La ciencia de la evolución

El ataque de los creacionistas contra la evolución es un ataque contra toda la ciencia, en nombre de dios Parte 7A: Hoy, sin la ciencia de la evolución, no habría ciencia

Ardea Skybreak

Obrero Revolucionario #1215, 12 de octubre, 2003, posted at rwor.org

Los lectores que tuvieron la oportunidad de leer las entregas anteriores de esta serie* vieron que una abundante y muy concreta evidencia científica prueba que toda la vida de este planeta evolucionó a lo largo de miles de millones de años, y que todas las especies actuales de plantas y animales siguen evolucionando. Es tanta la evidencia científica de la evolución que no es exageración decir que es la teoría mejor probada y mejor corroborada (respaldada por distintas clases de evidencia) de toda la ciencia. La abrumadora mayoría de los científicos de todos los campos de la ciencia (biología, geología, astronomía, etc.) dirá que la teoría de la evolución ha pasado las más rigurosas pruebas científicas por casi un siglo y medio y que, por lo tanto, pueden afirmar con absoluta confianza que los hechos y mecanismos básicos de la evolución se han probado sin la menor duda. La teoría de la evolución no es una "conjetura" sobre el origen de la vida; no es una serie de "creencias" sin verificar (y que no se pueden verificar); y no está "en duda" ni "en crisis". Los principios científicos de la evolución están tan bien establecidos hoy por hoy como el hecho de que la Tierra gira alrededor del Sol y no al revés (como explica la teoría de Copérnico), y el hecho de que la fuerza de gravedad hace que los objetos caigan al suelo y no al aire (como explica la teoría de la gravedad).

A pesar de la gran cantidad de evidencia, a muchas personas de creencias religiosas les cuesta trabajo aceptar los principios científicos de la evolución porque contradicen la Biblia y otras escrituras. La ciencia de la evolución ha demostrado que toda la vida cambia (evoluciona) constantemente y que todas las especies existentes de plantas y animales (contando los seres humanos) evolucionaron de especies anteriores por medio de procesos puramente naturales (como la selección natural) que se desenvolvieron a lo largo de miles de millones de años. Por contraste, la Biblia (escrita hace más de 2,000 años, mucho antes de que se conociera la evolución o la edad de la Tierra) dice que un ser divino sobrenatural creó todas las plantas y animales en seis días hace unos pocos miles de años, y que creó cada especie separada de las demás.

Si lo que dice la Biblia fuera cierto, entonces toda la evidencia científica moderna sería incorrecta; nuestro planeta no tendría unos 4 « mil millones de años; las primeras formas de vida no surgieron hace unos 3 « mil millones de años; ninguna especie habría cambiado ni dado origen a otras especies; y ninguna de las especies que vemos hoy estaría emparentada con otras especies, presentes ni pasadas. Si la Biblia fuera textualmente correcta, todas las especies que vemos hoy (lobos, humanos, bagres, chimpancés, ballenas, bacterias, robles, tortugas, maíz, arañas, etc.) serían exactamente iguales ahora a como eran cuando Dios las creó de la nada como entidades separadas y sin ningún parentesco . Bueno, con el debido respeto a las creencias religiosas, toda la ciencia moderna ha demostrado que la creación bíblica es un mito: una historia sobre los orígenes de la vida. Existe más que suficiente evidencia concreta de que la Tierra tiene miles de millones de años (no miles); de que las especies no aparecieron todas a la vez (en seis días) sino a lo largo de miles de millones de años; que cada especie es un descendiente evolutivo de una especie un poco diferente que existió antes; y que todas las especies del planeta están emparentadas (en distintos grados) pues descienden de una serie de antepasados comunes.

