El funcionamiento opresivo y parásito del capitalismo-imperialismo continúa con innecesarios horrores de Covid-19

Primera parte

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Una serie de artículos publicados anteriormente en revcom.us1 ha puesto al descubierto cómo el funcionamiento del capitalismo-imperialismo ha llevado a horrores innecesarios bajo la pandemia de Covid-19:

  • La producción de EPP (equipo protector personal) estaba sujeta al funcionamiento de las cadenas de suministro globales en un mundo desequilibrado de países ricos capitalista-imperialistas y países pobres, donde gran parte del EPP se fabricaba en maquiladoras en el tercer mundo donde los trabajadores están sometidos a condiciones opresivas;
  • Estados Unidos, Gran Bretaña, Europa y otras potencias imperialistas financiaron a empresas farmacéuticas para que desarrollaran vacunas, pero en lugar de aunar esfuerzos y compartir conocimientos, estos países compitieron entre sí para obtener ventajas económicas, políticas y estratégicas, para asegurarse de que su país se vacunara primero;
  • Estados Unidos y otros países ricos acapararon vacunas para acumular aún más vacunas de las necesarias para vacunar a su población, a la vez bloqueaban los esfuerzos por suspender los “derechos de propiedad intelectual”, que impiden que las empresas en los países del tercer mundo produzcan y distribuyan vacunas a bajo precio;
  • El funcionamiento del imperialismo garantizó que no hubiera una distribución equitativa de las vacunas en todo el mundo y que la producción de vacunas permaneciera en gran medida en manos de países ricos como Estados Unidos.

TODO LO ANTERIOR no sólo ha continuado sino que se ha vuelto aún más horrible.

La Primera parte de este artículo examinará cómo la pandemia ha exacerbado la pobreza y el hambre, especialmente en los países pobres del tercer mundo; y analizará las formas en que las desigualdades ya existentes se han profundizado con el Covid-19.

En la Segunda parte se examinará cómo diferentes países y sectores de la población están muriéndose de forma desproporcionada a causa del Covid-19; y el impacto de la pandemia en las mujeres, las minorías, el empleo y la educación.

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Covid-19 profundiza la pobreza y el hambre

East London, Sudáfrica: Thembakazi Stishi es madre soltera. Su padre, que trabajaba como mecánico en una fábrica de Mercedes, la ayudaba a alimentar a su familia. Luego, en enero, el padre de Stishi murió de Covid-19. Stishi fue de puerta en puerta ofreciendo limpieza de casas por $10, pero no consiguió trabajo y, por primera vez, sus hijos se fueron a la cama con hambre. Millones de personas como Stishi ya vivían en condiciones desesperadas y la pandemia de Covid-19 los ha llevado al borde del precipicio a caer en una pobreza y hambre más profunda.

Ciudad de Goshen, Perú: Cuando la pandemia azotó, el padre de Milinka y Luis Miguel, conductor de mototaxi, y la madre, trabajadora de una fábrica de juguetes, perdieron sus empleos. Ahora la familia sobrevive con unos 9 dólares al día, que se destinan sobre todo a agua, electricidad, gas y datos de telefonía móvil para que sus hijos puedan asistir a clases virtuales. Almuerzan en una “olla común”, uno de los puestos de comida improvisados que están apareciendo para ayudar a la gente a compartir sus escasas raciones de comida. La cena suele ser sólo pan y agua. Milinka dejó de jugar con su muñeca Hello Kitty en el piso de tierra, sentada en un rincón con una infección en la boca, y Luis Miguel perdió el interés por jugar al fútbol. Su madre, Marimar Ávila, 27, pensó que sólo estaban deprimidos, pero cuando los llevó al médico descubrió que tenían anemia.

Estos ejemplos dan una imagen viva de cómo la pobreza y el hambre que ya estaban tan acuciantes en los países del tercer mundo se han agravado enormemente con la pandemia de Covid-19.

