Revolución #257, 29 de enero de 2012


Todo lo que te han dicho sobre el comunismo es falso:
El capitalismo es un fracaso,
La revolución es la solución

Nota de la redacción: Revolución publica por entregas un importante discurso dado por Raymond Lotta durante su gira nacional por las universidades en 2009-2010. Esta versión del discurso dada en la universidad de Harvard en abril de 2010 tiene leves modificaciones, y notas que están en la versión en línea en revcom.us. Esta serie salió por partes en Revolución: #257, #258, #259, #261, #262, #264 y #268, 29 de enero, 5, 12 y 26 de febrero, 11 de marzo, 1° de abril y 13 de mayo de 2012.

Me da mucho gusto estar aquí en Harvard para hablar con ustedes del comunismo. Mi discurso tiene cinco temas principales:

Espero un intercambio vigoroso y fructífero durante la sesión de preguntas y respuestas. Pues emprendamos la marcha.

Introducción: La ignorancia institucionalizada

Imagínense una situación en la cual los creacionistas fundamentalistas cristianos hayan tomado el poder general, y hayan suprimido todo conocimiento de la evolución. Imagínense que incluso hayan ejecutado o encarcelado a los científicos y profesores más importantes que insistieran en enseñar la evolución y traerle al público conocimiento al respecto. Que calumniaran y denunciaran el hecho bien comprobado de la evolución, que la ridiculizaran como una teoría defectuosa y peligrosa que contradice la "verdad" que todos saben del cuento bíblico de la creación y va en contra de la "ley natural" y el "orden divino".

Para continuar con esta analogía, imagínense que en esta situación muchas "autoridades" intelectuales, junto con otros que les siguen los pasos, siguieran el rebaño, y declararan: "No sólo fue ingenuo sino criminal creer que la evolución era una teoría científica bien documentada, y no debíamos haber impuesto esa creencia a la gente". Que algunas autoridades intelectuales hicieran declaraciones como: "Pero ahora podemos ver que 'todos lo saben', no nadie cuestiona, y tampoco lo cuestionaremos; podemos ver que todos saben que la evolución encarna una cosmovisión y lleva a un comportamiento que son desastrosos para los seres humanos. Nos dejamos engañar por la confianza arrogante de los que propagaban esa idea. Podemos ver que todo lo que existe, o que ha existido, no pudo haber surgido sin la mano guía de un 'diseñador inteligente'".

Al continuar este "experimento en el pensamiento", pongamos que incluso muchos intelectuales progresistas radicales se desorienten y se desmoralicen. Se callan intimidados.1

Bueno, esa es una analogía a la situación que existe en la vida y discurso intelectual cuando se trata del comunismo. El veredicto que ya se acepta sin cuestionar es que el comunismo es un fracaso. Pensadores radicales que antaño desmentían las falsedades anticomunistas, se abrían los ojos y les abrían los ojos a los estudiantes hacia la experiencia verdadera y liberadora de la revolución comunista — muchos de esos estudiosos progresistas se han tragado el veredicto sin pensarlo dos veces.

Miren, en los años sesenta, el mundo hervía con revolución. La revolución en China inspiró a gente por todo el mundo. Los movimientos más revolucionarios y de más alcance de los sesentas —sean de los Panteras Negras o la liberación femenina radical— contaron con la influencia de la revolución comunista, y especialmente la Revolución Cultural, en China. Por su parte, esa dinámica influyó en las universidades —incluso aquí mismo en Harvard— en la perspectiva que tenían los estudiantes sobre sus vidas y el sentido y propósito del trabajo intelectual. Pero a partir de la derrota de la revolución en China en 1976, durante casi 35 años, una ofensiva ideológica ha estado arremetiendo sin cesar contra la revolución comunista. Y eso trae consecuencias concretas.

Yo sé que hay personas en este salón que desean hacer algo que tiene sentido con sus vidas, en beneficio de la humanidad. Quizás algunos de ustedes quieran dedicar sus energías a solucionar la emergencia ambiental... o dar educación en las zonas urbanas marginadas… o explorar por medio de las artes en la esfera de la imaginación y metáfora cómo es la gente y cómo podría ser, cómo es el mundo y cómo podría ser.

Pero, sin importar sus pasiones y convicciones, el sistema obra por su propia lógica que moldea todo. Hablo de un sistema que opera a base de las ganancias. Hablo de una economía que es la base territorial de un imperio: un sistema global de explotación en el cual Estados Unidos se arroga el "derecho" a librar guerras e invadir y ocupar países. También hablo de un sistema económico defendido por instituciones gubernamentales y una máquina militar de muerte y destrucción. Hablo de los valores e ideas que dicha sociedad promueve.

Uno sabe que urgen medidas radicales para invertir la marcha hacia una catástrofe ambiental inminente. Pero lo que pasa —realmente lo que no pasa para lidiar con la emergencia ambiental, siendo la cumbre en Copenhague el más reciente ejemplo indignante— lo impulsa y lo limita el funcionamiento del mercado global capitalista… el balance financiero capitalista… las relaciones del poder y luchas por el poder entre Estados Unidos y las otras potencias opresoras.

¿Uno quiere enseñar "verdades incómodas" sobre la verdadera historia estadounidense y su papel en el mundo? Bueno, es justo y debido, pero lo van a presionar y amenazar, y es probable que se quede sin trabajo. Se es una mujer que quiere zafarse de las convenciones y estereotipos. Pero toda la vida será el blanco de miradas amenazantes, peligro de ataques físicos e imágenes sexuales degradantes que reflejan y refuerzan tradiciones esclavizantes y la subordinación.

Necesitamos un sistema diferente. La humanidad necesita la "revolución total": en la economía, la política, la cultura y la moral. Y el hecho es que podemos crear un mundo sin explotación, en el cual la humanidad puede florecer. Sin embargo, y he aquí una ironía cruel, exactamente en un momento cuando el capitalismo está en crisis, cuando toda su irracionalidad y el sufrimiento que inflige están intensificándose exponencialmente, en este mismo momento, nos dicen: "No se puede superar el capitalismo; lo más que se puede hacer son pequeños ajustes en el margen".

Es como si pegaran una etiqueta de aviso sobre el discurso respecto a la posibilidad humana. Peligro: todo lo que desafíe fundamentalmente al capitalismo es, en el mejor de los casos, un sueño imposible y, en el peor, una utopía impracticable impuesta desde lo alto que resultará una pesadilla. Advertencia: el proyecto de hacer la revolución y construir una economía y una sociedad que promueva y sirva el bien común contradice la naturaleza humana, la lógica económica y el curso de la historia. Alerta: hemos llegado al fin de la historia: la sociedad occidental representa el objetivo mayor y el punto final del desarrollo humano.

En la Universidad de California-Los Ángeles, NYU (Universidad de Nueva York) y la Universidad de Chicago, distribuimos un "examen sorpresa" tipo opción múltiple, acerca de unos datos básicos sobre el comunismo. No eran datos esotéricos. Hicimos preguntas tales como: ¿cuál era el único país en Europa Oriental durante la década de los 1930 que tomó posición contra el antisemitismo? La respuesta es la Unión Soviética2. Preguntamos: ¿cuál era el único país en el mundo en los años 60 donde el gobierno y los líderes instaban al pueblo a alzarse contra la autoridad institucional opresiva? La respuesta es la China bajo Mao3. Los resultados del examen eran pésimos: el promedio de respuestas correctas era de 58 por ciento. Es decir, reprobaron.

Eso es una vergüenza. En el siglo veinte, ocurrió algo histórico mundial y la gente no sabe ni un comino al respecto. Las primeras sociedades socialistas se forjaron por medio de revoluciones monumentales, el levantamiento de los parías de la Tierra: en la Unión Soviética de 1917 a 1956, y en China de 1949 a 1976. Eran los primeros esfuerzos en la historia moderna de crear sociedades libres de explotación y opresión: el socialismo. Y la experiencia de esas revoluciones… lo cambia todo. El mundo no tiene que ser así, y podemos lograr más y hacerlo mejor en una nueva ola de revolución.

El socialismo y el comunismo explicados

Así que, ¿qué es el socialismo? Aclaremos unas confusiones. El socialismo no es la propiedad gubernamental de algunas empresas o una que otra regulación gubernamental — pues eso lo hacen todos los gobiernos capitalistas. Y el socialismo no es lo que está haciendo Obama — de socialista Obama no tiene nada.

En realidad, el socialismo consta de tres cosas:

Primero, el socialismo es una nueva forma de poder político en el cual los anteriormente oprimidos y explotados, en alianza con las clases medias y profesionales y la gran mayoría de la sociedad, gobiernan la sociedad con la dirección de un partido visionario de vanguardia. Esta nueva forma de poder estatal mantiene refrenados a los explotadores tantos los antiguos como los nuevos. Posibilita una democracia que a) desencadena la creatividad e iniciativa de la gente hacia muchas direcciones y b) defiende el derecho y la capacidad de las masas populares de cambiar el mundo y participar en la toma de decisiones con sentido, que fomenta el debate de más alcance y protege los derechos del individuo. Este nuevo estado socialista del cual estoy hablando sirve de trampolín para la revolución en otras partes del mundo.

