No es hora de celebrar

La inexorable monstruosidad de Trump y Pence sigue su marcha y hay que expulsarla

29 de marzo de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Para entender las raíces y la dinámica de la elección de Trump, adéntrense en las siguientes dos obras de Bob Avakian:

La verdad sobre la conspiración derechista… y por qué Clinton y los demócratas no son la respuesta

 “Los fascistas y la destrucción de la 'República de Weimar'... y qué la va a reemplazar

No a la prohibicion, No al muro

Las últimas dos semanas han pasado a una velocidad vertiginosa. Trump ordenó una nueva prohibición anti musulmana y la bloquearon rápidamente unos jueces de la Corte Federal Distrital (aunque una apelación es posible); se iniciaron las audiencias sobre los posibles vínculos entre Rusia y la campaña electoral de Trump antes de los comicios; y el viernes 24 de marzo, fue derrotada la propuesta republicana sobre atención médica (que tenía el fuerte respaldo de Trump). Todos esos sucesos sí son reveses para el régimen. Pero, cómo entenderlos y qué hay que hacer al respecto no es tan claro para muchas personas que desean urgentemente que este régimen se vaya y que sacan ánimos de estos reveses. El siguiente artículo analizará qué ha ocurrido; demarcará algunas distinciones en cómo analizar la política en este período y sobre qué base debemos luchar; y planteará algunas ideas sobre qué hay que hacer ahora.

No podemos darnos el lujo de ser engañados ni de engañarnos nosotros mismos, sobre el significado de esos sucesos; hay muchísimo en juego.

Contradicciones y reveses — pero NO son golpes mortales ni un descarrilamiento

Para hablar sin rodeos, esta racha de dificultades y reveses NO necesariamente significa que el régimen haya recibido golpes mortales ni que pronto vaya a recibirlos (con las investigaciones sobre Rusia). Tampoco necesariamente significa que se pueda contar con el sistema de controles y contrapesos para detener la marcha continuada de los asaltos fascistas de Trump y Pence contra el pueblo y la ley, o que de alguna manera el régimen de Trump y Pence esté encaminado hacia su autodestrucción, o al mínimo, se encuentre incapaz de ejercer su voluntad. Todas esas ideas influyen espontáneamente, y también se promueven. Y están ejerciendo un efecto negativo.

Por ejemplo, no era bueno que fueran pocas las personas que salieron para protestar la prohibición anti musulmana el 16 de marzo, por la cancelación de la participación de muchos grupos tras saber de la orden judicial que temporalmente suspendió la prohibición mientras se apelaba. Con la orden judicial o no, hacían falta manifestaciones masivas que representaran la amplitud y determinación de la oposición. La concurrencia y el estado de ánimo de estas manifestaciones no estaban a la altura de lo necesario, y mandaron el mensaje incorrecto tanto al enemigo como al amigo potencial.

No es de sorprenderse que ahora el régimen haya encontrado otros medios para implementar una prohibición de viajar que es aún más amplia.1 Mientras tanto, Trump viene azuzando la rabia de su base social principal en contra de las cortes en mítines en Tennessee y Kentucky. Lo único que Trump necesitaría sería un incidente similar a lo que ocurrió en Londres la semana pasada, a fin de tomar la ofensiva e intentar lo que Breitbart y Rush Limbaugh han pedido — desafiar a las cortes y retarles a que lo detengan. No es por nada que Trump hizo un espectáculo de dejar una corona en la sepultura de Andrew Jackson, ese presidente traficante de esclavos que también encabezó campañas militares genocidas contra los indígenas. Aparte de expresar su profunda resonancia con la combinación de demagogia y racismo que Jackson usó para crear el populismo estadounidense, Trump le hacía eco a la historia de Jackson de desafiar a la Suprema Corte. Cuando la Corte dictaminó en su contra, Jackson hizo que lo que quería de todos modos, preguntado, “¿con qué ejército van a defender su dictamen?”.

