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El borrador del nuevo programa del PCR,EU 

Borrador del Programa, Parte 2


Arte, ciencia, 
educación y deporte: 
El reto de crear una 
nueva superestructura
en la sociedad socialista

Introducción

En la sociedad capitalista, las necesidades de la clase burguesa y del capital moldean y deforman las instituciones educativas y de investigación, el mundo del arte y la cultura, y la vida ideológica de la sociedad, o sea, los medios de comunicación, las escuelas, los laboratorios, los deportes, las instituciones científicas, artísticas y educativas.

El sistema separa de las masas a los especialistas, artistas e intelectuales, incluso los de origen obrero o de las nacionalidades oprimidas, y no les permite servir al pueblo. Perpetúa el elitismo y temor a las masas; imbuye la cultura de avaricia, prejuicio y superstición. Acosa y aísla a los artistas, científicos y docentes que ofrecen resistencia. Convierte en mercancía o capital todo avance científico, toda creación hermosa e incluso el mismo conocimiento.

La revolución proletaria liberará todas esas instituciones, y las transformará de instrumentos del sistema de explotación, desigualdad y opresión a instrumentos de las masas revolucionarias y sus líderes.

La experiencia histórica del proletariado en el poder demuestra que es muy complejo revolucionar todos esos campos, es decir, superar la dominación de la burguesía y desencadenar la creatividad de las masas para crear algo radicalmente nuevo. El reto de ejercer una dictadura general sobre la burguesía es, ¿cómo transformar la sociedad de pies a cabeza y eliminar la opresión sin sofocar el debate sobre ideas y teorías?

La revolución proletaria necesita un ambiente de lucha pujante y enérgica, espíritu crítico, debate entre puntos de vista divergentes, ideas innovadoras. Necesita que la gente cuestione a la autoridad, que la sociedad tenga las miras en las cuestiones cardinales, y que se eche a volar la creatividad y la experimentación, no por el interés personal sino para el beneficio de la sociedad.

Necesita un pueblo informado, creativo y revolucionario, con amplios conocimientos y con la concepción del mundo del proletariado, cuya misión histórica es liberar a toda la humanidad.

Eliminar la división del trabajo

Nuestra visión es crear una sociedad en que cada quien sea productivo y creativo tanto con las ideas como con las cosas materiales, una sociedad en que ni las ideas ni las cosas sean mercancía o capital. La conquista del poder será el primer paso, pero el camino será sinuoso, con olea­das de revoluciones culturales y revoluciones por todo el planeta. La experiencia histórica nos enseña que en coyunturas críticas el proletariado tendrá que librar una lucha de vida o muerte contra las tentativas de la burguesía de restaurar el capitalismo.

En esa transición del socialismo al comunismo, una parte clave de revolucionar la sociedad es eliminar la división del trabajo entre los que trabajan con la men­te y los que trabajan con las manos. Habrá que transformar los dos aspectos:

Por lo que concierne al trabajo intelectual, ayudaremos y enseñaremos a los es­pecialistas e intelectuales a poner sus conocimientos al servicio del proletariado y a hacerlo con un espíritu crítico. Alen­ta­remos a artistas, científicos, docentes y otros especialistas a contribuir a la construcción socialista y la investigación científica, y también a la lucha de clases, por ejemplo, planteando cuestiones importantes, o urgentes, que de otro modo no se plantearán.

Respecto al trabajo manual, la revolución proletaria y su nuevo estado ayudará y desencadenará a las masas a dominar toda esfera de la sociedad, a conocer profundamente sus contradicciones y problemas, a ser “rojo y experto”, y sobre esa base dirigir la transformación revolucionaria. En cada esfera, se integrará a los especialistas y las masas para que los no profesionales dirijan a los profesionales y los especialistas revolucionen su práctica en el trabajo con las masas.

Los principios de que las masas sean “rojo y experto” y de que los no profesionales dirijan a los profesionales son cruciales para el desarrollo de la sociedad socialista y el avance al comunismo; se desprenden de una verdad muy importante:

Cada especialización de las artes, ciencias, etc., tiene sus propios rasgos y puntos de interés; por eso es necesario prepararse y conocer a fondo las características, contradicciones y leyes particulares de cada campo. Sin embargo, existe una cosmovisión y metodología unificadora que debe aplicarse a las distintas esferas; como explicó Mao Tsetung, el marxismo abarca pero no reemplaza todas esas esferas.