Segundo, el socialismo es un nuevo sistema económico donde los recursos y capacidades productivas de la sociedad son propiedad social por medio de la coordinación del estado socialista, donde la producción se organiza y se planifica conscientemente para satisfacer las necesidades sociales y para superar las desigualdades de la sociedad capitalista de clases, como la opresión de las nacionalidades minoritarias y la subordinación de la mujer. Es una economía organizada para fomentar la revolución en el mundo y proteger el planeta. La explotación y las ganancias ya no reinarán sobre la sociedad y la vida de las personas. Las mega-farmacéuticas y los conglomerados financieros-aseguradores ya no dictarán sobre los servicios médicos y la investigación médica. Ya no existirán. Tampoco existirá un General Motors ni un Boeing para distorsionar el desarrollo del transporte y la producción de energéticos a fin de sacar ganancias.

Tercero, el socialismo es un período histórico de transición, entre el capitalismo y el comunismo, un período de lucha y experimentación revolucionaria para transformar todas las estructuras económicas, todas las instituciones y arreglos sociales, y todas las ideas y valores que perpetúan la división de la sociedad en clases.

¿Y qué es el comunismo? Quisiera leerles una parte de la declaración, "La revolución que necesitamos… La dirección que tenemos", del Partido Comunista Revolucionario:

El comunismo [es] un mundo en que las personas trabajen y luchen juntas por el bien común... en que todos contribuyan a la sociedad lo que puedan y reciban lo que necesitan para tener una vida digna de un ser humano... en que ya no haya divisiones entre las personas en que algunas gobiernan y oprimen a otras, arrebatándoles no sólo los medios para obtener una vida digna sino también el conocimiento y un medio para entender bien el mundo y tomar acciones para cambiarlo4.

Ahora bien, las revoluciones en Rusia y China, durante lo que equivale a un "nanosegundo" en la historia humana, lograron cosas asombrosas en la dirección que estoy describiendo. Claro, tenían sus problemas y hasta serias limitaciones… pero el tiempo en que existían, esas revoluciones lograron grandes cosas a pesar de grandes obstáculos en su contra.

¿Por qué eran tan grandes los obstáculos? Primero, los imperialistas hacían lo imposible para aplastar esas revoluciones. Las revoluciones socialistas del siglo 20 plantearon una amenaza mortal (y también moral) al orden global establecido de explotación, privilegio y desigualdad. Abrieron nuevas posibilidades para la humanidad y nuevos caminos para realizarlas.

Los imperialistas no venían platicando a Lenin o a Mao: "Ah, bueno, quieres intentar crear una nueva sociedad basada en la cooperación, quieres crear una economía planificada que prioriza la satisfacción de las necesidades humanas, quieres resolver los problemas de salud y educación y vas a intentar capacitar a los de abajo a que la administren cada vez más. Órale pues, haz tu lucha durante unos veinte años, y luego nos ponemos a comparar los resultados, ¿qué les parece? De ahí veremos cuál sistema funciona mejor".

¡No! Las potencias capitalistas imperialistas cercaban, presionaban y pretendían sofocar esas revoluciones. A unos meses del triunfo de la revolución bolchevique en octubre de 1917, Francia, Inglaterra, Japón, Estados Unidos y 13 potencias más enviaron dinero, armamento y soldados en ayuda de las fuerzas contrarrevolucionarias en Rusia que pretendían restaurar el viejo orden de explotación y oscurantismo religioso.

¿Cuántos de ustedes saben que aplicaron el primer embargo del petróleo en el mundo contra la revolución soviética? ¿Cuántos de ustedes saben que durante todos los años entre 1917 y 1950, la nueva sociedad socialista de la Unión Soviética o se estaba preparando para la guerra, estaba en guerra, o se estaba recuperando de los daños de guerra?

O consideren las circunstancias ante la revolución china al tomar el poder en 1949. Dentro de sólo un año, tropas estadounidenses estaban avanzando por la península coreana y amenazando con invadir a China. ¿Cuántos de ustedes saben que el presidente estadounidense Eisenhower en su informe sobre el estado de la Nación amenazó con usar armas atómicas, si fuera necesario, contra la nueva República Popular China?5 Ésa es la historia verdadera.

Fue en esas circunstancias históricas el que millones de personas en la Unión Soviética y China hicieron la revolución y cambiaron profundamente sus condiciones y su modo de pensar. También enfrentaban grandes obstáculos porque esas revoluciones no se desenvolvieron en un vacío. Ocurrieron, al igual que en las revoluciones futuras, en sociedades aún manchadas con las cicatrices del viejo orden social, incluyendo las divisiones de clase y las ideas y tradiciones del pasado. Todo eso también forma parte de la realidad y el reto de hacer la revolución.

¿Es eso lo que han estado aprendiendo sobre la historia del siglo veinte? ¿Les enseñaron que en los años 1920, una época en la cual linchaban a los negros en Estados Unidos y una de las estrellas de la cultura estadounidense era la película racista que ensalza al Ku Klux Klan, El nacimiento de una nación — les enseñaron que en la Unión Soviética estaba ocurriendo algo completamente diferente? En ese mismo momento en la Unión Soviética, estaban haciendo enormes esfuerzos para superar las desigualdades entre las nacionalidades.

La nueva sociedad socialista estaba luchando contra el chovinismo histórico de la nacionalidad rusa dominante. Canalizaron recursos económicos y técnicos a las regiones con concentraciones de nacionalidades minoritarias. El nuevo estado soviético estableció formas de gobierno autónomo en esas regiones que capacitaban a la gente ahí a encargarse de su administración. Fomentaba la igualdad de idiomas e incluso creó formas escritas de idiomas que antes no las tenían6.

Fue un cambio radical asombroso. Antes de la revolución bolchevique, Rusia fue conocida como la "jaula de naciones", tristemente famosa por pogromos contra los judíos y la dominación de naciones enteras. Fue una sociedad que antes de la revolución prohibía a ciertas nacionalidades minoritarias hablar en su propio idioma en las escuelas.

La mayoría de ustedes no saben de eso porque se ha prohibido este conocimiento en el mundo académico y en la sociedad. Los rodea y les inculca la narrativa oficial de que nada bueno resultó de esas revoluciones — que fracasaron y no pudieron más que fracasar.

Las mentiras y los métodos detrás de las mentiras

Hay un problemita con "lo que todos saben" sobre el comunismo. Se fundamenta en la completa distorsión de la historia concreta de la revolución socialista; se basa en mentiras descaradas.

Asombra, por desgracia, lo que se considera rigor intelectual cuando se trata del comunismo. También asombra, tristemente, lo que se tragan las personas que se creen intelectualmente escrupulosas.

Quiero deconstruir tres ejemplos muy típicos, notorios y cargados, de lo que estoy describiendo.

Chang/Halliday tergiversan por completo las palabras de Mao

Empecemos con el libro: Mao: La historia desconocida de Jung Chang y Jon Halliday. Los medios de comunicación establecidos lo ensalzaron como la biografía de Mao de mayor autoridad. Salió en la listade libros más vendidos del New York Times. Jung Chang y Jon Halliday quieren que ustedes crean que Mao era un hedonista cínico que asesinó a diez veces más inocentes que Hitler. Insisten que era un asesino a sangre fría — pero ya que no podían comprobarlo con hechos, llenaron su libro de mentiras y distorsiones.

Veamos el capítulo 40 del libro, que trata el año 1958. Cada página trae el encabezado: "El Gran Salto: 'Puede que tendría que morir la mitad de la población de China'"7. Los autores citan un discurso de Mao en noviembre de 1958 en el cual dice, "puede que tendría que morir la mitad de la población de China".

Hacen esa referencia como prueba concluyente de que a Mao no le importaban la vida humana: es decir, deja que se muera la mitad de la población de China con tal de realizar una visión descabellada de una nueva sociedad. Pero si uno lee ese discurso de Mao, lo que en realidad dice es todo lo contrario.

"En la construcción de obras de riego, entre el invierno pasado y esta primavera, removimos más de 50 mil millones de metros cúbicos de tierra y piedra por todo el país, pero entre este invierno a la próxima primavera queremos remover más de 190 mil millones de metros cúbicos por todo el país, un aumento de bastante más del triple. Tendríamos que lidiar con todo tipo de trabajos: acero, cobre, aluminio, carbón, transporte, las industrias de procesamiento, la industria química — [todos] requieren un montón de gente. En este tipo de situación, yo creo que si hacemos [todas esas cosas simultáneamente], la mitad de la población de China sin duda morirá, si no es la mitad, sería una tercera parte o un diez por ciento, que serían 50 millones de muertos…. Anhui quiere hacer tantas cosas, está muy bien hacer mucho pero tomen como un principio no causar ninguna muerte"8.

Mao está diciendo que el plan económico pretende abarcar demasiados proyectos mayores al mismo tiempo, y si insistiéramos en seguirlo, pues… "la mitad de la población de China sin duda morirá" — ¡y eso no lo queremos! Está advirtiendo de los peligros del entusiasmo exagerado — que podría resultar en el exceso de trabajo, agotamiento y muerte— y lo está haciendo de una manera muy dramática.

