Revolución #235, 12 de junio de 2011
Segunda parte:
CONSTRUYENDO EL MOVIMIENTO PARA LA REVOLUCIÓN
Nota de la redacción: La siguiente es la cuarta entrega de la segunda parte de un reciente discurso de Bob Avakian, el presidente del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos. Para la publicación de este discurso, éste ha sido revisado, y se le ha agregado anotaciones. La primera parte del discurso titulada "Revolución y el estado" se puede conseguir en línea en revcom.us.
Los países del tercer mundo
Con respecto a los países del tercer mundo a los cuales los domina el imperialismo de una manera u otra, afectando cualitativamente sus estructuras y dinámica internas, algo que hemos venido señalando son los grandes cambios en la "demográfica" y la "configuración social" en por lo menos muchos países así, y las implicaciones para la estrategia revolucionaria. El mundo de hoy es un mundo muy distinto al de China durante su revolución a finales de los años 20 y los 30 y 40. Incluso es un mundo distinto al que existía durante el período de la guerra de resistencia vietnamita contra el imperialismo estadounidense en los años 60 y principios de los 70, un período también caracterizado por otras luchas anticoloniales y antiimperialistas, en Angola, Mozambique y otras partes del mundo durante ese tiempo. Grandes cambios se han dado en el mundo, y en las condiciones y la vida de las masas populares.
La situación actual en que millones y millones de personas viven abarrotadas en zonas de miseria que rodean las ciudades (como parte de los núcleos urbanos más amplios), en países por todo el tercer mundo, es muy distinta a aquella en que muchos millones de esas mismas personas vivían en el campo, en condiciones de pobreza y explotación pero que vivían de la tierra de una forma u otra. La diferencia en las condiciones es muy significativa. Y hoy dentro de estas condiciones las fuerzas reaccionarias, entre ellas los fundamentalistas religiosos, están obrando y actualmente están floreciendo en un grado significativo, en gran parte por su enfoque apocalíptico y milenario —o, por lo menos, eso es un factor importante en su atractivo— ya que corresponde a las condiciones volátiles de muchas masas en esas zonas de miseria urbanas, o barriadas. Hay que enfrentar, estudiar y analizar estas cosas, y sobre esa base desarrollar el pensamiento estratégico. Eso no significa desechar toda la orientación estratégica que Mao desarrolló de cercar las ciudades desde el campo, como el camino para librar la guerra popular prolongada. Pero, como Mao mismo recalcaba, no hay que limitarnos por las convenciones. Si uno va a hacer la revolución —para regresar al principio de este discurso, y a un tema principal de él—, tiene que hacerla sobre la base de la ciencia y, con el punto de vista y método científico del materialismo dialéctico, analizar y sintetizar cuáles son las condiciones concretas que uno enfrenta y, dentro de las dinámicas contradictorias de ellas, cuáles serían los posibles caminos hacia el cambio, y en particular la transformación revolucionaria. Uno no sería capaz de hacerlo si se deja limitar por las convenciones y por el instrumentalismo (o sea, tratar de imponer sobre la realidad una visión de lo que uno quisiera que ésta fuera en vez de proceder sobre la base de la realidad como es concretamente y transformarla sobre esa base). Hace falta mucho trabajo en la esfera del análisis y la síntesis, el pensamiento estratégico y la conceptualización estratégica.
Aun tomando en cuenta todo eso, tenemos la cuestión del campo (en un sentido literal, o quizás figurado) como el "centro de gravedad" para la lucha total por el poder — al principio, y por lo menos durante cierto período. Ahora bien, lo que quiero decir con el sentido literal o quizás figurado es que, cuando Mao desarrolló la teoría de la guerra popular prolongada y de cercar las ciudades desde el campo, la planteó y la aplicó en un sentido literal — lo cual era correcto: la guerra popular prolongada concretamente se basaba en las grandes masas del campesinado y se inició en las zonas más remotas donde era menos intenso y menos constante el alcance del poder estatal reaccionario, así creando la posibilidad de establecer zonas de apoyo y con el tiempo, bases de apoyo bajo el control de las fuerzas revolucionarias. Pero también puede haber una aplicación creativa de este concepto de cercar la ciudad desde el campo.