Una dinámica similar está en juego con la atención médica. Sin duda, Trump y Pence hubieran preferido la victoria; esto fue un revés. Pero no por eso se iban a disuadir ni descarrilar los individuos en el núcleo de este régimen. Para citar al ideólogo fascista y consejero principal de Trump, Steve Bannon: “Si ustedes creen que les van a devolver su país sin pelear, están muy equivocados”. Trump por poco revela la estrategia el viernes 24, tras la derrota de la propuesta sobre atención médica: devastar aún más a Obamacare y echarle la culpa a los demócratas (al mismo tiempo que exige otras concesiones a aquellos republicanos cuya obstinación fue lo que provocó la derrota de la propuesta) y después, quizás, hacer que se apruebe más adelante alguna versión de una reforma por la cual se atribuirá el mérito. Sí, Trump hubiera preferido ganar — pero según la evolución típica del fascismo, todavía puede sacar beneficio de un escenario en que “se eleva como un fénix de las cenizas de la derrota para reclamar la retribución y ganar la redención”.

Sobre la controversia sobre Rusia, un poco más adelante vamos a adentrarnos en por qué escoger un lado en dicha controversia es en realidad tóxico para construir el movimiento del tipo que hace falta. Pero hasta los muy atrapados en esa controversia sobre sus propios términos deben pensar en lo siguiente: quizá el mismo Trump coludiera conscientemente con los rusos para ganar la presidencia y quizá surja buena evidencia del mismo. Quizá. Pero ¿qué tal si resultara que no haya ninguna evidencia directa del involucramiento de Trump y/o que sus subordinados “se sacrifican” sin incriminar a Trump ni Pence? Al ocurrir eso, pues no sólo se irá a pique todo esto sino que Trump lo aprovechará para desacreditar aún más a los medios de comunicación y a esos sectores de los organismos de inteligencia con los cuales tiene conflictos. Hará uso de las acusaciones no sólo para convencer y encender aún más a su base de apoyo sino también para convencer a más personas de que se trataban de mucha exageración y puras mentiras para “robarme el triunfo”. Los que cifraron todas las esperanzas en esto encontrarán que engañar a la gente haciéndola enfocarse en esto —a pesar de que, por las razones que explicamos la semana pasada, esto NO es el quid del asunto— por lo que les saldría el tiro por la culata, con consecuencias perjudiciales muy serias.

Efectivamente, ellos han sufrido reveses. Pero, primero, es fácil imaginar cómo cada uno de esos reveses podría llegar a ser una oportunidad de consolidar más el régimen o de resultar irrelevante debido a algún nuevo acontecimiento en el mundo o nueva iniciativa del régimen. Segundo, generalmente, los regímenes fascistas actúan por medio de lucha, reveses, improvisación y actos arrolladores para salir de sus líos.2

A pesar de los reveses, siguen a toda marcha las maniobras de Trump y Pence de consolidar el fascismo

Mientras tanto, menos percibido, la ofensiva sigue arrollando, con una fuerza y crueldad cada vez mayor. Ya desencadenaron al ICE (la Migra) y lo reforzarán. Los migrantes indocumentados ya viven en un estado de terror, y los inmigrantes en general se ven obligados a justificar continuamente su presencia.3 Continúa el pico de crímenes de odio.4 Siguen los asesinatos y la brutalidad de la policía a las personas negras y latinas, aunque ahora sin cobertura, y este régimen promete “quitarle las esposas” a estos asesinos uniformados y encarcelar a muchas más personas.5 Han propuesto nuevas leyes (o “han reinterpretado” unas leyes viejas) en por lo menos ocho estados para endurecer mucho más los castigos por protestar.6 El nuevo presupuesto destripará gravemente los recursos para la ciencia.7 La reciente entrevista a Trump en la revista TIME, en la cual él reafirma casi todas las afirmaciones infundadas y mentiras que regaba durante el año pasado, sirvió el doble propósito de reafirmar esta línea epistemológica ante todos y de envalentonar a su base. Hacen daños incalculables al medio ambiente, con nuevos ultrajes cada día.8