Chang y Holliday sacaron esa frase de Mao completamente fuera del contexto e invirtieron su sentido. Mintieron. Por sí sola esa mentira sería atroz. Pero se la repite en reseñas, periódicos y blogs. Se difunde tanto y se cita tanto que se vuelve un hecho establecido y nadie se ve obligado a documentar nada. Es un caso cerrado: Mao era peor que Hitler. Es increíblemente fraudulento y atroz, pero es lo que pasa por erudición.

Investigación académica chapucera de MacFarquhar se convierte en "verdad"

Ahora paso a una fuente académica prestigiosa con un barniz de rigor estudioso. Estoy hablando del libro Mao's Last Revolution, de Roderick MacFarquhar, el estudioso célebre sobre China aquí en Harvard, y Michael Schoenhals. Se publicó en 2006 y en amplias esferas se considera la historia "de mayor autoridad" de la Revolución Cultural.

MacFarquhar establece el contexto en el cual Mao inició la Revolución Cultural. Lo hace de este modo: "Varios comentarios indican que Mao ansiaba cierta cantidad de terror catalizador para arrancar la Revolución Cultural. No le remordía la conciencia tomar vidas humanas. En una conversación con gente de confianza más adelante durante la Revolución Cultural, el presidente hasta dio a entender que la señal de un verdadero revolucionario es precisamente su intenso deseo de matar". Luego MacFarquhar presenta esta declaración que Mao supuestamente hizo: "Ese hombre Hitler era aún más feroz. Entre más feroz, mejor, ¿no les parece? Entre más gente mate uno, más revolucionario será"9.

Buena, eso es una declaración bastante repugnante. Así que pasé a examinar las notas y fuentes en la parte final del libro, y esto es lo que dice la nota, "De una fuente muy confiable vista por uno de los autores"10. ¿Lo creen? Se supone que se están documentando pruebas de la sed de sangre que supuestamente impulsaba a Mao y la Revolución Cultural. ¿Cuál documentación presenta MacFarquhar? Pónganse a pensar un momentito en ese ultraje intelectual. La prueba de que Mao era un monstruo se basa en un rumor sin ninguna prueba e imposible de comprobar.

Eso es atroz. Siempre lo mismo: "Créenme, no puedo divulgar el discurso, la conversación, el artículo… pero créenme, es fidedigno". Hace recordar a George Bush al librar la guerra en Irak: "Miren, Saddam Hussein está haciendo armas de destrucción masiva. No puedo divulgar las pruebas, pero créenme, mis fuentes son fidedignas". Este rumor se hace pasar por prueba contundente.

De ahí que los medios de comunicación establecidos y otros grandes señores del mundo académico vienen repitiendo esa declaración que nunca se ha atribuido a Mao de ninguna manera real ni demostrable ni citan ningún contexto de importancia. Andrew Nathan, un estudioso liberal de renombre y profesor de la Universidad Columbia, cita esa declaración atribuida a Mao en su reseña del libro en The New Republic11. Seguí  la pista de la reseña, y se publicó en diferentes blogs y websites de reseñas de libros.

Supongamos que uno de ustedes en el público está tratando de aprender sobre la Revolución Cultural y busca en Wikipedia, y hete aquí, en la página sobre la Revolución Cultural encuentras la declaración de Mao Tsetung, la cual presentan como parte de la instrucción de Mao para la Revolución Cultural: "entre más gente mate uno, más revolucionario será".  ¿La fuente? Ya la adivinaron: Roderick MacFarquhar, esa eminencia gris de los estudios chinos12.

Mi pregunta es: ¿por qué no examinaron esa nota otros estudiosos, en vez de repetir esa calumnia sensacionalista sobre Mao? Pues no se sienten obligados a documentar nada: "ya se sabe" que el proyecto comunista fue un horror y un desastre. Muchos de esos mismos dizque estudiosos y otros han colaborado en tejer una narrativa sobre las revoluciones bolchevique y china basada en semejantes distorsiones y tergiversaciones de lo que esas revoluciones se propusieron hacer, lo que realmente lograron y los obstáculos que se les plantearon.

He retado públicamente a Roderick MacFarquhar a un debate, y mi reto menciona esa nota del final del libro. Los organizadores de esta gira lo convirtieron en un anuncio pagado y lo mandaron a publicar en el Harvard Crimson la semana pasada13. ¿Saben qué pasó? El presidente del Crimson rechazó publicar el anuncio pagado por "muy controvertido". Pues si de eso se trata….

¿Dónde están los estudiosos progresistas? ¿Por qué no denuncian todo eso? Porque muchos de ellos se han tragado esos veredictos, dentro de un ambiente de ataques sin cesar contra el proyecto comunista — y otros se han intimidado por "lo que todos saben" y lo que han llegado a ser las normas del discurso intelectual: antes de decir una palabra sobre el socialismo, aunque sea positiva, uno tiene que repudiar la experiencia de la revolución socialista en el siglo 20.

Naomi Klein hace tercio

De hecho, el pensamiento político progresista está imbuido de esas distorsiones anticomunistas. Se encuentra un ejemplo en la activista y crítica social Naomi Klein. Aquí estoy aplicando un análisis que hizo Bob Avakian que se publicó en el periódico Revolución14. En las primeras páginas de su libro La doctrina del schock, Klein describe la situación en Estados Unidos tras el 11 de septiembre de 2001 y cómo la aprovechó la administración de Bush.

Klein dice: "De repente, nos encontramos viviendo en una especie de Año Cero, en el cual todo lo que sabíamos acerca del mundo anterior podía desecharse despectivamente con la etiqueta de 'antes del 11-S'". Ahí tiene la razón. Pero luego saca esta analogía: "Aunque la historia jamás ha sido nuestro punto fuerte, Norteamérica se había convertido en una tabla rasa, una verdadera 'página en blanco' sobre la cual se podían 'escribir las palabras más nuevas y hermosas', como Mao le decía de su pueblo"15. En realidad, Klein hace referencia a un ensayo breve de Mao de 1958, "Presentación de una cooperativa". Pero ella la citó completamente fuera del contexto para hacer parecer que se tratara del control mental sobre las masas sin estudios, por parte de unos líderes totalitarios.

Pues veamos lo que Mao dijo en realidad:

"Entre las características que distinguen a los seiscientos millones de chinos, se destaca su 'pobreza y desnudez'. Esto podría parecer malo, pero en realidad es bueno. La pobreza impulsa el anhelo de cambio, de acción, de revolución. En una hoja de papel en blanco, desnuda, se pueden escribir las palabras más nuevas y hermosas y pintar los cuadros más originales y bellos"16. De ahí Mao celebra que las masas populares están escribiendo y desplegando carteles grandes en las zonas urbanas y rurales para llevar a cabo el debate y la lucha ideológica a escala generalizada — y dice que es un maravilloso antídoto a la atmósfera "pesada" en la sociedad.

En otras palabras, Mao no estaba diciendo, "qué a todo dar, los campesinos son como masilla y los líderes podemos moldearlas a nuestro gusto". Dice lo contrario de lo que Klein da de entender. Dice que el de ser "pobre y desnudo" no sólo hace que la gente anhele el cambio radical sino que también la hace muy capaz de tomar la iniciativa para luchar por ese cambio radical. También queda claro, cuando uno lee el ensayo, que Mao está diciendo que "las palabras más nuevas y hermosas" y "los cuadros más originales y bellos" los están escribiendo y pintando los campesinos mismos, y sí, eso está ocurriendo con dirección comunista.

En el principio del ensayo, Mao observa: "Nunca como ahora se vio a las masas populares tan animadas y pletóricas de audacia y combatividad". "Animados", "con audacia y combatividad": ¡no es exactamente el mundo que quiere para nosotros George Bush, ni Barack Obama! Tampoco no cuadra con el estereotipo que Klein da de entender, de líderes comunistas que convierten a la gente en una bola de robots.

Bueno, ahí tenemos tres ejemplos diferentes de la difusión de notorias mentiras y distorsiones que refuerzan la ignorancia sobre el comunismo: los autores reaccionarios de Mao: La historia desconocida; el liberal anticomunista Roderick MacFarquhar con su Mao's Last Revolution; y la crítica social progresista Naomi Klein en su libro La doctrina del shock. Como he venido recalcando, no se puede sobreestimar los efectos de eso: reducir las aspiraciones miradas, robarle de entendimiento a toda una generación de jóvenes.

La Revolución Cultural de China: De qué se trataba en realidad

En el resto de esta charla, aplicaré los análisis en El comunismo: El comienzo de una nueva etapa, Un manifiesto del Partido Revolucionario Comunista, Estados Unidos17. Este Manifiesto hace un resumen de la historia de la revolución comunista hasta la fecha, sus grandes avances y lecciones. Explica cómo el comunismo se ha desarrollado como una ciencia viva, creativa y flexible, desde su principio con Marx, luego con Lenin, Mao y Bob Avakian. Este Manifiesto establece un marco para iniciar una nueva etapa de la revolución comunista. Permítanme comentarles que uno no puede decir que es estudiado y actualizado con respecto al pensamiento humano emancipador si no ha leído este Manifiesto.

Ahora bien, una de las cosas que oímos tanto al discutir el comunismo con estudiantes es: "bueno, puede que sea una buena idea, pero no funciona en la práctica". Quiero responder retomando precisamente la Revolución Cultural y adentrándome más en qué se trataba y qué logró.

