Estados Unidos y otras potencias del mundo acaparan vacunas por Covid, condenan a millones de personas en Asia, África y América Latina a un innecesario sufrimiento y muerte

De un lector

| revcom.us

 

Nota de la redacción: La semana pasada, revcom.us publicó una carta de un miembro de la Gira “Revolución” (El parasitismo, la pandemia, y los horrores innecesarios de un mundo desequilibrado) que iluminó cómo y por qué la respuesta de este sistema a la epidemia del coronavirus se ha fundamentado en la explotación e intensificación de desigualdades y relaciones opresivas a nivel mundial — y ha fallado rotundamente en prevenir o minimizar el masivo sufrimiento y muerte. A continuación, la carta de otro lector desarrolla más el tema.

En realidad, no hay ninguna manera de que una persona en India ni en ninguna parte fuera de estos países ricos vaya a conseguir una de estas vacunas, ni por todo el oro en el mundo. Simplemente no existen fuera de unos pocos países ricos.

Achal Prabhala, promotor de salud pública en India

Desapercibido, con poca atención pública, se está llevando adelante algo verdaderamente chocante — un enorme crimen contra la humanidad que podría resultar en el innecesario sufrimiento extendido para millones de personas en África, Asia y Latinoamérica. Ahora el sistema mundial que domina al mundo está dictando que vale la pena proteger contra la plaga de la Covid a solamente una quinta parte de las personas en las naciones oprimidas.

Esta no es ninguna exageración.

Durante la primavera de 2020, mientras la pandemia propagaba enfermedad, muerte y devastación económica por el mundo entero, Estados Unidos, Gran Bretaña, Europa y otras potencias imperialistas empezaron a financiar a docenas de compañías farmacéuticas para que desarrollaran vacunas. En vez de basarse en el deseo de miles de científicos de cooperar en sus esfuerzos y compartir su conocimiento para solucionar este problema que amenaza al planeta entero, las grandes potencias se competían unas contra otras para obtener ventajas económicas, políticas y estratégicas, para asegurar que su población se vacunara primero (y por lo tanto que se reimpulsara su economía antes de que las otras potencias pudieran hacerlo1 ) y para luego aprovechar su control sobre estos suministros valiosos para acumular y ejercer influencia sobre otros países.

Y todas las corporaciones —si bien afirmaban que iban a distribuir la vacuna a toda persona en el planeta (¡con el paso del tiempo!)— fraguaron acuerdos secretos de adquisición con los países ricos individuales los que podían pagar el precio más alto por la vacuna cuando se produjera. Los países imperialistas también obstaculizaron los esfuerzos por suspender los “derechos de propiedad intelectual” —patentes, etcétera— que impiden que las compañías en el tercer mundo usen las nuevas tecnologías de vacuna para producir y distribuir más económicamente las vacunas en sus respectivos países2 .

Y, ¿qué es el resultado? El 28 de diciembre, el New York Times reportó que “Dentro de unos meses, se espera que una fábrica en Sudáfrica empiece a producir un millón de dosis de la vacuna contra la Covid-19 cada día en el país africano más golpeado por la pandemia. Pero es probable que se envíen esos viales a un centro de distribución en Europa los que luego se despachen apresuradamente a los países occidentales que ya tienen sobre pedido cientos de millones de ellos. Ningún vial ha sido apartado para Sudáfrica … que no espera ver el primer goteo de dosis hasta eso de mediados del año entrante”.

Existe una situación semejante en India, un país profundamente empobrecido de 1.3 mil millones de personas que han sufrido terriblemente debido a la pandemia3 . El gigante farmacéutico AstraZeneca (bajo presión, según se informa, de sus socios investigadores en la Universidad Oxford) ha prometido producir suficientes dosis para vacunar sólo un poco más de una tercera parte de la población… durante el año entrante.