A nivel internacional, Estados Unidos ha venido intensificando su agresión contra países de todo tipo con los cuales ni siquiera está en guerra oficialmente.9 Para nada se puede exagerar los peligros de la situación en Corea. Al parecer tanto Trump como Kim Jong-un tienen unos “tornillos sueltos”, pero en realidad hay un método en la locura y una lógica de la lógica que es sumamente peligrosa (también en este caso, si simplemente van a los extremos, bien podrían usar esto como pretexto para una represión draconiana de gran envergadura).10

Se puede malinterpretar hasta el hecho de que el régimen hasta la fecha no ha logrado mantener el ritmo normal de los nombramientos para miles de puestos en el gobierno federal, considerándola infructuosidad, como una combinación de incompetencia e ineficiencia. De hecho, sí han hecho numerosos nombramientos provisionales —que NO requieren la aprobación del Congreso— y han mandado “equipos” a todas las dependencias federales para emprender el proceso de reconfiguración. Al mismo tiempo, una parte de su programa de restructuración es en realidad de destripar a ciertos departamentos.

Ellos no son todopoderosos, y todo esto no procede de acuerdo con algún plan maestro perfecto y absoluto. Cabe repetir, los reveses eran reales; pero esto es un camino que necesariamente procede por medio de caos y combate, con altibajos e improvisación. Así ha ocurrido con los fascistas de antes, y se está desenvolviendo en maneras generalmente similares ahora. Pero, para parafrasear a Bannon, ¿ustedes no creen que van a dejar que derrotemos un intento serio de instituir el fascismo sin una pelea —una enorme pelea, mayor a lo que se ha visto en décadas— o sí?

       

Cuestiones del método, cuestiones del marco

Una sola misió unificadora ¡A expulsar al régimen de Trump y Pence!
¿Qué es el fascismo?

La nueva síntesis del comunismo, el núcleo sólido y la elasticidad

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Una entrevista a Ardea Skybreak

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Hay dos problemas en ciertos aspectos del entendimiento de las personas sobre lo anterior. El primero es una cuestión del método. Hay que evaluar al régimen de Trump y Pence por el lente de un intento de instaurar el fascismo, y no de la “política de costumbre” democrática-burguesa. Esto ha sido cierto con Trump desde el principio — ¿acuérdense todas la ocasiones en que lo descartaron porque ya se había pasado de la raya al violar las reglas del juego? No obsante, fue su propia violación de esas reglas que sirvió para ganar, consolidar y energizar a una base fascista (o en realidad un conjunto de facciones fascistas, con los fascistas cristianos representados por Pence en el núcleo) la cual el Partido Republicano había cultivado durante años.

Los comentarios convencionales — de que Trump no puede contar votos, de que Trump no puede simplemente atender a su base sino que debe trasladarse al centro como un presidente normal, etc.— no entienden que Trump NO es un presidente normal. Trump es un presidente decidido a instaurar un régimen fascista basado en una desenfrenada e hipervirulenta supremacía cultural, económica y política cristiana-europea blanca y la correspondiente persecución de aquellos que no encajan en esa “norma”, un chovinismo extremo y agresivo hacia el resto del mundo; una combinación tóxica y agresiva de la misoginia del patriarcado de la vieja escuela teocrática y de la cultura porno en la que aplastan los derechos de la mujer; un culto recalcitrante y burlón de la ignorancia; una política exterior necesariamente hiperagresiva y militarista (junto con una promoción de la “cultura guerrera” del culto a lo militar en esta cultura); y la trituración de los derechos democráticos supuestamente garantizados por la Constitución. La estrategia de Trump y Pence se apoya precisamente en el constante fortalecimiento y mayor instigación de su base —de muy literalmente “armarlos” contra aquellos que el régimen persigue— y encauzar los reveses que sufran hacia algo que sirva ese objetivo. Para lograr su propósito, se apoya en la utilización de lo que sea necesario; y en la reconfiguración-destrucción de las partes de la maquinaria estatal que se entreponen en su camino.

En pocas palabras, “cuando la clase burguesa (capitalista-imperialista) ejerza una dictadura abierta, la que gobierna por medio del uso del abierto terror y la violencia, pisotea lo que se supone son derechos civiles y legales, utiliza el poder del estado y moviliza a grupos organizados de golpeadores fanáticos para cometer atrocidades contra las masas populares, particularmente contra los grupos de personas que identifica como ‘enemigos’, ‘indeseables’ o ‘peligros para la sociedad’” (de “¿Qué ES el fascismo?”).