Unos antecedentes históricos

La Revolución Cultural de 1966 a 1976 era la cima de la revolución socialista del siglo 20 y toda la primera etapa de la revolución comunista que se inició con la Comuna de París. La Revolución Cultural era la lucha más radical y de más alcance en la historia humana para sacar de raíz la explotación y opresión y para cambiar la sociedad y forjar nuevos valores y nuevos modos de pensar18.

Sin embargo, la "narrativa maestra" burguesa es que la Revolución Cultural era una purga vengativa contra sus adversarios de parte de un Mao sediento de poder: una orgía de violencia sin sentido y persecución generalizada que inundó a China en una década de caos. Esta narrativa no tiene ni chispa de verdad. Pero antes de responder directamente, quisiera contextualizar la Revolución Cultural hablando un poco sobre la sociedad china antes de la revolución de 1949.

La vasta mayoría de la población china eran campesinos que trabajaban las tierras pero tenían muy poca o ninguna tierra propia. Vivían bajo el dominio de terratenientes que reinaban sobre la economía local y la vida del pueblo. Los campesinos sobrevivían a duras penas. En los años flojos, muchos tenían que comer hojas y corteza, y era común que las familias campesinas se vieran obligadas a vender sus hijos con tal de cumplir con las deudas. La agricultura estaba plagada de ciclos repetidos de inundaciones y sequías y hambruna. Las mujeres vivían un infierno en vida: golpizas del marido, vendaje doloroso de los pies, matrimonios arreglados y para las jóvenes, tener que hacerse concubina del terrateniente o cacique.

En la ciudad más grande, Shanghái, equipos de sanidad recogían aproximadamente 25.000 muertos de la calle al año. Al mismo tiempo, los distritos bajo control extranjero resplandecían. El país de 500 millones de habitantes sólo contaban con 12.000 doctores educados en la medicina moderna, y 4 millones de personas morían al año de enfermedades epidémicas o contagiosas19.

Es por eso que la gente hace la revolución. Es por eso que millones de personas en China participaron conscientemente en la lucha que Mao dirigió para conquistar el poder estatal y crear una nueva sociedad.

Las distorsiones comunes sobre la Revolución Cultural

Distorsión una: Los dizques expertos como Roderick MacFarquhar hablan de la "obsesión" de Mao con la revolución, combatir el revisionismo e impedir la contrarrevolución, como si Mao imaginara o manipulara a los enemigos para servir sus caprichos políticos.

La verdad es que la revolución de 1949 derrocó la dominación extranjera, los capitalistas grandes y el latifundismo. Pero desde el principio, hubo fuerzas dirigentes de esta revolución cuya visión de la nueva sociedad no rebasaba la de convertir a China en una potencia industrial importante con un lugar en la economía mundial y el sistema internacional de estado-naciones. Estas fuerzas formaron una nueva clase capitalista concentrada en el Partido Comunista de China y el estado, y ya para mediados de los años sesenta, se posicionaban para tomar el poder. Sus líderes, como Liu Shao-chi y Deng Xiao-ping, tenían objetivos coherentes y un programa coherente para China: acabar con el socialismo, instituir de nuevo la explotación en nombre de la eficiencia y abrir China al capital extranjero en nombre de relacionarse con el mundo moderno. Por eso Mao advertía del peligro del revisionismo, lo cual es un programa y un punto de vista capitalista expresado en terminología marxista.

Distorsión dos: Relatos burgueses pintan la Revolución Cultural como el intento horroroso de Mao de incitar una histeria colectiva en el pueblo.

La verdad es que la Revolución Cultural era un levantamiento revolucionario popular en el cual cientos de millones de personas participaron en una lucha profunda e intensa sobre el rumbo de la sociedad:

¿La China socialista seguiría avanzando sobre el camino socialista al comunismo: a una comunidad mundial de la humanidad sin clases, donde se haya superado toda forma de explotación y desigualdad social, donde el hombre ya no domine sobre la mujer, donde ya no existan naciones dominantes y otras dominadas y el propio mundo ya no se divida en naciones, donde se haya eliminado la división de la sociedad entre los que trabajan principalmente con las manos y los que trabajan principalmente en la esfera de las ideas, donde ya no se necesite un estado para reforzar el dominio de un grupo de la sociedad sobre otro?

¿O la China socialista tomaría el camino capitalista de regreso a los maquiladoras y explotación, a la urbanización desenfrenada por millones de migrantes desesperados de encontrar empleo, a la subordinación de la mujer y el resurgimiento de la prostitución y la cosificación de la mujer — en pocas palabras, se convertiría China en la China de hoy?

Distorsión tres: La narrativa burguesa de la Revolución Cultural habla de la "promulgación desastrosa de fantasías utópicas" de Mao.

La verdad es que Mao y los revolucionarios que dirigían la Revolución Cultural tenían objetivos coherentes y visionarios. ¿Cuáles eran esos objetivos?

• Movilizar a la gente en la sociedad para derrocar esas nuevas fuerzas capitalistas y revolucionar el propio Partido Comunista.

• Infundir nuevo vigor a la revolución sometiendo la autoridad y la dirección en todos los niveles a la crítica y el cuestionamiento popular.

• Promover los valores socialistas de "servir al pueblo" y priorizar los intereses de la humanidad mundial y luchar contra la moral capitalista de maximizar el interés particular y el auto-enriquecimiento así como la mentalidad confuciana de arrodillarse ante la autoridad y la convención.

• Moldear y revolucionar las instituciones y la estructura de la sociedad: a) para crear un sistema de educación que, en vez de producir una élite privilegiada, contribuyera concretamente a elevar el conocimiento y la capacidad de la sociedad y a superar las grandes divisiones sociales; b) forjar una nueva cultura revolucionaria, como las obras modelo revolucionarias de ópera y ballet que dieron mayor énfasis a los obreros y campesinos y su resistencia a la opresión (en lugar de los viejos dramas de la corte imperial) y transmitían imágenes poderosas de mujeres revolucionarias fuertes e independientes; c) crear nuevas instituciones de base dentro de las fábricas, escuelas y hospitales, que concretamente investían de poder a las masas populares.

Esos eran los objetivos cruciales de la Revolución Cultural; no se trataba de un "utopismo descabellado".

Una revolución auténtica

Pongámoslo en claro, la Revolución Cultural era una revolución auténtica. Desbarataba la rutina de la vida normal; hervía de invento e innovación; inspiró a decenas de millones pero también perturbó y sobresaltó a decenas de millones en el principio. Se cerraron las escuelas; los jóvenes se aventaron al campo para vincularse con los campesinos, estudiantes de Beijing fueron a Shanghái para fomentar protestas en las fábricas, los obreros fueron animados a alzar la cabeza y preguntar: "¿Quién realmente manda aquí?". Era toda una revoltura. El debate político e intelectual era generalizado: reuniones en la calle, protestas, huelgas, manifestaciones, cartelones de caracteres grandes que criticaban y comentaban sobre políticas y líderes. Les proporcionaban el papel y la tinta gratis, les ponían a su disposición edificios públicos para reuniones y debates20.

Se trataba de cambiar la sociedad y cambiar el mundo de una manera cada vez más consciente. Nunca, jamás, en la historial mundial había surgido un movimiento revolucionario a esa escala y con ese nivel de conciencia. Mao veía a los jóvenes como una fuerza catalizadora para despertar y movilizar la sociedad. En Beijing, hubo más de 900 periódicos en 1966 a 1967.

En Shanghái en el otoño de 1966, hubo unas 700 organizaciones en las fábricas. Al final, los obreros revolucionarios, con dirección maoísta, lograron unir amplios sectores de la población de la ciudad para derrocar a los seguidores del camino capitalista que habían tomado el mando de la ciudad. Lo que ocurrió luego fue extraordinario: la gente empezó a experimentar con nuevas instituciones de autoridad política municipal; y la dirección maoísta sacó lecciones y resúmenes de esa experiencia y esos debates21. En el campo, los campesinos debatían sobre la influencia que aún perseveraba de valores confucianos y el patriarcado.

Y ¿la violencia?

Las historias típicas del Occidente afirman que los ataques violentos contra personas y la eliminación física de la oposición contaban con el beneplácito oficial de Mao — y que la violencia tipo hampona era lo normal. Ambas afirmaciones son falsas.

La orientación de Mao respecto a la Revolución Cultural se especificó en documentos oficiales muy difundidos. En la Decisión de los 16 Puntos que guiaba la Revolución Cultural, decía: "Durante el debate, se debe recurrir al razonamiento y no a la coacción o la fuerza"22. Sí, hubo violencia durante la Revolución Cultural. Sin embargo: 1) eso no era el carácter principal de la Revolución Cultural, y sus principales formas de lucha eran el debate de masas, la movilización política de masas y la crítica de masas; b) cuando los jóvenes activistas Guardias Rojos y otros recurrieron a la violencia, la dirección revolucionaria maoísta la condenaba tajantemente y luchaba contra eso — por ejemplo, en Beijing, los obreros que seguían la línea de Mao entraron a las universidades a parar las peleas entre diferentes facciones de estudiantes y a ayudarlos a identificar y resolver sus diferencias; y c) una buena parte de la violencia que ocurrió durante la Revolución Cultural la azuzaron los altos dirigentes que seguían el camino capitalista para defender sus puestos privilegiados.