Ahora bien, tenemos que tener cuidado con las aplicaciones creativas — en muchos casos lo que se ha hecho en nombre del "desarrollo creativo" o la "aplicación creativa" ha resultado en todo tipo de problemas — dicho "desarrollo y aplicación creativos" de la teoría comunista ha sido el distintivo del revisionismo, o por lo menos la racionalización del revisionismo. La creatividad revisionista y los enfoques al estilo no tienen nada de bueno. Me acuerdo que en los años 60, si me permiten desviarme un momentito, había un grupo en Estados Unidos, el Partido Patriota Joven, fundado por unos tipos del Sur, y querían reestablecer la bandera de la Confederación esclavista como símbolo de la rebelión contra el sistema. Me acuerdo que algunos de ellos se presentaron en un mitin del Partido Pantera Negra para defender a Huey Newton cuando éste estaba preso. Durante un descansito algunos andábamos platicando ahí sentados en el pasto. Ellos tenían el Libro Rojo, Citas del Presidente Mao Tsetung, y lo estaban "aplicando creativamente". Yo les estaba exigiendo: "¿Qué carajos están haciendo con la bandera de la Confederación?" Respondieron: "Somos patriotas". Les contesté: "¡Qué patriotas ni que la fregada! Están mal — ese tipo de patriotismo no sirve". Luego sacaron el Libro Rojo y citaron a Mao: "El patriotismo es la aplicación del internacionalismo en las guerras de liberación nacional". Bueno, había oído decirlo muchas veces en boca de los nacionalistas negros, ¡pero fue una novedad escucharlo en boca de unos nacionalistas blancos! Me los quedé viendo y les dije: "Miren, no están librando ninguna guerra de liberación nacional, así que olvídense de eso". Eso era un ejemplo de una "aplicación creativa" malísima. Pero sí se necesita la aplicación creativa que realmente se base en la ciencia y que sirva a la revolución y el comunismo.
Así que, esto es algo al cual hay que explorar: el "campo en un sentido figurado", en el sentido de zonas de concentración de masas aunque no sean el campo literalmente, por lo menos en el sentido "clásico", pero que son lugares donde la clase dominante reaccionaria no concentra su poder, o no lo puede reforzar tan efectivamente. ¿Esas zonas podrían ser una base para un comienzo y además servir para el desenvolvimiento estratégico de la situación, como la base para un comienzo?
También, en muchos casos está la cuestión de si el campo, en el sentido literal, sería el "arrancadero" inicial, aunque más adelante el "centro de gravedad" cambiara a las zonas urbanas, o incluso si desde relativamente temprano se pusiera más énfasis en las zonas urbanas que en la teoría clásica, como por ejemplo en los escritos de Mao sobre la estrategia de la guerra popular prolongada. También está la cuestión de si habría una necesidad, especialmente tras la intervención de fuerzas externas poderosas —potencias reaccionarias y/o imperialistas— de retroceder al campo, al menos en algunos casos, como el centro principal o incluso casi exclusivo de la lucha durante cierto período de tiempo.
Cabe repetir, hay que analizar todo eso sin las trabas de las convenciones — pero no sin la ciencia y sin abandonar un enfoque materialista y los objetivos estratégicos que deben ser el meollo de toda la lucha en primer lugar.
Así que, de nuevo, está la cuestión del campo en el sentido literal pero también quizás el figurado y cómo se aplicaría. Además, hace falta trabajo creativo al respecto pero con una base en la ciencia. ¿Dónde se encontrarían zonas de concentración significativa de masas que queden fuera de los baluartes y el "alcance fácil" del viejo orden reaccionario opresivo? Arrancar de esta forma —o sea, hallar la base para hacer un comienzo sin que lo aplasten de inmediato— sería necesario y crucial para establecer un polo de clara oposición al orden establecido y para acumular fuerzas para la revolución.
Como dije anteriormente con relación a cómo se aplicarían estos principios, en condiciones cualitativamente diferentes, en un país imperialista, sería importante —desde el inicio de la lucha prolongada, una vez que hayan surgido las condiciones apropiadas— establecer claramente un "polo" revolucionario que contiende activamente por el poder en la sociedad, al cual las masas podrían unirse cada vez más al extenderse la lucha: un polo en oposición al orden establecido reaccionario y a las fuerzas reaccionarias pero también, de manera distinta, en oposición a las otras fuerzas y programas en la sociedad — que no se haría necesariamente sobre una base antagónica en lo que se refiere a las fuerzas reformistas que no sean de la clase dominante, pero de todos modos sería un polo claro y radicalmente distinto a lo que éstas representan.
Donde existan las condiciones en que sea posible librar ese tipo de lucha y el avance de la revolución lo requiera, sólo por medio de librar esa lucha será posible ganarse plenamente a algunas fuerzas para que se alejen de los varios programas reformistas, así como desarrollar en general la lucha en oposición al orden establecido reaccionario y las fuerzas reaccionarias. Es importante entender esto: cuando las condiciones objetivas se hayan dado, o ya existan, si no se da un importante avance inicial por lo que se refiere a librar este tipo de lucha, no solamente las fuerzas reaccionarias sino también las reformistas retendrán o recuperarán la iniciativa. En el lado positivo, una vez que existan tales condiciones respectivas, al establecerse un polo claro encarnado en un inicio activo de la lucha por el poder, sería posible catapultar la base para la repolarización a un nivel diferente.