La vida empezó con seres de una sola célula que se parecían a las bacterias hace unos 3 « mil millones de años, pero a partir de ese momento evolucionó y se diversificó una y otra vez, siguiendo muchos caminos evolutivos. Esa historia está grabada en nuestro cuerpo. En el "frondoso árbol" de la vida, todo ser humano está emparentado de una forma u otra con todas las otras especies vivas de la Tierra (y tiene rasgos en común con ellas), remontándose a los primeros seres que salieron de la "sopa química" hace unos 3 « mil millones de años, de los cuales se derivan todas las formas de vida del planeta. No hay que tener un doctorado en ciencias para entender que los seres humanos estamos más emparentados (y tenemos más rasgos en común) con los chimpancés (nuestros parientes no humanos más cercanos), e incluso con los lobos, las ballenas y otros mamíferos, que con los pájaros cantores, los bagres, el maíz o las bacterias. Pero con esos parientes mucho más distantes tenemos rasgos en común que vienen de los antepasados comunes que tuvimos hace mucho tiempo: por ejemplo, los seres humanos tenemos esqueleto y columna vertebral, igual que los bagres y los pájaros cantores; nuestras células tienen DNA, igual que las células de las plantas, las bacterias y todos los seres vivos.

Aunque a muchos nos enseñaron la historia de la creación bíblica desde niños, la evidencia del mundo real muestra que no es verdadera. Evidencia , evidencia científica concreta: esto es lo nos permite afirmar con toda seguridad que la evolución es un hecho y que así es como se ha desarrollado toda la vida del planeta y como sigue cambiando.

Como veremos más adelante, muchos creyentes han logrado aceptar la evidencia científica de que la vida ha evolucionado y conservar sus creencias religiosas. Hoy muchos científicos son ateos (no creen en dioses o seres sobrenaturales) y humanistas seculares (buscan responder a las necesidades de la humanidad por medios seculares, no religiosos). Pero también hay bastantes científicos que han decidido conservar algunas tradiciones religiosas del judaísmo, el cristianismo o el Islam, por ejemplo, y creen que hay una fuerza sobrenatural que los seres humanos no pueden detectar. Sin embargo solo un pequeño puñado de ellos duda que la vida haya evolucionado o que los principios y mecanismos básicos de la evolución no estén probados. Los científicos dedicados a las ciencias biológicas, especialmente, son los más firmes defensores de la evolución pues la teoría de la evolución es la piedra angular de todo su trabajo; sin ella el avance científico es imposible en campos como genética molecular, biología celular, fisiología, paleontología, conductismo animal, biología y botánica de poblaciones, ecología comunitaria, conservacionismo, etc.

Sin la ciencia de la evolución no habría ciencia; así de fundamental es

¿No se equivocan a veces los científicos? Claro que sí. Pero como explicamos a fondo en las primeras entregas de esta serie, el enorme acuerdo de la comunidad científica moderna sobre la teoría de la evolución y la abrumadora confianza de los científicos de todos los campos en la evolución se debe básicamente a dos razones:

  1. la evidencia de que la vida ha evolucionado y sigue evolucionando es concreta, y la evolución biológica se ha observado repetidamente y se ha puesto a prueba y verificado sistemáticamente (una y otra vez) en infinidad de estudios y experimentos (en el laboratorio y en la naturaleza) realizados por científicos de todo el mundo y de una gran variedad de posiciones políticas y filosóficas (y religiosas);
  2. en la mayoría de los campos de la ciencia hoy es imposible hacer contribuciones de peso al conocimiento científico si se desconocen los principios y mecanismos del cambio evolutivo, y si no se toman en cuenta las implicaciones de los cambios evolutivos pasados en el presente y en el futuro.

En todas las ciencias es importante tener una idea general de los principios de la evolución (por ejemplo en la astronomía, donde se están aplicando a la evolución del cosmos), pero en las ciencias biológicas esto es esencial. Para entender de lleno qué pasa en células vivas, en organismos individuales,en poblaciones de organismos o en comunidades de muchas especies, es absolutamente imprescindible tomar en cuenta la historia evolutiva.