La mencionada Decisión de los 16 Puntos no era una directiva intrapartidista poco difundida a la cual pasaron por alto nuestros estudiosos académicos tan brillantes. De hecho, ¡se diseminó en toda China como una guía de las metas, los objetivos y los métodos de esa revolución!

Logros concretos sin precedente

La Revolución Cultural logró cosas asombrosas sin precedente.

• Nos dicen que Mao era anti educación y anti intelectual. Eso es mentira.

¿Cuántos de ustedes saben que durante la Revolución Cultural el número de matriculas en escuelas secundarias en el campo aumentó de 14 a 58 millones?23 ¿O que el número de obreros y campesinos matriculados en las universidades se disparó? La razón por la cual tildan de "anti educación" a Mao es que la Revolución Cultural desafió la idea burguesa-elitista de que el estudio es una escala por la cual un individuo "sobresale", o una manera de aprovechar las capacidades y conocimiento para aventajarse por encima de los demás.

No se trataba de anti intelectualismo sino de usar el conocimiento para servir a una sociedad que andaba en camino de romper las desigualdades sociales. Cambiaron el viejo plan de estudios en las universidades, y combinaron el estudio con el trabajo productivo. Criticaron los viejos métodos de enseñanza que consideraban a los estudiantes como recipientes pasivos de conocimiento y a los maestros e instructores como autoridad absoluta.

• Nos dicen que a Mao no le importaba la vida humana. Eso es mentira.

China, un país relativamente atrasado, logró algo que el país más rico del mundo, Estados Unidos, no ha podido: ofrecer la asistencia médica universal. Como resultado de la Revolución Cultural, se estableció un sistema de servicios sanitarios que cubriera y resolviera las necesidades de los campesinos en el campo chino que constituían el 80% de la población de ese país.

En poquito más de una década tras la toma del poder en 1949, la revolución logró eliminar enfermedades epidémicas como la viruela y la cólera. Lanzaron campañas de masas para luchar contra la adicción al opio24. Junto con la movilización de las masas, hubo educación en masa. Un rasgo muy importante y distintivo de la asistencia médica en la China socialista era el de maximizar la participación comunitaria y de concientizar y responsabilizar la base sobre asuntos y cuestiones de salud. Asignaron desde el centro recursos médicos necesarios, y al mismo tiempo se dio muchísima descentralización25.

Uno de los resultados más emocionantes de la Revolución Cultural fue lo que llamaron el movimiento del "médico descalzo". Eran campesinos jóvenes y jóvenes urbanos enviados al campo a los cuales les enseñaron rápidamente los servicios médicos básicos para satisfacer necesidades locales y tratar las enfermedades más comunes. En 1975, hubo 1.3 millones de esos "médicos descalzos"26.

Los resultados asombran. La expectativa de vida bajo Mao se duplicó de 32 años en 1949 a 65 años en 197627. Amartya Sen, el economista premiado de Nobel, hizo un cálculo: si India contara con el mismo sistema de asistencia médica que tenía China bajo Mao, pues en India hubieran muerto 4 millones de personas menos al año desde su independencia en 1948 — que equivale a 100 millones de muertes innecesarias en India en el curso de 25 años28.

A ver: díganme cuál sistema económico social valora la vida humana y cuál no.

La naturaleza humana puede cambiarse

Muchas personas dicen que el comunismo no podría funcionar porque va contra la naturaleza humana… que la gente es egoísta y sólo buscará su propio interés… que no tendrá ningún motivo para trabajar si no se le permite competir y aventajarse a los demás. Pero estas no son declaraciones científicas que describen una naturaleza humana inmutable. Describen la naturaleza humana bajo el capitalismo, tratan la manera en que ESTA sociedad moldea el modo de pensar y el comportamiento de las personas.

El capitalismo produce y requiere cierto modo de pensar: de que "primero son mis dientes que mis parientes" (o, que "poderoso caballero es Don Dinero") que tanto tienes tanto vales. Ese punto de vista y esos valores imprimen todo, todas las instituciones y relaciones en la sociedad. Las personas tienen que competir por el empleo, por la vivienda, por posición en el sistema educativo. Incluso tienen que competir y perfeccionarse en el "mercado" de las relaciones humanas. ¿Sorprende, pues, que las personas sean indiferentes, insensibles, hasta crueles entre sí en esta sociedad?

Eso es lo que cambió el socialismo, la revolución socialista. Abre una esfera totalmente nueva de libertad para que la gente cambie sus circunstancias y su modo de pensar. Eso es lo ocurrió durante la Revolución Cultural.

En China durante la Revolución Cultural, el sistema económico se basó en dedicar los recursos al beneficio de la sociedad y de la revolución mundial. Se dieron nuevas relaciones sociales e instituciones que facilitaban que las personas se cooperaran y contribuyeran al máximo posible a una sociedad liberadora y a la emancipación de la humanidad. El sistema educativo promovía los valores de servir al pueblo, usar el conocimiento por el mejoramiento de la sociedad y la humanidad y no por sacar ventaja personal. Durante la Revolución Cultural, la gente medía su vida y las acciones de los demás a través del lente moral de "servir al pueblo".

Pueden leer entrevistas y libros de estudiosos como Dongping Han, Bai Di y Mobo Gao. Eran jóvenes durante la Revolución Cultural y participaron en ella y escriben de cómo era crecer en el ambiente social de la Revolución Cultural, el impacto de un marco social que valoraba la cooperación y la solidaridad. Hablan de cómo eso afectó sus actitudes hacia las demás personas, su sentido de responsabilidad social y el impacto de la Revolución Cultural en lo que les importaba y le daba sentido a la vida29.

Repito, no estoy hablando de una suerte de utopía y tampoco estoy diciendo que todo se hacía bien perfecto en la China maoísta. Pero sí se cambió la gente porque la sociedad socialista crea este nuevo marco que posibilita que la gente cambie a sí misma conscientemente.

Y cuando se restauró el capitalismo en China en 1976 y se impusieron de nuevo las relaciones económicas en las cuales "por dinero baila el perro", la gente cambió de nuevo: otra vez con lo de "primero mis dientes", de que "cada uno quiere llevar el agua a su molino y dejar en seco el del vecino". La gente se cambió, no porque se haya reafirmado alguna naturaleza humana primigenia, pero porque la sociedad había regresado al capitalismo.

Aprendiendo de la Revolución Cultural y yendo más allá de ella

La Revolución Cultural que Mao inició en 1966 fue derrotada en 1976. Tras la muerte de Mao, un núcleo de seguidores del camino capitalista lanzó un golpe de estado militar. Estas fuerzas contrarrevolucionarias encarcelaron a los camaradas más cercanos de Mao, mataron a miles de personas e instituyeron el capitalismo bajo cierto camuflaje del socialismo.

¿Cómo pudo ocurrir eso? En primer lugar, a la Revolución Cultural se le oponían férreamente poderosas fuerzas neocapitalistas con posiciones dirigentes en la sociedad china: en el Partido Comunista, el gobierno y las fuerzas militares. Dichas fuerzas, como Mao había señalado, eran parte de un fenómeno histórico-social de la revolución china: eran "demócratas burgueses" que se habían convertido en "seguidores del camino capitalista". Permítanme explicar.

El imperialismo había subyugado a China como nación. El feudalismo no permitía que la sociedad saliera de la pobreza y el atraso. A ojos de muchos de los que se sumaron al Partido Comunista antes de la toma de poder en 1949, la revolución china en esencia servía para romper el control imperialista y convertir a China en una sociedad moderna e industrializada. Una vez que la revolución logró quitarse de encima el imperialismo, esas fuerzas, muchas de las que entonces estaban en posiciones dirigentes, consideraban la tarea ante la revolución la de fortalecer el poder económico de China, por los métodos que parecieran ofrecer mayores resultados. Esos "demócratas burgueses" convertidos en "seguidores del camino capitalista" contaban con bastante poder e influencia.

Además, la China revolucionaria era el blanco de enormes presiones internacionales. La Unión Soviética, que ya no era un país socialista en los años 60 y 70, amenazaba con librar una guerra, incluso con bombas nucleares, contra la China socialista. Ese peligro fortaleció a las fuerzas conservadoras en el partido. Éstas insistían que la efervescencia y la innovación de la Revolución Cultural ponían en peligro la seguridad, que ya era hora de ponerle fin, que se tenía que concentrar los esfuerzos en la defensa, la estabilidad y la modernización rápida. Organizaron y movilizaron fuerzas sociales en aras de ese programa.

Y más allá de esos factores concretos inmediatos, a nivel más profundo, el hecho es que la revolución socialista va contra miles de años de relaciones entre amo y esclavo, de tradición y de la fuerza ideológica de la costumbre, como el de deferir a la autoridad y la convención.

Esos factores objetivos —la fuerza de la contrarrevolución y el reto monumental de transformar la sociedad dividida en clases— son las razones principales por la derrota del socialismo en China en 1976. Pero influyeron en esa derrota, aunque de importancia secundaria, algunos errores de orientación y concepción por parte de Mao y los revolucionarios.