Estos principios también expresan la necesidad de que ya no sean unos cuantos especialistas los que conozcan y dominen esos campos sino las amplias masas y, en última instancia, toda la sociedad. Eso es esencial para superar las desigualdades y para que en cada esfera se dé el debate más amplio, variado y enérgico, que sirva al pueblo y a la emancipación de la humanidad, y para que aumente constantemente nuestra capacidad de conocer y transformar el mundo.

Los campos intelectuales y artísticos

Nuestra ideología proletaria nos muestra la importancia de la labor científica, intelectual o artística que beneficie directamente la lucha en marcha del proletariado, y también la importancia de la investigación científica, la exploración intelectual y la experimentación artística que no se ligue de forma directa —ni mucho menos de forma pragmática o “instrumentalista”— a la política y objetivos inmediatos del partido proletario.

La labor intelectual y artística debe guiarse por una orientación fundamentalmente colectiva que también permita y anime la iniciativa del individuo. En la sociedad socialista, movimientos de masas estudiarán y aplicarán el materialismo dialéctico en todos los campos, en una atmósfera de debate entre diversos puntos de vista y escuelas de pensamiento.

El estado proletario necesitará un amplio frente único de científicos, artistas, docentes e intelectuales de todos los campos. Por un tiempo, habrá que apoyarse en profesionales y especialistas preparados en la vieja sociedad, y habrá que tomar en cuenta que algunos ganaban muy buenos salarios. Quizás habrá que pagar bastante más a los especialistas que no son del partido que a los obreros durante un tiempo, mientras se preparan nuevos intelectuales revolucionarios y se lucha por restringir las diferencias salariales.


MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Al conquistar el poder, el proletariado arrebatará los medios de comunicación a las grandes corporaciones y al estado burgués, y los pondrá al servicio de la revolución mundial. Se barrerá la basura reaccionaria que hoy atasca la televisión, radio y prensa; en su lugar habrá noticieros, debate político, programas educativos y diversión que ayuden a las masas a conocer y transformar el mundo.

El estado proletario y su partido dirigirán los principales noticieros y medios informativos. Se apuntará a que el proletariado domine ese campo y cree opinión pública para la continuación de la revolución, en el contexto de un debate vibrante sobre las cuestiones cardinales de la sociedad y la revolución mundial. A ese fin se asignarán fondos para publicaciones independientes y tiempo en los medios de comunicación.

Las masas tendrán acceso como nunca antes a la prensa, la televisión, la radio y los medios electrónicos como la Internet. Tendrán la posibilidad de imprimir publicaciones, y se dará capacitación en la tecnología de la comunicación a los proletarios y las nacionalidades anteriormente oprimidas. Habrá amplia cobertura de las noticias internacionales y un ambiente de debate sobre asuntos políticos e internacionales, y la publicación de puntos de vista de oposición.

Se suprimirán las tentativas contrarrevolucionarias de derrocar al proletariado; pero en general, el proletariado, lejos de prohibir, fomentará el debate, crítica y lucha sobre la dirección de la sociedad, y formulará normas para guiar a las masas a evaluar las diferentes posiciones. (Véase el apéndice “La dictadura del proletariado, la democracia y los derechos del pueblo”).

Se alentará la experimentación y el desarrollo de nueva tecnología a la par con la capacidad técnica de la sociedad y las prioridades de la revolución mundial.


ARTE Y CULTURA

La literatura, el arte, el teatro, la música y el cine desempeñan un importante papel para moldear la opinión pública e infundir determinado punto de vista y valores, como bien sabemos todos los que hayamos experimentado que una película nos hace llorar, reír o nos da coraje; o que un concierto nos da ánimos o nos eleva las miras; o que una obra nos lleva a la acción. También es verdad, aunque no tan evidente, que toda la cultura en la sociedad de clases beneficia a una clase u otra.

El arte revolucionario juega un papel crucial antes de la conquista del poder; después, el proletariado necesitará toda una nueva cultura para transformar la sociedad. Nuestra meta es una cultura cualitativamente nueva, guiada por la cosmovisión del proletariado, que exprese sus intereses de derrumbar todo lo reaccionario y revolucionar la sociedad entera.

No es una cuestión sencilla o un problema fácil de resolver: el arte es un modo de comunicación y experiencia muy particular, una forma de conocer el mundo. La vida se refleja en el arte, pero en un plano “más alto”. El arte puede expresar nuestros sentimientos y aspiraciones más profundos, hacer volar la imaginación y dar un conocimiento más profundo de la realidad y de cómo cambiarla.