Es un hecho: en el campo de la biología nadie podría plantear las preguntas correctas, y mucho menos contestarlas, sin tener por lo menos una idea general de los principios y mecanismos de la evolución. Los principios y mecanismos básicos de la evolución son tan fundamentales, tan centrales en toda la ciencia moderna (por ejemplo, en la geología, la arqueología y la astronomía), que no es exagerado decir que "en el mundo de hoy, sin la ciencia de la evolución, no habría ciencia". La evolución ha dado a todos los seres vivos la forma que tienen hoy. El que trabaje en el campo de las ciencias biológicas hoy y no acepte la evidencia de la evolución ni tenga una idea general de la historia de los procesos evolutivos que dieron origen a las distintas especies (y a las interacciones de las especies) no podrá hacer ninguna contribución sustancial al avance de su campo porque trabaja con una visión altamente distorsionada de los rasgos y procesos dinámicos que caracterizan a los organismos vivos y a los sistemas vivos.

Para ilustrar este punto, veamos un par de ejemplos de los titulares del momento:

La ciencia de la evolución y el virus del SARS

Nadie puede entender nada esencial sobre el virus y la epidemia del SARS, ni tomar medidas para contenerlos, sin considerar los puntos básicos de la evolución biológica. Los principios básicos de la evolución biológica están ayudando a identificar la estructura genética de este virus y a averiguar con qué otros virus está emparentado (la familia evolutiva de los "virus corona"). Eso es importante para averiguar qué medicamentos y/o vacunas pueden tener efecto en el virus del SARS (por ejemplo, si es de la familia evolutiva de los virus corona, es lógico ver primero los medicamentos que ya sabemos que controlan otros virus de la misma familia). Otra línea de investigación es la procedencia del virus: los principios evolutivos nos permiten saber que los virus a veces "saltan" de una especie biológica a otra (muchas veces cuando una especie se come a otra). Los principios evolutivos también nos enseñan que los miembros de una especie que han comido miembros de una especie diferente infectados con un virus tienen menos probabilidad de enfermarse si las dos especies tienen un parentesco lejano que si tienen un parentesco cercano. (Por esta y otras razones no es buena idea que los seres humanos, que son primates, coman otros primates, como monos o simios. Se ha especulado que el virus de inmunodeficiencia humana que causa el SIDA evolucionó de virus muy cercanos que causan una enfermedad parecida al SIDA en primates africanos. Varios biólogos sospechan que ese virus "saltó" a los seres humanos por medio del consumo de "carne de monte" -carne de varias especies de monos y simios, como chimpancés-- común en la región).

Los organismos que causan enfermedades también evolucionan con el tiempo y a menudo lo hacen en conjunción con la evolución de sus portadores. Si dos especies tienen un antepasado común, cuanto más reciente sea ese antepasado (y cuantos más rasgos físicos tengan en común), es más probable que el virus que enferme a una especie también enferme a la otra. La teoría de la evolución nos permite entender esto y nos da pistas para seguir investigando. Por otro lado, los que rechazan la evolución y creen que las especies de animales y de plantas no tienen ningún parentesco, no pueden hacer avances de importancia en la lucha por manejar y curar las enfermedades infecciosas. Eso solo lo pueden hacer los que parten de la teoría de la evolución. Volviendo al virus del SARS, a los epidemiólogos (biólogos que estudian las enfermedades infecciosas, su transmisión y su contención) se les ocurrió buscar la fuente y los nidos del SARS en especies no humanas que tienen antepasados evolutivos comunes con los seres humanos en un pasado evolutivo no muy distante porque entienden los principios básicos de la evolución. Como los humanos son mamíferos, han examinado otros mamíferos con los cuales tienen contacto en las zonas donde empezó la epidemia del SARS (mamíferos domésticos, como cerdos que viven cerca o mamíferos de monte que cazan, y comen). Han buscado el virus del SARS en zonas rurales de China, donde se cree que pudo "saltar" de los cerdos a los humanos. Las últimas noticias cuando escribo este artículo indican que una especie de civeta (un mamífero parecido al gato que se caza y se come en la región) puede ser el portador del SARS y el transmisor a los primeros seres humanos que se enfermaron. Todavía no se sabe con seguridad. Lo importante es que averiguar el origen de este virus es un paso crucial para ver cómo tratarlo y contenerlo en poblaciones humanas; pero los científicos no sabrían dónde empezar a buscar si no entendieran los puntos básicos de la evolución, por ejemplo, por qué los factores que causan enfermedades a veces saltan de las presas (el animal comido) a los depredadores (el animal que come) y los enferman, especialmente si las dos especies tienen muchos rasgos evolutivos comunes.