Para adentrarnos en eso, es preciso captar que un acontecimiento de estas proporciones histórico-mundiales —la derrota de una revolución verdaderamente transformadora que duró 27 años, en un país de casi mil millones de personas— requiere un análisis profundo. La única persona sobre este planeta que analizó lo que ocurrió en China, desde el punto de vista de por qué fue derrotado la revolución, qué implica y cómo hay que defender y extender la experiencia liberadora sin precedente de la Revolución Cultural y al mismo tiempo aprender de sus problemas e ir más allá de ella para iniciar una nueva etapa de la revolución comunista… era Bob Avakian.

La nueva síntesis del comunismo de Bob Avakian

Lo dicho nos lleva a la última parte de mi discurso: cómo la nueva síntesis del comunismo de Bob Avakian posibilita que la humanidad avance aún más y haga aún mejor la revolución comunista en el mundo de hoy.

Bob Avakian ha planteado que no sólo tenemos que defender las grandes victorias de la primera oleada de revoluciones socialistas, sino también analizar abiertamente sus problemas. Tenemos que entender más profundamente cuáles eran las deficiencias de estas revoluciones y cómo hacerlo mejor. Tenemos que interrogar sin tregua la experiencia de la revolución proletaria, no solamente los errores y rasgos negativos sino sus adelantos y apogeos. No tenemos miedo a la verdad; al contrario, tenemos sed de la verdad.

En esta discusión, estoy aplicando las ideas y descubrimientos de las obras de Avakian, tales como Observations on Art and Culture, Science and Philosophy y "Hacer la revolución y emancipar a la humanidad"30.

Bob Avakian ha examinado profundamente la experiencia soviética y la de la Revolución Cultural.

En la Unión Soviética a fines de la década de 1930, al crecer el peligro de un ataque de Alemania y al movilizarse la sociedad para la guerra, se restringió y se anquilosó cada vez más la vida política e intelectual31.

Durante la Revolución Cultural de China, muchos artistas e intelectuales no podían dedicarse a su trabajo. Sí se crearon muchas obras modelo revolucionarias, que eran maravillosas. Sí florecían las artes entre los obreros y los campesinos, quienes anteriormente estuvieron excluidos de esas esferas, al igual que en la sociedad capitalista. Pero hubo un problema de poner demasiada atención en crear obras modelo revolucionarias y facilitar la participación de las masas populares en las artes — exclusivamente. Manejaron las cosas con demasiado detenimiento32.

Tenemos que hacer mejor las cosas.

Pongámoslo claro: es grandísimo obtener el poder estatal socialista. Permitir que la contrarrevolución arrebate el poder sería una traición no solamente a los sacrificios de las masas que han hecho la revolución sino a las esperanzas del mundo entero.

La revolución tiene que mantener un control firme sobre ese poder Y ADEMÁS asegurarse que dicho poder valga la pena defender: tiene que ser verdaderamente revolucionario y emancipador. Un nuevo poder estatal y la dirección general de un partido de vanguardia son indispensables para forjar un nuevo mundo.

Avakian dice que tiene que haber un "núcleo sólido" en la sociedad socialista — un núcleo sólido cimentado en el principio de alcanzar el comunismo y emancipar a toda la humanidad, y de mantener el poder sobre esa base. Eso es esencial para seguir concretamente el camino hacia una sociedad en que ya no exista ninguna necesidad de una dirección institucionalizada.

Sobre la base de este núcleo sólido, también tiene que haber una "máxima elasticidad": una efervescencia y ambiente contestatario en la sociedad, el brote de cosas nuevas e inesperadas. La dirección tiene que aprender de todo eso al mismo tiempo que tiene que darle dirección general para que esta elasticidad contribuya al rico proceso de llegar al comunismo.

Éste es un salto en nuestra comprensión y visión. Requiere que la dirección se ejerza en maneras que son diferentes, en ciertos sentidos importantes y cruciales, a la concepción y práctica en las sociedades socialistas anteriores.

La revolución tiene que establecer el marco. Pero no debe hacerlo a costa de inhibir el disentimiento, de sofocar la riqueza de la expresión individual o de subyugar el amplio sector medio de la sociedad. Hemos aprendido que no se puede llegar al comunismo sin hacer que la sociedad salte por los aires, sin fomentar una profunda compenetración de experiencia, descubrimiento e ideas innovadoras, para abrir nuevos caminos al cambio.

La nueva síntesis y la efervescencia intelectual y el disentimiento en la sociedad socialista

Bob Avakian ha forjado un nuevo entendimiento y un nuevo aprecio del papel crucial del trabajo intelectual y la efervescencia intelectual en la sociedad socialista. Tienen que florecer a una escala que es inimaginable en la sociedad capitalista. A la vez que luchar para superar una situación en que sólo unas cuantas personas, relativamente, tienen acceso a la esfera de "trabajar con las ideas", también se tiene que dar margen y espacio a los intelectuales, artistas y científicos.

Ahora bien, hay que luchar contra ciertas actitudes y valores de parte de los intelectuales que surgen de su posición relativamente privilegiada y su separación relativa de las masas en la sociedad de clases. Pero la ideología burguesa afecta a todos en la sociedad, entre ellos los de abajo, y también hay que luchar contra eso. El pensamiento de todos, trátese de obreros que sean deferentes o resentidos para con los intelectuales o de intelectuales e profesionales que desprecien a las masas populares... es necesario transformar el pensamiento de todos. Eso es parte de llegar a ser emancipadores de la humanidad.

Manejar correctamente todo eso es un gran reto. Repito, la revolución comunista tiene el objetivo de acabar con la opresiva división social de trabajo de la sociedad de clases, pero para lograrlo entiende que la efervescencia intelectual y científica es esencial para la búsqueda de la verdad, para aumentar el caudal del conocimiento humano, a fin de capacitar a las masas populares para que conozcan el mundo más profundamente, para así transformarlo más profundamente.

Y otra cosa. El carácter investigador y buscador de la actividad intelectual puede contribuir al dinamismo y al espíritu crítico y explorador de los cuales la sociedad socialista debe imbuirse. Todo eso es parte del proceso de descubrir y luchar sobre los problemas y defectos en la sociedad. Tal efervescencia contribuye a un ambiente en el cual se debaten y se interrogan por toda la sociedad las políticas, las estructuras, el rumbo y el liderazgo de la sociedad.

Ahora bien, la sociedad socialista promoverá el marxismo. Pero no se puede imponer el marxismo como una "ideología oficial", a la cual las personas tienen que adoptar para participar de lleno en la sociedad. Eso ha sido un problema en las sociedades socialistas anteriores. Es necesario promover el marxismo en un ambiente en el cual se compenetre y converse con otras corrientes y discursos intelectuales y que se enriquezca en ese proceso. Y, en última instancia, las personas tienen que llegar al marxismo por sí mismas.

El disentimiento y la elasticidad

Este modelo de la sociedad socialista que Avakian viene forjando da gran importancia a la necesidad no sólo de permitir sino fomentar el disentimiento, la protesta y la contienda en la sociedad socialista. El socialismo debe hervir de descubrimiento y agitación. No se lo logrará si las cosas están fuertemente controladas, si la gente se siente vigilada o "se cuida de lo que dice" por miedo de caer en lo incorrecto.

Hay muchas personas que nos preguntan: "Ahora abogan por las protestas, pero y ¿qué de las universidades bajo el socialismo, habrá movimientos y protestas estudiantiles?". La respuesta es: "¡Que sí, y con creces!" Las universidades en la sociedad socialista tienen que hervir de debate intelectual y disentimiento de gran alcance, con protesta y contienda que provocarán, por supuesto, trastornos. Se trata de una sociedad vibrante de debate y protesta que rebasa con mucho lo que existe en la sociedad capitalista.

Como parte de esta gira, escribí una carta abierta y un reto al debate a Jeffrey Sachs. Él es catedrático de la Universidad de Columbia y aboga ávidamente por lo que él caracteriza como un capitalismo "socialmente consciente", se opone tajantemente al comunismo y cree que el mercado garantice la libertad. Ahora bien, las personas como Jeffrey Sachs o los críticos sociales como Naomi Klein, y los Roderick MacFarquhar, tienen que tener la capacidad y tendrán la capacidad de expresar, diseminar y defender sus ideas ampliamente en la sociedad socialista. Habrá gran debate en la sociedad sobre esas ideas como parte de la lucha de conocer y cambiar el mundo. No llegaremos al comunismo sin este tipo de efervescencia.

Ahora voy a tratar otro aspecto de esta nueva síntesis. Al resumir la experiencia de la revolución socialista en la Unión Soviética bajo Lenin y Stalin, y en China bajo Mao, Avakian ha planteado un problema particular. Sí, es crucial y necesario que la sociedad socialista se centre en ciertos esfuerzos concretos, sea luchar para liberar a la mujer de las cadenas del patriarcado o solucionar con urgencia la crisis ambiental. Sí, es crucial y necesario que la dirección desarrolle políticas, convenza a la gente para que capte la necesidad de mantener las cosas en el camino general hacia comunismo y que luche decididamente para mantener la revolución en camino hacia adelante.