Antes de la pandemia, se calcula que 150 millones de personas enfrentaban una escasez de alimentos que les ponía en peligro la vida. Ahora esta cifra es de 270 millones (Programa Mundial de Alimentos de la ONU). Y el número de personas en la peor fase de una crisis de hambre —al borde de la hambruna— ha pasado de 34 millones el año pasado a 41 millones.

Desde hace muchos años, el hambre en el mundo no ha dejado de aumentar en los países pobres, especialmente en África, debido a los conflictos armados, el aumento de la pobreza y las sequías e inundaciones relacionadas con el clima. La pandemia ha acelerado todo esto y el ya enorme abismo económico entre países ricos y países pobres se está profundizando, siendo el hambre una medida que define esta desigualdad.

Sudáfrica ha sido una de las naciones con mayor seguridad alimentaria del continente africano. Pero ahora, el desempleo alcanza un nivel récord de más del 30%. A fines de 2020, casi el 40% de los sudafricanos padecían hambre. El cierre de escuelas eliminó los almuerzos gratuitos que alimentaban a millones de estudiantes. Y un estricto cierre obligó a los vendedores informales de alimentos a cerrar, lo que significa que muchos residentes tuvieron que viajar más lejos para comprar alimentos y comprar en supermercados más caros.

El primer informe importante que analiza cómo la pandemia ha afectado a la seguridad alimentaria mundial fue publicado recientemente por cinco organismos de la ONU y muestra que, debido a los diversos impactos de la pandemia, el hambre en el mundo aumentó en un 1,5% en 2020, y se estima que afecta de 720 a 811 millones de personas en todo el mundo. El informe reveló que:

  • En Asia se encuentra la mitad de las personas desnutridas del mundo, con una estimación de 418 millones de personas desnutridas en 2020. El mayor índice de hambre en Asia se da en países del sur como India y Pakistán, donde cerca del 48% de las personas padecen una inseguridad alimentaria moderada o grave.
  • África tiene la tasa más alta de personas que viven con hambre, con cerca del 21 por ciento que enfrenta hambre en 2020, más del doble que cualquier otra región. Aproximadamente el 66% de los habitantes del África subsahariana enfrentan una inseguridad alimentaria de moderada a grave2.
  • El año pasado, 2.370 millones de personas —casi una de cada tres—padecían una inseguridad alimentaria de moderada a grave. Esto supuso un aumento de casi 320 millones de personas.
  • La brecha de género del hambre creció en 2020. En todo el mundo, las mujeres tienen un 10% más de probabilidades de pasar hambre que los hombres.
  • Se estima que 149.2 millones de niños menores de cinco años sufrían retraso en el crecimiento en 2020, mientras que 45.4 millones padecían emaciación (cuando el tejido muscular y graso “se consume”).

La pandemia ha trastornado las cadenas de suministro mundiales, lo que ha hecho que los precios de los alimentos se disparen. Por primera vez en 22 años, la pobreza extrema — las personas que viven con menos de 1.90 dólares al día — aumentó en 2020.

La base de un mundo desequilibrado de desigualdades salvajes

La pandemia ha puesto de manifiesto y agravado las desigualdades entre países y dentro de países. Los países pobres ya se enfrentaban a peores condiciones de vida, y ahora la falta de condiciones adecuadas de atención sanitaria hace que la gente sea más vulnerable a contraer y morir de Covid-19.

La escandalosa desigualdad en el acceso a las vacunas que salvan vidas ha crecido en este suelo de desigualdad económica y social. Al menos 4.3 millones de personas en el mundo ya han muerto a causa de la Covid-19, y probablemente dos o tres veces esa cantidad. Sólo el 15,4% de la población mundial ha sido vacunada [Our World in Data (Nuestro Mundo en Datos)]. Y se desglosa así: Estados Unidos ha vacunado a cerca del 48% de la población y los países de la Unión Europea a cerca del 42%. Esto contrasta pronunciadamente con el continente africano, donde sólo se ha vacunado el 1,43%, y con Asia, donde sólo se ha vacunado el 9,49%.