La importancia del arte en nuestra vida se debe a nuestra “sed de asombro”. Producir obras de contenido revolucionario y de alta calidad artística y técnica requiere artistas bastante capacitados.

Las masas de Estados Unidos están acostumbradas a tener una gran cantidad y variedad de obras de arte; y no apo­ya­rían por mucho tiempo al estado proletario si no satisface esa necesidad.

Al conquistar el poder, el proletariado revolucionará la cultura, alentando y apoyando la creación de una variedad de obras que ayuden a las masas a transformar la sociedad y el mundo entero, y que echen a volar la imaginación, sin las cadenas de la superstición.

Se estimulará un vigoroso proceso de crear y popularizar la cultura revolucionaria y de criticar la vieja cultura opresiva, una atmósfera vibrante de experimentación y de debate entre diferentes tendencias y escuelas de pensamiento.

El estado proletario fomentará la innovación y una gran variedad de estilos artísticos. El pueblo necesita tanto obras directamente relacionadas con las luchas revolucionarias de la sociedad y el mundo, como obras que iluminen diferentes contradicciones y aspectos de la vida. El proletariado dirigirá a los artistas y las masas a desarrollar formas colectivas de creación artística, y a la vez permitirá y estimulará la iniciativa del individuo en el marco colectivo.

La experiencia histórica demuestra que la creación del arte proletario requiere mucha lucha consciente sobre el contenido político y la forma artística. Se establecerán laboratorios para crear obras modelo que marquen la pauta para avances en las artes.

En el período de preparación y durante la guerra revolucionaria, el proletariado procurará unirse lo más ampliamente que sea posible con artistas profesionales para desarrollar una vigorosa cultura de resistencia al viejo orden, y crear y popularizar obras revolucionarias. El partido movilizará a las masas a defender a los artistas de los ataques de la burguesía.

El artista y las masas

Con la victoria de la revolución, el proletariado se unirá lo más ampliamente que sea posible con artistas para crear una nueva cultura revolucionaria para la sociedad socialista.

Asimismo, movilizará a los trabajadores y a sus aliados firmes para crear y popularizar cultura revolucionaria; alentará a los artistas profesionales a aprender de los estilos y las obras de las masas, y estimulará la vibrante cultura revolucionaria de la juventud, como un catalizador para la transformación de la sociedad socialista.

Las masas, como nunca antes, tendrán obras de arte y los medios para crearlas. Se presentarán obras de artistas profesionales por todo el país, en los centros de trabajo y los barrios populares, con entrada gratis o mínima.

Se organizarán grupos culturales en centros de trabajo, barrios, zonas agrícolas y rurales y en las fuerzas armadas para popularizar obras de artistas profesionales, y para desencadenar y dirigir la creatividad de las masas populares. Un punto importante será aprender de las innovaciones artísticas de los jóvenes proletarios y darles preparación artística.

Se fomentará un espíritu crítico respecto al arte, con el fin de ayudar a las masas a dejar atrás todas las ideas y modos de pensar opresivos, y desarrollar una nueva cultura liberadora que apunte a un futuro sin clases. Los artistas y las masas criticarán las obras reaccionarias: lucharán contra el racismo, el chovinismo nacional, la supremacía masculina, la ideología capitalista y el pensamiento anticientífico. Participarán en diálogos y debates sobre el contenido de obras revolucionarias y sobre nuevas normas y criterios.

Los métodos y medidas del proletariado tomarán en cuenta el hecho de que las obras de arte tienen complejos niveles de significado e interpretación, y estimularán la experimentación, las nuevas ideas y corrientes, y a aprender de diferentes escuelas de pensamiento. El énfasis principal será crear y popularizar nuevas obras revolucionarias, pero se estudiarán y se conservarán importantes obras del pasado, especialmente las que se opusieron al viejo orden.

En cuanto a obras de arte que expresan oposición al estado proletario, la orientación no será suprimirlas sino movilizar a las masas a criticarlas. Incluso habrá espacio para la publicación y presentación de algunas obras reaccionarias de alta calidad artística para ayudar a las masas a elevar su conciencia de clase y su capacidad de distinguir entre lo que sirve al pueblo y lo que sirve al opresor, y ser los amos de la esfera del arte y literatura. Si bien será correcto suprimir algunas obras reaccionarias, repetimos que la orientación general no será esa sino estimular el debate y la crítica de las masas.