Pero hay que entender eso de una nueva manera. Sí, la sociedad socialista tiene que moverse hacia adelante en un sentido general hacia el comunismo. Pero al mismo tiempo, las personas tienen que perseguir sus propias visiones. Es necesario que tengan la posibilidad de abrir toda suerte de caminos diversos y creativos, sean artistas y científicos o sean las masas populares.

Eso no desvía de la creación de un mundo nuevo y liberador. Esta "elasticidad" es una parte esencial de la dinámica de llegar hasta ese mundo. Las personas llegan a tener un entendimiento más exacto de la sociedad solamente por medio del debate más amplio posible para forcejear entre lo correcto y lo incorrecto y para que ellas por sí mismas experimenten, descubran cosas nuevas, cometan errores y puedan reflexionar y relajarse.

Bueno, eso es otro enorme reto, lleno de riesgos: no sólo permitir sino fomentar que las cosas se disparen en toda suerte de direcciones descabelladas e inesperadas; pero además es necesario hace todo eso sin perder de vista las prioridades, y sin soltar el poder. Tengámoslo bien claro: los imperialistas y los contrarrevolucionarios harán lo imposible para restaurar el viejo orden. Existe la realidad de la contrarrevolución, de atentados activos y organizados para sabotear y derrocar la nueva sociedad. Pero también existe la realidad de que no llegaremos hasta el comunismo sin que la sociedad hierva de efervescencia y experimentación, disentimiento y protesta. La Constitución y la estructura de leyes de la sociedad socialista tienen que reflejar ese análisis y distinguir correctamente entre esos elementos.

Lo que esta nueva síntesis recalca es que esa efervescencia intelectual y disentimiento no sólo contribuyen a un conocimiento nuevo y más profundo de la sociedad, no sólo contribuyen a abrir esas nuevas brechas hacia una sociedad sin clases, sino también, y críticamente, son de vital importancia en el proceso de elevar la capacidad de las personas para que cambien la sociedad y a sí mismas, cada vez más consciente y voluntariamente.

Otro mundo mejor es posible

He hablado sobre la experiencia de la revolución comunista en el siglo 20 y sobre la nueva síntesis de Bob Avakian. El Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos ha estado aplicando esta nueva síntesis. Ha estado trabajando en cómo una nueva sociedad socialista, lograda sobre la base de hacer una revolución que derriba este sistema, lidiaría con importantes cuestiones sociales.

Lidiar con el racismo y la opresión nacional en una nueva sociedad socialista

Miremos el crucial problema del racismo y la opresión de los negros, latinos y otras nacionalidades minoritarias en esta sociedad.

Las fuerzas policiales que hoy degradan y brutalizan a los jóvenes y masas en los ghettos y barrios serían desmanteladas inmediatamente. El nuevo estado establecería nuevas fuerzas de seguridad para proteger los derechos e intereses de las masas del pueblo y para ayudar al pueblo a resolver las contradicciones y disputas sin antagonismos, sin recurrir a la violencia.

El nuevo estado revolucionario tomaría en posesión las fábricas, tierras y minas, la maquinaria y tecnología. La nueva economía socialista utilizaría estos medios de producción para desarrollar una economía que responde a las necesidades del pueblo, que cuida los ecosistemas del planeta y promueve la revolución mundial.

Inmediatamente, el estado revolucionario canalizaría recursos económicos y sociales a los antiguos ghettos y barrios. Reuniría la gente en las comunidades con los especialistas como arquitectos, planificadores del estado y científicos ambientalistas. El pueblo debatiría y determinaría qué tipo de viviendas, instalaciones de recreo y clínicas de salud se necesita.

La juventud no solamente tendría trabajos, sino trabajos con sentido que podría importar en la vida en las comunidades y en la sociedad en general. La sociedad movilizaría a los profesionales de la clase media, quienes también tienen un deseo de hacer algo con sentido con su vida y tienen destrezas para compartir. Las personas aprenderían unas de otras en el contexto de transformar la sociedad. Forjarían nuevas relaciones cooperativas y llevarían a cabo debates y librarían lucha ideológica sobre el rumbo de la sociedad.

El nuevo estado socialista prohibiría inmediatamente la segregación en la vivienda y el sistema educativo parecido al apartheid en los Estados Unidos y promovería la integración por toda la sociedad. La nueva sociedad fomentaría intercambios de experiencias e ideas entre diferentes sectores del pueblo, como los latinos y los negros.

A la vez, el nuevo estado socialista apoyaría el derecho a la autodeterminación para los afroamericanos, o sea, el derecho de formar un estado independiente. La nueva sociedad también haría posible formas de auto-gobierno y autonomía para los afroamericanos, chicanos, pueblos indígenas y otras nacionalidades anteriormente oprimidas y proporcionaría recursos para que todo eso fuera real y vibrante. El sistema educativo y los medios de comunicación combatirían las ideas racistas y de la supremacía blanca y los mitos hirientes.

El estado revolucionario le daría iniciativa y apoyo a las personas quienes combaten las ideas racistas que todavía existirán y las maneras que todavía influirán en la manera en que las personas se relacionen entre sí y que perpetúan la desigualdad. Las artes, los medios de comunicación y el sistema educativo darían voz y expresión a una rica diversidad cultural, en un ambiente que promueve la comunidad humana.

Continuando la lucha en la sociedad socialista

Bob Avakian ha señalado que la sociedad socialista hervirá de “contradicciones todavía sin resolver”. Todavía se tendrá que librar enormes luchas sociales y batallas ideológicas para superar el patriarcado y el legado de la opresión de las nacionalidades de minorías. Todavía existirán diferencias sociales entre los profesionales e intelectuales y aquellos quienes principalmente trabajan con sus manos... todavía se tendrá que usar dinero... todavía habrá brechas en el desarrollo entre las regiones.

Estas diferencias y contradicciones que todavía existen suscitarán cuestionamientos y gestarán nuevas ideas pero también engendrarán descontento y críticas y prenderán lucha y hasta conmociones. ¿Es todo eso algo bueno o malo? Avakian estima que todo eso no es sino una fuerza impulsora para continuar la revolución.

Lo importante es que el mundo no tiene que ser como es hoy y la nueva síntesis sobre el comunismo de Bob Avakian abre vistas increíblemente apasionantes para hacer una revolución en el mundo actual.

Piensen en cómo una economía socialista y una sociedad socialista guiadas por la clase de principios que he venido comentando podrían lidiar con la emergencia ambiental que enfrentamos. Imagínense una sociedad que haya desencadenado energías creativas y haya librado luchas inspiradoras para emancipar a la mujer y transformar las relaciones entre los hombres y las mujeres, interrogando las tradicionales nociones sobre el género, y la misma idea de lo que quiere decir ser un hombre o una mujer. Piense en cómo el arte podría florecer a lo largo de tal sociedad y cómo una nueva cultura revolucionaria con un contenido liberador profundo e innovaciones formales ricas, podría echar raíces en la sociedad… a la vez que echarían vuelo la imaginación social y la experimentación artística.

Conclusión

Tú deberías de conocer la experiencia de la revolución comunista y la nueva síntesis de Bob Avakian. No se trata meramente de cuestiones históricas o filosóficas interesantes. No hablamos de una discusión “más equilibrada” en el mundo académico. De lo que hablamos es de la suerte del planeta y del futuro de la humanidad. De lo que hablamos es de la verdad histórica y de las posibilidades humanas.

Tú has estado excluido del conocimiento de la dinámica historia del comunismo, los verdaderos conceptos y el verdadero desarrollo del comunismo. Tú has estado excluido de un debate serio y con contenido acerca de estas cuestiones. Todo lo que te han dicho sobre el comunismo es falso. Los veredictos y la “opinión común” acerca del comunismo constituyen un profundo obstáculo a lo que más se necesita: una política emancipadora y un discurso emancipador. Pero nosotros estamos cambiando todo eso.

Bien, por fin te han contado algo sobre el comunismo que no es falso. Así que entrémosle.