Resulta escandaloso que las naciones ricas sigan acumulando un excedente de vacunas, mientras que los países pobres se quedan sin ellas. Sólo el 1% de los habitantes de los países pobres ha recibido al menos una dosis de vacuna. El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud, ha calificado la distribución mundial de vacunas como un “apartheid de vacunas”.

Este “apartheid de vacunas” se ha agravado más por el hecho de que las grandes farmacéuticas y los países ricos se han resistido a renunciar a los “derechos de propiedad intelectual”, lo que dificulta, si no impide, que los países pobres desarrollen su propia producción y distribución de vacunas. África obtiene el 99% de todas sus vacunas de otros países.

Las estadísticas de abril de 2021 muestran que el 87% de todas las vacunas administradas en el mundo habían ido a parar a países de ingresos altos o medio-altos, mientras que los países de ingresos bajos sólo recibieron un 0,2%. No un dos por ciento, ¡sino cero coma dos por ciento!

El apartheid de vacunas es evidente en todas partes. El gobierno de Estados Unidos tiene un excedente de vacunas y ruega que la gente se vacune, mientras que Haití sólo recibió su primera entrega de vacunas el 15 de julio, y tan sólo 500.000 dosis para una población de más de 11 millones. Canadá tiene más de 10 dosis por cada habitante, mientras que la tasa de vacunación de Sierra Leona es del 0,2%.

De hecho, los funcionarios europeos y estadounidenses implicados en la distribución de las vacunas le dijeron a la Associated Press que no habían contemplado el manejo de la pandemia a nivel mundial. Al contrario, se centraron en asegurarse de que Estados Unidos recibiera suficientes vacunas para su propio uso.

Se ha hablado de que el Covid-19 es un “gran igualador”, que el virus no respeta las fronteras y que “todos nos encontramos juntos en esto”. Pero la pura verdad es que el sistema del capitalismo-imperialismo, por su naturaleza, es un “gran creador y amplificador de la desigualdad”. Y esto se ha ilustrado claramente con los horrores de la desigualdad en la pandemia del Covid-19.

Cuanto más tiempo siga propagándose el Covid-19, más probable será que el virus mute, creando condiciones para que surjan cepas más agresivas.

Debido al funcionamiento de este sistema, el Covid-19 ha profundizado la pobreza y el hambre y ha exacerbado las desigualdades existentes, y millones de personas han muerto y seguirán sufriendo innecesariamente a causa del Covid-19.

Fuentes:

Conquering the Great Divide”, de Joseph Stiglitz, Fondo Monetario Internacional, otoño 2020.

Inequality in the Time of COVID-19”, de Francisco H.G. Ferreira, Fondo Monetario Internacional, verano 2021.

Five Ways Coronavirus is Deepening Global Inequality”, The Conversation, 8 de septiembre de 2020.

COVID-19 exacerbating global inequality, report finds”, Philanthropy News, 26 de enero de 2021.

Coronavirus vs. inequality”, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2020.

COVID-19 has shown us the true extent of global inequality”, de Gabriela Bucher, directora ejecutiva, Oxfam International, 25 de enero de 2021.

How unequal COVID-19 vaccine distribution is exacerbating global inequalities”, de Majd Mansour, ONE, 21 de enero de 2021.

A Pandemic of Vaccine and Technology Hoarding: Unmasking Global Inequality and Hypocrisy”, de Lauren Paremoer, The Cairo Review of Global Affairs, 12 de julio de 2021.

Vaccine inequity undermining global economic recovery”, Health Policy Watch, 22 de julio de 2021.

Covid-19 Spreading Faster than Vaccines: Rich Countries Must Address Vaccine Inequality”, Federación Internacional de Derechos Humanos, 7 de julio de 2021.

COVID-19: Vaccine imbalance highlights global inequality”, de Somshankar Bandyopadhyay, Gulf News, 25 de julio de 2021.