Se alentará a los artistas profesionales a vincularse con las masas populares, rompiendo los muros que hoy los separan, para que aprendan de las experiencias e ideas del pueblo, y ayuden a las masas a crear arte.

Para que su obra sirva al pueblo, se les enseñará a conocer a las masas, a combatir el elitismo y a transformar su concepción del mundo. Participarán junto con las masas en el trabajo manual y en los movimientos y luchas políticos e ideológicos para continuar la revolución.

A través de esos nuevos métodos socialistas, los artistas de tiempo completo llegarán a conocer a las masas, y los obreros/artistas se capacitarán para crear obras de alta calidad artística.

El partido y las instituciones culturales ayudarán y dirigirán a las masas a evaluar y supervisar las obras de los artistas profesionales, así como las que crean las masas. Por medio de ese proceso, las masas dirigirán y revolucionarán las esferas del arte y la cultura.

La igualdad de culturas de todas las nacionalidades

Es preciso que la revolución socialista establezca la igualdad de culturas de todas las nacionalidades, sin la cual sería imposible que haya igualdad entre las nacionalidades ni unir al proletariado y sus aliados conforme a sus intereses revolucionarios.

Como parte de la lucha general por la igualdad de idiomas y culturas, se traducirán las obras, y los artistas estudiarán y crearán obras en varios idiomas. Asi­mismo, se alentará a las masas a aprender de los estilos artísticos de otras nacionalidades.

En las zonas geográficas donde se aplique la autonomía, las obras culturales, publicaciones, etc., emplearán principalmente el estilo, forma de expresión e idioma de esa nacionalidad, y estos se popularizarán en toda la sociedad.

Se apoyarán instituciones culturales, como teatros y museos, que expresen los estilos artísticos y culturales de las nacionalidades oprimidas por la vieja sociedad, y se estimulará debate sobre el contenido de esas obras. Se conservarán los estilos tradicionales y se les imbuirá contenido revolucionario.

Una potente cultura del proletariado multinacional con estilos de diferentes nacionalidades y una gran diversidad, unificada por un punto de vista revolucionario, inspirará a las masas de todas las nacionalidades a luchar por la causa común de revolucionar la sociedad y contribuir al avance de la revolución mundial.

Se difundirán obras revolucionarias del mundo entero.


EL DEPORTE

Bajo el control de los capitalistas, se deforma el deporte para aumentar las ganancias y fomentar modelos capitalistas, machismo y patriotismo reaccionario. El deporte es la única posibilidad de superarse que ofrecen a millones de los más pobres y oprimidos; sin embargo, para la gran mayoría no es más que una falsa y cruel ilusión. Al conquistar el poder, el proletariado transformará completamente el deporte: servirá para unir a las masas y mejorar la salud; estas se divertirán y harán grandes hazañas en el marco de hacer avanzar a toda la humanidad.

Al igual que en el arte, la meta será hacer florecer el deporte, inspirando y entreteniendo a la gente con presentaciones de alta calidad, y superando las barreras y el elitismo de la vieja sociedad. Se organizarán actividades deportivas muy extensamente, y habrá igualdad para la mujer en el entrenamiento y los servicios, tanto en el deporte profesional como amateur.

Se construirán centros de recreo y deporte en los barrios y cerca de centros de trabajo, empezando con las comunidades más marginadas de la vieja sociedad, y construyendo y mejorando parques y centros de recreo donde menos había. Se fomentará principalmente el deporte no profesional para desatar la creatividad de las masas.

En primer plano estará la cooperación, y aprender y compartir nuevas técnicas y habilidades; la competencia —ya no antagónica sino amistosa— será secundaria. En los juegos nacionales e internacionales, se estimulará un espíritu de rebasar lo convencional, crear lo nuevo, y fortalecer la unidad y solidaridad de las masas.

Dado que el deporte es importante como diversión popular, se patrocinarán equipos nacionales y atletas profesionales. Sin embargo, se luchará contra la mentalidad elitista que eleva al deportista profesional a un nivel especial o exaltado.

Al igual que con los artistas, se buscará restringir poco a poco las disparidades entre los deportistas de tiempo completo y las masas, y alentar su participación junto con las masas en trabajo productivo y lucha política e ideológica, a la vez que se satisface el deseo de las masas de exhibiciones y competencias deportivas emocionantes y de alta calidad.


LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA

La investigación y la experimentación científicas pueden jugar un papel importante para revolucionar la producción y la sociedad en general, y para conocer el mundo. Pero el capitalismo encadena la ciencia al servicio de su sistema reaccionario y obsoleto. Dedica importantes ramas de investigación exclusivamente a la tecnología bélica, impide que los científicos investiguen y contribuyan a solucionar muchos de los problemas urgentes de la humanidad, y desperdicia enormes recursos en proyectos que solo sirven para aumentar las ganancias privadas y fortalecer las relaciones de explotación y opresión.

El hecho de que los descubrimientos científicos son la propiedad privada de corporaciones y estados capitalistas obstaculiza la colaboración entre investigadores y pone trabas a la innovación. Incontables inventos y descubrimientos no benefician a la humanidad; se aplican para crear productos y procesos que perjudican a las masas: aceleran el trabajo, desparraman venenos, y hunden más en la pobreza a los trabajadores y agricultores del mundo. Los científicos viven aislados de las masas y del daño que su trabajo les hace.

La revolución proletaria pondrá la ciencia al servicio de las masas, transformando las prioridades y desencadenándola para solucionar problemas de suma importancia para el futuro de la humanidad, como descubrir nuevas técnicas para el desarrollo sustentable, utilizar energéticos renovables y reducir la contaminación en la producción y el transporte.

La investigación médica no se supeditará a las exigencias del capitalismo y las ganancias de la industria farmacéutica. Por primera vez se dedicará a solucionar los problemas de salud de los pueblos del mundo.

Asimismo, la exploración del espacio no estará ligada a los preparativos bélicos de los imperialistas.

La investigación científica se orientará a solucionar problemas concretos y urgentes de producción y salud. Pero también se destinarán fondos y se prestará atención a la investigación teórica, por ejemplo las matemáticas y otras esferas, que permite profundizar los conocimientos de las leyes de la naturaleza.

Todas las ramas de la ciencia servirán a las masas, y a transformar la sociedad y eliminar la división entre el trabajo intelectual y el trabajo manual. Se estimularán nuevas colaboraciones colectivas para profundizar el estudio de la naturaleza y fomentar grandes debates sobre veredictos científicos.

El estado proletario fomentará un espíritu crítico y un debate abierto. Al mismo tiempo, luchará con los científicos y técnicos para aplicar el materialismo dialéctico, transformar su concepción del mundo y participar con las masas en movimientos políticos e ideológicos.

Una política de “puertas abiertas” vinculará la investigación, experimentación y trabajo teórico científicos a las masas en formas innovadoras para que estas aporten su experiencia y sus perspectivas a la exploración científica de cuestiones de producción, salud, etc., y conozcan y dominen muchos aspectos de la ciencia. Se vincularán las investigaciones de equipos de científicos a las de los movimientos de masas y paso a paso se formarán nuevos obreros/científicos en todos los campos de la investigación científica.

El proletariado y su partido guiarán políticamente el trabajo científico según los principios de ser “rojo y experto” y que el no profesional dirija al profesional, y otras orientaciones acerca de los intelectuales y el trabajo intelectual que ya mencionamos. (Véase la “Introducción” de este apéndice).

Se crearán nuevos foros y métodos de colaboración de las instituciones de investigación, para que las masas participen directamente en las luchas importantes que se presenten en esa esfera, por ejemplo, sobre las prioridades de la investigación, los veredictos científicos, la aplicación y las implicaciones de descubrimientos, y cómo capacitar y organizar a los investigadores para servir al pueblo.

Se popularizarán las perspectivas, métodos y debates de la ciencia natural para que las masas aprendan y analicen los problemas de esta esfera y también para que los científicos contribuyan a la lucha de clases, divulgando el punto de vista materialista científico y disminuyendo la influencia de teorías no científicas, como el “determinismo genético”, nociones de “superioridad racial”, el creacionismo y la superstición religiosa en general.


LA EDUCACIÓN

En la sociedad capitalista, un sistema educativo de grandes desigualdades reproduce la desigualdad. Los niños de comunidades pobres asisten a escuelas inferiores con salones apiñados, maestros mal pagados y pocos recursos. Para muchos, la escuela no es más que una cárcel, donde los controlan con policías armados, detectores de metal, registros y malos tratos. Exámenes que discriminan a los pobres y las nacionalidades oprimidas dan la pauta para el proceso de aprendizaje. En las escuelas de las clases acomodadas, la educación se distingue por el afán de buenas calificaciones y premios, la competencia egoísta y el elitismo.