Muchas gracias

 

Notas:

1.  Se toma esta analogía de El comunismo: El comienzo de una nueva etapa, Un manifiesto del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos (Chicago: RCP Publications, 2008), p. 19. (revcom.us/Manifesto/Manifesto-es.html) [regresa]

2.  La revolución rusa de 1917 había traído la emancipación política y social a los judíos en un país con una historia de virulento antisemitismo y violentos pogromos contra los judíos. La igualdad de derechos para los judíos continuó bajo José Stalin durante los años 1930 y la Segunda Guerra Mundial. En contraste, los judíos en Hungría, Rumania y Polonia enfrentaron movimientos fascistas organizados y el antisemitismo institucional en los años 1930, y más tarde, los campos de exterminio. Ver Arno Mayer, Why Did The Heavens Not Darken? (Nueva York: Pantheon, 1988), pp. 55-89. [regresa]

3.  Al comienzo de la Revolución Cultural, Mao promovió el lema "se justifica la rebelión contra los reaccionarios" y llamó al pueblo a "cañonear al cuartel general" de los seguidores del camino capitalista quienes estaban llevando a cabo políticas elitistas y opresivas. La provisión de recursos para carteles y periódicos, transporte en trenes gratis para los estudiantes y el apoyo en la prensa eran formas clave en que promovían la crítica y la lucha de masas. Ver "Decisión del Comité Central del Partido Comunista de China sobre la Gran Revolución Cultural Proletaria" (adoptada el 8 de agosto de 1966), en Importantes documentos de la Gran Revolución Cultural Proletaria de China (Pekín: Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1970), en línea en: www.marxists.org/espanol/tematica/china/documentos/com.htm. [regresa]

4.  revcom.us/a/170/Revolution_we_need-es.html. [regresa]

5. Acerca de las amenazas nucleares y planes para librar una guerra nuclear contra la China maoísta a inicios de los años 1950, ver John Wilson Lewis y Xue Lita, China Builds the Bomb (Stanford: Stanford University Press, 1988), capítulos 1 y 2; Rosemary J. Foot, "Nuclear Coercion and the Ending of the Korean Conflict", International Security, invierno 1988/89 (Vol. 13, No. 3); Matthew Jones, "Targeting China: U.S. Nuclear Planning and 'Massive Retaliation' in East Asia, 1953-1955", Journal of Cold War Studies, otoño 2008 (Vol. 10, No. 4); y "For Eisenhower, 2 Goals if Bomb Was to Be Used", New York Times, 8 de junio de 1984, y Bernard Gwertzman, "U.S. Papers Tell of '53 Policy to Use A-Bomb in Korea", New York Times, 8 de junio de 1984. [regresa]

6.  Sobre el enfoque de la revolución bolchevique para la extensión de la educación hacia las nacionalidades minoritarias y los logros en esta esfera, asegurar la igualdad de idiomas y promover la enseñanza en idiomas natales, ver por ejemplo Jeremy Smith, "The Education of National Minorities: The Early Soviet Experience", Slavonic and East European Review, Vol. 75, No. 2 (abril 1997). [regresa]

7.  Jung Chang and Jon Halliday, Mao: La historia desconocida (Madrid: Taurus, 2006), capítulo 40; en la edición en inglés: pp. 426-439. La traducción de las citas de este libro y de los otros dos en esta parte es nuestra. [regresa]

8.  Mao Tsetung, "Talks at the Wuchang Conference, 21-23 November 1958", en Roderick MacFarquhar, Timothy Cheek y Eugene Wu, compiladores, The Secret Speeches of Mao Tsetung (Cambridge, MA: Harvard University Press, 1989), en inglés, pp. 494-495. Chang y Halliday usan la misma fuente en el idioma chino pero lo traducen un poco diferente. [regresa]

9.  Roderick MacFarquhar, Michael Schoenhals, Mao's Last Revolution (Cambridge, MA: Harvard University Press, 2006), en inglés, p. 102 [regresa]

10.  Ibíd., nota 2, en inglés, p. 515. [regresa]

11.  Andrew J. Nathan, "The Bloody Enigma", The New Republic, 30 de noviembre de 2006. La declaración que MacFarquhar le atribuye a Mao la repite con énfasis otro estudioso sobre China "honrado", en una entrevista más reciente en The New York Review of Books; vee Jonathan Mirsky, "How Reds Smashed Reds", 11 de noviembre de 2010. [regresa]

12.  Desde ese entonces Wikipedia ha quitado de la página sobre la Revolución Cultural esa declaración atribuida a Mao en Mao's Last Revolution. [regresa]

13.  "Una carta abierta de Raymond Lotta a Roderick MacFarquhar", Revolución #198, 11 de abril de 2010. [regresa]

14.  Bob Avakian, La doctrina del shock de Naomi Klein y sus tergiversaciones anticomunistas — Desafortunadamente, ese no es ningún shock. Revolución #118, 3 de febrero de 2008. revcom.us/a/118/avakian-naomi-klein-es.html [regresa]

15.  Naomi Klein, La doctrina del shock (Barcelona: Paidós Ibérica, 2007); en la edición en inglés: p. 20 [regresa]

16.  Mao Tsetung, "Presentación de una cooperativa", en Textos escogidas de Mao Tsetung (Pekín: Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1971). [regresa]

17. Obra citada, que se puede descargar en revcom.us/Manifesto/Manifesto-es.html. [regresa]

18. Ver un análisis histórico-teórico de la Revolución Cultural en Bob Avakian, Las contribuciones inmortales de Mao Tsetung (Chicago: Liberation Distributors, 1991), capítulos 5 y 6, y El comunismo: El comienzo de una nueva etapa, obra citada, II. [regresa]

19. Jonathan D. Spence y Annping Chin, The Chinese Century (Nueva York: Random House, 1996), p. 84; Fredric M. Kaplan, Julian M. Sobin, Stephen Andors, Encyclopedia of China Today (Nueva York: Harper & Row, 1979), p. 233. [regresa]

20. Sobre las etapas iniciales de la Revolución Cultural, ver Jean Daubier, Historia de la Revolución Cultural Proletaria en China (México, Siglo XXI Editores, S.A., 1977) y Han Suyin, Wind in the Tower (Viento en la torre) (Boston: Little, Brown, 1976), capítulos 5 y 6. [regresa]

21. Sobre las luchas de masas en Shanghai, ver Daubier, obra citada, y además Elizabeth J. Perry y Li Xun, Proletarian Power: Shanghai in the Cultural Revolution (Boulder: Westview Press, 1997). Acerca de la manera en que Mao resumía las experiencias de masas y daba dirección en la lucha para forjar nuevos organismos de poder, ver Raymond Lotta, Nayi Duniya y K.J.A., "Alain Badiou's 'Politics of Emancipation': A Communism Locked Within the Confines of the Bourgeois World" ("'La política de la emancipación' de Alain Badiou: Un comunismo encerrado en los confines del mundo burgués"), Demarcations, verano-invierno 2009, capítulo IV, en inglés. [regresa]

22. Del Punto 6 de la "Decisión del Comité Central del Partido Comunista de China sobre la Gran Revolución Cultural Proletaria", en Importantes documentos de la Gran Revolución Cultural Proletaria (Pekín: Ediciones en Lenguas Extranjeros, 1970), p. 144, y en: www.marxists.org/espanol/tematica/china/documentos/com.htm. [regresa]

23. Suzanne Pepper, "Chinese Education after Mao", China Quarterly, marzo 1980 (No. 81), pp. 6-7. Ver unos estudios útiles sobre la expansion de la enseñanza en el campo y la transformación de la educación durante la Revolución Cultural en Dongping Han, The Unknown Cultural Revolution: Educational Reforms and Their Impact on China's Rural Development (Nueva York: Garland Publishing, 2000); y Ruth Gamberg, Red and Expert: Education in the People's Republic of China (Nueva York: Schocken, 1977). [regresa]

24. Ver Kaplan, et. al., obra citada, pp. 233, 242; y C. Clark Kissinger, "Cómo la revolución maoísta erradicó la drogadicción en China" (revcom.us/a/china/opium-s.htm). La versión completa de este ensayo, Una cuestión de poder: Cómo acabó con la droga la China revolucionaria, salió en Obrero Revolucionario (ahora Revolución) #476, 10 de octubre de 1988 y se reimprimió en forma de folleto (Chicago: RCP Publications, 1988). [regresa]

25. Victor W. Sidel y Ruth Sidel, Serve the People: Observations on Medicine in the People's Republic of China (Boston: Beacon Press, 1973), pp. 22-24. [regresa]

26. Teh-wei Hu, "Health Care Services in China's Economic Development", en Robert F. Dernberger, comp., China's Development Experience in Comparative Perspective (Cambridge: Harvard University Press, 1980), pp. 234-238. [regresa]

27. Penny Kane, The Second Billion (Hammondsworth: Penguin, 1987), p. 172. [regresa]

28. Ver Jean Dreze y Amartya Sen, Hunger and Public Action (Oxford: Clarendon Press, 1989), pp. 205, 214. Noam Chomsky hace uso de las tasas comparativas de mortalidad de Dreze y Sen para hacer este estimado de cien millones de muertes innecesarias en la India (ver "Millennial Visions and Selective Vision, Part One", Z Magazine, 10 de enero de 2000). [regresa]

29. Ver, Bai Di, "Creciendo en la China revolucionaria", entrevista, Revolución #162, 19 de abril de 2009; Dongping Han, "La Revolución Cultural desconocida: Vida y cambio en una aldea china", entrevista, Revolución #176, 13 de septiembre de 2009; Mobo Gao, Gao Village (Honolulu: University of Hawai’i Press, 1999). [regresa]

30. Bob Avakian, Observations on Art and Culture, Science and Philosophy [Observaciones sobre arte y cultura, ciencia y filosofía](Chicago: Insight Press, 2005), ver pasajes en español en revcom.us; "Hacer la revolución y emancipar a la humanidad," en Revolución y comunismo: Fundamento y orientación estratégicos (Chicago: RCP Publications, 2008). [regresa]

31. "Sobre el comunismo, el liderazgo, Stalin y la experiencia de la sociedad socialista", Revolución #168, 21 de junio de 2009, revcom.us/avakian/on_communism-es.html [regresa]

32. Bob Avakian, "La Revolución Cultural de China… el arte y la cultura… el disentimiento y la efervescencia… y el avance de la revolución hacia el comunismo", Revolución #260, 19 de febrero de 2012, revcom.us/a/260/avakian-on-cultural-revolution-in-china-es.html [regresa]

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