El virus del SARS, la susceptibilidad humana a la "enfermedad de las vacas locas"**, el virus del SIDA que evoluciona rápidamente, la problemática evolución de bacterias resistentes a los antibióticos: todos estos son serios problemas de salud pública y, si no se toma en cuenta la evolución pasada y presente de los agentes que los causan, es imposible entenderlos y atenderlos.

Una pregunta para los creacionistas que no creen en la evolución porque contradice la Biblia: ¿debemos parar los esfuerzos de tratar y manejar las enfermedades infecciosas porque se basan en los principios de la evolución?

La ciencia de la evolución, transplantes de órganos y las "piezas de repuesto" del futuro

El transplante de órganos también requiere un conocimiento básico de los principios de la evolución... ¡o si no matarían al paciente! La aplicación de los principios de la evolución a la genética molecular es esencial para delinear los métodos para transplantar órganos (que el cuerpo humano tiende a rechazar) y para "cultivar" órganos sustitutos como "piezas de repuesto". Conocer la historia evolutiva permite entender:

Que el sistema inmunológico humano (que en sí es el producto de millones de años de evolución biológica) rechazará menos un órgano que se ha "cultivado" de células madre indiferenciadas (células que todavía no se han especializado y que pueden formar el tejido de cualquier órgano) de la misma persona (o de otro ser humano); el siguiente candidato es un órgano de un familiar genético (lo más factible en la actualidad).

Que el transplante de órganos de otras especies (una idea complicada y problemática desde muchos ángulos) no debería considerar especies que no sean parientes evolutivos cercanos de los seres humanos. La razón es que solo los órganos de especies que tuvieron antepasados comunes con nosotros en el pasado evolutivo relativamente reciente tienen suficientes rasgos comunes con los órganos humanos para no ser rechazados de plano. El cuerpo humano no aceptará por igual los órganos de todos los mamíferos (aunque somos mamíferos). Los órganos de las especies de mamíferos que tienen antepasados comunes con nosotros en el pasado evolutivo relativamente reciente (como los simios o, un poco más distanciados, los cerdos) tienen más rasgos en común con nuestros órganos y, por lo tanto, son menos propensos al rechazo que los órganos de especies de mamíferos más distantes.***

Mi intención aquí no es proponer que los transplantes de órganos entre especies son la mejor forma de obtener "piezas de repuesto" para las personas enfermas. (De hecho, tales transplantes presentan tantos problemas que yo me inclino a pensar que el "cultivo" de tejidos de órganos a partir de células madre no especializadas es un camino más prometedor). Mi objetivo es señalar que si no entendiéramos cómo opera la evolución, y cómo los procesos evolutivos del pasado han moldeado la vida y las funciones de las especies actuales (y sus órganos), pues no podríamos entender nada de esto.

Repito: nuestro conocimiento de biología evolutiva (y de biología molecular y biología del desarrollo) es lo que nos permite ver que una de las vías más prometedoras para obtener "piezas de repuesto" para los enfermos (nuevos riñones, hígados, corazones, piel para los quemados, nervios para los parapléjicos, etc.) es el desarrollo de células madre, en vez de los órganos de otras especies. La teoría de la evolución predice ciertos problemas de salud cuando el donante y el receptor no están muy emparentados (rechazo) y también cuando están muy emparentados (transmisión de enfermedades). La ciencia médica ni siquiera se plantearía estos problemas si la historia de la creación de la Biblia fuera verdadera y si los seres humanos y las otras especies hubieran sido creados como entidades completamente "separadas" y sin ninguna relación... en vez de descender de una serie de antepasados comunes.