COVID-19 Vaccinations And Inequality In Crises”, de Carmela López, Organización Mundial por la Paz, 21 de julio de 2021.

Vaccine inequity: Inside the cutthroat race to secure doses”, de Lori Hinnant, María Cheng y Aniruddha Ghosal, Associated Press, 18 de julio de 2021.

More than half of global COVID-19 deaths in the Americas: PAHO”, Al-Jazeera, 7 de julio de 2021.

Experts warn of prolonged COVID-19 pandemic due to vaccine inequality”, de Guy Davies, Brittyn Clennett y David Andreas, ABC News, 28 de julio de 2021.

Pandemic-driven hunger is making the world more unequal”, de Anthony Faiola, Washington Post, 12 de julio de 2021.

6 Key Facts Everyone Should Know About How Global Hunger Has Spiked Amid COVID-19”, de Joe McCarthy, Global Citizen, 14 de julio de 2021.

Get Ready for a Spike in Global Unrest”, de Elise Labott, Foreign Policy, 22 de julio de 2021.

COVID-19 Vaccine Inequality and the Fight for Vaccine Solidarity”, de Amanda Latchmiah, Amref Health Africa, 2 de julio de 2021.

This is how much work is left to vaccinate the world against COVID-19”, Foro Económico Mundial, 3 de agosto de 2021.

Africa’s vaccine crisis: It’s not all about corruption”, de Nanjala Nyabola, Al-Jazeera, 19 de julio de 2021.

Ten million reasons to vaccinate the world”, The Economist, 15 de mayo de 2021.

There have been 7m-13m excess deaths worldwide during the pandemic”, The Economist, 15 de mayo de 2021.

More evidence emerges of India’s true death toll from covid-19”, The Economist, 12 de junio de 2021.

No Work, No Food: Pandemic Deepens Global Hunger”, de Christina Goldbaum, New York Times, 6 de agosto de 2021.

Worldometer, Covid Deaths, 8 de agosto de 2021.

 


1. Véase revcom.us: “El parasitismo, la pandemia y los horrores innecesarios de un mundo desequilibrado”, 30 de diciembre de 2020; “Estados Unidos y otras potencias del mundo acaparan vacunas por Covid, condenan a millones de personas en Asia, África y América Latina a un innecesario sufrimiento y muerte”, 6 de enero de 2021; y “¡La vida de los estadounidenses no es más importante que la de la gente de otros países! Distribución de la vacuna Covid — Un mundo de obscenas desigualdades”, 21 de julio de 2021. [volver]

2. La inseguridad alimentaria moderada es cuando las personas tienen dificultades para costear regularmente una dieta sana y nutritiva y satisfacer sus necesidades calóricas. La inseguridad alimentaria severa significa que una persona a menudo no puede pagar o acceder a una comida. [volver]


Existe una gran disparidad en las tasas de vacunación en todo el mundo. Más del 48% de los adultos en Estados Unidos han sido completamente vacunados, según el New York Times, pero solo alrededor del 1% de los africanos han sido completamente vacunados. Aquí en Kampala, Uganda, la gente espera ser vacunada el 10 de mayo. Foto: AP


La gente, cuyos medios tradicionales de sustento fueron arruinados por la pobreza, guerras, violencia y/o calamidades ecológicas, ha huido a las ciudades. En la imagen: algunos de los 3.5 millones de refugiados en Myanmar, que padece inseguridad alimentaria. (Foto: ACNUR)


El gobierno estadounidense tiene un excedente de vacunas y ruega que la gente se vacune, mientras la tasa de vacunación de Sierra Leona acaba de alcanzar 1% el 20 de junio. Foto: Unicef


La mitad de todas las dosis de las vacunas han ido a parar a los países ricos, que constituyen solamente un 19% de la población del mundo. En la imagen: la gente se forma en fila en la India durante un aumento de casos y muertes, abril de 2021. Foto: AP

 

 

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