Luego, cuando en dicha situación las fuerzas revolucionarias tendrían "presencia" —una vez que hayan logrado derrocar los intentos de aplastarlas al comienzo y hayan logrado avanzar—, se les plantearía el reto de cómo continuar hacia una situación en la cual la cuestión de la toma del poder a nivel nacional esté a la orden del día no sólo como un objetivo estratégico general sino en lo inmediato — cómo llegar a la conclusión o al "acto final". En esta conexión, puede que sean pertinentes y aplicables algunos aspectos del texto "Sobre la posibilidad de la revolución", aunque éste se enfoca en los países imperialistas y no tanto en los países del tercer mundo ocupados por el imperialismo o dominados de otras maneras por el mismo.
Como mencioné anteriormente, en los países del tercer mundo, con el avance de la lucha por el poder según lo que se ha trazado en general en esta sección —y incluso donde las potencias imperialistas u otras potencias no hayan ocupado directamente hasta ese momento—, sería necesario prever y prepararse para la posibilidad de tal intervención de parte de los estados imperialistas y/u otros estados reaccionarios en oposición directa a la revolución y en aras de aplastarla. Esto podría ocurrir luego de la conquista del poder o incluso antes de ella cuando la revolución haya llegado a una etapa avanzada y sea más palpable y concreta la posibilidad de conquistar el poder nacional. Se tendría que prever las implicaciones de eso para el enfoque hacia la consumación de la conquista del poder y su consolidación, y no posponerlo hasta el momento en que tal intervención ocurra o parezca inminente. Repito, eso podría incluir —cabe recalcar que quizás no se le requiera pero podría incluir— la necesidad de retirarse temporalmente de los centros principales de poder en las zonas urbanas y sus alrededores. Incluso si la lucha hubiese llegado a enfocarse en esas zonas en buena medida, podría surgir la necesidad de una retirada para poder acumular las bases para avanzar de nuevo. De eso se trata, al fin de cuentas: avanzar hasta consumar esta etapa de la revolución, hasta derrocar por completo al viejo poder estatal reaccionario y establecer un nuevo poder estatal revolucionario, con el fin de embarcarse en el camino del socialismo, como parte de la lucha revolucionaria mundial general con el objetivo final del comunismo.
Los "dos sectores históricamente anticuados" — y la importancia crucial de una orientación revolucionaria y de una concepción estratégica
Lo que he tratado aquí encierra principios y cuestiones que son importantes para la teoría revolucionaria y la concepción estratégica con respecto tanto a los países imperialistas como los países ocupados por el imperialismo o dominados de otras maneras por el mismo (los países del tercer mundo, en pocas palabras). En todo eso es necesario tomar en cuenta toda la dinámica de los "dos sectores históricamente anticuados" —el sistema imperialista anticuado y sus sectores dominantes, y los sectores y fuerzas anticuados entre la parte colonizada y oprimida de la humanidad, entre ellos las fuerzas fundamentalistas islámicas yihadistas1 en particular— como una parte importante de la situación y la dinámica, no sólo en uno u otro país o región del mundo sino en el mundo en conjunto, aunque ésta no es la única contradicción ni la única dinámica importante que se está manifestando en el mundo de hoy. Hoy en el mundo, existe una necesidad grande, urgente y cada vez más urgente no sólo de tener una oposición y resistencia de masas contra ambos "sectores anticuados" —sobre todo el "sector anticuado" imperialista— sino también de avances y adelantos importantes cualitativos por parte de la alternativa fundamental y concreta a ambos sectores anticuados: la revolución, con la dirección de una vanguardia auténticamente comunista que aspira al objetivo final de un mundo comunista, libre de todo tipo de relaciones anticuadas, explotadoras y opresivas y las ideas correspondientes.
Con respecto a la orientación y enfoque básicos, además de los puntos particulares que he mencionado y de remitir a las y los lectores a estudiar de nuevo (o por primera vez, en caso de aquellos que aún no lo han estudiado) "Sobre la posibilidad de la revolución", quiero recalcar en un sentido más general y amplio, la necesidad de continuar más estudio serio y sistemático y de lo que podríamos llamar la "asimilación teórica de la experiencia" de varios tipos y de varias épocas, a fin de hacer avanzar el trabajo que se necesita hacer en la esfera de la concepción teórica y estratégica.
Continuará
1. Vea una discusión más desarrollada de los "dos sectores anticuados" y su relación con la construcción de un movimiento para la revolución y el objetivo final del comunismo, en Forjar otro camino, el texto revisado de un discurso de Bob Avakian del otoño de 2006, que se ha publicado en forma de folleto y que también se puede conseguir en línea en revcom.us. [regresa]