Lo que todos debemos saber sobre los creacionistas:

Los creacionistas actuales de Estados Unidos no son simplemente individuos religiosos mal informados sobre la evolución. Son un movimiento político e ideológico organizado de ultraderecha que hace campaña en la prensa, las escuelas, los tribunales y por toda la sociedad para desprestigiar la ciencia de la evolución y remplazarla con su dogma favorito: la teoría de la creación divina.

Hay varias clases de creacionistas (como veremos), pero todos tienen en común una fuerte oposición a la ciencia de la evolución (y a los métodos científicos seculares en general). Por fe religiosa ciega, la mayoría de los creacionistas rechaza y descarta toda la evidencia científica que respalda la teoría de la evolución. "Creen" que la vida nunca evolucionó y que una fuerza por encima del mundo natural (un dios sobrenatural) creó todas las especies "de la nada" como entidades separadas y sin ninguna relación. El ala creacionista más tradicional y reaccionaria en materia política es parte del movimiento fundamentalista cristiano,que salió de los estados rurales del sur del país pero ahora tiene representantes en todos los estados, y desde un principio ha contado con el apoyo de fuerzas de peso de los grupos que detentan el poder en este país.

Como táctica política (para imponer la enseñanza de sus disparates en las escuelas), en los últimos años muchos creacionistas han tratado de hacerse pasar por "científicos"; dicen que la teoría bíblica de la creación divina es una teoría científica "alternativa" legítima que se debe enseñar al mismo tiempo que la evolución en las clases de ciencias. Pero al examinar sus argumentos se ve que ni su "creacionismo científico" (o "ciencia de la creación") ni sus métodos tienen absolutamente nada de científico.Es simplemente religión (y solo la religión fundamentalista cristiana). Para ellos, es un acto de fe religiosa que la Biblia es la Palabra de Dios, textualmente, y que nada de lo que dice puede ser incorrecto. Por lo tanto afirman (a pesar de toda la evidencia científica) que Dios creó por separado todos los animales, las plantas y los seres humanos de la nada en seis días hace unos pocos miles de años; afirman que Adán y Eva fueron, textualmente,los primeros seres humanos y que todas las especies de plantas y animales que vemos hoy son descendientes del "par de cada clase" que Noé salvó en su arca cuando Dios cubrió el mundo con un diluvio universal que duró 40 días y 40 noches. Algunos trazan elaborados croquis del arca para explicar cómo pudieron caber dos representantes de todas las especies.

¿Es posible que, como dice la Biblia, un diluvio universal matara a todos los seres vivos de la Tierra menos a Noé, su familia y "un par de cada clase" de las especies que existen hoy (que, según los "creacionistas científicos", son descendientes directos, sin cambio, de los animales y plantas que Noé embutió en el arca)? Claro que no. Para comenzar, no hay evidencia geológica histórica de que haya ocurrido tal inundación y esencialmente es imposible que una inundación cubra toda la Tierra al mismo tiempo. Por otro lado, ni siquiera hoy es posible construir un barco lo suficientemente grande (ni mil barcos) para que quepa un par de cada especie.

Los autores humanos de la Biblia vivieron hace unos 2,000 (o más) años en la región del Medio Oriente y no sabían que metieron la pata porque no conocían mucho del mundo natural de todo el planeta: seguramente solo conocían una pequeña porción de las especies de la región, y no tenían idea de la enorme cantidad de especies de plantas y animales que han poblado la Tierra (en esa época o ahora). Bueno, como los creacionistas creen que todas las especies que existen hoy existen desde que Dios creó el mundo (o tendrían que admitir que la Biblia tiene errores), pues están atascados. Todo lo que pueden hacer es salir con argumentos ridículos de cómo cupieron en el arca de Noé "dos de cada clase" de las especies que existen hoy. ¿Quieren que creamos que los antepasados de TODOS los cientos de millones de especies vivientes: todos los mamíferos, todas las aves, todos los reptiles, los anfibios, los peces, los insectos, los invertebrados marinos, y todas las especies de plantas con flores y sin flores, los hongos, las bacterias y otros microorganismos (que ni siquiera menciona la Biblia), que DOS DE CADA CLASE de todas esas especies se acomodaron en un barco? ¡Por favor!