El análisis, para ir a la esencia de las cosas, no puede partir de la aplicación de una metodología empirista (de centrarse exclusivamente en los fenómenos superficiales más recientes y de dejarse influenciar por ellos) en un marco analítico irrelevante (el funcionamiento normal de la dictadura democrática burguesa de dos partidos), sino de un análisis dialéctico basado en las contradicciones y las dinámicas subyacentes. El régimen está intentando imponer una forma diferente de dominio burgués. Esta es una transición abrupta y necesariamente llena de contradicciones y maniobras de parte de los distintos bandos —y no sólo los fascistas contra los demócratas burgueses convencionales, sino al interior del propio campo fascista— lo que le presenta complicaciones y retos al régimen, pero es no menos peligroso para la humanidad en todo el mundo.

¿La humanidad o Estados Unidos?

Y también está el elemento del marco. Volvamos a la obsesión con Rusia (una que supura con una intensidad casi maníaca en alguien como Rachel Maddow). Aparte de las formas en que esto podría tener efectos negativos, he aquí el problema más profundo: los términos generales de esto se centran en “los intereses de Estados Unidos” — lo que se reduce muy rápidamente a los intereses del imperialismo de Estados Unidos y la mejor manera de saquear y, cuando sea necesario, masacrar a la gente del mundo.11 Los fascistas y aquellos que se les oponen en la cúpula del Partido Demócrata, junto con los republicanos como Lindsay Graham, se están luchando entre sí sobre la mejor forma de reforzar esos intereses. Pero (a) esos intereses NO son los intereses fundamentales de los miles de millones de personas en todo el mundo y hasta cientos de millones de personas en Estados Unidos; (b) si uno lucha contra el fascismo bajo tales términos, pues la lógica de su posición en cierto punto lo conducirá a conformarse, porque sin duda, desde la perspectiva de los intereses imperiales de Estados Unidos, acomodarse con el fascismo sería preferible al trastorno y posibles daños a esos intereses imperialistas que encerrara una agitación masiva del calibre que sería necesario para sacar al régimen; y (c) la base misma de sus argumentos para sacar a Trump lo conducirá a alinearse con Estados Unidos en cualquier acción militar o guerra importante que el régimen (junto con sus críticos del Partido Demócrata y la gente como Graham y McCain) afirme que constituye una “amenaza existencial a los intereses estadounidenses”.

Hay que dirigir a las personas que ahora están despertando a la vida política contra Trump y “están exigiendo la recuperación de su país” a que reconozcan los crímenes reales que Estados Unidos ha cometido y aún comete, y la verdad fundamental de que “Estados Unidos NUNCA ha tenido grandeza”. Esto no quiere decir que todos lo captarán de una sola vez, o que a menos y hasta que sí lo capten, los revolucionarios no deberían unirse con ellas, pero SÍ quiere decir que hay que usar los recursos en este sitio web para presentar argumentos convincentes y luchar con la gente de una forma buena para que lleguen a tener este entendimiento.

Por último, se ve una renuencia a salirse de los confines de los cauces y medios normales de la política, y una dificultad de imaginar lo que eso significa. Esto se captó en un intercambio en el programa televisivo de Bill Maher del 24 de marzo, después de la derrota del proyecto de ley sobre la atención médica. Los invitados de Maher, en maneras diferentes y limitadas, se angustiaban sobre la normalización que sigue en marcha y parecía que buscaban algo diferente y más radical. Chris Hayes, el anfitrión de la MSNBC, intentó refutarlo diciendo:

[E]s verdad que nos acostumbramos a las cosas y pienso que la normalización es una amenaza, pero la otra cosa que diría es que en ciertos sentidos una de las cosas que vimos esta semana fue el funcionamiento de la política normal. En el ámbito de la atención médica, eso fue algo muy normal. Digamos, presentaron un proyecto de ley, el proyecto de ley fue malo, la gente se rebeló. Pues buscamos estas soluciones anormales, que es como oprimir un botón de pausa, de lo que entiendo el impulso, pero las únicas victorias reales que se han dado han sido victorias por medio de la política normal, por medio de la lucha en ese terreno.

