retorno de su inversión inicial, sino de obtener ganancias de ella. La masiva crisis de la vivienda y de las ejecuciones hipotecarias que se inició en 2008 hizo que unos 10 millones de propietarios de casas perdieran su propiedad9. También aceleró las tendencias que centraban el desarrollo futuro en viviendas de alto costo, hizo subir casi todos los alquileres en todo Estados Unidos y concentró aún más la propiedad de las unidades de alquiler en las manos de “inversionistas institucionales... entre ellos sociedades, empresas, administradores de fideicomisos y organizaciones sin fines de lucro”10 .

La política del gobierno facilitó este implacable afán de maximizar las ganancias provenientes del alquiler de vivienda. El New York Times informó que “docenas (de empresas financieras) en Estados Unidos... compran muchas propiedades cuyas hipotecas fueron ejecutadas, con un descuento del 30 al 50 por ciento, y las alquilan. En lugar de proteger a las comunidades y hacer que sea fácil para los propietarios de casas reestructurar las hipotecas malas o reparar su crédito después de haberse sucumbido a los préstamos depredadores, el gobierno facilitó la transferencia de riqueza de la gente a las empresas de capital privado. Para 2016, el 95 por ciento de las propiedades en apuros... ya fueron subastadas a los inversionistas de Wall Street sin ninguna estipulación significativa”11 ,12 .

El Acta CARES y “Una tormenta perfecta de sufrimiento humano”

El principal propósito de la Ley de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica por el Coronavirus (CARES, que también canalizó cantidades masivas de dinero a corporaciones, empresas grandes y varias instituciones) no era de impedir que fueran arrojadas a la calle las decenas de millones de personas que ya vivían de trabajo a trabajo, o de quincena a quincena (ya sea de nómina o de seguro de desempleo), ni de permitirles proveer alimentos, medicinas y otras necesidades a sus familias. Su intención principal era evitar que toda la economía de Estados Unidos sufriera más daños, y mitigar el potencial de un descontento generalizado y posibles brotes de indignación si decenas de millones de personas resultaran abruptamente sin hogar o sin ningún mecanismo de apoyo mientras una pandemia asolaba al país.

Si bien CARES impide temporalmente que los caseros desalojen a los inquilinos en propiedades avaladas por hipotecas con apoyo federal, y en el caso de los inquilinos en viviendas con asistencia federal, todos los pagos de alquiler que no se hagan mientras esté en vigor la CARES deben ser abonados en su totalidad, ya sea inmediatamente cuando venza CARES, o mediante un acuerdo alcanzado entre el casero y el inquilino. Para muchas personas, va en aumento esta deuda a medida que la sociedad salga, si sale, de esta pandemia al agotarse el tiempo para la CARES.

Muchos estados, como California, han anunciado extensiones de la moratoria. Otros estados, como Texas, no están tomando medidas para extenderla. Varios políticos han propuesto medidas para extender la moratoria, y para continuar con los mayores pagos de seguro de desempleo. Pero no se ha determinado si algo de eso sucederá, o en qué medida la moratoria de desalojos se extenderá a nivel nacional, o si continuarán los mayores pagos de seguro de desempleo.

Aaron Carr, el director ejecutivo de la Iniciativa de Derechos de Vivienda, resumió esta situación en una entrevista con el sitio web Vox: “Estados Unidos se enfrenta a una crisis de desalojos de proporciones bíblicas. Permitir que se venzan las moratorias de desalojo y el aumento de las prestaciones por desempleo conducirá sin duda a una tormenta perfecta de inestabilidad, gente sin techo y sufrimiento humano”.

Una mezcla turbulenta

Han empezado a brotar por todo Estados Unidos protestas que exigen un cese de los desalojos. Es probable que ocurran muchas más. Estas protestas son justas e importantes de por sí, y hay que apoyarlas. También están entrando en la “mezcla” turbulenta de protestas, levantamientos y trastornos que están desgarrando el tejido social de Estados Unidos: el hermoso levantamiento contra la plaga de asesinatos policiales de negros, las protestas contra el régimen de Trump y Pence y sus hordas de partidarios fascistas, los conflictos que estallan en torno a la respuesta del gobierno al virus.

A medida que esta agitación continúa y se intensifica, la situación está sacudiendo a masas de personas y está impeliéndolas a la protesta y a la resistencia, y millones y decenas de millones de personas empiezan a cuestionar la naturaleza de un sistema económico y social que de rutina inflige tal sufrimiento. Urge retar a la gente en estas protestas a elevar la vista a la necesidad y la posibilidad de la revolución, y a contribuir a esa revolución y organizarse en ella.


1. Entrevista de la CNBC a Emily Benfer. [volver]

2. As Cities Grow, So Does Number of Homeless, Yale Global Online. [volver]

3. State of Homelessness, 2020, the National Alliance to End Homelessness. [volver]

4. El sociólogo Matthew Desmond le dijo a un entrevistador del sitio web Marketplace que en Estados Unidos en 2016 ocurrieron “...unos 900.000 desalojos. Eso es equivalente a unos 2.3 millones de personas desalojadas en ese año, muchas de ellas niños. Así que, ¿cómo entender la magnitud de ese número? Son unas 6.300 personas al día desalojadas. Es el doble de la cantidad de personas que mueren en accidentes automovilísticos cada día en Estados Unidos”. En su libro Evicted, Desmond examina y explica que esta situación obliga a millones de personas, en particular mujeres negras pobres en las ciudades, a mudarse constantemente de un hogar a otro, ya que son objeto de repetidos desalojos de viviendas destartaladas y emprenden una búsqueda desesperada de otro apartamento igualmente malo o peor, son enviadas a refugios para personas sin hogar, se mudan al hogar de sus familiares y a menudo están obligadas a vivir en la calle. [volver]

5. More US Households Renting Than at Any Time in 50 Years, Pew Research Center. [volver]

6. State of Homelessness, 2020, The National Alliance to End Homelessness [volver]

7. How Housing Matters, The MacArthur Foundation. [volver]

8. De pasajes del libro de Desmond Evicted, en Locked Out, Wisconsin.uwalumni.com, otoño de 2016. [volver]

9. Many Americans Ended up Homeless During the Real Estate Crisis 10 Years Ago, Business Insider. [volver]

10. Mom and Pop Own Fewer Rental Units, New York Times. [volver]

11. A $60 Billion Housing Grab by Wall Street, New York Times. [volver]

12. Vea en el artículo de Revolución, Las ilusiones de Alexandria Ocasio-Cortez: Por qué nada menos que la revolución podrá satisfacer las necesidades de la humanidad”, un análisis de por qué la “solución” falsa de simplemente poner a las personas sin hogar en edificios de apartamentos vacíos construidos para los ricos no resolverá, y no podrá resolver, el problema sistémico de gente sin hogar en la sociedad capitalista. [volver]


Un hombre sin hogar que vive en un refugio en Florida, se salvó del desalojo por el momento. La pancarta dice: “Desalojo + Covid = Asesinato". (Foto: AP)


Unas manifestantes exigen protección contra los desalojos, 27 de junio, cerca de Boston. Los letreros dicen: “Alto a la avaricia de las corporaciones”, “Estabilidad de vivienda a largo plazo para todos” y “Anulen la deuda de vivienda por Covid”. (Foto: AP)

 

 

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