Para vencer la pandemia, se requiere la “inmunidad de grupo”, lo que se lograría cuando sea inmunizada una parte suficiente de la población para que el virus ya no pueda propagarse y empiece a desaparecer. Al no lograrse eso, el virus no solamente seguirá circulándose entre las personas no vacunadas, sino que, con el paso del tiempo, se desarrollarán nuevas cepas del virus contra las cuales las vacunas existentes no protegen. En tal caso, la Covid podría volverse “endémica”, lo que significa que esta enfermedad letal se convierta en una parte constante de la sociedad, enfermando y matando a millones de personas más, causando estragos en la economía y debilitando la sociedad en su conjunto.

La mayoría de los expertos en la salud pública creen que la inmunidad de grupo para la Covid requiere que se inmunice aproximadamente un 70 por ciento de la población. Y no obstante, según un artículo en el New York Times (el 26 de diciembre), la agrupación internacional que está trabajando para proveer ayuda a los países de bajos y medianos ingresos “tiene por objetivo cubrir, en el mejor de los casos, un 20 por ciento para fines de 2021” — en otras palabras, sólo una quinta parte de la población. Algunos grupos estiman que en realidad, los 70 países más pobres del mundo sólo podrán vacunar a una décima parte de su gente.

En contraste, Estados Unidos y otras potencias han estado acaparando vacunas para sí mismas, y ahora han confirmado pedidos que canalizarán a sus manos la mayor parte de las vacunas a medida que se produzcan. Según The Economist (12 de noviembre), Canadá tendrá lo suficiente para vacunar a toda su población casi cinco veces; Gran Bretaña casi tres veces; Estados Unidos y los países de la Unión Europea, 1.5 veces.

Como lo dijo el jefe de los African Centers for Disease Control (ACDC: Centros de Control y Prevención de Enfermedades de África)4 : “Estados Unidos no va a centrar la vacunación en un 20 por ciento de su población. Europa no va a centrar la vacunación en un 20 por ciento de su población. ¿Por qué creen que debemos hacerlo así en África?”.

Es una pregunta importante. No obstante, esto no es obra de ningún genio maléfico ni súper-villano … solamente se debe al funcionamiento normal de un sistema mundial — el sistema del imperialismo capitalista. Bajo este sistema, lo que determina la manera en que se producen y se distribuyen hasta las necesidades más básicas de la vida humana es el afán de ganancias de los diferentes bancos y corporaciones capitalistas que se compiten entre sí despiadadamente, y el impulso competitivo de las “grandes potencias” por ventajas económicas y estratégicas a nivel mundial.

 


1. Según el New York Times, el ministro de Salud de Israel puso en claro que, aunque Israel terminara por pagar un sobrecosto por la vacuna, no obstante valdría el costo a fin de reabrir la economía israelí aunque sea una semana más temprana que sus competidores. (Israel no es una potencia imperialista en sí. Pero es un gendarme altamente militarizado al servicio del imperialismo estadounidense, y, por lo tanto, sus líderes por lo general reflejan el punto de vista básico de las potencias imperialistas). [volver]

2. Por ejemplo, hay 20 manufactureros de vacunas en India, y ocho en el continente africano. [volver]

3. Al 1º de enero, India ha reportado más de 10 millones de casos de la Covid-19 y 150.000 muertes, cifras que probablemente representen subconteos muy extremos. Lea aquí un informe sobre la primera ola de la Covid en India. [volver]

4. El presupuesto de los ACDC en 2016 era de $6.9 millones de dólares. El presupuesto de los CDC de Estados Unidos en 2019 era de $7.3 mil millones (enlaces en inglés). [volver]

Volunteers wait for vaccine trial, South AfricaSudáfrica: Unos voluntarios esperan que los revisen en un centro de ensayos de vacunas para AstraZeneca, que producirá millones de dosis de la vacuna al día. Pero la vacuna probablemente sea enviada a Europa y a los países occidentales que han reservado cientos de millones de dosis. Ninguna se ha reservado para Sudáfrica, que quizá reciba el primer goteo de dosis a fines de 2021. (Foto: AP)

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