Las campañas de “English Only” y los recortes a los programas de acción afirmativa, y de estudios afroamericanos y chicanos, refuerzan la opresión nacional. La atmósfera de las escuelas está repleta de religión, moral fundamentalista y doctrinas irracionales. La creciente divulgación de valores reaccionarios de la familia y de teorías no científicas sobre las diferencias genéticas entre el hombre y la mujer, y la falta de un compromiso serio (para no decir más) con la igualdad y emancipación de la mujer, producen relaciones hostiles y opresivas entre niños y niñas desde temprana edad.

La meta del sistema educativo en la sociedad capitalista no es brindarles a las nuevas generaciones un espíritu crítico, ni mucho menos capacitarlas para conocer y transformar el mundo, y acabar con la injusticia, ignorancia y miseria. Es enseñarles la concepción del mundo capitalista y la idea de que esa concepción y esa sociedad son lo máximo.

El sistema educativo capitalista pone la historia patas arriba: pinta de “héroes” y modelos a los “grandes hombres” que “hacen la historia”, es decir, los genios, monarcas y presidentes, quienes no son más que explotadores y opresores. Justifica los actos más atroces de guerra y saqueo imperialista; borra el contenido de clase de los acontecimientos más importantes de la historia y de la actualidad. Le embute al pueblo todo tipo de pensamiento no científico, y ridiculeces y veneno sobre el gran modelo de “libertad y democracia”: ¡Estados Unidos!

Para el proletariado será crucial revolucionar la teoría y la práctica de la educación de pies a cabeza.

Al conquistar el poder, el proletariado se dedicará inmediatamente a eliminar el analfabetismo y la falta de estudios básicos de las masas en este país. Se cambiará el sistema educativo desde sus cimientos y se aplicará el punto de vista revolucionario y científico, y el método marxista-leninista-maoísta, a todos los aspectos.

Se eliminará el sistema de “encarrilar” a unos cuantos estudiantes, la mayoría adinerados, a posiciones de autoridad, y a la gran mayoría del proletariado y de las nacionalidades oprimidas a los peores trabajos o a ganarse la vida con chanchullos. Ese sistema educativo rinde culto a la división entre el trabajo intelectual y el manual, y refuerza las divisiones de clase.

En cambio, el nuevo sistema educativo de la sociedad socialista contribuirá a eliminarlas.

Llevará a los estudiantes a adquirir conocimientos, de manera creativa e innovadora, en todos los campos, desde lo técnico y científico hasta lo artístico y cultural. Enseñará un espíritu crítico y un punto de vista científico, sobre todo la concepción del mundo y el método científico del materialismo dialéctico.

Desde el principio, el nuevo sistema educativo integrará, en vez de separar, el trabajo intelectual y el manual, y preparará a la nueva generación para realizar los dos tipos de trabajo de forma integrada. La enseñanza se realizará en estrecha relación con el trabajo y las actividades de las masas en los centros de trabajo, barrios, y zonas agrícolas y rurales para que los estudiantes, maestros y líderes de instituciones docentes aprendan concretamente cómo funciona la sociedad y cómo el proletariado y las nacionalidades anteriormente oprimidas la están transformando.

La enseñanza ya no se guiará por la competencia y el egoísmo; el criterio será que el conocimiento y la iniciativa beneficien al bien común.

Se criticará la obediencia ciega a la autoridad; los maestros y otros líderes del campo de la educación serán simplemente líderes y no “dioses”. El sistema educativo socialista irá eliminando las divisiones entre los docentes y los estudiantes, y entre ellos y el pueblo en general.

El objetivo será formar nuevos sucesores de la revolución proletaria, quienes aprenderán los principios y el espíritu del marxismo-leninismo-maoísmo, su lucha crítica y científica para descubrir la verdad, su cuestionamiento de la tradición y la fuerza de la tradición, y su justa rebelión contra la autoridad reaccionaria, incluso la que se dice marxista. Los estudiantes, maestros y administradores participarán junto con las masas en la batalla ideológica entre el marxismo y la filosofía burguesa reaccionaria en distintas formas por toda la sociedad.