No, Chris Hayes. Usted se equivoca, se equivoca totalmente. Se trata de un excelente ejemplo de actuar de acuerdo al marco de la política como de costumbre; no sólo es totalmente inadecuado (e irresponsable) promover esto frente al fascismo, sino que ni siquiera es cierto en tiempos normales. La única forma en que jamás se han ganado victorias reales ha sido cuando la gente se salió del marco político normal y puso todo en juego. Esto ha implicado —y cabe implicar ahora— tomarse las calles y manifestar oposición a este régimen de una manera que no se puede ocultar, no se puede acallar y no depende de alguien en el poder sino que esté decidida y no ceda en tal medida que todos tengan que responder a nuestra demanda. Esto tiene que implicar ir más allá, mucho más allá, de la preciosa “política normal” de Chris Hayes, y al contrario de hecho poner la vida, reputación y plataforma pública en las primeras filas para decir NO, apoyarnos en nosotros mismos, y SALIRNOS de la política como de costumbre.

Se necesita: Una lucha para desencadenar la inmensa reserva de aquellos que se oponen visceralmente a Trump y Pence

En este mero momento, se están propagando ampliamente métodos erróneos de ver las cosas y el marco limitado (y en última instancia inmoral) para la acción que este artículo critica.

Por otro lado, que no nos olvidemos que millones de personas siguen oponiéndose visceralmente a este régimen y han mostrado una y otra vez un deseo de actuar. Si queremos que actúen ahora —y se necesita con urgencia tal acción—, nos toca a nosotros presentar el argumento. El argumento de que lo que enfrentamos es, sí, el fascismo, y que ésa no es una mala palabra sino una manera de analizar científicamente el problema que enfrentamos. El argumento de que esto implicará, y ya implica, cosas verdaderamente terribles para la humanidad las que van más allá de lo que la gente se enfrenta en este momento, y cosas terribles para la esperanza y capacidad de la humanidad de luchar por un futuro mejor. El argumento según el que hay que emprender esta batalla se basa en los intereses de toda la humanidad y no en los términos de “lo que es bueno para Estados Unidos”, lo que sólo ha implicado y sólo puede implicar devastación para la gente en todo el mundo, inclusive en Estados Unidos, y para el planeta mismo.

Ahora nos encontramos ante una encrucijada. Por un lado, es muy probable que Trump intente recuperarse del revés en torno a la atención médica; tal vez perpetre un nuevo ultraje para cambiar los términos, a la vez que en todo caso siga adelante con los otros elementos mortales de su agenda. Al mismo tiempo, ya están programadas importantes manifestaciones para el 22 de abril (la Marcha por la Ciencia), el 29 de abril (en defensa del medio ambiente) y el 1º de mayo (por los derechos del inmigrante). Además, este año el 24 de abril es la fecha del Día del Recuerdo del Holocausto. Y el mes de abril será la última oportunidad real para que se dé el tan necesario auge de lucha de los estudiantes que todavía no ha ocurrido.

Lo que sucede en el mes de abril bien podría ser determinante.

El que aquellos millones de personas que se angustian sobre Trump cuenten con una dirección para reconocer la verdadera profundidad del horror en Estados Unidos, o el que sean víctimas del engaño de aparentes victorias y atajos... el que aquellos que ahora se identifican con la resistencia estén convocados a efectivamente ponerse a la altura a fin de ser la resistencia que de veras necesitamos —en los hechos y no sólo de palabra— y, como parte de eso, el que se tomen las calles con una creciente determinación de expulsar al régimen, o el que al contrario, se desvíe este sentimiento por un callejón sin salida hacia los confines de la política como de costumbre... pues en todo esto habrá muchísimo en juego, de un modo u otro, no sólo para la gente en Estados Unidos sino en todo el mundo. Importa lo que pase en respuesta a cualquier nueva amenaza u ofensiva de Trump... y lo que pase durante ese período hasta el fin de abril.