Una pregunta: ¿eso es lo que los maestros de ciencias deben enseñar obligatoriamente como una "teoría científica alternativa legítima"? Lo pasmoso es que los creacionistas han estado muy cerca de lograrlo varias veces en los últimos años: han logrado que distritos escolares de varios estados consideren darle "el mismo peso" a la "ciencia de la creación" y a la "ciencia de la evolución" en las clases de ciencias, y ha sido necesario librar enormes batallas en los tribunales y presentar el testimonio de cientos de destacados científicos para impedir que eso llegue a ser ley. Pero aunque no han podido imponer su plan completo (hacer que el estado presente ideas religiosas y las contraponga a la ciencia establecida en las escuelas públicas, ¡y en clases de ciencias!), sí han logrado sembrar confusión y llevado a mucha gente a pensar que de pronto la teoría de la evolución no es tan firme como parece. También han presionado a muchas editoriales de libros de texto (más preocupadas con demandas y controversia que con la verdad) a poner "aclaraciones" en los libros de ciencias que dicen que la evolución es una teoría polémica (no, no lo es para el 99.9% de los científicos) y que como unos estudiantes tienen ideas religiosas opuestas a la evolución ¡¡¡cada quien debe decidir por su propia cuenta lo que le parece correcto!!! ¿Les decimos a los estudiantes que decidan por su cuenta si la Tierra es plana? ¿O si las bacterias y los virus pueden causarnos enfermedades y que hay medidas que podemos tomar para impedirlo o combatirlo? ¿O sobre otros principios científicos probados?

Además de rechazar la múltiple evidencia de que las especies vivas han evolucionado, los creacionistas tradicionales también rechazan la clara evidencia geológica de que esto ha sucedido por miles de millones de años y de que la misma Tierra tiene miles de millones de años. Por ejemplo, no creen que las cadenas de montañas y el Gran Cañón del Colorado se formaron por medio de los procesos naturales de elevación geológica y erosión a lo largo de cientos de millones de años. Cualquier geólogo informado dirá que la idea de que los accidentes geográficos de la Tierra se formaron "al mismo tiempo" hace unos pocos miles de años (y que solo han sufrido los cambios que pueden causar la erosión del viento y del agua en esos pocos miles de años) es un disparate total. La ciencia moderna puede establecer de varias formas la edad de las rocas y las varias técnicas de datación indican que la Tierra tiene unos 4 « mil millones de años. Además, los geólogos modernos entienden la dinámica y los procesos de gran escala que han cambiado la faz del planeta muchas veces en el curso de millones y miles de millones de años. Aunque la mayoría de esos procesos han operado a una velocidad increíblemente lenta y durante períodos de tiempo casi inconcebiblemente largos desde una perspectiva humana, los geólogos pueden detectar y medir lo siguiente: cómo se separan o se estrellan grandes masas de tierra: cómo las fuerzas del interior de la Tierra empujan hacia arriba cadenas de montañas (que después se desgastan y quizá vuelven a elevarse millones de años más tarde); cómo han crecido y se han encogido muchas veces los océanos en distintos momentos de la historia de la Tierra; que el interior de los continentes estuvo cubierto por mares internos por millones de años; cómo se formaron los profundos cañones del fondo del mar y de la superficie terrestre; que la superficie del planeta se ha resquebrajado una y otra vez, y ha dejado salir vapor caliente y magma del interior de la Tierra en erupciones volcánicas que destruyen y forman accidentes geográficos. Pueden detectar y medir cuántos de esos procesos moldearon el planeta en el pasado y cuántos lo siguen moldeando hoy; por ejemplo, ciertas cadenas montañosas siguen creciendo a una velocidad que no ve el ojo humano pero que se puede medir concretamente.