El nuevo sistema educativo desenmascarará y repudiará todas las mentiras y tergiversaciones de la burguesía, especialmente su propaganda de supremacía blanca, supremacía masculina y hostilidad chovinista hacia el proletariado internacional, y los pueblos y naciones oprimidos del mundo.

El internacionalismo proletario será un tema central de la educación. Se brindará al pueblo un conocimiento profundo de la realidad de que el proletariado y las masas del mundo entero tienen una causa común: derrocar el imperialismo y arrancar de raíz toda la explotación y opresión.

Se enseñará a los estudiantes la verdadera historia de las nacionalidades y pueblos oprimidos aquí y en el mundo, y de la opresión de la mujer en la sociedad de clases, para que conozcan profunda y concretamente los efectos de la opresión nacional, la opresión de la mujer y otros crímenes del capitalismo, y cuál clase se beneficia de la desigualdad y de las ideologías de racismo y chovinismo.

Representantes de las masas, por ejemplo trabajadores y gente de países oprimidos, darán conferencias para que los estudiantes conozcan a fondo esas cuestiones; a su vez, los estudiantes celebrarán pláticas y discusiones con los trabajadores, gente de las nacionalidades anteriormente oprimidas, mujeres y otras masas.

Por un lado, el nuevo sistema educativo ayudará y estimulará a los estudiantes a pensar creativa y críticamente y a ser expertos en varios campos; por el otro, trabajará por cerrar la brecha entre las masas en general y los estudiantes, especialmente los universitarios y otros estudiantes de instituciones de enseñanza superior o especializada.

Una tarea importante de esas instituciones será preparar a las masas a desempeñarse como intelectuales y expertos en varios campos para transformar la situación de que los intelectuales educados (ideológica y técnicamente) en la vieja sociedad dominen esas esferas. Simul­táneamente, el sistema educativo socialista tomará medidas para contrarrestar la tendencia de crear una nueva “élite” que cabalga sobre las masas.

Tan pronto como sea posible, con la consolidación del poder por el proletariado y las primeras victorias en el control y la transformación socialista de la economía, se instituirá la medida de enviar a todos los graduados de secundaria a trabajar en zonas rurales, fábricas y otros centros de trabajo, o en las fuerzas armadas revolucionarias. Unos se quedarán a trabajar junto con las masas; otros, con el tiempo, harán otro trabajo o irán a la universidad.

Las masas, con la dirección del partido, seleccionarán de sus propias filas a los que estudiarán en la universidad de acuerdo a los siguientes criterios: comprobada devoción a la causa revolucionaria del proletariado internacional, ser sinceros y francos, y tener un espíritu crítico y revolucionario.

Se forjará una estrecha relación entre los estudiantes y las masas. Las universidades funcionarán en conexión con las fábricas y vecindarios, y también en las zonas rurales. Algunas universidades comunitarias se integrarán a los centros de trabajo. Especialistas en arte, ciencia, educación, relaciones exteriores, etc., participarán en la educación superior de los trabajadores.

Así, los trabajadores podrán dominar varios campos; se formarán nuevos obreros/intelectuales, quienes podrán dirigir todas las esferas de la sociedad, y se dará un paso importante para eliminar la atmósfera de torre de marfil de la universidad y las desiguldades de la sociedad.

Representantes de las masas participarán —junto con maestros, personal docente y representantes del estudiantado— en la dirección de las escuelas y lucharán para defender esos principios y métodos del sistema socialista educativo y llevarlos a la práctica.

La lucha para revolucionar el sistema educativo será un campo de batalla crucial en la nueva sociedad socialista, precisamente porque la educación juega un papel crucial para perpetuar un sistema u otro.

Igual que en otras esferas de la superestructura, el proletariado tendrá que librar una lucha intensa y prolongada contra las fuerzas de la reacción, la tradición y la costumbre. Esta lucha es imprescindible para establecer y desarrollar un sistema educativo que fortalezca la transformación socialista y el avance hacia el comunismo, y que capacite, en la teoría y la práctica, a sucesivas generaciones de luchadores conscientes de clase en este gran movimiento del proletariado internacional. Si bien se capacitará a los estudiantes en todas las materias, desde lo técnico y científico hasta lo artístico y cultural, habrá que luchar constantemente para que los principios del marxismo y los intereses del proletariado guíen ese proceso. Por consiguiente, la materia principal será la lucha de clases, es decir, la revolución proletaria.


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