Nos toca a nosotros hacer que esto contribuya a la expulsión de este régimen a la mayor brevedad posible. La imagen y la realidad que caben manifestarse en abril, lo que incluye las manifestaciones del 1º de mayo, es de un gran paso hacia la presencia de millones de personas en las calles que están decididas a expulsar a este régimen.


1. Lea “La ‘última opción’ de Trump impone una prohibición a los musulmanes”. [regresa]

2. De hecho, este punto lo ilustra Hitler, retratado con muchísima frecuencia como una mente maestra omnisciente. Los nazis lograron consolidar un conjunto de leyes mucho más represivo a un ritmo mucho mayor que Trump. Pero no obstante, pasó un tiempo antes de que lograran consolidarse en lo básico, y de hecho esto requirió una purga violenta al interior del partido nazi y simultáneamente, contra los elementos de la coalición que lo puso en el poder. Como consecuencia de sus planes de muy fuertes peligros y riesgos, tanto sus estímulos nacionales como sus maniobras internacionales, los nazis tuvieron que actuar rápidamente antes de que otros pudieran reaccionar en toda su extensión, algo que Hitler recalcaba para sus subordinados. Cabe repetir, Trump NO equivale a Hitler en algún sentido mecánico, y son diferentes las necesidades y retos ante cada régimen, pero SÍ hay patrones en el modo de operar del fascismo. [regresa]

3. Lea “El régimen de Trump y Pence pone bajo sitio a las comunidades de inmigrantes: Escalada fascista de ataques a los inmigrantes”. [regresa]

4. Lea “¡Trump ha soltado los perros! Supremacista blanco mata a hombre negro en Nueva York”. [regresa]

5. Lea “Al saliente procurador federal Zachary Fardon al dejar su cargo en Chicago: Adiós… y ¡VÁYASE AL CARAJO!”;  “Black community members begging for ‘resources’—be aware” (en inglés; Unos miembros de la comunidad negra mendigan ‘recursos’: Cuidado”); y “Órdenes y bases de datos anti pandilleras: En manos de Trump & Sessions, alimentarán horror tras horror”. [regresa]

6. Lea “Intensifican y extienden supresión del disentimiento: Ola de leyes estatales castigarían con mano dura formas comunes de protesta”. [regresa]

7. Lea La Marcha por la Ciencia del 22 de abril — Por qué importa y “Michael Slate Interviews Scientist Peter Gleick: ‘When you take bad science or you ignore science all together to push an ideological point of view, we’re in deep trouble’” (en inglés; Michael Slate le entrevista al científico Peter Gleick: “Cuando uno toma la ciencia mala o de plano desconoce la ciencia con el fin de promover un punto de vista ideológico, se meterá en grandes líos”). [regresa]

8. Lea “Orden de Trump da luz verde al oleoducto Dakota Access — pisotea los derechos de los pueblos indígenas y la lucha popular”; “Resist Trump’s Approval for Keystone XL Pipeline” (en inglés; Oponerse a la aprobación del oleoducto Keystone XL por Trump); y “Resist Trump’s Moves to Disembowel the EPA and Wreck the Environment” (en inglés; Oponerse a las maniobras de Trump para destripar la Agencia de Protección Ambiental y destruir el medio ambiente). [regresa]

9. Lea “A ‘Surge’ in the U.S. Slaughter of Syrian and Iraqi Civilians” (en inglés; Un “aumento” de la matanza de civiles sirios e iraquíes por Estados Unidos) y “La redada de los SEALs de la marina de Estados Unidos en Yemen: ‘Asegurar a nuestra nación’ masacrando a los niños”. [regresa]

10. Lea “Escalating Tension Between U.S. and North Korea: Urgent Dangers for Humanity” (en inglés; La escalada de tensiones entre Estados Unidos y Corea del Norte: Urgentes peligros para la humanidad). [regresa]

11. Lea “¿Qué hay detrás del furor sobre Rusia y Trump... y qué son los intereses del pueblo?” [regresa]

 

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