Mejor dicho, no cabe duda de que nuestro planeta es muy dinámico:la superficie cambia constantemente y en el curso de miles de millones de años se ha reestructurado varias veces; pero todos esos cambios se pueden explicar por medio de procesos completamente naturales (sin intervención sobrenatural) que la geología moderna entiende bastante bien. También es importante ver que los geólogos de todo el mundo concuerdan en que los grandes cambios que han moldeado la Tierra no se pudieron dar en unos pocos miles de años (el tiempo que ha existido, conforme a la versión textual de la Biblia). Esos cambios se operaron a lo largo de millones, cientos de millones y miles de millones de años.

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NOTAS:

* "La ciencia de la evolución", "Primera parte, Panorama general", OR No. 1157; "Segunda parte, La evidencia de la evolución en acción nos rodea", OR No. 1159; "Tercera parte: Una palabras sobre la adaptación", OR No. 1160; "Cuarta parte: Cómo produce nuevas especies la evolución", OR No. 1163; "Parte 4b: Más sobre el aislamiento reproductor, la especiación y el surgimiento de novedades evolutivas", OR No. 1164; "Parte 5: La evolución es un hecho comprobado: La evidencia es concreta y proviene de muchas direcciones", OR No. 1170, "Parte 6a: ¿De dónde venimos?", OR No. 1179; "Parte 6b: Qué quiere decir `volverse humanos'", OR No. 1180; "Parte 6c: La clara y creciente evidencia de evolución: De simios a seres humanos", OR No. 1181; "Parte 6d: Los dos mayores saltos en la evolución de los homínidos", OR No. 1182; "Parte 6e: Resumen y visión de conjunto", OR No. 1183.

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**La terrible enfermedad conocida como "enfermedad de las vacas locas", que devora el cerebro, es causada por pedacitos de proteínas parecidos a virus que reciben el nombre de priones. Los priones infectan las vacas cuando a estos animales herbívoros los alimentan con una mezcla alta en proteínas de órganos molidos de mamíferos emparentados (por ejemplo ovejas) para estimular el crecimiento. Los seres humanos (también mamíferos) que comen carne de vacas enfermas se enferman. La práctica de alimentar animales domésticos con los huesos y órganos de otras especies de animales domésticos (cerdos, ovejas, vacas, etc.) es bastante común en la ganadería moderna, a pesar de que en su historia evolutiva esas especies no consumieron esos alimentos. Los principios de la evolución advierten que tales prácticas son sumamente peligrosas y pueden causar enfermedades devastadoras.

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*** Aunque los cerdos no están tan emparentados con nosotros como los chimpancés y otros simios, se cree que son mejores candidatos para transplantes humanos. ¿Por qué? Precisamente porque los simios son nuestros parientes más cercanos. Por un lado, por el hecho de que los simios (chimpancés, gorilas y orangutanes) y los humanos somos tan parecidos, a muchas personas les inquieta (y les parece ética y moralmente mala) la noción de matarlos para beneficio humano. Pero dejando de lado por el momento ese complejo problema (y la necesidad de preservar estas especies en peligro de extinción), los principios de la evolución nos enseñan que los transplantes de simios pueden ser muy peligrosos porque, como la línea humana y la línea de los simios se separaron de un antepasado común hace poco tiempo (unos 4 millones de años, lo que no es mucho en comparación con los 3 « mil millones de años de evolución de la vida), hay una buena probabilidad de que los virus y demás organismos que enferman a los simios pasen a los humanos en los transplantes; y lo que enferma a los simios también puede enfermar a los humanos. Por eso se cree que los cerdos son un buen término medio: están lo suficientemente cerca de los seres humanos en la historia evolutiva para tener órganos similares, pero lo suficientemente lejos para que los organismos que les causan enfermedades hayan evolucionado separadamente más tiempo y, por lo tanto, no ataquen tanto a los seres humanos.

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